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  • Cuba da luz verde a las tarjetas MasteCard en cajeros automáticos habaneros

    Agencia EFE

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    La red de cajeros automáticos de La Habana aceptan desde el 27 de junio las tarjetas MasterCard para retirar efectivo, incluidas las del Stonegate Bank, el primero de Estados Unidos autorizado para dar ese servicio en la isla, y el Banco Popular de Puerto Rico, según informó el Banco Central de Cuba.

    La vicepresidenta del Banco Central de Cuba (BCC), Irma Margarita Martínez, confirmó que ya están operativas las tarjetas MasterCard junto a las de Visa, que desde antes funcionaban en la isla, durante la primera Conferencia sobre Transferencias Monetarias Internacionales, inaugurada hoy en La Habana.

    «Esa posibilidad se inicia a partir de que se han solucionado los aspectos financieros y legales que estaban pendientes y gracias al accionar de las entidades cubanas encargadas del procesamiento de MasterCard y del proveedor externo que nos facilita tramitar sus operaciones», explicó un comunicado del Banco Central de Cuba entregado a la prensa.
    La entidad bancaria cubana indicó que este servicio, que en principio se presta solo en La Habana, «se irá ampliando a todo el país» en el futuro.

    Asimismo ratificó su disposición a «continuar ampliando las tarjetas emitidas por bancos de EE.UU. que así nos lo soliciten».

    «Estamos abiertos a cualquier acercamiento pero eso depende de que este interesada la banca norteamericana», señaló la vicepresidenta del BCC en declaraciones a periodistas.

    Recordó que actualmente las transferencias bancarias desde EE.UU. a Cuba todavía se realizan a través de terceros países, debido a las restricciones del bloqueo económico, financiero y comercial que aplica el Gobierno de Washington a la isla.

    En ese sentido, explicó que para hacerlas directas «requeriríamos de que nuestras instituciones bancarias pudieran tener cuentas abiertas en bancos norteamericanos y eso todavía no es posible por las regulaciones del bloqueo».

    Hasta ahora, el primer banco de EE.UU. con una relación comercial con un banco de Cuba (el Banco Internacional de Comercio, desde julio de 2015) y el único de ese país que emite tarjetas de débito para ser utilizadas en la isla es el Stonegate, con base en la Florida.

    La manager del Stonegate Bank, Tania Fernández, precisó que desde mediados de este mes, cuando se anunció la puesta en marcha de la tarjeta, se han emitido unas 500 habilitada por cubanos que vienen a visitar a su familia a la isla y representantes de compañías que hacen negocios con Cuba.

    Adelantó que van a emitir una edición limitada de 1 000 tarjetas MasterCard para personas que las quieran usar en Cuba.

    Cuba tiene unos 10 000 puntos de venta, mayormente hoteles, restaurantes, tiendas y para renta de autos en que Fernández dio que participa en la conferencia de IMTC para compartir la experiencia que tiene su entidad de trabajar con Cuba, tras los cambios que se han producido en el último año, después del deshielo diplomático entre Cuba y EE.UU., y así dar un poco más de confianza a otras entidades que están comenzando su proceso de hacer negocios con el país caribeño.

    La Conferencia organizada por la International Money Transfer Compliance (IMTC) y el BCC reúne en la capital cubana hasta el próximo miércoles a unos 80 participantes, principalmente de EE.UU., y también de México, El Salvador, Panamá, Uruguay, Argentina, Brasil, Portugal, España, Inglaterra, Canadá, Polonia.

    El director de IMTC y de Mohr World Consulting, una consultoría con sede en Florida, Hugo Cuevas Mohr, resaltó que las remesas son «muy importantes» para Cuba en el actual proceso de «actualización» de su sistema económico, y manifestó su «optimismo» por la celebración de esta primera reunión que buscará mejorar las vías para el flujo de remesas a la isla.

    Según la entidad estadounidense Habana Consulting Group, el aumento de las remesas ha convertido a Cuba en el mercado de crecimiento más dinámico de Iberoamérica, con un récord de USD 3 354 millones en 2015.

