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  • Repuestos para buses y camiones

    José Luis rosales (I)   redaccion@revistalideres.ec

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    Con la transformación de la chatarra en repuestos automotrices, como tambores y discos de freno, Fundimetales del Norte ha ganado terreno en el mercado nacional.

    La empresa tiene su planta de fabricación en Tulcán, provincia del Carchi, y cuenta con locales de ventas en esa ciudad, en Quito y en Guayaquil. La firma se constituyó en el 2004.

    El gerente Alirio López recuerda que el proceso para dar valor agregado a metales reciclados se inició con tres trabajadores y una inversión que bordeó los USD 4 000.

    Este emprendedor ingresó en el mundo de la metalurgia por sugerencia de un amigo. Ese fue su primer empleo. Antes ayudó en las tareas agrícolas en la finca de sus padres.

    Antes de instalar su propia fábrica, López laboró en otras microempresas de fundición en Ibarra y Quito. “Ese fue mi mejor centro de capacitación”.

    En el desarrollo de Fundimetales del Norte ha incorporado máquinas con nueva tecnología, como tornos y taladros computarizados y un horno de inducción. En este último equipo la inversión bordea los USD 400 000. La mayor parte de recursos generados se ha reinvertido en maquinaria.

    Un plus de esta empresa carchense es que la totalidad de la materia prima que utiliza en sus procesos de fundición proviene del reciclaje.

    Entre los materiales sobresalen acero, hierros (fundido y dúctil), bronce, cobre y aluminio, que son desechados de talleres mecánicos y de la industria. Posee puntos de reciclaje en Tulcán, Quito y Guayaquil. Por ello, busca acceder a una certificación verde.

    Jaison López, hijo del emprendedor e ingeniero químico de profesión, es el responsable del área de Programación y Aleaciones de la planta.

    Entre los clientes de la firma están transportistas de buses interprovinciales y de camiones de carga pesada de varias provincias del país.

    Una ventaja de esta empresa es que en la fabricación de discos, frenos, tambores y aros tiene poca competencia en el mercado nacional.

    La firma está ubicada cerca de la frontera con Colombia, que se considera sitio estratégico. Eso les permite tender lazos comerciales para la compra de materias primas y para la venta de sus productos, especialmente en el departamento colombiano de Nariño.

    En las tiendas de la empresa en Tulcán, Quito y Guayaquil está el principal canal de ventas. Además, se atienden pedidos vía redes sociales y se envían artículos por courier.

    Desde la capital del Carchi llega a la Sierra Norte y Nariño. Desde el local de Quito, a localidades de la Sierra Centro; y desde Guayaquil, a la Costa.

    En los talleres se procesan acero, hierros (fundido y dúctil), bronce, cobre, aluminio, entre otros metales que son reciclados.
    En los talleres se procesan acero, hierros (fundido y dúctil), bronce, cobre, aluminio, entre otros metales que son reciclados.

    Posee 700 productos referenciales que pueden fabricar. Los tambores de freno son los de mayor demanda. Incluso, la firma ha mejorado los sistemas de freno de algunos automotores.
    Ahora está incursionando en la línea de repuestos para maquinaria agrícola y para la industria.
    “Podemos fundir cualquier tipo de repuesto para la industria de la minería y de otras áreas”, explica López.

    Con una muestra se hace la matriz y luego, en fundiciones, se determina el tipo de aleación y se plasma la obra.

    Oscar Ruano, gobernador del Carchi, señala que son productos con alto contenido industrial. Cree que la penetración en el mercado responde a la calidad de los productos.

    Por la situación actual, la empresa redujo la nómina de 30 a 15 empleados. Pero espera que la reactivación económica del país posibilite recuperar esas plazas. Para enero, la empresa aspira a reincorporar a cinco.

    Alirio López está convencido de que todo lo que uno se propone se puede plasmar. Ahora tiene la mira en otros mercados, en especial de países vecinos, para exportar sus productos.
    Hay estudios de factibilidad para la comercialización de tambores de frenos, que han sido desarrollados en tesis por estudiantes de la Universidad Politécnica Estatal del Carchi.

    Cristian Gómez, de la carrera de Ingeniería en Comercio Exterior y Negociación Internacional, recomendó que el mercado peruano sea el primer objetivo de esta empresa.

