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  • El TLC con Chile, otro paso para llegar a la Alianza del Pacífico

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Ecuador y Chile mantienen una relación comercial estable y sus gobiernos ahora buscan modernizarla y actualizarla. Por eso está previsto que esta semana empiecen en Quito las negociaciones para llegar a un tratado de libre comercio (TLC) entre los dos países sudamericanos.

    El intercambio comercial entre ambas naciones ya cuenta con el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) y la mayoría de bienes que se intercambian no paga aranceles. Rodrigo Yáñez, titular de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, explica que el objetivo es profundizar y modernizar el ACE mediante la negociación de un acuerdo que contenga disciplinas de última generación como telecomunicaciones, comercio electrónico, comercio de servicios, género, pymes, laboral y medioambiente.

    El intercambio comercial entre Chile y Ecuador ascendió el año pasado a USD 2 109 millones, un incremento de 8,6% frente al 2017. Las exportaciones chilenas alcanzaron los USD 493 millones, mientras que las ecuatorianas, USD 1 616 millones. Sin embargo, en el comercio no petrolero existe un déficit de USD 166 millones para Ecuador.

    “Las cifras nos inspiran a seguir trabajando para aumentar el comercio bilateral y diversificar nuestra oferta exportable, dotando al intercambio de un marco jurídico más claro, moderno y transparente”, dice Yáñez.

    Para Daniel Legarda, presidente ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), la relación comercial con Chile es relevante. “Está entre los 10 socios comerciales más importantes que tiene Ecuador hoy en día. Tradicionalmente ha sido un buen mercado, uno de los pocos países con los que tenemos un acuerdo por bastante tiempo”.

    Las negociaciones de un TLC con Chile serán claves para continuar con la apertura comercial ecuatoriana, añade Legarda. El vocero de Fedexpor añade que contar con un tratado de libre comercio con Chile es un paso necesario para ingresar a la Alianza del Pacífico. “Para entrar a ese bloque comercial, un requisito es tener un acuerdo comercial amplio con los miembros del grupo. Con Perú y Colombia ya lo tenemos en el marco de la CAN. Ahora se empieza a negociar con Chile y faltaría hacer lo mismo con México”.

    En Ecuador existe optimismo y se espera que las negociaciones avancen rápido. Legarda cree que las rondas de negociación podrían ser dos o tres y que el acuerdo estaría cerrado este año.

    Según el vocero de Fedexpor, en el tema de servicios hay intereses de ambas partes. Desde Ecuador, indica, se provee de servicios en software financiero y Chile tiene presencia en educación. Además, el acuerdo traerá más inversiones chilenas en sectores como infraestructura logística y software. Un TLC traerá también posibilidades para compras públicas y propiedad intelectual.

    Por su parte, Yáñez considera que en el nuevo acuerdo comercial se incluirá un capítulo de cooperación económica comercial, política de competencia, entrada temporal de personas de negocios y cadenas globales de valor. “En consecuencia, este nuevo acuerdo comercial incentivará aún más el comercio de bienes y servicios, ya que entregará una mayor certeza y predictibilidad a las empresas chilenas y ecuatorianas, variable de alta importancia”.

    Según datos de Fedexpor, las exportaciones no petroleras del país suman más de 450 productos de unas 630 empresas ecuatorianas. Entre los principales productos que envía Ecuador están banano, conservas de atún, plásticos y manufacturas, conservas de frutas y de vegetales y camarón.

    Del lado chileno, los productos que más llegan a Ecuador son frutas, preparaciones alimenticias, fármacos, papel y plásticos.

    Las negociaciones para un TLC entre Ecuador y Chile llegan en medio de desafíos para las dos economías. En Ecuador, la Gerenta del Banco Central, Verónica Artola, señaló a mediados de junio que la proyección de crecimiento se ajustó. En principio se esperaba que la economía ecuatoriana creciera 1,4% este año, pero ahora la previsión es de 0,2%. “Siempre dijimos que las medidas (de ajuste) iban a desa­celerar la economía. Según la información que tenemos, no vamos a entrar a campo negativo. Habrá desaceleración, pero no decrecimiento ni crisis”.

    La economía chilena, por su parte, no ha podido despegar este año al ritmo deseado por el Gobierno, con un crecimiento del PIB de solo un 1,6% interanual en el primer trimestre, lo que llevó al Banco Central a recortar su proyección de crecimiento a un rango de entre un 2,75% y un 3,5% para este año. Los analistas, en tanto, han reaccionado de la misma forma y sus pronósticos rondan ahora en torno a un 3% de crecimiento para este año, mientras el Gobierno estudia su propia meta, de una expansión del 3,5 %.