    La manager del Stonegate Bank, Tania Fernández, responde a preguntas de periodistas durante la primera Conferencia sobre Transferencias Monetarias Internacionales, en La Habana. Foto: EFE
    La manager del Stonegate Bank, Tania Fernández, responde a preguntas de periodistas durante la primera Conferencia sobre Transferencias Monetarias Internacionales, en La Habana. Foto: EFE
  • De las tarjetas pasó a los eventos sociales personalizados

    María Victoria Espinosa (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Durante 10 años, Fresh Boom ha sorprendido a sus clientes con diseños personalizados. Ese es el plus de su negocio, que se inauguró en noviembre del 2005 en Santo Domingo de los Tsáchilas, en un local de 5 m².

    Eloy Ríos, propietario del negocio, recuerda que arrancaron con un capital de USD 6 000. Su madre, Clara Luz Claro, viajó a Guayaquil para comprar mercancía como peluches y tarjetas. “Teníamos tan pocos productos, que cuando nos compraban un peluche debíamos reorganizar la vitrina para que no se notara el espacio vacío”.

    Para ganar clientela, Ríos, que había estudiado Diseño, decidió elaborar tarjetas artesanales personalizadas. La caligrafía, con letra a mano alzada, fue clave para atraer a más clientes. Además de la cartulina y el cartón incorporó materiales como la espumaflex, los estampados en tela, maderas y balsa china. “Cuando llegamos desde Santa Marta (Colombia), en el 2005, no nos imaginamos la acogida que tendríamos con un negocio que nació como una venta de peluches”.

    En la actualidad, Ríos tiene un local de 15 por 8 metros, porque en el anterior ya no entraba la clientela, que en sus inicios fue solo de estudiantes de colegios y universidades. Él asegura que para complacer a sus clientes realiza productos en cualquier material e incluso diseña hasta botellas de licor o cajas de chocolate.

    Marcelo Moreira es uno de sus clientes. Él le pidió matrimonio a su novia Andrea López, pero quería hacer algo especial, así que recurrió a Ríos. Él le hizo un baúl en madera, en el que colocó todos los obsequios que la pareja se había regalado durante relación. Al final del cofre se encontraba el anillo. Además, en la casa de la novia se colgaron globos de corazones y un vinil con sus nombres. “No pensé que quedaría todo tan bonito. Eloy se involucra y hace las cosas como si fueran para él”.

    Desde el 2007, Fresh Boom aumentó un nuevo servicio: la organización de eventos, como bodas, cumpleaños, bautizos…

    Clara Luz recuerda que la idea nació luego de que su hijo se encargara de decorar la fiesta de Primera Comunión de uno de sus primos. A los invitados les gustó, así que empezaron a ofrecer el servicio. Los primeros eventos eran pequeños, de hasta 60 invitados, pero en la actualidad han organizado fiestas temáticas para 500 personas. Por eso deben contratar hasta 20 personas, entre decoradores, meseros, chef y operadores en audio.

    Uno de estos eventos fue la fiesta de 15 años de Marvin Mendoza. Ella optó por una fiesta romántica al estilo Venecia. Ríos instaló góndolas en una piscina y las invitaciones se diseñaron como si fueran un pasaporte y el lugar fue iluminado con luces tenues, para simular una noche italiana.

    Cada semana, Fresh Boom agenda un evento grande (de más de 100 personas) y en la semana realiza eventos en la mañana o en la tarde, como reuniones familiares o cumpleaños infantiles.

    Los paquetes varían de acuerdo con los diseños, pero los hay desde USD 30. Ríos realiza decoraciones en Santo Domingo, Manabí y Esmeraldas. Los contactos se hacen a través de las redes sociales. La primera semana de enero organizó una boda en Esmeraldas. “Les comentaron sobre nuestro negocio. Nos contactaron y sin conocer personalmente nuestro trabajo confiaron en nosotros”.

    Para Claro es importante seguir innovando. Así que desde el año anterior también ofrecen a las embarazadas el servicio de ‘body painting’ (pintura corporal en el vientre). Lo hacen dentro del paquete del Baby Shower o de forma individual. Los precios oscilan ­entre USD 15 y USD 25.

    En este emprendimiento, las ventas son variables: hay ocasiones en las que llegan hasta los USD 5 000 o 10 000 semanales o quincenales. “Depende del evento. Tratamos de ofrecer calidad y evitamos cargamos de trabajo para cumplir”, afirma Claro.

    El mes anterior, Fresh Boom firmó un convenio con el Grand Hotel Santo Domingo, para que los eventos que organizan se realicen en sus salones. Ríos se encargará de la decoración y el hotel del sonido y del catering.