    Entre las razones, señala, Ecuador y Perú pertenecen a la Comunidad Andina de Naciones, por lo que se rigen bajo normas supranacionales similares, que facilitan el comercio. Además,
    en esa nación existe mayor demanda por este tipo de partes y piezas.

    Para ello, tienen como meta acceder el sello de calidad Inen, que pueda certificar varios productos que la empresa oferta en el mercado.

    700 productos  de referencia son los que puede fabricar Fundimetales del Norte.

    3 puntos
      de venta de repuestos tiene en Tulcán, Quito y Guayaquil.

    3 ciudades: Tulcán, Quito y Guayaquil tienen puntos de reciclaje
    de la empresa.

    4 000 dólares fue la inversión inicial con la que empezó esta factoría.

    1 norma  nacional e internacional es la meta de esta firma, para el próximo año.

    Alirio López / Gerente
    Las labores del día a día han permitido que nuestra empresa pueda crecer. Siempre buscamos innovar con máquinas de última tecnología, como tornos CMC de alta precisión y hornos de inducción, para mejorar la calidad de nuestros artículos y ser competitivos con productos que llegan de otros países. Queremos vender nuestros productos en otras naciones. Tenemos un buen futuro como compañía.

    La empresa, con sede en Carchi, fabrica repuestos para buses, camiones y maquinaria agrícola y para la industria, con metales reciclados. Fotos cortesía de la Gobernación del Carchi
    La empresa, con sede en Carchi, fabrica repuestos para buses, camiones y maquinaria agrícola y para la industria, con metales reciclados. Fotos cortesía de la Gobernación del Carchi
  • Un negocio con el foco en tres marcas

    Redacción Quito

    (I)

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    Pablo Vega compró un Volkswagen Golf en el 2006, en una concesionaria de la marca alemana. Él se define como una persona que cuida siempre que su vehículo funcione sin problemas, por eso durante cinco años llevó su auto a la concesionaria para las revisiones, haciendo uso de la garantía que se le ofrecía.

    Cuando la garantía acabó, Vega buscó un taller que le genere confianza. Así descubrió GT Autorepuestos, un negocio familiar que nació en 1993 y que en septiembre pasado cumplió 25 años.

    Este emprendimiento surgió por una iniciativa de Catalina Fierro. Esta mujer tenía experiencia en una firma automotriz y conocía del negocio de los repuestos para vehículos. En este negocio Tapia contó con el apoyo de su esposo Germán Tapia.

    En el principio, GT Autorepuestos empezó importando repuestos desde Brasil, Alemania, México y Argentina para tres marcas europeas: Volkswagen, Audi y Skoda. Ese fue el modelo del negocio de la familia Tapia-Fierro.

    La actividad se diversificó con el tiempo y desde hace cerca de 15 años, la familia decidió montar un taller mecánico para ofrecer servicios a vehículos de las marcas ya mencionadas. “Somos especialistas”, dice Edwin Luna, yerno de Tapia y Fierro.

    Hoy este negocio se encuentra en una etapa de transición. Luna y su esposa, Andrea Tapia, están trabajando de cerca con los fundadores del emprendimiento para hacerse cargo de la operación de esta empresa de repuestos automotrices y del taller.

    La clave para la evolución de este negocio ha sido consolidar alianzas con proveedores de autopartes en el extranjero, asegura Luna. Esto permite que desde hace más de 15 años el negocio oferte toda clase repuestos.

    Uno de los retos que tuvo la empresa llegó en 1999 y en el 2000, cuando el Ecuador vivió un ‘crack’ financiero y se adoptó el dólar como moneda. Luna cuenta que la empresa no sufrió tanto como otras porque previamente ya cotizaba repuestos en el extranjero con la moneda estadounidense. “Esto nos benefició para tener estabilidad en las negociaciones con los proveedores”.

    Luna reconoce que en esos años de crisis, de todas maneras hubo una caída de las ventas y se generaron problemas de liquidez por el feriado bancario de 1999. Al final se logró resistir y la empresa se mantuvo a flote en esos años complicados que vivió el país.

    Esta empresa está ubicada en el sector de El Labrador, en el norte de Quito. El negocio se mantiene evolucionando y en la actualidad cuenta con un equipo de 25 personas. “La mayoría tiene más de 10 años en el negocio, lo que significa que han crecido y han hecho crecer al negocio”, dice Luna.

