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  • Exportaciones no tradicionales disminuyen en volumen y valor

    Carolina Enriquez

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    Malos resultados, tanto en valor como en volumen, se registraron en el periodo enero julio del 2019 para las exportaciones no tradicionales.

    Según el Banco Central del Ecuador, la variación entre los primeros siete meses de este año frente al mismo periodo del 2018 fue de -2,6% en valor y de -0,2% en volumen. Si bien hubo bienes primarios, cuyas ventas cayeron, los más afectados fueron los industrializados, con una baja de -5,3%.

    Entre estos últimos se encuentran extractos y aceites vegetales, vehículos, químicos y fármacos, elaborados de banano, elaborados del mar, jugos y conservas de frutas, manufacturas de papel, etc.

    Para David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), los altos costos de producción en Ecuador hacen que los bienes nacionales se vuelvan más caros en los mercados internacionales. “Son menos competitivos. Los compradores, pese a la calidad de la oferta, prefieren los precios más asequibles”, comenta.

    Una opinión similar es la del gerente técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), Xavier Rosero. Él agrega que, en el caso de ciertos productos, los problemas llegan desde el proceso agroindustrial.

    Esto sucede desde hace cuatro años con las oleaginosas, debido a la enfermedad de la pudrición del cogollo en la palma. La superficie cultivada ha bajado, porque una vez que la planta enferma hay que eliminarla; en este escenario, la caída de las exportaciones ha sido dramática.

    Las ventas en valor del producto bajaron 41,3% en volumen y 44,3% en valor en el periodo enero julio de este año, frente al mismo lapso del 2018. En esto, además, han contribuido factores relativos al comercio mundial.

    Rosero explica que la desaceleración internacional ha impactado en la demanda de productos ecuatorianos. “Tenemos la guerra comercial entre EE.UU. y China, lo que va generando restricciones en las grandes economías; también hay una expectativa a la baja en el crecimiento de la Unión Europea; el posible Brexit sin acuerdo y, en general, un enfriamiento del consumo a escala global”.

    Los efectos de esta situación, según Rosero, se extenderán a futuro. En este momento, ya se inició la temporada de compras para el 2020; en el contexto internacional actual, la demanda será menor.

    Otro aspecto que impacta es la depreciación de las monedas de los principales países compradores de productos no tradicionales industrializados. El jefe técnico de la CCQ explica que entre ellos está Colombia, cuya participación en las exportaciones de diferentes partidas en este rubro supera el 30% del total por nación.

    Desde Fedexpor también se nombra a naciones como Argentina. “En estos destinos, que habitualmente eran los compradores de la oferta no tradicional industrializada, hay condiciones económicas que obligan a dejar de adquirir ciertos ítems. A muchos de los artículos ecuatorianos los sustituyen porque no son de primera necesidad”, indica Rosero.

    En el caso de los bienes primarios no tradicionales, la situación varía. Algunas partidas cayeron en ventas y otras registran un crecimiento, aunque no en el mismo ritmo que en años anteriores, como las frutas; las exportaciones de textiles, por otro lado, tuvieron un alza elevada en valor y volumen.

    María José Borja, directora de la carrera de Economía de la Universidad de Las Américas (UDLA), explica que Ecuador alcanzó el pico más alto de ventas de productos no tradicionales en el 2014. Para llegar a ese nivel, son necesarias políticas públicas de apoyo al sector exportador, que le permitan ganar competitividad.

    La semana pasada, el Ministerio de la Producción presentó las perspectivas e incentivos a las exportaciones no petroleras. Allí el titular de la Cartera de Estado, Iván Ontaneda, indicó que el Gobierno trabaja para que Ecuador se inserte en los principales mercados entre los que está la Alianza del Pacífico.

    Vehículos, palma, elaborados de mar y otros están afectados

    Los vehículos, los extractos y aceites, los elaborados de mar, entre otros, son algunos de los productos cuyas ventas en el extranjero disminuyeron en el primer semestre del año. En el caso de los ve­hículos, la caída fue de USD 58 millones en el período enero-junio del 2018 a USD 43 millones en el mismo lapso del 2019.

    Para David Molina, director de la Cámara de la Industria Automotriz, esto obedece a un problema estructural de la industria. “Seguimos pagando aranceles por CKD (partes de vehículos), así como por materia prima. Esto afecta a la competitividad y limita las exportaciones”.

    Pietro Pilo Pais, gerente de Ciauto, confirma lo dicho por Molina. “Las exportaciones son marginales, por la baja competitividad del país. En Colombia es más barato producir”.
    Esta compañía exporta vehículos a Colombia, pero en cantidades pequeñas. “No es mucho y no creemos que eso vaya a mejorar”, dice Pilo Pais.

