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  • En Salinas amplían la oferta para el turismo comunitario

    Redacción Sierra Norte

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    Los turistas que llegan en el Tren de la Libertad, en Imbabura, estimula a 26 emprendimientos comunitarios y familiares de la parroquia de Salinas. En este sitio, de clima cálido seco, la población mayormente afrodescendiente tiene su vida vinculada a la actividad ferroviaria.

    Estas iniciativas productivas entre las que resaltan artesanías, gastronomía, agroindustria…, figuran en la guía agroturística Santa Catalina de Salinas, que fue presentada en Carnaval.

    Es una guía para los viajeros que llegan cautivados por los encantos de esta jurisdicción, explica Raúl Maldonado, líder de la Junta Parroquial.

    En esta localidad, de casas de una planta y techo de zinc, el tiempo parece haberse congelado. Ahí los habitantes ofrecen visitas a las tolas y al museo de sal, la sala etnográfica, parques entre otros.

    Maldonado comenta que el fin del catálogo es establecer la cadena productiva de turismo del valle de Salinas. La dinámica local se genera por el arribo de visitantes que llegan en tren. Su bocina alerta a los vecinos, que como Chela Galindo, está al frente de la tienda Todo Arte. Esta es una de las actividades productivas que se describen en la guía.

    Todo Arte, una microempresa familiar que se instaló hace cuatro años, ofrece gorras, bufandas, cintillos de lana. También espejos, portarretratos y máscaras elaboradas con papel maché y bisutería hecha con semillas naturales. María Lastra, hija de Galindo, explica que con sus hermanos, Roberto y Adrián confeccionan las brillantes mercancías. Los hijos aprendieron hacer los collares y los tejidos de la madre.

    Es una historia parecida a la de Digna Méndez, que tiene como especialidad las papas con cuero. La emprendedora, de 66 años, ofrece este plato típico desde hace 28 años, pero el negocio florece gracias a los viajeros. Aunque el menú no es tradicional de las comunidades afrochoteñas, a la mujer le ha dado fama.

    Unas de las debilidades de este destino turístico, cuyo auge comenzó en el 2005, es que la mayoría de visitantes llega solamente un día, señala Anderson Maldonado, dirigente de la organización Bombódromo Palenque.

    Esta empresa, que tiene entre sus fines revitalizar la cultura afrochoteña, promover el turismo y dinamizar un desarrollo sustentable, es reconocida por la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.

    Una de sus particularidades es que los 1 935 pobladores de los cinco barrios y tres comunidades que tiene la parroquia son socios de la firma.

    El Bombódromo Palenque administra los dos centros gastronómicos, el centro de desarrollo etnocultural y turístico, la escuela de música y bomba. El segundo incluye un área recreativa con tobogán y piscina.

    Con la guía se presentó un video que muestra una infinidad de opciones que pueden realizar los aventureros en Salinas y las localidades vecinas.

    Anderson Maldonado agrega que la idea es que los turistas prolonguen su visita por varios días y se dinamice así la economía local. Por ello, hay alternativas para todos los gustos, como cabalgatas, caminatas por senderos, pesca deportiva, paseos en bote

    En la parada de Tren Ecuador, en la parroquia de Salinas, existen atractivos gastronómicos y culturales para quienes llegan. Foto: Archivo / LÍDERES
    En la parada de Tren Ecuador, en la parroquia de Salinas, existen atractivos gastronómicos y culturales para quienes llegan. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Salinas busca diversificar sus turistas

    José Luis Rosales

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    Un caluroso sol irradiaba en la Plaza Artesanal de la parroquia de Salinas, en el norte de Ibarra, el domingo 4 de diciembre.

    Ocho jóvenes afrodescendientes bailoteaban a ritmo de la bomba, un género musical propio del valle del Chota, mientras arribaba el tren con turistas.

    Así, las bailarinas, que vestían faldas plisadas de color verde y blusas blancas, daban la bienvenida a un grupo de visitantes nacionales y extranjeros, que paulatinamente descendían de dos coches.

    Entre los viajeros estaba el guayaquileño Luis Tazan, que arribó acompañado de su esposa y su hijo. Están radicados hace varios años en Alemania. En sus vacaciones retornan al Ecuador y esta vez eligieron visitar la región norte.

    A Tazan le atrajo el paisaje que ofrece la ruta y la forma de vida de los afroecuatorianos de esta zona.

    Desde el 2005, Salinas le apostó al turismo, aprovechando la llegada de la flota ferroviaria.

