Etiqueta: PNUD

  • Apoyo internacional para la gestión de los pequeños negocios

    Carolina Enríquez, (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Matilde Mordt, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), asegura que, tras la pandemia, se perderán entre 10 y 15 años de desarrollo humano en uno solo.Hay planes de la entidad para la reactivación económica nacional.

    ¿Cómo se mide el indicador de desarrollo humanos?
    El concepto de desarrollo humano lo lanzó Naciones Unidas en 1990. Lo que se proponía era no solo guiarse por el Producto Interno bruto (PIB) para medir el crecimiento, sino ampliar esa mirada. Entonces, el Índice de Desarrollo Humano propone una medida combinada: educación, salud e ingresos. Esas han sido las tres variables principales del indicador, pero hay también subíndices: ajustados por desigualdad, por identidad de género, etc.

    ¿Por qué el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) anunció que este año el Índice se ubicará en -0,020 (estimado provisional global), lo que implica una drástica caída frente a años anteriores?
    Es realmente alarmante. Sería la primera vez que se produce un retroceso. A excepción de naciones que han estado en guerra o crisis profundas, los países han avanzado en sus Índices de Desarrollo Humano. Han mejorado en salud, longevidad, educación, niveles de escolaridad, ingresos, niños estudiando, entre otros. Ahora, es alarmante el golpe que está dando el covid-19 .

    ¿Qué impactos del virus han podido detectar?
    Por ejemplo, a escala global, los niños y niñas deberían estar estudiando, pero no lo hacen porque no tienen acceso a Internet. En ese grupo está el 60%. Eso, afecta lo que son los datos de escolaridad. En salud habrá que ver a más largo plazo si hay un efecto sobre la longevidad. En cuanto a ingresos, estamos viendo cifras de una contracción global de alrededor del 5%, de acuerdo con información del Fondo Monetario Internacional (FMI). El impacto es muy fuerte para el desarrollo.

    En la información que presentó el PNUD sobre el Índice también se habla de los impactos en cuanto a género.
    Los efectos negativos de la crisis sobre mujeres y niñas impactan en lo económico, con menores ingresos. Hay también mayor inseguridad laboral y hasta violencia.

    ¿Qué pasa con Ecuador?
    Ecuador tuvo al 2018 un Índice de Desarrollo Humano de 0,758; a escala global el total fue de 0,731. En términos generales -en los que hay solo el dato planetario- la caída es fuerte y en la práctica se perderán de 10 a 15 años de desarrollo humano en un solo año. Hemos revisado información en los últimos meses. Si a escala mundial se espera una caída del 5% del PIB, en Ecuador hablamos de 7% o más. Como PNUD hicimos un estudio inicial del impacto macroeconómico sobre covid-19 aquí y se calcula una contracción de 7,3% en 2020, con pérdida de alrededor de 660 000 empleos y un desempleo de 11,9%. Hay varias cifras. Estas las sacamos de un estudio independiente que hicimos. Hay similares del Banco Mundial, la Cepal, el BID, etc. Las tendencias son las mismas. Hay que ver el mensaje que nos deja.

    ¿Cuál es?
    Que estamos teniendo una pérdida económica, pero también de otras dimensiones.

    ¿Qué condiciones de vida se espera para América Latina, tomando en cuenta que es la zona del planeta que concentraba hasta fines del mes pasado, el 50% de casos mundiales de covid-19 y cuya economía está afectada?
    En el momento estamos en medio de la crisis sanitaria en América Latina. Son economías que en muchos casos cerraron temprano, pero que no han llegado al tope de la pandemia. Los efectos económicos y sobre todo sociales, como aquellos en la educación, se van a mantener por tiempo largo. Desde Naciones Unidas tenemos paquetes de apoyo, porque esto es una crisis sin precedentes. Simultáneamente es una crisis sanitaria, humanitaria y socioeconómica.

    ¿Cuáles instrumentos?
    Está el apoyo que estamos brindando al sector de la salud por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS); está también un plan humanitario, que para el caso de Ecuador lo lanzamos relativamente rápido. Se centra en apoyo para diferentes sectores como salud, compras para esa área, alimentación, reactivación económica temprana… Entonces, hay un plan de respuesta específica para el país. En eso no solo estamos trabajando Naciones Unidas, sino otras organizaciones. Ahora, estamos laborando en el tema socioeconómico.

    ¿Qué han puesto en marcha?
    El Secretario General ha identificado cinco pilares para trabajar: salud, que debe continuar más allá de covid-19; protección social a grupos vulnerables; respuesta productiva y de empleo; macroeconomía y protección social. Hay que poner atención a estos en el plazo de un año o dos.