    El vocero de GT Autorepuestos también reconoce que abrir el taller fue una estrategia adecuada. Cada mes se reciben cerca de 200 vehículos, en promedio. Hoy el 30% de los ingresos se genera en la mecánica y el 70% corresponde a la venta de repuestos. Además las ventas crecen un 2% anual.

    También apunta que su suegro continúa como gerente general de la empresa y que la transición se está dando de manera ordenada.

    Los clientes, como Vega, están satisfechos y confían en los servicios de este negocio. “El trabajo es muy bueno. Por eso vengo al taller cada vez que mi Volkswagen tiene algún problema”.

    Germán Tapia y Catalina Fierro son los propietarios de este negocio, ubicado en el norte de Quito.
    Germán Tapia y Catalina Fierro son los propietarios de este negocio, ubicado en el norte de Quito. Foto: Galo Paguay / Líderes
  • La refrigeración es su prioridad

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    Evelyn Tapia  (I) Redactora redaccion@revistalideres.ec

    Las crisis traen oportunidades y la que vivió el Ecuador en 1999 con la devaluación del sucre trajo una para Seimalsa. Esta firma ofrece servicios de venta y fabricación de repuestos y partes para equipos de refrigeración.

    “Con la devaluación del sucre se encarecieron muchos productos que importábamos. Así, comenzamos a producir aquí, para cubrir un nicho que no había. Teníamos mantenimiento, pero no había fabricación de partes”, cuenta Edmundo Alvarado, presidente de la empresa cuya planta de 6 500 m2 está en el norte de Guayaquil.

    La firma atiende los requerimientos de la industria del sector de alimentos y bebidas que utilizan líneas de frío; es decir, congeladores, frigoríficos, refrigeradores, entre otros.

    Cuando el negocio comenzó, hace 23 años, solo importaba piezas y brindaba servicios de mantenimiento. Sin embargo, era común que algún fabricante descontinuara la producción de alguna pieza o que un solo repuesto tardara en llegar dos meses, recuerda Alvarado.

    De ahí que, con una inversión de USD 1 millón en maquinaria, desde el 2000 hasta el 2004, sus dueños comenzaron a montar una planta para producir piezas para equipos de refrigeración, como aspas, parrillas, cenefas, partes para cubrir motor, tanques acumuladores, entre otras. Actualmente, la firma cuenta con 70 empleados y puntos de atención en Quito, Libertad (Santa Elena) y Portoviejo.

    “Fue un reto convencer a los clientes de que nosotros sí podemos hacer cosas con la misma calidad que los productos que se venden afuera. Pero con la experiencia que tenemos, los clientes confían en nosotros”, comenta el Presidente de la empresa.

    Su hijo, Vicente, está desde hace ocho años a cargo de la gerencia de la firma. Él explica que debido a que en Ecuador aún no se desarrolla la tecnología para atender todos los requerimientos de las líneas de frío, todavía importan un 60% de componentes de alrededor de 20 marcas.

    Pero con la segunda generación de la familia a cargo, Seimalsa dio un nuevo salto de crecimiento. Vicente cuenta que en diciembre del 2014, la empresa tuvo los primeros acercamientos con Fogel Group, fabricante de equipos de refrigeración de Guatemala y este mes comenzaron a producir equipos completos de esa marca, con una inversión de USD 400 000.

    El primer pedido de 3 000 equipos es para Tesalia CBC y ha avanzado un 35%. “Estamos dando valor agregado con nuestra mano de obra, con procesos de calidad que adquirimos a través de la transferencia de tecnología que nos dio Foguel y eso garantiza al cliente un buen producto”, explica Vicente Alvarado.

    Otro segmento que la empresa sigue fortaleciendo es el relacionado con los servicios de mantenimiento y reparación, con el que brindan atención a unos 65 000 equipos de frío de empresas como Unilever, Tesalia, Heladosa, Pronaca, entre otras.

    “Vendemos un servicio integral de refrigeración. No se trata de reparar un solo equipo, debido al volumen. Nuestros clientes necesitan una logística bien organizada detrás”, señala el gerente.

    Para esto se implementó un software que permite tener el control del historial de reparaciones, mantenimiento y estado de la maquinaria, con lo que el cliente puede verificar cuando ameritan nuevas inversiones en sus equipos, nuevos arreglos, etc.

