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  • El sector financiero superó su crisis

    Giovany Astudillo

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    Hace dos décadas el sector bancario estaba a punto de atravesar por su peor crisis, que generó el mayor sismo económico registrado en el Ecuador. Durante este tiempo ha pasado por un proceso de recuperación, innovación y consolidación.

    Pasó por cuatro etapas, resume el director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados (ABPE), Julio José Prado. La primera empezó en 1997 y finalizó en 1999 con la crisis del sector, “que se dio por deficiencias en la regulación y manejo de ciertos bancos. Además, hubo problemas en el entorno como el Fenómeno de El Niño…”.

    La segunda fue entre el 2000 y 2006. Fue una fase de recuperación económica impulsada por la dolarización. Prado dijo que la supervisión y regulación bancaria fue más moderna y se consideraron elementos de modelos internacionales como Basilea. “Eso posibilitó que el sector bancario se robustezca”.

    La tercera etapa, dice este representante gremial, está ligada a la primera parte del gobierno del expresidente, Rafael Correa. Fue entre 2007 y 2014, en un período de un importante crecimiento económico, “pero coyuntural. Creemos que se adoptaron medidas políticas para reducir la influencia de la banca en la economía ecuatoriana”.

    Para Prado, algunas acciones fueron adecuadas para robustecer al sector, “pero la supervisión y control fueron demasiado grandes y comenzaron a asfixiar a la banca, con el Código Orgánico Monetario y Financiero”.

    Él considera que mientras la economía crecía no se sentían los efectos de estas decisiones de supervisión y control, pero cuando empieza la cuarta etapa, que es la última crisis, la situación fue diferente.

    El sistema bancario privado aprendió las lecciones de la crisis de 1999 y evitó tomar riesgos innecesarios que generen un riesgo sistémico, asegura Prado. Pone como ejemplo, lo ocurrido entre el 2014 y 2015 con la última recesión del país que “encontró un sistema fuerte y bien apalancado y consolidado”.

    Los bancos privados tienen 10 millones de cuentas de ahorro y corrientes abiertas y unos seis millones de clientes. En 1997 funcionaban 44 bancos y, en la actualidad, existen 24.

    En los últimos 20 años, las cooperativas se convirtieron un importante actor del sistema financiero nacional. Según el director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur, Juan Pablo Guerra, estas entidades pasaron de representar menos del 1% del total de activos del sector a contar con el 28%.

    Guerra destaca la redistribución de la riqueza. “Los recursos que son tomados en las zonas rurales son invertidos en esas mismas zonas”. De acuerdo con cifras de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria, de cada USD 1 que captan las cooperativas en las zonas con mayor ruralidad colocan 1,47 en esos mismos sectores.

    Ese factor más la confianza, capacitación y otros permitieron que el sector crezca, señala Guerra. En la actualidad, 6,1 millones de ecuatorianos son socios de las 641 cooperativas que funcionan en el Ecuador.

    Hace 20 años funcionaban 44 bancos privados en el Ecuador; en la actualidad son 24.
    Hace 20 años funcionaban 44 bancos privados en el Ecuador; en la actualidad son 24.
  • Este equipo superó una crisis y ya suma cinco locales

    Redacción Quito

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    “En momentos de crisis también hay oportunidad para crecer”, afirma Juan Almeida. Este guayaquileño de 50 años -pero que vive en Quito desde los 11- es gerente de la cadena de almacenes El Ahorro.

    Su negocio actualmente tiene cinco tiendas: cuatro ubicadas en el norte de Quito, y otra en el sur de la capital. Sus locales ofertan jeans, camisetas, blusas, ropa interior y otro tipo de vestimenta de producción nacional.

    Sobre las perchas de la tienda central, ubicada en el bulevar de Cotocollao, en el norte de Quito ya se ven las colecciones de pantalones jeans, blusas e incluso ropas deportivas con ofertas para la temporada navideña.

    Los inicios de este negocio de la moda fueron en 1998 cuando se llamaba Las Chompas. En en esa época, la tienda ubicada en el sector de la Kennedy -al norte de la capital- solo comercializaba chompas de cuero, a crédito. En 1999 el negocio se formalizó ante las entidades competentes y tuvo su primer gran obstáculo: la crisis financiera que vivió el país.

    En el 2000, con la implementación de la dolarización en el Ecuador, el establecimiento perdió USD 23 000 debido al cambio entre el sucre y el dólar. Además, el desempleo y la ola migratoria que desató la crisis hizo que el local perdiera clientes que tenían deudas con el almacén, cuenta el emprendedor.

