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  • Felipe Ribadeneira: Exportaciones sostuvieron al dólar

    Carolina Enríquez, (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), habla sobre el crecimiento de las ventas de productos no petroleros durante el primer semestre del año. El gremio prepara un plan de largo aliento para el sector.

    Durante el primer semestre, las exportaciones no petroleras crecieron un 9%, de acuerdo con el Banco Central del Ecuador. ¿Cómo se logró eso a pesar de la pandemia?

    Si bien el sector exportador no ha estado ajeno a los problemas de esta crisis, creo que ha sido muy importante el haber estado preparado. Además, hay que destacar la importancia de la canasta agroexportadora ecuatoriana.

    ¿Por qué?
    Esta se encuentra compuesta de productos agroindustriales, lo cual permitió seguir abasteciendo a la demanda mundial. Hubo sectores que pudieron responder para poder alimentar al mundo. En enero y febrero estábamos con crecimientos muy importantes, particularmente de los productos tradicionales. Teníamos crecimientos de dos cifras. Si las cosas se mantenían como estaban hubiéramos tenido resultados históricos este año. Lamentablemente, vino la pandemia.

    ¿Cuáles fueron los meses más complicados?
    Los resultados de enero y febrero nos ayudaron a sostener las fuertes caídas que se produjeron con más fuerza en abril y la mitad de mayo. Fue cuando más se sintió el efecto de la pandemia. Pero más fue por problemas internos que por demanda internacional. Las disposiciones del Comité de ­Operaciones de Emergencia (COE) no las respetaban los municipios, hubo problemas logísticos, cierres de carreteras, imposibilidad de acceso a plantas de producción, dificultades de traslado a la Costa, ausentismo, etc. Fue un tema de falta de liderazgo del COE y del miedo que existía.

    ¿Cómo impactó esto en la producción exportadora?
    A pesar de que a través del decreto de emergencia se nos puso como sector priorizado, sucedieron todos esos problemas. El promedio de producción de las exportaciones, en los momentos más duros, estuvo en un 45%.

    ¿Cuáles fueron los productos que más se demandaron en el primer semestre?
    Hubo en el mundo un cambio de tendencias de consumo, en virtud del confinamiento. Vemos que productos que no eran del sector agroindustrial, es decir que no servían como alimentos o medicinas, que fue en lo que el mundo se concentró en comprar, tuvieron caídas muy fuertes. Uno de ellos fueron las flores. Sin embargo, los resultados del semestre, en general, fueron importantes. De hecho, lo son de enero a julio.

    ¿Qué cifras tiene?
    Las exportaciones no petroleras mantuvieron un crecimiento. Entre enero y julio fue de 8,2%, según la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). En esta pandemia se demostró, una vez más, la importancia del sector exportador no petrolero en la balanza de pagos del país. El resto de fuentes de ingresos de divisas del sistema dolarizado se cayeron.

    Por otro lado, las importaciones han sufrido una caída de 24,4% en el semestre, de acuerdo con datos del Central; y de 24,9% entre enero y julio, según Fedexpor.

    Precisamente, tenemos balanza comercial total, petrolera y no petrolera positivas debido al derrumbe de las importaciones. El cambio del consumo mundial, más el cierre de los negocios, más el confinamiento, hizo que muchos de los inventarios ya no tuvieran que renovarse y se dejó de importar. Además, hubo para de fábricas en países como China.

    ¿Cuáles son las proyecciones sobre las exportaciones para el cierre del año?
    Si bien han habido resultados positivos, hay que tener mucho cuidado. El pronóstico debe hacerse mes a mes. ¿Por qué? Porque hemos visto desde octubre del año pasado una caída importantísima de los precios en la mayoría de productos de exportación. No hemos podido recuperar los valores. Una baja de precios significa vender más volumen para ganar lo mismo que se obtenía. Hay que trabajar en la productividad para conseguir el sostenimiento. Si logramos mantener las cifras del 2019, con un crecimiento pequeño de 2% a 3%, sería muy positivo.

    Usted indicó que los productos agroindustriales han sido los que más se han demandado. ¿Específicamente cuáles han sido?
    Banano, pesca, cacao, etc. En los no tradicionales están brócoli, frutas congeladas, frutas exóticas, conservas de todo tipo, etc. Estas últimas comenzaron a venderse en plataformas de comercio electrónico, como Amazon. Antes no había bajo ese esquema una penetración importante, pero ahora sí la tenemos. Fuera del sector de alimentos hubo un fuerte crecimiento en cuanto a la madera.

