Etiqueta: personalizadas

  • Hamacas con estilo y personalizadas

    José Luis Rosales

    Contenido intercultural

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    La fabricación de hamacas, con hilos de algodón y diseños personalizados, es la nueva propuesta de la empresa Aly Textiles, de Otavalo.

    La firma, que tiene como socios a cuatro integrantes de la familia Lema, de la comunidad indígena de Peguche, se dedica a la confección de estas camas colgantes. Estas tienen una creciente demanda, especialmente en la Costa y por parte de turistas extranjeros.

    La planta, que abarca un área de 885 metros cuadrados (m2), opera desde febrero del 2017.
    La idea de aliarse para aprovechar el potencial que tiene cada uno de los socios surgió hace tres años, recuerda Reymi Lema, presidente de esta firma. Sin embargo, reconoce que por la especialidad que domina cada artesano, no fue un camino sencillo.

    Efraín Lema se dedica a la fabricación de cobijas de hilo acrílico; su hermana, Florinda, produce el cordón para las hamacas. Los dos heredaron la vocación textil de su padre, César, uno de los más famosos tejedores de la localidad.

    Mientras que David y Reymi, hijos de Efraín, se dedican a la confección de bolsos y de ponchos, respectivamente.

    Tras dos años de preparativos lograron instalar esta fábrica de producción de hamacas, algunas con diseños preincásicos. “Todavía es un mercado que falta ser explotado”, asegura Reymi.

    Está equipada con siete telares mecánicos, en los que se produce 120 unidades al día.
    Los aparatos se adquirieron de medio uso a una empresa proveedora de hilos, en Quito. Mientras que la urdidora, que permite la preparación de una diversa gama de hilos, la trajeron de Colombia.

    Entre las innovaciones está el reemplazo del hilo acrílico por el de algodón, que aseguran brinda una contextura más fresca. Incluso, las máquinas están calibradas para el grosor y textura de la fibra.

    Además, los lienzos que se elaboran en estos artefactos son más anchos, miden 3,50 metros. Los más comunes son de 1,62 m. En el plantel textil, actualmente, laboran tres personas, además de los socios que colaboran en los procesos de fabricación.

    Textiles Aly crece paulatinamente. Reymi Lema, ingeniero en Producción Industrial de profesión, asegura que han ido evolucionando de acuerdo con las exigencias del mercado. “Ahora tenemos muchos pedidos de diseños personalizados, con letras”.

    Por ello, está en marcha el proyecto de adquisición de dos telares de Jacquard, que serán acoplados a las máquinas en la parte superior. Las denominadas cabezas posibilitarán que los hilos de la urdimbre tengan un movimiento independiente, que permita conseguir el dibujo deseado.

    El presupuesto para la adquisición, transporte y puesta en marcha bordea los USD 85 000. La inversión se financiará con un crédito bancario. Los socios barajan dos opciones: comprarlas en Italia o China.

    Para los Lema, este no es un proceso nuevo. Hace cerca de tres años, Efraín decidió introducir un Jacquard en una de las máquinas de fabricación de cobijas.

    La firma textil se apalanca en los canales de distribución que ha conquistado el patriarca. Poseen almacenes en Otavalo, Quito y Guayaquil, en donde también ofrecen manteles, cobijas, ponchos, bufandas y chalinas.

    También tienen distribuidores en esas ciudades, así como en Ambato, Cuenca, Salinas, entre otras urbes, que son visitadas por turistas, especialmente foráneos.

    Además, atienden la demanda de clientes de Pasto, en Colombia.

    Efraín Lema considera que eso lo ha conseguido en las tres décadas de trabajo en la rama textil. Recuerda que cuando se independizó de su padre, elaboró y comercializó tela de bayeta.

    Por esos años sus principales clientes estaban en Cuenca, a quienes les visitaba en cada local para ofertar sus creaciones.

    Si bien hasta ahora mantienen las visitas, los pedidos también llegan a través de las redes sociales. En la cuenta de Facebook de Aly Textiles se exhiben los últimos modelos y precios de las prendas que elaboran.

