Etiqueta: Start up

  • La ‘start up’ de salud que acelera su crecimiento

    Patricia González

    Redactora (I)

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    Las dificultades para agendar una cita o localizar al médico indicado pueden ocasionar que una persona retrase una visita al médico.

    Los doctores también se ven afectados cuando no hay un canal de comunicación efectivo con los pacientes, que les permita, por ejemplo, recordarles una cita o avisarles cuando tienen alguna emergencia que amerite reprogramar la consulta.

    La plataforma Doctorisy ha buscado dar respuesta a esta necesidad. Nació en octubre del 2018 como un directorio donde se podían hallar perfiles y contactos de médicos en distintas especialidades. Desde agosto del pasado año es posible agendar citas en la modalidad de teleconsulta.

    La firma ha recibido más de USD 800 000 de inversión, de los cuales 650 000 fueron otorgados por un inversionista local, propietario del 25% de las acciones, luego de una ronda de inversión, explica Diego Larrea, gerente general y cofundador del Doctorisy.

    Larrea, ingeniero electrónico con experiencia en emprendimientos tecnológicos, cofundó la compañía junto a un médico oftalmólogo y un ingeniero en sistemas, con trayectoria en empresas de tecnología.

    Los pacientes pueden reservar la cita mediante el portal web o la aplicación móvil de Doctorisy. La plataforma les permite escoger si requieren una consulta presencial o una teleconsulta, mediante videollamada. Para ubicar a un doctor, es posible realizar búsquedas por nombre o especialidad, seguro médico y ciudad.

    Una vez que la persona selecciona el médico especialista, también debe elegir el horario de la consulta, según la disponibilidad. Para confirmar la cita debe registrarse; esto último también puede hacerlo al ingresar a la plataforma. La aplicación le enviará un recordatorio por sms o correo electrónico. Al ser un canal digital, los pacientes pueden ingresar en cualquier momento del día para agendar una consulta.

    El directorio cuenta con alrededor de 1 600 doctores –en más de 40 especialidades–, en Quito, Guayaquil, y en menor proporción Cuenca, Latacunga y Riobamba. Cerca de 400 médicos ofrecen teleconsulta, a través de Doctorisy, considerada una ‘start up’ del sector de la salud.

    Por ahora, el pago de la cita médica, cuyo costo es visible en la aplicación, se coordina directamente con los doctores. Pero, próximamente estará habilitado un botón de pago. La plataforma solo cobra a los doctores una suscripción anual.

    Marcelo Román, neurólogo pediatra, considera que estar en el directorio médico ha sido de gran ayuda. “Los pacientes me pueden contactar con facilidad e incluso pueden cambiar la cita. Yo también puedo cancelar si tengo alguna urgencia, tengo más control sobre mi agenda”, comenta. Desde el mes anterior, usa la plataforma para teleconsultas.

    Para Patricia Durán, médico internista, uno de los beneficios de Doctorisy es que ayuda a disminuir el nivel de ausentismo de los pacientes. Sobre las teleconsultas señala que para algunos pacientes es difícil acostumbrarse, pero en la actual emergencia sanitaria ha sido una buena alternativa para continuar haciendo seguimiento a sus pacientes, especialmente para quienes se quedaron fuera del país o de Quito, ante las restricciones de movilidad.

    Por medio de una teleconsulta, la hija de Luis Cueva, de 3 años de edad y quien presentaba una conjuntivitis, fue atendida por un oftalmólogo. “La examinó por las cámaras y mediante fotografías que le envié. Luego le recetó un medicamento. Esto me permitió solucionar sin salir de casa”, señala Cueva.

    Sofía Villalba, de 53 años, asistió recientemente a una consulta presencial de oftalmología, que solicitó por la aplicación. En el momento se encuentra en tratamiento por una infección.

    Con la cuarentena por el covid-19, las teleconsultas representan el 95% de las citas que se agendan por la plataforma. “Esto ayuda a evaluar síntomas o dar seguimiento a tratamientos, sin salir de casa. La telemedicina se aceleró fácilmente cinco años. En adelante, las personas van a evaluar muy bien para qué tipo de consultas requieren movilizarse a un centro de salud”, considera el gerente general de Doctorisy.

    La meta es expandirse hacia otras ciudades del país y a escala regional, para ello abrirá una nueva ronda de inversión. La plataforma está facturando al mes un promedio de USD 4 000; monto que prácticamente se duplicó en el último mes por el ingreso de nuevos doctores.

    Una vez que la persona selecciona el médico especialista, también debe elegir el horario de la consulta, según la disponibilidad. Todo es en línea.
    Una vez que la persona selecciona el médico especialista, también debe elegir el horario de la consulta, según la disponibilidad. Todo es en línea. Foto: Cortesía
  • Revista Líderes: Mira aquí la edición del 11 de mayo del 2020

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    Revista Líderes presenta a sus lectores este lunes 11 de mayo del 2020 un informe sobre el ‘e-commerce’ y cómo genera oportunidades. El 2019, las ventas en línea alcanzaron los USD 1 500 millones. Este 2020, con las restricciones por la emergencia sanitaria, la cifra crecerá un 40%, según empresas y expertos. Además, te contamos casos de ‘start up’ exitosas y qué necesitan para crecer. Mira nuestra edición impresa.

    Portada de la Revista Líderes del lunes 11 de mayo del 2020.
    Portada de la Revista Líderes del lunes 11 de mayo del 2020.
  • La ‘start up’ premiada por enfocarse en la movilidad

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES

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    Bicicletas y ‘scooters’ eléctricos, así como taxis y buses, se integran en las soluciones de movilidad que ofrece la ‘start up’ lojana Kradac. Este emprendimiento nació en el 2015 y en este tiempo se ha enfocado en mejorar el transporte ciudadano, utilizando las nuevas tecnologías.

    El más reciente producto se llama Clipp y está en el mercado desde hace un año. Se trata de un plan de movilidad que utiliza el concepto ‘mobility as a service’ o movilidad como un servicio. Este permite que una persona utilice distintos medios de transporte bajo una sola plataforma.

    Así, una persona que se moviliza desde su casa hasta su oficina, por ejemplo, puede usar primero una bicicleta hasta una estación de transporte público. Allí toma un bus y luego termina su trayecto utilizando un taxi o un ‘scooter’ eléctrico. Para esto utiliza un plan de movilidad que cuesta USD 30 y que le permite utilizar, cada mes, cinco viajes en taxi, así como viajes ilimitados en bus, en bicicleta o en ‘scooter’, tan de moda hoy.

    En Loja ya se cuentan en la actualidad 50 personas que tienen este plan, explica Bruno Valarezo, gerente General de Kradac. “Con este sistema el usuario puede conocer opciones de transporte cercanas a su ubicación y elegir la mejor alternativa. Para esto analizamos tiempo, precio y sostenibilidad ambiental”, explica entusiasmado Valarezo en entrevista telefónica con LÍDERES.

    Gracias a Clipp, Kradac fue premiada en enero pasado en el congreso Latam Mobility 2020 que este año se cumplió en Ciudad de México “por su contribución a la innovación”. Este certamen agrupa a emprendimientos enfocados en la movilidad dentro de las ciudades. A ese reconocimiento se suman otros obtenidos por la ‘start up’ en Colombia y Ecuador, en los últimos años.

    Antes de desarrollar Clipp, este emprendimiento ecuatoriano sumó experiencia, con aprendizajes y errores. La primera solución que desarrolló -en el 2015- fue Ktaxi, un aplicativo que permite solicitar taxi. Valarezo recuerda que fue un trabajo retador.
    “Al inicio trabajamos con radiotaxis, lo que significaba que el taxista no necesitaba un aplicativo móvil. Usamos el radio para el despacho de carreras, lo que nos permitió trabajar con tres o cuatro operadoras de radio taxi con 200 unidades disponibles”. Hoy trabajan con 6 000 taxis legales.
    Uno de los mayores desafíos fue negociar con las operadoras y ellos con los taxis. Era 2016 y tomó unos cuatro meses de conversaciones, de demostraciones, de sentase a discutir términos y empezar a operar, cuenta Valarezo.

    Diego González, conductor de la cooperativa de taxis La Argelia, trabaja con Ktaxi desde hace cuatro años y destaca que se trata de una herramienta ágil y que ofrece seguridad tanto al pasajero como al conductor. “Me ha ido muy bien y los clientes están muy satisfechos por el servicio”.

    Este taxista de 33 años toma entre 15 y 20 carreras diarias a través de la aplicación móvil.
    Una vez que el sistema se consolidó en Loja vino un salto. Ktaxi evolucionó a ‘delivery’, transporte de carga, movilidad corporativa y pagos de movilidad con tarjetas de crédito o débito. El sistema se expandió y ahora se usa en ciudades como Loja, Machala, Cuenca, Riobamba, Ambato, Latacunga, Quevedo, Manta, Quito Guayaquil, Ibarra, Tulcán, Santo Domingo, entre otras. “Día a día ayudamos a movilizar a 30 000 personas y desde el 2016 hemos gestionado 18 millones de viajes”, cuenta Valarezo.

    A esto se suma el hecho de que Kradac también ofrece estos servicios en México, Colombia, Perú y Bolivia. La internacionalización se dio gracias a personas que conocieron de sus servicios en Ecuador.

    Otro de los puntos de atención de la ‘start up’ está en los parqueaderos. Hoy también digitaliza plazas de parqueo con las tecnologías disponibles.

    La incubadora Impaqto ofreció mentoría al equipo de Kradac. Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, señala que lo hecho por la ‘start up’ es un gran trabajo. “Han desarrollado las soluciones entendiendo los problemas. Son un gran ejemplo de una solución que ha tenido que crecer sin apoyo, pero con un modelo de negocio validado desde el día cero”.

    Los ‘scooters’ eléctricos son una de las opciones de movilidad que ofrece este emprendimiento. Foto: Cortesía
    Los ‘scooters’ eléctricos son una de las opciones de movilidad que ofrece este emprendimiento. Foto: Cortesía
  • Siete errores frecuentes en el lanzamiento y la gestión de una ‘start up’

    Alejandro Touriño (I)
    Catedrático del IE Law School

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    Seis de cada diez ‘start ups’ fracasan. Eso asegura al menos la firma americana Cambridge Associates, que analizó el desempeño de cerca de 30 000 ‘start ups’, arrojando ese inquietante resultado. Si bien es cierto que el dato es positivo en relación con otros que se han manejado en el sector, no es menos cierto el hecho de que ese elevado ratio de fracaso es, en muchas ocasiones, evitable.

    Evitable porque el error es muchas veces vencible, imputable a la inexperiencia o al mal asesoramiento recibido por la ‘start up’ y los emprendedores.

    En el campo jurídico, el asesoramiento es un elemento clave en el devenir de un proyecto emprendedor. El asesoramiento jurídico es vital en el arranque de los proyectos, pero no lo es menos en los procesos de inversión, de venta o incluso de disolución del propio proyecto. Cada fase por la que atraviesa una ‘start up’ -pre-seed, seed, growth, series A, B, exit, etc.- tiene un momento clave en el éxito o fracaso del proyecto.

    Una elección equivocada de la fórmula societaria, un plan de incentivos desacertado, una insuficiente protección de los activos, un mal pacto de socios o un derecho de arrastre o de acompañamiento mal configurados pueden hacer que un proyecto viable se convierta en una pesadilla para los emprendedores.

    A continuación, se relacionan los errores jurídicos más frecuentes de una ‘start up’:

    1.- Falta de asesoramiento jurídico profesional

    Las fuentes del Derecho son aquellas que relaciona el Código Civil -o norma equivalente en los respectivos ordenamientos jurídicos- y, desafortunadamente, entre ellas no se cuenta Google.

    Dicho eso, observamos cómo en muchas ocasiones los emprendedores obvian cualquier tipo de asesoramiento profesional y optan por utilizar modelos bajados de Internet y asesorarse de modo autodidacta, acudiendo a lecturas en la Red.

    La experiencia nos dice que los resultados no son los esperados y, en ocasiones, derivan en el rechazo de los inversores a entrar en negocios configurados de manera inadecuada.

    2.- Elección de fórmulas societarias inadecuadas

    La elección del vehículo societario y del órgano de gobierno es otro de los elementos claves que el emprendedor debe considerar. Nos hemos topado con situaciones desagradables donde un tercero se ha dirigido directamente al emprendedor (y no a una sociedad de responsabilidad limitada) reclamando el incumplimiento de obligaciones o el pago de cuantías económicas por diferentes conceptos, por la toma de la decisión equivocada en el momento
    de salir al mercado operando a título individual y no utilizando una sociedad de responsabilidad limitada que salvaguarde su patrimonio. Una mala elección del órgano de gobierno es motivo de insatisfacción y disputas entre los socios.

    3.-Error en la elección del territorio donde operar

    El emprendedor tendrá una nacionalidad u otra, pero ello no ha de ser el elemento determinante a la hora de elegir un lugar u otro para operar un determinado negocio. A tal efecto habrán de tomarse en consideración elementos como la viabilidad jurídica del negocio en el territorio en cuestión, el régimen fiscal aplicable, la posibilidad de levantar fondos en el territorio, etc. Esta decisión, como otras muchas, admite modificaciones futuras, pero hemos visto muchos casos donde una mala elección deriva en pérdidas económicas relevantes o directamente la imposibilidad de operar el negocio por no estar el mismo amparado por la regulación del país en cuestión.

    4. No firmar un pacto de socios

    Un pacto de socios viene a ser algo así como la planificación de un “buen divorcio”. El pacto de socios es el documento regulador de la relación de los socios de la ‘start up’. Una mala configuración del mismo puede implicar que la sociedad no pueda venderse, pese al deseo de la mayoría de sus socios, que no pueda pivotar hacia otra actividad o que la sociedad quede en situación de bloqueo que la haga inoperativa.

    5. Despreciar el valor de los intangibles

    Si observamos las grandes operaciones corporativas y de inversión en los últimos años, millonarias algunas de ellas, apreciamos cómo los activos que los compradores adquieren son en su mayoría intangibles.

    No se trata ya de la compra de inmuebles, de maquinaria o similar, sino la adquisición de activos intangibles, como bases de datos, software, marcas, algoritmos, patentes, ‘know how’, secretos industriales, etc. La normativa de propiedad intelectual e industrial a nivel internacional protege estos intangibles, pero la práctica nos demuestra que un correcto asesoramiento en este campo hace que los activos estén en la sociedad y no en sus miembros, que los registros hayan sido realizados de manera adecuada, que se haya protegido debidamente la confidencialidad de la información sensible de la compañía, etc. Una mala gestión de estos activos puede frustrar una ‘due diligence’ en una proceso inversor o de venta.

    6.- Obviar la importancia de la privacidad

    Europa ha vivido y ha arrastrado al resto del planeta a una carrera por la protección de la privacidad de los individuos. Respetar la privacidad de los usuarios de la ‘start up’ por defecto y desde el diseño son ya obligaciones que ningún emprendedor debe obviar. Su incumplimiento deriva en sanciones astronómicas a fecha de hoy.

    7.- Mala elección del régimen laboral

    Nos hartamos a diario de leer en medios cómo determinadas ‘start ups’ se hallan en jaque como consecuencia de haber optado por contratar a sus colaboradores como profesionales independientes y no como empleados de la compañía. No solo eso, en la contratación de colaboradores e incluso en la configuración del régimen laboral o mercantil de los emprendedores resulta pertinente definir con claridad la titularidad de derechos sobre sus aportaciones y creaciones y la obligación de confidencialidad sobre la información a la que con motivo de su relación tienen acceso.

    Dicho todo esto, es muy posible que, aun atendiendo a todo lo anterior, dentro de diez o veinte años el ratio de fracaso de las ‘start ups’ no haya mejorado. Si esto es así, que no sea al menos por no haber dado los pasos adecuados en los ámbitos jurídico, normativo y regulatorio.

    Los emprendedores tienen una serie de obligaciones, que no siempre cumplen. Foto: Freepik.es
    Los emprendedores tienen una serie de obligaciones, que no siempre cumplen. Foto: Freepik.es
  • La quinua, ingrediente clave de esta ‘start up’

    Redacción Quito

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    La quinua que se siembra y se cosecha en Chimborazo tiene un significado especial para Alejandro Lalama. Este riobambeño, que actualmente vive en Estados Unidos, creció en el centro del Ecuador rodeado de plantaciones de quinua, uno de los superalimentos que tienen cada vez más demanda a escala internacional.

    Lalama cuenta, en una entrevista realizada por WhatsApp, que desde su adolescencia tuvo la idea de salir del país y estudiar en el extranjero. “Era un sueño que estoy cumpliendo”.

    Al obtener su título de bachiller, en el 2012, Lalama vio que era tiempo de cumplir su meta. Este emprendedor fue parte de un programa de intercambio estudiantil que lo llevó al estado de Minnesota, en Estados Unidos. Lalama se radicó en una pequeña población, con no más de 3 000 habitantes. Allí se dedicó a estudiar y a perfeccionar el inglés.

    Con la confianza adquirida en un año de intercambio, este ecuatoriano se trazó nuevas metas. Fue así que con el apoyo de sus ‘padres’ de intercambio aplicó para estudiar la universidad. Obtuvo una beca que cubría el 80% de su colegiatura y se inscribió en la Universidad Gustavus Adolphus, en Minnesota.