    Sin embargo, ahora por ser un potencial destino también buscan captar otro tipo de visitantes.

    Así explica Anderson Maldonado, administrador de la organización comunitaria de gestión turística, social y cultural Bombódromo Palenque.

    Se trata de un organismo parroquial integrado por los representantes de cinco barrios, dos comunidades y la Junta Parroquial de Santa Catalina de Salinas.

    Este último ente es el promotor del plan turístico, al que bautizaron como Bombódromo Comunitario Etnocultural Palenque, que tiene algunos componentes.

    El objetivo es ofrecer una adecuada infraestructura turística y revitalizar la cultura e identidad de este poblado de 2 000 habitantes, la mayoría autoidentificado como afrodescendiente.

    En el primero resalta la construcción de los centros gastronómicos, cultural y de capacitación. También, dos hospederías comunitarias, una plaza artesanal, un complejo turístico…

    Hasta el momento la inversión bordea el millón y medio de dólares, explica Maldonado. Los recursos provienen de asignaciones públicas y aportes privados.

    La idea también es fomentar emprendimientos, incluso de iniciativas particulares, en torno al turismo comunitario.

    La Organización Palenque calcula que esta actividad beneficia a 130 pobladores.
    Uno de ellos es Jéssica Ferigra, de 30 años. Ella es una de las ocho mujeres que prestan sus servicios en el Centro Étnico Gastronómico Palenque, que tiene capacidad para acoger a 130 personas.

    Las mujeres han recibido cursos de capacitación en atención al cliente, manipulación de alimentos, cocina, repostería, entre otros.

    A los turistas nacionales, asegura Ferigra, les agrada más las sopas como el sancocho o platos fuertes, en la que se incluye menestras. Mientras que los visitantes extranjeros prefieren las hojuelas de camote o yuca, que se sirve en el lugar a manera de entrada.

    El precio de los menús oscila entre USD 5,75 y 10. Todo depende del tipo de platillo.
    El crecimiento de la actividad turística en Salinas ha sido paulatino. Una de las razones es que la permanencia de los turistas que arriban en el tren es limitada. Permanecen máximo dos horas.

    En su estancia, los viajeros, explica una de las guías locales, visitan la plaza artesanal, el museo de sal y un emprendimiento agroindustrial. Además pueden probar la oferta del restaurante.

    Sin embargo, uno de los obstáculos de la parroquia es su dependencia con los turistas del tren, explica Anderson Maldonado.

    Cada mes reciben unas 250 personas, en promedio, aseguran los directivos de la localidad.

    Desde hace dos años, el poblado afroecuatoriano incluye en su oferta un complejo recreativo, que posee piscina, tobogán, zona húmeda, restaurante, cancha deportiva, paseo en bote, tarabita y hospedería. Este último tiene capacidad para 22 peronas.
    Otros de los atractivos son las pistas de motos y de 4×4. Durante el Feriado de Carnaval se corren dos pruebas nacionales de estas modalidades.

    Maldonado asegura que con ese tipo de iniciativas aspiran incrementar el número de turistas hacia esta localidad.

    “Lo valioso del proyecto es que no solo se ha pensado en el tema económico, sino en un equilibrio entre lo social, productivo, ambiental, cultural e identitario”, dice el administrador. Los excedentes que genera la actividad son reinvertidos en proyectos sociales de la comunidad.

    Parte del equipo de la organización de Gestión Turística Bombódromo Palenque. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Parte del equipo de la organización de Gestión Turística Bombódromo Palenque. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • La mermelada también da fama a Salinas

    José Luis Rosales

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    Las mermeladas de hobo, tuna, yuca, naranjilla y arasá son uno de los ganchos de la tienda de la Asociación Agroindustrial Santa Catalina, de la parroquia Salinas, en Ibarra, Imbabura.

    Estos dulces se pueden elegir de una lista de 13 sabores. No faltan las mermeladas tradicionales como las de mora, piña, frutilla, mango, kiwi, tomate de árbol, guayaba y babaco.
    Sin embargo, las de hobo y tuna, que florecen en el caluroso valle del Chota, son las emblemáticas en esta tienda artesanal.

    Desde hace tres años los productos se elaboran en este emprendimiento. La iniciativa es impulsada por seis personas.

    Los dulces se ofrecen a los turistas que arriban en el tren de la Ruta de la Libertad, que enlazan a las localidades de Otavalo y Salinas.