    El acuerdo ampliará oferta exportable

    La tienda de licores Edca Company oferta productos de varios países. En la rama de vinos, los de origen chileno son los más vendidos. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    La tienda de licores Edca Company oferta productos de varios países. En la rama de vinos, los de origen chileno son los más vendidos. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

    Un futuro TLC entre Ecuador y Chile genera positivas expectativas entre exportadores e importadores, ya que si bien ahora la mayor parte de productos del ACE gravan el 0% de arancel, un acuerdo más amplio permitirá incorporar nuevos productos y servicios, así como aspectos técnicos que faciliten el intercambio comercial.

    Ese puede ser el caso de los licores. Actualmente, el 50% del vino que se consume en Ecuador proviene de Chile, las tres principales marcas son Concha y Toro, Morande y San Pedro Tarapacá, según la Asociación Ecuatoriana de Importadores de Licores (AEIL).

    Existen 35 empresas ecuatorianas que importan esa bebida -y sus derivados-, pero también pisco. Las presentaciones son variadas y se venden al consumidor final en precios que van desde los USD 4 a los USD 300.

    La ampliación del ACE permitiría que llegue a Ecuador otro tipo de destilados producidos en Chile, como whisky o ron, asegura Felipe Cordovez, presidente de la AEIL. Añade que de no ser por las ventajas arancelarias, los precios de los licores importados podrían dispararse hasta el 400%, dependiendo del producto, como ya ocurre con bebidas de países con los que no existen convenios de intercambio comercial.

    Diversificar la producción representa un desafío para las empresas, especialmente para las micro, pequeñas y medianas (mipymes) que buscan exportar.

    “Algo que debe aprovechar el empresario ecuatoriano es el tema de los bienes intermedios, como licor de cacao, manteca de cacao. En Chile también se valoran las pulpas de jugos o las conservas de frutas o conservas de hortalizas. Estos son derivados, pero no son productos finales”, dice Xavier Rosero, gerente Técnico de Fedexpor.

    El 80% de las exportaciones ecuatorianas a Chile se concentra en banano, conservas de atún, manufactura de plástico.

    Un segmento con potencial para los productores ecuatorianos es el de derivados del banano. La fruta tiene gran acogida entre los consumidores chilenos. Según cifras de Trade Map y de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), durante el 2018 Chile importó 231 883 toneladas métricas de banano; 229 471 llegaron desde Ecuador.

    Richard Salazar, presidente de la Acorbanec, señala que el mercado chileno prefiere la fruta entera, por lo que las exportaciones casi en su totalidad son de ese tipo. En un pequeña porción se envían compotas de alimento para bebés.

    Salazar considera que existen las condiciones para expandir las exportaciones de banano ecuatoriano hasta las 300 000 toneladas.

    Darwin Rosales, docente de negocios internacionales en la Universidad UTE, observa oportunidades para el envío de electrodomésticos, conservas, ‘snacks’ y más elaborados en Ecuador. Estima que el abanico de productos se ampliaría dependiendo de los márgenes que se acuerden en las reglas de origen.

    Intercambio

    Población. Chile es un mercado de 17,9 millones de personas. El PIB per cápita es de USD 24 600. Ecuador, en cambio, posee una población de 17 millones y un PIB per cápita de USD 4 226.

    Inversión. La inversión extranjera directa (IED) de Chile en Ecuador se concentra, principalmente, en los sectores de agricultura, comercio, construcción y electricidad, gas y agua. Sin embargo, el flujo de IED aún es mínimo; entre enero y noviembre del 2018 alcanzó USD 28 millones.

    Piña. La fruta producida en Ecuador es uno de los productos agrícolas más apetecidos en Chile. En el 2017 los envíos a ese país representaron el 30% de toda la exportación de piñas ecuatorianas.

    Carmen Cerda Castillo: ‘Hay que darle una mirada a la innovación y reconvertirse’

    Carmen Cerda Castillo es la directora del Departamento Económico de la Embajada de Chile en Ecuador. Foto: Cortesía Embajada de Chile en Ecuador
    Carmen Cerda Castillo es la directora del Departamento Económico de la Embajada de Chile en Ecuador. Foto: Cortesía Embajada de Chile en Ecuador

    ¿Quienes participarán en la primera ronda de negociaciones Chile-Ecuador?

    Esta primera ronda abordará aspectos muy técnicos. Vienen (de Chile) alrededor de 15 funcionarios de la Direcon, del área bilateral. La idea es incorporar más disciplinas y estándares en distintas materias, tanto a nivel comercial, pero también en aspectos con enfoques más inclusivos a la modernización del Acuerdo de Complementación Económica.

    ¿Qué aspectos se incluirán en materia de comercio electrónico y en pymes?

    Dado el rápido avance de la tecnología para hacer este tipo de transacciones hay que ver temas de tributación, cómo se aplican, cómo se pueden lograr beneficios. En el caso de las pymes se busca generar programas en conjunto de apoyo. (En el acuerdo) se están incorporando normativas, restricciones, regulaciones, certificaciones… Facilitar el comercio hasta que los trámites puedan ser más ágiles.

    ¿Qué recomendaciones da a las empresas para enfrentar el desafío que representa la apertura comercial?

