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  • Bruno Leone: ‘El aporte de la pesca ahora es vital’

    Priscilla Alvarado  (I)
    Redacción Guayaquil

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    Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, analiza la importancia de la pesca en la economía del país y detalla cómo la industria nunca paró durante la emergencia. Ratifica, además, la necesidad de concretar acuerdos para empujar las exportaciones.

    La pesca fue uno de los sectores prioritarios durante la emergencia sanitaria. ¿Cómo se manejó para operar?
    Fue complicado por todos los temas en los que incidió la pandemia. El ausentismo en el personal, desde la fase extractiva hasta el procesamiento en las industrias, provocó una caída en producción del 60%. Esto se sumó a una disminución de precios internacionales por la depresión de los mercados. A pesar de estos factores, en la época más complicada (marzo y abril), nunca dejamos de trabajar.

    ¿Se fortalecieron los protocolos o acciones en la cadena?
    Las medidas se endurecieron. La industria de alimentos ya aplicaba, desde antes, protocolos estrictos de calidad e inocuidad, lo que tocó fue ampliar el control y proteger al personal. Por suerte, no hubo nuevas exigencias de los mercados. Ellos conocen todo lo que se aplica para que el producto ecuatoriano sea trazable.

    ¿Cuál sería el factor positivo que dejó la pandemia?
    Fuimos el rubro que alimentó en el confinamiento. Eso por el lado del consumo, porque hubo mayor demanda de enlatados tanto interna como externamente. La gente se aprovisionaba de productos. Por otro lado, fuimos uno de los pocos sectores que mantuvo sus plazas de empleo completas, no se despidió personal. La pesca da trabajo directo a 108 000 personas e incluso aumentó. Con esto quedó claro que la pesca es una actividad positiva para el país.

    ¿Cómo garantizaron la calidad de los productos que enviaron en esos meses?
    Los estándares son altísimos y la demanda de controles es estricta. Estamos sujetos a normativas internacionales de manejo de productos alimentarios. Las auditorías del Instituto Nacional de Pesca y de las certificadoras son permanentes. Lo que ahora se ha fortalecido es el control al personal, proveedores, al producto terminado e insumos. Esto es una inversión a la que accede la industria para mantener sus mercados.

    Parte de esos lineamientos se recogen en la Ley de Pesca. ¿Cómo avanza su aplicación?
    Todo avanza según lo programado. La Ley se publicó en el Registro Oficial el 21 de abril del 2020 y ahora se trabaja en la elaboración del reglamento que se prevé se publique en octubre. Ahí se especificarán las líneas de aplicación de los nuevos conceptos de la ley, sobre todo, en la parte sancionatoria e investigativa. Además, simultáneamente, se avanza en la implementación de un sistema de control de trazabilidad. La plataforma ya está siendo analizada por la Cartera de Telecomunicaciones. Son cuestiones de forma.

    ¿Existen puntos de la Ley que ya se aplican?
    Claro, la autorización previa para importar productos pesqueros. Esto consta en la Ley y es parte del Plan de Acción para levantar la Tarjeta Amarilla que impuso la Unión Europea (UE). El contingente que se importa (250 000 toneladas) ahora es normado para que tenga la legalidad debida. Es un avance inmenso que hace bien al país como jurisdicción pesquera y que está alineado a la lucha contra la pesca ilegal.

    La promulgación de la Ley era clave para superar la Tarjeta Amarilla con la UE. ¿Qué avances hay en esa gestión?
    Existe intercambio de información y diálogo directo. Cuando se impuso la sanción (16 de octubre, 2019), se solicitó que en seis meses se debía enviar un plan de acción para subsanar 28 puntos, entre ellos la reforma a la Ley de Pesca. Eso se envió. Sin embargo, como todo proceso, con la pandemia se retrasó. Pero hay que aclarar que no se frenó. La retroalimentación recibida del bloque europeo es que Ecuador es responsable con el cumplimiento de lo solicitado.

    ¿Cómo quedó la verificación ‘in situ’ de la UE?
    La visita de autoridades de la Dirección de Asuntos Marítimos y de Pesca (DG Mare) estaba prevista en abril, pero por la pandemia no se dio. Ecuador y la UE siguen intercambiando información y, a nivel de país, hay celeridad para cumplir lo que se solicita. No hemos recibido respuestas negativas de lo que se ha enviado.

    ¿Hay nuevas exigencias?
    No, continúan las mismas exigencias del inicio. Todo encaminado a normar y fortalecer la lucha contra la pesca ilegal. Lo que sí han solicitado las autoridades europeas es que sea visible la aplicación de todas estas normas, no solo para levantar la sanción, sino para traducirlas en políticas públicas que fortalezcan al sector.

    La UE es más exigente con los productos que recibe…
    Definitivamente. Es una economía que va encaminada al pacto verde y es algo que significa, sin duda, mayores exigencias. El sector se ha preparado para cumplir con todo lo que soliciten.

    ¿Cómo manejan la política de contingentes arancelarios que mantiene la UE para algunos productos pesqueros?
    Es complicada, dado que lo consideramos como competencia desleal. El acuerdo comercial que entró en vigor en 2017 mantiene acceso libre de aranceles para la producción atunera. Pero, a pesar de lo alcanzado en las negociaciones, la existencia de la política de contingentes arancelarios autónomos de la UE para ciertos productos pesqueros, como los lomos precocidos de atún y su omisión en las negociaciones, hoy en día erosionan las preferencias arancelarias logradas en este mercado porque tienden a aumentar.

    ¿Cómo les afecta?
    A través de estas resoluciones o contingentes, acceden a productos de Asia que no cumplen todo lo que nos exigen a nosotros como país. Lucha contra la pesca ilegal, trazabilidad, laborales, etc. Hemos pedido que intervenga la Cancillería para que eso no suceda y más bien disminuya y no nos quite espacio en nuestro principal mercado. Las reglas del juego deben ser iguales para todos.

    ¿La entrada en vigencia del acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), qué les representa?
    Es un acuerdo complementario. Muchos de los productos comprados por un determinado país en Europa iban a estas naciones. Los mercados que están ahí son estables. El Viejo Continente es nuestro principal destino.

    Las miras de un acuerdo serían con…
    EE.UU., definitivamente. El país está geográficamente en nuestra zona y es un gran consumidor de productos del mar, sobre todo del atún. Es importante que concluya para entrar con nuestro producto en funda o ‘pouch’ sin impuestos. Hay que poner todo el empeño en ese acuerdo. Está en el tejido productivo del país empujar este carro que se llama Ecuador.

    ¿Qué oportunidades se ven para el segundo semestre?
    Oportunidades como tal, no hay. Se espera estabilidad en los mercados y que el mundo se recupere, para tener niveles de consumo de antes de la pandemia. La proyección del sector no es de crecimiento, pero sí cerrar con cifras parecidas al 2019, que fueron mejores.