    Esta herramienta permite que la empresa solucione requerimientos en horas. Esa es una de las fortalezas que destaca Édison Parra, especialista de merchandising de Pronaca. “Es la que mejores resultados nos ha dado en atención, por la calidad y rapidez de su trabajo. El cliente puede tender una atención récord de 48 horas”.

    Seimalsa

    Esta empresa guayaquileña tiene 23 años y atiende a la industria de alimentos y bebidas.

    Insignia

    Mercedes Suárez, jefa del área de facturación.Antes de ingresar en Seimalsa, trabajaba en un local comercial. «Estoy hace nueve años en esta empresa; comencé en este mismo departamento ingresando reportes. Para mí ha sido un crecimiento importante, porque tengo otras responsabilidades, esta compañía tiene como clientes a grandes empresas.

    Es importante la etapa que está atravesando la empresa ahora, porque hemos comenzado el ensamblaje de equipos; y es una nueva responsabilidad más grande, para todos los que formamos parte de Seimalsa.

    Me siento contenta de trabajar aquí, espero seguir creciendo en esta empresa. Como principal característica, puedo decir que brindamos un servicio de calidad a todos los clientes, además somos responsables y hay un buen ambiente laboral».

    Vicente Alvarado es el gerente General de esta compañía de servicios de refrigeración. Foto: Gabriel Proaño / LÍDERES
    Vicente Alvarado es el gerente General de esta compañía de servicios de refrigeración. Foto: Gabriel Proaño / LÍDERES
  • Los repuestos de autos se transforman en arte

    Redacción Quito (I) @RevistaLideres SClB

    Tuercas, pernos, ejes de propulsión y terminales de dirección son la materia prima que utiliza Jorge Suasnavas para ‘elaborar’ perros, músicos, bicicletas y atletas, en su taller ubicado en el sur de la capital.

    Su iniciativa Fantasías Metálicas produce, desde el 2011, artesanías con repuestos reciclados para vehículos, que tenía de su antigua mecánica.

    La idea nació al asistir a una feria en Quitumbe (sur de Quito) donde pudo observar obras de arte elaboradas con metal. Su esposa entonces le sugirió utilizar el material que tenía disponible en su taller, para hacer artesanías a base de repuestos y de llaves de tuercas.

    Con una inversión de USD 5 000 en herramientas y materiales pudo elaborar sus primeras figuras con motivos deportivos, como el fútbol y el atletismo. Hoy Suasnavas produce perros, boxeadores, músicos, caballos, bailarinas, lustrabotas, motocicletas, bicicletas, etc.

    En su taller puede elaborar hasta 10 figuras metálicas a la semana y sus precios varían de USD 20 a 80, dependiendo el tamaño y la complejidad del diseño. «Si es un pedido grande, los precios pueden incluso bajar hasta USD 15», indica.

    Su principal punto de distribución de artesanías es el parque El Ejido, ubicado en el centro norte de Quito. Ahí, junto con otros artistas, oferta sus obras.

    En ese lugar sus principales clientes son los turistas y transeúntes que pueden comprar las obras terminadas o mandar a personalizarlas. «Un cliente me pidió elaborar una trompeta francesa. Ellos ponen el diseño, nosotros la inventiva», señala Suasnavas.

    Jaime Gavilánez, cliente de esta iniciativa, señala que lo más interesante de las figuras de Fantasías Metálicas es la forma en la que da «nueva vida a objetos que ya no servían». Así también, comenta que compró una motocicleta y unos artistas que exhibe en su oficina, y que a sus clientes les encanta.

    La microempresa se ha promocionado en proyectos como el Foro de Emprendedores de la Universidad Simón Bolívar y mediante una publicación de su trabajo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

    Beto Rivera, cliente de la iniciativa, comenta que uno de los puntos más interesantes es el talento de Suasnavas para convertir elementos ordinarios en artesanías y darle valor agregado. Él adquirió de la microempresa un piano elaborado con una máquina de escribir y una banda entera de músicos.

    Datos

    Piezas. Para obtener su nueva materia prima, trabaja con mecánicas y rectificadoras del sur de Quito.

    Diseños. Sus primeras obras fueron corredores olímpicos.

    Habilidad. Suasnavas elabora sus productos sin ningún conocimiento teórico. Solo con talento.