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  • La economía plateada, un mercado que mueve billones

    Redacción Quito

    (I)

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    En Globo eXcursiones los adultos mayores son protagonistas. En esta agencia de viajes cuencana con tres años de operaciones, 6 de cada 10 clientes tienen más de 60 años. Ellos encajan en la llamada economía plateada, uno de los mercados más rentables y dinámicos de los últimos años, según reportes de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo o la Comisión Europea.

    El fundador de Globo eXcursiones, Leonardo Vázquez, explica que desde que fundó la agencia los adultos mayores se han convertido en un ‘supertarget’. “Son personas que tienen dinero y que no tienen lío en gastar sus ahorros en viajes por el mundo porque tienen claro que es fruto de su trabajo durante muchos años”.

    La agencia organiza viajes por distintos países de Europa, Asia y América. En promedio son grupos de 30 personas y allí los adultos mayores se destacan frente a personas de otras edades. “Lo bueno de este segmento es que recomiendan a otras personas de sus mismas edades. Por eso cada vez son más en los tours que organizamos”, añade Vázquez.

    La Unión Europea define a la economía plateada como el conjunto de oportunidades que comienzan a florecer a partir del gasto público y de las personas consumidoras, y que está relacionada con la transición demográfica que significa el envejecimiento poblacional y las necesidades específicas del mercado de las personas mayores a 50 años.

    El reporte titulado ‘La economía plateada, un mercado de nuevas oportunidades’, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y presentado en julio pasado, dice que el envejecimiento de la población es una tendencia cada vez más marcada en el mundo y de manera pronunciada en América Latina y el Caribe. Esto da paso a la economía plateada, en la que los adultos mayores tienen el rol principal.

    Las necesidades y preferencias de este grupo de la población influyen en la oferta de sectores como la salud y la nutrición, el ocio y el bienestar, las finanzas y el transporte, la vivienda, la educación y el empleo, según un informe de la Comisión Europea, desarrollado por el Grupo Technopolis y Oxford Economics.

    El documento en mención indica que en la economía plateada se encuentra un amplio catálogo de productos y servicios destinados al consumo de los adultos mayores. En Estados Unidos este mercado mueve cada año cerca de USD 8 billones. Y en Europa se calcula que moverá 5,7 billones de euros en el 2025.

    En este grupo, en el que se incluyen los jubilados, el poder adquisitivo es otra característica. Según el informe presentado por el BID, en América Latina el 52% de los adultos mayores de 50 años pertenece hoy en día a la clase media o alta, frente a un 32% de los menores de dicha edad.

    Raquel Roca es la directora del Máster Gestión del Talento en la Era Digital de La Salle Centro Universitario, en Madrid, y estudia de cerca el tema. Ella utiliza el término ‘silver sufers’ para describir a los actores de la economía plateada y destaca que en 2025 este sector supondrá más de un tercio de los puestos de trabajo en Europa.

    “Para poder ser potenciales consumidores ‘silvers’ nos hará falta una solvencia económica que difícilmente cubrirá ninguna pensión, de ahí la necesaria planificación financiera y las carreras activas longevas”. Ella añade que el ‘silver surfer’ además de consumidor es proveedor y generador en esta economía.

    Roca se anima a pronosticar el rol de los ‘silver surfers’. Para ella lo lógico es que los ‘silvers’ no solo sean receptores sino que también puedan ser actores ofreciendo sus productos y servicios. “Eso sí, no olvidemos la propia evolución longeva y saludable prevista para los próximos años (no nos pareceremos necesariamente a los adultos mayores que tienen más de 80 años hoy) y las innovaciones en tecnología, porque en el negocio relacionado con la economía plateada habrá que ir dibujándola sobre la marcha”.

    Al respecto, el informe del BID indica que una mayor longevidad de la población presenta importantes desafíos para los sectores públicos, cuya respuesta debe incluir la articulación de sistemas sociales de pensiones, salud y cuidado capaces de atender a un número creciente de individuos.

    Al mismo tiempo, presenta “magníficas oportunidades de negocio para el sector privado”. El organismo asegura que en los países que se encuentran en fases más avanzadas de la transición demográfica, la economía plateada es un poderoso motor generador de empleo. Entre los sectores más importantes de esta nueva economía se encuentran los servicios de atención a la dependencia.