    Hoja de vida
    Su formación
    .  Ingeniero Industrial de la Universidad de Guayaquil. Programa de Alta Dirección Empresarial del Instituto de Desarrollo Empresarial (IDE).
    Su experiencia.  Presidente del Grupo Pesquero Servigroup desde 1989. Fue gerente del Grupo Camaronero Nirsa. En el sector bancario se desempeñó como subgerente de la sucursal mayor del Banco Central del Ecuador y también como gerente general de la Agencia de Garantías de Depósito (AGD).
    En los gremios.  Lidera la Cámara Nacional de Pesquería desde el 2015. También fue director de la Cámara de Comercio y de Industrias de Guayaquil.

    El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería Bruno Leone detalla cómo la industria no paró durante la emergencia sanitaria. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería Bruno Leone detalla cómo la industria no paró durante la emergencia sanitaria. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Atuneras buscan la ecoetiqueta para el 2020

    Redacción Guayaquil

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    Un juego de naipes a bordo puede ser un pretexto para aprender sobre pesquería responsable. En una baraja se pueden encontrar nueve especies de tiburones y seis de peces variados, como el Dorado. También las tres especies de atunes que captura la flota ecuatoriana: barrilete, aleta amarilla y ojo grande o patudo.

    Pero no solo se trata de un juego de azar. Es parte de la apuesta sobre Buenas Prácticas a Bordo que promueve Tuna Conservation Group (Tunacons). Es una organización con cinco empresas que desarrollan un proceso que busca obtener la ecoetiqueta del Marine Stewardship Council (MSC) para las capturas que realizan sus flotas con red de cerco de jareta en el Océano Pacífico Oriental (OPO).

    En las cartas de la baraja también están las prácticas para liberar tiburones, tortugas y mantarrayas, que caen incidentalmente en las redes y se devuelven al mar. Esas son medidas de mitigación que son adoptadas por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (Ciat). La tripulación es clave en este proceso de certificación internacional que promueve las prácticas sostenibles.

    Para lograrlo el grupo desarrolla desde el 2016 un proyecto de mejoramiento pesquero (Fisheries Improvement Project, FIP, por sus siglas en inglés) y cuenta con la cooperación del Fondo Mundial para la Naturaleza, capítulo Ecuador (WWF). Las empresas son Negocios Industriales Real S.A. (Nirsa), Eurofish, Grupo Jadran, Servigrup y Trimarine.

    Guillermo Morán, gerente de Tunacons, explica que el proceso FIP comenzó con tres empresas y luego se sumaron dos más.

    El MSC tiene estándares y criterios técnicos para fomentar e identificar las capturas pesqueras de forma sostenible y bien gestionadas. Para lograr la certificación se deben cumplir varias etapas.

    Los tres principios básicos son: el estado de las poblaciones atuneras; el impacto de las pesquerías en el ecosistema circundante, como pesca incidental; y el sistema de gestión y gobernanza.

    En la última evaluación del 2018 Tunacons recibió buenas calificaciones. “La meta es lograr la ecoetiqueta en el 2020”, dice Morán.

    En el proyecto están 44 barcos que tienen el 25% de las capturas en el OPO. Y sus tripulaciones reciben capacitación en buenas prácticas a bordo. También se desarrolla el prototipo de plantados con materiales biodegradables y reemplazar los plásticos y enmallados. Es una estructura flotante con un rabo o cola sumergible para agregación de peces (FADs, por sus siglas en inglés), que se lanza al mar para concentrar atún y luego se captura con la red.

    Morán dice que en 40 años la industria atunera del país ha logrado consolidarse. Pero es necesario conservar los ecosistemas pesqueros. Además, los consumidores “no solo están pidiendo una bonita etiqueta, buen sabor, con diferentes ingredientes”, sino que el origen del producto sea de una pesca responsable y sustentable.

    Ecuador es una potencia atunera en el OPO con 115 barcos y el segundo exportador mundial, después de Tailandia. En el 2018 se mantuvo como líder en capturas con 271 331 toneladas, el 46% del total de la región. Pese a que se registró una caída de 5,3%, en relación al 2017, según la Cámara Nacional de Pesquería (CNP).

    Andrés Aguirre, gerente de Ventas Internacionales del grupo Nirsa, señala que el proceso es clave para obtener la ecoetiqueta. “Recibir la certificación MSC hará que Ecuador se convierta en pionero en la industria del atún”.

    Según Aguirre, el consumidor se fija mucho en la sustentabilidad y la responsabilidad social, por eso la empresa desde hace años ha buscado cumplir esos estándares.

    Nirsa fue una de las primeras industrias en sumarse al programa de Tunacons. Posee una de las flotas atuneras más grandes del país con 13 barcos, exporta a 35 países y es el líder en el mercado local.

    Eurofish es otra de las grandes empresas. Tiene una flota de 21 barcos, con capacidad de capturas de 30 000 toneladas, que equivale al 70% de su materia prima.

    Como parte del programa también se trabaja en un plan estratégico de pesquería del atún que se entregará en mayo al Viceministerio de Pesca y que aspira a convertirse en una política nacional.

    El proceso

    Empezó en marzo de 2016 con la pre evaluación exhaustiva de todas las áreas involucradas: ecosistema, industria y normativas sostenibles.

    Luego se inicio el diseño del FIP Atunero (programa de mejoramiento) que se ha ejecutado en el 2017 y 2018.

    Tunacons elaboró un Código de Buenas Prácticas a Bordo sobre manejo de pesca incidental y uso de plantados, según las normativas del Ciat.

    Eurofish integra el grupo de Tunacons y es una las principales exportadoras de atún. La planta está instalada en Manta y tiene una capacidad de producción de 185 toneladas por día. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Eurofish integra el grupo de Tunacons y es una las principales exportadoras de atún. La planta está instalada en Manta y tiene una capacidad de producción de 185 toneladas por día. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • La flota pesquera ecuatoriana tiene más de 650 embarcaciones

    Redacción Guayaquil

    I) redaccion@revistalideres.ec

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    Ecuador tiene la segunda flota atunera más potente del Pacífico Oriental, después de Tailandia. Actualmente el país cuenta con 118 embarcaciones que, en conjunto, tienen una capacidad de arrastre de 98 000 toneladas. La capacidad de arrastre es el valor extra de las embarcaciones.

    Con esa flota, en el 2017 las capturas de atún llegaron a 286 383 toneladas. La cifra creció un 3,1% frente al 2016 y permitió que el Ecuador mantuviera el liderazgo de pesca atunera en la región.

