Las blusas bordadas con hilos de colores, mullos, piedras brillantes y cintas son el producto estrella de Modelei. Esta marca de ropa inspirada en la cosmovisión andina funciona en Riobamba y ahora no solo es frecuentada por mujeres indígenas, sino también por mujeres mestizas que buscan un estilo étnico para sus ‘outfits’.
La marca también manufactura camisas bordadas para varones, trajes para ocasiones especiales como bodas y quinceañeras, que conservan la autenticidad indígena, y a la vez tienen diseños modernos y juveniles.
La empresa se inició en el 2010, cuando Verónica Velásquez, quien es oriunda de Otavalo, se casó con Pedro Mullo, originario de la nación Puruhá. Ambos comparten el gusto por el bordado y el diseño de trajes autóctonos.
Los esposos heredaron el talento para bordar de sus padres. “Es que en los hogares indígenas siempre ha habido ese conocimiento. Los abuelos cuentan que antes la ropa no se compraba, sino que siempre se fabricaba en casa”, dice Verónica, quien es la encargada de los diseños y acabados.
Ella hizo su primera blusa cuando aún era adolescente. Su madre, María Cachiguango, le enseñó la técnica familiar. “Una blusa bordada de Otavalo costaba muchísimo dinero, y yo no lo tenía, pero deseaba tener una prenda fina y elegante, así empezó mi pasión por los bordados”.
Pedro Mullo también aprendió de su familia todo acerca de los bordados y la elaboración de prendas en telares artesanales.
Cuando se casaron decidieron combinar sus talentos y darle un nuevo giro de negocio a la empresa de la familia Velásquez, Tejidos Otavalo. Esa empresa funciona en Riobamba desde hace más de 30 años y se dedicaba a la comercialización de todo tipo de prendas tejidas, como bufandas, suéteres.
“Teníamos una idea diferente para el negocio. Nos tocó convencer a la familia para que confiara en nuestro proyecto, ese fue el primer desafío”, recuerda Mullo. La pareja invirtió USD 600 en la compra de la primera máquina bordadora casera. Sus primeros diseños los publicaron en redes sociales y en poco tiempo empezaron a llegar los clientes.
El primer mes fabricaron 15 blusas bajo pedido. Y en tres meses la cifra se duplicó. Sus diseños se caracterizan por los detalles de los bordados. Hay blusas asimétricas, con transparencias, con mangas de encaje, y una variedad de estilos que atrajeron de inmediato al público joven.
“De casi cualquier tendencia nueva que se ve en la ropa occidental, nosotros tenemos nuestra propia versión, la idea es que las jóvenes no recurran a usar ropa que no les identifique, sino que puedan estar a la moda sin perder su identidad”, dice Verónica.
Las clientes frecuentes del almacén, situado cerca al Centro Comercial La Condamine, son ejecutivas, funcionarias de cooperativas de ahorro y crédito o de instituciones públicas. “Soy fan de las blusas de Modelei porque son distintas a otras que hay en el mercado. Los diseñadores cuidan cada detalle, además son diseños únicos y no se repiten”, dice Jéssica Morocho.
Recientemente, la marca invitó a las reinas de varios cantones a vestir sus prendas para una sesión de fotos. Los resultados de la campaña fueron inesperados. Las ventas por Internet subieron y hacen envíos al exterior.
Pedro Mullo y Verónica Velásquez diseñan trajes que se destacan por sus bordados y encajes. Foto: Cristina Márquez/ LÍDERES
Los indicadores de empleo presentados la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revelan que los jóvenes son los más afectados por el desempleo en el país.
En junio, más de 330 000 personas se encontraban sin trabajo. El 38,7% de este grupo corresponde a personas entre 15 y 24 años, esto es más que en igual mes del 2017, cuando los jóvenes representaban el 36,2% de los desempleados.
Para Sergio Vera, director comercial de Multitrabajos, este incremento en el desempleo juvenil es importante y además considera que este indicador seguirá en aumento, si la situación económica no se logra revertir.
