El Registro de la Propiedad del Distrito Metropolitano de Quito digitalizó por completo sus trámites desde mayo pasado, con lo cual todos sus servicios se ofrecerán en línea de manera permanente.
Martín Enríquez, registrador de la Propiedad, aseguró que la entidad estuvo trabajando en la digitalización de sus servicios desde mayo del 2019. El proceso se aceleró con la pandemia.
El organismo ofrece dos trámites principales. El primero es la emisión de certificados, los cuales pueden ser de gravámenes, propiedad o venta de un inmueble y estatutos personales.
En segundo lugar, las inscripciones de actos o contratos que lo ameriten, como compra-venta, hipotecas, donaciones, posesiones efectivas, constituciones de fideicomisos, restituciones fiduciarias, prohibiciones de enajenar, entre otros.
Para efectuar el trámite, las personas, naturales o jurídicas, deben ingresar a la página web y registrarse con su número de identificación (cédula, pasaporte o RUC) y una clave.
Si requieren un certificado, deben dirigirse al link del trámite y llenar una petición; una vez hecho el pago (con tarjeta de débito, crédito o transferencia), les llegará el certificado a su correo en un plazo de tres a cinco días.
Para inscripciones, luego de registrarse, los usuarios deben dirigirse a la pestaña de ‘Inscripciones’, llenar la solicitud y cargar el documento que se desea inscribir. Después de 24 horas, les deberá llegar el link para realizar el pago, y una vez hecho, en un plazo de tres a cinco días recibirán la inscripción en su correo. El documento, aclara el funcionario, debe ser cargado en formato PDF y a color.
El Registro también está atendiendo consultas y reclamos en línea, mediante un chat. Para ello se debe solicitar un turno en la página web. La atención solo se brinda de 08:00 a 16:30. También está habilitado el call center 1800 510510, opción 4, en el mismo horario.
Enríquez señaló que, en promedio, están gestionando 1 200 trámites por día. Por el chat en línea, atienden de 400 a 500 personas por día.
El Registro de la Propiedad de Quito trabajó en la digitalización de sus servicios desde mayo del 2019. Foto: archivo / LÍDERES
Sídney, Washington, Praga, Ciudad de Panamá, Cartagena y Bruselas son algunas de las ciudades que ha visitado María Cecilia Romoleroux en los últimos meses por trabajo. Al mes, en promedio, solo pasa dos semanas en el país.
Con el tiempo le ha perdido un poco el gusto a ese ritmo de vida. Además, las exigencias de su trabajo le dejan poco tiempo para recorrer las ciudades que visita. Por el contrario, aprovecha el poco tiempo libre para practicar yoga en cualquier lugar donde se encuentre, incluso, en la habitación de un hotel. Cuando está en Quito, inicia o finaliza su día corriendo sobre una caminadora.
Romoleroux, de 51 años, es socia y jefa del Departamento de Propiedad Intelectual y Regulatorio de la firma jurídica Corral Rosales. Gracias a su vasta experiencia en el área de propiedad intelectual, forma parte de importantes organizaciones internacionales que trabajan en la defensa de marcas y de la propiedad intelectual, lo que explica su vida agitada desde hace algunos años.
En el 2002, por ejemplo, se convirtió en mediadora internacional de propiedad intelectual de la Asociación Internacional de Marcas (INTA), organización en la que desde el pasado año es la única ecuatoriana integrante del Directorio. Y desde este año se convirtió en la primera ecuatoriana en pertenecer al Comité de Programación de la Asociación Internacional para la Protección de la Propiedad Intelectual.
Romoleroux es la mayor de tres hermanos. La educación básica y el bachillerato los cursó en el Colegio Americano de Quito. La palabra que mejor asocia con su infancia es libertad: “Tenía un abuelo que siempre me decía que hiciera estrictamente lo que me diera la gana”. Una realidad que cambió con el tiempo.
Luego del colegio vivió un año en Austria estudiando alemán en un instituto religioso. “Fue una experiencia positiva, pero durísima. Desde el primer día solo me permitieron comunicarme en alemán”, cuenta. Uno de los motivos por los que retornó al país fue el clima. “El invierno alemán me mata. Si no veo el sol todos los días, no funciono”.
Aunque le atraía, estudiar leyes no fue su elección. Cuando volvió al Ecuador, una tía ya la había inscrito en la carrera de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, donde también aprendió francés.
Su primer empleo fue a los 19 años como pasante de leyes en un estudio jurídico, en el que ayudó a fundar el departamento de propiedad intelectual de la empresa, donde se quedó por cuatro años. Su tesis para graduarse como doctora en Derecho la dedicó al tema de patentes.
