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  • Los robots protagonizaron una competencia de destrezas

    Redacción Quito

    La competencia de robótica Umebot celebró su séptima edición el pasado 6 de septiembre en las canchas de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), en Quito. Los organizadores del evento tecnológico fueron la Unidad de Mantenimiento Electrónico de la Politécnica Nacional (UME) y el club de robótica del establecimiento.

    Nelson Parra, presidente del club de robótica, explica que el concurso consiste en una competencia de prototipos robóticos que se enfrentan en categorías.

    En esta edición hubo tres categorías en las que participaron 60 estudiantes de la EPN, la Universidad Salesiana de Quito y Guayaquil, la Escuela Politécnica del Ejercito, colegios…

    Las categorías fueron: estilo libre, minisumo y megasumo. La primera consiste en un seguidor de línea, es decir, un robot que sea capaz de seguir comandos de manera automática siguiendo una línea trazada en el piso esquivando obstáculos.

    El ganador de esta categoría fue Paúl Mosquera, con 17 años, estudiante del Colegio Spellman de Quito. “Cualquier persona puede concursar si tiene el afán de hacerlo”, cuenta Parra.

    Las categorías megasumo y minisumo consisten en peleas de robots. Estos se colocan en una especie de tatami (círculo de lucha) en el que los dispositivos se empujan mutuamente hasta sacar a uno del círculo. Las unidades en esta categoría son autónomos, es decir, se conducen solos sin necesidad de control.

    Las categorías megasumo y minisumo se diferencian en el peso. Los robots de megasumo pesan 3 kilogramos y miden 20 x 20 cm. Los minisumo pesan 500 gramos y miden 10 x 10 cm.

    Dentro de estas categorías se destacaron Víctor Ramírez, primer lugar en la categoría megasumo, y Nelson Parra, segundo lugar en la misma categoría.

    El premio por el primer lugar fue de USD 200 y para el segundo lugar USD 50; el costo de fabricar uno de los robots puede llegar hasta USD 2 000.

    Diego Aro, ganador del segundo lugar en la categoría minisumo, indica que el costo de su unidad fue de USD 150 y la patrocinó el mismo. El proceso de elaboración de la unidad fue tres meses. Él considera que lo importante no es el premio sino la posibilidad de utilizar sus conocimientos para construir robots. “La tecnología en nuestro país no está tan desarrollada así que nosotros debemos ser quien la mejore y la innove”.

    Las redes sociales fueron las plataformas que utilizadas para difundir la competencia. En Facebook tuvieron 400 usuarios.

    Datos adicionales

    Las ediciones anteriores. El concurso de robótica viene desarrollándose hace 8 años. El año pasado no pudo realizarse por falta de apoyo.

    La elaboración. El proceso de elaboración de un robot puede durar un mes y  se divide entre la fabricación y la programación.

  • Con 24 años pone su nombre en bolsos, zapatos y accesorios

    Redacción Quito

    Marisa Miranda creció entre telas, hilos, máquinas de coser… Ahora, a sus 24 años, ya tiene una línea de ropa femenina, zapatos, bolsos y accesorios, todos con sus propios diseños y con una marca que lleva su nombre.

    Miranda comenzó a dibujar sus primeros diseños de ropa y accesorios femeninos a los 17 años. Cuando cumplió 18, en el 2008, invirtió USD 10 para comprar tela negra, cinta y botones; con esos materiales confeccionó su primera cartera.

    “Comencé a confeccionar bolsos para uso personal y a pedido de mis amigas. Querían bolsos deportivos grandes para llevar desde las llaves hasta sus laptops, pero no había dónde encontrarlos”.

    Ese mismo año presentó sus diseños a la cadena de farmacias Fybeca, en donde tuvo un pedido por 120 bolsos, con una condición: si no se vendía el 50% en un mes, le devolverían la mercadería. Pero todo se vendió en tres semanas y recibió un segundo pedido por 240 bolsos.

    Acostumbrada a confeccionar 12 bolsos al mes, para ese encargo tuvo que pedir ayuda de sus padres, quienes la apoyaron con USD 600 que invirtió en material y en la contratación de una costurera que le ayudó con la confección.

    Motivada con su emprendimiento, Miranda estudió para Técnico Diseñador y Programador de Colecciones de Moda, en la Cámara de la Pequeña Industria; su tecnología la terminó en el 2010.

    Actualmente, los bolsos se siguen vendiendo en Fybeca y produce dos colecciones por año. En el 2011, Miranda vendió 1 200 bolsos y facturó USD 40 000.

    En octubre de este año abrió su propia tienda en el norte de Quito y amplió su línea de producción con ropa y zapatos. En lo que va del 2012 facturó USD 70 000.

    En el Departamento de Compras de Fybeca destacan la puntualidad de Miranda en cuanto a la entrega de sus pedidos; también mencionan la aceptación de sus productos en la cadena, pues siempre renova sus diseños acorde a las nuevas tendencias de la moda y del mercado.

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