    Los ‘silver surfers’ enfrentan un futuro con retos y oportunidades

    Uno de los desafíos de la generación de los ‘silver surfers’ es renovar conocimientos y trabajar con jóvenes.
    Uno de los desafíos de la generación de los ‘silver surfers’ es renovar conocimientos y trabajar con jóvenes. Foto: Ingimage

    Los ‘silver surfers’ tienen por delante un camino en el que se combinan edad y más trabajo. Allí entra en juego la mayor esperanza de vida, un fenómeno socioeconómico que se replica a escala global.

    En Ecuador, por ejemplo, en la década de 1950 la esperanza de vida promedio era de no más de 50 años y ahora la cifra está en 72 años para los hombres y 78 para las mujeres.

    El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) calcula que cerca del 24% de los europeos y el 21% de los norteamericanos son actualmente mayores de 60 años.

    Mientras tanto, América Latina y el Caribe tienen una población relativamente joven, con solamente un 11% de mayores de 60. Sin embargo, es la región del mundo que más rápidamente está envejeciendo. Se prevé que para el 2085 sea la primera en donde un tercio de sus habitantes tendrá más de 65 años. Cuando esto pase, la mitad de su población habrá superado los 50 años.

    Hay más datos. En España se calcula que para el 2040 el promedio de vida será de 86 años según el Bloomberg Healthiest Country Index de 2019. Y en México, la población de mayores de 65 años aumentará un 16,2% para 2050.

    Bajo este contexto surge un nuevo concepto: la longevidad laboral. Esto significa tener una vida de trabajo más larga. Raquel Roca, catedrática española e investigadora de la economía plateada y los ‘silver surfers’, explica que actualmente el ser humano ha conseguido incrementar su esperanza de vida en cinco horas cada día, lo que significa que el 50% de los niños de hoy alcanzarán los 100 años de vida.

    “Este alargamiento de la vida influirá directamente en la longevidad de nuestros trabajos. Ya no nos podemos permitir sistemas de jubilación basados en edades de 60 o 65 años, cuando nuestras vidas llegan hoy a los 90 o 100 años”. Roca asegura que es muy difícil mantenerse económicamente, para la gente y los países, cuando una persona va a estar 20 o 30 años jubilada sin aportar. 

    Lo anterior trae un reto porque los sistemas de jubilación actuales se pensaron cuando el promedio de vida era menor y se vivía unos cinco años más luego de jubilarse.

    En Ecuador hoy en día la edad de jubilación es 60 años. El problema, según analistas consultados, es que esa edad está fijada con indicadores sociales del pasado y eso trae una serie de desafíos para la seguridad social en particular. Así una persona con 60 años tiene una esperanza de vida superior a la que se calculó cuando nació.

    A escala global existe un debate sobre los sistemas de jubilación. Estos surgieron hace más de un siglo y se basaban en una composición demográfica en la que los jóvenes iban sustituyendo a la gente de mayor edad. Ahora estamos en una pirámide demográfica invertida y se calcula que para el 2050 los mayores de 65 años serán más del doble que los niños menores de cinco años.

    Roca añade que al hablar de longevidad laboral se debe tener en cuenta que las personas con edades comprendidas entre 40 y 50 años, trabajarán hasta entrados los 70 o más años. Allí la clave estará en trabajar menos horas, de manera flexible.

    Pero también existen oportunidades. Senior Living Labs es una plataforma que promueve el bienestar de los adultos mayores y que impulsa la creación y desarrollo de productos enfocados en este grupo poblacional. Esta plataforma tiene su foco de investigación en áreas como las tecnologías de la información y la comunicación, la robótica y el asesoramiento.

    Dentro de estas tres ramas existen oportunidades en el desarrollo de la domótica, el Internet de las cosas, la telemedicina, la automatización de procesos, el trabajo en cuidado de adultos mayores, entre otros. Según Senior Living Labs, en las áreas mencionadas existe potencial para desarrollar negocios y servicios que tienen como eje los ‘silver surfers’.

    Según cálculos de la ONU, la población mundial de más de 65 años alcanzará los 1 000 millones de personas en el 2030 y serán

    1 600 millones en el 2050. Por eso, entidades como Credit Suisse cuantifican que el 60% de quienes tienen ingresos anuales superiores a USD 200 000 en Estados Unidos son los mayores a 50 años.

    Los analistas vislumbran oportunidades de negocios en lo que se puede llamar ‘silver economy’ y quiénes mejor que los propios ‘silver’ para manejar eso. Quien tenga la capacidad de emprender e innovar va a encontrar un nicho de mercado muy interesante y poderoso en los próximos años. Allí está lo que se conoce como ‘silver spending’ o gasto plateado.