    Algunos datos

    Locales.  Aly Textiles tiene sus almacenes en Otavalo, Quito y Guayaquil. En la primera urbe su local está ubicado en las calles Quiroga y Sucre.

    Ventas. Existen comerciantes otavaleños que llevan los productos de esta compañía textil a EE.UU. y Europa.

    Ferias.  Los diseños de Aly Textiles se han exhibido en festivales como el Carnaval de Pasto, en Colombia, que resaltan la tradición y el arte.

    Decoración.  Los textiles de esta firma también son ideales para la decoración.

    Pedidos.  Se puede realizar al teléfono: 098 923 0118.

    Integrantes de la familia Lema muestran algunos de los productos que ofrecen en los locales de su sociedad. Foto: José  Luis Rosales / LÍDERES
    Integrantes de la familia Lema muestran algunos de los productos que ofrecen en los locales de su sociedad. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • Hamacas con estilo y personalizadas

    José Luis Rosales

    Contenido intercultural

    La fabricación de hamacas, con hilos de algodón y diseños personalizados, es la nueva propuesta de la empresa Aly Textiles, de Otavalo.

    La firma, que tiene como socios a cuatro integrantes de la familia Lema, de la comunidad indígena de Peguche, se dedica a la confección de estas camas colgantes. Estas tienen una creciente demanda, especialmente en la Costa y por parte de turistas extranjeros.

    La planta, que abarca un área de 885 metros cuadrados (m2), opera desde febrero del 2017.
    La idea de aliarse para aprovechar el potencial que tiene cada uno de los socios surgió hace tres años, recuerda Reymi Lema, presidente de esta firma. Sin embargo, reconoce que por la especialidad que domina cada artesano, no fue un camino sencillo.

    Efraín Lema se dedica a la fabricación de cobijas de hilo acrílico; su hermana, Florinda, produce el cordón para las hamacas. Los dos heredaron la vocación textil de su padre, César, uno de los más famosos tejedores de la localidad.

    Mientras que David y Reymi, hijos de Efraín, se dedican a la confección de bolsos y de ponchos, respectivamente.

    Tras dos años de preparativos lograron instalar esta fábrica de producción de hamacas, algunas con diseños preincásicos. “Todavía es un mercado que falta ser explotado”, asegura Reymi.

    Está equipada con siete telares mecánicos, en los que se produce 120 unidades al día.
    Los aparatos se adquirieron de medio uso a una empresa proveedora de hilos, en Quito. Mientras que la urdidora, que permite la preparación de una diversa gama de hilos, la trajeron de Colombia.

    Entre las innovaciones está el reemplazo del hilo acrílico por el de algodón, que aseguran brinda una contextura más fresca. Incluso, las máquinas están calibradas para el grosor y textura de la fibra.

    Además, los lienzos que se elaboran en estos artefactos son más anchos, miden 3,50 metros. Los más comunes son de 1,62 m. En el plantel textil, actualmente, laboran tres personas, además de los socios que colaboran en los procesos de fabricación.

    Textiles Aly crece paulatinamente. Reymi Lema, ingeniero en Producción Industrial de profesión, asegura que han ido evolucionando de acuerdo con las exigencias del mercado. “Ahora tenemos muchos pedidos de diseños personalizados, con letras”.

    Por ello, está en marcha el proyecto de adquisición de dos telares de Jacquard, que serán acoplados a las máquinas en la parte superior. Las denominadas cabezas posibilitarán que los hilos de la urdimbre tengan un movimiento independiente, que permita conseguir el dibujo deseado.

    El presupuesto para la adquisición, transporte y puesta en marcha bordea los USD 85 000. La inversión se financiará con un crédito bancario. Los socios barajan dos opciones: comprarlas en Italia o China.

    Para los Lema, este no es un proceso nuevo. Hace cerca de tres años, Efraín decidió introducir un Jacquard en una de las máquinas de fabricación de cobijas.

