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  • La pizzería que crece de la mano con pequeños productores

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    La pizza es uno de los platos de la comida italiana más consumido en el mundo. Por eso para emprender con este tipo de negocio se debe tener un atractivo que genere expectativa en los clientes y tenga éxito.

    Piacere Artesanal surgió en septiembre del 2019 de la idea de Andrés Coello, quien aprovechó la aceptación de los productos artesanales con los que inició, para utilizarlos en su propia pizzería.

    El emprendedor comenta que hace más o menos tres años decidió producir pasta de tomate y queso cheddar artesanal con una receta italiana, elaborada con productos orgánicos ecuatorianos.

    Él empezó a comercializar la pasta y el queso en ferias artesanales, de emprendimientos, para generar nuevos ingresos.

    La iniciativa recibió buenas críticas en su grupo cercano de amigos y familiares. Fue por ello que apostó por crear la pizzería.

    Coello menciona que decidió bautizarla como Piacere porque quería que el negocio sea fácil de reconocer por los clientes y que puedan experimentar nuevos sabores.

    El propietario cuenta que empezó con este proyecto junto a su esposa, Karina Bonilla. Ella es quien lo apoya a promocionar el emprendimiento en redes sociales.

    Para arrancar con el negocio Coello invirtió cerca de USD 15 000, cantidad que obtuvo a través de un préstamo.

    Este monto lo utilizó para rentar el local, adquirir equipos como hornos y comprar distintos utensilios para la elaboración de las pizzas y más platos italianos.

    Para la preparación estos platillos se utilizan ingredientes frescos, que se obtienen de pequeños productores ecuatorianos. “Nosotros damos la mano a microempresas porque sabemos el trabajo que realizan. Así nos aseguramos de que los ingredientes sean de buena calidad para que el cliente consuma lo mejor”, afirma Coello.

    Lo que caracteriza a este negocio es que está enfocado en la economía solidaria y tiene el interés de potenciar otros emprendimientos.

    En el local, los clientes pueden encontrar productos como helados y cervezas artesanales de emprendedores de Ibarra. También se oferta queso producido por pequeños productores que son utilizados en las pizzas, calzones y lasañas.

    Esto es lo que atrae a más clientes como Marcelo Larrea, quien visita frecuentemente este emprendimiento.

    “Me encanta la pizza que elaboran ahí, la masa es superdelgada a diferencia de otras. El ambiente es acogedor; la pasta de tomate y la salsa de queso cheddar son muy buenos”, manifiesta Larrea.

    Para ganar mercado este negocio tiene una estrategia acorde con los tiempos actuales: servicio a domicilio a través de plataformas digitales.

    Por el momento, Coello desea impulsar su negocio y enfocarse en brindar una buena experiencia a quienes lo visiten.

    El propietario de Piacere Artesanal cuenta con el apoyo de dos personas a las que él mismo capacita para que los productos se elaboren con la misma técnica.

    Más detalles

    El emprendimiento elabora la materia prima como las pastas, salsa de tomate y la salsa de queso cheddar.

    La carta de platos de Piacere Artesanal es variada. Se puede combinar distintos ingredientes a gusto del cliente.

    Este negocio 
    ofrece comida rápida italiana como pizza, lasaña, entre otros, a precios económicos.

    Piacere Artesanal está ubicado en las avenidas Eloy Alfaro y Amazonas, en el norte de Quito.

    Andrés Coello es el dueño de Piacere Pizzería Artesanal, ubicado en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Andrés Coello es el dueño de Piacere Pizzería Artesanal, ubicado en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El auténtico sabor italiano lo llevó a su pizzería

    Redacción Sierra Centro (I)  redaccion@revistalideres.ec

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    Los secretos y los sabores de la auténtica pizza italiana los conserva Pizzería Mama Mía. Este emprendimiento familiar, que abrió sus puertas en marzo del 2017 en las avenidas Los Shyris y La Niña, en el sur de Ambato, es un negocio especializado en alborotar el paladar de sus clientes más exigentes con pizzas, espagueti, macarrones, lasañas, entre otros.

    El secreto de Mama Mía no se limita a la elaboración y cocción de la masa; también incluye ingredientes de calidad y mucha técnica en los diversos procesos de preparación. Todo esto eleva el gusto en el paladar de sus comensales, a lo que se suma la cordialidad y la buena atención para sus clientes.

    El prestigio de este negocio se logró gracias a las recetas originales que Genaro Lara, gerente de Mama Mía, aprendió en Italia cuando pasó de ayudante de cocina a chef principal de la pizzería restaurante Gran Café Roma, enclavada en el corazón turístico de la capital italiana, donde trabajó durante nueve años.

    “Se me dio esa oportunidad y desde el primer día hice las cosas con dedicación para que cada plato salga impecable para el cliente. Eso también lo practicó en Ecuador”, explica Lara.

    Él sabe elaborar masa y seleccionar los ingredientes (embutidos, tomate, queso y más). También conoce la técnica del correcto amasado de la harina para que la masa de la pizza esté suave y consistente a la hora de llevarla al horno.

    El emprendedor comenta que en Italia también aprendió a elaborar helados, postres y una infinidad de platos de esa cocina.

    Mensualmente puede comercializar más de 300 pizzas. A esto se suman los espaguetis, lasañas y macarrones, que son la especialidad de la casa. “Es un negocio que está creciendo”, detalla Lara.

    La inversión inicial de este negocio fue USD 10 000, provenientes de los ahorros del emprendedor. Con los recursos, él equipó y ambientó el lugar con fotografías que recuerdan a importantes sitios turísticos de Roma. Al mes factura USD 1 700 y cuenta con tres colaboradores.