    ¿Por qué?
    Primero, porque hubo un proyecto en China. Desde el Gobier­no de ese país se trabajó en la potenciación de las energías eólicas; ahí las exportaciones de balsa tuvieron un importante crecimiento porque el material se usa para construir las aspas. Asimismo, hubo un impulso a la construcción en otros países y se necesitaron tableros de madera.

    ¿Qué hacer para impulsar las exportaciones?
    Tenemos que trabajar en desarrollar nuevos productos agroindustriales. Fedexpor está trabajando en ello. Queremos presentar a los candidatos presidenciales, en un mes y medio, la hoja de ruta y el marco metodológico del Plan Nacional de Exportación. Es necesario el aceleramiento de la agenda comercial, la simplificación de los instrumentos de comercio exterior (tributario y aduanero) e impulso del plan para dar soluciones a corto plazo y visión estratégica de largo aliento.

    La agenda de comercio exterior también incluye obtener inversión extranjera. Hace tres años, el Gobierno denunció 17 tratados bilaterales de inversión (TBI); posteriormente, se anunció la intención de suscribir nuevos documentos. Finalmente, ¿qué pasó con esa propuesta?

    Lamentablemente, eso está a la espera de un dictamen constitucional sobre el modelo de los TBI. Recuerde que se denunciaron estos convenios porque se argumentó que iban en contra de la Constitución. – El artículo 422 – indica que no se pueden resolver controversias fuera de tribunales arbitrales de la región. Pero, a la final, en ciertos acuerdos comerciales que se están negociando se está incluyendo el tema de resolución de controvesias.

    ¿En cuáles, por ejemplo?
    Con México se está tratando un mecanismo de protección de inversiones. Son muy importantes los capitales mexicanos en la economía ecuatoriana en los últimos años. Estamos hablando de más de USD 1 000 millones en diferentes sectores productivos.

    ¿Cómo avanzar en el tema de los nuevos TBI?
    Hay que seguir presionando por ese dictamen. Está en manos de la Corte Constitucional. Una vez que se dé vía libre debe haber un trabajo de la Cancillería y del Ministerio de la Producción para retomar los instrumentos. 

    Hoja de vida
    Formación. Abogado por la Universidad Católica del Ecuador. Máster en Derecho, Economía y Políticas Públicas de las Universidad Complutense de Madrid.

    Experiencia. 
    Presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). Fue presidente del Directorio de la Asociación de Bebidas No Alcohólicas del Ecuador. Ha tenido participación en otros gremios empresariales como el Comité Empresarial Ecuatoriano y en el directorio de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ). Ha brindado asesoría corporativa a empresas de diferentes sectores productivos del país. Fue director de Clima de Negocios de – INVEST ECUADOR.

    Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
    Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
  • Santiago Ribadeneira: Trabaja para que las pymes se vuelvan globales

    Patricia González

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    “Siempre he sido tímido y reservado. No me gusta hablar en público. Me gusta que los resultados hablen por mí”, dice Santiago Ribadeneira, quien a sus 28 años lidera la oficina en Ecuador de Endeavor, una red global que impulsa a emprendedores de alto impacto.

    Ribadeneira considera que tuvo una infancia privilegiada. Creció en un hogar unido, de padre y madre, con tres hermanas mayores, en el que estuvieron presente los abuelos. Su héroe de la niñez fue su abuelo materno, emigrante del País Vasco durante la Guerra Civil Española, que llegó en los años 50 al país. “Era un ingeniero autodidacta. Si veía algo que le gustaba lo hacía, desde armar una radio hasta hacer figuras con resina”.

    Su padre le inculcó la importancia del trabajo. Un juguete era la recompensa por lustrar los zapatos, limpiar el carro o bañar el perro. “Esto fue determinante en mi vida profesional”.
    Estudió en el Colegio Menor San Francisco de Quito, en Cumbayá. Era estudiante de “A”. Pero con los años se dio cuenta que a aquellos que fueron excelentes estudiantes, les cuesta salir del ‘statu quo’, a diferencia de los buenos emprendedores, que se mueven con facilidad en las “zonas grises”, donde no hay procedimientos claros.

    Santiago no rompió el ‘statu quo’, aunque luego se vincularía con los emprendedores. Se graduó en Administración, en la Universidad de Boston, EE.UU., y cursó una maestría en Finanzas en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas, en Barcelona, España.

    Su primer empleo fue en la época del colegio, como asistente de mecánica en Casabaca. En la universidad, trabajó en el estadio de la institución y durante los veranos hizo pasantías en Zaimella y Pronaca, en Ecuador.