    Regalos personalizados
    Eloy Ríos es el encargado de diseñar regalos personalizados con tela estampada, espumaflex, cartón y vidrio. Además, organiza eventos sociales. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Las tarjetas de presentación entran a la era tecnológica

    The Wall Street Journal

    Para leer todo lo que figura en las tarjetas de negocios de Frank Zhao, es necesario una computadora. El programador de software y practicante en una empresa de biotecnología, de 22 años, tiene tarjetas fabricadas con una consola de circuito estándar, color verde.

    Al enchufar una de sus esquinas a un puerto USB y apretar “bloquear mayúsculas” varias veces, aparece su información en la pantalla.

    “Cualquiera puede usar redes sociales”, afirma el estudiante de último año en la Universidad de Waterloo, en Canadá. “Las tarjetas de negocios existirán bastante tiempo más”, afirma Zhao, y agrega que, para él, “son una nueva forma de impresionar”.

    Muchas empresas de tecnología y emprendedores que lidian con productos mayormente virtuales están adoptando las tarjetas de negocios táctiles. Las tarjetas suelen ser una representación tangible de la vida virtual de una persona.

    Y a medida que la gente suma más puntos de contacto -sitio web, e-mail, cuentas de Twitter y de Facebook- las tarjetas se vuelven un contenedor único para todos esos detalles.

    “No se puede reemplazar la simpleza de una pieza de papel para compartir esa información”, afirma Albert Hwang, un artista digital de 28 años de Nueva York. La información de contacto en sus tarjetas de papel aparece como si fuera código de computadora.

    Las tarjetas mismas se han vuelto sofisticadas herramientas de marketing. Este mes, Tristan Mace, de 22 años, ayudó a lanzar una empresa de viajes basada en la web llamada Want Me Get Me, que ofrece mejoras de categoría en hoteles a los jóvenes y adeptos a la tecnología. Las tarjetas de negocios de la empresa se parecen a tarjetas magnéticas de hoteles, las que se usan como llaves. Fue costoso producirlas, afirma Mace, pero ya parecen ser efectivas. “La gente me escribe por e-mail y dice: Conservo tu tarjeta en mi escritorio”.

    Las tarjetas especiales suelen costar más que las estándar, que, para grandes empresas, se pueden comprar en grandes cantidades. La mayoría de las grandes corporaciones aún usa tarjetas básicas: un paquete de tarjetas con un color de tinta impresas sobre papel común sale alrededor de USD 13 por 500 tarjetas, afirma Michael Loughran, presidente de la división de impresión de PowerOne Inc., que fabrica tarjetas para muchas empresas, incluida Dow Jones.

    Loughran afirma que las empresas nuevas piden cada vez más tarjetas más elaboradas que incorporan conexiones de USB y otras formas de conexión electrónica, con los llamados códigos QR que pueden ser leídos con aplicaciones de teléfonos inteligentes.

    Micha Kauffman, cofundador de Fiverr.com, realizó sus propias tarjetas al cortar una caja roja de computadora en casi 100 rectángulos de cartón que estampó con el logo de la empresa en tinta roja. Kauffman solo se las entrega a personas que podrían ser socios importantes o impulsar su empresa.

    Fiverr, con sede en las afueras de Tel Aviv, es un mercado en línea donde los usuarios ofrecen o compran servicios que van desde USD 5 a USD 150.

  • La Cooperativa Policía Nacional emitirá tarjetas MasterCard

    Redacción Quito

    El dinero plástico domina el mundo de los sistemas de pago. La Cooperativa Policía Nacional (CPN) no quiere quedarse fuera de este mercado. El pasado 28 de noviembre, anunció una alianza con MasterCard Internacional para ofrecer a sus clientes tarjetas de débito y crédito con este sello.

    Con esto, la CPN se convirtió en una de las primeras instituciones financieras del segmento de economía popular y solidaria en el país, en ser miembro principal de esta marca internacional. La meta inicial es emitir 33 000 tarjetas de débito y unas 10 000 de crédito, en el 2013.

    La emisión comenzará a mediados de diciembre y enero, una vez que la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria dicte la autorización, informó Santiago Mena, presidente de la CPN, entidad que actualmente tiene 55 000 socios; un 90% de ellos es personal activo de la Policía Nacional.

