Etiqueta: recuerdos

  • Ellos emprenden con recuerdos del país

    Redacción Quito

    Un emprendimiento cumplió tres objetivos en la vida de Christian Díaz: traer a su madre desde Estados Unidos, ayudar a su familia y apoyar a los emprendedores ecuatorianos.

    Con estas bases, Díaz levantó el negocio denominado Souvenirs Ecuador, una tienda que aglutina a 200 productos de 44 artesanos proveedores. Los sacos y ponchos de alpaca, los sombreros de paja toquilla, los vestidos y camisas típicas de Otavalo, las artesanías tradicionales, el chocolate fino de aroma son algunos de los productos que tienen en esta tienda.

    Souvenirs Ecuador nació en 2012 como una pequeña isla ubicada en el tercer piso de la Basílica del Voto Nacional, en el Centro Histórico de Quito. Luego de unos meses se convirtió en una tienda, que da la bienvenida a los turistas que disfrutan de la vista panorámica de esta iglesia emblemática de la capital y que quieren un recuerdo de la ciudad.

    La idea nació con el objetivo de tener un ingreso adicional para Díaz, su esposa Isabel Betancourt y, sin duda, para su madre Susana de Díaz, quien vivió durante 15 años en EE.UU. Este último fue su primer impulso que le llevó a levantar este negocio, que nació de un paseo junto con su esposa.

    Ambos fueron de paseo a la Basílica y pensaron en que es uno de los lugares más representativos de la ciudad; mientras recorrían las instalaciones vieron que estaban abandonadas. No lo dudaron más y gestionaron el alquiler de una parte de las instalaciones.

    El primer producto que vendieron fueron unas tasas decoradas con fotos de la iglesia. Díaz fue el encargado de tomar las fotografías y luego imprimirlas como buen ingeniero de sistemas.

    Al principio dudaron porque él y su esposa estaban acostumbrados a tener un trabajo fijo y, en su caso, trabajar en el sector de la banca como su padre.

    Esta idea cambió tras unos inconvenientes en su extrabajo, por lo que ‘puso cabeza’ y surgió este emprendimiento, que cuenta con souvenirs propios como unas bolas, que tienen lugares turísticos. “Poco a poco fuimos aprendiendo a ser empresarios”, afirma el quiteño con franqueza.

    Estos productos, que son elaborados con resina, vidrio y otros materiales, se comercializan dentro de la tienda y también fuera.

    La familia Díaz entrega el souvenirs en tiendas de aeropuertos, hoteles, cadenas comerciales y más. La persona que está a cargo de las ventas al por mayor es su padre, que dejó la banca por el estrés que le generaba su trabajo. En total tienen 22 productos con diferentes lugares turísticos como la Basílica, el Panecillo, Galápagos, etc. “Así los turistas se llevan un detalle bonito y regresan”.

    La inversión inicial sumó los USD 5 000, destinados a la compra de los productos, que vienen desde diferentes sectores del país como Otavalo.

    Las primeras ventas fueron bajas, ya que alcanzaron los USD 240 al mes. Pero con tenacidad y esfuerzo familiar, las ventas crecieron a USD 8 000 mensuales.

    Su mamá Susana siente una gran alegría al trabajar junto con su familia, ya que gracias a su hijo logró volver a su patria. Ella salió del país en el año 1994 para buscar mayores ingresos económicos.

    No fue fácil para este emprendedor de 38 años, que se quedó sin su progenitora a los 17 años. “La migración es dura, por lo que tenía que hacer lo posible para traer a mi madre al país”.

    Susana de Díaz lo afirma. Ella trabajó en varios hoteles en Estados Unidos para educar a sus hijos. En esa época no tuvo otra opción más que viajar al exterior como migrante. Aclara que no fue a cumplir el ‘sueño americano’ porque tuvo que dejar a su familia.

