Etiqueta: quiteno

  • Un yogur quiteño con toque griego

    Redacción Quito

    El yogur es un producto que los ecuatorianos consumen, sea directamente o en preparaciones. Aprovechando esta preferencia nació el negocio Atlas Yogurt.

    Surgió de un proyecto universitario en 2015. Se buscaba desarrollar algo innovador, de calidad, que satisficiera la necesidad de clientes que quisieran mantener una dieta equilibrada.

    Patricio Aguinaga, actual propietario de Atlas Yogurt, trabajó en la empresa como asesor de contabilidad y finanzas; en julio del año pasado, adquirió la totalidad de acciones para continuar con este negocio, pues los anteriores dueños querían liquidarlo.

    El nombre del negocio nació de la relación entre la receta de yogur griego y el titán Atlas, personaje de la mitología.

    Cuando inició este emprendimiento la inversión que realizaron los exdueños fue de aproximadamente de USD 20 000. Este monto sirvió para adecuar la planta de producción y empezar con las primeras pruebas.

    Para la producción se utiliza leche y fermentos lácticos. La elaboración del producto demora, aproximadamente, 36 horas.

    El proceso se inicia con la colocación de la leche en un recipiente industrial para luego añadir los fermentos lácticos. Después de esto se debe esperar un tiempo para proceder al filtrado, en el que se inicia la recolección del yogur.

    “El proceso de producción lo realizamos respetando al máximo la manera tradicional de producción de yogur griego. Con ello logramos hacer un lácteo con una textura determinada: cremoso y con un sabor balanceado”, expresa el propietario de la firma.

    Aguinaga añade que lo que hace diferente a su producto es que no contienen ningún tipo de preservante ni espesantes.

    Además, afirma que mantiene vínculos fuertes con los principales proveedores. Esto asegura el abastecimiento y la calidad de cada una de las materias primas. En cuanto al equipo de trabajo, Atlas Yogurt está formado por siete personas que aportan directa e indirectamente en la producción.

    La oferta que la empresa presenta al mercado se divide en dos segmentos: consumidores finales e institucional; para cada uno tiene presentaciones diferentes.

    Dentro del segmento de consumidor final comercializa frascos de vidrio de 730 mililitros (ml), de sabor natural. El envase de 250 ml tiene sabores de frutas como maracuyá, mora, coco y taxo.

    La oferta del segmento institucional tiene dos presentaciones de cuatro y ocho litros, ambas en sabor natural.

    Verónica García, clienta de este emprendimiento, menciona que conoció de los productos Atlas en agosto del año pasado y desde entonces los adquiere frecuentemente. “La calidad de este yogur es extraordinaria, tanto en sabor, cremosidad y textura. Me encantan porque son naturales y bajos en azúcar; los envases de vidrio me llamaron mucho la atención, es una manera muy buena de colaborar con el medioambiente”.

    El propietario del emprendimiento comenta que busca generar conciencia ambiental entre los clientes. “Todas las presentaciones al público son en envases de vidrio. Tenemos una política de retorno de envases desde el inicio. Pueden entregarnos los clientes o desde los puntos de venta”, añade Aguinaga.

    Los productos de este emprendimiento se distribuyen en una red de tiendas de Quito, Cumbayá y el valle de Los Chillos. Debido a la emergencia sanitaria se pensó en una alternativa de distribución: se está realizando envíos a domicilio y se abastece a los puntos de venta.

    Los planes a futuro de este emprendimiento son desarrollar nuevos productos y sabores, así como expandir el negocio hacia otras plazas que le permitan mantener una estrategia de crecimiento sostenido.

    Patricio Aguinaga es actual propietario de Atlas Yogurt. Destaca su política de cuidado ambiental
    Patricio Aguinaga es actual propietario de Atlas Yogurt. Destaca su política de cuidado ambiental. Foto: Cortesía Atlas Yogurt
  • El talento para las finanzas lo llevó a México

    Evelyn Tapia

    Relacionadas

    El 22 de diciembre del 2017 fue el último día en que Pedro Sánchez Saá, economista quiteño de 39 años, pasó su jornada laboral en las oficinas de la multinacional francesa de seguros comerciales, Coface, en el norte Quito.