Xavier Sisa, director jurídico de la Cámara de Industrias y de la Producción, piensa distinto e indica que esta variación no es estadísticamente significativa porque también hubo un decrecimiento de la población económicamente activa. Para Sisa, el aumento del desempleo en jóvenes puede estar dentro del margen de error estadístico aceptado.
Según el INEC, este segmento de la población también es el segundo grupo etario con menor acceso a un empleo adecuado; es decir, aquel en el que se perciben ingresos iguales o superiores al salario básico y en el que se laboran 40 horas a la semana.
El Gobierno Nacional presentó en enero de este año algunos incentivos al sector privado para la contratación de jóvenes.
Uno de ellos busca fortalecer el contrato juvenil con el subsidio estatal del 50% del sueldo e igual porcentaje del aporte patronal al Seguro Social de los trabajadores empleados por primera vez en empresas. Está dirigido a personas entre 18 y 26 años, que no hayan culminado sus estudios.
La proyección es incorporar a 60 000 jóvenes en cuatro años, en áreas como agricultura, manufactura y comercio. Para el primer año, se preveía una incorporación de 30 000 jóvenes. Sin embargo, el plan aún no está en marcha.
Al respecto, Carlos Noboa, coordinador especial de Planificación y Gestión Estratégica del Ministerio del Trabajo, explica que se espera la asignación de fondos por parte del Ministerio de Finanzas para los subsidios planteados.
Por su parte, el viceministro de Finanzas, Santiago Caviedes, indica que el tema se encuentra en revisión. “Considero que se debe pensar en un esquema eficiente para facilitar el ingreso de los jóvenes al mercado laboral”.
Otro de los anuncios se refiere al fortalecimiento del programa Mi Primer Empleo, que impulsa la ubicación de jóvenes en plazas de trabajo para pasantías. La propuesta del Gobierno es la devolución del 100% del salario pagado al pasante, a través de incentivos tributario, siempre y cuando la compañía los contrate.
Con este programa, se prevé la incorporación de 1 400 jóvenes en entidades del Estado y más de 22 000 jóvenes en empresas.
El vocero de Multitrabajos recalca que los jóvenes son quienes más atención necesitan, porque para ellos es más difícil encontrar trabajo al no tener experiencia y los procesos de capacitación tienen un costo para las empresas.
“Las opciones de empleo hasta los 24 años son limitadas. Hay una economía en decrecimiento. Si no mejora, la empresa privada no va a comenzar a dar mas trabajo”.
No obstante, algunas compañías privadas están apostando por promover el ingreso de talentos jóvenes. Una de ellas es Cervecería Nacional, que cuenta con programas tanto de pasantías como de contratación.
Por ejemplo, el Global Management Trainee (GMT) es un programa global que busca talentos jóvenes con miras a que ocupen cargos de liderazgo en la compañía en un futuro. Los postulantes deben ser personas graduadas o próximos a graduarse, con un nivel de inglés avanzado.
La convocatoria de este año en Ecuador está abierta hasta el próximo 30 de julio.
Luego de ser seleccionados, los integrantes entran en un proceso de entrenamiento por 10 meses, en los que rotan por distintas áreas de la compañía y se les asignan proyectos específicos. Además, se relacionan con líderes regionales y globales de la firma. Los participantes entran a la empresa con un contrato indefinido.
El 5% de los trabajadores de la compañía, que cuenta con una nómina de 2 000 personas, tiene hasta 24 años. La cifra corresponde a 112 personas, que laboran en distintas áreas de la compañía.
El milenial gana espacio en la nómina
Redacción Quito (I)
La población milenial va ocupando cada vez más espacio en las nóminas de las empresas.
Un estudio de Manpower calcula que este grupo de la población mundial ocupará el 35% del mercado laboral hasta el 2020. Ecuador es parte de esa tendencia.
En Produbanco, que es parte de Grupo Promérica, por ejemplo, el 76% de la nómina es milenial. Esa entidad financiera tiene hoy 2 328 empleados. Eduardo Lafebre, vicepresidente de Gente de Produbanco, explica que la cifra deja ver que la fuerza de trabajo joven es muy amplia.