    Nuestros comercios (de Ecuador y Chile) dependen mucho de los productos commodities. Hoy en Chile existe la posibilidad de innovar y generar productos con mayor valor agregado, y tratar de apuntar a ciertos nichos o segmentos que generen mejores retornos, sobretodo, para las pymes. Por ejemplo, Ecuador es un gran exportador de cacao y tiene la posibilidad de producir un chocolate maravilloso. Esperamos que, más que exportar cacao, pueda exportar chocolate u otro tipo de productos que sean muy diferenciados, muy de nicho. La idea es darle una mirada a la innovación, reconvertirse.

    Los presidentes de Ecuador y de Chile, Lenín Moreno y Sebastián Piñera, acordaron el pasado 6 de junio avanzar formalmente en la negociación de un tratado de libre comercio. Foto: Presidencia de la República
    Los presidentes de Ecuador y de Chile, Lenín Moreno y Sebastián Piñera, acordaron el pasado 6 de junio avanzar formalmente en la negociación de un tratado de libre comercio. Foto: Presidencia de la República
  • David Lewis: El TLC se podría negociar en 4 rondas

    Carolina Enriquez

    redaccion@revistalideres.ec

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    David Lewis, experto en comercio exterior y vicepresidente de Manchester Trade, explica que EE.UU. busca un acuerdo comercial sin exclusiones y con total apertura. El no contar con beneficios arancelarios, dice, vuelve menos competitivas a las exportaciones del país

    ¿Cuál ha sido la situación comercial del país frente a los EE.UU. en la última década?

    Lo primero que se debe decir es que, bien o mal, Ecuador pasó de ser un país con el mejor arreglo comercial y de inversiones con EE.UU., fuera de un Tratado de Libre Comercio (TLC), gracias a la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (Atpdea), a uno sin ello, una vez que terminó el programa (que permitía el ingreso sin aranceles a ese mercado). Ecuador estuvo negociando un TLC con los andinos, pero lamentablemente, junto a Bolivia, por decisión propia, se salió del proceso. Decayó en un mecanismo con menor cobertura, el Sistema General de Preferencias (SGP), que no es particular porque cubre a los países en desarrollo con los que EE.UU. no tiene un acuerdo comercial permanente (este finalizó en diciembre del año pasado).

    ¿En conclusión?

    Ecuador pasó de ser uno de cuatro privilegiados a uno de 122 países. Como decimos en nuestro idioma, uno del montón. Eso, obviamente, le crea presiones al sector exportador porque el programa SGP se tiene que renovar cada dos años; cada vez que se debe ampliar, este instrumento comercial no está garantizado.

    Hasta que se renueve ¿Qué impactos genera en Ecuador la falta de preferencias?

    Mientras eso sucede los exportadores están complicados porque están pagando un costo adicional en el mercado de los EE.UU. Su producto está perdiendo competitividad allí.

    ¿Qué consecuencias podría enfrentar el sector exportador al estar estos meses sin preferencias en EE.UU.?

    Puede impactar duramente a los exportadores. De repente, alguno de los compradores en EE.UU., por pagar hasta 23% de arancel, busque otro proveedor. Ahí el exportador pierde. De ahí el interés del Gobierno y del sector empresarial de retomar el periodo perdido y de contar con preferencias más abarcadoras y permanentes. Ya no puede ser Atpdea, pero sí un acuerdo comercial.

    Pero, antes que eso se concrete ¿Qué se puede esperar?

    El SGP. La información que tenemos es que se va a renovar por tres años y, en ese tiempo, se tendrá un nivel de estabilidad. El problema es que no es permanente, es únicamente un paliativo.

    ¿Por dónde empezar la negociación de un acuerdo comercial con Washington?

    Los EE.UU. tienen un mecanismo previo a la negociación con países que se llama Consejo de Comercio e Inversiones (TIC, por sus siglas en inglés). Con Ecuador este se firmó en 1990 y la última reunión fue en 2009. Ahora, la idea del Gobierno y del sector privado, es reactivar ese Consejo; usarlo para dialogar, para profundizar temas comerciales y de inversión y como apalancamiento para una negociación comercial.

    ¿Cuál es la posición del presidente de EE.UU., Donald Trump, con relación a negociar nuevos acuerdos comerciales en el mundo?

    En estos momentos, lo que la administración Trump está hablando, verdaderamente, es administrar los compromisos de tratados -ya negociados- en los que entiende que puede haber falta de cumplimiento y/o violaciones por parte de los países. Ya los han identificado en varios casos.

    ¿Cuáles?

    En el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), con relación a exportaciones de madera de Perú, en temas de propiedad intelectual con Colombia, etc. Entendemos que en algunas áreas los compromisos en los tratados no se han mantenido y hubo que traerlos a colación.

    De negociar un acuerdo nuevo, ¿Qué busca EE.UU.?