    A la flota pesquera del atún se suman embarcaciones utilizadas en otra pesca. Allí se encuentran peces pelágicos, de tamaño pequeño como la macarela, pinchagua, sardina redonda, chuhueco, botellita, entre otros. Estos se caracterizan por estar más cerca de la Costa. Son los que por lo general pescan las embarcaciones semiindustriales y artesanales.

    El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), Bruno Leone, destaca que Ecuador es tradicionalmente un país pesquero y que la flota pesquera ecuatoriana está conformada hoy en día por aproximadamente 653 embarcaciones de pesca de peces pequeños y otras pesquerías, mientras en el campo artesanal se cuenta con más de 19 000 embarcaciones a escala nacional.

    Leone indica que la flota atunera tiene en promedio 40 años de edad. Esto impulsó a que la CNP lanzara un programa de renovación de flota. “La flota compite con barcos de otros países más modernos, veloces, con mejor tecnología. Y, en muchos casos, mantener operativa esas embarcaciones cuesta mucho dinero”.

    Uno de los pasos para que el programa se vuelva viable fue la aprobación del artículo 36 de la Ley de Fomento Productivo. Con esta norma, los barcos nuevos de astillero están liberados del impuesto al valor agregado en el momento de nacionalizarlos.

    Eso fue un gran paso, según Leone. Ahora el sector está trabajando con la Corporación Financiera Nacional para diseñar una línea de crédito con las características suficientes para poder financiar estos barcos nuevos que se tendrán que construir en el exterior. “En el Ecuador no hay astilleros con capacidad de construir esas embarcaciones”, asegura el dirigente del sector pesquero.

    El país tiene barcos con capacidad de capturar desde 150 hasta 200 toneladas. Y la renovación de cada embarcación, dependiendo del tamaño, podría costar entre USD 25 millones y 35 millones.

    El proceso de renovación aún no ha empezado, pero según la Cámara unos seis o siete barcos se podrán construir bajo este nuevo programa de renovación de flota.

    Actualmente, el costo de mantenimiento de la flota está por los USD 300 a 350 por tonelada capturada en el mar. “Es lo que tiene que gastar por mantenimiento y pesque o no pesque es un valor que se tiene que gastar, porque igual el barco navega, consume, se oxida”, explica Leone.

    Gino De Genna, propietario del grupo Degfer, tiene 150 personas trabajando en el mantenimiento de sus tres embarcaciones atuneras en el muelle de Manta, en Manabí. Una de ellas es la embarcación Aldo, de 672,89 toneladas con una capacidad de pesca de 450 toneladas.

    El empresario cuenta que además de la limpieza, el cambio de pintura, entre otros gastos que se hacen al interior y exterior de la embarcación en cada veda, cada tres años, los barcos hacen una limpieza de la carena (parte sumergida del barco), y que el precio del dique está por los USD 150 000.

    Degfer lleva 70 años en la actividad pesquera y además de la recolección tiene una planta de pro­cesamiento y también se dedican a la comercialización de productos del mar.

    La mayoría de la flota pesquera se encuentra en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario de Manta, que opera el grupo Agunsa desde marzo del 2017.

    Junto al mantenimiento, la flota pesquera del país enfrenta otras circunstancias propias de la actividad. Luiggi Benincasa, director de la Asociación de la Asociación de Atuneros del Ecuador (Atunec), dice que en la pesca al ser una actividad silvestre, se debe lidiar con las condiciones del clima, con las corrientes y muchas veces los barcos llenan la cantidad deseada, pero muchas veces no. Esto también pesa en la vida útil de las embarcaciones, así como en su rendimiento.

    El censo pesquero del 2013 registró 270 embarcaciones industriales, lo que constituye el 47% del total nacional. Mientras que en la pesca artesanal hay 3 983 embarcaciones, que equivalen al 22,8% de todo Ecuador.

    Seis sectores demandan el diésel 2

    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento  de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES


    Mayra Pacheco y Redacción Guayaquil (I)

    El sector pesquero es el tercero que más emplea diésel 2 en sus procesos productivos. En promedio, cada año destina 1,6 millones de barriles de este derivado para operar las embarcaciones, según el informe de gestión enero-diciembre del 2017 de la empresa pública Petroecuador.

    Antes de este sector, que emplea el 16,6% de diésel 2, están el industrial con el 41,8% y el petrolero con el 25,5%. Pero este combustible es también utilizado en porcentajes menores por los sectores naviero, eléctrico y automotriz. En total, el consumo asciende a 9,8 millones de barriles al año.

    En el caso del sector camaronero y pesquero atunero, este derivado tiene un nuevo precio desde el pasado 14 de septiembre, que entró en vigencia con una de las nuevas medidas económicas anunciadas por el Gobierno.

    Mediante el Decreto Ejecutivo 500, suscrito el 12 de septiembre del 2018, el Gobierno estableció en USD 1,19 el precio del galón del diésel 2 para el sector camaronero y pesquero atunero. El monto incluye el margen de ganancia. Este valor aplica también para el diésel premium, aunque en pesca se lo usa en menores cantidades.

    Mientras que para el sector pesquero y el denominado “otras pesquerías” estos derivados tendrán un costo de USD 1,04 con el margen de ganancia.

    Los nuevos precios en relación con los que se manejaban anteriormente tienen un incremento entre USD 0,10 y 0,25 por galón. Con esto, el Gobierno aspira a recaudar USD 36 millones al año.

    Para el sector pesquero, el consumo de estos derivados representaba dentro de la estructura de costos de operación de flota el 22% antes del incremento. Pero tras el alza del precio, ese valor subió a 31%, según Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP).

    El dirigente reconoce que pese al incremento, la decisión del Gobierno no ha causado mayor impacto en la flota pesquera, en comparación con lo que pudo haber pasado si el Gobierno equiparaba los precios con los del mercado internacional. Estos oscilan en alrededor de USD 2,60 el galón.

    “Eso hubiera significado un problema enorme para la flota y para la industria, porque incluso hay empresas que están integradas por barcos, plantas y comercialización. Entonces, con el nuevo valor, el Gobierno nos está apoyando si consumimos 65 millones de galones de combustible sería por USD 65 millones de dólares”, explica Leone.

    Por su parte, Luiggi Benincasa, director de la Asociación de la Asociación de Atuneros del Ecuador (Atunec), dice que la pesca al ser una actividad silvestre, se debe lidiar con las condiciones del clima, con las corrientes y muchas veces los barcos llenan la cantidad deseada, pero muchas veces no.

    Por lo que concluida la veda, que se inició el 29 de julio y terminará el 8 de octubre, la faena determinará si el aumento del precio de este combustible generará un impacto para la flota pesquera. Para Benincasa, posiblemente habrá pequeñas embarcaciones que no soportarán el aumento.

    Fernando Santos, exministro de Energía, piensa que la subida de estos derivados ha sido “muy cauta”. Incluso con estos montos, el precio de los derivados no alcanza costos internacionales.