Otro caso es el de Corporación GPF, en donde se cuentan 4 334 colaboradores, de los cuales el 10% tiene menos de 24 años, es decir, es población milenial. Esos 435 jóvenes se desempeñan en diferentes áreas de la organización. La mayoría (81%) trabaja en los puntos de venta de Fybeca, SanaSana y Okidoki. El porcentaje restante (19%) se reparte en el Centro de logística avanzada, Experiencia al cliente, Desarrollo organización, Finanzas corporativas, etc.
Los datos dejan ver que ambas entidades promueven la contratación de jóvenes mediante programas puntuales. En Produbanco existe una suerte de concurso para formar talentos, en el que se generan evaluaciones y entrevistas con ejecutivos para que los jóvenes demuestren sus capacidades.
A los ganadores la entidad les paga sus estudios universitarios a cambio de que estudien una carrera afín a la banca y que al graduarse se conviertan en empleados del banco. El programa arrancó hace cinco años y ya cuenta con cuatro jóvenes beneficiados.
Hellen Andersen, directora de Desarrollo Organizacional de Corporación GPF, detalla los requisitos que la organización busca en los jóvenes: “Si cumplen el perfil de tener buena actitud, atención al cliente y evidencia de rápido aprendizaje, incursionan en las áreas operacionales de las Unidades de Negocio. Ellos son parte de capacitaciones intensivas”.
Hoy en día el 42% de los colaboradores de Corporación GPF tiene menos de 30 años. “Somos una empresa con mucha gente joven”.
El tema de la experiencia se mira con cuidado. Lafebre indica que al contratar jóvenes se mide el potencial, la capacidad de hacer cosas en el futuro, el interés y la actitud para hacer cosas. Pero aclara que existen posiciones en las que la condición fundamental es contar con experiencia.
La consultora Adecco aporta con un dato más. Según una encuesta elaborada en mayo pasado, entre 400 jóvenes, solo el 30% está en un trabajo formal. El 70% no vinculado no tiene una experiencia real de trabajo.
En los gremios productivos también se trata el tema. En la Cámara de Industrias y Producción (CIP) se impulsa el proyecto de formación dual, con la colaboración de la cooperación alemana. Así se prepara a los chicos que están en institutos técnicos para que puedan hacer prácticas y poner destrezas en el campo. Según la CIP, cada año ingresan 150 000 jóvenes al mercado laboral.
Alarma en la región
Los datos más recientes sobre desempleo juvenil en América Latina y el Caribe son más alarmantes que de costumbre. Lo dice José Manuel Salazar-Xirinachs, director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe.
“La tasa regional alcanzó en 2017 el nivel más alto desde que existen registros de este indicador a comienzos de los años 1990. Llegó al 19,5%”. Esto significa que uno de cada 5 jóvenes en la región no consigue empleo.
El representante de la OIT añade que hay poco más de 10 millones de jóvenes entre 15 y 24 años buscando trabajo y no lo consiguen. Casi 40% de los desempleados son jóvenes. Además, seis de cada 10 jóvenes que sí están trabajando lo hacen en la informalidad. Y alrededor de un 20% del total no estudia ni trabaja.
Según Salazar-Xirinachs, esto significa que América Latina no está aprovechando el llamado bono demográfico. “Está desaprovechando el talento de una proporción importante de la juventud. Las consecuencias son de alto impacto”. 20 millones de ni-ni Las áreas en donde hay mayores oportunidades para los jóvenes, según la consultora Adecco, son la administrativa, atención al cliente, ‘call center’, marketing, publicidad y ventas.
Según la OIT, los llamados ‘ni-ni’ son más de 20 millones, incluyendo a los desempleados que no estudian, a un número considerable de mujeres jóvenes que no logran entrar a la fuerza laboral.
Además, dice la OIT, la proporción de jóvenes está empezando a bajar. En 2050, los mayores de 65 años serán más que los menores de 29 años. “El bono demográfico se habrá acabado”.
Jóvenes de distintas universidades de la capital asistieron el mes pasado a la sede de Cervecería Nacional en Quito para conocer sus diferentes programas dirigidos al talento juvenil. Foto: Vicente Costales / LÍDERES