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  • Patricio Salas: Los seguros sienten la contracción

    Pedro Maldonado

    Patricio Salas,  secretario ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros habla sobre los efectos de las normativas emitidas por las autoridades, las estrategias para mejorar los indicadores del sector y sobre el impacto del terremoto del 16 de abril

    El sector asegurador encara una nueva normativa desde septiembre del 2014.¿Cómo se han adaptado las empresas aseguradoras?

    Las reformas importantes nacen en 2010, cuando se dan cambios para adecuar el margen de solvencia a estándares internacionales. Desde ese momento el sector da cumplimiento a esas normativas. Lo que ocurre con la reforma que estableció el Código Orgánico Monetario, en septiembre del 2014, es que se regularizaron ciertas reformas dadas mediante resolución y se incorporó otro grupo de reformas por un motivo: fomentar una mayor retención de riesgos del sector asegurador, es decir contratar menos reaseguros. Esa era la esencia de la reforma del Código; las autoridades nos dijeron que las empresas del sector bajen su cesión de reaseguros. Y para que eso se dé, pidieron que se eleve el capital para que las aseguradoras tengan mayor capacidad de retención.

    ¿Esos dos puntos son los más relevantes del Código Monetario?

    Es lo principal del Código. Otro tema importante es el cambio de ente regulador, que pasó de la Junta Bancaria a la Junta de Regulación Monetaria, y el ente controlador pasó a ser la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros en lugar de la Superintendencia de Bancos. Lo del Código fue para que el sector retenga más riesgo para defender la balanza de pagos y la dolarización. Además, la reforma tributaria de finales del 2014 complicó el tema de los reaseguros porque se establecieron nuevas trabas tributarias para contratar reaseguros. Se incrementaron costos en retención al impuesto a la renta a niveles inauditos, desorbitados, lo cual desmotivó al reasegurador.

    ¿De ese tiempo hasta la actualidad qué ha pasado?

    El sector dio cumplimiento a la normativa. Las compañías capitalizaron acorde con la norma; para eso había recursos frescos y reservas de las mismas empresas. Al final del plazo dado por las autoridades, que fue en marzo pasado, quedó un pequeño grupo de compañías que estaban en el proceso, pero que no habían terminado su capitalización y la Junta dio un plazo adicional de un año y medio más. Es entendible porque una cosa era el Ecuador en septiembre del 2014 y otra es el Ecuador a estas alturas. En el tema del reaseguro, desde junio del 2015, una vez que salió en marzo una resolución que regulaba el reaseguro, se dispuso que cinco principales ramos que suman la mitad de las primas del mercado deben tener casi una retención completa de riesgo, dejando un ligero margen para cubrir con reaseguros excesos de pérdidas, que son coberturas de fluctuaciones o coberturas catastróficas. Entonces las compañías dieron cumplimiento a las disposiciones.

    ¿Se redujo el reaseguro?

    Por supuesto que sí. Al ver las estadísticas se demuestra que hay una mayor retención de primas y eso significa una mayor retención de riesgos. Y esa mayor retención de riesgos tiene efectos colaterales en términos financieros como son las reservas técnicas y en los capitales que se requieren para inversiones obligatorias.

    ¿Qué pasó con las capitalizaciones?

    Subieron. El mínimo para una compañía de seguros es tener un capital pagado de ocho millones de dólares y de trece millones de dólares para una compañía de reaseguros. En el país hay dos firmas de reaseguros y están en proceso de capitalización y 36 de seguros. El número se ha mantenido, algunas han salido, otras han entrado, pero el mapa no se ha modificado. Hasta marzo la mayoría cumplió con la capitalización y las demás están en el proceso.

    Usted dice que el Ecuador de ahora es otro en comparación con el 2014. ¿Cómo estuvieron las cifras de las aseguradoras en 2014 y 2015?

    Tuvimos buenas cifras hasta el 2014. En 2015, si bien en resultados las compañías mantuvieron un nivel adecuado de rentabilidad, sí se afectaron los niveles de ventas. Por primera vez en lo que va de la dolarización, el sector asegurador tuvo una tasa de crecimiento real negativo de -2% en términos nominales. Fue el efecto del impacto en la economía en todos los sectores incluido el sector público y empresas o personas vinculadas con la inversión y el gasto público que tuvo una contracción. Eso tiene un rezago y la tendencia en el 2016 es la misma tónica y esperamos un resultado en términos reales de crecimiento negativo. Esto ocurre mientras los niveles de costos se incrementan y eventualmente la siniestralidad tiende a dispararse en ciertos ramos.

    ¿La previsión del 2016 la tenían antes del terremoto?

