Etiqueta: souvenirs

  • Souvenirs para todas las regiones

    Patricia González

    redaccion@revistalideres.ec

    La tenacidad de Eduardo García se ha puesto a prueba en varias etapas de su vida. A los 24 años cruzó la frontera entre México y EE.UU., a pie. En ese último país vivió por dos años y medio ejerciendo varios oficios, pero volvió.

    En 1999, año de la crisis económica, asaltaron su empresa, Génesis, de servicios gráficos. “Se llevaron todo”, recuerda.

    Un año después, su segunda hija fue operada –con apenas 1 año de edad– de una alteración congénita. Para cubrir los gastos de la intervención, Eduardo pidió prestados USD 2 000 entre amigos.

    Su voluntad y el tener que sostener a una familia –hoy de tres hijos– le ha permitido levantarse y seguir adelante. Solo cursó un año de Arquitectura, pero es un emprendedor nato, empírico.

    Aprendió diseño gráfico desde muy joven, gracias a un amigo que trabajaba de forma independiente para una agencia de publicidad, realizando artes finales para anuncios publicitarios. Luego de aprender, comenzó a compartir los trabajos con su amigo.

    Años más tarde, fundaron juntos el emprendimiento Garabato, una pequeña agencia de publicidad que duró dos años. Tras ese primer intento, Eduardo creó Génesis, con la que hasta ahora brinda servicios gráficos y publicitarios. Con esta empresa dio los primeros pasos de lo que sería su próximo emprendimiento: la elaboración de souvenirs, en el 2000.

    Comenzó elaborando jarros con motivos de diferentes lugares del país. Este proyecto, vinculado al turismo, era su Plan B. Sin embargo, tras el asalto que sufrió Génesis, le tocó comenzar de cero y decidió enfocarse en esta nueva iniciativa económica.
    Incluso, hizo un curso de serigrafía para estampar camisetas.

    Su primera herramienta fue una computadora Mac, con la que hacía los diseños en casa. Luego, con USD 2 000 –que había recolectado su hermana en EE.UU. para la operación de su hija, pero que no requirió usar– adquirió una máquina de serigrafía, tintas, mesas para los grabados y camisetas.

    Los primeros años, la empresa operaba en el sur de Quito, pero desde el 2003 se mudó a La Armenia, en el valle de Los Chillos, donde vive Eduardo con su familia.

    Los motivos de sus diseños son principalmente la fauna característica de las distintas regiones del país, como las tortugas de Galápagos y los tucanes o serpientes de la Amazonía. Además, sitios emblemáticos como el Panecillo o la Mitad del Mundo, en Quito, y el Malecón, en Guayaquil.

    El primer lugar donde se posicionó la marca Rasgos –nombre con el que se dio a conocer, aunque hace cuatro años registró la compañía como Rasgoseg– fue en Galápagos. Con el tiempo fue buscando otros clientes en ciudades del Oriente del país, Cuenca, Guayaquil y Quito.

