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  • María José Pinto: ‘Las jóvenes también son productivas’

    Mayra Pacheco

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    Encontrar ejecutivas entre 40 y 45 años dentro de las empresas es la tendencia en Ecuador, según un estudio de Deloitte que se presentó en marzo de este año. Al respecto María José Pinto, gerenta de Producción de Pinto, de 32 años, expone qué factores inciden en esta realidad.

    ¿Por qué la presencia de mujeres entre 40 y 45 años es mayoritaria en las empresas del país?

    Las mujeres atraviesan por dos circunstancias. Justo cuando nos encontramos en la etapa de ascender profesionalmente estamos a la vez en la época de casarnos y ser madres de familia. Esto obliga a bajar la guardia en uno de estos dos frentes. Y generalmente se lo hace en el ámbito laboral, porque la familia es superimportante.

    ¿Es difícil mantener la guardia en ambos frentes?

    Por la estructura que tiene la mayoría de las empresas se cree que no se puede cumplir con estos dos roles en paralelo: crecer profesional y personalmente. Se cree que estar embarazada, tener tu período de lactancia y estar a cargo de hijos pequeños te quita productividad.

    ¿Esto a la final qué causa?

    Que las ejecutivas en su mayoría tengan entre 40 y 45 años. Para entonces, las mujeres ya no están en la etapa de embarazo, sus hijos están en el colegio, los niños no demandan de tanto tiempo. Por eso se pueden dedicar más al trabajo.

    ¿Cuál es la otra circunstancia que explica esta realidad?

    La falta de oportunidades. Las empresas justamente por el tema de la maternidad, en algunos casos se frenan. Las firmas consideran que invertir en mujeres, en edad de tener hijos, tiene ciertos riesgos, por la ausencia que se genera debido a los permisos correspondientes a la maternidad, lactancia y otros.

    Pero a la final no todas las mujeres deciden ser madres

    Así es. Además, el ser madre no te hace menos eficiente. Al contrario, la mujer que tiene hijos debe cumplir con dos trabajos ‘full time’.

    A propósito de que se encuentra a la espera de su primer bebé, ¿considera que se puede llegar a un equilibrio entre ambos roles?

    Sí, estoy justo esperando a mi primer bebé y estoy convencida de que se puede lograr un equilibrio entre el ámbito personal y profesional. Soy parte de la Asociación Mujeres por Ecuador que promueve la participación de mujeres jóvenes en funciones ejecutivas y directivas.

    ¿Esto es posible?

    En Mujeres por Ecuador las mujeres adultas dan un acompañamiento a las jóvenes para decirles que sí hay cómo ser madre y trabajadora a la vez. Yo antes pensaba cómo combinar mi carrera e hijos. Y vemos que existen mujeres que te demuestran que sí hay cómo.

    ¿Cuál es la clave para esto?

    Primero la mujer no debe sentirse culpable de dejar a sus hijos en la casa. Debe tener apoyo en su entorno para organizarse con la crianza de tus niños y tu trabajo. Tiene que establecer los tiempos para estar con sus hijos y ser productiva en la empresa.

    María José Pinto, gerente de Producción de Pinto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
    María José Pinto, gerente de Producción de Pinto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • El crecimiento se basa en cuatro líneas productivas

    Redacción Quito

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    Lejos del ruido urbano, pero a pocos metros de la autopista que conecta Sangolquí con Píntag y Pifo, en el oriente de Quito. Allí se encuentra la planta de producción de Farbio Pharma, una empresa del sector químico que apuesta, desde sus inicios por la investigación y la innovación.

    Al llegar al lugar, los visitantes se encuentran con un portón metálico y un muro. Luce como una industria promedio, pero al recorrer sus instalaciones se advierte que no se trata de una empresa común.

    Las normas de seguridad son estrictas y los laboratorios lucen impecables. Nada se deja al azar, desde los sistemas de ventilación, los niveles de luz, la pintura utilizada, la indumentaria que visten los técnicos y otros elementos tienen una razón de ser. Si alguno falla, la producción de los fármacos corre riesgo.

    La empresa nació en el 2000, cuando el país entraba al sistema monetario dolarizado, luego de un shock financiero y social. Édgar Curipallo y Marco Benavides, compañeros de aulas en la Universidad Central del Ecuador, empezaban lo que hoy es un negocio que gana mercado en el país, así como en Centroamérica.

    La primera línea se enfocó en la elaboración de medicinas para el sector veterinario. La inversión inicial fue de USD 100 000 que llegaron de recursos propios, así como de préstamos bancarios.

    Hoy, 16 años después, la empresa muestra su crecimiento sostenido. A la primera línea se han incorporado tres más: cosméticos, insumos agrícolas y medicina humana. Para esto la investigación y la innovación resultaron fundamentales, según explican Curipallo y Benavides, gerente y presidente de la empresa.