    Ese viernes, su agenda estuvo copada por despedidas, brindis navideño, llamadas, etc. Era su último día como gerente general de Coface en Ecuador, y dejaba con nostalgia el cargo que ocupó desde junio del 2015.

    La nostalgia se mezcló con emoción, reconoce Sánchez, pues su partida se debe a que, desde hoy, es el gerente comercial en las oficinas de México, en donde Coface tiene sus oficinas regionales.

    En ese cargo controlará la operación comercial de México, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil.

    “Me voy a encargar de que se cumplan metas de ventas y presupuestos, también voy a ver ventas de nuevos productos, renovación de portafolio existente con clientes actuales e iniciativas de marketing”, puntualiza.

    Dejar Quito no fue una decisión sencilla, cuenta Sánchez, quien asegura que su familia es lo más importante. “Es lo que llena mi vida”, comenta con emoción.

    Antes de aceptar la propuesta, que recibió en julio del 2017, analizó a fondo lo que implicaría llegar a un país ajeno con su esposa, Carolina Cevallos, y sus tres hijos pequeños: Isabela, de 9 años; Pedro José, de 6; y Juan Pablo, de 3.

    Al final, el apoyo de la familia le dio la seguridad de aceptar este reto.“Voy a extrañar al resto de mi familia, amigos y a Quito, su clima, la cercanía de todo. La comida ecuatoriana también, un cebiche, una fritada”, comenta.

    Su mejor amigo desde los 5 años, Felipe Burneo, dice que este ascenso no es casualidad en la vida de su amigo. Los dos estudiaron juntos en la escuela, colegio y universidad, y Burneo dice que hay algo que nunca cambió en Sánchez: la entrega a sus tareas.

    “Siempre fue muy buen alumno, muy dedicado. En el colegio estaba siempre al tanto de cuestiones económicas que al resto aún no nos interesaba”, recuerda.

    A pesar de la nostalgia, Sánchez espera disfrutar esta experiencia profesional y de vida. “Uno tiene que enfocarse en todo lo bueno del país al que llega, no solo en lo bueno que extraña del país que deja”, dice.

    La gerencia comercial en México es su primer cargo regional en una carrera profesional que comenzó a los 22 años, cuando aún no se graduaba de economista en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y un profesor de la Facultad de Economía lo llevó a trabajar en la Prefectura de Pichincha.

    Desde entonces, Sánchez pasó por varias escuelas que lo prepararon para llegar a este punto. “Todo trabajo es una escuela, toda experiencia también lo es”.

    Haber formado parte de Emprende, una de las primeras incubadoras de emprendimientos en Quito, es una de esas experiencias que resalta como aprendizaje.

    Hay otros dos hitos. Uno es el del 2005, cuando entró a Mutualista Pichincha como gerente de Productos Financieros. Ahí adquirió su primera experiencia en manejo gerencial.

    El segundo es su llegada a Diners Club Ecuador, en donde trabajó como gerente comercial desde el 2011. Sánchez asegura que fortaleció sus aptitudes relacionadas al área comercial, que le ayudaron a ser tomado en cuenta más tarde para ocupar un cargo comercial en Coface México.

    De su etapa en Diners destaca la constante capacitación por parte de la empresa. “Tuve un diplomado en gerencia comercial pagado por la empresa y cursos de desarrollo de habilidades gerenciales todos los años”, menciona.

    Esa idea de que la capacitación al personal es clave para obtener mejores resultados en una organización la llevó como gerente general a Coface. “Primero lo primero”, dice Sánchez, quien practica la natación para obtener ideas.

