Etiqueta: rock

  • Las biografías del rock, entre las preferencias de un empresario

    Alexander García (I)

    La literatura del escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, y libros de ficción histórica como ‘El hombre que amaba a los perros’ (2009), del cubano Leonardo Padura, están habitualmente entre las lecturas de los empresarios ecuatorianos.

    Francisco Alarcón Alcívar, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, adhiere también a esas preferencias, aunque dice que esos gustos escapan a la extracción social. “Son novelas sin ningún contenido político hasta donde puedo reflexionar. Y la irrupción de Vargas Llosa en la política fue muy posterior a que lo comenzáramos a leer, no solo los empresarios sino todo tipo de profesionales y de lectores”.

    La calidad de novelas como ‘Pantaleón y las visitadoras’, ‘La tía julia y el escribidor’ o ‘La ciudad y los perros’ –“esa forma vivencial de interesarte y meterte en las historias”- es sencillamente incuestionable, dice el empresario.

    Alarcón ha leído buena parte de la obra de Vargas Llosa, pocas novelas de Gabriel García Márquez -de quien destaca su obra periodística-, casi nada de Jorge Luis Borges . Y nunca lee poesía.

    El industrial reconoce que el advenimiento del socialismo del siglo XXI en Latinoamérica pudo influir en una lectura como la novela histórica de Padura, sobre el político y teórico revolucionario soviético León Trotsky y su asesino, el comunista español Ramón Mercader: la utopía socialista y la barbarie estalinista de fondo.

    El también presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias del Ecuador combina la lectura ‘ligera’ de novelas policíacas y de espionaje con la ficción que tiene cimientos históricos: un interés especial en los títulos que giran alrededor de la Segunda Guerra Mundial.

    Ha leído buena parte de las novelas de suspenso del escritor británico Frederick Forsyth y actualmente lo ocupa ‘La caída de los gigantes’ (2010), de Ken Follett, la primera parte de la trilogía del siglo, a través de la cual el escritor británico se acerca a los principales acontecimientos del siglo XX.

    “No leo todo lo que debería, pero trato de mantener un libro cerca, y de leer tres o cuatro títulos al año; en la obra de Follet son más de 1 000 páginas”, indicó el empresario, presidente Agrovanic S.A., empresa que produce entre otros productos los fideos Lonchys.

    Alarcón es un apasionado por la música, cuenta que aprendió a tocar la batería y formó una banda de aficionados luego de cursar su maestría en administración de negocios en Estados Unidos, una tarea musical que tenía pendiente y que se había prometido desde la adolescencia.

    Como melómano, el industrial es también lector de libros sobre la historia de rock y biografías de músicos, el último que adquirió fue la autobiografía del cantante estadounidense Bruce Springsteen, titulada ‘Born to run’ (2016), la figura del rock a la que más admira. Es un seguidor de lo que los estadounidenses llaman ‘heartland rock’, un rock de letras comprometidas e historias narrativas, por lo que bucea en libros sobre músicos como Tom Petty, Bob Seger o John Mellencamp.

    El empresario Francisco Alarcón Alcívar en su despacho en Guayaquil.Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    El empresario Francisco Alarcón Alcívar en su despacho en Guayaquil.Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Cuatro hermanas se inspiran en el rock para diseñar

    Redacción Quito

    Las hermanas Gabriela, Cristina, Diana y Sofía Freire tenían planes por separado, pero desde el 2010 trabajan juntas en su emprendimiento Edgy64.

    Este negocio diseña ropa inspirada en el rock, un estilo de vida que las cuatro comparten y que no se limita a la música. “El propósito también fue unir a la escena femenina de rock, y en cada concierto integrar amigas”, cuenta Gabriela.

    Ella junto a Cristina y Diana decidieron incursionar en la fabricación de ‘hoodies’ (capuchas) con rosas y pistolas, un estilo basado en la banda de rock estadounidense Guns N’ Roses. Su idea era vender el producto entre las fans del grupo, antes del concierto en Quito en abril del 2010.

    Las capuchas se confeccionaron con las telas de algodón que Gabriela había comprado para su desfile de graduación, en diseño de modas de la Universidad San Francisco. Así surgió la colección ‘Tough Love’ y el desarrollo de la marca Edgy64.

    50 capuchas quedaron listas para la venta por USD 40 cada una, pero al llegar al concierto se dieron cuenta que no era tan fácil. “Terminamos comiendo pizza”, dice Diana, a cargo de la imagen.

    Luego de esa experiencia, Cristina desarrolló el sitio edgy64.com, una página en Facebook, un blog y un catálogo.