    No obstante, pese a la dificultad del momento, el almacén El Ahorro le dio un giro a su negocio: cambio de nombre y se dedicó a vender ropa ecuatoriana a precios asequibles y al contado: “quisimos cubrir el segmento económico medio bajo”, cuenta Almeida.
    En el 2002, la cadena inició su expansión. Por ejemplo, en ese año se inauguró la segunda tienda en el norte de Quito.

    La prioridad de los almacenes El Ahorro es trabajar con textileros artesanales y microempresarios locales. Carmen Morales, propietaria de Carmita Sport, es una de las 100 proveedores de almacenes El Ahorro.

    Desde hace 10 años le entrega blusas y camisetas de mujer y niña. Ella afirma que la producción utiliza telas nacionales en la fábrica que está en el sur de Quito.
    La relación con esta cadena de tiendas de ropa les ha permitido posicionarse en el mercado, cuenta la dueña de Carmita Sports.

    Para este año, las expectativas de la cadena El Ahorro es mantenerse en ventas con el mismo nivel de ventas que el año pasado. Esto porque están conscientes de la coyuntura económica del país.

    Además, Almeida indica que para el 2017 tienen algunos proyectos en mente como abrir nuevas sucursales en Sangolquí (valle de Los Chillos) y en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

    La idea de esta cadena quiteña no es perder su esencia: vender confecciones ecuatorianas de calidad y a bajos precios. Estas dos características son la clave para mantenerse como una vitrina de las pequeñas empresas textiles del país y como un generador de fuentes de empleo.

    El equipo de trabajo de almacenes El Ahorro junto  a Juan Almeida (centro) , el gerente de la empresa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    El equipo de trabajo de almacenes El Ahorro junto a Juan Almeida (centro) , el gerente de la empresa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • En 20 años, la telefonía móvil superó las expectativas

    Redacción Quito y Guayaquil

    El 11 de mayo del 1994 se inauguró el servicio de telefonía móvil en el país. En esa época, dos compañías privadas, Conecel, bajo la marca Porta, y Otecel, con Cellular Power, iniciaban la competencia por ganar clientes en Ecuador.

    20 años después el mercado de telefonía móvil desbordó las expectativas de todos sus actores. Con una penetración del 108% se convirtió en uno de los sectores con mayores ganancias en el país.

    De hecho, el año pasado, la empresa en Ecuador que registró mayores utilidades fue Conecel, con USD 341 millones; mientras que su principal competidor, Otecel, se ubicó en el séptimo puesto con 113 millones, según datos de la Superintendencia de Compañías.

    Sin embargo, a mediados de la década de 1990 las proyecciones del crecimiento de esta industria no eran tan altas. Hugo Carrión fue parte del equipo consultor que elaboró estudios para la implementación de la telefonía celular en el país.

    En esa época, indica Carrión, se preveía que en 15 años el número de usuarios iba a llegar a apenas 180 000. Pero la realidad fue otra. Para el 2009 el número de abonados llegó a 13,3 millones.

    Pero, ¿cuáles fueron los factores para el ‘boom’ móvil? Para Juan Carlos Solines, expresidente del Conatel, el principal factor fue la escasa penetración de los servicios de telecomunicaciones. «La penetración de telefonía fija no llegaba al 3%, conseguir una línea telefónica era algo grandioso», indica.

    En el país, explica Solines, ocurrió «el salto exponencial tecnológico». Es decir, ante la escasa adopción de una tecnología, como la telefonía fija, el usuario adoptó la siguiente: la telefonía móvil.

    Con todo ese escenario, dos compañías aprovecharon para expandirse en el país. La mexicana América Móvil, desde el 2000, y la española Telefónica, desde el 2005, compiten por sumar usuarios .

    Por ejemplo, Conecel, propiedad de la mexicana América Móvil que operaba en principio con la marca Porta y ahora con Claro, ha invertido en 14 años más de USD 4 600 millones, entre derechos de concesión, uso de espectro, impuestos directos, impuestos indirectos, entre otras inversiones. Así lo informó la empresa a través de un correo electrónico.

    Asimismo, Otecel, propiedad de Telefónica que está en el mercado con la marca Movistar, ha invertido USD 1 708 millones en sus casi 10 años de estancia en Ecuador. Ese monto contempla el pago inicial hecho por los accionistas de Telefónica para adquirir las operaciones en Ecuador a BellSouth, en el año 2004. La compañía, a través de un correo electrónico, señaló que esa cantidad también incluye inversión en redes y sistemas.