    La estrategia fue ofrecer un producto con bandera internacional y fortalecer el sentimiento de pertenencia de los socios, para que no busquen estos servicios en otros bancos. “El mundo de los negocios, el mundo de los sistemas de pago va hacia el dinero plástico”, dijo Mena, durante el lanzamiento de los nuevos productos. Además, indicó que espera captar nuevos clientes; entre ellos, otras cooperativas.

    Pablo Ramírez, presidente de Captec, firma que ayudó a apuntalar el proyecto en los aspectos operativos y tecnológicos, agregó que se buscó romper con la idea de que una cooperativa no puede tener acceso a estas marcas, “generalmente reservadas para las grandes firmas”.

    El proyecto coincidió con un esfuerzo de MasterCard por trabajar en la base de la pirámide y bancarizar al sector popular y solidario, añadió Boris Cornejo, country Mánager Ecuador de MasterCard. Alma Robles, vicepresidenta de Desarrollo de Negocios para MasterCard en América Latina y el Caribe, indicó que la firma dio las licencias a la CPN, porque estaban preparados técnicamente. “Somos una empresa de tecnología que requiere adaptación de sistemas, medios de comunicación, etc., ya que tenemos interoperatividad con más de 25 000 entidades en el mundo”.

    Mena dijo que incorporar estos procesos tomó casi un año y requirió una inversión de cerca de USD 1 millón. Para obtener el efectivo de sus cuentas, los socios de la CPN usan actualmente tarjetas de débito y la red de cajeros del Banco del Austro. Esas tarjetas serán reemplazadas y, además, la entidad tendrá sus propios cajeros, 51 en el país, cuya novedad es que los clientes requerirán solo la huella digital y una clave para sus transacciones.

  • Byron Rojas: un innovador de la tecnología

    Redacción Guayaquil

    La pasión por crear e innovar lo llevaron a abandonar su primer empleo en plena crisis bancaria en el Ecuador. A finales de 1999, con una hija de 6 meses y una ­esposa por cuidar, se aventuró a plasmar su primera idea: un dispositivo que pudiera interpretar el lenguaje de los terminales de venta, y transmitir datos mediante la tecnología CDPD (red que se usaba para Internet).

    Así, a sus 29 años, con una pequeña oficina, un osciloscopio, una computadora y muchas ideas, Byron Rojas (Guayaquil, 1970) creó, en su ciudad natal, Barrick, su primera empresa.

    Este emprendedor actualmente tiene su segunda empresa y continúa creando soluciones tecnológicas que han sido exportadas a empresas en Venezuela, Brasil, Costa Rica, entre otros países, y adquiridas por diversas multinacionales.

    Todo empezó cuando Rojas, un ingeniero eléctrico graduado en 1985 en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), se encontraba en un hotel en Campinas (Brasil). Allí evidenció que en el mercado internacional -de aquella época- no se habían desarrollado productos con conexiones inalámbricas de datos para cajeros automáticos, DataFast (un aparato que funciona como un punto de pago y enlace para tarjetas) y medidores eléctricos… Entonces, supo que era el momento de enfocarse en lo que siempre quiso: crear tecnología.

    Un año después lo logró. Creó un dispositivo electrónico que permite que los aparatos conocidos como DataFast se conectaran de forma inalámbrica a la base de datos de la entidad financiera.

    En ese tiempo, la conexión era mediante una línea telefónica que normalmente estaba ocupada. Aunque este invento no logró llenar las expectativas de Rojas, se vendieron 500 de estos aparatos en Ecuador y en Venezuela.

    Ricardo Berrezueta fue su profesor de Control Electrónico e Industrial en la Espol y recuerda ese episodio en la vida de Rojas: «Fue una idea revolucionaria».

    Él recuerda a Rojas como un alumno callado. Cuando hablaba -comenta- lo hacía para formular preguntas que resultaban oportunas para toda la clase. «Es de esas personas que mete la cabeza en algo y no la saca hasta lograr lo que quiere», agrega el catedrático.

    La perseverancia de Rojas queda en evidencia cada vez que relata cómo desarrolló alguna de las innovaciones. «Cuando empecé a trabajar en la creación de los dispositivos, pensaba que todo se podía hacer fácil y rápido. Luego, me di cuenta de que debía prepararme y pasaba leyendo libros, manuales que descargaba de Internet y experimentando con prototipos».