    Apenas llegó al cargo implementó un programa de coaching para el desarrollo de habilidades gerenciales en su equipo.

    Alejandra Alarcón, gerenta comercial en Coface Ecuador, destaca que ese fue uno de los principales cambios que instauró Sánchez en su paso por la empresa. “Hubo un cambio muy importante. Se notaba que se preocupaba mucho por el desarrollo de los colaboradores y llegó mucho a la gente”, .

    Sánchez también trabajó en estrategias para mejorar la comunicación de cada departamento, y la imagen externa para posicionar la marca Coface como líder de opinión en temas económicos. Su paso por las oficinas de la empresa en Ecuador coincidió con la crisis económica del país, pero a pesar de ello, la empresa tuvo ganancias en esos años.

    Su CV

    Formación.Estudió la primaria y secundaria en el Colegio SEK, de Quito.

    Economía.Su título de economista lo obtuvo en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Además, tiene un MBA en dirección de empresas por la Universidad de Palermo.

    Carrera.Ha trabajado desde el 2005 en el sector financiero en entidades como Mutualista Pichincha, Diners Club y Coface.

    Fotos: Cortesía Coface y archivo particular Celebrando la Navidad con su esposa Carolina y sus hijos (izq.). En una conferencia organizada en 2017 por Asobanca. Abajo, en una de las capacitaciones al personal de Coface.
    Fotos: Cortesía Coface y archivo particular
    Celebrando la Navidad con su esposa Carolina y sus hijos (izq.). En una conferencia organizada en 2017 por Asobanca. Abajo, en una de las capacitaciones al personal de Coface.
  • México, el nuevo reto de este quiteño en la CAF

    Evelyn Tapia

    Relacionadas

    Desde el piso 23 del edificio New York Life Seguros Monterrey, en la emblemática avenida Paseo de la Reforma de la ciudad de México, Emilio Uquillas Freire puede ver todos los días al Ángel de la Independencia.

    Desde el 1 de septiembre, este quiteño de 55 años ocupa esa oficina, en el cargo de director representante de la Corporación Andina de Fomento (CAF) en México.

    A 18 días de haberse posesionado, Uquillas relata que vivió una de las catástrofes más duras que atravesó el país este año: el terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter del 19 de septiembre.

    “Fue una situación muy fuerte y era la primera vez que yo vivía algo así de impactante. Había mucho nerviosismo, gente que lloraba, olor a gas, calles colapsadas”, recuerda este economista graduado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

    Este hecho impactante marcó la experiencia de este ecuatoriano a ese país. Es la segunda vez que México le abre las puertas al economista aficionado al atletismo.

    Entre 1989 y 1991, Uquillas cuenta que vivió en esta ciudad antes conocida como Distrito Federal, por sus estudios de maestría en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Ahí, relata, fue compañero de Felipe Calderón, que 17 años después sería presidente de México.

    Uquillas recuerda que llegó a México solo con su esposa Inés, con la que lleva casado 30 años. Ahora vuelve solo con ella, porque sus hijos Martín y María Clara están trabajando en EE.UU. Su hijo menor, Juan José, en cambio, está estudiando Medicina en España.

    Su padre, Alfredo, trabajaba en un banco, pero él confiesa que antes quería ser odontólogo. Finalmente optó por la Economía y su segunda hija le siguió los pasos.

    En Ciudad de México -de la que confiesa admirar su ritmo de crecimiento y el alto uso de bicicletas para el transporte público- Uquillas ahora asume su tercer cargo dentro de la CAF, luego haber trabajado para esta entidad siete años en Venezuela y nueve años en Bolivia.

    Aunque sostiene que la CAF le ha permitido ser parte de iniciativas importantes en el acompañamiento para el desarrollo de los países en los que trabajó, Uquillas cuenta que el Banco Central del Ecuador (BCE) fue su escuela.

    Era 1982 y tenía 19 años cuando asistió a su primera entrevista de trabajo, en el BCE, con Manuel Reyes. El cargo era el de oficinista bancario auxiliar.

