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  • René Ramírez: ‘Hoy se necesita más técnicos que PhD’

    Pedro Maldonado

    (I)
    Editor del Semanario LÍDERES

    El Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, René Ramírez, habla sobre los niveles de innovación del país. También se refiere a la formación de talento humano y asegura que el desarrollo de tecnología local creará nuevos empleos.

    ¿Por qué Ecuador cae en los indicadores de innovación que presentó el Foro Económico Mundial?

    Nunca como en estos años la innovación ha crecido tanto en el país. Los dos indicadores más importantes sobre innovación son las patentes y las investigaciones publicadas en revistas indexadas, que es generación de conocimiento. Ecuador en estos últimos cuatro años es el país que mas ha crecido en publicaciones en revistas indexadas, en América Latina. Y en patentes en estos últimos tres años hemos crecido diez veces más rápido que antes de este gobierno (NDLR: entre 2014 y 2015 las solicitudes de patentes creció de 460 a 557). El Índice Global de Competitividad tiene un problema estructural porque toma datos del 2011. Usa información de Unesco que, a su vez, se basa en una encuesta que se actualiza cada dos años. El índice no toma una fotografía de los últimos años.

    ¿Y por qué no hay esa fotografía?

    Porque la metodología señala que tiene que ser cada cierto tiempo, no cada año. La nueva información con respecto a inversión en ciencia, tecnología e innovación saldrá a finales de este año.

    En el Ministerio de Industrias dijeron que van a tener en cuenta el índice. ¿Cómo lo van a usar en la Senescyt?

    Ya hemos construido un ecosistema de innovación que no había. Prueba de ello es Ingeniatec o el Banco de Ideas. Desde el Estado no había inversión en capital semilla, no había incubadoras o articulación con el sector privado y la universidad, no había políticas que incentiven el desarrollo tecnológico con componente local. Tampoco había política masiva de becas y ahora estamos llegando a 18 000 becas para especialización. El reto es cómo construir una política de gobierno y que esta sea una política de Estado. Allí se requiere un pacto social que involucra a la universidad y al sector empresarial.

    Eso es lo que siempre se ha pedido…

    La universidad estaba de espaldas al sector privado y el Estado estaba ajeno a la articulación de todo esto. La articulación, como la de Ingeniatec y sus primeros 12 proyectos, muestra un ahorro de 210 millones de dólares en salida de divisas por importaciones. Esta articulación implica generar empleo, desarrollo tecnológico, talento humano especializado, etc.

    Usted dice que se han tomado acciones para articular procesos, pero la innovación surge del sector privado.

    Todo surge del sector privado y el Estado debe dar los incentivos correctos. En el Banco de Ideas, por ejemplo, ya tenemos iniciativas por salir al mercado. Aquí hablamos de dos escalas: una en la que hay nueva tecnología y otra que es sustituir importaciones para desarrollar tecnología en el país. El Estado no es el innovador, es el que da el ‘big push’, pero hay que tener claro que, como dice el libro ‘El Estado emprendedor, sin Estado no puede haber innovación el sector privado.

    ¿Usted cree que no?

    Es que no ha pasado en ninguna parte del mundo. En Corea del Sur, Israel o Silicon Valley no hubiese sido posible tener esos espacios de innovación privada sin el aporte de recursos del Estado. Apple es un ejemplo, lo que hace Apple es agarrar las investigaciones financiadas por el Estado y usar esos componentes para armar un iPhone.

    Pero Apple surgió de las ideas de dos emprendedores en los años 70…

    Pero no hubiesen podido hacer nada si no había una investigación anterior. Tenemos que romper el mito que puede haber innovación privada sin articularse con la academia y el Estado.

    ¿El triángulo empresa-Estado-empresa funciona?

    Hay un resultado con los empresarios premiados en Ingeniatec. Una empresa al estar certificada tiene más oportunidades. No solo se sustituyen importaciones, sino que se generan divisas e inversión extranjera. Esta articulación no es de un día al otro, dura décadas.

    ¿Vale la pena insistir en sustituir importaciones o es mejor enfocarse en áreas específicas con potencial?