    Los viajes y el ocio son dos sectores que se benefician de la economía plateada. En 2015, el gasto de este segmento  en hoteles y restaurantes en Europa fue de 248 millones de euros.
    Los viajes y el ocio son dos sectores que se benefician de la economía plateada. En 2015, el gasto de este segmento en hoteles y restaurantes en Europa fue de 248 millones de euros. Foto: Ingimage
  • ‘Ecuador tiene el reto de conectar a toda su población con la Internet’

    Sofía Ramírez

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    En el marco del Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones 2015 realizado del 13 al 16 de julio en México, representantes de más de 26 países, incluyendo a Ecuador (con la Corporación Nacional de Telecomunicaciones), Juan Jung, coordinador del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (Cet.la) y de Asuntos Regulatorios de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet), analiza los desafíos regulatorios de este sector en la región y Ecuador.

    ¿Cuáles son los desafíos regulatorios que el sector de telecomunicaciones debe enfrentar en la región, en especial en Ecuador?
    El desafío más grande que tenemos todos los actores vinculados con las telecomunicaciones y las tecnologías de la información en América Latina es el de cerrar la brecha digital. Necesitamos hacer que todos los ciudadanos puedan estar conectados, lo que indudablemente constituye una palanca para promover el desarrollo económico y social de nuestros pueblos. Los países en desarrollo, como son nuestras economías latinoamericanas, no pueden darse el lujo de quedar atrás en esta carrera.

    En concreto, el gran desafío que tenemos es intentar igualar, o llegar lo más cerca posible, a los niveles de penetración de banda ancha fija y móvil de los países desarrollados en un futuro cercano. Tomando como referencia las proyecciones de penetración para Europa al 2020, ello representa un esfuerzo inversor considerable.

    A través de un estudio que hemos desarrollado en el Centro de Estudios de Telecomunicaciones (Cetl.la), vemos que en Ecuador, los números sugieren una inversión en infraestructuras fijas y móviles del orden de los USD 962 millones promedio anual, para todo el sector, de aquí al 2020. Ello representa un 12% más de lo que invertiría la industria siguiendo su tendencia histórica, lo que representa un esfuerzo considerable que no puede ser abordado en forma aislada por alguno de los actores, sino que requiere que empresas, gobiernos y todos los ‘stakeholders’ relevantes cooperen.

    El contexto en que debemos abordar ese desafío es complicado, dado que estamos presenciando un crecimiento considerable de tráfico sobre las redes, originado por mayor cantidad de usuarios y un uso intensivo de las redes, lo que demanda inversiones para aumentar la capacidad de transporte de las mismas.

    Al mismo tiempo que los ingresos que perciben las operadoras por usuario se encuentran descendiendo (y la región registra niveles dentro de los más bajos del mundo). En paralelo, ciertos servicios provistos por las empresas de telecomunicaciones, como los de voz o mensajería, enfrentan cada vez más la competencia de jugadores que ofrecen servicios sobre Internet, que a diferencia de los primeros no se encuentran sujetos a los niveles regulatorios e impositivos de los primeros, y exhiben considerables dosis de poder de mercado.

    Por tanto, para lograr cumplir nuestro objetivo de cerrar la brecha, necesitamos que gobiernos y empresas constituyan un clima de confianza, dado que un solo actor por sí mismo es incapaz de lograr semejante desafío. Y ese entorno propicio, deberá necesariamente brindar confianza y seguridad jurídica y crear las condiciones requeridas para el desarrollo de las necesarias inversiones.

    Traducido a medidas concretas, nos referimos a un balance regulatorio entre todos los actores del ecosistema digital, que evite las asimetrías y promueva competencia sana entre los jugadores; se requiere asimismo de niveles tributarios razonables; mayores cantidades de espectro concursado a través de mecanismos que no cuenten con afán recaudatorio; y brindar facilidades para despliegue de infraestructuras, reducción de burocracia y trámites, entre otros.

    ¿Cuánto genera el sector de las Telecomunicaciones en Latinoamérica?
    A nivel de América Latina, los datos más recientes que tenemos son los que ha publicado GSMA en su Mobile Economy Report de 2014, donde se estima que la contribución del ecosistema móvil al Producto Interno Bruto (PIB) es de USD 242 billones anuales (4,1% del PIB). Si a ello sumamos otras tecnologías, como las inalámbricas por ejemplo, no reveladas en dicho estudio, podemos concluir que el impacto económico es aún superior.