    La clave está en el equipo profesional con el que cuenta la firma, en el que se encuentran 22 técnicos especializados en el área de bioquímica y farmacia, así como nueve veterinarios.
    Un hecho que marcó el camino de la empresa se dio entre el 2009 y el 2010. Por motivos externos, en ese período el país sufrió una especie de estancamiento, explica Curipallo y la empresa lo sintió: la facturación se estancó en dos millones de dólares.

    “Decidimos entonces no poner todos los huevos en una misma canasta”, detalla el gerente. Así arrancó una planificación estratégica: empezó con la producción para los sectores agrícola y cosmético, para luego llegar a la medicina humana. Con estas cuatro líneas de negocios la meta es facturar USD 16 millones en 2019. 

    Con las nuevas líneas llegó la apertura de mercados. Hoy, la empresa farmacéutica exporta a Bolivia, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras. Del total de ventas de este año, que se calcula en USD 8 millones, cerca de 500 000 corresponden a los envíos al exterior.

    Además, la compañía está en planes de llegar a México, así como a Tailandia, en el mercado asiático (ver puntuales).

    Según los representantes de la empresa, exportar es una herramienta que funciona, no solo por las divisas que ingresan, sino porque al topar otras puertas se abren oportunidades, se conocen nuevos modelos de negocios y en general se constituye en un aprendizaje, algo muy útil para ser competitivos en el extranjero.

    En el mercado centroamericano, la línea con mayor potencial en la actualidad es la del sector veterinario. Allí la clave para el crecimiento está en el tipo de fármaco que oferta la firma. “En veterinaria por lo general la infección va acompañada por la inflamación, por lo que se necesitan dos pinchazos y eso estresa al animal. Nosotros unificamos el antibiótico y el antiinflamatorio en un solo medicamento. Esa innovación nos abrió las puertas”.

    Marco Benavides se muestra satisfecho con los logros alcanzados por la empresa. Para él, la clave está en la constancia, el esfuerzo y la visión de largo plazo. También, destaca el nivel de los profesionales que tiene la empresa, así como la capacitación constante que recibe todo el personal. “Todos estos elementos nos permiten competir con calidad y nos abre las puertas de nuevos clientes en el país y en el extranjero”.

    Las inversiones son otro eslabón crucial. Desde el 2011 Farbio Pharma ha invertido USD 9 millones en temas como certificaciones de buenas prácticas de manufactura, maquinaria de punta, capacitación… “La idea es afianzarnos para que la compañía tenga una estructura solida”.

    Édgar Curipallo y Marco Benavides son los fundadores de Farbio Pharma. La planta de se encuentra en la vía entre Sangolquí y Píntag, al oriente de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Édgar Curipallo y Marco Benavides son los fundadores de Farbio Pharma. La planta de se encuentra en la vía entre Sangolquí y Píntag, al oriente de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Empresarios y Municipio analizan apuestas productivas en Quito

    Carolina Enríquez, redactora (I)

    Mejoras en la competitividad y la tramitología plantearon los empresarios al Municipio de Quito. Eljueves 19 de noviembre del 2015, los directivos de la Cámara de Industrias y Producción (CIP) mantuvieron una reunión con el alcalde Mauricio Rodas, para presentar propuestas para el desarrollo productivo y empresarial en Quito.

    Richard Martínez, presidente de la CIP, indicó que los empresarios buscan impulsar las asociaciones público privadas (APP) en la ciudad, porque hay amplias oportunidades. Una de ellas es la que se genera con la construcción del metro que, en medio de la coyuntura económica, actuará como política contracíclica.

    El Alcalde confirmó esto y agregó que en los próximos tres años será la ciudad que reciba la mayor cantidad de inversiones en su historia. «Entre USD 2 500 millones y 3 000 millones».
    Esto último no solo incluye el metro sino también el Quito cable y otras obras de infraestructura.

    Asimismo, en el marco de APP, hay interés por el manejo de mercados mayoristas e impulso del turismo de convenciones. A la par se busca la agilización de trámites como la Licencia Única de Actividades Económicas (LUAE).

    Según Rodas, más del 70% de las LUAE ya se entregan de manera automática (pero el resto, según los empresarios, se entregan en más de 30 días). También se ha agilitado la entrega de licencias de construcción.

    Los empresarios hablaron sobre la posibilidad de desarrollo de polígonos industriales, en vez de las zonas de parques industriales. Para su planificación se generará una consultoría financiada por el Programa para las Naciones Unidas.

    Finalmente, los empresarios también plantearon la creación de un consejo de competitividad en el que participen diferentes sectores de la sociedad.

    Empresarios de la Cámara de Industrias y Producción buscan impulsar las asociaciones público privadas (APP) en la ciudad. Foto: Líderes
    Empresarios de la Cámara de Industrias y Producción buscan impulsar las asociaciones público privadas (APP) en la ciudad. Foto: Líderes
  • María Calderón impulsa cadenas productivas

    Sebastián Angulo (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Confiesa que a mitad de la carrera sintió que se equivocó de profesión. Luego de graduarse en la Universidad Católica de Quito (PUCE) descubrió que la biología no es lo suyo. Sin embargo, fue el camino que la llevó a la investigación en las ciencias sociales.