    Un tercer actor, pero con menor protagonismo en el mercado, es la Empresa Pública Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT EP). La compañía estatal tomó el lugar de Alegro PCS, que ingresó al mercado en el 2003. CNT actualmente cuenta con el 3,4% del mercado ecuatoriano.

    En el 2014, esta industria enfrenta nuevos desafíos. Las firmas telefónicas privadas buscan llegar a un acuerdo con el Gobierno para la concesión del espectro de la red 4G. También, se pretende impulsar mayor competitividad a través del ingreso de nuevas empresas telefónicas al mercado nacional.

    Un mercado liderado por 2 protagonistas

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    El mercado nacional cuenta con dos protagonistas principales: Claro y Movistar. A pesar de los esfuerzos, el tercer actor, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), no se ha podido consolidar entre las preferencias de los consumidores del servicio.

    La historia de la telefonía móvil se remonta a 1992. Ese año el Instituto Ecuatoriano de Telecomunicaciones (Ietel), que en ese entonces se encargaba de controlar la telefonía en el país, aprobó el reglamento para la concesión del servicio de telefonía celular.

    Las reglas del juego permitían que solo dos empresas compitan en el mercado nacional, cuenta Hugo Carrión, quien fue parte del equipo consultor que realizó el estudio para implementar la telefonía móvil en el país.

    Seis empresas entraron a competir para ofrecer el servicio: Movitel S.A.; Opetel S.A.; Ecuador Cellular One S.A.; Optel S.A.; Conecel S.A.; y Otecel S.A; las dos últimas obtuvieron la concesión ante las autoridades.

    Los costos del servicio eran elevados. Sin embargo, Conecel (Porta que luego se convirtió en Claro), comenzó a despuntar en el mercado. Para Carrión, las razones para que ello haya ocurrido es que Conecel «hizo bien las cosas».

    «Comenzó a ofrecer el servicio de mensajes de texto y a invertir en cobertura en todo el país, eso le ayudó a despuntar», concluye este analista.

    1997 fue el año en que Conecel marcó distancia en la competencia. Según una publicación del 11 de septiembre de 1997 de Diario Hoy, Porta llegaba a los 75 000 usuarios, mientras que Cellular Power (que ahora es Movistar) tenía 43 000. Las razones del distanciamiento entre empresas son tres: los costos reducidos de teléfonos, para acondicionar planes tarifarios más accesibles; una inversión de USD 70 millones para ampliar la cobertura; y las intenciones para incursionar en tecnología digital.

    Para José Otero, consultor de Signals Consulting, Conecel creció cuando Otecel pasó a manos de la española Telefónica, en el 2005. En ese año, la empresa buscó cambiar de tecnología, de CDMA a GSM, es decir comenzó a usar teléfonos con chips. Para el consultor el uso de una nueva tecnología trajo incertidumbre en los usuarios, que prefirieron mantenerse en Porta o cambiarse a ella, que ya contaba con GSM.

    Mientras que la operadora estatal Alegro, que ingresó al mercado en el 2003 no logró consolidarse. En este caso, Otero señala que Alegro tomó una «decisión tecnológica equivocada: no ofreció buena cobertura desde el principio e ingresó al mercado con tecnología CDMA, que comenzaba a ser descontinuada en el mercado.

    Para el 2008, Alegro pasó a la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), pero los resultados todavía son discretos. En los últimos seis años, CNT ha invertido más de USD 1,4 millones en tecnología e infraestructura de punta, señala la entidad a través de un correo electrónico.

    A pesar de que la CNT es la única que ofrece servicio 4G, el Internet con mayor velocidad disponible en el mercado tampoco ha logrado atraer nuevos usuarios. Solo para desplegar esta tecnología la empresa pública ha invertido USD 36 millones desde el 2012.

    Para Soraya Sinche, profesora de la Escuela Politécnica Nacional, cuando las operadoras empezaron su operación en el país tuvieron acogida en diferentes sectores geográficos. Conecel era más popular en la Costa, mientras que Otecel en la Sierra. Ello marcaría tendencia porque la mayor concentración demográfica del Litoral le daría ventaja Conecel.

    Asimismo, Sinche atribuye que otra de las causas para el despunte fue la rápida adopción de la tecnología GSM por parte de Conecel. Ello atrajo a más abonados a esa operadora.