    Además, para comercializar estos derivados según la embarcación, el Decreto fijó un plazo de 30 días para clasificar los barcos que se emplean en estos sectores. Esta tarea está a cargo del Ministerio de Acuacultura y Pesca.

    Las importaciones

    La producción nacional de diésel 2 no satisface la demanda total del producto.
    El país importa  este derivado para cubrir los requerimientos de todos los sectores.
    Entre enero y julio de este año se importaron 11,1 millones de barriles de diésel. Esto representa alrededor de 800 000 barriles más en relación con las cifras del mismo lapso del año anterior, según el Banco Central del Ecuador.

    El precio de este derivado en el mercado internacional es más alto respecto del 2017. En estos primeros siete meses Ecuador ha destinado USD 984,9 millones. Son USD 302,5 millones más que los destinados en el mismo período del último año.

    La pesca artesanal es la de mayor protagonismo en Esmeraldas

    Redacción Esmeraldas (I)

    En la provincia de Esmeraldas, la mayor actividad pesquera es la artesanal. Para hacer pesca industrial existen 4 barcos registrados, de los cuales dos operan en el sur de la provincia (Súa), uno en Posorja y otro está en reparación.

    Hasta el 2013, Esmeraldas contaba con una flota de 15 barcos dedicados a la pesa industrial, que representaban el 3% del total de las embarcaciones industriales del país, unos fueron vendidos y otros retirados de operación.

    De ese número de barcos apenas existen cuatro que equivalen al 1% de las 293 embarcaciones autorizadas mediante acuerdo ministerial, para desarrollar esa actividad en la provincia.

    Uno de los armadores pesqueros, Freddy Ávila, explica que de alguna manera la elevación del costo de combustible o diesel industrial, afecta a la actividad pesquera de arrastre de camaronera y chinchorrera, porque hay que pagar más y esos implica aumentar los costos de operación.

    Y aunque son apenas cuatro barcos en Esmeraldas, la elevación de costo del diesel industrial también hace que se incremente el valor de la gaveta de pescado, que de USD 50 subió a USD 70.

    “En mi caso vendo un pescado frito en USD 2,50, cuando antes lo vendía en USD 2, porque ahora pago más por una gaveta de pescado que está en Súa”, dice Maribel Arroyo, dueña de un loca de venta de pescado frito en el norte de la ciudad de Esmeraldas.

    En la ‘Provincia Verde’, más del 90% de la pesca es artesanal y se la hace en embarcaciones de fibra de vidrio, que utilizan dos motores con gasolina de dos tiempos, por esos vende la producción a precios más bajos, poro en producen en cantidad.

    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento  de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • La pesca en el río es parte de la oferta

    Marcel Bonilla

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    Junto al puente de 434 metros luz que une a Esmeraldas con la parroquia Tachina, funciona un nuevo proyecto turístico que promueve la pesca y el disfrute del estuario del río.

    Riviera-Restobar es una alternativa para los amantes de los mariscos y la pesca en el río Esmeraldas, donde se capturan cuatro variedades de peces. Los dueños de esta iniciativa son seis jóvenes profesionales de distintas carreras, que se juntaron para materializar una iniciativa empresarial, que permita dar una alternativa a los turistas locales y extranjeros.

    Cerca a la orilla del afluente se termina de construir un muelle, donde acoderan las embarcaciones que llevan a las personas a pescar robalos, tascapalos, bagres y hasta corvinas, bajo del viaducto de 434 metros.

    La captura se la hace con caña de pescar o nailon, usando como cebo carnada viva como langostinos o camarón pomada. Al sitio también llegan quienes hacen pesca con arpón, para capturar robalos de hasta 25 libras.

    El área de pesca está a 100 metros del borde del río, donde se observa un área de playa, cuando baja el agua del afluente.

    La idea de pescar en canoas y no desde el puente, fue brindar mayor seguridad a los amantes a la pesca, que lo hacen desde la parte alta del viaducto.

    David Mostesdeoca, es uno de los que pescaba desde el puente, pero ahora lo hace desde una canoa con todas las seguridades. “Lo bueno es que después de la pesca podemos disfrutar de los mariscos que se venden en el local que está en la ribera del estuario”.

    Cuando hay el requerimiento de los turistas, los administradores preparan las embarcaciones con cañas de pescar para quienes deseen capturar bagres, en el estuario del río Esmeraldas, desde donde se divisa el mar.

    Las pequeñas canoas que se utilizan para la pesca son parte del servicio que prestan pescadores de la misma zona, que trabajan en asociación con los jóvenes, dueños del Riviera-Restobar.

    Paúl Arboleda, uno de los administradores del negocio, explica que la pesca es solo una parte de lo que ofrecen, puesto que tiene una variedad de cocteles y platos preparados con mariscos, para degustar junto al río.

    Los paseos en lancha que organizan por el estuario, es otra de las alternativas que se brindan, y cuentan con la guía de los mismos empresarios, que explican las bondades del estuario y la reserva de manglar de 242 hectáreas.

    Una de las particularidades del negocio es que el área de cocina y coctelería funciona en dos contenedores de 12 metros, que los socios reciclaron para dar un toque vistoso al sitio.
    Las mesas que se usan en el local también fueron recicladas de las bobinas de claves. Los bancos y las mesas que están en el malecón del río, fueron hechos con troncos de madera, que juegan con el ambiente montañoso.

    La forma como se ha concebido el negocio agrada a los turistas extranjeros, que ocupan el 40% de las visitas, y acuden para observar el estuario, sentir la brisa y ver la caída del sol. Por eso los emprendedores reciben clases de inglés para mejorar la atención a los extranjeros que acuden, para una mejor comunicación con ellos.

    Fabián Sosa, otro de los socios, explica que la inversión en el negocio asciende a USD 50 000, y se hizo con el aporte de los socios.

    La forma como se ha concebido el negocio agrada a los turistas extranjeros, que ocupan el 40% de las visitas. La brisa del río es otro atractivo. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    La forma como se ha concebido el negocio agrada a los turistas extranjeros, que ocupan el 40% de las visitas. La brisa del río es otro atractivo. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La pesca del chame integra al montuvio

    Bolívar Velasco

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    La pesca del chame es una forma de integración característica de las familias montuvias de la provincia de Manabí .

    Durante años los habitantes de los cantones Chone y Tosagua, en el norte de la tierra manabita explotan este pez en piscinas artificiales y en el humedal La Segua.

    Para los montuvios de estas zonas es una tradición que data desde sus antepasados y que fue una de las múltiples actividades que se ingeniaron para subsistir.

    La cifra sobre cuántas familias están involucradas en la pesca de este producto no están cuantificadas, pero los mismos pescadores estiman que son 100 familias.

