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  • ‘Una idea no es buena si no se puede medir’

    redacción guayaquil

    El pasado 23 de octubre, el colombiano David Uribe participó como invitado en el congreso Reinvention, en Samborondón. Él también es vicepresidente de la agencia especializada en la ‘experiencia de marca’, Asylum Marketing, y habló sobre la medición en Internet.

    Para Uribe, si una idea no se puede medir, no es buena idea. Se debe a que esta es una era del mercadeo, en donde las métricas deben ser accionables. Para ello, es necesario realizar un análisis, que finaliza en una acción concreta y real.

    Según un estudio de Google, del 57 al 70% de la decisión de compra ya está tomada antes de que el consumidor llegue al retailer. Sobre esto, Uribe cuestionó a su audiencia: «¿Cómo estamos midiendo que nuestras acciones de mercadeo impulsen esas decisiones?».

    Las métricas son el primer paso para el posicionamiento de un producto. Estas son estadísticas que miden la efectividad del mercadeo y permiten definir las metas de venta. El análisis de esas estadísticas, en cambio, interpreta lo que los números dicen, va más allá. La acción de mercadeo, significa buscar una solución basada en la información obtenida.

    Un método para el análisis recomendado por el experto es el de ‘behavioral metrics‘. Esto quiere decir, un análisis multivariable del comportamiento de una audiencia. Así, se pueden conocer los distintos tipos de público a los que la marca pretende llegar.

    Definir estilos de vida, preferencias, gustos… es más efectivo para las marcas, ya que permite segmentar al mercado, por referencias como el comportamiento y no solo por edad o género. De esta manera, se podrán tomar medidas distintas para cada tipo de consumidor.

    En las redes sociales, por ejemplo, existen tres tipos principales de usuarios:joiners’, ‘sharers’ y ‘advocates‘. Los primeros son quienes se unen a las páginas de una marca, como los likes en Facebook, pero con quienes no existe una interacción constante o interés verdadero.

    Es con este grupo, dice Uribe, que el mercadeo suele equivocarse. Ya que tener un gran volumen no significa necesariamente ‘engagement’ (fidelidad) de los consumidores. La fidelidad y compromiso de los consumidores se traducen en compras, ya sea ‘on line’ u ‘off line’.

    El término ‘sharers’ se refiere a las personas que comparten el contenido generado por una marca. Estos atraen a otros consumidores y exponen el nombre de los productos.

    Por último, el grupo más importante es el de los ‘advocates’. Se trata de personas que generan su propio contenido acerca de las marcas. Que hablan positivamente de ellas con un lenguaje propio y transmiten el mensaje y concepto. Son estas personas -según Uribe- las que las empresas deben reconocer y aprovechar para posicionarse. Trabajar con ellas como embajadores, genera más credibilidad que la de los ‘celebrities’ pagados para hablar bien de un producto.

    Otra sugerencia es que las métricas sean diseñadas a la medida de cada marca o empresa. Uno de los grandes errores -asegura Uribe- que se cometen en el mercadeo es basar las acciones en números actuales de algún medio, en lugar de personalizarlo y crear uno propio.

    El colombiano asevera que hoy, la presencia en la red es imprescindible para las marcas. «La tecnología debe cambiar el comportamiento de la gente. Si no lo hace, algo estamos haciendo mal».

    Las recomendaciones

    Crossmedia.  Se refiere a la medición cruzada de canales, tanto ‘on line’, como ‘off line’. Así, se puede obtener información más precisa del consumidor, además de contrastar información.

    Entender el rol de cada canal. Es importante comprender que cada canal cumple un fin y una necesidad distinta para los usuarios. Uribe recomienda pensar como el consumidor.

    La fórmula secreta.  Consiste en tres elementos: mensaje, formato y ‘timing’. El mensaje es la idea o contenido. Esta tiene que ser expresada a través del formato más conveniente para la audiencia elegida. Además, el tiempo para hacerlo debe ser el adecuado según el target.

  • La mente incide en los negocios y la marca

    thalíe ponce Redacción Guayaquil / LÍDERES

    El neuromanagement es la aplicación de la neurociencia en la gestión empresarial. El argentino Néstor Braidot es un neurocientífico especializado en la relación de esta ciencia especialmente con los negocios y el marketing.

    Él habló sobre esta temática durante el congreso de innovación, ideas y creatividad Reinvention 2013, desarrollado el 22 y 23 de octubre pasados en el Teatro Sánchez Aguilar (Guayaquil).

    Con una pregunta inicial puso a pensar al público: «¿Qué estamos midiendo en las empresas: la capacidad para ocupar el cargo o la capacidad para memorizar las respuestas correctas?».

    En su conferencia, el experto apuntó algunos de los errores clásicos que se cometen al momento de liderar una empresa o de dirigirse a un mercado. «Estamos acostumbrados a las recetas aprendidas y a las fórmulas memorizadas», dijo. Planteó, entonces, que los líderes conozcan cómo funciona su cerebro. «Hay que mirar más que solo ver y escuchar más que solo oír». De esta forma, se podrán tomar mejores decisiones.

    En el documento ‘Neuromanagement: Cuando el cerebro asume el mando’, Braidot da una idea más clara de la importancia de esta ciencia. Señala que facilita el desarrollo de un conjunto de conocimientos para el estudio y la aplicación de procesos clave para la toma de decisiones. «Y, al mismo tiempo, formar líderes que conduzcan exitosamente a las organizaciones hacia las metas».

    ¿En qué difiere el neuromanagement con el tradicional? Para el experto, con este nuevo término se relativiza la importancia de la «biblioteca» y surge el cerebro individual y colectivo como la mejor plataforma para el liderazgo.

    El género juega un rol importante en este campo. Ya que -según explicó- existen diferencias fisiológicas entre un cerebro femenino y uno masculino. Por lo tanto, hay también diferencias a la hora de liderar, de elegir.

    Sobre este tema, una de las afirmaciones que más llamó la atención de los casi 500 asistentes al congreso fue que, bajo esas diferencias mencionadas, las mujeres necesitan más razones para tomar decisiones que los hombres. «Neurológicamente, para venderle una idea a un hombre sólo necesitas dos argumentos; con las mujeres necesitas 20», aseguró.

    Una de las recomendaciones para quienes dirigen las empresas es la gimnasia cerebral . De esta manera, se pueden desarrollar habilidades cognitivas.

    Una manera de lograrlo es a través de la meditación. Es decir, el acto cotidiano de «desconectar la mente» para generar nuevas y mejores ideas.

    Esto permitirá, según Braidot, caminar hacia lo que denomina neuroliderazgo. Este promueve el pensamiento interdependiente, analítico e intuitivo. Además, potencia los resultados del trabajo en equipo y minimiza la posibilidad de perder un objetivo o meta común.

    Entender las diferencias entre los hemisferios del cerebro es también importante tanto en el neuromanagement como el neuromarketing. Conocerlas permite aprovechar el funcionamiento y especialización de cada lado. Por ejemplo, saber dirigirse con técnicas de comunicación más visuales, si se busca estimular el hemisferio derecho.

    Áreas de aplicación

    Alta dirección. Se centra en que los líderes identifiquen las bases emocionales y racionales en los procesos de toma de decisiones. De esa manera, pueden manejarse con serenidad.

    Recursos Humanos. Es clave en los procesos de selección y reevaluación del personal. Es posible definir el perfil neurocognitivo necesario para cada puesto de trabajo y evaluar las fortalezas y debilidades de los aspirantes.

    Procesos de cambios.  El neuromanagement proporciona técnicas necesarias para la superación de la resistencia natural que se tiene a los cambios.