    Lo que ha establecido, a diferencia de las administraciones pasadas, republicana y demócrata, es que no interesan acuerdos multilaterales sino bilaterales, país-país (…) EE.UU. ha saturado su mercado en las Américas, por lo cual solo quedan los tratados bilaterales.

    ¿Qué queda en la región?

    Mercosur, Ecuador y Venezuela. A esta última no le interesa nada con los EE.UU. Otros países ya están. En ese sentido no hay un planteamiento de no negociar un acuerdo. EE.UU. responde al demandante, lo que es Ecuador ahora. El país está diciendo que le gustaría hablar sobre esto; EE.UU. dice bueno no hay problema, pero tiene una serie de condiciones.

    ¿Cuáles?

    No se puede entrar en un diálogo para profundizar relaciones de comercio e inversión con un país que tiene una variedad de irritantes (tasa aduanera, falta de tratados de inversión, entre otros). Eso lo ha planteado el embajador de EE.UU. en Ecuador, Todd Chapman. Entendemos que parte de la agenda de reactivar el TIC es atacar estos irritantes. Si esto se logra resolver, el próximo paso es un compromiso para una negociación de un acuerdo comercial.

    La propuesta de Ecuador es negociar con EE.UU. un acuerdo similar al que tiene con la Unión Europea (UE). ¿Podía hacerse esto?

    No puedo hablar por lo que plantea el Gobierno. En mi experiencia de 30 años trabajando con el gobierno de los EE.UU. puedo decir que ellos negocian TLC recíprocos, completos. La naturaleza de estos es que cubren todos los sectores, sin exclusiones y se ciñen a la relación comercial y de inversiones. No incluyen temas de cooperación para el desarrollo, empleo, entre otros. Los acuerdos de asociación de la UE no son TLC. Están más relacionados en reforzar la relación (…) ningún país que ha intentado algo con EE.UU. que no es un TLC lo ha logrado. La posición es clara.

    ¿Cuánto demoraría negociar? El acuerdo con la UE tomó nueve años en total.

    La negociación de los centroamericanos, por ejemplo, desde que empezaron a negociar y terminaron fue de tres años. Luego vino el periodo alargado para la ratificación en cada una de las partes (…) Ecuador tiene la ventaja de que ya tenía Atpdea y, por lo tanto, tiene una base; estamos construyendo de ahí para arriba. Además hay una relación amplia de comercio e inversión con EE.UU. y una economía dolarizada, vinculada con el mercado estadounidense. Vemos que no va para una negociación de años. Entendemos que un calendario, partiendo de la reunión del jueves (8 de febrero) entre el viceministro de Comercio Exterior, Humberto Jiménez y autoridades de la Oficina de Comercio de los EE.UU., podría dar para unas cuatro rondas, en seis meses.

    ¿Es posible lograrlo?
    Si Ecuador puede con ese ritmo no lo sé, hay mucho que preparar. El sector empresarial lleva una década sin tener el andamiaje para atender negociaciones (con EE.UU.) como lo tenían durante el proceso del TLC andino . Mucho de eso se cayó y el sector privado se avocó a la supervivencia eterna. Los temas en que se centrarán, principalmente, son servicios y propiedad intelectual.

    Hoja de vida

    Formación. Es experto en comercio y negocios internacionales en los sectores público y privado del Caribe y Latinoamérica. Tiene títulos académicos de la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pennsylvania, de la Universidad Brandeis y de la Universidad de las Indias Occidentales, Jamaica.

    Experiencia.  Es vicepresidente de Manchester Trade. Representó los intereses de gobiernos y firmas en comercio e inversión en el Caribe y Latinoamérica. Fue director ejecutivo adjunto de Caribbean/Latin American Action, subsecretario de Estado para el Desarrollo del Caribe del gobierno de Puerto Rico, comentarista de CNN en Español…

    David Lewis es experto en comercio exterior y vicepresidente de Manchester Trade. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    David Lewis es experto en comercio exterior y vicepresidente de Manchester Trade. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • TLC genera expectativas mesuradas en productores de carne sudamericanos

    Agencia AFP

    El ganado está listo para enviar a faena, pero Luis Marfurt recorre su campo en Uruguay por enésima vez: aunque planea en el aire un eventual TLC entre el Mercosur y la UE, los altos costos y el clima duro no le dejan margen de error.

    La temperatura supera por mucho los 30 grados. La sequía se ve en las pasturas y se respira en el aire del verano austral. Los animales, bien alimentados, a campo y en corrales, resisten gracias a la sombra de los árboles y agua en abundancia.

    “El negocio está apretado. (…) Los márgenes son muy ajustados y dependemos del clima”, explica este ganadero a la AFP en uno de sus campos en Colonia Cosmopolita, 135 km al oeste de Montevideo.

    Marfurt tiene 73 años. Comenzó con un pequeño tambo, una explotación lechera que él y su hermano heredaron de sus padres. Tenían 30 vacas y una superficie chica. Hoy producen 4 000 cabezas de ganado por año, y entre campo propio y arrendado controlan 1 500 hectáreas en las que crían ganado de carne para faena.