    La mitad está agrupada en la Asociación para la Explotación y Recuperación del Chame.
    Las familias madrugan y se organizan en grupos de hasta cinco para cada jornada de pesca.

    Van en lanchas o pequeñas embarcaciones que se conocen como pangas a través de las cuales se adentran hasta los sitios donde abunda el chame.

    Llevan trasmallos y baldes para acompañar la faena que debe empezar puntual porque entre más temprano sea, más productiva puede ser la jornada.

    Teresa Mendoza es dueña de una piscina de tres hectáreas dentro del humedal La Segua, en Chone. Allí produce y conserva el producto como parte de una iniciativa de preservación.

    Ella sabe, por ejemplo, que los sitios donde se forman lechuguinos son potencialmente aprovechables para la pesca porque el chame llega en manadas.

    Eso ocurre en época de invierno y para que la captura sea más efectiva es necesario cercar la zona con al menos un día de anticipación, explica Mendoza.

    Los pescadores recurren a una red grande que tienden alrededor de los islotes y que apuntalan con maderos de caña guadúa.

    Al día siguiente llevan recipientes plásticos para capturar de manera manual la producción.

    Los montuvios deben saber guardar el equilibrio mientras pescan, porque lo hacen sobre terrenos movedizos que no dan opción para un movimiento brusco porque de lo contrario caen al agua y eso les hace perder tiempo.

    Verónica García, presidenta de la Asociación para la Explotación y Recuperación del Chame, comenta que la organización va más allá del hecho de capturar el pez.
    Las familias comercializan el producto por años en pequeñas tiendas que construyeron en las márgenes de las carreteras entre Chone y Tosagua.

    José Cedeño lo vende a la altura del kilómetro 59 de ese eje vial y para cautivar a sus clientes exhibe el chame con sus manos, casi simulando el dedo alzado como se lo hace cuando se anticipa la parada de un bus.

    De esa forma hay unas 30 personas que ofertan este producto de agua dulce en esa ruta.
    Los clientes compran siete unidades por USD 10 y en casa lo degustan ya sea frito o apanado.

    Julio Zambrano, otro comerciante, indica que el uso que se le da al chame es variado, pues además se lo emplea para preparar el boyo de pescado.

    La misma Asociación para la Explotación y Recuperación del Chame incursionó en la elaboración de una hamburguesa con base en la carne del chame.

    El emprendimiento comenzó el 5 de marzo pasado y es apoyado por el Ministerio de Agricultura Ganadería Acuacultura y Pesca y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

    Estas entidades proporcionaron a la organización de 28 500 alevines y 180 sacos de alimentos para producir el chame en sus zonas y para que luego sea utilizado para procesar la hamburguesa.

    La Asociación trabaja bajo pedidos, pero por ahora les hacen encargos de hasta 30 unidades.El chame también es motivo de un festival en Chone.

    En la reserva natural La Segua, en el cantón Chone, los montuvios manabitas pescan el chame desde tempranas horas y así aseguran la producción. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    En la reserva natural La Segua, en el cantón Chone, los montuvios manabitas pescan el chame desde tempranas horas y así aseguran la producción. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La industria pesquera se recupera

    Washington Paspuel

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    Unas 162 toneladas de pesca blanca y camarón arriban a diario a la planta de la firma Negocios Industriales Real (Nirsa), un complejo de varios galpones en la comuna pesquera de Posorja, en Guayaquil.

    El frío es permanente dentro de las instalaciones: esta es una condición indispensable para que el producto mantenga su frescura. De estas instalaciones salen los 20 productos congelados que Nirsa comercializa en el mercado interno y externo: atún, corvina y dorado, hasta camarones con cola congelados, una presentación apetecida en Estados Unidos.

    Nirsa está ahora apostando a su segmento de mariscos congelados. Lo hace con nuevas inversiones y mejoras en su infraestructura, pese a que el sector pesquero atravesó una racha de bajos precios en el 2015. Las exportaciones de atún representan el 56% de la industria de la pesca blanca. Las exportaciones de enlatados de atún alcanzaron los USD 1 263 millones en el 2014, pero cayeron a USD 952 millones en el 2015, según datos del Banco Central.

    La caída fue un reflejo de los bajos precios internacionales que se mantuvieron durante todo el 2015. Datos de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) ubicaron en USD 900 el precio internacional de la tonelada de atún hasta noviembre del 2015, pero desde diciembre se empezó a recuperar y a marzo de este año el valor se ubicó en USD 1 250.

    Las exportaciones de otros enlatados y procesados de mar (precocidos y filetes congelados, por ejemplo) que en conjunto representan el 21% de las ventas de pesca blanca, experimentan este 2016 un crecimiento lento. Entre enero y febrero se exportó USD 155 millones, un incremento de USD 6 millones con respecto al mismo período del 2015.

    Para Emilio Vargas, gerente de la división de Empacado de Nirsa, la caída de los precios de la pesca blanca no frenó sus inversiones. El año pasado la compañía compró una máquina de congelado rápido, que reduce este proceso de 10 horas a 25 minutos. Con estas inversiones, la empresa espera que las ventas de su división de productos congelados crezca un 15%.
    Las exportaciones de elaborados del mar crecieron desde los USD 33,6 millones en el 2014, a los 39 millones el año pasado.

    Eurofish, otra exportadora de atún, prevé hacer adecuaciones en su infraestructura para incrementar sus ventas al exterior. La compañía obtuvo ingresos en el 2015 por USD 90 millones. Sus plantas procesan 170 toneladas de atún al día, que se exportan a 16 países, bajo un abanico de 100 marcas.

    Esta firma y otras dos más del sector participan desde el 2015 en el Plan de Mejoramiento Pesquero. Con ello buscan obtener una certificación internacional de sustentabilidad del recurso que, a criterio de Olmedo Zambrano, gerente de Eurofish, les permitirá llegar a más mercados. “Debemos ir cumpliendo ciertos objetivos, que implican nuevas inversiones”.
    El sector se está recuperando de los bajos precios del 2015, por ello las inversiones en algunos casos se concentran en el mantenimiento de los buques pesqueros.

    Para el presidente del capítulo Ecuador de la CIAT, Guillermo Morán, la industria pesquera deberá esperar hasta mediados de año para saber si habrá recuperación en las ventas al exterior. Morán afirma que el mercado para el atún es muy competitivo y ahora se tiende a adquirir un producto de origen sostenible. “La certificación de sostenibilidad tienen 50 pesquerías en el mundo”.

    El mercado europeo absorbe más del 50% del atún ecuatoriano. A decir de Morán, hay nuevos mercados que se están abriendo o ampliando en Europa, como el de Alemania, Holanda e Inglaterra.

