Las empresas tienen una nueva tarea: ser sostenibles. Esto lo dicen organismos internacionales y algunos gobiernos, pero lo más importante es que los consumidores cada vez con más frecuencia toman sus decisiones de compra considerando este factor.
Ser sostenible no es sencillo. Implica contar con una cadena de valor que tenga en cuenta aspectos ambientales y sociales. También es necesario involucrar a todos los ‘stakeholders’ de la empresa y allí están accionistas, empleados, colaboradores, clientes, proveedores… El trabajo con todos estos actores es vital para lograr la ansiada sostenibilidad, que al final de cuentas es un modelo que asegura la permanencia de una empresa con servicios y productos acordes a los actuales tiempos.
También se requiere de empresarios con una visión moderna, mentalidad innovadora y de largo plazo, que tengan en cuenta los efectos de su negocio, que apunten al concepto de triple impacto (rentabilidad económica, social y ambiental).
Es un camino retador, pero que tiene y tendrá un efecto positivo en la sociedad. No es exagerado decir que en el tema de la sostenibilidad se encuentra en juego el futuro de las empresas y del planeta entero.
La mitad de la humanidad, esto es unos 3 500 millones de personas, vive actualmente en ciudades, y esta cifra seguirá en aumento según cálculos de la ONU. Dado que para la mayoría de las personas el futuro será urbano, las soluciones a algunos de los principales problemas a que se enfrentan los seres humanos -la pobreza, el cambio climático, la asistencia sanitaria y la educación- deben encontrarse en la ciudad.
La desigualdad es motivo de gran preocupación, según reporta la ONU. El organismo asegura que hoy en día se cuentan 828 millones de personas que viven en barrios marginales y esta cifra sigue aumentando. Los niveles de consumo de energía y de contaminación en las zonas urbanas son también preocupantes.
Aunque las ciudades ocupan solo el 3% de la superficie terrestre, representan entre un 60% y un 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. Muchas ciudades son también más vulnerables al cambio climático y a los desastres naturales debido a su elevada concentración de personas y su ubicación, por lo que reforzar la resiliencia urbana es crucial.
Estos problemas afectan, en última instancia, a todos los ciudadanos. La desigualdad puede provocar disturbios e inseguridad, la contaminación deteriora la salud de todos y afecta a la productividad de los trabajadores y por tanto a la economía, y los desastres naturales pueden alterar el estilo de vida general.
Esto genera un problema: los barrios marginales son un lastre para el PIB y reducen la esperanza de vida, según Pacto Global Ecuador. Históricamente, añade este organismo, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4 000 millones de personas vivían en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5 000 millones para 2030.
“Se necesita, por tanto, la planificación y la gestión urbanas en los espacios urbanos del mundo”.
Las empresas son fundamentales para el desarrollo de las ciudades, los medios de vida y los servicios a las poblaciones urbanas. Según Pacto Global Ecuador, están en una buena posición para cumplir con la promesa del Objetivo 11 del acceso universal a viviendas de calidad, transporte, áreas verdes y patrimonio, en colaboración con los gobiernos y los municipios.
Las empresas líderes pueden contribuir a través de la investigación, el desarrollo y la implementación de productos y servicios que mejoran el acceso a edificios, transporte, espacios verdes y servicios públicos flexibles, incluidos la electricidad, el agua y los servicios de gestión de residuos.
También pueden aprovechar su poder de convocatoria y su experiencia para proteger e invertir en el patrimonio cultural y natural. Además, las empresas de distintos tamaños tendrán que desempeñar un papel central en el apoyo al acceso a los servicios esenciales en el lugar de trabajo, el mercado y la comunidad.
Además, a medida que aumenta el impacto social y ambiental de la rápida urbanización, las empresas pueden beneficiarse de las oportunidades para desarrollar áreas urbanas más conectadas, resilientes y sostenibles.
Un dato más: los próximos 10 años requerirán USD 78 billones de inversión en infraestructura de la ciudad. “Por eso es probable que esto se brinde a través de soluciones del sector privado, incluidas las alianzas público-privadas”, asegura Pacto Global Ecuador.