    La bocina de la locomotora alerta a María del Carmen Pabón, una de las habitantes de este poblado afroecuatoriano. Ella y su hermana, Gisela, atienden la tienda de Asociación Santa Catalina.

    Previamente se revisa y se ordena los envases de las mermeladas. Todas tienen un pedazo de tela atada sobre la tapa. Ese es un detalle que les da su distintivo artesanal. También, ofrecen trufas, unos bocadillos que se elaboran con chocolate amargo. Además se oferta maní enconfitado y maíz tostado recubierto con panela.

    Pero quizá una golosina para los adultos son pequeños vasos con piña colada, que se ofrece para que los viajeros degusten.

    El lugar es uno de los pasos obligados de los viajeros del ferrocarril del norte. La oferta del periplo incluye la bienvenida de los turistas con grupos de danza en la estación ferroviaria.

    En Salinas, que posee un clima cálido seco, predominan las casas de una sola planta. Por sus estrechas calles los visitantes recorren otros atractivos que impulsa la organización comunitaria Bombódromo Palenque.

    En la tienda artesanal, María del Carmen Pabón relata a los viajeros que esta es una de las iniciativas para dinamizar esta localidad.

    La mujer rememora que la idea del emprendimiento surgió en el 2008, tras participar en un taller sobre la elaboración de productos agroindustriales.

    A la capacitación, que estuvo a cargo de la Prefectura de Imbabura, asistieron 43 vecinos.
    En el curso, que tuvo una duración de 48 horas, aprendieron los secretos para la cocción de mermeladas, arrope de mora, chocolate y piña colada.

    Sin embargo, Pabón recuerda que solo 15 personas mostraron interés de impulsar esta actividad. Luego quedaron 11 y ahora son 6.

    Al igual que otras iniciativas productivas de Salinas, el taller de la tienda empezó a funcionar en un local que fue cedido por la Junta Parroquial de Salinas.

    El equipamiento inicial era básico. Contaban con una batidora y una refrigeradora, que fue donada por una operadora turística, que trae viajeros a esta zona.

    Luego, la Asociación Agroindustrial recibió USD 10 000 del proyecto Fondo Ágil Ecuador, que se confiere a los emprendedores.

    La mitad de ese fondo sirvió para la compra de equipos industriales de cocina. El resto se invirtió en materia prima y en los trámites de los registros sanitarios de las mermeladas de mora y piña.

    Además, estos soñadores ganaron un concurso de emprendimiento que auspició el Ingenio Azucarero del Norte.

    La materia prima para la elaboración de las mermeladas, comenta Gisela Pabón, lo adquieren en comunidades vecinas. El hobo, por ejemplo, compran en Ambuquí, el plátano y las naranjillas, en La Carolina, en Ibarra. Mientras que, el babaco y el chilgualcán, en Urcuquí, y las tunas en la comuna de Mascarilla, en Mira, Carchi.

    Desde hace 15 días promocionan un nuevo dulce de maracuyá. Pabón explica que cuando introducen un sabor siempre hay un período de prueba para que la gente lo conozca.

    Ahora esperan que la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria entregue el registro sanitario a las mermeladas de kiwi, tomate árbol, naranjilla. Además, de las trufas de café y piña colada. El trámite lo iniciaron en noviembre del 2014.

    La tienda se mantiene con el arribo de los turistas. Por eso, en un fin de semana, en temporada alta, venden hasta USD 300 al día.

    María del Carmen y Gisela Pabón son las principales impulsoras de la Asociación Agroindustrial Santa Catalina, de la parroquia de Salinas, en Ibarra. Foto: Foto: Francisco Espinoza /  LÍDERES
    María del Carmen y Gisela Pabón son las principales impulsoras de la Asociación Agroindustrial Santa Catalina, de la parroquia de Salinas, en Ibarra. Foto: Foto: Francisco Espinoza / LÍDERES
  • Antonio Polo: ‘Para emprender es indispensable cumplir procesos’

    Pedro Maldonado

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    En Salinas de Guaranda el clima puede ser implacable. A las mañanas llenas de sol y calor le acompañan, en ocasiones, tardes frías y lluvias intensas.

    Este cambio de temperatura no altera las actividades productivas que sus pobladores realizan. Con el volcán Chimborazo, como vecino, esta población de Bolívar se convirtió en los últimos 40 años en un referente de emprendimiento dentro del Ecuador.