    Lo que más complica a la economía ecuatoriana es ser importador de tecnología, porque genera dependencia y genera salida de divisas. En ese marco, el gran error en los años 70 fue que la sustitución de importaciones no fue selectiva y que no hubo indicadores de desempeño. A la industria ecuatoriana se debe dar facilidades para avanzar no solo en ensamblar, sino que se desarrollen partes de los componentes en el país.

    ¿Esta sustitución de importaciones no cierra opciones al consumidor?

    Es que tiene que competir. Si no existe competencia no habrá incentivos para mejorar un producto. La estrategia es la generación de empleo y no hay mejor manera de generar empleo que desarrollar tecnología, que hoy solo se importa.

    ¿Cuánto se destina para ciencia y tecnología?

    El próximo años serán unos 300 millones. Algo fundamental es la formación técnica y tecnológica, por eso yo digo que este momento más importante que tener Phd en términos de cantidad es tener más técnicos y tecnólogos para solucionar un tema fundamental como es la productividad. Los Phd son impacto en largo plazo, pero el cuello de botella es la productividad.

    ¿Esto no contradice con la política que promovía la formación de PhD?

    Para nada (…) en este momento no somos un país que genera conocimiento, eso toma años y décadas y los que lo generan son los que tienen nivel de maestrías y doctorados en investigación. A escala mundial se reconoce que la mejor inversión en productividad es el talento humano; en este caso lo que se necesita para mejorar la productividad es el técnico y tecnólogo que está directo en el proceso productivo.

    ¿Ingenierías?

    Técnicos y tecnólogos. Los ingenieros son de tercer nivel, los tecnólogos son un nivel previo y eso demandan las empresas.

    Hoja de vida

    Formación. Tiene una maestría en Desarrollo Económico por el Instituto de Estudios Sociales de Holanda y otra maestría en Gobierno y Políticas Públicas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de México.

    Cargos. Se ha desempeñado como Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, Presidente del Consejo de Educación Superior, Presidente de la Empresa Pública Yachay EP, Presidente del Directorio del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, Presidente del Directorio del Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas.

    Sus áreas de trabajo son en políticas públicas sociales, desigualdad, pobreza, economía de la felicidad, entre otras.

    René Ramírez. Foto: Archivo LÍDERES
    René Ramírez. Foto: Archivo LÍDERES
  • Tungurahua cuenta con una incubadora de empresas respaldado por el Senescyt

    Modesto Moreta

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    La Corporación para el Desarrollo de Ambato (Corpoambato) recibió la acreditación para trabajar en la incubación de empresas hoy, jueves 23 de julio del 2015. René Ramírez, secretario de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt) entregó el documento a Luis Amoroso, alcalde de Ambato. El acto se desarrolló en el Salón Tungurahua del Gobierno Provincial.

    Corpoambato es la primera incubadora de la Sierra Centro que podría acoger proyectos de todo el Ecuador. Esta se sumará a las 14 ya calificadas en el país. René Ramírez, secretario de la Senescyt, explicó que al momento tienen un banco de ideas de proyectos que posteriormente podrían ser financiados por el Gobierno con la entrega de un capital semilla de USD 50 000 y ocupará un espacio para su desarrollo durante dos años y entrar al mercado.

    Para ello recibirán asesoría técnica, tecnológica y económica con la idea de generar empleo. “Es un éxito tenemos 3 500 proyectos y esperamos más. Cada uno será evaluado por 300 consultores externos y aprobados para darles el apoyo requerido que puede ser desde los USD 5 000 1 millón”, aseguró Ramírez.

    Explicó que las empresas que inviertan en ciencia y tecnología reducirá el pago del impuesto a la renta. Se estima hasta el 2018, una inversión tributaria de USD 100 millones. “En este proyecto las universidades deben jugar un papel importante para que cada tesis genere conocimiento o innovación a través del desarrollo tecnológico. Deben convertirse en un semillero de innovación científica y productiva”.