    El vocero de la Cinae menciona que en los años 2012 y 2013 las exportaciones alcanzaban las 20 000 unidades anuales. “Este año no llegamos a las 1 000”. Molina agrega que con nuevas inversiones previstas se espera mejorar los números a partir del 2020, cuando operen nuevos proyectos de la industria. Como ejemplo menciona a Kia, que empezará a ensamblar nuevos modelos, pensados en exportación.

    El sector palmicultor también ha visto una caída. En el 2018, el cultivo de palma decayó en un 14,0% en relación con el 2017, según la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac).

    Eso debido a que los productores han dejado la actividad para dedicarse a otros cultivos como el cacao, maracuyá y pitahaya.

    En el último censo palmero que se realizó en el 2017 consta que de las 257 120 hectáreas (ha) cultivadas a nivel nacional, en el 57% se detectó la enfermedad fitosanitaria pudrición del cogollo (PC).

    La zona de Quinindé y Viche, en Esmeraldas, han sido una de las más afectadas. El 43% de sus cultivos desa­parecieron y los productores optaron por dedicarse al ganado, al cacao o a vender sus fincas. “Tenemos miedo de volver a invertir y que la palma se enferme”.

    Iván Subía, gerente de Responsabilidad Social y Corporativa de la extractora Alcopalma, señaló que se trabaja en el proyecto Siembra Esperanza, en el que se capacita y otorga facilidades al productor para adquirir una planta híbrida, más resistente a la PC.

    Esta planta produce 24 toneladas de fruta por hectárea al año a partir del séptimo año después de la siembra. Mientras que la variedad producía únicamente 12 toneladas anuales.

    Además trabajan con la Federación Nacional de la Cadena Productiva del Aceite de Palma para ayudarle al productor a gestionar créditos con la banca pública. Hace una semana ingresaron las primeras 10 carpetas a BanEcuador, para créditos desde USD 100 000 a 15 años de plazo y con cinco años de gracia. Subía señaló que la situación de la palma es crítica, porque hay escasez de fruta.

    En el caso de Alcopalma, hasta hace dos años, la producción era de 120 000 toneladas anuales. Eso se redujo en un 50%. De hecho, este año debieron dejar de exportar por tres meses, porque el aceite solo cubría la demanda nacional. “Estamos retomando las exportaciones, pero en menor cantidad. Me atrevería a decir que esta situación continuará así porque no hay fruta”.

    El Gobierno

    Iván Ontaneda, ministro de la Producción, dice que las exportaciones no tradicionales del país han sido afectadas por guerras comerciales, “que nos han hecho perder competitividad”.

    El funcionario indicó que se está trabajando para abrir mercados, como China. También reconoció que se ha perdido mercado en Europa. “Estamos buscando las mejores condiciones para nuestros productos, destrabando en muchos casos barreras fitosanitarias o paraarancelarias”.

    RECTIFICACIÓN

    Buenos días:

    Les saluda Iván Subía Loayza con CI: 0602284101, Gerente de RSC de la empresa Alcopalma S.A. radicada en el kilómetro 34 de la vía Santo Domingo – La Concordia, provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas; en una entrevista escrita que me hicieron y publicaron en la Revista Líderes con fecha lunes 16 de septiembre del 2019 con el encabezado “Exportaciones no tradicionales disminuyen en volumen y valor”, en lo que corresponde al cultivo de palma, hay dos datos totalmente erróneos que su corresponsable publicó aun cuando se le solicitó que haga la rectificación en el mismo día.

    El primer dato publicado es el siguiente: “Esta planta produce 24 toneladas de aceite al año, si se fertiliza y se poliniza con un regulador de crecimiento. Mientras que la variedad producía únicamente 12 toneladas anuales.”, cuando en la realidad el valor corresponde a 24 toneladas de fruta por hectárea al año a partir del séptimo año después de la siembra.

    La segunda equivocación se encuentra en la siguiente publicación: “Subía señaló que la situación de la palma es crítica, porque hay escasez de fruta. En el caso de Alcopalma, hasta hace dos años, la producción era de 120 000 toneladas diarias. Eso se redujo en un 50%.”, esta producción de 120000 toneladas de aceite se lo consigue en 1 año y no diaria como está en la publicación.

    Dos graves errores que solicito de la manera más cordial se rectifiquen ya que pueden afectar a la credibilidad de mi persona y de la empresa a la que represento.

    Agradecido por la atención a mi correo y a la espera de su pronta respuesta me despido.