    La marca El Salinerito es una suerte de embajador de esta localidad ubicada a 3 500 metros sobre el nivel del mar. Allí, junto a la iglesia situada en la plaza central se levanta una casa de bloque y pisos de madera. Su habitante -“no su dueño”- es el padre Antonio Polo, salesiano que llegó a Salinas en 1970 con un encargo que le tomaría, en principio, cuatro meses.

    La tarea era terminar la construcción de una casa comunitaria. “Pero cuando terminamos la obra, la gente vio en esa casa un espacio para tener identidad, una identidad para librarse de la hacienda y emprender un camino libre. Por eso me quedé un tiempito más”, comenta Polo, sentado junto a la mesa de la cocina en donde recibe a los habitantes del poblado, así como a cualquier otro visitante que quiera conversar con él.

    En estas cuatro décadas, con el liderazgo de Polo se cumplieron igual número de etapas. La primera implicó cubrir las necesidades básicas de los habitantes. Luego vino la diversificación del trabajo y la organización. La tercera fase fue la generación de empleo y la cuarta y actual etapa es la de la economía solidaria. “Todo esto se logró uniendo esfuerzos y ánimo”, sostiene el sacerdote.

    Hoy, los cerca de 1 000 habitantes son emprendedores que participan en la producción de quesos y chocolates, principalmente. También están los que montaron negocios como restaurantes u hostales para aprovechar la llegada de visitantes. Y se suman los cerca de 10 000 habitantes de comunidades vecinas que están conectados con la red de producción de Salinas.

    “Esto que se ha logrado fue una sucesión de situaciones en las que nos involucramos con un socio oculto -dice Polo mientras mira al cielo– que nos mandaba a la persona justa en el momento justo. Ha sido un proceso lleno de esfuerzo comunitario”.

    El proceso al que se refiere Polo empezó con la elaboración de queso. “Trabajar con la sal -que da el nombre al pueblo- no era suficiente y la primera idea fue el queso”. Los habitantes de Salinas sabían la fórmula, porque las haciendas de la zona, en la que ellos trabajaban, se especializaban en este derivado de la leche.

    Pero había una dificultad: el acceso al mercado. “Allí aprendimos una primera lección: manejar dinero y tener visión de mercado. Fue una gran enseñanza”.

    Los emprendedores aprendieron las recetas de nuevas variedades en los años ochenta; los quesos de Salinas salieron de Bolívar y ahora se consumen a escala nacional. La oferta se completó con chocolates, segmento en el que incursionaron en 1992.

    Hoy, al recorrer las calles de Salinas de Guaranda los visitantes encuentran distintos emprendimientos pensados en los turistas. Polo resume con palabras sencillas: “Aquí toda la gente trabaja en sus negocios, mujeres y hombres aportan con su manera de ser y sus iniciativas. Pero además siempre estamos buscando gente con visión de futuro. La etapa de la economía solidaria no tiene fin”.

    Desarrollo
    “En el desarrollo de la comunidad resultó clave tener una visión de crecimiento apuntando alto. Para llegar alto hay que dar pequeños pasos y caminar. No debemos pensar que los pasos pequeños son inútiles; incluso los tropiezos ayudan”.

    Diversificación
    “En los procesos productivos la gente se dio cuenta de la importancia de la diversificación, de la calidad y de la dignidad que genera el trabajo. Otra clave fue pensar en el mercado, en saber a quién y dónde voy a vender mi producto”.

    La naturaleza
    “Valorar la naturaleza es un tercer factor clave para cumplir el proceso. En Salinas nos preocupamos tanto de la producción y de la organización del trabajo, pero sin descuidar los derechos de la naturaleza. Así logramos productos sanos”.

    Antonio Polo, sacerdote salesiano que convirtió a Salinas de Guaranda en un pueblo de emprendedores. Allí vive desde 1970. Foto: Armando Prado/ LÍDERES.
    Antonio Polo, sacerdote salesiano que convirtió a Salinas de Guaranda en un pueblo de emprendedores. Allí vive desde 1970. Foto: Armando Prado/ LÍDERES.
  • El Salinerito un ejemplo de economía solidaria

    Por Wilson Jácome. Profesor IDE Business School

    Salinas se ubica al norte de la provincia de Bolívar (Sierra centro). Se extiende entre zonas de subtrópico y de páramo. La población de esa zona no llegaba a las 2 000 personas en 1970, era una población interétnica: aborígenes y mestizos. Actualmente, allí existe una población aproximada de 10 000 ciudadanos.