    La firma textil se apalanca en los canales de distribución que ha conquistado el patriarca. Poseen almacenes en Otavalo, Quito y Guayaquil, en donde también ofrecen manteles, cobijas, ponchos, bufandas y chalinas.

    También tienen distribuidores en esas ciudades, así como en Ambato, Cuenca, Salinas, entre otras urbes, que son visitadas por turistas, especialmente foráneos.

    Además, atienden la demanda de clientes de Pasto, en Colombia.

    Efraín Lema considera que eso lo ha conseguido en las tres décadas de trabajo en la rama textil. Recuerda que cuando se independizó de su padre, elaboró y comercializó tela de bayeta.
    Por esos años sus principales clientes estaban en Cuenca, a quienes les visitaba en cada local para ofertar sus creaciones.

    Si bien hasta ahora mantienen las visitas, los pedidos también llegan a través de las redes sociales. En la cuenta de Facebook de Aly Textiles se exhiben los últimos modelos y precios de las prendas que elaboran.

  • Las compras personalizadas desde una ‘app’

    Evelyn Tapia

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    Hace dos años que a Rafael Luque, guayaquileño radicado en Quito, se le ocurrió emprender un negocio para atender al público milenial (personas entre los 20 y 30 años) con poco tiempo y poca experiencia en la tarea de hacer compras.

    “Los jóvenes hoy en día trabajan y no tienen tiempo, a veces trabajan y estudian o tal vez no saben cuál es la mejor carne para freír”, explica Luque.

    Así nació la aplicación móvil gratuita Tipti (Tiempo para ti), que en un mes, desde su lanzamiento para Quito y Guayaquil, ya ha registra cerca de 24 000 descargas.

    Se trata de un servicio de asistencia de compras personalizado, que surgió con una inversión que bordea los USD 350 000. Luque explica que le tomó un año y medio de investigación.

    Detrás de la aplicación en la que los clientes pueden elegir entre más de 10 000 productos de supermercado y de tiendas especializadas, está un equipo de 10 personas que se encarga de hacer las compras por el usuario.

    En Tipti los llaman ‘shoppers’ y cada uno puede atender hasta 14 pedidos secuenciales de clientes en un día. Luque adelanta que en noviembre la ‘app’ estará disponible también en Cuenca, por lo que en seis meses el número de ‘shoppers’ se duplicará.

    “Nuestros ‘shoppers’ son chefs que van a la tienda y eligen lo mejor para el cliente. Si otras aplicaciones no han tenido éxito ha sido porque no hay ese elemento de conocimiento”, dice.

    Luque comenta que lo que hace diferente a la ‘app’ es que los usuarios tienen la opción de interactuar con sus ‘shoppers’ para especificar detalles o incluso, para aprobar cambios en la compra de productos.

    Añade que todos los ‘shoppers’ son milenials. “No puedo atender milenials sin conocerlos”.
    Saidy Larrea, de 24 años, es una de las ‘shoppers’. Ella se graduó de la carrera de Gastronomía en la Universidad San Francisco y cuenta que sus conocimientos le ayudan a asesorar mejor a los clientes. “Podemos comunicarnos con los clientes y atender sus preferencias. En promedio hacemos compras de 30 a 40 artículos”.

    Luque explica que además de los productos de supermercado, existen tiendas de productos de mascotas y de belleza. Las compras que se hacen en supermercado y requieren del conocimientos de gastronomía de los ‘shoppers’ tienen un recargo de USD 6 por pedido.

    Mientras que las compras que se hacen en las otras tiendas tienen un recargo de USD 2,50.
    Por ejemplo, si el cliente pidió en la ‘app’ un producto de presentación mediana, pero en el supermercado solo hay uno de tamaño grande, el ‘shopper’ podrá consultarle al cliente si prefiere hacer el cambio.

    Cristina Espinoza, clienta frecuente, dice que desde que conoció de Tipti la usa cada semana. “Me gusta sobre todo que los chicos que hacen las compras siempre saben dar solución a los requerimientos”, indica.