    Rojas cree que una de sus habilidades es identificar oportunidades. Así, mientras perfeccionaba un dispositivo para medidores eléctricos, diseñó en una semana un sensor de movimiento para marcar el número de pasajeros en los buses, que usaban la misma tecnología que el DataFast. Antes, había llamado a un dirigente de la Cooperativa de Transportes La Garzota, para ofrecerle el dispositivo. En el 2005, los buses urbanos reemplazaron a los torniquetes por estos sensores. Después de importar las piezas, elaboró unos 1 000.

    La tecnología, la electrónica y la música son sus aficiones. Para él, crear tecnología es parte de un proceso creativo y la música lo ayudó. Mientras trabajaba en su tesis de grado, en el año 1995 fue parte de Hábitat, una banda de pop-rock que formó con sus amigos de barrio de la ciudadela Paraíso. Allí, él tocaba el bajo en los conciertos que ofrecía la banda en un bar de Urdesa (norte de Guayaquil). Todos los jueves, viernes y sábados entonaban canciones de los años 80 y 90 hasta las 03:00. «Si no hubiese sido ingeniero, sería músico», afirma.

    Mensualmente se reúne con sus ‘viejos amigos’ a tocar en su casa, en donde tiene una batería que comparte con sus tres hijos. Su tiempo libre lo dedica a ellos; normalmente, para practicar las clases de matemáticas e inglés.

    EasyMetering es la segunda empresa que fundó en el 2010 y en la que tiene siete colaboradores. La firma desarrolla aplicaciones tecnológicas y tiene oficinas en Lima (Perú) y en el Research & Development Park, un parque de investigación de la Florida Atlantic University, en Miami (Estados Unidos).

    En julio de este año, vendió a la firma alemana Elster Solutions, una empresa que compite en el mercado de proveedores internacionales de medidores, un dispositivo que se incorpora a los contadores eléctricos y por el cual se emiten datos de manera inalámbrica.

    Versiones anteriores de esta solución son usados por los medidores industriales de las empresas eléctricas de Ambato, Regional CNEL de Milagro y El Oro.

    A sus invenciones se suma una máquina expendedora de recargas electrónicas que diseñó el año pasado. Elaboró siete y para este mes tiene previsto poner otras 100 en el mercado.

    Uno de sus socios, Pablo Duque, lo define como una persona responsable. «Siempre tiene ideas; proyectos que quiere hacer». Él lo conoce hace 15 años.

    No todo ha sido satisfactorio para Rojas. Los proyectos que diseñó con Barrick le dejaron deudas. En el 2008, cuando intentó retomar su proyecto de DataFast invirtió USD 50 000, pero los diseños no funcionaron. Otro proyecto similar al de los medidores falló.

    Pese a ello, Rojas cree que lo esencial es seguir intentando y no desmayar. «Pensamos que todo ya está hecho, pero siempre se puede hacer algo nuevo», dice.

    Durante una reunión en Brasil, antes de formar su empresa, este emprendedor compartió con otros ingenieros de Japón, Corea, Estados Unidos y Alemania. Mientras le contaban sus ideas se dio cuenta de que sus conocimientos estaban al mismo nivel. Ese capítulo de su vida lo recuerda cada vez que alguien le dice que no se puede crear tecnología en Ecuador.

    Su esposa Tania Espinoza recuerda que muchas veces lloró y cada vez que lo veía trabajar se preguntaba si todo el esfuerzo valdría la pena. «Yo leía los clasificados en el periódico y señalaba trabajos para él. Pero Byron no desmayaba, decía que ya tenía trabajo», recuerda.

    En cinco años aspira a que sus empresas vendan productos a escala mundial y que sigan dando valor agregado a las nuevas tecnologías. En su oficina, rodeado de máquinas y medidores, él continúa creando e innovando con la tecnología.

    El valor agregado y el aporte a la tecnología
    Inicios. En 1996 trabajó en el diseño de dispositivos con tecnología CDPD. Que luego adaptaría a la tecnología GSM.

    Software. Las tarjetas electrónicas son diseñadas para medidores de las marcas Elster Solutions y General Electric.

    Empresas. Barrick y EasyMetering. Y otros proyectos.

    LA FRASE:

    «Cada fracaso me permitió perfeccionar una idea. Yo quería crear tecnología y Cuando fallaba me llenaba de más ganas y dedicación».

  • Tarpuq pionero de la electrónica en la comunidad Andina

    Giovanni Astudillo Redacción Cuenca /LÍDERES

    Es la primera fábrica de su tipo en la Comunidad Andina y uno de sus principales objetivos es sembrar la tecnología en el país. De allí surge su nombre Tarpuq, que está relacionado con la palabra kichwa tarpuc, que significa sembrador.