    Marfurt cuenta que sus hijos y sobrinos se volcaron a trabajar en el emprendimiento. “ Acá es todo familiar ” , resume con una sonrisa orgullosa.

    Expectativa y realismo 

    El establecimiento de los Marfurt es de tamaño medio en el Mercosur, que se apresta a firmar un demorado TLC con la Unión Europea (UE) en el cual el apartado cárnico es de los más sensibles.

    El productor uruguayo ve la iniciativa con buenos ojos. Pero, acostumbrado a los golpes del mercado, es realista y no se hace ilusiones. Asegura que si el TLC no se firma, se podrá subsistir apostando a los mercados actuales y otros que eventualmente puedan abrirse.

    El TLC “sin duda va a repercutir porque va a exigir mejor calidad de carne. La diferencia la podemos hacer por la calidad”, estima.

    “Lo que nos falta es que nos bajen un poco los costos, cosa que a veces ellos (los productores europeos) tienen; tienen subsidios, entonces es más fácil para ellos que para nosotros”, dice Marfurt.

    El criador cree que en su caso el potencial de crecimiento es de un 30 a 40%. El acuerdo Mercosur-UE podría incidir, tal vez, en 10 puntos. Pero si no se firma, no habrá decepción.

    “Hay muchos mercados” para la carne, y si alguno se “tranca”, “hay cómo volcar el remanente en otros”, asegura.

    ‘Un comercio millonario’ 

    El Mercosur (Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay) y la UE negocian desde 1999. Los dos bloques intercambiaron ofertas y 90% del comercio bilateral quedaría liberado. Carne y etanol son los puntos críticos.

    La propuesta europea habilita el ingreso de 70.000 toneladas anuales de carne bovina con arancel cero del Mercosur, cuyos cuatro socios están entre los 10 mayores exportadores del producto en el planeta, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. El temor de los ganaderos europeos es que estos competidores golpeen su negocio.

    Brasil, segundo exportador mundial, exportó 1,2 millones de toneladas de carne bovina y derivados por 5.000 millones de dólares en 2017. Argentina produjo 2,85 millones de toneladas, pero el 90,4% fue para su mercado interno. Uruguay, de apenas 3,4 millones de habitantes, es el séptimo exportador de carne de res, con 307.000 toneladas, 72% de su producción, y USD 1 530 millones en 2017, seguido por Paraguay.

    El acuerdo y la ‘Big Mac’ 

    Productores y frigoríficos tienen una visión contundente: si la oferta cárnica de la UE no mejora, el TLC tiene poca razón de ser.

    “Es muy difícil luchar cuando uno ve a algunos políticos irlandeses y algunos políticos franceses que en aras de quedar bien y tratar de mantener o conquistar a esos productores (agropecuarios), dicen cosas que no se ajustan a la verdad” , señaló a la AFP Daniel Belerati, vicepresidente del Foro Mercosur de la Carne, un organismo formado por productores y frigoríficos que asesora a los gobiernos del bloque en las negociaciones con la UE.

    “La última oferta en materia de carne fue de 70.000 toneladas. Estamos hablando de algo que es el 0,1% de lo que son los dos bloques (en producción y consumo), y estamos hablando de sacarle los aranceles a eso. Es absolutamente ridículo decir que una producción puede ser cuestionada por el ingreso de 70.000 toneladas que hoy pagan 4,03 euros por kg y que pasen a pagar cero euro; que eso va a desbalancear un mercado de 500 millones de personas”, enfatizó.

    La oferta de la UE es de “138 gramos per cápita por año. Esa es la oferta. Para hablar con claridad, es lo mismo que comer una ‘Big Mac’”, y “eso es una tomadura de pelo. No se puede ofrecer una hamburguesa por año”.

    “Si la UE no mejora el tema de la carne y del etanol para Brasil este acuerdo está seriamente cuestionado”, remató.

    Los animales, bien alimentados, a campo y en corrales, resisten gracias a la sombra de los árboles y agua en abundancia. Foto: Archivo / LÍDERES
    Los animales, bien alimentados, a campo y en corrales, resisten gracias a la sombra de los árboles y agua en abundancia. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Cuatro TLC están en fila

    Edmer Tovar. Portafolio de Colombia (GDA)

    Una agenda movida en el Congreso de la República tendrán los temas del sector de Comercio, Industria y Turismo, en la legislatura que comienza el 20 de julio.

    La aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea, el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, así como el de la Alianza Pacífico, el Acuerdo de Alcance Parcial con Venezuela, al igual que el de inversión que Colombia negoció con Japón, serán las prioridades del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en las próximas sesiones del Congreso.

    La aprobación de estos proyectos, así como de las iniciativas de desarrollo empresarial y de turismo, en concepto del Gobierno, le darán las herramientas que tendrán impacto positivo en el crecimiento del comercio, la diversificación de mercados, la llegada de más inversión y la generación de empleos de valor.