    El presidente de Nirsa, Roberto Aguirre, coincide en que el sector recién se está recuperando, y que será difícil reinvertir inmediatamente. “Si bien el precio mejoró, las capturas bajaron desde diciembre, debido al incremento de la temperatura del mar, que alejó el alimento del pez”.

    Además de atún y otros productos de pesca blanca, en la planta de la firma Nirsa, en Posorja (Guayaquil), también se procesa camarón para exportarlo en varias presentaciones. Fotos: Francisco Flores/ LÍDERES
    Además de atún y otros productos de pesca blanca, en la planta de la firma Nirsa, en Posorja (Guayaquil), también se procesa camarón para exportarlo en varias presentaciones. Fotos: Francisco Flores/ LÍDERES
  • 10 años fueron suficientes para que su pesca llegue a la mesa mundial

    Holger Ramos B.

    [[OBJECT]]Federico y Alexis Tapia fundaron Pacfish en el 2002, aprovechando sus conocimientos en el sector de pescado fresco y con valor agregado. Federico Tapia había trabajado en una procesadora de productos del mar en Guayaquil. Su primo Alexis tenía experiencia en operaciones de comercio exterior en Miami (EE.UU).

    Federico Tapia, gerente de la firma, dice que la inversión inicial fue de unos USD 20 000, que se usaron para pagar el servicio de procesamiento del pescado, en una planta alquilada, ubicada en el sur de Guayaquil. En esa época solo exportaban pescado fresco en avión, a EE.UU.

    Hoy, la planta donde se procesa el producto está ubicada en un sector industrial de Mapasingue Oeste (norte). El espacio es alquilado, pero tiene los equipos para el procesamiento que ha comprado la firma. La inversión llega a USD 300 000. A final de año la firma prevé mudarse hacia una planta propia en la Vía a la Costa.

    El producto de Pacfish llega a mercados tan lejanos como Namibia, en África, o hacia Taiwán, China o Vietnam, en Asia. También exporta al menos hacia siete ciudades en la Costa Este y Oeste de EE.UU. y a la Unión Europea (UE).

    El 2011 fue un año de expansión. Esto permitió ventas de USD 12,5 millones, que equivalen a casi 1 500 toneladas (t) en productos, explica el Gerente.

    Tapia afirma que la empresa comenzó a crecer de forma más pronunciada a partir del 2004, cuando se mudaron a las instalaciones actuales. “Adaptamos la planta a los requerimientos de las autoridades sanitarias, como el Instituto Nacional de Pesca, para exportar productos congelados a EE.UU., Europa y Asia”.

    El proceso productivo de Pacfish comienza con el abastecimiento del pescado que llega de toda la Costa del país, desde El Oro hasta Esmeraldas. En general, los proveedores son distribuidores mayoristas. Luego, el producto es enviado a la planta en dos camiones propios y otros de terceros, para su procesamiento.

    La línea de congelados, en el caso del pescado, consiste en exportar el pez en porciones, limpio de piel, espina y sangre, y empacado al vacío. Es el caso del dorado, que Pacfish exporta a los EE.UU. Al pez se lo conoce como Mahi Mahi.

    Fervacargo es la empresa que obtiene los cupos de las aerolíneas y maneja la carga de Pacfish. La gerenta de Operaciones, Verónica Alarcón, dice que la relación con Pacfish es óptima. “Es una empresa seria que cumple con sus compromisos con responsabilidad y puntualidad”.

    La opinión es compartida por Josué Aráuz, del área comercial de Ensocorp. “La relación de trabajo es excelente. Son serios en la relación comercial”. Esta firma es proveedora de cerca de 10 000 cajas de cartón para exportación, al mes.

    Para Tapia, un aspecto estratégico es exportar tomando en cuenta las temporadas de pesca en el Litoral del país. En el caso del dorado es de noviembre a febrero; la de merluza, de marzo a octubre; o la de camarón de mar (pomada), de abril a octubre. Este último lo envían a Bélgica a la compañía Klaas Puul, que produce canguil de camarón. En el corto plazo, Pacfish espera adquirir maquinaria para aumentar en al menos el 30% de la producción en la nueva planta.

    La Insignia

    Leticia Carranza / área de producción: ‘hay oportunidades de crecimiento’

    Ingresé a esta compañía hace 7 años. En esa época me desempeñaba como asistente de control de calidad. Entre mis funciones estaban el control de calidad, realizar los análisis organolépticos, recepción de materias primas, verificar las condiciones en que llega el producto…

    Actualmente, soy Supervisora General de Producción. Me encargo del manejo general de la planta y también el personal. Controlamos la recepción de insumos, empaques, hielo, todo lo que concierne al aspecto de producción.

    Un reto importante es entender la necesidad de nuestros trabajadores y entender el perfil de cada uno. Así conseguimos un buen trabajo en equipo. Por otro lado, la relación con la gerencia es excelente. Considero que hay oportunidades profesionales de crecimiento en la empresa.

  • La exportación empuja al sector camaronero

    Redacción Guayaquil

    Acuicultura y pesca

    Las actividades de acuicultura y pesca de camarón, como consta en la clasificación de la industria el Banco Central del Ecuador (BCE), representaron el 5% del PIB del país, en el 2012.

    El segundo trimestre de este año ha sido uno de los mejores para la exportación de camarón. Se han abierto nuevos mercados y el precio internacional tiende a la alza. Las proyecciones del sector apuntan a que la ‘buena racha’ será hasta finales del año.

    Sin embargo, la falta de convenios genera incertidumbre en el sector, pues es necesario fijar nuevos mercados. En junio de este año, un informe macroeconómico del BCE señala que este sector contribuye en 0,07% para el crecimiento del Producto Interno Bruto.

    Según los dirigentes del sector acuacultor, estas cifras son importantes. Este segmento genera valor en zonas en donde no hay otras alternativas de producción; por ejemplo, en aquellas declaradas sin valor para la producción agrícola.

    La industria camaronera genera alrededor de 168 000 plazas de empleo directo e indirecto, y en conjunto con la pesca generan el 5% de las plazas de empleo del país.

    En el país existen unas 175 000 hectáreas dedicadas al cultivo de camarón y existen unas 277 embarcaciones dedicadas a la pesca. Desde el 2002, según un Decreto gubernamental, es prohibido ampliar las concesiones de cultivo de camarón (unas 68 000 hectáreas ubicadas en playas y bahías), que corresponden al 30% del territorio dedicado al cultivo.

    Una de las principales deficiencias del sector radica en la tecnología. En las camaroneras, las máquinas usadas para los diferentes procesos tienen alrededor de 20 y 25 años de funcionamiento. El cambio es un reto.

    La contribución de este sector al PIB es importante. Esta aseveración, según la Cámara Nacional de Acuacultura, se ve reflejada en que por cada dólar que se recibe por la exportación, en el país se generaron USD 0,91. Esto incluye mano de obra, laboratorios, materia prima generada en el país, entre otros.