Los espacios verdes y los servicios públicos flexibles son parte de las ciudades sostenibles. Foto: Ingimage
Los negocios que cumplan con los Objetivos Mundiales de Desarrollo Sostenible (ODS) pueden crear 24 millones de empleos en América Latina y oportunidades económicas por valor de un billón de dólares para 2030, según un estudio publicado este lunes 16 de octubre por la Comisión de Negocios y Desarrollo Sostenible.
Formada por líderes empresariales y de la sociedad civil, la Comisión, con una fuerte presencia en EE.UU., nació en enero de 2016 y busca acelerar las transformaciones del mercado para avanzar hacia una economía sostenible.
El estudio de este grupo examina los beneficios que pueden conseguir las empresas si cumplen con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados en 2015 por 193 estados miembros de la ONU y que reemplazaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), impulsados por Naciones Unidas en el 2000.
El informe muestra que las compañías que cumplan con esos 17 objetivos podrían crear oportunidades en 60 «puntos calientes» de todo el mundo por un valor de 12 billones de dólares y generar hasta 380 millones de empleos para 2030, la mayoría de ellos en países en vías de desarrollo.
De acuerdo con el reporte, mediante modelos de negocio sostenibles, solo en Latinoamérica podría generarse riqueza por valor de más de 1 billón de dólares y 24 millones de empleos, de los que 11 millones se crearían en sectores como la construcción urbana, el transporte e infraestructuras.
«En las últimas décadas, gran parte de América Latina y del Caribe han sido centros de la democracia y del libre mercado, han hecho progresos considerables para reducir la pobreza extrema, hasta en dos tercios», consideró en un comunicado Mark Malloch-Brown, presidente de la Comisión de Negocios y Desarrollo Sostenible.
Malloch-Brown, quien en 2006 fue vicesecretario general de la ONU, consideró que el progreso logrado en América Latina en los últimos años se está viendo perjudicado por «la creciente amenaza de desigualdad social y económica, corrupción, degradación ambiental y cambio climático».
Por eso, en nombre de la Comisión, hizo un llamamiento a que todas las empresas implementen negocios sostenibles.
Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos es uno de los objetivos. Foto: Portal oficial
El País de Montevideo (I) Grupo de Diarios América (GDA)
La cáscara de arroz, lo que hasta el momento era un desperdicio, ahora juega un papel importante para The Goodyear Tire & Rubber Company, en su objetivo por ofrecer productos sustentables al mercado mundial.
En el pasado, los neumáticos se creaban exclusivamente con materiales como caucho natural, hierro y textiles. Goodyear, tratando de reducir el impacto ambiental, encontró un componente natural para sus neumáticos.
Se trata del sílice, un mineral derivado de la arena, el cual también puede producirse a partir de los residuos que quedan después de quemar la cáscara de arroz. Según la Organización para la Agricultura y Alimentación, cada año más de 700 millones de toneladas de arroz se cultivan en el mundo, pero durante el secado del alimento se desprenden las cascarillas.
En los últimos dos años, Goodyear ha probado el sílice en su Centro de Innovación en Akron, y encontró que su impacto en el desempeño de los neumáticos es similar al de las fuentes tradicionales.
Esto también puede tener un impacto positivo en la tracción en las superficies mojadas. Además, el sílice mezclado con el caucho de los neumáticos los fortalece y reduce la resistencia del rodamiento, lo que se traduce en economía de combustible. Los esfuerzos de innovación de Goodyear buscan desarrollar neumáticos más ecológicos desde sus materiales, su rendimiento y el proceso de fabricación, indica Joe Zekoski, director de sistemas de recauchutados de Goodyear.
«Nos esmeramos por ayudar a los consumidores a mantener una calidad óptima de rendimiento de sus neumáticos, a través de innovaciones como tecnología de mantenimiento de aire. Asimismo, buscamos recursos renovables, como aceite de soya, para reemplazar el uso de materiales basados en petróleo en nuestros neumáticos», dice el ejecutivo.
Goodyear anunció que utilizará la ceniza de la cascarilla del arroz para producir electricidad como una fuente ecológica de sílice para usar en sus neumáticos.