    ¿Cuál sería la evaluación sobre el desarrollo de las Telecomunicaciones en el Ecuador? ¿Qué hace falta en el país?
    La industria en Ecuador ha realizado un esfuerzo considerable en inversiones, contribuyendo a incrementar la penetración de los servicios y a dinamizar la economía. Por citar un ejemplo, Ecuador hace ya varios años que ha superado el 100% de penetración de telefonía móvil. Sin embargo, aún quedan retos considerables. Actualmente más de la mitad de los ecuatorianos no utiliza Internet, lo que supone un desafío considerable de cómo conectar a esa población.
    Se trata de un desafío posible, pero que no puede aislarse de las condiciones de entorno. Resulta importante tener en cuenta que los ingresos que las empresas operadoras obtienen por usuario en Ecuador son menores a los USD 10 mensuales, muy inferior en comparación con los cerca de USD 50 que perciben las empresas de telecomunicaciones en los EE.UU., por ejemplo.

    Ello dificulta el financiamiento de las inversiones necesarias. Por tanto, si se quieren bajar aún más los precios para poder conectar a las personas no conectadas, será necesario encontrar mecanismos que permitan reducir los costos (por ejemplo a través de facilidades para el despliegue de infraestructuras, o reducciones en los niveles tributarios), y evitar establecer regulaciones exigentes pensadas en quienes ya están conectados (por ejemplo en temas de calidad), que pueden terminar dificultando el objetivo de conectar a los más desfavorecidos.
    La flexibilidad comercial es muy importante para poder ofrecer servicios adaptados a las necesidades y capacidades de pago de los usuarios. En Ecuador, también resulta relevante flexibilizar las limitaciones a la importación de equipos.

    ¿Ecuador ha sido objeto de estudio y análisis en el sector de las Telecomunicaciones por parte del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de la Asiet?
    Desde el inicio del Centro de Estudios de Telecomunicaciones, una iniciativa de Asiet, lanzada hace un año durante el anterior encuentro regional, ya se ha publicado una serie que ha abordado temáticas muy diversas. Por citar un ejemplo, hemos publicado junto con la GSMA un estudio sobre las Consideraciones a tener en cuenta para Concursos de Espectro; también hemos lanzado otros estudios referidos, por ejemplo, a las buenas prácticas para el despliegue de infraestructuras para redes móviles; a los Programas de Alfabetización Digital en América Latina; al impacto económico regional de la Banda Ancha; al Cloud Computing, entre otros.
    Actualmente nos encontramos finalizando un estudio sobre el Ecosistema Digital, que da cuenta de las transformaciones ocurridas en el mismo y de las medidas necesarias para promover el desarrollo digital en la región. También lanzaremos en breve la segunda parte de nuestro Desafío 2020, que da cuenta de las condiciones regulatorias necesarias para cerrar la brecha digital, y que incluye a Ecuador como caso de estudio.

    ¿Desde cuándo se desarrolla el Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones?
    El Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones llegó este año a su tercera edición, tras las dos primeras celebradas en Panamá, citas que han venido consolidando al encuentro como el más relevante sobre telecomunicaciones en la región. Se trata de un punto de encuentro entre gobiernos, reguladores, empresas y organizaciones del sector, además de la academia y la sociedad civil, con la finalidad de discutir soluciones que permitan masificar el despliegue de la conectividad en la región y promover el desarrollo del ecosistema digital.

    Para ello, el diálogo ‘multistakeholder’ que se genera en estos ámbitos es indudablemente fundamental. Durante el encuentro se han tratado las principales temáticas que hoy se encuentran a debate en el sector, como puede ser las tareas de cerrar la brecha digital y conectar a la población de menores recursos, las cuestiones relacionadas con la asignación de espectro, asuntos sobre seguridad y privacidad, los cambios que está sufriendo el ecosistema digital o las nuevas tecnologías y desafíos que vienen, como el Internet de las Cosas.

    Juan Jung, coordinador de Asuntos Regulatorios de la Asiet y Cet.la. Foto: Cortesía / Asiet.
    Juan Jung, coordinador de Asuntos Regulatorios de la Asiet y Cet.la. Foto: Cortesía / Asiet.
  • Más del 50 % de la población peruana pertenece a la clase media, informa BID

    Agencia EFE

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    Más del 50% de los 30 millones de habitantes de Perú se ubica en la clase media, un sector que continúa expandiéndose a pesar de la desaceleración económica del país, afirmó hoy 16 de mayo, el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Fidel Jaramillo.

