En el recinto ferial de la Cámara de Comercio de Portoviejo, en Manabí, se desarrolla desde este 14 de junio de 2016 una feria de la reconstrucción para las zonas afectadas por el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter. La ‘Expo Reconstrucción juntos por un Manabí y Esmeraldas’ se inaugura a las 12:00 de hoy. Pero desde las 08:00, los expositores ultiman detalles en sus stands.
50 empresas públicas y privadas de Ecuador instalaron estands en los que explicarán los precios de los materiales sismo resistentes para la reconstrucción de las viviendas afectadas de Manabí y Esmeraldas. Además se exhibirán proyectos habitacionales de interés social.
Alba González, presidenta de la Cámara de Comercio de Portoviejo, aseguró que la ventaja de la feria es que los precios serán solidarios y habrá expertos en construcción, diseño y arquitectura, que guiarán a los afectados para que escojan las mejores alternativas en materiales, según el terreno y la zona en la que viven, o los proyectos habitaciones.
Además habrá estands de la banca privada ypública, que atenderán a los afectados para ofrecerles una refinanciación de los préstamos y además les darán opciones de créditos para quienes los necesiten y así completar el incentivo de la vivienda que da el Gobierno
El ingreso a la feria es gratuito. La feria empieza hoy y durará hasta el 19 de junio, desde las 10:00 hasta las 17:00.
Según Ricardo Dueñas, presidente de la Corporación Ekos, para garantizar que los damnificados de las zonas más afectadas como Muisne, Bahía de Caráquez, Pedernales, Jama, Manta y Chone asistan al evento se dispuso de buses para que trasladaran a las personas hasta la feria y las llevarán de vuelta a sus ciudades de origen. Habrá horarios específicos para cada ciudad.
La ‘Expo Reconstrucción juntos por un Manabí y Esmeraldas’ se extenderá hasta el 19 de junio. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
La titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senaplades), Sandra Naranjo, dio a conocer hoy 3 de mayo del 2016 el plan para la reconstrucción.
En la presentación también participaron Diego Zorrilla, coordinador residente del sistema de Naciones Unidas para el Ecuador; Omar Bello, coordinador de la Unidad de Desarrollo Sustentable y Desastres de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal); y José Rosero, director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En una primera etapa, el Gobierno realizará una evaluación y cuantificación del monto de las pérdidas, el impacto económico y social, etc. En esta fase participarán organismos internacionales.
Luego se realizará una determinación de las necesidades de la zona y, finalmente, la priorización y diseño de políticas para la reconstrucción.
El país usará la metodología de evaluación de desastres desarrollada por la Naciones Unidas, la Unión Europea y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El país está recibiendo apoyo técnico de estos organismos.
Entre el 3 y 13 de mayo del 2016, el INEC levantará la primera información sobre daños y pérdidas en el sector productivo en las zonas afectadas en Manabí y Esmeraldas.
Para ello cuentan con una muestra de 1 696 empresas entre grandes, medianas y pequeñas. Se tomarán en cuenta, principalmente, a las firmas vinculadas a cuatro sectores: agrícola/ganadero/pesquero, turismo, comercio y manufactura.
Un segundo proceso que llevará a cabo el INEC será el levantamiento de información de familias y hogares en albergues y refugios. Se trabajará en 97 albergues, incluidos aquellos ubicados en Santo Domingo y Los Ríos. La entidad valorará pérdidas de ingresos, de empleo, etc., para determinar el impacto social en esta población.
También se levantará el registro único de damnificados, que se calcula en 6 748 familias; es decir, 20 785 personas.
Para este proceso, el INEC cuenta con 170 voluntarios que están recolectando información y 70 adicionales que se encargarán de la digitación.
La información que se obtenga de la evaluación, según Bello, se prevé que esté lista en junio. Naranjo, por su parte, indicó que los procesos de reconstrucción tendrán un sustento clave en los datos que se recopilen.
Ella también dio explicación sobre otros procesos que se han puesto en marcha para enfrentar los impactos del terremoto, como es de la venta de activos del Estado.