    Con una inversión inicial de USD 7 millones, esta compañía cuencana que produce tarjetas electrónicas se inauguró el pasado 15 de enero. Se trata de una inversión de tres grupos económicos, que recibieron el apoyo de la Corporación Financiera Nacional (CFN).

    Los primeros clientes son las ensambladoras de celulares, televisores y radios para vehículos del Austro. Según uno de los socios, Bruno Carrera, son productos con un alto volumen de ensamblaje en el Ecuador y que enfrentan restricciones de importaciones, por esa razón «esta iniciativa les favorece».

    Hace año y medio surgió este proyecto, que busca agregar un mayor componente ecuatoriano a los productos electrónicos, señala otro de los socios, Cristian Crespo. «Sabíamos que el cerebro o placa agrega entre 30 a 60% del costo, pero la inversión de la maquinaria y el conocimiento era muy alto para poder amortizar en un solo producto. Por ello, tres grupos industriales cuencanos decidieron invertir».

    Según él, esa decisión estuvo de la mano con la política gubernamental de cambiar la matriz productiva y fortalecimiento a la industria nacional y «de apoyar este tipo de iniciativas».

    Los 40 empleados estrenaron un galpón con diseño que fusiona el estilo arquitectónico contemporáneo con las necesidades productivas. Está ubicado en la parroquia Challuabamba, al norte de la capital azuaya. En el área de producción, los ingenieros y técnicos utilizan batas, gorros… y se colocan una suerte de tacones que les permiten descargar todo el tiempo la energía estática que generan.

    «El cuerpo puede generar electricidad y que a su vez puede quemar el cerebro (electrónico)», dice Crespo. Se instalaron dos líneas de producción: la SMT y la T/H. La primera sirve para el montaje superficial de componentes electrónicos pequeños o microscópicos y son soldados en la parte de arriba. Son tarjetas para el funcionamiento de celulares o televisores, señala Carrera.

    De todos los equipos se destaca uno de tecnología japonesa, que tiene una capacidad para producir hasta 7 000 tarjetas en dos turnos diarios. Coloca más de 126 000 componentes por hora, unos más pequeños que un grano de arena, señala Crespo. «Estamos hablando de nanotecnología, con lo que se puede producir para todos los smarthphones que existen en el mercado».

    La línea T/H es conocida como de agujeros-pasantes. Son componentes más grandes que se colocan en la parte superior de la tarjeta, pero son soldados en la zona posterior. Este tipo de tecnología es usada para tarjetas para las cocinas de inducción, por ejemplo.

    La segunda fase del proyecto está en la mira y se prevé que funcionará desde mediados de año. También se producirán tarjetas electrónicas, pero en menor volumen para los clientes que demanden menos cantidades. Serán para motocicletas, automotores, cocinas de inducción…

    La producción de Tarpuq no solo genera un ahorro de divisas sino ofrece transferencia tecnológica, señala Crespo. «La idea es evitar la fuga de cerebros y los ingenieros podrán diseñar sus creaciones y plasmarlas con nuestra ayuda».

    Inversión y proyectos

    Los recursos. La Corporación Nacional de Fomento entregó USD 1,3 millones para la adquisición de los equipos.

    Los proyectos. En el largo plazo se piensa fabricar la materia prima de las tarjetas, que son las fibras de plástico donde se montan los componentes.

    El insignia

    Pablo Tamariz, Gerente de la empresa cuencana Tarpug

    Es un hito en el ámbito tecnológico del Ecuador, porque será un facilitador no solo para dar valor agregado nacional a productos que ya se fabrican o se ensamblaban en el país como televisores, radios o celulares sino que aparecerán alternativas locales.

    Me refiero a ingenieros electrónicos o de software que quieran desarrollar su propia tecnología y que no lo podían hacer por la falta de una empresa de este tipo en el Ecuador. Estoy involucrado en este tema desde hace unos 15 años y es muy complicado. Tarpuq beneficiará a firmas pequeñas o universidades.

    La oferta es grande, porque todos los productos electrónicos tiene una tarjeta. En Sudamérica solo hay firmas de este tipo en Argentina y Brasil.

    «La presencia de Tarpuq en ecuador beneficiará   a las empresas pequeñas y a las universidades».