    «En el más reciente informe del BID hemos dado cuenta de un fenómeno interesante. Utilizando la Encuesta de Hogares de 2014, hemos podido determinar que la clase media estaría entre el 50,6 % y 53 % de la población peruana», declaró Jaramillo a la emisora RPP Noticias.

    Jaramillo señaló que en 2014, cuando Perú logró un crecimiento de 2,35 % del producto interior bruto (PIB), el más bajo desde 2009, la clase media siguió expandiéndose. «Es uno de los pocos países en América Latina que ha continuado esta tendencia», resaltó antes de añadir que en los últimos años el BID ha sido testigo de una «expansión muy importante» de la llamada «nueva clase media».

    El representante indicó que su organismo ha seguido «muy de cerca este fenómeno», pues considera que la existencia de una clase media «robusta y consolidada es muy importante para las sociedades, no solo peruana, sino en latinoamericana».

    «Hay evidencia empírica de que clases medias grandes y consolidadas ayudan a mejorar todo lo que significa niveles de educación, salud, pero también a tener sociedades más diversas y más inclusivas, menos desiguales», concluyó.

    Las autoridades peruanas señalan que este año la economía del país logrará un crecimiento cercano a un 4% e indican que luego se estabilizará en un 5,5% anual, con lo que se recuperarán los niveles de la última década, cuando el PIB se incrementó en un 6% en promedio.

    En marzo pasado, la economía peruana creció un 2,68%, la tasa más alta de los últimos 11 meses, impulsada por los sectores minería e hidrocarburos, comercio y telecomunicaciones, informó el viernes el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI).

    Con esta expansión, el crecimiento acumulado del producto interno bruto en lo que va de año fue de 1,73 % por ciento y en los doce últimos meses de 1,61 %. 

    El BID considera que el crecimiento de la clase media en Perú ayuda a minimizar las desigualdades de la sociedad. Foto: EFE
    El BID considera que el crecimiento de la clase media en Perú ayuda a minimizar las desigualdades de la sociedad. Foto: EFE
  • Con una población que envejece, el crecimiento de los países ricos será lento

    Agencia AFP

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    Envejecimiento de la población y menor productividad: los países más ricos no recuperarán en los próximos cinco años el ritmo de crecimiento que tuvieron antes de la crisis financiera de 2008, dijo el FMI en un comunicado el martes 7 de abril del 2015.

    Según el Fondo Monetario Internacional, las economías avanzadas alcanzarán solamente 1,6% de crecimiento anual entre 2015 y 2020, lo que está muy por debajo de la tasa de crecimiento promedio registrada antes de la crisis financiera, que fue de 2,5% entre 2001 y 2007.

    Tras el impacto de la crisis financiera y de la recesión entre 2008 y 2014, el crecimiento en los países ricos se ubicó en 1,3%. Las proyecciones pobres para el resto de la década se deben al impacto negativo de los factores demográficos sobre el crecimiento del empleo y al bajo aumento de capitales e inversiones de largo plazo, dice el FMI en un informe publicado antes de las reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial en Washington.

    Este bajo potencial de crecimiento no solo hará que sea más difícil para los países reducir sus déficits públicos, sino también para las personas pagar sus deudas. «Se deben aprobar reformas y políticas de apoyo a la oferta», dice el FMI, evocando las reformas en los mercados de productos y de inversiones en investigación y desarrollo, educación e infraestructura.

    El crecimiento del empleo en los países ricos se desacelerará aún más por el envejecimiento de la población, que reduce la tasa de participación en el mercado de trabajo, explica el FMI. En Alemania y Japón, en particular, la evolución de la población económicamente activa retrocederá 0,2% por año en 2020.

    Al mismo tiempo, la tasa de participación en el mercado de trabajo -que incluye a quienes, entre la población económicamente activa, tienen un empleo o buscan uno activamente-, disminuirá en el conjunto, y Canadá experimenta el mayor descenso. Para las economías emergentes, el crecimiento potencial anual también tendrá un ritmo más lento en los próximos cinco años, de 5,2% de media, frente a 6,5% de media entre 2008 y 2014.

