El concepto Industria 4.0 fue desarrollado por Alemania en el 2010 con el fin de definir a la fabricación con interconexión de todos sus procesos. La tendencia, llamada también Cuarta Revolución Industrial, consiste en la digitalización de los procesos industriales por medio de la interacción de inteligencia artificial con máquinas y la optimización de los recursos enfocada a la generación de metodologías comerciales efectivas.
Para hablar del tema se cumplirá en Quito y Guayaquil el simposio ‘Revolución Industrial 4.0- Alemania comparte su expertise’, el 20 y el 22 de marzo del 2018. El encuentro es organizado por la Cámara de Comercio Ecuatoriana Alemana.
Según la Federación Internacional de Robótica, para 2019 el número de robots industriales instalados en el mundo se incrementará a unos 2,6 millones de unidades; actualmente cerca del 70% de estos robots están desplegados en los sectores automotriz, electrónica/eléctrico, metales y maquinaria industrial.
En Ecuador, se invierte el 1.88% del Producto Interno Bruto (PIB)en tecnología e innovación. En ese sentido, la Industria 4.0 supone un enorme reto para el país, generando un debate entre tecnología y tradición.
Un dato más: Alemania prevé transformar digitalmente el 80% de las industrias para 2021 y, mediante este proceso, incrementar la eficiencia, reducir costos y tener un crecimiento potencial de los negocios de 425 billones de euros para 2025.
Mire la entrevista en video en la que Jörg Zehnle, gerente de la Cámara de Comercio Ecuatoriana Alemana, analiza el impacto de la Cuarta Revolución Industrial.
Jörg Zehnle analiza el impacto de la Cuarta Revolución Industrial. Foto: Victor Muñoz / LÍDERES
La cuarta revolución industrial, impulsada por la digitalización y la impresión en 3D, acarreará la supresión de 5 millones de empleos en cinco años en las mayores economías mundiales, según un informe del Foro Económico Mundial (WEF) divulgado este lunes, 18 de enero del 2016.
Esos fenómenos provocarán «grandes perturbaciones no solamente en los modelos empresariales sino también en el mercado laboral durante los próximos cinco años», afirma el WEF, organizador del Foro de Davos que se iniciará el miércoles en esa ciudad de los Alpes suizos.
La cuarta revolución industrial transformará la economía mediante la combinación de diversos fenómenos ya existentes, como el internet de las cosas y los Big Data. La primera revolución industrial fue desencadenada por la generalización de la máquina de vapor, la segunda por la electricidad y las cadenas de montaje y la tercera por la electrónica y la robótica.
Esos procesos transformaron radicalmente los procesos productivos y los mercados laborales y la cuarta no será una excepción, de acuerdo con el WEF, que prevé la supresión de cinco millones de puestos de trabajo en una quincena de grandes países industrializados y emergentes. Entre los países estudiados figuran Estados Unidos, Alemania, Francia, China y Brasil.
«Sin acciones urgentes y focalizadas para gestionar esa transición a medio plazo y crear una mano de obra competente para el futuro, los gobiernos tendrán que enfrentar un alza constante del desempleo» así como una agravación de las desigualdades, previene Klaus Schweb, presidente y fundador del WEF, citado en el comunicado.
La primera revolución industrial fue desencadenada por la generalización de la máquina de vapor, la segunda por la electricidad y las cadenas de montaje y la tercera por la electrónica y la robótica. Ahora es la Big Data. Foto: Pixabay
La India trata de revolucionar la producción de energías renovables para paliar el déficit energético en uno de los países más contaminados del mundo, pero los especialistas dudan de la viabilidad de los planes gubernamentales por el alto coste, la burocracia y dificultades sobre el terreno.
El primer ministro indio, Narendra Modi, quiere que la India se convierta en una referencia internacional de energías renovables y dar respuesta además a las necesidades de un país que es el tercer emisor de dióxido de carbono del planeta y al mismo tiempo tiene una tercera parte de sus 1 250 millones de habitantes sin electricidad.
La intención del Gobierno indio es quintuplicar hasta 170 gigavatios la electricidad limpia para 2022 y reducir su dependencia del carbón, que genera un 59 % de la electricidad del país.