    Ahora, María Calderón dirige S2M (Sostenibilidad, Mediación y Medición), en Londres (Inglaterra), una organización ecuatoriana que busca impulsar negocios responsables.

    Actualmente, S2M está al frente de un proyecto que pretende formar encadenamientos productivos que involucran a agricultores de Pichincha y a migrantes ecuatorianos en el país europeo.

    Esta iniciativa, que cuenta con el financiamiento de la Unión Europea (UE) y el apoyo del Gobierno Provincial de Pichincha, tiene como objetivo vincular a unos 800 agricultores de tres encadenamientos productivos: cacao-chocolate-frutas, café y flores. Mientras que los migrantes ecuatorianos en Inglaterra se encargarán de la distribución.

    Calderón es el nexo entre Ecuador e Inglaterra, pero para llegar a serlo, su investigación y preparación académica fue fundamental. Esta ecuatoriana es investigadora en temas de migración, género, religión y comunidad.

    La académica señala que las principales dificultades que deben afrontar los migrantes son el idioma y que están vinculados con trabajos que no tienen posibilidades de crecimiento, como cuidado de ancianos, limpieza, etc.

    Juan Carlos Romero, director de S2M en Ecuador, fue el contacto para que Calderón se vincule a esta propuesta. Él la conocía desde las aulas, cuando estudiaban en la PUCE.

    Romero sostiene que en la universidad, Calderón era una persona que «demostraba sensibilidad ante problemas de equidad, justicia social» y por eso se vinculó a ese ámbito.

    Una de las claves para entender los problemas que atraviesan los migrantes es que ella también lo fue. Cuando culminó sus estudios en la Universidad Católica, en 1993, viajó a Europa en búsqueda de nuevas experiencias. Al finalizar el periplo, se dio cuenta que las ciencias sociales le apasionaban, específicamente la Antropología.

    Luego de dos años de viajar por Italia, Francia y Escocia, regresó a Ecuador para vincularse a la organización EcoCiencia, una fundación que busca preservar la biodiversidad. En esa ONG laboró en el ámbito de género y recursos naturales.

    Galo Medina, director de la organización Nature Conservancy, quien trabajó con Calderón en EcoCiecnia, la recuerda como una persona «muy responsable, muy inteligente, muy estudiosa».

    Medina, quien también fue compañero de universidad, dice que uno de los trabajos que más recuerda fue un diagnóstico de páramos que realizaron con ella. Esta labor implicó estar en contacto con la gente de comunidades de la Sierra norte.

    «Cuando empezó a trabajar descubrió su real vocación. Tenía mucha inclinación en temas artísticos». Medina afirma que Calderón «es una gran pianista», una de sus facetas no tan conocidas.

    Gracias a su colaboración en EcoCiencia, y con el apoyo del Consejo Británico, obtuvo una beca para estudiar una maestría en género y desarrollo en la Universidad de Sussex, en el Reino Unido. Esto fue en 1998.

    El siguiente año, de vuelta en Ecuador trabajó para el Servicio Holandés de Cooperación para el Desarrollo, en un proyecto que se ejecutó en Guamote (Chimborazo), durante dos años.

    En ese lugar convivió con comunidades indígenas de la provincia. Gloria Dávila, directora de la fundación Tierra Nueva, trabajó junto a ella en esa propuesta. «Es una gran profesional (…) una mujer muy responsable, muy decidida y muy sistemática», asegura.

    Además, sostiene que Calderón tiene la capacidad de moverse en diferentes culturas. «Trabajó aquí en Chimborazo con indígenas y ahora con migrantes en Inglaterra», comenta su amiga.

    Una de las anécdotas que recuerda de su trabajo en Chimborazo es que en una ocasión debían cambiar la llanta dañada de su automóvil en el que iban a Guamote. «Nos creíamos muy autosuficientes (…), nos moríamos de risa, pero al final debimos pedir ayuda porque no teníamos idea cómo hacerlo; a pesar de ser militantes feministas nos dimos cuenta que los hombres son nuestros aliados».

    En el 2002, regresó al Reino Unido para estudiar su doctorado en Antropología, en la Universidad de Kent; se especializó en religión y teoría feminista.

    Además, ha realizado investigaciones sobre migrantes brasileños en Bristol (Inglaterra) y su participación en iglesias pentecostales. Asimismo, elaboró un estudio sobre migrantes colombianos y su participación política en el Reino Unido.

    La ecuatoriana tiene tres niños y en su tiempo de ocio trabaja como voluntaria en algunas fundaciones.

    También su tiempo libre lo dedica a la investigación; ahora escucha la música de Silvio Rodríguez, Fito Páez, entre otros cantautores latinoamericanos.

    Su aporte a la Academia

    2010. Realizó investigaciones sobre migrantes brasileños en Bristol (Inglaterra) y su participación en iglesias pentecostales.

    2011. Elaboró un estudio sobre migrantes colombianos y su participación política en el Reino Unido.

    1998. Investigó sobre la influencia del catolicismo y la Teología de la Liberación.