    En Alemania y Japón, en particular, la evolución de la población económicamente activa retrocederá 0,2% por año en 2020. Foto: Mori Building/ EFE.
    En Alemania y Japón, en particular, la evolución de la población económicamente activa retrocederá 0,2% por año en 2020. Foto: Mori Building/ EFE.
  • Tokio, la metrópolis imparable de un país en declive demográfico

    EFE

    Tokio

    Tokio atrae cada año a más jóvenes nipones en busca de oportunidades y venidos de otras áreas de Japón sumidas en la despoblación, una tendencia que refleja las disparidades económicas dentro del país y que el Gobierno trata de frenar.

    En 2014, el número de japoneses que se mudó al área metropolitana de Tokio alcanzó las 109 408 personas, lo que supone el décimo noveno aumento anual consecutivo y el mayor desde 2009, según los últimos datos divulgados por el Ministerio de Interior nipón.

    La mayoría de estos inmigrantes (73 280) se trasladaron a la ciudad de Tokio, mientras que el resto se repartieron entre las prefecturas de Kanagawa, Saitama y Chiba, también incluidas en el área metropolitana de la capital, que se extiende en unos 13 500 kilómetros cuadrados.

    Esta vasta zona urbana aglutina ya a unos 38 millones de habitantes y es el primer área metropolitana del mundo, muy por delante de Delhi (25 millones) y Shanghái (23 millones), según datos de Naciones Unidas.

    El crecimiento demográfico de Tokio va en línea con el de otras grandes urbes del mundo -el 54% de la población mundial se concentraba en áreas urbanas en 2013-, y a contracorriente de la caída que viene registrando la población nipona en los últimos años debido al envejecimiento.

    Esta evolución inquieta al Gobierno nipón, que ya ha puesto en marcha un plan para reducir a 0 el flujo de habitantes hacia Tokio para 2020, así como para revitalizar la economía local de otras regiones agrarias, montañosas o remotas. «La gente se está mudando desde áreas rurales hacia Tokio, donde la tasa de natalidad es extremadamente baja. Esto es una de las mayores causas del declive demográfico del país», afirmó el primer ministro nipón, Shinzo Abe, durante una intervención este jueves en el parlamento.

    «El Gobierno debe afrontar esta excesiva concentración en Tokio y la caída de población, y para ello hay que revitalizar las comunidades rurales», destacó Abe. No obstante, son muchas las voces críticas que señalan al primer ministro nipón y a su política económica conocida como ‘Abenomics’ como máximos responsables de estos desajustes.

    Los beneficios derivados de la devaluación del yen y del aumento de las ganancias corporativas «no han llegado a las áreas más apartadas, lo que obliga a los estudiantes a migrar a zonas urbanas para trabajar», señaló en este sentido el subdirector del Instituto nipón de Investigación (JRI, de sus siglas en inglés), Kenji Yumoto.

    «El Gobierno debería apuntalar sus políticas y animar a las grandes empresas para que transfieran sus oficinas y sus actividades a regiones más apartadas«, añadió el experto en declaraciones al diario económico nipón Nikkei. La mayoría de los nipones que se mudan a Tokio (el 90%) tiene entre 15 y 29 años y lo hace para cursar estudios preuniversitarios o universitarios o para desempeñar su primer empleo, según el informe del Ministerio.

    Además, la expansión de Tokio genera otros problemas que motivan un descontento creciente entre sus habitantes, como la subida de los alquileres de vivienda en una de las ciudades ya de por sí más caras del mundo, la saturación de los transportes públicos o la escasez de plazas de guardería.

    El influjo de habitantes hacia la metrópolis es especialmente significativo si se compara con las otras mayores áreas urbanas del país, como Osaka (sur de Tokio) y Nagoya (centro del país), que en 2014 sufrieron una pérdida neta de población por segundo año consecutivo.

    También destacan los datos de las prefecturas norteñas de Iwate, Miyagi y Fukushima, las más castigadas por el tsunami y el terremoto de marzo de 2011, y en las que en 2014 se ralentizó el ritmo de salida de población respecto a años precedentes. El 70 por ciento de los municipios de todo el país registraron una salida neta de población, lo que pone de manifiesto la magnitud del reto que tiene por delante el Gobierno

    En 2014, el número de japoneses que se mudó al área metropolitana de Tokio alcanzó las 109 408 personas. Foto: Mori Building/ EFE.
    En 2014, el número de japoneses que se mudó al área metropolitana de Tokio alcanzó las 109 408 personas. Foto: Mori Building/ EFE.