Con 24 años le encargaron el Departamento de Propiedad Intelectual de otro despacho jurídico, el cual dirigió por 12 años. Pero, Romoleroux aspiraba a ser socia de un despacho, lo que resultaba imposible donde trabajaba.
Fue en Corral Rosales donde halló esa oportunidad, en el 2002. A esta firma legal llegó junto a un equipo de cinco personas que tenía a su cargo en el antiguo despacho, quienes ahora integran el Departamento de Propiedad Intelectual y Regulatorio. Los servicios que ofrecen se enfocan en registro de marcas, litigio y regulación, en temas como el etiquetado del semáforo en alimentos.
El carácter fuerte es una de sus características, según dos de sus empleados. “Es perfeccionista. No le gustan los errores”, comenta Octavio Salazar, quien trabaja con ella desde hace muchos años, por lo que le consta que “todo lo ha logrado por su propio esfuerzo”.
Para Ian Wall ese carácter se manifiesta en los momentos en los que se trabaja bajo presión para responder a tiempo a los clientes. “Desde el primer día ha sido abierta a escuchar mis ideas. Conoce muy bien su trabajo y siempre tiene una solución inmediata para cualquier problema”. Wall es un abogado inglés, que ejerce desde hace tres años en la firma.
Corral Rosales también defiende en Ecuador los derechos de marcas , que son integrantes de la organización internacional React, una red que combate la falsificación de productos.
Estela De Luca, representante para Latinoamérica de React, describe a Romoleroux como una profesional que plantea de manera idónea los problemas y encuentra la solución, respondiendo oportunamente a los clientes. Además, “es proactiva, sale a recorrer el mercado para reportar casos”.
Para la especialista en propiedad intelectual, el Ecuador ha retrocedido en materia de infracciones por falsificaciones, lo que afecta a la inversión extranjera. Pero, resalta algunos avances: “Los jueces tienen muy claro el respeto, dan sentencias claras”.
Su carrera profesional le ha permitido recorrer buena parte del mundo, en los últimos años. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
Solo en el 2013, el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, IEPI, emitió 12 600 resoluciones de concesión o denegación de solicitudes para registrar marcas en el país.
Sin embargo, Verónica Gómez, abogada especializada en el área de propiedad intelectual en Guayaquil, señala que los empresarios y emprendedores de negocios en el Ecuador todavía no están familiarizados con los conceptos relacionados con propiedad intelectual, y le restan importancia al registro de una marca, un eslogan o un logotipo.
Una de las razones, explica la ejecutiva, es que en la legislación no hay obligatoriedad para hacerlo, a pesar de que la ley de Propiedad Intelectual fue expedida en 1998.
«Trabajo en propiedad intelectual desde el 2008; además, estudié Marketing y me di cuenta que mucha gente registraba su marca o logotipo un poco tarde. Cuando iban al IEPI veían que ya había marcas similares registradas y ellos ya habían invertido en tarjetas, banners, entonces perdían dinero», explica.
Por eso, en agosto decidió crear Right Brands, una empresa de imagen corporativa para quienes estén en proceso de desarrollar sus marcas. Esta iniciativa está ubicada en el centro comercial La Torre (vía Samborondón).
En Right Brands, los clientes pueden crear logotipos, sitios web, animaciones en 2D y 3D con viabilidad legal para ser registrados en el IEPI, gracias a una alianza con Flavio Arosemena, presidente del Estudio Jurídico Arosemena Burbano & Asociados Cía. Ltda.
«Antes de entregar el trabajo, aseguraremos que la marca es registrable y así usted ya es titular de una marca con la que no tendrá problemas», dice Gómez. Los logotipos pueden estar listos en un par de semanas, pero el proceso de registro de la marca puede tardar seis meses.
Héctor Navarrete, director ejecutivo de Share Networking, es uno de los clientes de este nuevo negocio. Su firma funciona hace dos años, pero este empresario decidió refrescar la imagen corporativa recientemente. «Los contraté, porque en la era de globalización es mucho más fácil acceder a la información y es más probable que alguna persona violente la propiedad de lo que otros han creado. Creo que es necesario registrar marcas, porque así se protegen el esfuerzo y creatividad de las personas», indica.
Otro servicio que destaca Gómez es la creación de sitios web con asesoría. Es común que al desarrollar un portal se tomen imágenes de Internet, sin saber si están protegidas con derechos de autor. «En eso también nosotros le aseguramos al cliente que van a usarse fotos que no les van a causar problemas legales».
El equipo
La web. Andrés Arosemena Burbano tiene más de 10 años de experiencia realizando trabajos de desarrollo web y multimedia.
Marcas. Priscila Castro es diseñadora. Colaboró con el cambio de imagen del Banco Guayaquil.