Entre aquellos activos que se venderán está el Banco Pacífico. “En el caso de CNT y Flopec, por ser de sectores estratégicos, hay una restricción, por lo tanto se puede abrir el capital hasta el 49%. Tenemos, por ejemplo, los medios incautados como Gama y TC, que también están a la venta. La idea es que sirvan como medidas complementarias para financiar la reconstrucción».
El presidente Correa anunció el sábado pasado que también se venderá la central hidroeléctrica Sopladora, que también es un sector estratégico.
Bello indicó que en otros países ya se han vendido activos. Colombia, por ejemplo, vendió parte de los activos de Ecopetrol, luego del desastre por la ola invernal en el 2010 y el 2011. Zorrilla explicó que ese país decidió extender un impuesto que se iba a eliminar y en Chile usó fondos que ya tenía.
Además, indicó que la reconstrucción es un proceso de largo aliento y puede demorar años. La secretaría de Senplades, por su parte, señaló que el monto de USD 3000 millones en pérdidas ha sido preliminar y que en seis semanas se tendrá el dato oficial una vez que termine la evaluación de los daños y las pérdidas.
Con relación a un posible ajuste del Estado, la funcionaria detalló que el proceso de optimización de entidades comenzó en el 2007 y ya han sido eliminadas 111 entidades. Actualmente, dijo que existen 136 entidades públicas.
“Va a ser importante un reajuste de prioridades dado lo ocurrido. Eso está contemplado y lo vamos a contar una vez que termine el diagnóstico”, indicó.
Construcción en el barrio Tarqui, Manabí, afectada por el terremoto del 16 de abril. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
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La reconstrucción de un territorio afectado por una catástrofe es un proceso complicado y doloroso que puede tomar años y costos económicos elevados.
El terremoto de 7,8 grados que vivió Ecuador el pasado 16 de abril dejaba hasta el cierre de esta edición más de 600 fallecidos, alrededor de 9 800 edificaciones destruidas y afectadas, decenas de kilómetros de carreteras destruidas e impactos en sectores productivos.
Las autoridades aún no cuentan con una cifra del costo del terremoto, pero reconocen que será de varios miles de millones de dólares y que la reconstrucción tomará algunos años.
Chile es considerado un ejemplo en reconstrucción luego de catástrofes. El Ministerio de Desarrollo Urbano de ese país elaboró un documento en el que definió cinco puntos vitales luego de un desastre natural: un diagnóstico de daños; el financiamiento; leyes para encontrar el financiamiento; proyectos complementarios; y una agenda para la ejecución del plan.
Para la recuperación de la infraestructura existe una metodología o recomendaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), elaborada luego del terremoto que afectó a Chile en febrero del 2010. Ese documento habla de cinco ejes para lograr una rehabilitación ordenada y eficaz.
El primer eje se refiere al equilibrio o reducción de brechas. Según la Cepal, las regiones más afectadas por una catástrofe natural son a la vez las que presentan las mayores brechas y rezagos respecto al promedio nacional. “Los lineamientos para un proceso de reconstrucción deberían apuntar a una reducción de desigualdades regionales (…), el proceso debe presuponer que las regiones con menor desarrollo relativo puedan avanzar a ritmos más rápidos que el promedio nacional”.
El segundo punto habla de la mayor eficiencia energética. Aquí, la Cepal señala que una reconstrucción ofrece la oportunidad de introducir criterios mínimos que permitan mayor eficiencia en el uso de energía en las poblaciones afectadas. Esto implica modernización en sistemas de distribución y transmisión de electricidad, incorporación de nuevas tecnologías, uso de luminarias ahorradoras, nuevas normas, etc.
Los siguientes ejes son de carácter social. El tercero hace hincapié en una reconstrucción que promueva el desarrollo económico y social en las zonas afectadas. Allí es necesario un análisis riguroso de las deudas y los desafíos previos al terremoto.