    El TLC con Corea, negociación que concluyó el 14 de junio, se convierte en un instrumento fundamental para profundizar las relaciones con Asia.

  • Colombia y el TLC con EE.UU.

    Dennis Rodríguez P. – Corresponsal en Bogotá de Grupo EL COMERCIO

    Con una mezcla de optimismo e incertidumbre, Colombia entró de lleno en el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado en el 2006 con EE.UU.

    Luego de un prolongado proceso de ocho años de negociaciones entre las dos partes, la aprobación y la ratificación por los congresos de ambos países, en Colombia, sin embargo, persisten las dudas. La más recurrente de todas se refiere a si la nación cafetera está preparada para un acuerdo comercial de largo alcance con la primera economía del mundo y que entró en plena vigencia el 15 de mayo.

    El gobierno del presidente Juan Manuel Santos, en coincidencia con gran parte del sector empresarial, ha reiterado que sí. Es más: meses atrás dibujó el mapa de los beneficios que traerá el acuerdo. Entre ellos, la generación de 250 000 nuevos puestos de trabajo en cinco años, el aumento de las exportaciones en un 6% a EE.UU., que en el 2011 fue el mercado de destino de las ventas colombianas por USD 21 705 millones.

    Pero hay un grupo de detractores. Los sindicatos, la oposición y analistas han alertado de los impactos que tendrá el tratado y que golpearán, en especial, a maiceros, arroceros, productores lácteos. En contravía a lo que dice el Ejecutivo, advierten de la pérdida de miles de empleos. Otro reparo se relaciona con la falta de infraestructura, sobre todo vial, para afrontar los desafíos del TLC con EE.UU.

    Colombia, un país con un sostenido crecimiento económico, se embarcó en una empresa que dejará‘ganadores’ y ‘perdedores’. El tiempo dirá si son más los primeros o los segundos.

  • El TLC con China

    Editorial El Mercurio De Chile (GDA)

    Habiéndose cumplido más de seis años desde la entrada en vigencia del TLC entre Chile y China, es de obvio interés revisar los efectos que ha tenido y sus perspectivas para el futuro.

    Su entrada en vigencia, el 1 de octubre del 2006, marcó ciertamente un hito para Chile en sus relaciones comerciales con el mundo. Antes de enterarse un decenio, ese acuerdo ya comienza a considerarse como uno de los puntos más altos en la política comercial y bilateral que se ha venido desarrollando hace casi dos décadas, cuando en 1996 se firmó -con Canadá- el primero de estos tratados.

    El TLC entre Chile y China incluye acuerdos que facilitan y reducen el costo de intercambio de bienes, servicios e inversiones. Sus efectos se ven al revisar la evolución de las exportaciones chilenas: más del 20% ahora tiene como destino ese país asiático.

    En contraste con este rápido crecimiento del intercambio comercial, el área de las inversiones se había mantenido en un nivel relativamente bajo, pues entre 1974 y 2011 las chinas en Chile apenas llegaron a USD 95 millones. Pero las perspectivas al respecto son muy alentadoras: con la reciente firma del acuerdo suplementario de inversiones (parte tercera y final del TLC), se esperan, solo para el 2013, inversiones por USD 1 000 millones.

    Si bien Chile es un mercado pequeño en relación con China, para esta economía, nuestro país ofrece una puerta de entrada al mercado latinoamericano.

  • OK, al TLC de Europa con Perú y Colombia

    Agencias EFE y AFP Berlín (Alemania)

    La semana anterior, Alemania ratificó definitivamente el Tratado de Libre Comercio (TLC) de la Unión Europea (UE) con Colombia y con Perú, un paso adelante para que pueda entrar en vigor este acuerdo comercial transatlántico.

    El Bundesrat (Cámara Regional Alemana) respaldó mayoritariamente el texto del tratado comercial, después de que el Bundestag (Cámara Baja) lo ratificase el pasado 23 de marzo.

    El temor a que la oposición socialdemócrata y verde de Alemania -que ostenta la mayoría en el Bundesrat- vetase el acuerdo no se materializó, pese a las reticencias iniciales que les llevaron a rechazarlo en el Bundestag.

    La comisión de Economía del Bundesrat emitió en abril un dictamen favorable al TLC, con la salvedad de que en el futuro Alemania solo apruebe acuerdos comerciales si se cumplen estándares mínimos de derechos laborales y humanos.

    «Estábamos optimistas respecto de la votación del día de hoy, porque Alemania es un socio estratégico para Colombia, y ambos países ganan con este tratado de libre comercio», señaló en declaraciones a EFE el embajador de Colombia en Alemania, Juan Mayr Maldonado.

    Normalmente, los tratados comerciales se negocian y aprueban exclusivamente a nivel comunitario en Bruselas, pues las competencias comerciales están transferidas, pero ciertas cláusulas de estos acuerdos afectaban a competencias nacionales, por lo que los 27 países que componen la UE deben ratificarlos.