    La venta inició con amistades. Pero el gran salto ocurrió cuando sus ‘hoodies’ fueron parte de la pasarela del Ecuador Fashion Week del 2010. Luego de esa presentación su ‘stock’ se agotó.

    Para Gabriela Chonlong, una de sus clientas, los diseños de Edgy64 son “versátiles, femeninos e intrépidos” y representan a chicas independientes, roqueras. Ella posee 10 prendas de tres colecciones.

    Otro espacio de promoción para esta microempresa fue el concurso Chica Edgy64, que buscaba mujeres con actitud para su catálogo y otras actividades. Participaron 30 jóvenes, de entre 17 y 20 años. La ganadora fue Melisa Iturralde.

    A esa actividad le siguió el Salinas Fashion Week, en febrero del 2011, con 16 prendas. Invirtieron USD 4 000 de las ganancias, ahorros y recursos familiares. El dinero lo usaron para la ropa, trasladar a 17 personas al lugar del desfile y realizar una sesión de fotos. Además, en octubre de ese año estuvieron en el desfile Contrastes con la colección RoadKiss, organizado por la Fundación Reina de Quito.

    Estas actividades se complementan con las ferias, donde exponen y venden sus diseños. La próxima será El Gran Bazar, del 5 al 7 de mayo, en Cumbayá.

    En este desarrollo Sofía aportó con una visión artística y de tendencias de moda, además de la producción de estands.

    También descubrieron otro nicho en los conciertos de rock. Mediante una alianza con la productora Alarma, en el 2010, lograron vender su ropa al interior de los ‘shows’ de bandas nacionales e internacionales o incluso fabricando prendas de artistas, explica Willy Mena, director ejecutivo de Alarma. Las hermanas consideran que Edgy64 está posicionada. Ahora buscan elevar la producción.

  • El rock y las picadas son el plato fuerte de Glück

    Redacción Cuenca

    Ozzy Nachos, Papas Palooza, Eagles Wings y Quesadilla Lennon son algunos platos que ofertan en el ‘pub’ (una suerte de bar y restaurante) llamado Glück, en el sur de Cuenca.

    La iniciativa la tuvo en marzo pasado Carlos Joaquín Aguilar, estudiante de cuarto ciclo de Estudios Internacionales en la Universidad del Azuay (UDA).

    Este cuencano, de 20 años, estuvo de intercambio entre el 2009 y el 2010 en Kelowna (Canadá), donde los ‘pub’ que ofertan picadas y cocteles son comunes.

    Con la idea de instalar un negocio similar regresó al país. No obstante, tardó casi dos años en estructurar el plan de negocios para vender la idea a dos inversionistas. Carlos Valdivieso y Sebastián Abad se sumaron a esta iniciativa. Entre los tres desembolsaron cerca de USD 10 000.

    Con ese dinero compraron los muebles de madera, vajilla, implementos de cocina y también adecuaron el local que tiene 40 m², en su parte interior. Tiene otro espacio exterior de una extensión similar.

    Aguilar señala que, junto a sus socios, invita contactos a través de Facebook y Twitter. También se da tiempo para lavar platos y administrar. Cada mes factura un promedio de USD 12 000.

    Para la directora de la Escuela de Estudios Internacionales de la UDA, Tammy Fajardo, Aguilar es un líder con capacidad de organizar y guiar a su grupo de compañeros. Por esa razón, desde este año, es Vicepresidente del Comité de Estudios Internacionales.

    Creó un modelo, indica Fajardo, de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en Ecuador para mostrar que la integración política y comercial es una herramienta para el desarrollo. “Tiene claro los conceptos de comercio exterior”. Para Fajardo, no es casualidad que Glück sea un negocio posicionado en el mercado, por la tenacidad de este joven.

    Renata Villa es clienta frecuente. Según esta azuaya, este lugar es bueno por la calidad de la comida y los precios. Las picadas y los sánduches promedian los USD 4 y los cocteles USD 3. Además, “la música y el servicio es excelente”.

    Glück está decorado a gusto de Aguilar. Posee una barra, piso y muebles de madera. En las paredes tiene afiches diseñados por él y sus socios, con el logo del negocio que también está bordado en las camisetas de los tres colaboradores que tiene el local. Aguilar utiliza ese mismo uniforme, recoge los platos, atiende a los clientes y organiza las mesas.

    Para este emprendedor, Glück le ha dado las directrices para entender al mercado cuencano, por lo que ha adaptado platos y cocteles para los consumidores que visitan el negocio.