El cuarto eje se refiere a los impactos en la productividad. El estudio de la Cepal dice que los programas de subsidio para reposición de bienes perdidos y las exenciones temporales de impuestos no se constituyen, por lo general, en programas de reactivación económica o de impulso de la productividad, sino en programas de alivio a la pobreza. “Estos programas suelen ser ejecutados desde el ámbito de la política social y no desde el ámbito de la política de desarrollo productivo”.
El quinto eje aborda revisar la infraestructura de transporte y de los servicios básicos. En su rehabilitación, la Cepal recomienda pensar en modelos de transporte menos contaminantes y más eficientes en términos energéticos, lo que mejorará la competitividad y la productividad.
Los cinco ejes de la Cepal, en resumen, sirven para encontrar las oportunidades para mejorar, de cara al futuro. Chile es considerado un ejemplo en la reconstrucción
El 27 de febrero del 2010, Chile soportó un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter y un posterior tsunami. En esa tragedia murieron más de 500 personas y 81 444 casas se destruyeron y otras 288 607 tuvieron daños mayores y menores. Hubo pérdidas en infraestructura de riego, bienes nacionales… y afectaciones al sector agrícola y pymes.
El costo bordeó los USD 30 000 millones, el 18% del PIB de esa nación. En el plan de reconstrucción planteado en el 2010 se detallan las acciones que aplicó el Gobierno para financiar la recuperación.
Entre otras medidas se aplicó el ahorro por austeridad y reasignaciones. También, hubo cambios legales para aumentar los ingresos tributarios. Hay que considerar que una buena parte se logró por el crecimiento económico de ese país en ese año y por el alto precio del cobre, su principal producto de exportación, destaca un informe del Gobierno chileno.
En el plan de reconstrucción se consideró el uso del denominado Fondo de la Ley Reservada del Cobre con el traspaso de USD 300 millones en el 2010 y el mismo monto al año siguiente, para que sean parte de los ingresos generales de ese país.
Otras fuentes de financiamiento fueron la venta de activos prescindibles, endeudamiento interno y externo y el uso del Fondo de Estabilización Económica y Social. Hubo reformas transitorias como el alza del Impuesto de Primera Categoría (grava las rentas provenientes del capital, entre otras, por las empresas comerciales, industriales, mineras, servicios), y una sobretasa al Impuesto Territorial.
En reformas permanentes se modificó el Impuesto al Tabaco y el tributo a timbres y estampillas para reducir el costo de financiamiento crediticio, entre otras medidas. Adicionalmente, se creó el Fondo Nacional de Reconstrucción, que se alimentó de las donaciones privadas, las herencias, los legados y otros recursos recibidos por ayuda internacional. El Comité de Ministros de Infraestructura, Ciudad y Territorios asumió el manejo de la reconstrucción.
En el 2013, el estudio del Centro de Investigaciones de Ingeniería Sísmica del Pacífico de la Universidad de Berkeley (EE.UU.) destacó “a Chile como ejemplo mundial en reconstrucción posterremoto”. Según esa investigación, en dos años y medio de trabajo 121 000 familias con subsidios asignados ya vivían en casas reconstruidas o reparadas. Es decir, más del 50% de quienes perdieron su vivienda. En el sexto aniversario de la tragedia, en febrero pasado, se dijo que solo faltan 537 viviendas.
Otros casos Haití avanza lento. En el 2010 fue afectado por un sismo de 7 grados y murieron unas 300 000 personas y 1,5 millones se quedaron sin casa. Poco se construyó o reconstruyó. Hasta el 2015, cerca de 85 000 personas seguían viviendo en 123 campamentos para familias desplazadas.
Los afectados. La mayoría de los damnificados de Haití prefirió regresar al lugar donde antes estuvo su vivienda. Otro grupo, en cambio, recibió subsidios públicos y privados para pagar una renta.
Japón y su afectación. El 16 de marzo se cumplieron cinco años del terremoto y el tsunami, que dejaron unos 18 500 muertos o desaparecidos y causó un accidente nuclear cuyos efectos son visibles. Entre los sectores afectados están el pesquero y el de comercio minorista.