    En esta primera etapa los creadores de la aplicación trabajan con seis tiendas pequeñas o de conveniencia, un supermercado,una tienda de delicatesen, una de belleza y dos de artículos para mascotas. En los próximos meses se sumarán más.

    Rafael Luque es el creador de Tipti, una aplicación móvil que atiende en Quito, Guayaquil y pronto en Cuenca. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Rafael Luque es el creador de Tipti, una aplicación móvil que atiende en Quito, Guayaquil y pronto en Cuenca. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Invitaciones únicas y personalizadas

    Redacción Quito

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    Los métodos de personalización de la publicidad llegaron hasta la industria de las tarjetas e invitaciones de la mano de Tarjetitas Atelier. Este emprendimiento fundando en el 2013, se dedica a satisfacer las necesidades de quienes buscan hacer de una ocasión especial algo único y diferente.

    Los publicitas y amigos desde la universidad, Marcelo Granja y Ricardo Jaramillo, se habían dedicado, por más de seis años, a manejar la publicidad de varias multinacionales. Sin embargo, cuando algunas de estas empresas decidieron retirarse por el duro panorama económico del país, los dos socios comprendieron que era el momento de incursionar en algo diferente.

    Según Granja, algunos amigos y familiares les habían pedido realizar invitaciones, ya que sabían de sus habilidades y conocimientos de diseño gráfico. De esta manera, al ver que sus primeros trabajos tenían una buena acogida, Granja y Jaramillo decidieron dedicarse por completo a este negocio y fundaron Tarjetitas Atelier.

    Uno de los primeros obstáculos que encontraron a la hora de la producción de los trabajos, fue que los costos de imprenta eran demasiado elevados. Por este motivo, los emprendedores decidieron poner en juego sus ahorros y hacer la inversión inicial de unos USD 40 000.

    Esta primera suma de dinero invertida les permitió adquirir impresoras profesionales y demás máquinas necesarias para la elaboración y decoración de las tarjetas e invitaciones. Gracias a esto, los emprendedores lograron mejorar la rentabilidad de la empresa y producir una mayor cantidad de trabajos.

    Sin embargo, los socios comentan que el proceso de darse a conocer y captar una cartera importante de clientes no fue sencillo; alrededor de un año y medio se tardaron en contar con la cantidad necesaria de trabajos para que el emprendimiento saliera adelante.

    Hoy en día, Atelier ha logrado conseguir una gran cantidad de clientes que cuenta con ellos para producir las invitaciones de sus eventos. Además, el taller consiguió convenios con empresas, como el Hospital Metropolitano, para realizar las invitaciones a eventos que estas organizaciones realizan en el año.

    Gracias a las empresas y demás clientes, este emprendimiento cuenta, en promedio, con 35 trabajos mensuales, entre tarjetas e invitaciones. Esta producción, a su vez, hace que los socios facturen mensualmente la cantidad aproximada de USD 5 000.

    Entre sus principales clientes, cuenta Jaramillo, están novios que llegan hasta Atelier para hacer de las invitaciones para sus bodas algo extraordinario. “Muchas veces vienen novias que tienen muy claro lo que quieren, pero no encontraban quien pueda hacer sus ideas realidad”, manifiesta Ricardo Jaramillo.

    Los dos socios y sus cuatro colaboradores se encargan de materializar las ideas de sus clientes, sin importar cuán extravagantes o difíciles sean. El proceso de aprobación de las invitaciones, entre los cambios de los clientes y los diseñadores, se tarda aproximadamente una semana y la entrega de los trabajos demora entre tres y cinco días.

    Los costos de las invitaciones y tarjetas dependen de las exigencias y complejidad del trabajo. Algunas personas optan por ideas sencillas que pueden llegar a costar USD 2,25; no obstante, existen clientes que prefieren que sus invitaciones contengan materiales costosos, como el pan de oro y plata, por lo que sus pedidos alcanzan el valor de USD 11,50.

    Según Marcelo Granja, la empresa ha captado clientes de dos maneras principalmente, las recomendaciones de sus clientes y su promoción en Internet. Además, Atelier cuenta con personas que buscan sus servicios de manera permanente.