    También amplió la oferta de souvenirs con gorras, llaveros, magnéticos de caucho para el refrigerador, entre otros.
    Eulalia Villegas comercializa los recuerdos en Galápagos desde hace mucho tiempo atrás. Al comienzo solo en la ciudad de Puerto Ayora (isla Santa Cruz) y desde hace cerca de 10 años en dos locales, que incluso llevan el nombre de Rasgos, en el Aeropuerto Seymour, en la isla de Baltra.
    “Sus diseños son bonitos y de muy buena calidad. Lo que más se vende son las camisetas y los jarros”, comenta la comercializadora. En sus almacenes, las camisetas para adultos se venden a USD 23 y los jarros, a USD 14.
    En el Mercado Artesanal de Guayaquil, Rosa Tierra ofrece los souvenirs Rasgoseg desde hace más de 15 años. Al año le realiza dos grandes pedidos. “Los motivos de los diseños son muy buenos”, resalta.
    Por varios años, García compró las camisetas a un proveedor. Pero esto no le resultaba rentable porque el plazo de pago era de apenas 30 días y en ocasiones los clientes no le pagaban en el tiempo adecuado para cubrir el gasto.
    Por esto decidió comenzar a fabricar él mismo las camisetas. En El 2009 instaló su propio taller de costura, para el cual destinó USD 5 000 para comprar maquinaria.
    Adicionalmente, comenzó a probar diseños innovadores en las camisetas, con motivos cruzados, en la parte delantera y de espalda, no solo con el diseño tradicional en el centro. Este cambio le generó mayor demanda del producto.
    SJ Jersey es ahora uno de sus proveedores de telas jersey 100% algodón, con la que Rasgoseg ha logrado obtener créditos de 60 y hasta 90 días. Para esta empresa, los productos de Rasgoseg son de muy buena confección.
    Para telas y tintas, la empresa dedicada a la producción de camisetas y souvenirs cuenta con siete proveedores.
    En el 2015, facturó alrededor de USD 350 000. Sin embargo, el 2016 las ventas bajaron a USD
    300 000 y para este año proyectan una facturación similar. “Entre 2014 y 2015, el Gobierno impulsó el turismo. Pero en los dos últimos años, el sector ha tenido una caída del 30%”, señala García, quien atribuye el retroceso a causas naturales, como el terremoto, y a la “crisis política y económica”.
    En el 2018, García comenzará a explorar con la técnica de sublimación en sus diseños. Para ello invertirá en la compra de nuevas maquinarias.

    Eduardo García, fundador, diseña los diferentes productos.  Junto a él laboran seis personas en la compañía. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Eduardo García, fundador, diseña los diferentes productos. Junto a él laboran seis personas en la compañía. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Rasgoseg: souvenirs para todas las regiones

    Patricia González

    Relacionadas

    La tenacidad de Eduardo García se ha puesto a prueba en varias etapas de su vida. A los 24 años cruzó la frontera entre México y EE.UU., a pie. En ese último país vivió por dos años y medio ejerciendo varios oficios, pero volvió.

    En 1999, año de la crisis económica, asaltaron su empresa, Génesis, de servicios gráficos. “Se llevaron todo”, recuerda.

    Un año después, su segunda hija fue operada –con apenas 1 año de edad– de una alteración congénita. Para cubrir los gastos de la intervención, Eduardo pidió prestados USD 2 000 entre amigos.

    Su voluntad y el tener que sostener a una familia –hoy de tres hijos– le ha permitido levantarse y seguir adelante. Solo cursó un año de Arquitectura, pero es un emprendedor nato, empírico.

    Aprendió diseño gráfico desde muy joven, gracias a un amigo que trabajaba de forma independiente para una agencia de publicidad, realizando artes finales para anuncios publicitarios. Luego de aprender, comenzó a compartir los trabajos con su amigo.

    Años más tarde, fundaron juntos el emprendimiento Garabato, una pequeña agencia de publicidad que duró dos años. Tras ese primer intento, Eduardo creó Génesis, con la que hasta ahora brinda servicios gráficos y publicitarios. Con esta empresa dio los primeros pasos de lo que sería su próximo emprendimiento: la elaboración de souvenirs, en el 2000.

    Comenzó elaborando jarros con motivos de diferentes lugares del país. Este proyecto, vinculado al turismo, era su Plan B. Sin embargo, tras el asalto que sufrió Génesis, le tocó comenzar de cero y decidió enfocarse en esta nueva iniciativa económica.

    Incluso, hizo un curso de serigrafía para estampar camisetas. Su primera herramienta fue una computadora Mac, con la que hacía los diseños en casa. Luego, con USD 2 000 –que había recolectado su hermana en EE.UU. para la operación de su hija, pero que no requirió usar– adquirió una máquina de serigrafía, tintas, mesas para los grabados y camisetas.

    Los primeros años, la empresa operaba en el sur de Quito, pero desde el 2003 se mudó a La Armenia, en el valle de Los Chillos, donde vive Eduardo con su familia.