La economía. La creciente escasez de mano de obra en el noreste de Japón, golpeada por el tsunami, afecta su recuperación económica a los cinco años de la tragedia, según el presidente del Instituto de Investigación para la Recuperación del Desastre, Satoru Masuda.
El caso peruano. De acuerdo con el estudio Terremoto de Pisco (2007), ese país atravesaba por situación económica favorable y la zona afectada tenía una ocupación laboral del 95%. Las industrias de gas, siderúrgica y fundición de estaño no se vieron afectadas.
La recuperación. Este informe estimó en USD 461 millones el costo de la recuperación de la infraestructura, que debían ser invertidos en tres años. Otros USD 178 millones para viviendas y 283 millones para educación, salud, urbanismo, producción y agua y saneamiento. El emprendedor social es otro actor de la recuperación
En las primeras 24 horas después del terremoto del 16 de abril en Ecuador, emprendedores y voluntarios se organizaron a escala nacional para activar centros de acopio. Entidades privadas como Fundación In Terris, Ambiente Creativo, Impaqto y Torno estuvieron entre ellos. Su acción permitió el envío de víveres y ropa para poblaciones en Manabí y Esmeraldas. Los emprendedores emplearon varias herramientas para facilitar las primeras acciones de apoyo.
Cuestionarix, un emprendimiento educativo, creó una plataforma que al momento tiene registrados más 150 centros de acopio en todo el país, según Guillermo Zárate, fundador de la empresa. El objetivo es facilitar el acceso a donantes y voluntarios en todo el país.
A esta iniciativa se sumó Impaqto, un espacio colaborativo que apoya emprendimientos sociales. Con apoyo de unos 65 emprendedores se envió cuatro camiones hacía Canoa, Jama, Pedernales y Coaque en cuatro días. “Fue inspirador ver a toda la comunidad unida. No solo se reunieron enlatados y ropa, también empezamos a pensar en el medioambiente y los animales, enviando comida para ellos y formas para reciclar las botellas y el cartón”, comenta Valentina Roldán, creadora de BeMyRose, una iniciativa que produce y comercializa rosas de manera responsable.
“Las donaciones son claves pero sabemos que van a disminuir con el paso del tiempo. Nuestro objetivo como emprendedores es pensar en la reconstrucción y reactivación de esas economías familiares”, explica Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto.
Para ellas, el emprendimiento social es una estrategia para la reconstrucción. Bajo este modelo se promueve un impacto positivo en lo social, cultural o ambiental.
Casos como estos fueron evidentes durante el terremoto de afectó Chile en el 2010. La organización internacional NESsT, que apoya la innovación social, creó el programa Levantando Chile. El programa ayudó a recuperar y mejorar los ingresos de 400 microempresas ubicadas en los territorios afectados. Además, se realizaron más de 50 talleres relacionados con emprendimientos y habilidades empresariales.
“La reconstrucción no solo debe ser material sino de capital social. Con los fondos que van a llegar es una gran oportunidad de cambiar el futuro de esas comunidades y empezar de manera más óptima”, señala Sebastián Salinas, fundador de Baloon Chile, una capacitadora de emprendedores.
Los emprendedores ecuatorianos no se quedan atrás. Dragon Dreaming Ecuador brindará 10 becas para aquellos emprendedores que quieran gestionar un proyecto de reconstrucción. Por su parte, Fundación In Terris y la empresa Ambiente Creativo, en Guayaquil, construyen 200 unidades sanitarias para las zonas más afectadas. Su representante, Marcos Fioravanti, explica que las 200 unidades contarán con cuatro baños cada una para servir a 190 personas.
Una retroexcavadora retira los escombros en el centro de Portoviejo. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
La ONU afirmó hoy este viernes (8 de mayo de 2015) que no está recibiendo los fondos que necesita para ayudar a los damnificados por el devastador terremoto que golpeó Nepal el pasado 25 de abril, mientras el Gobierno nepalí se comprometió a reconstruir en dos años los miles de edificios destruidos por el seísmo.
