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  • Ecuador está ya en el radar de las grandes empresas mineras

    Mayra Pacheco

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    La minería se ha convertido en el producto estrella del Ecuador. Por el potencial que tiene el país grandes firmas internacionales que cuentan con una amplia experiencia en esta actividad han puesto sus ojos en este territorio.

    Según la Cámara de Minería del Ecuador (CME), nueve grandes compañías mineras operan en el país. Estas se desempeñan como accionistas u operadoras de las concesiones otorgadas por el Gobierno ecuatoriano.

    Entre ellas están BHP Billiton que ocupa el primer lugar en el ‘top’ 40 de las principales empresas mineras del mundo, según el informe ‘Mine 2019 Resourcing the Future’, elaborado por PwC.

    Además de la australiana, en este ranking constan Anglo American, Newcrest Mining, Fortescue y First Quantum.

    Santiago Yépez
    , presidente de la CME, expresa que estas compañías tienen una larga trayectoria en esta industria, cuentan con tecnología, fondos para invertir, conocimientos y poseen operaciones en varios países. Fortescue, por ejemplo, es la principal productora de hierro en el mundo.

    Pero ¿qué hacen estas grandes firmas en Ecuador? Yépez menciona que su presencia responde al potencial minero que tiene el país, por su ubicación geográfica, ya que esta actividad, a gran escala, es relativamente nueva.

    En algunos casos, estas importantes firmas se han vinculado a proyectos mineros a través de asociaciones con otras empresas, que tienen a cargo una concesión.

    El fin es aportar con capital para desarrollar actividades exploratorias o de producción, para luego obtener un retorno económico.

    Por citar un caso, Anglo American tiene un acuerdo con Luminex Resources para realizar exploración inicial en Pegasus. Eso significará una inversión de USD 50 millones.

    La vinculación de las empresas a proyectos que están en desarrollo se hace a través de la compra de acciones en la bolsa, explica Henry Troya, exviceministro de Minas. Esta es una práctica común, puesto que las denominadas empresas ‘junior’ o pequeñas se encargan principalmente de la fase de exploración de minerales, que implica investigar hasta descubrir un yacimiento y cuantificar los posibles ingresos económicos.

    Este potencial es cotizado en el mercado de valores, donde las empresas ‘majors’ o consolidadas compran acciones para seguir impulsando el desarrollo de estos proyectos. Es decir, invierten para avanzar con las etapas de construcción de la mina y explotación.

    En esta industria se sabe que generalmente las firmas ‘junior’ no explotan minerales, y que una ‘major’ no explora.

    La actividad de descubrir proyectos es de alto riego y está destinada a las empresas pequeñas, que tienen experiencia en este ámbito. Estas asumen esta tarea conociendo que, según la media mundial, de cada 1 300 proyectos exploratorios, apenas tres terminan siendo exitosos, porque la probabilidad de no encontrar minerales es grande. Y, en el caso de hallar potencial, se debe determinar su rentabilidad.

    En cambio, las grandes tienen su ‘expertise’ y el capital para enfocarse en la construcción, que demanda de grandes recursos económicos; y en la explotación.

    Pese a este esquema tradicional, en Ecuador está ocurriendo algo inusual en esta industria. La CME advierte que las firmas consolidadas están participando también en la fase de exploración.

    Según Anglo American, esto ocurre porque Ecuador es un destino atractivo debido a su potencial geológico y a las condiciones sociopolíticas de largo plazo.

    Además, en el país hay una alta posibilidad de descubrir nuevos yacimientos de tamaño mundial. Actualmente, con el 7,5% de territorio explorado se han identificado proyectos como Cascabel, Fruta del Norte, Mirador, Llurimagua.

    Para el desarrollo de la minería, entre 2018 y 2021, se ha comprometido una inversión de alrededor de USD 3 805 millones. Fernando Benalcázar, viceministro de Minas, estima que más del 90% provendrá de grandes firmas.

    Aparte de la inversión, la presencia de estas grandes firmas permite desarrollar esta actividad de manera estructurada en el ámbito tecnológico, social, ambiental, asegura Benalcázar.

    Sin embargo, la consulta popular que se hizo en 2018 para prohibir la minería en el cantón Girón, en Azuay, las nuevas iniciativas de referéndum, el cierre del catastro y la falta de claridad sobre las consultas previas generan aún preocupación en los inversionistas.

    La minería alcanzará el 4% del PIB en dos años

    Las exportaciones vinculadas con la minería en el Ecuador sumaron USD 274 millones en el 2018; el Gobierno prevé que se duplique este año con el inicio de la extracción en los proyectos Fruta del Norte y Mirador, ubicados en la provincia de Zamora Chinchipe.