  • Monitoreo satelital para la pesca artesanal

    Redacción Guayaquil (I) Twitter: @RevistaLideres

    En septiembre pasado, a 70 millas al suroeste de la península de Santa Elena, la embarcación Luis Miguel fue asaltada y su tripulación quedó a la deriva, sin un motor para regresar.

    Es común escuchar historias de naufragios y robos en alta mar entre los pescadores artesanales de las costas ecuatorianas, que luego de los incidentes, quedan días a la espera de ser rescatados.

    Sin embargo, la embarcación Luis Miguel no corrió con esa suerte, fue rescatada en cuestión de horas, pues es una de las 1 334 embarcaciones que desde julio de este año posee un dispositivo de monitoreo satelital, que emite alarmas de emergencia para ser rescatadas.

    El programa de monitoreo y rescate de barcos es una iniciativa de la Subsecretaría de Acuacultura del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca (Magap). Mediante este proyecto se pretende dotar de 4 000 dispositivos GPS de rastreo satelital ensamblados en Ecuador, a las costas de Esmeraldas, Manabí, El Oro y Santa Elena, con la participación de un consorcio formado por la empresa guayaquileña Vistaspac y la estadounidense Vehsmart, que se adjudicó el contrato por USD 4 millones.

    «Estamos trabajando con GlobalStar que tiene uno de los satélites más grandes del mundo. La tecnología cuenta con dos sistemas de alertas que permitirán avisar de cualquier inconveniente a las autoridades como el ECU 911 o Dirnea (Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos), para que actúen de inmediato y se salven vidas», destaca Víctor Guerra, presidente de Vistaspac.

    El ejecutivo añade que aunque la tecnología de rastreo satelital es proporcionada por la firma Vehsmart, en Ecuador unas 30 personas trabajan en Guayaquil ensamblando estos dispositivos que funcionan con baterías.

    Además, el sistema de alerta ‘pull core’, que tiene el GPS para emitir la señal de alerta, fue diseñado por el ecuatoriano Jorge Guerra, ingeniero de la Universidad Agraria del Ecuador.

    «Generalmente, los sistemas de alarma que se diseñan son botones y pensé diseñar una opción en la que la alerta se active halando un gancho y que no haya opción a desactivar la alarma», explica Guerra, que además maneja la plataforma www.ecuador.vehsmart.com.

    El sistema de rescate

    El desarrollo. El sistema ‘pull core’ que poseen las embarcaciones es un gancho desprendible que al ser activado emite señales de alerta satelital cada cinco minutos.

    La plataforma. Además de alertar sobre incidentes, el programa de monitoreo cuenta con una plataforma a la que pueden acceder los propietarios de las embarcaciones con un usuario y una clave. Eso permite monitorear la embarcación y recibir vía mensaje de texto la noticia del incidente.

  • Cuatro productos son ganadores en agro y pesca este año

    Reds. Guayaquil y Manta (I)

    Los principales productos tradicionales no petroleros que exporta el país tuvieron un desempeño destacado en el 2014. Mucho de su éxito, traducido en un incremento de sus envíos, mayor rendimiento, y la conquista de nuevos mercados, es la consecuencia de una mezcla de factores. Uno de esos aspectos es el fortalecimiento de la inversión en tecnificación e infraestructura.

    Ese crecimiento se refleja en las recientes cifras de ventas al exterior. En efecto, las exportaciones no petroleras subieron un 6,4% en volúmenes de envíos, en el ejercicio enero-octubre de este año, comparado con el mismo período del 2013, según el Banco Central. En cuanto al monto de exportaciones, el incremento fue más pronunciado: un 17,4% en el mismo período de referencia.

    Ese incremento se extendió a los cinco rubros no petroleros tradicionales. En cifras globales, el banano, el camarón, el cacao y sus semielaborados; el atún y la pesca blanca; y el café consiguieron un incremento del 8,4% en volumen de exportaciones, y un 26,2% en el monto de las ventas.

    A Iván Ontaneda, presidente de la Asociación Nacional del Exportadores de Cacao (Anecacao), ese despegue no le sorprende. «Solo ratifica el crecimiento sostenido del sector durante los últimos 10 años». El sector cacaotero prevé exportar 225 000 toneladas métricas al cierre de este año. Son 20 000 toneladas más que en el 2013. Hace una década, las exportaciones se destinaban a cuatro principales mercados, con EE.UU. y México a la cabeza. Para este año, aunque el 60% de las ventas se concentra en cuatro países, otros 15 mercados adquieren el cacao ecuatoriano.

    El banano y el camarón, primeros en la lista de las exportaciones tradicionales no petroleras, mantuvieron una disputa aparte en la que este año el segundo resultó ganador. El crustáceo ecuatoriano superó en octubre pasado al banano, por primera vez, en monto de exportaciones.

    Aunque el banano dejó de ser el producto no petrolero estrella en las exportaciones ecuatorianas, mantuvo sus niveles de crecimiento tanto en volumen como en monto de exportaciones. La Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador prevé que el volumen de envíos llegará a los 295 millones de cajas, por un valor total de USD 2 500 millones. Es un incremento de aproximadamente el 10% con relación al 2013.

    Pese a que su participación en el total de las exportaciones tradicionales bajó en el 2014, el banano se abrió nuevos nichos de mercado, los principales, los de China y Turquía. El presidente del gremio exportador de la fruta, Eduardo Ledesma, atribuye ese crecimiento a una mayor inversión en la tecnificación de las plantaciones, que se tradujo en mejores rendimientos por hectárea.

    Con relación al camarón, su buen desempeño en las exportaciones tuvo su premio en octubre. El último reporte del Banco Central señala que las exportaciones del crustáceo crecieron de 182 000 toneladas en el período enero-octubre del 2013, a las 247 000 toneladas, en el mismo ejercicio del 2014. «Mantenemos la proyección de una exportación récord de 600 millones de libras para este año», menciona el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, José Antonio Camposano. El dirigente también apunta como motivo de ese crecimiento, una mayor inversión en el sector, que se concentró en la investigación e infraestructura de las piscinas de cría del animal.

    El sector de la pesca blanca, en el que el atún tiene el mayor peso en volúmenes de exportaciones, se consolidó con la introducción de más especies comerciales. Actualmente, el país exporta 22 especies, con la corvina, el mero, dorado y picudo a la cabeza. Hace dos años, se exportaban alrededor de 14 especies, en diferentes presentaciones.

    La merluza, una especie que el país empezó a exportar desde el 2012, es un referente de crecimiento. Ese año Ecuador exportó hacia Rusia, Europa, Estados Unidos y parte de Sudamérica unos USD 8 millones en esta especie, según datos de la Asociación Ecuatoriana de Barcos Pesqueros. Las exportaciones a Ucrania, Bielorusia y Kazajstán en el 2013 fueron de 200 toneladas y para mediados del 2014 crecieron a unas 264 toneladas, según el Banco Central.