    Al evento asistieron emprendedores y empresarios. Fernando Naranjo, prefecto de Tungurahua, mencionó que la creación de la incubadora de proyectos fortalece las acciones que la provincia las aplica hace 14 años atrás. “Corpoambato es una organización creada por el Municipio local y que trabaja en promover el desarrollo empresarial de la provincia apoyando a los pequeños emprendimientos”.

    Para Naranjo la idea de generar tecnología propia y que impulsa el Gobierno ayudará en un futuro al progreso y desarrollo del país. La iniciativa también fue destacada por Galo Naranjo, rector de la Universidad Técnica de Ambato (UTA).

    Recalcó que el mayor número de emprendedores del país está en Tungurahua y que importante es generar espacios donde este grupo de un salto cualitativo hacia la innovación a través de grandes procesos.

    Destacó que la UTA fue una de las primeras en implementar en las mallas curriculares para que todas las carreras la cátedra de emprendimientos y gestión de proyectos.

    René Ramírez, secretario de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt), presidió el acto de la acreditación en Tungurahua. Foto: Archivo
    René Ramírez, secretario de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt), presidió el acto de la acreditación en Tungurahua. Foto: Archivo
  • René Ramírez: Un acuerdo nacional por la innovación

    Xavier Basantes. Editor del Semanario LÍDERES

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    Entrevista a René Ramírez, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), sobre el avance del Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, la Creatividad y la Innovación. Esta normativa se enfoca hacia los emprendimientos.

    En los diálogos entre el sector público y el privado se plantea apoyar al emprendimiento. Según el Régimen, el proyecto del Código de la Economía Social de los Conocimientos es clave. ¿Qué se busca con esta normativa?

    Al Código lo hemos simplificado como Código Ingenios. Estamos empeñados en que el conocimiento, la innovación, la creatividad se constituyan en el eje de transformación económica, social, productiva. Hemos avanzado en la propuesta de políticas públicas, para construir sistemas que no han existido: el de ciencia y tecnología, y el de innovación.

    ¿Cómo se articulan la innovación con la tecnología?
    Cuando decía que estos dos sistemas no estaban construidos, también buscamos que se articulen con otros dos: el productivo y el de cultura. En ese marco, vemos al emprendimiento ligado con la innovación. Aquí es importante decir que toda innovación es un nuevo emprendimiento, pero no todo emprendimiento es innovación. Para el emprendimiento que no es innovación está el Ministerio de la Producción, con sus políticas, su crédito, etc. Pero lo que buscamos es fomentar el emprendimiento innovador, ligado a la producción de conocimiento y desarrollo tecnológico.

    ¿Este Código Ingenios promueve ese objetivo?
    Justamente. Tenemos que articular un marco regulatorio, que dé todos los incentivos, que fomente y se articule con la política pública. Este sistema de ciencia y tecnología, y este de innovación van de la mano de otro sistema que estamos fortaleciendo: la educación superior. A través del Código se busca un pacto nacional por una construcción de una sociedad del conocimiento y la innovación y un actor fundamental que articula es la universidad.

    ¿Pero también se requiere que participen otros actores, las empresas, por ejemplo?
    Los otros actores que deben articularse son el sector empresarial, tanto el privado como el de la economía popular y solidaria; el Estado, y no solo el Gobierno, aquí juegan un rol fundamental los consejos provinciales, los GAD y la sociedad. El Código busca el engranaje entre los sistemas y entre los actores, para construir un pacto nacional por la innovación.

    ¿Cómo se articula el sistema educativo? ¿En secundaria, dentro de la enseñanza de emprendimiento, se dictan teorías de administración?
    Esto no es improvisado; está en la Constitución, a través del principio de integralidad del sistema de educación se debe articular el sistema de educación superior con el sistema de educación general, inclusive con el más importante que es el de desarrollo infantil. De hecho, el Ministerio de Educación está trabajando en esto y el propio Presidente (Correa) ha solicitado que se busque que desde pequeños se genere en ellos ese espíritu innovador, emprendedor.