    De acuerdo con el Viceministerio de Minas, en el 2020 con una producción formal de las dos minas y Río Blanco (Azuay) se ubicarían en USD 1 300 millones. En el 2021 con el ingreso de Loma Larga (Azuay) las exportaciones serían por USD 1 800 millones.

    La intención del Régimen es que la minería sea el segundo rubro de exportación no petrolera en el 2021 y que tenga un aporte del 4% del Producto Interno Bruto (PIB). En la actualidad, es del 1,6%.

    Esas cifras fueron difundidas en la presentación de la actualización de la política pública minera, que se realizó el mes pasado en la parroquia Timbara, en Zamora Chinchipe. Allí, el ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables, Carlos Pérez, destacó que el Gobierno busca atraer nuevas inversiones mediante incentivos como la devolución de impuestos, contratos con garantías y estabilidad tributaria.

    Para el abogado minero Andrés Ycaza, la reapertura del catastro minero atraerá capitales. Cree que en las 275 concesiones entregadas entre 2016 y 2017, los compromisos de inversión en cuatro años superan los 500 millones.

    El Régimen también busca que la minería sea una de las principales fuentes de financiamiento de la inversión pública en el 2021.

    Por el pago de las regalías, patentes, utilidades e impuestos a la Renta y Valor Agregado, este sector aportó con USD 836,7 millones, entre el 2018 y 2021.

    Solo por concepto de regalías anticipadas, Lundin Gold -concesionario de Fruta del Norte– y EcuaCorriente -de Mirador– han entregado USD 150 millones.

    Esta última minera entregará los últimos USD 15 millones de regalías anticipadas, en agosto próximo. Una vez que inicien la extracción darán las regalías que establece la Ley en función de la producción o del precio del mineral, dependiendo del contrato.

    Según el Gobierno, otro beneficio de la minería es la generación de cerca de 32 230 fuentes de empleo directo e indirecto en los proyectos estratégicos, proyectos de segunda generación, pequeña minería y minería artesanal.

    En el caso de la pequeña minería, el 86% de la producción nacional de oro proviene de Azuay y El Oro y equivale a 2,9 millones de gramos. El total nacional del 2018 fue de 3,4 millones. Ambas provincias se registran 237 concesiones de pequeña minería metálica.

    “La pequeña minería es fundamental en la economía del país. Las exportaciones mineras del Ecuador hasta 2018 corresponden a este segmento y en el último año representaron USD 274 millones”, dijo el viceministro de Minas, Fernando Benalcázar.

    Entre los principales proyectos de pequeña minera de Azuay está la Sociedad Minera Liga de Oro (Somilor), ubicada en el cantón azuayo de Ponce Enríquez. Esta mina procesa alrededor de 240 toneladas diarias de material mineralizado y obtiene 30 kilos al mes de oro que es exportado, principalmente, a Estados Unidos.

    En El Oro, en cambio, están los Bursal, Bira, Deysi 1 y funcionan tres plantas de beneficio Sodirec, Emicor y Golden Valley. El proyecto Bira, en el cantón Zaruma, emplea directamente a 150 personas y cuenta con 12 contratos de operación para la extracción de cerca de 100 toneladas diarias de material mineralizado. Produce cerca de 20 kilos por mes.

    El proyecto Fruta del Norte, ubicado en Zamora, está en la etapa de construcción de la mina. Está planificado que la primera producción de oro se realice en el cuarto trimestre de este año. Foto: Cortesía Lundin Gold
    El proyecto Fruta del Norte, ubicado en Zamora, está en la etapa de construcción de la mina. Está planificado que la primera producción de oro se realice en el cuarto trimestre de este año. Foto: Cortesía Lundin Gold
  • El emprendedor amazónico, en su radar

    Redacción Quito

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    En la Universidad Regional Ikiam, los emprendimientos de la Amazonía encuentran un apoyo. En este centro de educación superior se realiza una serie de actividades para sacar adelante estos proyectos y volverlos sostenibles.

    Sofía Cabrera, coordinadora de Innovación de Ikiam, explica que el enfoque de su área es trabajar en el emprendimiento local basado en acciones de innovación social para crear soluciones novedosas ante los desafíos que presenta la Amazonía ecuatoriana.

    Cabrera detalla que la universidad se topó con varios emprendimientos locales que entraron en su plan de fortalecimiento. “A la universidad le interesa generar estos vínculos con las comunidades que están cerca” señala, al recordar que el centro de estudios superiores busca hacer investigaciones sostenibles.

    Una de las actividades para fomentar el emprendimiento fue el Empretec, un programa manejado por la Organización de las Naciones Unidas. Esta capacitación se realizó en diciembre del 2016, durante seis días y con la participación de 40 representantes de emprendimientos asociativos. El trabajo se centró en generar retos con los que los emprendedores puedan ampliar la visión de sus proyectos y fortalecer su gestión.