    Cacao

    La producción de las fincas se incrementó

    El sector cacaotero está inmerso en un proceso de recuperación de sus plantaciones, muchas de ellas con más de 20 años de edad, lo que repercute en el rendimiento por hectárea.

    Ecuador tiene unas 495 000 hectáreas (ha) en producción. De ellas, unas 100 000 están en proceso de rehabilitación y poda, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería. La recuperación de las plantas de cacao, desde hace dos años, dio como resultado el incremento de la producción, de cuatro subió a ocho quintales por hectárea. «La siembra se ha incrementado de un 8% a 10% anual, mientras que el volumen de exportaciones subió al 12% anual», dijo el presidente de la Asociación de Exportadores de Cacao (Anecacao), Iván Ontaneda.

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    El gremio calcula que el país cerrará el 2014 con una exportación de 240 000 toneladas de cacao, por un valor de USD 750 millones. «Para el 2016, esperamos alcanzar las 300 000 toneladas, con una aportación a la economía de más de USD 1 000 millones», reitera Ontaneda.

    La asociatividad es uno de los pilares que sostienen ese crecimiento del sector cacaotero. Así lo entiende Santiago Valdiviezo, pequeño productor del grano de la zona de Balao, en el sureste de la provincia del Guayas. Él lidera un grupo de 180 familias campesinas de la zona que cultivan y comercializan el cacao, y además lo entregan a una empresa de economía solidaria.

    Las familias tienen 2 300 hectáreas en producción, de las que obtienen un promedio de 600 quintales semanales. «Hemos ido incrementando las ventas, hasta alcanzar los 60 000 dólares semanales. Parte de los recursos lo reinvertimos en maquinaria, y en el desarrollo de nuestra comunidad», comenta Valdiviezo.

    Camarón

    El crustáceo alcanzó al banano y lo superó

    Las exportaciones de camarón generaron para Ecuador USD 2 171 millones de dólares, hasta octubre pasado, un monto que ubicó al crustáceo con el 21% de participación en las exportaciones tradicionales no petroleras. La cifra representa para el sector un verdadero logro, porque por primera vez lo coloca por encima del banano.
    La recuperación del camarón cobra más protagonismo, considerando que este perdió hasta un 70% de su producción entre 1999 y el 2000, debido a la presencia del virus de la mancha blanca.

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    Los productores aprendieron la lección. El sector identificó que la mortandad de los animales era provocada, en parte, por malas prácticas de producción y una deficiente alimentación. Stanislaus Sonnenholzner, coordinador científico experto en manejo de Sistemas de Producción del Centro de Investigaciones Marinas (Cenaim), resume qué se está haciendo en el país para recuperarse. “La parte genética es muy importante para mejorar la productividad. La Cenaim tiene programas de mejoramiento genético en términos de animales más resistentes y con mejores crecimientos”.

    El investigador refiere que también hay avances en investigación. “La nutrición es uno de los principales costos de producción. Se investiga en materia prima sustituta de la harina de pescado”.

    Aunque las exportaciones de camarón crecieron en volumen y monto de exportaciones, el sector mira ese logro con reserva. José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura, sostiene que las condiciones de exportación serán complicadas para el 2015. Apunta la competencia de otros países productores como una de las razones, para ese escenario.

    Banano

    La tecnificación mejoró el rendimiento

    El productor bananero Henri de Reiset cree haber descubierto la receta para obtener una mayor producción de su finca Guarumal, un predio de 200 hectáreas ubicado en el cantón Baba, en la provincia de Los Ríos. Él sostiene que la tecnificación sumada al manejo de plagas son claves para mejorar el rendimiento de las plantas. Su finca produce 3 000 cajas semanales por hectárea, una producción por encima del promedio de las fincas del país. Según cifras del Magap, en Ecuador están cultivadas 188 658 ha con la fruta, un cultivo que genera unos 200 000 empleos directos.

    La Asociación Ecuatoriana de Exportadoras de Banano (AEBE) sostiene que las exportaciones de la fruta contribuyen con el 26% del PIB agrícola del país. Hasta octubre pasado, el banano tuvo una participación del 20,9% en las exportaciones tradicionales no petroleras, casi dos puntos menos que el período enero-octubre del 2013.

    Henri de Reiset mejoró el rendimiento de su finca con la incorporación de un software que evalúa y diagnostica diferentes parámetros de su predio. «Hay fincas que ya alcanzan las 3 700 cajas por hectárea, con un manejo tecnificado muy bien llevado», comenta el productor.

    El mercado ecuatoriano tiene 182 firmas exportadoras, que llevan la fruta a través de 283 marcas. Los principales mercados son EE.UU., la Unión Europea y Rusia. Este último país absorbe el 22% de las compras de la fruta ecuatoriana. Eduardo Ledesma, director ejecutivo de la AEBE, menciona que otro mercado en crecimiento es China. El gremio exportador considera que podría venderle al gigante asiático hasta dos millones de toneladas métricas anuales.

    Pesca blanca

    El atún y la merluza, con mayores ventas

    Las exportaciones de atún y la pesca blanca se consolidaron este año con un incremento, tanto en precios como en producto exportado. El sector vendió 72 000 toneladas hasta octubre pasado. Venezuela, Estados Unidos, España, Colombia y Holanda fueron los principales mercados.

    Al igual que el banano, el camarón y el cacao, la flota pesquera ecuatoriana también mantiene una posición privilegiada en el mercado mundial. Es la primera en capturas de atún. Este, en todas sus presentaciones, representa el 54% de las exportaciones de pesca blanca, según la Asociación de Exportadores de Pesca Blanca del Ecuador (Asoexpebla).

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    En el 2014 se enviaron muestras del producto, especialmente en conserva, a Rusia. «Es un nicho de mercado interesante que en el 2015 podrá ser significativo para el sector», comenta Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores de Atún.

    Maldonado señala que el ente sanitario ruso aprobó y certificó a nueve empresas del sector. Esto significa que en el 2015 se puede exportar a esa nación. En cuanto a pesca blanca, la merluza es una de las especies con mayor interés. Su biomasa, según resultados de investigaciones desarrolladas por biólogos del buque español Miguel Olivier, es de más de 340 000 toneladas.

    «Los bancos de merluza están ubicados frente a Manta, en la zona de Cabo Pasado, Isla de la Plata, Golfo de Guayaquil y Salinas», explica Bernardo Bhues, armador pesquero del puerto manabita. Desde el enclave marino Las Piñas, en el suroeste de Manta, zarpan a diario entre 25 y 30 lanchas de fibra de vidrio.