    Los habitantes de la parroquia civil Salinas, mestizos, indígenas, montubios, tienen los rasgos característicos de la personalidad de los campesinos de la Sierra ecuatoriana. Son personas austeras en su manera de vivir, de trato sencillo.

    Para Lisa L. North (Investigadora de la Universidad de York), se trataba de una de las zonas más pobres del país -con niveles muy altos de analfabetismo, mortalidad infantil y desnutrición-, que sufría, además, las consecuencias de un latifundismo opresivo. En el año de 1970, de cada dos niños, uno moría. Se carecía de todo servicio básico. A continuación, un recorrido por las acciones que llevaron a esta población a ser un ejemplo de desarrollo en la economía solidaria en el país.

    • El contexto
      Entorno social y económico

    La fuente principal de trabajo en Salinas, en ese entonces, se encontraba en las minas de sal, y las actividades básicamente consistían en empapar las rocas con minerales de buen contenido de sal, recolectar el agua enriquecida con los minerales solubles, entre ellos la sal, evaporar por calor el agua (cocinarla en pailas); además, recoger la sal en bruto y luego de secar el contenido, lo moldeaban para poder envolverlo con paja, «amarrado de sal», llevar los amarrados al pueblo y venderlos para ser comercializados.

    Los pobladores de la región de Salinas, hasta la década de 1970, habitaban en chozas de barro y cubierta de paja (a 3 600 m sobre el nivel del mar) y en casitas de madera o de caña, en la zona de Chazo Juan.

    En 1970, por pedido de Mons. Cándido Rada, quien en ese entonces era el obispo de Guaranda, llega a la parroquia Salinas, el padre salesiano Antonio Polo, con algunos misioneros italianos, y al ver la pobreza del sector deciden junto con su equipo que se debe «hacer algo», para que la gente tenga trabajo y pueda superar la pobreza. Esa decisión desembocó en la búsqueda de actividades productivas agropecuarias, mediante un equipo de voluntarios e involucrando a la comunidad.

    • El sector agropecuario
      La realidad ecuatoriana

    El Ecuador es un país cuyo sector agropecuario desempeña un significativo papel en la producción, el comercio exterior y el empleo. En efecto, el sector representa en forma directa el 8,39% del PIB, pero si se lo toma en forma ampliada, es decir incluyendo la agroindustria, la comercialización y los servicios agropecuarios, se acerca al 13% (datos del Banco Central, BCE).

    Pese a su importancia, el agro exhibe una tasa de crecimiento menor que la que se podría esperar de un sector tan significativo: crece a una tasa cercana a la del crecimiento de la población. El sector adolece de problemas estructurales. Aproximadamente el 42,03% de los habitantes rurales son pobres y un 17,39% están en situación de pobreza extrema. La incidencia de la pobreza rural es casi 2,4 veces la de las zonas urbanas y la pobreza extrema, casi 4 veces (ver gráficos). En parte por ello, la pobreza rural presiona sobre las tasas de migración hacia las ciudades y aún hacia otros países.

    Poco a poco se fueron desarrollando no solo actividades de transformación de los productos naturales y de los provenientes de cultivos, sino se fue mejorando, con esfuerzo conjunto la forma de vivir: casas, servicios básicos y los esfuerzos se extendieron a la escolarización de los hijos.

    • Desarrollo productivo y comercial
      Los primeros pasos

    El camino del desarrollo no fue sencillo, aprendieron poco a poco de sus errores. Por ej., en 1973 perdieron recursos comprando lana que luego no pudieron vender en un buen precio.

    Un importante hito fue 1978, cuando llegó a Ecuador don José Dubach, como asesor de la Cooperación Técnica Suiza. «Hacer buen queso es nuestro orgullo», era el lema con el que invitaba a trabajar a sus asesorados. Era un experto que sabía batirse con lo que tenía y que contaba con recursos de ingenio, habilidad para mejorar los medios de trabajo hasta obtener lo que se había propuesto y cumplir un lema de mayor amplitud: «hacer buenas cosas, hacerlas bien, mantener el gusto de la vida, de lo que el campesino, indio y mestizo, sabe hacer y con sano orgullo». Inició las queseras rurales, animó a abrir canales propios de distribución con la primera tienda en Quito ‘El Salinerito’ y con ello facilitó el que luego se constituya el Consorcio Quesero. De José Dubach aprenderían mucho: Darle valor agregado a los recursos naturales, organizar procesos coherentes en elaboración y distribución.