    Hasta el momento han aprobado este tratado comercial, además de Alemania, Eslovenia, Eslovaquia y Estonia.

    Perú ya aprobó el TLC con la UE en todas las instancias -incluyendo el pleno del Congreso- en diciembre del 2012; mientras que en Colombia todavía está en proceso legislativo. La UE es la principal inversionista en Perú -con el 54,32% de la inversión extranjera directa en el 2012-, lo que se fortalecerá con la entrada en vigor del acuerdo.

    El embajador peruano en Alemania, José Antonio Meier, destacó que la UE representa un mercado de «grandes oportunidades» para Perú y Alemania. «El TLC dotará de más estabilidad jurídica a las relaciones comerciales, así como fomentará la generación de nuevos puestos de trabajo formal», indicó.

  • La protección a cárnicos es clave en los acuerdos

    Productos sensibles

    Uno de los sectores vulnerables ante la posible firma de un acuerdo comercial es el de los cárnicos.

    José Orellana, director Ejecutivo de la Corporación de Avicultores del Ecuador (Conave), explica que para entender las implicaciones de un tratado comercial en los productores de carne de pollo se debe comprender cómo está conformada la cadena de producción.

    En el proceso también se ven involucrados los productores de torta de soya y de maíz amarillo, con los cuales se hace el 70% del balanceado que alimenta a los pollos. El año pasado, Ecuador produjo 850 000 toneladas (TN) de maíz. En el caso de la soya la producción nacional asciende a 54 000 TN anuales.

    «Si hubiera un acuerdo comercial los productores de maíz y de soya también ser verían afectados, no solo los productores de cárnicos».

    Orellana sostiene que para poder entrar a un tratado comercial lo ideal es ser competitivos. Para eso, los precios de los alimentos deben ser más competitivos para abaratar los procesos de producción. También se deben erradicar por completo las enfermedades de las granjas y criaderos del país, para ser aceptados en mercados internacionales.

    Santiago García, director del Institudo de Investigaciones de Economía de la Universidad Central, señala que los cárnicos son productos sensibles en los acuerdos comerciales en Latinoamérica. Por ello «se debe poner todas las salvaguardias del caso en la negociación».

    Por esta razón, García afirma que en las negociaciones se debe fijar plazos, o utilizar algunos mecanismos, como cupos, para no afectar a los productores.

  • El TLC tiene ganadores y perdedores

    Dennis Rodriguez P. / Corresponsal en Bogotá

    En mayo del 2012, el Presidente de Colombia etiquetó el Tratado de Libre Comercio (TLC), que su país firmó con EE.UU., como «una gran oportunidad». Doce meses después, en el primer aniversario de la puesta en vigencia del acuerdo con la primera economía del planeta, Juan Manuel Santos hizo un balance que se apresuró en considerar como positivo.

    En particular, destacó que 775 empresas colombianas consiguieron exportar por primera vez sus productos al mercado estadounidense, que es de largo el primer socio comercial de este país. También ponderó que unos 200 artículos, entre los cuales se incluyen frutas como la curuba (taxo), guanábana y chirimoya llegaron a los consumidores de EE.UU.

    Con más cifras en la mano, el ministro colombiano de Industria, Comercio y Turismo, Sergio Díaz-Granados, destacó que los TLC aumentan el comercio y la inversión, pero no son inmunes a las crisis globales. Precisamente, los datos del oficial Departamento Administrativo Nacional de Estadística han revelado que las exportaciones colombianas a EE.UU. se redujeron en un 8% entre mayo del 2012 y febrero del 2013, en especial por la baja demanda en petróleo, flores y café.

    Y según el sitio web del diario económico Dinero, en el 2012 las ventas de EE.UU. a Colombia alcanzaron los USD 16 400 millones, es decir, un aumento del 15% con respecto al 2011.

    Juan Camilo Rojas señaló a este Semanario que «todo acuerdo comercial tiene ganadores y vencedores». En el caso de Colombia, los primeros incluyen al sector de la industria. Entre los segundos, se hallan los agricultores.

    El analista de Correval, sociedad comisionista de la Bolsa de Valores de Bogotá, también anotó que «el balance del primer año del TLC no es tan positivo para Colombia, como en principio se esperaba». ¿Las causas? «La coyuntura económica mundial no nos favoreció. Eso impidió que las empresas colombianas pudieran exportar todo lo que tenían planeado hacia EE.UU.». Y agregó: «El hecho de que las ventas al mercado estadounidense no fueran las esperadas también se ha reflejado en la caída de la producción industrial a nivel local. Desafortunadamente, la demanda mundial no ha estado tan fuerte».

    En tanto que Héctor Hernández, analista y director del portal económico Primera Página, explicó que «como todo proceso que empieza, conviene darle tiempo» al TLC sellado entre Washington y Bogotá. «Un acuerdo comercial no es una competencia para saber quién gana más, sino que implica la apertura de nuevos mercados».