    ¿Qué tipo de tecnología queremos desarrollar en el país, cuando los escépticos pueden decir que todo lo han hecho países desarrollados?
    Hay un libro famoso, ‘Estado emprendedor’, en donde se analiza a Silicon Valley y donde se ve cómo este no hubiese nacido sin una política de Estado. A eso va el Código, a lograr un gran pacto entre lo público, privado y lo social. No es una cuestión de desarrollar algo nuevo, primero tenemos que desarrollar las cosas que ya están desarrolladas y producir televisores, computadoras. Tenemos la capacidad de hacerlo acá y sin embargo, más en dolarización, se van grandes cantidades de divisas en importar estos bienes, que tranquilamente los podemos hacer acá, con la diferencia que el trabajo se genera en Ecuador. A partir del desarrollo de este tipo de bienes, que se llama el ‘emparejamiento tecnológico’, nos permitirá desarrollar y avanzar en nuevos productos tecnológicos.

    ¿Cómo debiera involucrarse el sector privado?
    El sector privado tiene que invertir en ciencia, tecnología e innovación. Acá estamos haciendo lo que en economía se llama el ‘gran empujón’, desde el Estado, porque en un primer momento es muy riesgoso para el sector privado, pero si el sector privado no entra, realmente esto fracasa. Por eso es una invitación a que invierta; este momento está invirtiendo apenas el 0,36% de las ventas, en investigación y desarrollo. Con eso no vamos a ningún lugar.

    En el discurso empresarial se dice que para promover la inversión se necesitan incentivos. ¿Eso trae este Código?
    Por supuesto. El Código tiene un capítulo solo de incentivos para el sector privado, que invierta en la innovación. Hay temas de eliminación del Impuesto a la Renta, de crédito, de fomento del talento humano. Se pueden deducir impuestos al sector privado, para quienes busquen articularse con la formación dual de los institutos técnicos y tecnológicos, etc.

    Algunas universidades critican que el Gobierno se preocupa solo de Yachay y se sienten desplazadas.
    Es difícil sostener esto, porque solo para dar cifras, el Gobierno ha subido el presupuesto para las universidades del 1,1% del PIB al 2,1%. Yachay no está en ese presupuesto; y existe este momento una subejecución del sistema universitario de 300 millones de dólares. Entonces, no ha sido por falta de recursos; lo que buscamos es que las universidades participen y ya se han enchufado. Ya están proponiendo incubadoras, proyectos de innovación y se están articulando con el sector privado. Uno de los nodos que empujamos es el Cenaim (Centro de Investigación del Mar de la Espol). Ese es, a mi modo de ver, el Yachay para el mar.

    Pero en la ‘vida real’ hay temas que no estimulan al emprendimiento: tramitología, demora en registros sanitarios, propiedad intelectual…
    Para temas de innovación van a haber ‘trámites exprés’, cuando sea necesario; hay que diferenciar que no buscamos saltarnos pasos sino buscar agilidad. Con este proyecto se busca tener sistemas en los cuales los derechos de propiedad intelectual sirvan como instrumentos de la innovación y del desarrollo tecnológico. Este momento, la ley actual lo último que hace es fomentar la innovación.


    Becarios nacionales

    ¿Qué estudian? 
    “80% se dedica a temas de ciencias fundamentales, producción innovación e ingenierías y un 20% a ciencias sociales y humanidades”.

    ¿Sus temas de disertación?  
    “Los becarios han publicado unos 700 papers en revistas indexadas, en temas como ciencias de la vida, energía, etc.”.

    ¿Cuántos son, dónde trabajan y cuánto ganan? 
    “2 500 becarios han regresado al Ecuador de los 10 600 que tenemos. De ellos, el 98% ni bien llega tiene empleo. El otro 2% demora máximo unos tres meses en conseguirlo. Un 40% va a universidades, 25% va al sector público y el restante va al sector privado. En cuanto al tema salarial, en este momento estamos haciendo un levantamiento de esa información”.

    René Ramírez, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). Fotos: María Isabel Valarezo / LÍDERES.
    René Ramírez, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). Fotos: María Isabel Valarezo / LÍDERES.