    “En esa época había personas naturales que tenían bonos de la deuda y se acercaban a ventanilla a hacer el cobro de intereses o del capital. Mi función era contar y verificar manualmente los bonos y cupones”, recuerda.

    Durante cinco años, Uquillas dividió su tiempo entre el trabajo y las aulas de clase.
    Para 1999 ya llevaba ocho años siendo uno de los economistas de la gerencia de estudios monetarios del Central.

    Ese año de la dolarización del país, Uquillas decidió salir del ente, pues sin moneda propia, sintió que su desempeño sería limitado. “Fue una escuela inolvidable, aprendí muchas cosas y conocí a grandes economistas como Augusto de la Torre, quien fue mi jefe. A Alberto Dahik, César Robalino y otras personas”, cuenta.

    Con una carrera de 33 años, el reto en una de las economías más grandes de la región es lograr que la CAF pueda trabajar “con México y no para México”, dice.

    Uquillas se refiere a que por su calificación crediticia, este es un país que no necesita asistencia técnica al mismo nivel que algunos países de la región andina.

    “En este país hay un gran potencial y muchas experiencias y avances. Podríamos trabajar con México para replicar las buenas experiencias en el resto de naciones de la región. Queremos que México tenga mayor presencia dentro de CAF”, indica.

    De su carrera de 16 años en este organismo multilateral, Uquillas confiesa que su experiencia en Bolivia, en donde ocupó el cargo de director representante de CAF, es de las que más atesora.

    La gastronomía y la cultura boliviana, similares a las de Ecuador, le hacían sentir como en casa, dice.

    Además, en ese país se graduaron del colegio sus tres hijos. Allí, él y ellos hicieron grandes amistades, confiesa Uquillas.

    Uno de esos amigos es Alejandro Vargas, a quien conoció en un almuerzo en la Embajada de Dinamarca en el que descubrieron que sus hijos estaban en la misma clase y que eran vecinos.

    “Como poca gente en su posición nunca habla de más y siempre es el último en hablar luego de escuchar”, dice de él Vargas. Añade que en casi 9 años de amistad se dieron cuenta “que las fronteras, acentos y costumbres diferentes solo han sumado a esta amistad”.

    CAF, el banco de ayuda para la región

    Redacción Quito  (I)

    La Corporación Andina de Fomento (CAF) es un organismo multilateral, creado en 1970.
    Forman parte de este 19 países (17 de América Latina y el Caribe, España y Portugal), además de 13 bancos privados de la región.

    Este organismo promueve un modelo de desarrollo mediante operaciones de crédito, recursos no reembolsables y apoyo en la estructuración técnica y financiera de proyectos de los sectores públicos y privados de América Latina.

    Emilio Uquillas comenzó su carrera en 2001 en este ente. Primero ocupó el cargo de especialista financiero, en el que se encargaba de temas relacionados a sistemas financieros en la región.

    En el 2008, como director representante de CAF en Bolivia, Uquillas lideró la ejecución de proyectos de infraestructura social, económica y de integración, que representaron unos 5 000 kilómetros de vías pavimentadas, 2 000 proyectos de agua potable en los 339 municipios del país e interconexiones eléctricas para unas 2 millones de personas.

    En México, donde Uquillas labora desde el 1 de septiembre como director representante, uno de los retos es impulsar la productividad y el desarrollo sostenible de México.

    La CAF aprobó recientemente un préstamo de USD 300 millones de apoyo presupuestario al Gobierno mexicano, con el que ese país busca fortalecer sus políticas públicas para atender problemas de cambio climático y dar así cumplimiento a los compromisos internacionales asumidos en esta materia.

    Uquillas recuerda que llegó a México solo con su esposa Inés, con la que lleva casado 30 años.
    Uquillas recuerda que llegó a México solo con su esposa Inés, con la que lleva casado 30 años.