    Cuando volvió a su tierra ya no tuvo necesidad de migrar porque su hijo levantó el negocio para ella, para garantizar su permanencia en el país. “Gracias a eso pude regresar y quedarme en el país”.

    Los turistas extranjeros vienen y van, al igual que nacionales. Patricia Soto, quien se enteró de la tienda por Internet, dice que irá a comprar las artesanías para ayudar a productores ecuatorianos.

    Susana de Díaz y Christian Díaz son los emprendedores que levantaron la tienda Souvenirs Ecuador. Foto: Galo Paguay /LÍDERES
    Susana de Díaz y Christian Díaz son los emprendedores que levantaron la tienda Souvenirs Ecuador. Foto: Galo Paguay /LÍDERES
  • En sus perfumes evocan los recuerdos

    Redacción Quito

    ‘Toda fragancia evoca un recuerdo’. Ese es el eslogan de Recuerdos y Fragancias, una microempresa especializada en la producción de perfumería, jabón líquido, ‘aftershaves’, gel antibacterial y cremas aromatizadas.

    El emprendimiento de Víctor Cortés y Erika Barahona se desarrolló en el 2009, como una alternativa de perfumería a bajo costo frente al alza de precios por la reforma arancelaria 466, aplicada por el Consejo de Comercio Exterior e Inversiones (Comex), en ese mismo año.

    El proyecto arrancó con un préstamo del Banco Nacional de Fomento (BNF) por USD 7 000 y durante seis meses empezaron el proceso de preproducción, donde desarrollaron 30 perfumes de prueba.

    Los conocimientos en perfumería los obtuvieron de su experiencia de dos años de trabajo en la empresa colombiana Detalquímicos Ltda., una productora de artículos químicos. Esta empresa es propiedad de Olga Figueroa, madre de Víctor Cortés, quien los apoyó con el uso de sus instalaciones y de sus productos.

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    Una vez verificado que los perfumes que desarrollaron en el laboratorio eran aptos para el consumo, obtuvieron 19 perfumes de mujer y 20 de hombre.

    Tres meses después implementaron su línea de jabón líquido y cremas, y 6 meses más tarde, el gel antibacterial. Hoy producen entre 700 y 900 perfumes, y de 500 a 600 cremas y jabones, mensualmente.

    Dentro de la producción, está la selección de tres materias primas. Entre estas constan, el alcohol, que es tratado mediante un proceso de refinamiento para que tenga características cosméticas e inodoras; el agua para perfumería y las fragancias. Después, los perfumes pasan por un proceso de maceración, que requiere de bajas temperaturas y oscuridad. El proceso dura de 45 a 90 días.

    Sus ganancias principales se dan en el mes de diciembre y mayo. Sus ventas van desde USD 4 500 a 5 000 al mes, y en meses bajos, como enero, hasta 2 500.

    Jenny Dávila es una clienta frecuente desde hace dos años. Ella cuenta que lo que más le atrajo de los productos fue la calidad y la duración de la fragancia.

    En la actualidad buscan expandirse a escala nacional. Por el momento, solamente se encuentra en el sur de la capital. En la actualidad cuentan con seis colaboradores, especialmente en el área de ventas.

    El mercado

    • Los precios. Estos varían de USD 12,65 a 23, en perfumería para mujer; de USD 17,14 hasta 22, en perfumes para hombre y los kits completos, desde USD 22, 65 a 34.
    • El diseño. Erika Barahona estuvo a cargo del diseño de la imagen corporativa y de las fundas de presentación. En pocos meses presentarán productos con aromas nacionales.

  • Choco Boutique transforma el chocolate en obras de arte

    Redacción Quito

    Desde un balón de fútbol hasta las ‘Última cena’ de Leonardo Da Vinci tallada en chocolate. Choco Boutique ofrece una variedad de recuerdos, regalos, detalles y esculturas comestibles hechas 100% de chocolate.

    Su fundadora, Cristina Ramírez, cuenta que este emprendimiento surgió desde hace 5 años en Quito, con la idea de ofrecer al público un producto distinto y personalizado con chocolate.