    ¿Qué deben esperar países como Ecuador, que están entre los más afectados?
    Creo que debemos prepararnos para unos años complejos. Como estamos viendo, incluso en zonas donde se pensaba que ya había pasado el repunte, cuando se hacen aperturas económicas, vuelven a haber brotes. Esto va a ser una situación que va a durar en el tiempo. No tenemos todavía una vacuna. Aunque tengamos avances promisorios, se debe pensar que de todas maneras tendría que masificarse y eso va tomar un tiempo. Tenemos que prepararnos para algo que va a durar más.

    ¿Qué impactos sociales genera una crisis de este tipo?
    El Informe de Desarrollo Humano Global del 2019 decía que estaban surgiendo nuevas desigualdades. Por ejemplo, en acceso a educación terciaria o acceso y uso de Internet. Eso, con la emergencia que estamos viviendo, revela que es una brecha que, efectivamente, nos afecta más que a otras naciones, donde es menor.

    ¿Cual es la situación de Ecuador en temas de acceso a la Internet para educación?
    En Ecuador se calcula que hay 1,6 millones de niños matriculados. Un 12% de los hogares que están bajo el nivel de pobreza no tiene acceso a Internet. Además, el otro porcentaje tiene los desafíos propios de una educación a distancia. Esas son las brechas que se deberían estar cerrando.

    En materia de reactivación, ¿qué se ha venido desarrollando como PNUD?
    Como PNUD nosotros lanzamos, junto con el ministerio de la Producción, el programa En marcha digital, para que las tiendas se pudieran mantener abiertas. Es un paquete que tiene siete vías, que enseña a los pequeños negocios a manejar una clientela de manera digital; cómo promocionarse; cómo llevar las cuentas y una guía sobre los protocolos necesarios para mantener los comercios. Lanzamos este programa de manera muy rápida y hemos llegado a más de 100 000 pequeños negocios. Estamos, incluso, dando capacitaciones en diferentes Gobiernos Autónomos Desentralizados (GAD), en línea, para los comercios. Es un ejemplo de lo que se puede hacer, actuando de manera raída.

    Hoja de vida
    Formación. 
    Licenciada en Ciencias Sociales, Geografía Económica y Ciencias Políticas, de la Universidad de Gothemburg.

    Máster en Economía Internacional y Administración de Negocios y PhD en Geografía Económica y Humana de la misma entidad.

    Experiencia. Representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) . Ha laborado en la organización como Líder regio­nal del equipo para América Latina y el Caribe, Desarrollo sostenible y resiliencia del PNUD.

    Matilde Mordt, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ( PNUD). Foto: Cortesía: PNUD
    Matilde Mordt, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ( PNUD). Foto: Cortesía: PNUD
  • Carlo Ruiz: ‘Toda asociación puede dar el salto’

    Redacción Quito

    Relacionadas

    Carlo Ruiz, responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del PNUD, da a conocer el trabajo de apoyo que se realiza en favor de pequeños productores y asociaciones. Comparte el trabajo realizado tras el terremoto del  16 de abril del 2016 y cómo se “exportaron” experiencias.

    ¿Qué diagnóstico tiene el PNUD sobre las asociaciones y pequeños productores ecuatorianos que tratan de salir adelante?

    Uno de los valores agregados que tenemos es el aprendizaje a escala local e internacional. Dentro de eso hemos visto factores comunes que determinan el éxito o el fracaso de proyectos. Uno de eso factores es trabajar en el enfoque de la demanda. Muchas veces surgen proyectos para generar oferta, mejorar su producto, incrementar el volumen. Pero una vez que ha terminado el apoyo, se suponía que quedaban listos, pero se caía el proyecto porque no se pensaba en la demanda. Entonces una de las lecciones aprendidas es pensar en la oferta; puede ser difícil y por eso la clave es empatar oferta con la demanda.

    ¿Cómo se puede lograr eso?

    En el PNUD una de las prioridades, a escala global, es la erradicación de la pobreza. Dentro de eso la clave es la resiliencia, la capacidad de las personas de adaptarse a una situación cambiante. Con estos elementos tratamos de enganchar la demanda para que las asociaciones productivas del país puedan entrar a circuitos económicos de manera más justa y equitativa y sostenible.

    ¿Cómo se logra esto?

    Con una serie de herramientas, a nivel global que las traemos al país, o desarrollando metodologías propias en Ecuador según las necesidades.

    ¿En el caso de las herramientas que llegan desde afuera, qué ejemplos hay?