    Sí, ya se veía que se estaba contrayendo el mercado, tal como se ha contraído la economía. Con el terremoto principalmente operarán los reaseguros tan discutidos y tan restringidos, pero que son los que mayoritariamente contribuirán con el país.

    Ante la situación complicada que vive el sector, ¿qué estrategias se preparan?

    La principal es tratar de mantener las ventas. Es difícil en un escenario donde la economía está tan restringida tomar iniciativas en otro sentido. Pensamos que es el momento de fomentar y permitir que los seguros desarrollen nuevos esquemas de distribución que, por cierta legislación o conceptos de las autoridades, se ven limitados. Esto tiene que ver con microseguros, seguros masivos y enfocados hacia los quintiles de la población más expuestos a riesgos, así como para pymes y para ciertos sectores que no tienen acceso a este tipo de protección.

    ¿Esto se tiene que dialogar?

    Es un proceso que estamos conversando con las autoridades. Lo cierto es que en un momento de crisis es difícil pensar en crecimiento o en bonanza. Por eso la estrategia es cuidar bien la casa, controlar costos y ser eficientes.

    ¿Cómo están segmentos como vivienda o vehículos?

    El año pasado no hubo tantos vehículos nuevos que buscaran seguros, pero hubo renovaciones y eso permitió que el seguro de vehículos, que es la cuarta parte del mercado, se sostenga. Pero se cayeron ramos vinculados con obra pública, con importaciones, seguros de fianzas, ramos técnicos, etc. Para este año el tema es muy similar.

    ¿El terremoto el 16 de abril marcó un antes y un después para el sector?

    En el sentido de poner a prueba la capacidad de actuación del sector y de ratificar su afán de servicio y cumplimiento con sus asegurados. Ese es el punto medular de este evento. Por suerte el sector, con todos los procesos de regulación, ha desarrollado las habilidades y la solvencia necesaria para cumplir este o cualquier otro evento. La exposición del país a riesgos catastróficos es elevadísimo; en menos de un año hablamos de los volcanes Cotopaxi y Tungurahua, del Fenómeno del Niño y nos tocó el terremoto. Con el sismo se demostró la operatividad del sector y las compañías están pagando siniestros desde la primera semana del evento.

    Hoja de Vida

    Formación. Es economista graduado en la Universidad Católica de Guayaquil. Además cuenta con una maestría en Administración de Empresas que obtuvo en el Incae.

    Su carrera profesional. Básicamente toda su carrera la ha hecho en el sector de seguros, desde los 18 años; hoy tiene 53. Ha colaborado en empresas de Guayaquil y de Quito; también participó en el directorio de una empresa de seguros en Perú.

    Su cargo actual. Se desempeña como Secretario Ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros. Es el vocero del sector en los temas vinculados con el terremoto.

    Patricio Salas, secretario ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Patricio Salas, secretario ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Julio Gamero: ‘Las aerolíneas sienten la desaceleración’

    Xavier Basantes   (I)
    Editor del Semanario LÍDERES

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    ¿Cuál es el balance del 2015 para el sector y para Avianca?
    Desde el punto de vista del sector de aerolíneas en general fue un año positivo, al menos para nosotros lo fue en el balance. En las encuestas con los clientes, nos están ubicando en preferencia en términos de servicio.

    En la participación en el mercado doméstico crecimos un 25%; internacionalmente, llegamos a un 31%, y a través de Avianca se transportan el 25% de los pasajeros que entran y salen del Ecuador.

    Somos el operador más grande del aeropuerto de Quito y líderes en el mercado de Galápagos. De hecho, abrimos nuestro vuelo directo de Quito a Galápagos. En términos generales, el año pasado, a pesar de que la crisis internacional se estaba gestando y se veía que las condiciones locales podían cambiar, vimos bastante dinamismo.

    ¿El 2015 fue un año positivo?
    Hicimos algunos ajustes de capacidad. Eso es importante; pudimos haber reducido nuestra oferta en algunos mercados domésticos, pero también incrementamos en otros. Hicimos reacomodos de capacidad, pero en definitiva cerramos con crecimiento de capacidad. Esa capacidad la estamos manteniendo este año. De manera que el balance del 2015 a pesar de que los últimos meses mostraron una desaceleración es positivo.

    El impacto de la baja en el costo del combustible, ¿cuánto ayudó en sus operaciones?
    El efecto del combustible tiene un impacto importante en las operaciones de las aerolíneas, en la medida en que representa un costo que es importante. Ahora tuvimos otros impactos que no necesariamente nos favorecieron.

