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  • Caretas de la Diablada son parte del día a día de Píllaro

    Modesto Moreta

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    Pómulos salientes, dientes afilados, grandes cuernos, una nariz prominente y curvada, y una sonrisa amplia caracterizan a las caretas de la tradicional ‘Diablada’ Pillareña’.

    Esta fiesta declarada como Patrimonio Intangible de la Nación que se cumple en Píllaro, del 1 al 6 de enero de cada año, tiene 15 artesanos dedicados a la confección y diseño. Los talleres se encuentran repartidos en diversos sectores de este cantón de Tungurahua.

    Marco Caillamara, de 40 años, tiene su local de artesanías denominado Kusulunku. Pinta cuadros y confecciona estas máscaras para comercializarlas o entregarlas a quienes le solicitan bajo pedido. En su local exhibe más de una docena de caretas de todos los tamaños para esta comparsa. En su emprendimiento familiar moldea 50 caretas. Los ingresos superan los USD 5 000 anuales.

    Allí diseña y elabora a mano las máscaras estrafalarias que sus clientes le solicitan. Otras las vende en los días de la fiesta que dura seis días. A esta actividad dedica entre 5 y 6 horas diarias desde agosto pasado.

    En una mesa de madera da forma a la careta. Usa papel reciclado y abundante engrudo para el pegado. Cuenta que cuando se seca adquiere una dureza que impide desprenderse los cuernos, especialmente de las máscaras más grandes. Esta técnica la aprendió hace más de 15 años y las aplica en cada una de sus obras.

    En el patio de su casa están cuatro caretas que tienen un par de cuernos de chivo y otros dos de borrego merino. También, hay de venado. Es objetivo de Caillamara es evitar salirse de la esencia misma de la fiesta, es decir, que todas las máscaras estén hechas con papel maché y pintadas con los colores negro y rojo.

    Por esa riqueza cultural, este festejo popular en enero del 2009, fue declarado Patrimonio Cultural del Ecuador. Cada año 13 delegaciones o partidas de las comunidades y barrios de Píllaro como Rumihuaico, Robalinopamba, Marcos Espinel. Además Cochaló, Chacata El Carmen Tres Esquinas, Elevación, Escuela de Danza y Guangüibana se apoderarán de la plaza central de Píllaro.

    Caillamara cuenta que cada año confecciona 35 máscaras bajo pedido. El cliente le trae en dibujo o el modelo y le confecciona y solo 15 saca para comercializarlas en las calles durante la fiesta. Los tamaños van desde los 40 centímetros a tres metros de largo. “El tiempo para confeccionar una careta tarda una semana, la demora es en el secado. Las grandes tardan tres”, dice Caillamara.

    Los precios fluctúan de entre USD 40 a 350. “Mantenemos los rasgos de la Diablada Pillareña, es un Diablo mestizo y diferente a la de Bolivia”.

    Italo Espín promotor Cultural y artesano, cuenta que en Píllaro hay 15 talleres dedicados a la confección de caretas de la Diablada. También, sastrerías que cosen los trajes de color rojo. Se compone de una blusa, un pantalón y una capa del mismo color. Está adornada con lentejuelas, encajes y otros adornos.

    Para Italo las versiones orales de los adultos mayores y las investigaciones efectuadas cuentan que esta tradición se mantiene por más de 150 años.

    Marco Caillamara, en su taller familiar, confecciona las caretas para la Diablada. Las hace bajo pedido y otras para venderlas durante la fiesta. Foto: Glenda Giacometti/Líderes
    Marco Caillamara, en su taller familiar, confecciona las caretas para la Diablada. Las hace bajo pedido y otras para venderlas durante la fiesta. Foto: Glenda Giacometti/Líderes
  • Tzantzas, diablos de Píllaro y más personajes para lucir en camisetas

    Redacción Quito

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    Una tzantza, un diablo pillareño o un chasqui ya pueden ser parte de su ropero. Solo tiene que adquirir una de las camisetas de Emotai, un negocio que nació de la mano de cuatro jóvenes emprendedores.

    La idea se consolidó en diciembre del 2015 cuando Andrés Chiluisa y su compañero Javier León juntaron sus ideas y su dinero para levantar su emprendimiento de camisetas estampadas.

    El primer paso fue incluir a dos jóvenes talentosos para realizar los diseños, en los que se resalta lo típico del Ecuador, por lo que apostaron por personajes de las diferentes culturas del país.

    Su ‘plus’ es que no son diseños cualquiera; al contrario los dibujos son en forma de caricatura y tienen muchos colores.

    Según Chiluisa, este diseño se lo escogió porque los extranjeros aprecian estos trazos y más si son de algo tradicional del país.

    Uno de sus diseños favoritos es la tzantza o cabeza reducida, que es una práctica que se realizaba en el pueblo shuar. Las tzantzas eran consideradas un trofeo de guerra por los shuaras.

    Otro de sus diseños es el chasqui, que representa al mensajero que entregaba las encomiendas. Este es el modelo preferido por los deportistas, porque se sienten como un chasqui en cada carrera, explica Chiluisa.

    El modelo favorito de los ‘chef’ es el de los platos típicos del país. El estampado es una mezcla que combina las delicias típicas de tres de las cuatro regiones del país. El camarón de la Costa, el cuy de la Sierra y el maito de pescado de la Amazonía son parte del diseño que comercializan estos jóvenes.

    Pese a que es un producto bien elaborado sus precios no son altos. Cada una de las camisetas, que se presentan en colores negro y blanco, están en USD 20.
    La prenda puede encontrarse en portales como Ashanka.ec o en tiendas como Bellarte, en la Amazonía.

    Marcelo Valencia es propietario de Bellarte, una tienda en Lago Agrio (Sucumbíos), que apostó por este producto. Cada mes se abastece con 20 o 30 camisetas, en especial, aquella que tiene la cabeza reducida. “Nosotros buscamos que nuestra cultura se fortalezca por medio de este producto”, explica este emprendedor que recuerda que invirtieron USD 7 000 para levantar el negocio.

    Valencia explica que este producto tiene mucho potencial para los clientes extranjeros, por lo que asegura que es necesario que los turistas nacionales compren más los productos ecuatorianos.

    El volumen de producción de este emprendimiento, que se levantó en Quito, es de 60 camisetas al mes, por lo que sus ingresos alcanzan los USD 1 200 mensuales. Chiluisa reconoce que durante el año y cuatro meses que están en el mercado han crecido. Recuerda que la primera producción fue de 10 camisetas; luego fueron 20… “Lo que se gana se reinvierte en el negocio para crecer más y más”.

    David Rosero es un joven que apuesta por comprar productos ecuatorianos, porque apoya a los productores ecuatorianos y por la calidad del producto. Cuando vio las camisetas le gustaron porque tienen un estilo diferente. A esto se suma que los precios son cómodos. “Me gustan mucho porque son una propuesta diferente”.SClB

    Andrés Chiluisa es uno de los socio que levantaron Emotai. Esta pequeña empresa diseña camisetas con estampados de personajes típicos. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Andrés Chiluisa es uno de los socio que levantaron Emotai. Esta pequeña empresa diseña camisetas con estampados de personajes típicos. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES