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  • Pedro Romero: Subir la gasolina es medida fiscalista

    Pedro Maldonado

     (I) Editor del Semanario LÍDERES

    Pedro Romero, catedrático de la USFQ, analiza la dependencia de los subsidios a los combustibles y habla del efecto que su eliminación pueden tener en la economía ecuatoriana. Cree que el país se acostumbró a las subvenciones y que se requieren más medidas.

    El debate de los subsidios a los combustibles está nuevamente en la mesa. ¿El subsidio a los combustibles ha estado bien enfocado o no?

    El subsidio a los combustibles nunca estuvo focalizado, es decir que cualquier persona que tuviese un vehículo, propio, alquilado, de transporte, con distintas clases de combustible, recibía un precio subsidiado, indistintamente de su condición socioeconómica, su formación o su ubicación. El requisito era tener un vehículo. En ese sentido, era un subsidio generalizado, no focalizado. Ahora se discute el tema y se pretende que ciertos sectores tengan un subsidio focalizado, lo que sería algo nuevo para el país. Que los taxistas tengan un subsidio no cabe, porque ellos no son un transporte público y la mayoría de la población no usa taxis. Ese es un tema político, no técnico.

    ¿Qué implica esto para las personas?

    Cualquier persona con un vehículo ahora tendrá que estimar con precisión el uso que le da. Antes salía tres o cuatro veces al día, pero ahora, con la gasolina más cara, tendrá que optimizar el vehículo, reducir sus viajes. Otros pensarán en compartir con la familia o con compañeros de trabajo, usar aplicaciones de transporte.

    Habrá que ser más eficiente en el uso del vehículo

    Eso es bueno. Por otro lado, las personas que piensan comprar un auto por primera vez calcularán el consumo a la semana o al día. Eso implica tener en cuenta el precio del vehículo, el mantenimiento y la gasolina. Entonces, puede ser que esto haga que menos ve­hículos circulen en las calles, que la gente compre vehículos más pequeños o eficientes y que tengamos menos contaminación en el ambiente.

    ¿Históricamente Ecuador ha sido muy dependiente del subsidio a los combustibles?

    Desde los años 70 existe el subsidio, tal como en otros países petroleros. Eso ha conllevado a que la gente subestime el verdadero costo de un vehículo y compre un 4×4, un V6 o un V8, pero ahora quizás la gente piense diferente. Por otro lado, nos hemos acostumbrado a vivir de estos subsidios y por eso hay la lucha de los taxistas u otros grupos que se oponen a la eliminación. También es cierto que con los ‘booms’ económicos no importaba el precio o el subsidio, pero ahora, con la economía estancada, la gente ya se queda sin el ‘colchón’ de la subvención. Entonces un negocio, como un taxi o una flota de camiones, tratará de compensar el incremento del combustible reduciendo costos por otro lado y allí es donde se debe enfocar la discusión, en hablar de reducción de aranceles para partes y repuestos de vehículos que elevan el mantenimiento, por ejemplo. Son mecanismos de sustitución.

    ¿Qué tanto daño le han hecho los subsidios al país?

    Si uno se acostumbra a una ayuda que ha durado más de 40 años hay problemas. Pero si es temporal es distinto. Con esta clase de ayuda es como que no queremos valernos por nosotros mismos. Los precios internacionales del petróleo han bajado y eso se refleja en los precios de la gasolina en países como EE.UU. El precio internacional promedio de un galón de gasolina está en cerca de USD 2,30, pero acá se paga USD 2,50. Ese diferencial se convierte en un impuesto que se está llevando el gobierno. Entonces me preocupa bastante que el precio del combustible se convierta en un mecanismo de corto plazo para financiar al gobierno en su apetito por liquidez, por financiar el gasto.

    ¿Estamos ante algo más que una medida necesaria?

    Por eso creo que es un medida fiscalista y entonces el gobierno pude pensar usar este precio para financiarse en el corto plazo. Lo malo es que los combustibles y otras cosas los proveedores los llevan por transporte; inevitablemente puede generarse un efecto de que se repercuta en los precios y en el actual escenario, en el que la gente siente que el salario no le alcanza, la gente va a reducir la demanda y eso nos va a estancar aún más. De eso el gobierno no está diciendo y haciendo nada. Solo está pensando en cancelar las cuentas a fin de mes y no está pensando en la economía.

    ¿No es entonces una medida técnica y que debería estar pensada en el largo plazo?

    Pienso que hay que eliminar los subsidios, pero la manera en la que se lo está haciendo no es completamente técnica. Primero porque el precio sigue siendo controlado por el Estado y está por encima de los precios internacionales y, por otro lado, el hecho de que el Gobierno no se preocupe de reactivar la economía y pensar todo desde el punto de vista fiscalista.

    En todo esto, ¿cómo van quedando el dueño de un vehículo y las personas que temen incrementos de precios?

    No hay víveres en Ecuador que no se transporten por tierra, así como bienes que llegan a los puertos. Todo eso se puede encarecer relativamente y ese incremento se va terminar trasladando a los precios finales. La gente va a ver que su sueldo no le alcanza, va a bajar la demanda y la economía va a estar más estancada, con un posible aumento de desempleo. Inicialmente aún no se reflejan todos los efectos, pero con los días las personas van a ver que los alimentos suben de precio porque el transportista cobra más. Lo que no se está haciendo es, luego de eliminar subsidios, reducir aranceles en el sector automotor.

    ¿Qué otras medidas se pueden esperar ahora que está empezando el año?

    Me parece que el Gobierno y las autoridades han trasladado el ajuste, que era necesario luego de 10 años de exceso de gasto estatal, al sector privado. Lo que el Gobierno no ha hecho bien y se lo hemos pedido es reducir más el gasto estatal. Por ejemplo, me pregunto si vale tener aún un gobernador y un prefecto. Tal vez se puedan fusionar o una absorber a otra. También hay oficinas estatales sin uso, obras abandonadas o con problemas. Entonces, faltan reformas relevantes para sacarnos de esta situación económica. En lo laboral también se requieren reformas para que las empresas puedan contratar a tiempo parcial; hay estudiantes que pueden trabajar a medio tiempo, pero no lo hacen porque las leyes se lo impiden. Esa reforma, que parece tan básica, no se la ha hecho.

    Sin embargo, distintos actores reconocen los esfuerzos del Gobierno para equilibrar las cuentas y de haber incluido más empresarios en el Gabinete presidencial.

    En la parte económica me parece que todo se ha quedado en imagen, sin desmerecer los esfuerzos del actual Ministro de Finanzas. Los planes no han sido los adecuados y no han repercutido en un impacto positivo en la economía. Me parece que las medidas tomadas aún son tibias y solo se han enfocado en pasarle el ajuste al sector privado . Este año se mantiene una brecha grande y las autoridades no han detallado los ajustes. Lo que importan son las acciones, no solo la imagen que proyecte el gobierno.

    Hoja de Vida

    Formación. Economista con especialización en Finanzas, Escuela Superior Politécnica del Litoral, 2003. Tiene un MA en Economía, de la George Mason University, obtenido en el 2007. PhD en Economía, George Mason University, 2009.

    Docente.  Desde el 2009 se vinculó como profesor en la Universidad San Francisco de Quito. Es investigador del Instituto de Economía San Francisco Business School. Utiliza métodos de investigación desarrollados por la ciencia de la complejidad y la economía experimental.
    Trabajó en Solbanco y en el Instituto Ecuatoriano de Economía Política, con sede en Guayaquil.

    Entrevista a Pedro Romero, catedrático de la USFQ. Foto: LÍDERES
    Entrevista a Pedro Romero, catedrático de la USFQ. Foto: LÍDERES
  • Javier Bustos: ‘Subir impuestos debe ser la última opción’

    Santiago Ayala. Redacción Quito

    En este año empieza a ejecutarse una nueva reforma tributaria (la décima según varios sectores; la cuarta según el Gobierno), para financiar el incremento del Bono de Desarrollo Humano, de USD 35 a 50. Por ello, el panorama y las expectativas para los actores del sector privado cambió a último momento del año pasado, tras la aprobación de la Ley de Redistribución del Gasto Social. Javier Bustos, asesor tributario de empresas, ensaya un pronóstico de cómo se presentará el panorama recaudatorio para el 2013.

    ¿Cómo será el escenario tributario para este año?
    Es claro que el sistema tributario ecuatoriano seguirá creciendo en la medida en que la economía lo haga. La incertidumbre por tanto recae sobre qué va a pasar a nivel de poderes regionales, qué posición va a tomar Ecuador geopolíticamente con el desenlace de Hugo Chávez y qué va a pasar con el petróleo. A eso hay que sumar que estamos en un año de elecciones. Entonces, si se mantienen las perspectivas de que este Gobierno continúe otros cuatro años, no debería cambiar el sistema tributario, sería, básicamente, el mismo

    Pero este año ya entra en vigencia una nueva reforma tributaria. ¿Cuál será el efecto?
    En esta reforma no he visto -y es algo que ha faltado en todas las reformas tributarias-, que todos sepamos cuál es el trasfondo de aplicarla o cómo se llega a los estudios económicos para establecer la tributación. En el caso de esta reforma, no comparto la posición del Gobierno de que necesita las utilidades de los bancos, sacar un pedazo de ese pastel, para que no vaya a los accionistas, sino que se destine para financiar un bono.

    Al parecer, las empresas se están acostumbrando a que cada año se inicie con un paquete tributario. Y no hay mayor oposición a ello. ¿Silencio cómplice?
    Eso es verdad. Hay una oposición moderada por parte de las cámaras y las empresas. No es una oposición tan frontal porque gracias a que el Estado gasta y consume en la economía, hace obras, da plata a la gente, hay bonos, etc. y esa misma gente es la que está consumiendo sus productos, entonces dicen “bueno, sí, estamos ganando, y tenemos que pagar impuestos, aunque haya situaciones como el anticipo mínimo, por ejemplo.

    La actual reforma impacta directamente en las cuentas de las instituciones financieras. La banca ha anunciado que el crédito se verá afectado. Y eso es algo de lo que dependen muchas empresas para impulsar su actividad.

    Se acusa que el Gobierno salió con un tema puntual contra la propuesta de otro candidato, que dijo que iba a subvencionar el bono con una parte del Presupuesto. Yo pienso que el Gobierno ya tenía analizada la reforma, después de ver cómo han crecido la capacidad de crédito y de financiamiento dentro del sector financiero, y cómo han crecido sus utilidades. Entonces, el Gobierno sabía que no iba a propiciar una debacle del sistema financiero. Yo creo que el Gobierno hace bien en este caso, de que los dólares deberían estar aquí y no en el exterior. Sin embargo, al final del año deberemos ver las cifras de recaudación.

    El director del Servicio de Rentas Internas, Carlos Marx Carrasco, ha dicho que en el 2012, por ejemplo, se evitó que salgan USD 2 000 millones como efecto del aumento del Impuesto a la Salida de Divisas, al 5%. ¿Eso quiere decir que está funcionando la ‘evangelización’ tributaria adoptada como bandera por el Gobierno?
    En ninguna parte del mundo, la gente es propensa a pagar impuestos porque representa dar una parte de lo que uno considera propio. El Gobierno se ha enfocado mucho en auditar o ir a las grandes empresas; entonces, la gente ha cambiado su perspectiva, y dice: ‘este Gobierno persigue a los ricos, que antes no pagaban impuestos’. El sistema tributario se ha endurecido frente a los más grandes, hacia sectores económicos que tenían vínculos con el sector político, y que hasta cierto punto estaban protegidos dentro de un esquema gubernamental. Por otro lado, para la clase media y media baja, el sistema tributario incluso se ha suavizado. Pensemos que antes no había la deducción de gastos personales en trabajos de relación de dependencia, y hay otros temas como el de la lotería tributaria. Y aunque no soy muy creyente del aparato publicitario del Gobierno, pero si leo: “Tus obras son impuestos”, y veo que antes me iba a la playa por una carretera de segundo orden y ahora lo hago por una de cuatro carriles, entonces, veo que no es tan malo pagar impuestos.

    Sin embargo, el tema tributario es tan sensible que antes que incrementar impuestos, todos los actores sociales deberíamos sentarnos y discutir si es que no hay algunos gastos estatales que a lo mejor son innecesarios. Subir impuestos debiera ser la última opción, pero aquí en Ecuador es más bien la primera. El Gobierno dice que necesita plata para tal cosa y aumenta impuestos. Quizás ya es hora de priorizar las obras y los gastos y dejar para el último el incremento de impuestos.

    El argumento del Gobierno es que con dolarización la única política posible de generar ingresos es la tributaria. Antes se podía devaluar, hoy no. Y por eso los impuestos son una de las mayores fuentes de recursos del Fisco.
    Sí, es verdad que en un sistema dolarizado la política tributaria y el control de la salida de las divisas son básicos. Pero llega un momento en que el Gobierno ha cumplido su función de darle fuerza al Estado, y es hora de pasar a una siguiente etapa: respetar la institucionalización responsable de la separación de poderes. Y luego, hacia una tercera etapa que es la de creer más en la gente, en quienes crean plazas de trabajo y generan riqueza y divisas.

    ¿Los contribuyentes pueden soportar más ‘paquetazos’ tributarios?
    El Estado ha recaudado hasta donde ha podido recaudar. No alcanzo a visualizar por dónde debería ir otro sistema de paquete tributario. Y también hay que ver con quién nos comparamos; es decir, si España sube el Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 21%, el 12% en Ecuador daría para pensar en subirlo más. No sabemos hacia dónde va a el Gobierno, pero, en todo caso, ya tenemos una administración tributaria que, para este año, determinó que ya no habrá formularios de declaración (en papel), entonces, es un poco simplificarle la vida a la gente.

    ¿El éxito tributario tiene que ver mucho con el alto nivel de consumo? ¿El país está viviendo en una burbuja?
    El Gobierno ha controlado bastante bien el endeudamiento. Pero hay temas como el de la construcción, donde no hay control, donde departamentos que empezaron valiendo USD 500 ó 600 dólares el metro cuadrado ahora están a USD 1 600. Lo del elevado consumo lo veo como la relación de un padre fumador que le dice a su hijo que fumar es malo. Es similar acá: el Gobierno dice no al consumo en el exterior y que la gente abusa de las tarjetas de crédito, pero usted Estado, ¿está ahorrando?, ¿de todos sus excedentes hay una cuenta de ahorro para cuando, en algún momento, puedan existir problemas, utilicemos esta plata’?, ¿se gasta todo lo que tiene?

    ABOGADO CON EXPERIENCIA ACADÉMICA

    • Estudios. Abogado graduado en la Universidad Católica del Ecuador. Máster en Derecho de los Negocios.
    • En el sector público. Colaboró en el Servicio de Rentas Internas y en el Municipio de Quito.
    • En la academia. Es profesor y responsable de Área Tributaria de la Universidad San Francisco de Quito.