    El diario bogotano El Espectador concluyó que EE.UU. «sí ganó» y de manera clara en el primer año de vigencia del TLC con Colombia. Los datos publicados por el rotativo reseñaron que las exportaciones estadounidenses al país cafetero aumentaron en un 14% . Y uno de los productos que registró un mayor crecimiento fue el arroz, puesto que las ventas de la primera economía mundial de la gramínea subieron hasta USD 58 millones de los USD 4 millones del año precedente. También se multiplicaron las ventas estadounidenses de gasolina, de aeronaves civiles, artículos del hogar y computadoras.

    Adicionalmente, Proexport, la corporación que promociona las ventas colombianas al exterior, efectuó su balance. Entre las 775 empresas que exportaron por primera vez a EE.UU., 597 son parte del sector de manufacturas e insumos básicos, en tanto 92 corresponden al rubro de las confecciones, 81 al ámbito agroindustrial y otras 5 al de servicios.


    Del lado de EE.UU.
    Historia de éxito. 
    El presidente del Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos, el demócrata Max Baucus, aseguró que el Tratado de Libre Comercio con Colombia debe ser catalogado como una «historia de éxito».

    De norte a sur.  Baucus recordó que las ventas estadounidenses a Colombia subieron en un 20%.

  • Colombia sufre los TLC con EE.UU. y Europa

    Redacción Quito

    En las últimas tres semanas Colombia ha enfrentado un turbulento escenario desatado por el paro nacional agrícola. Cierre de carreteras, falta de producción, manifestaciones, etc., fueron algunas de las acciones que han llevado a cabo campesinos y representantes de otros sectores.

    Una de las razones a las que se atribuye esta situación es la firma de los tratados de libre comercio con EE.UU. y la UE. Con este último bloque comercial la normativa entró en vigencia hace un mes, mientras que con el primero hace un año y cuatro meses.

    En cuanto al acuerdo con EE.UU. el principal rechazo de los campesinos colombianos es el ingreso de productos importados desde ese país como cárnicos, maíz, tubérculos (papas), lácteos, etc., afectando a su producción.

    Esto ha sido negado por el Gobierno colombiano, aduciendo la existencia de un cronograma de desgravación. El pollo, por ejemplo, tiene de 18 años y el maíz unos 12 años, más un contingente.

    Para Richard Martínez, vicepresidente de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), los resultados estadísticos colombianos no revelan un alto ingreso de productos importados a ese país.

    Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, en términos generales, en el rubro de legumbres y tubérculos, incluidas las papas, por ejemplo, las exportaciones crecieron 9% en valor y 8% en volumen. Las importaciones, por su parte, decrecieron 13% en valor y en volumen 29%. Algo similar sucede con otras partidas.

    Ante resultados de este tipo Manuel Chiriboga, ex jefe negociador del TLC de Ecuador con EE.UU., dice que el paro más bien se sustenta en la ausencia de políticas de apoyo para enfrentar la mayor apertura comercial.

    «Hay problemas estructurales y se enfrentan altos costos de producción. Hay precios elevados de los insumos agropecuarios, que reducen la rentabilidad del agro. Colombia también atraviesa un problema con relación a productos de exportación como el café.» Otro de los factores que impacta en el agro colombiano es, según lo escuchó Chiriboga en Bogotá, el desplazamiento de ciertos productos de ese país por similares ecuatorianos como papas, fréjol, derivados lácteos, entre otros.

    De ahí que entre los acuerdos preliminares a los que llegaron los campesinos con el Gobierno colombiano, según medios impresos de ese país, estaría la aplicación de salvaguardas frente a la importación actual y futura de productos como papa fresca y precocida congelada, arveja, cebolla, fréjol, tomate, leche en polvo y queso de los países de Mercosur y la Comunidad Andina -entre los que está Ecuador-, durante dos años.

    Esto ha generado preocupación en el país. Para Edwin Vásquez, ex negociador agrícola ecuatoriano, una medida de este tipo afectará a los pequeños productores. Pese a que no son los ítems emblemáticos de exportación, sí habría un efecto para el sector agrícola de Ecuador.

    «Colombia deberá aplicar esas medidas en el marco de la CAN. Deberá demostrar que todo el flujo de importaciones del bloque le está afectando, y deberá determinar cuáles son los países que tienen mayor influencia».

    Actualmente, en el caso de productos como el arroz Colombia ya tiene una restricción que no permite el ingreso de producto ecuatoriano. Para las papas ya se han aplicado pequeñas restricciones. En otros productos, sin embargo, hay al momento libre ingreso.

    Aunque las restricciones a Ecuador todavía no se han concretado, el país sí ha sentido el efecto de la situación que enfrenta Colombia. Por un lado, el comercio en las ciudades de frontera como Tulcán ha disminuido debido al cierre temporal de algunos locales, por la reducción de las ventas, y la imposibilidad del paso a urbes en el departamento de Nariño.

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    Los agricultores han sido los damnificados