    El 30 de julio del 2010, el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) resolvió declarar a Conecel como operador dominante. El organismo señaló que la operadora está en ventaja frente a sus competidoras.

    Fechas importantes

    1994 Inicia la carrera. Empieza la operación de las compañías. Dos firmas telefónicas inauguran el mercado nacional: Conecel con la marca Porta y Otecel bajo Cellular Power. En 1996 Cellular Power cambió a BellSouth.

    1997 Conecel gana terreno. Porta ganó más clientes por primera vez en el mercado nacional. En ese año Porta llegó a los 75 000 usuarios, mientras que BellSouth tenía 43 000. La mayor cobertura y la adopción de nueva tecnología le dieron más clientes.

    2000 Conecel se vende. En ese año Conecel pasó a ser empresa subsidiaria de la mexicana América Móvil. Tres años después la operadora estatal Alegro ingresa al mercado ecuatoriano, pero no tiene éxito debido a su poca cobertura y al uso de tecnología CDMA.

    2005 Telefónica en Ecuador. La firma española Telefónica Movistar compra Otecel y esta deja de operar con la marca BellSouth. En el 2008 se renegociaron los contratos con Otecel y Conecel. En el 2011 Porta cambia de marca para operar como Claro.

    2014 Negociación 4G. El Estado llama a licitación de más espectro para desplegar Red 4G con telefónicas privadas. También se crea un reglamento para el ingreso de nuevas empresas bajo la modalidad Operador Móvil Virtual.

    Espectro

    En el país. Ecuador es uno de los países con menor espectro en la región, sólo 180 Mhz, repartidos entre las tres operadoras, mientras que países como Colombia y Chile tienen más de 400 Mhz asignados. Se prevé incrementar con nueva licitación.

    La tecnología 4g promete más velocidades y servicios al usuario

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    La implementación de la red 4G en la telefonía celular -prevista para que funcione el próximo año- otorgará mayor velocidad de acceso a la Internet y ampliará los servicios para los usuarios.

    El decano de la Facultad de Telecomunicaciones de la Universidad de las Fuerzas Armadas-Espe, Paúl Bernal, destaca que la tecnología 4G compite con la red fija en cuanto a la velocidad de acceso a Internet. Esto dará impulso a los dispositivos móviles que se conecten a esta red. «Es bastante buena la tecnología en cuanto al nuevo nicho de mercado al que va a atacar sobre todo los ejecutivos y quienes siempre quieran estar conectados a su oficina».

    La operadora telefónica Claro indica que la asignación de mayor espectro del 4G LTE (evolución a largo plazo, por sus siglas en inglés), es indispensable para ampliar la capacidad de transmisión de datos de red y de esta manera ofrecer servicios más avanzados y mayores innovaciones tecnológicas a los usuarios.

    Por ello, la operadora aspira a que el Gobierno viabilice en el corto plazo la asignación del espectro y establezca condiciones que apoyen la inversión.

    El proceso de negociación del nuevo espectro ya se inició y el Régimen aspira a firmar los nuevos contratos a finales de año con Claro y Movistar. Esta última operadora sostiene que no es usual que en nueve años se desarrolle sostenidamente una nueva tecnología como esta y que a escala internacional se otorgan concesiones de entre 15 a 20 años.

    La operadora destacó que la masificación del 4G o banda ancha móvil no solo pasa por la oferta de las empresas telefónicas, sino por incentivar la demanda mediante políticas públicas que promuevan el uso de servicios de educación, salud, sanidad, tramitaciones, etc. «Es decir, es una obligación compartida entre lo público y lo privado».

    Además de la implementación de un nuevo espectro, se espera en el futuro nuevas operadoras virtuales. Estas son otras marcas que usan bajo arriendo la red de las operadoras ahora existentes.

    Bernal sostiene que esto implica un cambio a nivel de estrategias comerciales, ya que las nuevas operadoras no podrán hacer variaciones técnicas. Es decir, intentarán captar usuarios con promociones, descuentos y nuevas aplicaciones y software. En Claro están abiertos a la competencia y que de concretarse la llegada de las nuevas operadoras virtuales, la firma aspira que entren a competir en un ambiente de respeto a la Ley.

    Más de la red

    En Ecuador. En el 2012, el Estado entregó de forma directa a la CNT el espectro AWS y 700 MHz para desplegar la red 4G.

    Los usuarios. La empresa estatal contaba con 1 422 usuarios en la red 4G, hasta abril de este año.