    Los motivos de sus diseños son principalmente la fauna característica de las distintas regiones del país, como las tortugas de Galápagos y los tucanes o serpientes de la Amazonía. Además, sitios emblemáticos como el Panecillo o la Mitad del Mundo, en Quito, y el Malecón, en Guayaquil.

    El primer lugar donde se posicionó la marca Rasgos –nombre con el que se dio a conocer, aunque hace cuatro años registró la compañía como Rasgoseg– fue en Galápagos. Con el tiempo fue buscando otros clientes en ciudades del Oriente del país, Cuenca, Guayaquil y Quito.

    También amplió la oferta de souvenirs con gorras, llaveros, magnéticos de caucho para el refrigerador, entre otros.

    Eulalia Villegas comercializa los recuerdos en Galápagos desde hace mucho tiempo atrás. Al comienzo solo en la ciudad de Puerto Ayora (isla Santa Cruz) y desde hace cerca de 10 años en dos locales, que incluso llevan el nombre de Rasgos, en el Aeropuerto Seymour, en la isla de Baltra.

    “Sus diseños son bonitos y de muy buena calidad. Lo que más se vende son las camisetas y los jarros”, comenta la comercializadora. En sus almacenes, las camisetas para adultos se venden a USD 23 y los jarros, a USD 14.

    En el Mercado Artesanal de Guayaquil, Rosa Tierra ofrece los souvenirs Rasgoseg desde hace más de 15 años. Al año le realiza dos grandes pedidos. “Los motivos de los diseños son muy buenos”, resalta.

    Por varios años, García compró las camisetas a un proveedor. Pero esto no le resultaba rentable porque el plazo de pago era de apenas 30 días y en ocasiones los clientes no le pagaban en el tiempo adecuado para cubrir el gasto.

    Por esto decidió comenzar a fabricar él mismo las camisetas. En El 2009 instaló su propio taller de costura, para el cual destinó USD 5 000 para comprar maquinaria.

    Adicionalmente, comenzó a probar diseños innovadores en las camisetas, con motivos cruzados, en la parte delantera y de espalda, no solo con el diseño tradicional en el centro. Este cambio le generó mayor demanda del producto.

    SJ Jersey es ahora uno de sus proveedores de telas jersey 100% algodón, con la que Rasgoseg ha logrado obtener créditos de 60 y hasta 90 días. Para esta empresa, los productos de Rasgoseg son de muy buena confección.

    Para telas y tintas, la empresa dedicada a la producción de camisetas y souvenirs cuenta con siete proveedores.

    En el 2015, facturó alrededor de USD 350 000. Sin embargo, el 2016 las ventas bajaron a USD
    300 000 y para este año proyectan una facturación similar. “Entre 2014 y 2015, el Gobierno impulsó el turismo. Pero en los dos últimos años, el sector ha tenido una caída del 30%”, señala García, quien atribuye el retroceso a causas naturales, como el terremoto, y a la “crisis política y económica”.

    En el 2018, García comenzará a explorar con la técnica de sublimación en sus diseños. Para ello invertirá en la compra de nuevas maquinarias.

    Eduardo García, fundador, diseña los diferentes productos.  Junto a él laboran seis personas en la compañía. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Eduardo García, fundador, diseña los diferentes productos. Junto a él laboran seis personas en la compañía. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Ellos emprenden con recuerdos del país

    Redacción Quito

    Un emprendimiento cumplió tres objetivos en la vida de Christian Díaz: traer a su madre desde Estados Unidos, ayudar a su familia y apoyar a los emprendedores ecuatorianos.

    Con estas bases, Díaz levantó el negocio denominado Souvenirs Ecuador, una tienda que aglutina a 200 productos de 44 artesanos proveedores. Los sacos y ponchos de alpaca, los sombreros de paja toquilla, los vestidos y camisas típicas de Otavalo, las artesanías tradicionales, el chocolate fino de aroma son algunos de los productos que tienen en esta tienda.