    En 1982, cuando ya operaban varias cooperativas de ahorro y crédito en la Parroquia Salinas se vio la necesidad de coordinación y surgió la idea de una institución rectora que se denominó Unión de Organizaciones de Salinas (Unorsal), se regía bajo el principio de la asamblea como un organismo máximo, pero esta estructura no fue la adecuada.

    • Cooperativismo
      El modelo de desarrollo

    El desarrollo de Salinas está basado en los principios del cooperativismo y la economía solidaria. Son pilares fundamentales, contar con un grupo humano organizado para la producción comunitaria, otorgar créditos productivos a bajo costo, la no repartición de utilidades individuales, la colaboración colectiva y la rendición de cuentas puntual y permanente.

    Con la puesta en marcha de prácticas de trabajo comunitario, Salinas propone una estructura de funcionamiento, un modelo asociativo basado en las organizaciones de base y en la solidaridad Este modelo de éxito social ha sido objeto de estudio de varias investigaciones, incluso se han publicado varios libros relativos a la economía solidaria y los resultados que ha traído a la parroquia de Salinas.

    Los hijos de los campesinos han estudiado y ahora son profesores, ingenieros, contadores, administradores que contribuyen al desarrollo del actual Gruppo Salinas. Ahora, sueñan en crear un centro tecnológico y posteriormente una universidad.

    El Gobierno Nacional a través de sus distintas organizaciones está tratando de impulsar este modelo de desarrollo que ha traído éxito a esta población, por el trabajo que viene haciendo hace más de cuatro décadas. A la fecha, la Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria es el organismo rector de las cooperativas de producción.

    • La empresa
      Estructura organizacional

    Luego de más de 40 años de trabajo, y con base en los éxitos alcanzados y los fracasos (muchos proyectos fracasaron) porque, según el padre Polo «La gente no sabía vender», han surgido nuevas microempresas, cooperativas y entidades de apoyo.

    Actualmente, todas estas entidades están agrupadas y regidas bajo la figura jurídica (creada en el 2006) de Gruppo Salinas. Para efectos administrativos y productivos, a su vez, se divide en las siguientes instancias: Funorsal. Como instancia de coordinación de las distintas comunidades de la parroquia de Salinas.

    Fundación Familia Salesiana. Encargada de la evangelización, de educación y de la salud ambiental.

    Fundación Grupo Juvenil. Brinda apoyo a los grupos de jóvenes y promueve el turismo comunitario.

    Cooperativa de Ahorro y Crédito Salinas. Su misión es la de fortalecer las finanzas populares y solidarias.

    Cooperativa de Producción Agropecuaria El Salinerito. Abarca la producción de lácteos.

    Centro Artesanal de Mujeres Texsal. Rige la confección de artesanías de lana y la promoción laboral de la mujer.

    Todas estas organizaciones para poder cumplir sus objetivos, además de la unidad de comercialización nacional trabajan en armonía con las distintas microempresas que de cierta forma ayudan a administrar.

    • Cartera de productos
      Los Ejes productivos

    Actualmente se producen y comercializan cerca de 150 productos diferentes (para el consumo local e internacional).

    En el Ecuador se puede encontrar la marca ‘Salinerito’ en las ciudades de Ambato, Cotacachi, Cuenca, Guaranda, Guayaquil, Otavalo, Quito y Santo Domingo de los Tsáchilas.

    En lo que corresponde a exportaciones, los destinos son: Italia, Japón, EE.UU., Alemania, Suiza, entre otros.

    Sus líneas de producción están distribuidas en los siguientes ámbitos: Lácteos. Se producen diferentes tipos de quesos, para ello procesan 6 700 litros de leche al día, la capacidad es de unos 10 000 litros diarios. Al inicio, procesaban 50 litros. Hay 70 queseras ‘El Salinerito’ en todo el país.

    Cárnicos. Embutidos que se obtienen de los distintos tipos de ganado.

    Confites. Turrones, chocolates, bombones y conservas. Se producen mensualmente seis toneladas de chocolate.

    Deshidratados. Hongos secos de calidad gourmet y té de hierbas.

    Aromas. Aceites, cremas y jabones capilares 100% naturales.

    Textiles. Accesorios, bolsos, ponchos, suéteres y tapices de lana El turismo también es parte de la cartera de productos que ofrece la parroquia de Salinas, con varios lugares de interés para sus visitantes: las empresas comunitarias, las minas de sal, los farallones rocosos, entre otros.