    El el desarrollo inclusivo trabajamos con tres metodologías: el Programa de Desarrollo de Proveedores (PDP); el programa En marcha y Creciendo con su negocio. El primero surgió en México con el objetivo de trabajar con empresas anclas grandes para mejorar de lado y lado: a la empresa y a sus proveedores. La idea es que estos últimos pueden desarrollar productos y diversificar clientes. Los programas que operan en períodos cortos no siempre dejan listas a las personas o asociaciones. Muchas veces no están listas para quedarse solas y por eso queremos dar acompañamiento más largo para fortalecer a las instituciones públicas que son parte de estos procesos. Estos nos ha dado resultados.

    Sabemos que a raíz del terremoto de abril de 2016 se aplicaron estos programas. ¿Qué resultados se lograron?

    Tras el terremoto necesitábamos soluciones rápidas para ayudar a las asociaciones productivas afectadas en Manabí. Adaptamos el PDP, con una versión más ligera. Había asociaciones afectadas, con cosechas perdidas. Los mercados también estaban destruidos y allí nació la metodología Creciendo con su negocio. Empezamos un proceso de ocho meses en el que participó un consultor del PNUD que identificó problemas; se levantó un plan de mejoras y se empezó a trabajar en temas como finanzas, logística, insumos… Con los resultados el consultor buscaba demanda o mercado para una asociación determinada.

    Entonces el terremoto ‘permitió’ que surja este programa. Ahora, ¿qué tan complicado es cumplir este ciclo?

    Al comienzo fue complicado. Partimos de la adaptación de un programa y aprendimos con la implementación. Hubo que aplicar. Ahora todo esto ya está sistematizado y automatizado en programas informáticos. Y esto permite llevar herramientas a otros países.

    ¿Se ha llevado al extranjero programas hechos en el país?

    Sí. El programa En Marcha salió de Ecuador. Este empezó en Quito asesorando a comerciantes locales. Esta metodología se aplicó en El Caribe tras los huracanes del año pasado. En Haití también se utiliza en zonas afectadas, así como en México, tras el último terremoto. Esto es gracias al trabajo en red del PNUD; esto permite un intercambio.

    ¿Que tipo de retroalimentación se ha dado en el país luego de aplicar estas metodologías en los sitios del terremoto y en otras experiencias?

    Los aprendizajes son en tiempos de paz y en tiempos de crisis. Hemos visto con agrado que los cambios que se dan tras un proceso de ayuda más largo es muy notorio y genera más apropiación de parte de las asociaciones. Nuestra asesoría no es en lo agronómico, sino en lo empresarial y por eso queremos que las asociaciones trabajen más como un emprendimiento o como una empresa, que cambien el chip y den un salto.

    ¿Cuántas asociaciones se han beneficiado?

    Tenemos 25 en Esmeraldas, 26 en Manabí y 8 en Carchi. Lo que también nos importa es lograr equilibrio en género dentro de estas unidades productivas. El empoderamiento económico de las mujeres genera cambios estructurales muy importantes y contribuye a reducir violencia contra la mujer. Esto permite conseguir otros resultados que no están ligados al desarrollo empresarial, pero que son efectos positivos.

    ¿A todo este apoyo se da seguimiento?

    Hacemos mediciones de monitoreo, esto mide indicadores específicos que nos permiten ver cambios en el tiempo. Cuando termina el proyecto hacemos unas dos o tres visitas para ver si se mantiene el apoyo. Hemos encontrado que en un tipo de negocios funciona mejor que en otros. Uno de los factores de éxito es que se identifica cómo el comprador necesita que le llegue el producto, en qué cantidad, frecuencia, etc. Esto se informa a la asociación y se da una relación directa, justa y sostenible en el tiempo.

    ¿Hay sectores que tengan más potencial que otros? ¿Agrícola, ganadería…?

    Hemos trabajado con pescadores artesanales, asociaciones de cacao, arroz, café. En lo lácteo hemos trabajado más en el Programa de Desarrollo de Proveedores con una empresa privada. También tuvimos un proyecto con una empresa textilera. El trabajo siempre se cumple en coordinación con instituciones públicas, con gobiernos provinciales o con el Ministerio de Industrias. Esto permite saber con certeza la potencialidad de un determinado producto en el mercado.

    Hoja de vida

    Estudios. Abogado ecuatoriano. Estudió Administración y Políticas Públicas en la Universidad de Massachussets. También estudió en la Flacso una maestría en Gobernanza Energética.

    Experiencia. Ha trabajado en temas de gestión y derecho ambiental en un proyecto del Banco Mundial. También estuvo en la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas, la Vicepresidencia de la República, la Cooperación Alemana.

    Cargo. En la actualidad es responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la oficina de Ecuador. Trabaja en temas de desarrollo productivo y sector privado.

    En la actualidad es Responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la oficina de Ecuador. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    En la actualidad es Responsable del área de Desarrollo Económico Inclusivo y Riesgos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la oficina de Ecuador. Foto: Galo Paguay / LÍDERES