    “Empecé estudiando Economía Gerencial Internacional porque siempre me gustaron la economía y los negocios. Allí vi que las oportunidades están cerca y que debía aprovecharlas”, cuenta Lalama. Este joven riobambeño también estudió Ciencias Políticas y Estudios Económicos Latinoamericanos. Esos conocimientos son parte de sus fortalezas hoy en día.

    Mientras estudiaba, Lalama no olvidaba la quinua que lo rodeó en su infancia. Esa idea y los conocimientos adquiridos en la universidad dieron paso a una ‘start up’. Lalama desarrolló una barra energética a base de quinua, que hoy se vende por canales electrónicos. “Es un emprendimiento social y empresarial. Ayudo a comunidades indígenas y hago negocios, al mismo tiempo”.

    Así surgió Capakñan, que juega con las palabras qhapaq ñan, que en quichua significan ‘camino del Inca’. “Creo que los caminos sirven para conectar y construir”, dice Lalama con emoción al recordar el trayecto que lleva recorrido como emprendedor.

    La idea de las barras energéticas nació hace algo más de tres años y se concretó hace dos. En el proceso, Lalama fue sumando actores que aportan con el crecimiento de esta idea.

    Este superalimento se adquiere a dos organizaciones indígenas productoras de quinua que trabajan en Chimborazo. Una entidad no gubernamental es el puente entre Lalama y los productores de este alimento andino.

    A Lalama también le interesa la parte social, por eso cuenta que con los agricultores de la Sierra Centro con los que trabaja existe un acuerdo en cuanto a la calidad y al precio. Ellos entregan entre 50 y 60 kilos cada mes, según los pedidos que tenga este emprendimiento.

    Las barras energéticas se elaboran en Riobamba en una planta de alimentos que contrata Lalama. “Todo se hace en Ecuador, solo la distribución es en línea en Estados Unidos. Es una ‘start up’ de distribución en la que aplico lo aprendido en la universidad”.

    La iniciativa que lidera Lalama tuvo una suerte de proceso de incubación en la universidad. En un concurso de emprendedores obtuvo el primer puesto. Luego el ecuatoriano representó a la Universidad Gustavus Adolphus a nivel estatal y obtuvo el segundo puesto…

    ¿Cuáles son los avances más recientes de Capakñan? “Ya contactamos con una empresa en Atlanta que se va a encargar de la distribución del producto y en el momento estoy hablando con un grupo de inversionista aquí en Estados Unidos”.

    Según este emprendedor ecuatoriano, la inversión hasta el momento no ha sido tanta. “Lo más importante ha sido el tiempo”.

    Alejandro Lalama (izquierda) es el fundador de este emprendimiento que elabora barras energéticas con quinua. Foto: Cortesía / LÍDERES
    Alejandro Lalama (izquierda) es el fundador de este emprendimiento que elabora barras energéticas con quinua. Foto: Cortesía / LÍDERES
  • Fernando Rivera: Un creyente de las ‘start up’ locales

    Patricia González

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    Cuando estaba en su tercer año de universidad, Fernando Rivera se tomó un semestre sabático y emprendió un viaje, de mochilero, por Latinoamérica, con tres amigos.
    Juntos recorrieron Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Perú. Navegaron el río Amazonas, atravesaron la costa brasileña hasta Iguazú (Argentina), en autobús. Se trasladaron en tren desde Buenos Aires hasta Bariloche. Rivera lo recuerda como una “gran aventura”, que le permitió conocer otras culturas.

    Para este ecuatoriano, nacido en San Francisco, California (Estados Unidos), el emprendimiento también tiene que ser un buen viaje: “un camino personal, que te llena”, y en el que el riesgo es parte de la motivación.

    Rivera es un creyente de los emprendimientos de base tecnológica, también llamados ‘start up’. Bajo esa filosofía, en el 2004 fundó, junto con su amigo Felipe Chediak, Buen Trip Hub, una incubadora y aceleradora de emprendimientos tecnológicos que ofrece mentoría y financiamiento.

    Por este espacio han pasado 45 ‘start ups’, de las cuales en ocho la firma ha invertido capital. Para mayo Buen Trip tiene previsto lanzar un fondo de inversión.

    Este ecuatoriano pertenece a una familia de emigrantes. Sus abuelos paternos emigraron desde Ecuador a EE.UU., país en el que se conocieron sus padres. Pero, cuando Rivera tenía dos años, decidieron venir a vivir a Quito.

    Estudió algunos años en el Colegio Americano y, posteriormente, en la Academia Cotopaxi, donde se graduó. A los 18 años, retornó a California, donde estudió Artes Liberales, en Pomona College.

    Durante la época universitaria, también cursó un semestre con la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañon, en la ciudad de Toledo (España), que incluyó cátedras de artes, literatura, ciencias políticas, entre otras.

    Estados Unidos, cuenta Rivera, le enseñó la independencia y el valor del trabajo: “sin importar cuál sea, no hay estigmas sobre el trabajo que hagas”.

    Sus primeros empleos, como becario universitario, fueron como guardia en una galería de arte de la universidad y en una guardería, como asistente de clases.

    Una vez graduado (en 1993) y tras haber pasado por varios empleos temporales, trabajó como asistente administrativo para un banco, en San Francisco, un año.

    Paralelamente, de manera autodidacta, aprendió a hacer páginas web, lo que luego le permitió emprender en un área que le llamaba la atención: la tecnología.

    En noviembre de 1995 retornó al Ecuador. En un principio, trabajó con una ONG proveedora de Internet, elaborando páginas web para los clientes de la organización. Luego, laboró con otra ONG, en el desarrollo de un sistema informático para proveer capacitaciones en línea.

    En 1999, fundó junto a su madre una empresa que proveía páginas web, denominada StarNetSys. Su madre se encargaba del área financiera y él del desarrollo.

    Gracias a la buena relación que mantenía con uno de sus clientes internacionales, en el 2004 se mudó a Nueva York, junto a su esposa Andrea Durango, con el fin de asociarse con la empresa de su cliente, una revista financiera sobre índices bursátiles. La fusión se oficializó cuatro años después e Index Univers absorbió a StarNetSys, con el personal en Quito.