    “Muchos de nuestros clientes empiezan con las invitaciones a la boda, después al baby shower, luego al bautizo, al primer año del hijo y así se van quedando con nosotros”, dice Ricardo Jaramillo.

    Los socios comentan que piensan, en un futuro, abrir su primer local para exhibir sus más de 800 trabajos y que más personas puedan conocer de esta empresa que logra hacer sus ideas realidad.

    Ricardo Jaramillo y Marcelo Granja  muestran los diseños de tarjetas que elaboran para sus clientes.Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Ricardo Jaramillo y Marcelo Granja muestran los diseños de tarjetas que elaboran para sus clientes.Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Los detalles llegan con flores personalizadas

    Redacción Guayaquil

    Sorprender a las personas que uno más quiere es el objetivo del emprendimiento Sunday Monday Flowers, de la guayaquileña Andrea Plaza. Para lograr este fin, la joven de 23 años ideó dos productos claves: arreglos florales y desayunos gourmet.

    ¿Cuál es el valor agregado? La personalización de los regalos. «Ningún arreglo es exactamente igual a otro», comenta la emprendedora. Cada uno tiene un detalle de acuerdo con los gustos, preferencias y necesidades del cliente, y de quien los recibe.

    «Esta es la fortaleza del negocio», opina Alejandro Marmolejo, quien ha comprado arreglos florales a Sunday Morning Flowers en varias ocasiones.

    Él conoció del emprendimiento a través de Facebook, una de las redes sociales mediante las cuales se promociona Plaza, además de Twitter e Instagram. «Los productos me parecieron originales y decidí contactarlos para realizar un regalo», cuenta Marmolejo.

    Un diferenciador es que Plaza utiliza canastas de mimbre, en lugar de recipientes plásticos o de cerámica, como en las florerías tradicionales. De las canastas se provee en Riobamba, mientras que las flores son traídas de diversas provincias de la Sierra. Otro material que utiliza la joven en sus arreglos es el yute.

    Esto llamó la atención de Marmolejo, quien incluso ha recomendado los productos a sus conocidos. Este cliente frecuente comenta que el resultado es excelente y el precio va acorde con el mercado. Este es de USD 30 en adelante, de acuerdo con el tipo de producto.

    La idea surgió hace más de un año, luego de que Plaza decidiera independizarse laboralmente. En este proceso su abuela fue clave, ya que le dio los contactos de los proveedores florales.

    Así, en febrero del año pasado, nació Sunday Morning Flowers, bajo una inversión de unos USD 3 000. Tuvo que comprar un acondicionador de aire y una refrigeradora pequeña, para mantener las flores en buenas condiciones.

    Hoy, este emprendimiento comercializa cerca de 40 unidades cada semana, entre arreglos y desayunos. Los segundos se venden en menor cantidad. Estos incluyen ingredientes como frutas con chocolate, yogur, cereales, entre otros.

    Los arreglos y desayunos son elaborados por la emprendedora, junto a una ayudante. Una tercera persona colabora con la entrega de los productos en Guayaquil y zonas aledañas como Durán, Daule y Samborondón. En este caso, se cobra un recargo adicional por el servicio. Los productos también pueden ser retirados en el taller de la emprendedora, en la ciudadela La Cumbre (norte).

    Como un servicio adicional, el emprendimiento también confecciona arreglos para eventos sociales, como matrimonios, bautizos y fiestas.

    Los clientes son variados: desde jóvenes hasta adultos, que quieren sorprender a alguien con un detalle original. Las fechas más fuertes para las ventas son ocasiones especiales, como el Día de la Madre, San Valentín y el Día de la Mujer.

    La oferta y demanda

    El estilo.  Los arreglos tienen un estilo tierno, combinado con ‘vintage’.

    Más productos.  Arreglos de frutas y marshmellows con chocolate.

    Artículos florales.  Además de los arreglos personales, el negocio elabora creaciones para empresas.

    Los pedidos.  Deben ser solicitados con al menos tres días de anticipación.