    Souvenirs Ecuador nació en 2012 como una pequeña isla ubicada en el tercer piso de la Basílica del Voto Nacional, en el Centro Histórico de Quito. Luego de unos meses se convirtió en una tienda, que da la bienvenida a los turistas que disfrutan de la vista panorámica de esta iglesia emblemática de la capital y que quieren un recuerdo de la ciudad.

    La idea nació con el objetivo de tener un ingreso adicional para Díaz, su esposa Isabel Betancourt y, sin duda, para su madre Susana de Díaz, quien vivió durante 15 años en EE.UU. Este último fue su primer impulso que le llevó a levantar este negocio, que nació de un paseo junto con su esposa.

    Ambos fueron de paseo a la Basílica y pensaron en que es uno de los lugares más representativos de la ciudad; mientras recorrían las instalaciones vieron que estaban abandonadas. No lo dudaron más y gestionaron el alquiler de una parte de las instalaciones.

    El primer producto que vendieron fueron unas tasas decoradas con fotos de la iglesia. Díaz fue el encargado de tomar las fotografías y luego imprimirlas como buen ingeniero de sistemas.

    Al principio dudaron porque él y su esposa estaban acostumbrados a tener un trabajo fijo y, en su caso, trabajar en el sector de la banca como su padre.

    Esta idea cambió tras unos inconvenientes en su extrabajo, por lo que ‘puso cabeza’ y surgió este emprendimiento, que cuenta con souvenirs propios como unas bolas, que tienen lugares turísticos. “Poco a poco fuimos aprendiendo a ser empresarios”, afirma el quiteño con franqueza.

    Estos productos, que son elaborados con resina, vidrio y otros materiales, se comercializan dentro de la tienda y también fuera.

    La familia Díaz entrega el souvenirs en tiendas de aeropuertos, hoteles, cadenas comerciales y más. La persona que está a cargo de las ventas al por mayor es su padre, que dejó la banca por el estrés que le generaba su trabajo. En total tienen 22 productos con diferentes lugares turísticos como la Basílica, el Panecillo, Galápagos, etc. “Así los turistas se llevan un detalle bonito y regresan”.

    La inversión inicial sumó los USD 5 000, destinados a la compra de los productos, que vienen desde diferentes sectores del país como Otavalo.

    Las primeras ventas fueron bajas, ya que alcanzaron los USD 240 al mes. Pero con tenacidad y esfuerzo familiar, las ventas crecieron a USD 8 000 mensuales.

    Su mamá Susana siente una gran alegría al trabajar junto con su familia, ya que gracias a su hijo logró volver a su patria. Ella salió del país en el año 1994 para buscar mayores ingresos económicos.

    No fue fácil para este emprendedor de 38 años, que se quedó sin su progenitora a los 17 años. “La migración es dura, por lo que tenía que hacer lo posible para traer a mi madre al país”.

    Susana de Díaz lo afirma. Ella trabajó en varios hoteles en Estados Unidos para educar a sus hijos. En esa época no tuvo otra opción más que viajar al exterior como migrante. Aclara que no fue a cumplir el ‘sueño americano’ porque tuvo que dejar a su familia.

    Cuando volvió a su tierra ya no tuvo necesidad de migrar porque su hijo levantó el negocio para ella, para garantizar su permanencia en el país. “Gracias a eso pude regresar y quedarme en el país”.

    Los turistas extranjeros vienen y van, al igual que nacionales. Patricia Soto, quien se enteró de la tienda por Internet, dice que irá a comprar las artesanías para ayudar a productores ecuatorianos.

    Susana de Díaz y Christian Díaz son los emprendedores que levantaron la tienda Souvenirs Ecuador. Foto: Galo Paguay /LÍDERES
    Susana de Díaz y Christian Díaz son los emprendedores que levantaron la tienda Souvenirs Ecuador. Foto: Galo Paguay /LÍDERES