    Posteriormente, en 2010, la empresa lanzó un sistema de analítica sobre fondos cotizados (conocidos como ETF). Rivera había retornado al país en 2009, por lo que se encargaba de liderar las operaciones del equipo en Quito.

    El sistema de evaluación de fondos no fue rentable, lo que finalmente les obligó a vender la empresa en el 2016 al mercado de opciones Chicago Board Options Exchange (CBOE). Rivera se mantuvo trabajando para esta firma de cual se desvinculará el 31 de mayo próximo.

    José Zamora y Christoph Scheuermann, ex colaboradores de Rivera, lo consideran una persona correcta y tolerante, además de un emprendedor innato. “Tiene un gran sentido de responsabilidad personal y social”, destaca Daniel Wainmann, quien lo conoce desde hace 19 años.

    Buen Trip Hub, empresa fundada por Fernando Rivera ofrece mentorías y en algunos casos financiamiento para las 'start ups' locales. Foto: LÍDERES
    Buen Trip Hub, empresa fundada por Fernando Rivera ofrece mentorías y en algunos casos financiamiento para las ‘start ups’ locales. Foto: LÍDERES

    Rivera es padre de dos hijos, de 10 y 6 años. Uno de sus ideales con Buen Trip es dejar un legado y una sociedad mejor para ellos. “Las ‘start ups’ en Ecuador son el secreto mejor guardado de Sudamérica. El emprendedor ecuatoriano es muy creativo”.

    Espacio que brinda mentoría y capital

    Buen Trip Hub es una incubadora de emprendimientos tecnológicos locales, fundada por Felipe Chediak y Fernando Rivera, en noviembre del 2014.

    La aceleradora de ‘start up’, localizada en el norte de Quito, ofrece mentorías y en algunos casos financiamiento.

    El programa de mentorías consta de cuatro sesiones y cuenta con asesores nacionales e internacionales. Hasta ahora han recibido mentorías 45 ‘star tups’ del país.

    Además, Buen Trip ha invertido capital en ocho emprendimientos, que cumplieron con dos principios básicos: tener una solución clara que demanda el mercado y un público objetivo potencialmente grande.

    Shippify, Kriptos y Luz Verde son algunos emprendimientos tecnológicos que ya han recibido capital en Buen Trip.

    En este espacio también se llevan a cabo eventos específicos para ‘fintech’ y para emprendimientos de mujeres.

    En mayo prevén lanzar un fondo de inversión, denominado Buen Trip Ventures, cuyo fin es lograr la participación de inversionistas externos en las ‘startu ps’ que asesora y evalúa la incubadora. Al momento están en conversaciones con inversionistas locales y extranjeros.

    Fernando Rivera, fundador de Buen Trip Hub. Foto: LÍDERES
    Fernando Rivera, fundador de Buen Trip Hub. Foto: LÍDERES
  • Ella lidera una ‘start up’ con sede en California

    Redacción Quito

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    Es una geek y está comprometida con el mundo de las ‘start up’, en California. Como buena emprendedora Karla Valdivieso conoce de cerca las caídas, pero también los éxitos en los negocios.

    Nació en Cuenca, vivió en Estados Unidos y regresó al Ecuador para estudiar la universidad en su ciudad natal. Luego se mudó a Guayaquil, donde empezó su camino en el retador ritmo del emprendimiento. Hoy vive en Los Ángeles, California, desde donde dirige Kargoo, la ‘start up’ que fundó y que apunta alto con un servicio que conecta a viajeros con personas que buscan productos en distintos países, en especial en EE.UU. 

    Esta ecuatoriana cuenta que lleva cerca de ocho años en el mundo de los emprendimientos de base tecnológica. Una de sus primeras ideas fue una plataforma para posicionar el café de América Latina en otros continentes. La idea era que los caficultores vendan el grano directamente, sin intermediarios. El problema que tuvieron fue que los envíos tenían costos demasiado elevados. Pese a los esfuerzos, la idea no prosperó.

    Ese tropezón estaba dentro de las posibilidades. Eso lo sabía Valdivieso, quien en sus tiempos libres practica surf y cross fit.

    Con 30 años, casada y llena de ideas en la cabeza, esta emprendedora ya cuenta con experiencia en proyectos, desarrollo de aplicaciones y sistemas inteligentes. Una de sus obsesiones es que el usuario de sus productos quede satisfecho con su uso. “Soy muy estricta conmigo misma. Por eso dedico días enteros para cumplir objetivos con mi equipo”, dice en una conversación telefónica con LÍDERES, días atrás.

    Gustavo Gaviria, otro emprendedor ecuatoriano que tiene una aplicación, la conoce desde hace dos años y destaca la manera de trabajar que tiene Valdivieso. “Cumple lo que se propone, es una amalgama entre pasión, creatividad, decisión y ejecución”.

    Según Gaviria, la cuencana tiene una metodología que la denominó: que pasaría si. “Esto le permite predecir cualquier eventualidad o peor escenario del proyecto y gestionarlo antes de que pueda suceder”. Con esa metodología, Gaviria cree que ella seguirá construyendo y adelantándose a los demás.

    Valdivieso es una convencida de que la tecnología permite que los emprendimientos se potencien y crezcan. “En Kargoo la clave es la tecnología que la hemos desarrollado con un socio”. La aplicación utiliza ‘machine learning’, una rama de la inteligencia artificial. Con esta tecnología la ‘app’ está en capacidad de reconocer un producto legal y uno ilegal. “Es como un bebé que ya habla y sabe los productos ilegales”, describe emocionada.

    Para desarrollar la ‘start up’, Valdivieso y su equipo levantaron una primera inversión que bordeó los USD 100 000. Ahora están buscando inversionistas que deseen participar de la iniciativa. Ella cuenta que piensan ceder hasta un 15% de la ‘start up’ a cambio de recursos para hacerla crecer.