El principal responsable de la ONU y de la operación humanitaria en Nepal, Jamie McGoldrick, declaró este vierne en una rueda de prensa en el país asiático que su organización solo ha recibido USD 22 de los USD 415 millones que pidió para financiar en los próximos tres meses la ayuda más urgente para los afectados.
«Necesitamos urgentemente fondos para continuar el trabajo», indicó McGoldrick, quien añadió que es «necesario elevar esto dramáticamente», en relación a la cantidad de fondos que se han recaudado hasta ahora.
«Nuestro principal objetivo ahora es alcanzar las áreas afectadas en zonas remotas, áreas de difícil acceso, lo más rápido posible, antes de que llegue el monzón», afirmó McGoldrick, quien añadió que es necesario que los afectados tengan «un techo sobre sus cabezas» cuando comiencen las lluvias, que se esperan a partir de junio.
El ministro nepalí de Transportes, Devendra Karki, aseguró que excepto la carretera Araniko que lleva hasta la frontera con China, están abiertas al tráfico el resto de vías de comunicación terrestre en los doce distritos más afectados por el seísmo, según informaron medios locales.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) advirtió este viernes en un comunicado de que también está «teniendo dificultades para conseguir financiación» para distribuir comida entre los afectados.
«La asistencia alimentaria es una necesidad cada vez más urgente debido a los graves desafíos logísticos que supone llegar a cientos de miles de supervivientes en algunos de los puntos más afectados y en las áreas más remotas de Nepal», alertó el organismo en la nota.
«La población nepalí es resistente, pero no podemos esperar que familias enteras vivan en las ruinas de sus casas, con escasa comida y sin un techo, cuando se acerca la época de los monzones», según Richard Ragan, quien coordina la operación del PMA.
Mientras Naciones Unidas lamentaba la lenta recaudación de fondos para ayudar a los afectados por el sismo, el primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, se comprometió a reconstruir los edificios afectados por el terremoto en dos años y los monumentos en cinco.
Los últimos datos del Ejecutivo del país asiático calculan cerca de 290 800 construcciones privadas totalmente destruidas y más de 251 800 parcialmente, tras el seísmo de 7,8 grados de intensidad del pasado 25 de abril.
«Con cooperación y apoyo desde todos los rincones, puedo decir que ningún nepalí en la zona afectada por el terremoto permanecerá sin casa ni escaso de comida», dijo Koirala durante una reunión en la Asamblea Constituyente, que sirve como Parlamento del país. El Gobierno ha pedido la donación de USD 2 000 millones para la reconstrucción en Nepal, uno de los países más pobres del mundo que obtiene gran parte de sus ingresos gracias a las expediciones al Himalaya y al turismo cultural atraído por la riqueza monumental del Valle de Katmandú.
Este área con siete conjuntos de monumentos y edificios representativos y otra zona destacada como herencia natural por la Unesco, el Parque Nacional de Sagarmantha, que incluye al monte Everest, se han visto gravemente afectados por el sismo. Incluso parlamentarios del Congreso Nepalí (NC, en inglés), uno de los partidos que sustentan el Gobierno, han cuestionado la capacidad de este para afrontar la crisis humanitaria.
«No puede dar ni una botella de agua y una tienda de campaña» a los afectados, criticó el parlamentario Mahendra Yadav, según recoge el diario local Kantipur. «Las tiendas de campaña, que podrían haber traído en un día, no han llegado a las víctimas catorce días después del terremoto», lamentó otro representante de esta formación, Aang Tawa Sherpa.
De acuerdo con las últimas cifras oficiales, el terremoto ha causado al menos 7 903 muertos y 17 803 heridos. Este ha sido el terremoto de mayor magnitud en Nepal en 80 años y el peor en la región del Himalaya en una década, desde que en 2005 otro seísmo ocasionara más de 84 000 muertos en Cachemira.
Un terremoto de 7,8 grados sacudió a Nepal el pasado 25 de abril de 2015. Foto: EFE