    Recuerda que retornó a Ambato desde Europa en el 2015. Parte de sus ahorros los tenía en pólizas.

    Durante esa época cerraron algunas cooperativas y los familiares de Lara le recomendaron que con los conocimientos de cocina italiana que tenía podía abrir su propia pizzería.

    El primer paso fue recorrer locales similares que había en Ambato para degustar cada uno de los platos. Ninguno se igualaba a los que estaba acostumbrado a saborear y preparar en el restaurante italiano donde laboró.

    El emprendedor no lo pensó dos veces y comenzó a buscar un lugar donde ubicar su emprendimiento. Pensó que su negocio sería diferente a los que hay en la ciudad y no se equivocó.

    Una vez que encontró el espacio comenzó a decorarlo. En el día de la inauguración llegaron decenas de comensales que en la actualidad son fijos. “Les ofrezco a mis clientes calidad, frescura y el sabor incomparable de Italia”.

    El verdadero sabor de la pizza italiana -dicen los expertos- es un buen horno, una excelente preparación de la masa y un cocinero experto. Genero Lara trata de poner eso en práctica siempre.

    De igual manera, los helados son tradicionales de esta zona del planeta. Son ampliamente conocidos como ‘gelatos’.

    Mas datos

    Emprendedor.  Genaro Lara planifica una nueva inversión de USD 10 000. La idea es adecuar un espacio para ofrecer una pizza estudiantil a bajo costo y con la misma calidad y sabor. También quiere implementar la heladería y otras especialidades.

    Restaurante. Mama Mía tiene promociones semanales para atraer a sus clientes. Los martes y jueves se oferta el denominado ‘combo loco’, que consiste en una pizza de la casa extragigante y una porción de alitas BBQ por un precio de USD 20.

    Genaro Lara, gerente de Pizzería Mama Mía, ofrece combos especiales para los clientes los martes y jueves. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Genaro Lara, gerente de Pizzería Mama Mía, ofrece combos especiales para los clientes los martes y jueves. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La pizzería que surgió con cuatro ingenieros

    REDACCIÓN QUITO (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Hace 38 años dos ecuatorianos y dos uruguayos decidieron abrir una pizzería.
    La idea surgió luego de que estos cuatro ingenieros construyeran un edificio en la González Suárez. Todos los departamentos se arrendaron o vendieron, pero al cabo de un año la planta baja seguía desocupada.

    Entonces los socios uruguayos convencieron a los demás de abrir una pizzería con receta de su país. Así nació El Hornero.

    Como todos los accionistas eran ingenieros y desconocían el arte de preparar pizzas, tomaron la decisión de invitar a Luis Alberto Cardozo, maestro pizzero de Montevideo, para formar parte de este emprendimiento.

    Cardozo falleció hace algunos años y sus restos descansan en Ecuador. Su legado en el país está en las recetas y la forma de preparar las pizzas en los 13 locales y ocho franquicias que tiene El Hornero en la actualidad.

    Sandra Rosenfeld, gerenta de marketing, comenta que el éxito de la pizzería tomó tiempo. A finales de los años 70 la costumbre de comer fuera de la casa no estaba muy arraigada en la cultura quiteña. Por eso el restaurante no tuvo mucha acogida al inicio.

    La fama del negocio llegó de manera paulatina gracias a los jóvenes que asistían el domingo a la iglesia El Girón y después de la misa aprovechaban para comer una pizza que llamaba la atención por ser cuadrada.

    Cinco años de haber inaugurado el primer local, la pizzería empezó a tener largas filas de personas que esperaban ser atendidas; la demanda permitió abrir una sucursal en la Veintimilla y Amazonas, (centro-norte de Quito).

    La intención era ofrecer un espacio cercano al primer restaurante y dar mayor comodidad a los usuarios. El segundo local también fue un éxito y los emprendedores decidieron expandirse con nuevos locales en distintos puntos de Quito.

    Actualmente El Hornero factura cerca de 1 millón de dólares al mes, da trabajo a más de 420 personas y está presente en Quito, Guayaquil, Salinas, Santo Domingo, Ibarra, Esmeraldas, Machachi y la Mitad del Mundo.

    Rosenfeld considera que el éxito de la marca se debe a que el producto que oferta es sano, natural, sabroso, accesible y nacional, pues aunque la idea viene de Uruguay el 99,8% de los ingredientes que usan en sus diferentes recetas son ecuatorianos.

    Este año, de desaceleración económica, El Hornero no ha cerrado ni ha abierto locales, pero sus propietarios esperan inaugurar una nueva sucursal en Quitumbe en el 2017. “Quizá nos animemos a abrir franquicias en otros países como Colombia, la idea sería exportar nuestros productos para que el sabor no varíe”, dice Rosenfeld.

    Con el paso de los años la pizzería se ha visto en la necesidad de crecer en varias áreas. Hoy cuentan con su propia quesería y con plantaciones de orégano, tomate, rúcula y una variedad de productos que usan con frecuencia en sus recetas.

    Según la gerenta de marketing de la cadena de comida, los retos para el próximo año serán mantener la calidad, modernizarse, ofrecer novedades en el menú y no elevar los precios, mismos que se han mantenido durante los últimos cuatro años.

    El Hornero empezó con un local en la González Suárez, en Quito, a finales de la década de 1970. Foto: Archivo / LÍDERES
    El Hornero empezó con un local en la González Suárez, en Quito, a finales de la década de 1970. Foto: Archivo / LÍDERES