    El día a día de esta emprendedora se desarrolla entre viajes y reuniones de trabajo. Para distraerse le gusta caminar y asistir a ‘pitchs’ en donde escucha cómo otros emprendedores venden sus ideas a posible inversionistas. Además le gusta ver series en Netflix: hoy en día está enganchada con ‘Club de cuervos’.

    Para sus conocidos, Valdivieso es una mujer llena de entusiasmo. Sebastián Torres, arquitecto paisajista, es uno de los mejores amigos de la cuencana. Él la conoce desde el 2011 y asegura que la fundadora de Kargoo es una persona luchadora que tiene siempre las metas claras. “Para cumplir sus objetivos se toma su tiempo, pero siempre las cumple”.

    Torres estuvo junto a Valdivieso en el viaje en el que surgió la idea de crear un servicio que conecta a viajeros con compradores. Recuerda que la idea se escribió en una bolsa para mareo de un avión.

    Otra opinión es la de Johanna Heredia, otra emprendedora cuencana. Ella la conoce desde la niñez y la califica como una mujer perseverante, que destaca en el mundo de la tecnología, en donde la mayoría de profesionales aún son hombres. “Su idea es muy interesante. Su virtud es entender al mercado de manera global. Tiene una manera distinta de ver las cosas, además viene de un hogar muy trabajador, de una familia bastante emprendedora”.

    Para Heredia una de las virtudes de Valdivieso es que está educando al consumidor. “El comprador del país aún está migrando al comercio electrónico y Karla está enseñando a la gente a usar las nuevas tecnologías”.

    Valdivieso no descansa y sigue pensado en nuevos servicios. “Siempre estoy pensando en mi siguiente paso”.

    La ‘app’ de compra y envío de productos

    Karla Valdivieso tuvo la idea de crear Kargoo luego de un viaje en avión entre Fort Lauderdale y San Francisco. Ella escribió en sus redes sociales que estaba viajando y si alguien requería un encargo. La idea era pagar una parte del boleto aéreo llevando encargos. Tuvo unas 50 respuestas y se dio cuenta de que había una oportunidad de negocio.

    Valdivieso se tomó un año para desarrollar la aplicación. Lo hizo rodeada gente experta en temas tecnológicos, marketing, etc. “Cada vez encontraba más gente dispuesta a llevar artículos, pero el desafío era garantizar la seguridad para quien llevaba el producto”.

    La emprendedora describe a Kargoo como una solución ‘peer-to-peer’, que conecta a personas, que quieren obtener productos internacionales, que no son accesibles en su país, o en su defecto, que son demasiado caros, con viajeros de todo el mundo. La aplicación permite que los viajeros ganen dinero extra cuando viajan.

    ¿Cómo funciona? La persona descarga la ‘app’ y busca un producto; la aplicación solicita el link del sitio donde se puede hacer la compra, la foto y más información. Esos datos llegan a los viajeros registrados, quienes, si desean, aceptan y compran el producto.

    El viajero confirma el valor del producto y la plataforma genera la comisión que va a ganar el viajero. El pago queda congelado, como garantía, hasta que se entrega el producto. “Si el viajero no entrega el producto, el comprador recibe una devolución”.

    Hoy la ‘app’ suma 6 000 usuarios registrados, que tienen entre 24 y 37 años, y ya se utiliza en Argentina, Ecuador, Colombia, Brasil, México y Perú. El 80% de las compras se hace en Estados Unidos. Los retos y el crecimiento siguen, por eso Kargoo ya tiene un equipo de 10 personas.

    Karla Valdivieso es la fundadora y CEO de Kargoo. En las fotos aparece durante una entrevista en la radio y con la gente que trabaja en Kargoo, en California, Estados Unidos. Foto: Cortesía
    Karla Valdivieso es la fundadora y CEO de Kargoo. En las fotos aparece durante una entrevista en la radio y con la gente que trabaja en Kargoo, en California, Estados Unidos. Foto: Cortesía
  • Él innova para solucionar problemas globales

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario Líderes (I)

    Innovador. Visionario. Estratega. Curioso. Un líder de la revolución industrial 4.0. Esas son algunas de las características que tiene el ecuatoriano Inty Gronneberg, que en la actualidad reside en el Reino Unido.

    En Londres fundó Ichthion, una ‘start up que desarrolla tecnología capaz de combatir la polución por plásticos de los océanos a escala global; Ichthion suma reconocimientos de organismos como Climate Kic, en Europa; Techa Planter, en Japón; o el MIT Technology Review, en Estados Unidos.

    Esta última acaba de nombrarlo a finales de noviembre pasado como uno de los ‘Inventores del 2018 en América Latina’. Esta distinción llega por su trabajo contra la contaminación plástica. Gronneberg, con el equipo de la ‘start up’, inventó una turbina que recolecta basura plástica de ríos y océanos.

    De padre noruego y madre ecuatoriana, Gronneberg nació en Ibarra, se educó en Quito y ahora brilla en Londres, Inglaterra. En la actualidad tiene 34 años y estudia un PhD en innovación tecnológica en emprendimientos en el Imperial College London, una de las instituciones de educación más destacadas en materia de innovación en Europa y el mundo.

    Luego de culminar sus estudios en la Escuela Politécnica del Ejército, (ahora Universidad de las Fuerzas Armadas-Espe) y trabajar durante casi 10 años en el sector industrial, Gronneberg salió de Ecuador hace cinco años para estudiar una maestría en manufactura avanzada, en Londres, gracias a una beca del Gobierno ecuatoriano. Este inventor conoce de cerca lo que sucede en el ecosistema emprendedor nacional. “En el país existe una actitud positiva ante el emprendimiento, pero el emprendimiento tecnológico es distinto. En este último se requiere de un sistema que soporte la innovación tecnológica y Ecuador tiene mucho que desarrollar en este tema”, cuenta sin rubores en una entrevista telefónica.