    Aunque desde niña aprendió de su madre a hacer tortas y bocaditos de chocolate, en la universidad escogió la carrera de Restauración de Artes y Museografía. Los trabajos que consiguió, sin embargo, estaban en el Centro Histórico y eso dificultaba el traslado a su hogar en el norte. Con el nacimiento de su primer hijo, le resultó casi imposible ocupar más de dos horas solo en cruzar la ciudad.

    Por ello, decidió retomar la preparación de tortas. La empresaria cuenta que además optó por regresar a las aulas durante dos años para graduarse de chef y adquirir un conocimiento más formal del manejo de alimentos. Esta preparación complementada con los estudios anteriores le permitieron crear Choco Boutique.

    Ramírez buscaba ofertar productos con base en chocolate, distintos a los que se ofrecían el mercado, sobre todo para matrimonios o primeras comuniones.

    Así comenzó con la preparación de recuerdos de chocolate como cruces, lazos, vírgenes o autos que vende desde USD 0,50. Estos, además, están cubiertos con purpurina dorada comestible que le da un brillo y resalta el relieve del detalle.

    A partir de estos detalles y por recomendación de sus primeros clientes comenzó a elaborar adornos y recuerdos personalizados de chocolate para empresas. Otros detalles que realiza son cuadros pequeños y esculturas como la torre Eiffel, con la que ganó el primer premio del Salón del Chocolate 2014.

    Actualmente, Choco Boutique factura USD 15 000 anuales con tres personas que trabajan en la microempresa.

    La rectora del Saint Patrick School, María Isabel Durán, indica que han comprado los recuerdos de Choco Boutique para las primeras comuniones y el Día del Maestro. Destaca que los diseños son muy atractivos con precios competitivos. USD 15 000 facturó el año pasado Choco Boutique

  • Crazy Photo hace los recuerdos divertidos

    Redacción Quito

    Luego de asistir al matrimonio de su primo, Cristina Pazmiño obtuvo su iniciativa de negocio. La fiesta fue en Pensilvania (EE.UU.) y ahí los invitados podían tomarse fotos en una cabina.

    La idea le llamó tanto la atención que dos meses después, junto a su amiga, Katy Vallejo, implementaron una cabina de fotos para bodas en el país.

    A finales del 2009, la tendencia de «la hora loca» (que implica baile más disfraces) estaba de moda en las reuniones sociales, así que decidió fusionarla a su idea para tropicalizar su servicio.

    Así, en ese año nació Crazy Photo cabinas fotográficas para eventos; su concepto es que las imágenes se conviertan en recuerdos de la reunión social.

    El negocio, que empezó con la fabricación de una cabina, en principio, no tuvo acogida. Pero dos años después su propuesta se convirtió en una nueva tendencia. Gracias a la demanda incorporaron dos cabinas adicionales. En el momento, su inversión asciende a USD 10 000.

    Los invitados de la boda reciben su foto de un tamaño que puedan llevarla en su billetera. Mientras que los novios se llevan un álbum con todas las imágenes más los saludos de familiares y amigos.

    Gracias a su aceptación, Crazy Photo cabinas fotográficas, también incursionó en el segmento corporativo. Sus servicios también se destinan en eventos empresariales. Al mes, el negocio factura un promedio de USD 8 000.

    Verónica Jaramillo contrató a Crazy Photo hace dos meses para su matrimonio. Comenta que quedó satisfecha con el servicio y que sus invitados disfrutaron de ese momento. «Había unas colas interminables para ingresar a la cabina». En ello coincide Tábata Medina, de la agencia La Facultad.

    El servicio

    Los productos. Son fotografías instantáneas con equipo profesional de alta resolución. También se realizan montajes.

    El recuerdo. Una copia se archiva para un CD y otra se coloca en un álbum, el mismo que será firmado por los invitados y entregado al final del evento a los organizadores.