    ¿Cuáles, por ejemplo?
    Por un lado hubo un nuevo decreto para la fijación del precio del combustible y eso conllevó a que hubiera un incremento. El impacto del decreto (octubre), lo sentimos en el último trimestre. Este fija específicamente el precio del jet fuel.

    Antes, ese precio se fijaba a partir de una tasa internacional (Platts), ahora lo desvincula y establece fórmulas de cálculo en el Ecuador y también exige un parámetro de paridad con el resto de la región, y que tiene algunas dificultades en su implementación.

    ¿Qué otro factor influyó?
    Tuvimos una restricción a los vuelos chárter. Se nos limitó la capacidad de operaciones que podíamos hacer sobre una base anual; y el famoso impuesto del Ecodelta, que también este año tiene un incremento y grava la compra de los pasajes.

    El año pasado también llegaron aerolíneas de bajo costo y otras incrementaron frecuencias. 
    ¿Ecuador es un mercado atractivo?
    Estos temas hay que verlos con optimismo. La reducción del precio del combustible atrae a modelos de negocios, como las aerolíneas de bajo costo. Asimismo, si bien es cierto hubo un incremento en algunas aerolíneas que vinieron al Ecuador, para poder contextualizar y evaluar, habría que entender qué sucedió en la región, ver qué pasó en los países vecinos y ver la capacidad real.

    En términos de competitividad, hay que observar temas de infraestructura y tenemos la suerte de tener un nuevo aeropuerto; en términos técnicos, lo vemos muy favorable. Pero, en términos de costos no es precisamente el de menores costos en la región. Ahí hay un tema de competitividad y también ayudaría una legislación moderna.

    Es muy positivo que hayan venido; habrá que entender si vienen para quedarse y si es un modelo que va a ser sostenible a diferentes precios de combustibles, y por otro lado, analizar cómo juegan los precios preferenciales en las tasas aeroportuarias que entregan los aeropuertos para atraer a esas aerolíneas. Eso habría que evaluar.

    Con este panorama, ¿cuáles son las expectativas del 2016?
    Definitivamente la situación cambia. La desaceleración de la actividad económica es evidente; los pronósticos de crecimiento del Gobierno han sido revisados y eso se debe considerar. En un país en el que buena parte de la inversión la hacía el Estado, el 62%, eso incide en la actividad económica.

    En función de la prudencia y ante el actual escenario macroeconómico, hay una restricción al crédito y eso impide que se dinamice el sector privado. Además, el efecto en el sector exportador, producto de la devaluación que ha habido en el resto de economías, tiene incidencias en la demanda de nuestros servicios.

    Eso lo estamos experimentando todos. Para nosotros es un año en enfocarnos mucho en el tema de servicios y es un año para revisar la productividad y los costos. Con todo, tenemos una visión optimista. Hay que ser muy creativos para generar expectativa y tráficos, cuando probablemente los tráficos corporativos tiendan a bajar.

    ¿Qué opciones pueden haber en el mercado?
    Por ejemplo, se ha visto una economía en EE.UU. que está muy fortalecida y producto de los eventos que han habido en Europa, hay un auge por encontrar destinos latinoamericanos. Hay que tratar de aprovechar la demanda. Conservamos nuestros presupuestos; los hemos revisado y nuestro plan es consistente. Aún con eso vamos a tener un plan de inversiones bastante prometedor.

    ¿Cuáles son esos planes?
    Vamos a hacer una actualización de nuestra flota este año. Vamos a sustituir uno de nuestros A319, por uno A320. Vamos a poner esas sillas donde hay más demanda y eso es en Galápagos y en destinos internacionales. No estamos considerando hacer una adecuación de nuestras rutas.

    ¿Cuánto incidirá en el negocio de las aerolíneas el incremento de la tasa Ecodelta?
    Consideramos que no es el momento más oportuno para una medida de esta naturaleza. Algo que se deja de ver son los efectos que en el corto y largo plazos pueden tener en las decisiones de compra en los pasajeros.

    Cualquier incremento que se haga entra en el ‘árbol de decisión’ que una persona sigue a la hora de viajar. No se trata de una afectación directa a las aerolíneas sino se trata de una afectación hacia el tráfico que viene al Ecuador. De hecho, estudios elaborados por la IATA y que han sido citados por la Asociación de Aerolíneas muestran esa incidencia en el tráfico hacia el país.

    Julio Gamero es experto en temas de planificación comercial y renueve management. Actualmente se desempeña como Vicepresidente de la Asociación de Representantes de las Líneas Aéreas en Ecuador (Arlae). Cuenta con más de 13 años de experiencia en la aviación.

    julio gamero
    julio gamero