    Los estudios y la dedicación siempre fueron dos de sus fortalezas, según cuentan quienes lo conocen. Alexis Ortiz fue su profesor en la universidad y lo recuerda como un excelente estudiante. “Era preguntón, buscaba información y debatía con argumentos”. Ortiz añade que Gronneberg era de esos alumnos que exigen a los profesores y hacen crecer al grupo de estudiantes. “Es un líder, con un gran espíritu humano, sencillo y de un corazón enorme que siempre prioriza el interés colectivo”.

    Casado con una polaca a la que conoció en el Reino Unido y con quien tiene una pequeña hija de dos meses, Gronneberg se define como un innovador, pero también como un inventor. “Son dos términos que van de la mano”.

    Uno de sus inventos es una tricicleta eléctrica pensada en sustituir a los vehículos convencionales. “En Europa 1,3 personas en promedio usan un solo vehículo. Eso es un problema por el espacio que ocupan los autos. Mi invención busca reducir el espacio y combatir el sedentarismo”.

    La jornada de este ecuatoriano se cumple principalmente en la oficina que tiene Ichthion en el clúster de innovación de Imperial College. El laboratorio de manufactura es el sitio donde pasa la mayoría de su tiempo, como investigador. Allí realiza pruebas permanentes de los prototipos pensados y desarrollados por el equipo que dirige junto a Robert Rouse, cofundador de Ichthion.

    Javier Maza estudió la universidad con Gronneberg y luego fue compañero de trabajo en una ensambladora de vehículos. Él lo califica como una persona muy inteligente, con liderazgo notable, estratega y sumamente analítico. “Es un excelente profesional y siempre está dispuesto a apoyar y liderar causas de bien común”.

    Sobre los reconocimientos que su excompañero de aulas tiene. Meza dice sentirse feliz. “Son merecidos y no serán los últimos ya que es un entusiasta por el emprendimiento y la innovación”.

    El voluntariado es otra de las facetas de este innovador. Mario Hidalgo,otro ecuatoriano que estudia en Londres, lo conoce desde hace tres años y recuerda cuando trabajaron juntos en la campaña se llamó SOSEcuador que tuvo como objetivo recaudar fondos para los damnificados del terremoto de abril del 2016. “Se unieron más de 200 estudiantes ecuatorianos en el Reino Unido y alcanzamos a recoger alrededor de USD 80 000 en un mes”.

    Para Hidalgo, Gronneberg es un visionario con gran capacidad de resolver problemas. “Él tiene la capacidad de ver un problema desde distintos ángulos y de ese modo generar soluciones que quizás la mayoría de personas no logra ver. Es una persona que realmente piensa ‘out of the box’”.

    Gronneberg sigue con los pies en la tierra pensando en nuevas soluciones a problemas globales.

    Inty Gronneberg explica al príncipe Alberto de Mónaco, el funcionamiento de la turbina desarrollada por Ichthion. Abajo aparece en la premiación del MIT Technology Review. Foto: Cortesía de Inty Gronneberg
    Inty Gronneberg explica al príncipe Alberto de Mónaco, el funcionamiento de la turbina desarrollada por Ichthion. Abajo aparece en la premiación del MIT Technology Review. Foto: Cortesía de Inty Gronneberg
  • Un centenar de ‘start up’ se mueve en 12 sectores

    Pedro Maldonado

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    El ecosistema de ‘start up’ ecuatorianas es un laboratorio, en el que emprendedores e inversionistas lanzan ideas, las prueban, corrigen errores y concretan negocios con alto potencial. Estos emprendimientos de base tecnológica tienen clientes locales y extranjeros; además empiezan a acceder a fondos de inversión, dentro y fuera del país.

    Hoy en día el Ecuador suma 101 ‘start up’ que se mueven en 12 sectores, desde las ‘fintech’, hasta comercio electrónico, pasando por transporte, salud, bienes raíces, entretenimiento y otros.

    Según el Radar Tech Start Up, elaborado por la aceleradora de emprendimientos Buen Trip Hub, el 30% de las ‘start up’ ecuatorianas está en el sector de las ‘fintech’, ese grupo de empresas que brindan servicios financieros apoyadas en la tecnología. En el podio le acompañan emprendimientos de economía colaborativa y comercio electrónico.

    Para Carmen de la Cerda, directora de Buen Trip Hub, en Ecuador se están ‘cocinando’ muchos asuntos vinculados con las ‘start up’. “Tenemos un ecosistema que está madurando y preparándose para salir a la región y al mundo. La idea es que sea un ser vivo, que vaya incorporando nuevos actores que piensen en soluciones para problemas globales”.

    De la Cerda añade que uno de los objetivos del radar es ser una guía de ayuda para los emprendedores que destinan dinero y tiempo para concretar su propuesta. “La idea es que vean el campo en el que van a competir y se comparen con sus posibles competidores. En temas de tecnología el asunto es más complicado por la inversión requerida y el tiempo de desarrollo del producto”.

    En Ecuador, las ‘start up’ cuentan con apoyo de empresas privadas que se convierten en incubadoras, aceleradoras o inversionistas. Santiago Ribadeneira, representante de Endeavor, una red global que opera en 28 países apoyando a emprendimientos de alto impacto, cree que el reto mayor es llegar a mercados como México, donde los fondos de inversión son grandes.

    “Las organizaciones de apoyo tienen que generar vínculos suficientes para que los emprendedores den el salto. Que una ‘start up’ esté en Ecuador, Colombia y Perú no es suficiente para lograr la atención de un fondo de inversión”.

    Un ejemplo es Mensajea, una ‘fintech’ que desarrolló un ‘chatbot’, un robot que simula, por voz o por texto, una conversación humana. Este ‘chatbot’ responde de manera automática un set de preguntas programadas, utilizando inteligencia artificial.