    Cabrera destaca que el Empretec tuvo la particularidad de que salió de la capital, ya que anteriores ediciones se realizaban solo en Quito y luego fue en Tena. Entre los temas que se abordaron estuvo la identificación de riesgos, la planificación sistemática y la independencia.

    Para Neter Angulo, gerente de Aromas del Yasuní, la capacitación del Empretec fue inolvidable. Este emprendimiento asociativo agrupa a 14 personas, pero a la vez genera empleo para al menos unos 200 proveedores de cacao y café de la Amazonía.

    El haber participado le permitió a Aromas del Yasuní organizar mejor su contabilidad, aprender estrategias y tener las ideas claras para poder avanzar en el negocio, llegando a participar en la última rueda de negocios de Riobamba. “Casi todos teníamos problemas con planificar, lo teníamos en mente pero no sabíamos cómo poner en el papel. Empretec nos enseñó eso”, asegura Angulo.

    Otra actividad fue el Ideario, que es una especie de “minga creativa”, donde se generan espacios para impulsar la innovación y emprendimiento en la ciudadanía, realizando charlas y conversatorios en restaurantes y bares del Tena, para llevar la discusión a espacios públicos. Ikiam organizó nueve ediciones del Ideario, con temas como agricultura sustentable, software libre, de la chakra a la olla, entre otros.

    La última actividad, realizada hace tres semanas, fue llevar a los emprendimientos del Oriente ecuatoriano a una ronda de negocios en Riobamba. A esa ciudad fueron 18 emprendedores a quienes se pretendía acercar a grandes cadenas comerciales asistentes para que luego se pueda negociar la entrada en perchas. Para esta ronda de negocios, Ikiam impartió previamente una capacitación para que estén listos para ofrecer con fuerza sus productos.

    Cabrera señala que para el resto del 2017 se prevé levantar un mapa de innovación amazónica que consiste en un registro de emprendimientos ubicados en las 22 comunidades ubicadas en la zona de amortiguamiento de la reserva biológica Colonso Chalupas, donde se ubica la universidad.

    Algunos de los emprendimientos ya están identificados por el centro universitario; trabajan por ejemplo en turismo comunitario, la producción de cacao y la elaboración de chocolate, etc.

    Emprendedores de la Amazonía son parte de los proyectos de vinculación que tiene la universidad. Foto: cortesía Ikiam
    Emprendedores de la Amazonía son parte de los proyectos de vinculación que tiene la universidad. Foto: cortesía Ikiam
  • Japón puso en órbita un nuevo satélite radar espía ante amenaza de Corea

    Agencia AFP

    El cohete japonés H2A puso en órbita este 1 de febrero un nuevo satélite radar espía para completar un dispositivo de vigilancia y defensa de su territorio, en particular ante la amenaza de Corea del Norte.

    Según la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), este satélite de «recogida de información» fue lanzado con éxito unos minutos después del despegue que tuvo lugar desde la base de Tanegashima.

    Fue la 27ª misión del cohete japonés H2A. Contrariamente a otros lanzamientos, la JAXA no retransmitió este lanzamiento en directo por televisión o por internet porque se trata de una misión gubernamental relacionada con la defensa del país.

    El sistema de satélites espías fue imaginado al final de los años 1990 debido a los temores que inspiraba Corea del Norte. Permite, entre otras cosas, localizar objetos de al menos un metro de largo en el suelo, de noche o a través de las nubes, desde una altitud de varios cientos de kilómetros. También puede servir para recoger datos sobre los daños producidos por las catástrofes naturales, como terremotos, tsunamis o tifones.

    Japón ya puso en órbita en el pasado varios satélites espía equipados con cámaras y otros radares, pero al menos dos de ellos se averiaron. La recopilación de información y la vigilancia por satélite se decidieron después de unos ensayos de misiles efectuados por Corea del Norte en 1998.

    En 2012, Pyongyang procedió a dos pruebas de cohetes que Japón sospechaba que eran misiles. El dispositivo japonés completo debe permitir observar al menos una vez al día cada zona terrestre.

    La JAXA y el operador del cohete H2A, el grupo Mitsubishi Heavy Industries (MHI), no proporcionaron más información sobre la misión por razones de seguridad.

    El sistema de satélites espías fue imaginado al final de los años 1990 debido a los temores que inspiraba Corea del Norte. Foto referencial: Bill Ingalls/ AFP
    El sistema de satélites espías fue imaginado al final de los años 1990 debido a los temores que inspiraba Corea del Norte. Foto referencial: Bill Ingalls/ AFP