    En el tercer año de la carrera cursó un semestre en Madrid, tiempo que aprovechó para hacer una pasantía en Deloitte. Esa oportunidad se convirtió en su primera oferta de empleo. Al culminar la carrera se mudó a Madrid y por dos años realizó consultorías y auditorías en Deloitte para empresas de la talla de Repsol.

    “Pero, me di cuenta que mi carrera iba por otra dirección”. Ese fue el punto de quiebre. Renunció y se mudó a Barcelona a cursar una maestría en finanzas con concentración en capital de riesgo.

    Sus amigos del colegio, José Jaramillo y Sebastián Nankervis, coinciden en que Santiago es una persona enfocada, con visión clara de lo que quiere lograr. “Piensa mucho en los demás. Siempre está pensando en cómo ayudar a otros a progresar”, añade Jaramillo.
    Al finalizar la maestría, trabajó en Imena Holdings, un fondo de capital de riesgo, con sede en Jordania, que invierte en portales de habla árabe. Una experiencia corta de cinco meses, que le permitió salir de su “zona de confort”.

    “Me encantó Jordania. Es un país con apego a sus tradiciones, pero que busca ser internacional. Me abrió las puertas y me permitió hacer conexiones internacionales”, comenta Ribadeneira.

    Retornó a España y ejerció por casi un año en fondos de riesgo. Pero por una decisión personal, retornó al Ecuador, junto con su esposa, en octubre de 2015.

    Sus conocimientos le permitieron asumir en enero del 2016 la dirección de Kruger Labs, una aceleradora de emprendimientos digitales, a través de levantamiento de fondos de inversión, entre otras estrategias. “Santiago sabe entender muy bien las necesidades de tu negocio”, comenta Guillermo Zárate, cofundador del emprendimiento Cuestionarix.

    En junio del 2016, estuvo presentó en el Global Entrepreneurship Summit, un evento que conecta a emprendedores del mundo, celebrado en la Universidad de Stanford, EE.UU. Fue allí la primera vez que escuchó hablar de Endeavor, una organización sin fines de lucro, presente en 28 países.

    A su regreso al país, contactó a la oficina en Nueva York de Endeavor y les propuso conformar la filial en Ecuador. Para ello debía conseguir a seis directores para el financiamiento y una lista de empresas con potencial para formar parte de Endeavor.

    Ribadeneira no solo consiguió reunir a ocho de los empresarios más importantes del país, sino que luego de un proceso de selección, en febrero de este año se convirtió en el director más joven de una oficina de Endeavor en el mundo. La experiencia ha sido como la de cualquier emprendedor, porque significó comenzar de cero.

    Para Linus Frank, compañero de trabajo, Ribadeneira es muy autocrítico. Y él lo sabe, por eso dice que se rodea de personas más inteligentes que él para que lo complementen. “Las cosas llegan con esfuerzo. Desde que me levanto, trabajo para cumplir mi sueño”.

    Una red que potencia emprendimientos

    Endeavor fue fundada en 1997 en Argentina. Su misión es brindar apoyo a emprendimientos que están escalando en su modelo de negocios y que tengan potencial para convertirse en líderes de su sector, generando empleo e ingresos.

    Los negocios que integran la red, en los 28 países donde tiene presencia, han generado más de 650 000 puestos de empleo y en 2016 facturaron en conjunto más de USD 10 000 millones.
    Endeavor Ecuador se constituyó en marzo de este año. Su directorio está constituido por 10 importantes empresarios del país, entre ellos Roque Sevilla, presidente del Grupo Futuro y Juan Carlos Serrano, del Grupo KFC.

    Para recibir el apoyo de Endeavor, las empresas deben facturar al menos USD 1 millón y estar en proceso o con planes de internacionalizarse, es por ello que en Ecuador deben ser pequeñas o medianas empresas. En el proceso de selección, los candidatos se reúnen con mentores y con un panel nacional e internacional. Solo el 2,4% pasan el último filtro.
    En Ecuador, de 80 empresas a las que se han evaluado, la firma de chocolates Pacari y Location World, una compañía de tecnología, están en la red.

    Endeavor ofrece el acceso a los mercados donde opera la red, la vinculación con talentos de las universidades de Harvard ó Stanford, y el acceso a capital, a través de un fondo propio de USD 100 millones y de otros fondos institucionales.

    Participar del proceso de selección, que suele durar de seis meses a un año, no tiene costo. Luego se debe dar un aporte anual de USD 10 000.

    Santiago Ribadeneira vivió por cinco meses en Jordania, trabajando en un fondo de inversión. Foto: Vicente  Costales / LÍDERES
    Santiago Ribadeneira vivió por cinco meses en Jordania, trabajando en un fondo de inversión. Foto: Vicente Costales / LÍDERES