El Gobierno central cierra el 2020 con cierto alivio en el manejo de las cuentas fiscales, a pesar de no haber logrado cubrir el déficit que acumuló este año, ocasionado -en gran parte-, por los efectos de la pandemia.
El segundo desembolso de USD 2 000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), como parte de los compromisos acordados con el organismo, permiten al Gobierno atender atrasos con sus proveedores y cumplir otras obligaciones fiscales.
La aprobación de una ley contra la corrupción facilitó la entrega de esos recursos y en la agenda inmediata de los compromisos asumidos por el país con el Fondo está la aprobación de reformas al Código Monetario y Financiero. El Ejecutivo tiene previsto, en enero, remitir el proyecto a la Asamblea Nacional.
Algo destacado por las autoridades del multilateral es que el país comienza a registrar síntomas de recuperación económica. Inicialmente, el FMI estimó una caída del PIB del 11% este año y ahora su previsión es que se contraiga en un 9%.
La reactivación económica es fundamental de cara al nuevo año y es indispensable ajustar la agenda pública en esa
El panorama laboral de América Latina en el 2015 estará fuertemente influenciado por la desaceleración del crecimiento económico, lo cual podría reflejarse en mayor desempleo e informalidad.
Este escenario surge después de una década de logros importantes en esta región. Uno de los avances más destacables fue la reducción de la tasa de desempleo en las zonas urbanas que, a comienzos de este siglo, estaba en 11 por ciento, y bajó hasta un mínimo histórico de 6,1 por ciento a fines del año pasado. También hubo un moderado descenso de la informalidad y mejoras salariales.
Pero esta tendencia positiva se ha detenido. Al finalizar 2014 habían dejado de crearse 1 millón de puestos de trabajo.
No es que se haya despedido gente a la calle, sino que se ha moderado la velocidad de creación de nuevos puestos de trabajo para atender las demandas de la población activa.
La única vez que se había dejado de generar empleo en la última década fue en 2009, el año de la crisis financiera internacional, y la región se recuperó rápidamente de este episodio. Ahora la situación es diferente, porque los pronósticos de la economía indican que el crecimiento lento podría durar algunos años.
Por otra parte, la evidencia recopilada revela que, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores, en 2014 creció más el autoempleo que el empleo asalariado, lo cual indica que la informalidad puede volver a subir.
Incertidumbre
Después de años de dinamismo en el mercado de trabajo, ahora predominan la incertidumbre y el temor de que se reviertan algunos logros alcanzados. No hay que olvidar que el empleo es clave para la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Pese a esta baja en la generación de empleos, el desempleo aún se mantuvo bajo en 2014 porque también se redujo la participación en la fuerza laboral. Un importante número de personas que dejaron de trabajar, en su mayoría mujeres y jóvenes, a veces por motivos positivos, como ir a la escuela, pero en otros casos por desaliento y frustración.
Este año, muchos de aquellos que salieron temporalmente del mercado de trabajo en 2014 intentarán volver, pues necesitan esos ingresos para mantener a sus familias, sumándose a los jóvenes que recién entran a la vida laboral. La región necesitará crear casi 50 millones de plazas en los próximos 10 años solamente para compensar el crecimiento demográfico vegetativo.
En un mercado laboral afectado por la desaceleración, también será difícil avanzar en el cierre de las brechas de empleo. Aunque las mujeres se han incorporado al trabajo, su tasa de participación es 30 por ciento inferior a la de los hombres y cuando buscan colocarse enfrentan una desocupación más alta. Los jóvenes también están en desventaja, ya que 40 por ciento de los desempleados tienen entre 15 y 24 años y tasas de desocupación de 2 a 4 veces mayores que los adultos.
Así mismo, hay problemas de calidad del empleo que podrían agudizarse. Existen 130 millones de ocupados informales, habitualmente en malas condiciones laborales, desprotección, inestabilidad y falta de derechos.
Las estimaciones de crecimiento económico en 2015 son de apenas por encima de 2 por ciento para la región, lo que no resulta suficiente para evitar que el desempleo urbano aumente.
En estas condiciones, la tasa de desempleo urbano subirá de 6,1 por ciento a 6,3 por ciento, con crecientes dificultades para avanzar en la formalización de la informalidad. En un contexto de desaceleración económica prolongada, será urgente que América Latina se enfoque en el objetivo de producir más empleos y de mejor calidad.
Esta situación coloca a los países frente al desafío de repensar las estrategias para impulsar el crecimiento económico y la transformación productiva. Y esta es una tarea de grandes dimensiones.
En las oficinas de CONQUITO se capacitan a personas para que encuentren empleo. Foto: Archivo / EL COMERCIO
En Ecuador, el crecimiento del sector inmobiliario se confirma con cifras. En el 2010, el monto de créditos para vivienda fue de USD 1 097 millones y en el 2011, la cifra llegó a USD 1 190 millones. El crecimiento fue del 8,5%.
Además, el año anterior, el sector de la construcción representó el 11,10% del PIB, casi dos puntos más que en el 2010.
Otro dato: en los tres primeros meses de este año, solo el Banco del IESS (Biess) ha colocado USD 172 millones en créditos hipotecarios. El gerente del Biess, Efraín Vieira, reconoció a inicios de este año que la institución que dirige es protagonista del sector inmobiliario (el año pasado el Biess entregó el 58% del total de créditos hipotecarios).
Un tema que preocupa a los analistas es la regulación de precios. Esto, porque en la actualidad el metro cuadrado de construcción en determinados sectores de Quito, por ejemplo, llega hasta los USD 1 300 el m². Aún así, las ventas de la firma Uribe & Schwarzkopf, por ejemplo, crecieron 40% entre el 2010 y el 2011.
En Cuenca un punto de debate es la posible sobreoferta. Xavier Sánchez, miembro de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces, considera que es necesaria una mayor regulación de los suelos.
Según Sánchez, en la capital azuaya los constructores apuntan a edificios de departamentos, pensando en los extranjeros que se radican en la ciudad (1 279 ciudadanos extranjeros legalizaron su estadía en el primer semestre del 2010, según el Ministerio de Relaciones Exteriores) “Pero hoy la demanda no es tanta como se pensaba. Hay que regular el uso del suelo y así evitar que los precios bajen”.
En cuanto al tema de la burbuja inmobiliaria, los analistas no creen que sea posible. “El Biess y la banca privada son muy ortodoxos en su manejo de riesgos”, es la frase que repiten fuentes consultadas.
Para las autoridades del Biess el tema es sencillo. Sus peritos fijan precios conservadores para frenar la posibilidad de que se eleven más los precios.