    Mensajea había levantado, hasta enero pasado, una inversión por USD 80 000. Además participó en el programa de aceleramiento Startup Bootcamp Fintech de México, en el 2017. Su fundador, Jurgen Schuldt, comenta que las iniciativas tecnológicas del país están muy parejas frente a las de otros países de la región.

    Schuldt también piensa que el ecosistema ecuatoriano es bastante incipiente. “La oferta de incubadoras, aceleradoras, inversionistas ángeles y fondos de inversión de riesgo es muy limitada y con muy poca experiencia”. Por eso Mensajea decidió abrir su mapa de acción y buscar recursos y mentoría fuera del país.

    Otra mirada la tiene Christian Torres fundador de dos ‘start up’: Yambuu y Krypto, ambas vinculadas con la seguridad de la información. Él asegura que en medio de errores y desconocimiento se ha generado un aprendizaje que favorece a la generación de nuevas ‘start up’ en el país.

    “Hay un buen avance pero seguimos en una etapa inicial. Mayores casos de éxito, no solo motivarán a nuevas iniciativas, sino que alimentarán de conocimiento para no cometer errores básicos en etapas de financiamiento, alianzas, mentoría y más”.

    A ganar valor

    En el crecimiento de los emprendimientos de base tecnológica un punto vital es la obtención de financiamiento. Lograr eso no es sencillo, según reconocen actores consultados por LÍDERES.

    En el país se trabaja para que los inversionistas que colocan sus ojos en una ‘start up’ entiendan cómo funcionan estas.

    Carmen de la Cerda, de Buen Trip Hub, recomienda esperar que la iniciativa gane valor. Muchas veces, dice, se cede buena parte del negocio a cambio de capital. “La consecuencia es que el emprendedor pierde control y motivación sobre su idea”. Ella cree que no se debe vender más del 30% de una ‘start up’. Eso lo tiene que saber tanto el emprendedor como el inversionista.

    El financiamiento es el reto a superar

    El acceso a recursos es el mayor reto que tienen las ‘start up’ en el país. Así lo reconocen emprendedores y lo confirman aceleradoras de iniciativas de base tecnológica que operan en el país.

    Tipti, Multidoctores.com, Cuestionarix y La Motora son cuatro actores del ecosistema de emprendimientos de base tecnológica en el país y forman parte del radar levantado por Buen Trip Hub. La primera es una aplicación que funciona desde el año pasado como un asistente de compras y que salió al aire luego de una inversión cercana los USD 350 000.

    Rafael Luque, fundador de Tipti, cuenta que la aplicación se financió con capital propio. “Es una cifra importante para ser una ‘start up’ local”, dice el emprendedor. La aplicación tiene hasta la fecha cerca de 43 000 descargas y 8 500 clientes, detalla Luque.

    En el caso de Multidoctores.com, una plataforma digital que conecta doctores con pacientes, ocurrió lo mismo. David Borja, vocero de esta plataforma tecnológica cuenta que un grupo de socios invirtió de su bolsillo para sacar adelante esta ‘app’ que hoy tiene una base de 20 médicos generales y 125 000 personas registradas.

    Otra ‘start up’ que camina con buen paso es Cuestionarix, una plataforma que capacita a los estudiantes para que rindan el examen Ser Bachiller. Desde el 2015 ha preparado a unos 320 000 estudiantes con una tasa de éxito del 80%. Su fundador, Guillermo Zárate, es directo: “emprender no es fácil, es un camino con baches y altibajos. La clave es mantener el enfoque, saber levantarse en los momentos difíciles y canalizar los buenos momentos. Es un camino emocionante , de mucho aprendizaje”.

    La Motora desarrolló la aplicación Meet2Go que se encasilla en el sector de entretenimiento. La ‘app’ permite comprar en línea entradas para eventos artísticos y ya suma 17 000 usuarios. Uno de sus fundadores, Juan Daniel Alvarado, considera que aún falta mucho por hacer en fondos de capital riesgo, que crean en la nueva oleada de emprendedores e intraemprendedores que existe en el Ecuador. “Todavía no hay una cultura fuerte de inversión en proyectos de base tecnológica”.

    Para Alvarado falta una mejor conexión y coordinación entre todos los actores, públicos y privados, para impulsar ‘start up’.

    En la aceleradora Kruger Labs se comparte lo dicho y se mira con optimismo el porvenir. Su fundador, Ernesto Kruger, cree que el ecosistema está madurando y tomando dinamismo.
    Este emprendedor y empresario reconoce que en el Ecuador faltan más inversionistas-ángeles, así como regulación adecuada de parte de las autoridades. Las fortalezas, dice Kruger, son dos: la alta tasa de emprendedores y la capacidad de internacionalización de las iniciativas nacionales.

    La tecnología es parte del ADN de una ‘start up’. Por eso los expertos recomiendan que en el equipo se cuente con desarrolladores propios. Eso garantiza soluciones rápidas para los clientes.

    La directora de Buen Trip Hub, Carmen de la Cerda, comenta que un error común es contratar un desarrollador externo, como si el producto o servicio que ofrece la ‘start up’ fuera algo estático.“Si se tiene al personal casa adentro se puede modificar los códigos o brindar servicio personalizado al cliente. Eso se complica si no hay un experto dentro del equipo”.

    Otro consejo lo comparte Zárate. Él asegura que en este negocio hay que medir número de usuarios y tener datos duros. “Emprender no es una moda, es un estilo de vida difícil, que implica arriesgar”.

    En la Región

    Se prevé que las ‘start up’ jugarán un papel fundamental en la tarea ayudar al sector privado de A­mérica Latina a ser más inno­vador. Así lo señala el Foro Económico Mundial.

    El Foro y la Corporación Financiera Internacional seleccionaron 50 ‘start up’ destacadas de América Latina. En el listado predominan empresas de Brasil. También se encuentran de Argentina, Colombia. Por Ecuador fue seleccionada Shippify, que se enfoca en los servicios de entrega.

    Un centenar de ‘start up’ se mueve en 12 sectores
    Un centenar de ‘start up’ se mueve en 12 sectores