Uno de los planes del Gobierno pasa incluso por crear 100 gigavatios de generación de energía solar. Sin embargo, expertos y analistas reunidos esta semana en la I Exposición y Encuentro de Inversores en Energías Renovables Re-Invest en Nueva Delhi creen que esos ambiciosos objetivos se topan con una realidad que presenta problemas como la financiación, la infraestructura y la burocracia.
«No creo que sea posible alcanzar este objetivo. En especial los 100 gigavatios de energía solar dado que la India no cuenta con industria solar y tendrá que importar paneles, lo que resulta muy caro», dijo a Efe el representante de una empresa del sector, que prefirió mantener el anonimato.
«El país necesitará más tiempo para desarrollar una industria solar propia para alcanzar esos objetivos», añadió. A día de hoy la India produce 3 000 megavatios de energía solar frente a 22 gigavatios de eólica, lo que sumado supone un 13 % de la producción total de energía del país. De acuerdo, con datos oficiales, la India tiene una capacidad instalada de producción energética total de 258.000 megavatios, que en un 59 % proviene de fuentes relacionadas con el carbón; un 17 % de hidroeléctricas; el 13 % de renovables; un 9 % de gas, y un 2 % de generación nuclear.
Para Reinhard Ling, de la compañía IBC Solar con dos años y medio de experiencia en el país asiático, el interés de los inversores ha aumentado pero consideró que es difícil trabajar en la India, un país acostumbrado a cortes de suministro debido a un déficit en la oferta del 13 % de la demanda de electricidad. «Los proyectos se suelen retrasar por los permisos que hay que conseguir y la dificultad de trabajar en zonas rurales con empresas locales. Todo avanza muy lento», afirmó Ling.
Pero no es sólo eso. De acuerdo con un informe de la consultora Crisil Ratings el país necesita una inversión de 42 000 millones de euros en los próximos cinco años para desarrollar el sector, unos fondos que no será fácil conseguir dado el riesgo financiero de la inversión.
«Se han dado pasos positivos para hacer más atractiva la industria, pero se necesitan políticas a largo plazo que den seguridad a los inversores y las estamos esperando«, manifestó a Efe Boppana Madhu Kumar, de la española Gamesa, que ha instalado 1 700 megavatios de energía eólica desde 2010.
Otros actores del sector confían en la determinación y las políticas de Modi, quien durante su etapa frente al Gobierno del estado occidental indio de Gujarat, entre 2001 y 2014, impulsó la energía solar y es uno de los pocos estados indios que cuenta con electricidad 24 horas diarias.
«Si Modi creyera que no lo logrará no lo habría anunciado y puesto en riesgo su credibilidad. Y, aunque no consiga esos objetivos, si logra aumentar sustancialmente la electricidad limpia ya será un logro«, expresó a Efe el director del Programa de Energía Indo-Alemán, Winfried Damm.
El primer ministro indio (derecha), Narendra Modi, quiere que la India se convierta en una referencia internacional de energías renovables. Foto: Prakash Singh / AFP.
Después de casi dos décadas de trabajo estoy viviendo una nueva era, una transformación relevante en el mundo de la publicidad. Es casi un momento de metamorfosis de la profesión, en realidad de toda la industria. Según últimos estudios, el consumidor no está respondiendo de la misma manera a la publicidad como lo hacía hace algunos años. Si consideramos que los comerciales de TV aparecen en Perú hacia el final de la década del cuarenta, debemos caer en la cuenta de que el consumidor ha estado expuesto por más de 60 años a mensajes de marcas por este medio.
Podríamos pensar que, después de tanto tiempo, la innovación debió haber sido parte del esquema. Pero no lo fue. La industria de la publicidad, lejos de reinventarse, se ha caracterizado por aferrarse a un modelo estándar, al estilo fábrica. Ha respetado estructuras, contenidos y formatos cliché, que hoy los consumidores no solo cuestionan, sino que rechazan.
Las marcas que mayor éxito han tenido son aquellas que han entendido que no deben vender incansablemente sus beneficios al consumidor.
Las marcas deben quitarse el reflector de encima y entender que no tienen el papel principal en ningún espectáculo.
La nueva visión del comunicador tiene que ver con entender que las marcas deben convivir con la gente. Con hacer publicidad que no venda con descaro.