    Saludos cordiales

    La planta de Ciauto funciona en Ambato. Allí se ensamblan vehículos que se exportan a Colombia y que también circulan en el mercado nacional. Foto: Archivo / LÍDERES
    La planta de Ciauto funciona en Ambato. Allí se ensamblan vehículos que se exportan a Colombia y que también circulan en el mercado nacional. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Siete destinos no tradicionales que aún no son aprovechados

    Carolina Enriquez

    (I) redaccion@revistaliderse.ec

    Con al menos siete destinos no tradicionales, Ecuador podría concretar acuerdos comerciales para incrementar sus exportaciones. Estos son Canadá, India, Costa Rica, Panamá, Guatemala, Japón y República Dominicana.

    En la mayoría existe acercamientos, estudios de exploración o diálogo entre las partes, pero no en todos hay avances concretos.

    Hace dos semanas, el viceministro de la Producción, Yuri Parreño, presentó como parte de la agenda comercial del Gobierno las acciones que se llevan a cabo con cuatro países o bloques.

    “Tenemos que sacarle el jugo al acuerdo con la Unión Europea (UE); con el EFTA firmamos un convenio; con la Alianza del Pacífico estamos bien alineados para lograr un acuerdo. Con EE.UU., en julio tenemos otra reunión para avanzar en el TIC. Ese es el primer paso para llegar a un convenio de partes”, dijo el funcionario.

    Los sectores productivos destacan la importancia de convenios con estos destinos. Pero consideran que Ecuador debe diversificar mercados con el fin de colocar su oferta exportable. Xavier Rosero, jefe técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), explica que existen destinos que pueden ser atractivos. Canadá, por ejemplo, permitiría consolidar la estrategia comercial en Norteamérica; este demanda productos agrícolas y agroindustriales.

    “Canadá es muy importante porque Colombia, principal competidor, ya ha ingresado hace más de cinco años con su acuerdo. Es una oportunidad perdida para el país”, dice. Con Canadá hubo acercamientos, pero tras la denuncia de los Tratados Bilaterales de Inversión el proceso se detuvo.

    En Centroamérica, Panamá y Costa Rica son claves y en el Caribe, la República Dominicana. El primer país despierta interés porque Ecuador tiene allí presencia con inversiones en sectores como muebles o retail, porque es deficitario en variedad de productos y porque tiene población flotante con alta capacidad de consumo.

    Costa Rica, según David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito, abre posibilidades para las manufacturas de plástico, línea blanca, confites, entre otros. Guatemala tiene una demanda comercial similar.

    Mientras que República Dominicana ofrece posibilidades para la exportación de productos gourmet para cadenas hoteleras. Es un nicho altamente atractivo para exportar chocolates, productos frescos y conservas de alta calidad.

    Con esos países está próximo a firmarse un memorando de entendimiento entre las autoridades de comercio, dice Rosero. “Con Panamá no ha habido acercamientos para negociaciones, aunque desde la Federación queremos impulsar; con Costa Rica sabemos que ha habido conversaciones y que están abiertos a revisar cuál herramienta comercial podrían aplicar las partes”.

    LÍDERES consultó al Ministerio de la Producción sobre los acuerdos que se encuentra negociando, los destinos de interés y el estado de esos procesos, pero no recibió ninguna respuesta.

    Destinos de Asia también despiertan interés, según Fedexpor. Japón es un gran proveedor de bienes de capital para Ecuador por lo que no habría impacto pa el país. Sí se podrían exportar productos agrícolas o agroindustriales, principalmente en cuanto a ‘superfoods’, así como pesqueros.

    En dicha nación, dice Rosero, no se paga por volumen sino por la calidad de los productos; que sean alimentos nutritivos, que tengan posicionamiento fuerte en materia fitosanitaria, entre otros. El año pasado hubo conversaciones por los 100 años de relación diplomática; ha habido exploraciones de los equipos técnicos, pero todavía no existe una negociación.

    En el mismo componente está India, con la que se ha analizado la posibilidad de concretar una negociación de alcance parcial. Las partes terminaron un estudio de factibiliad antes de cualquier proceso comercial.

    Con EE.UU. se trabaja en seis temas técnicos

    El mejoramiento de la competitividad en toda la cadena exportadora, incluyendo los puertos, permitirá alcanzar más mercados. La apertura comercial es clave, según los empresarios. Foto: Archivo / LÍDERES
    El mejoramiento de la competitividad en toda la cadena exportadora, incluyendo los puertos, permitirá alcanzar más mercados. La apertura comercial es clave, según los empresarios. Foto: Archivo / LÍDERES


    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Lograr acuerdos comerciales con EE.UU. y la Alianza del Pacífico es la prioridad del sector privado local. Así lo explica Miguel Ángel Puente, presidente de la Federación de Cámaras Binacionales del Ecuador (Fecabe).

    Yuri Parreño, viceministro de Industrias, explicó hace dos semanas que para junio está prevista la segunda reunión del Consejo de Comercio e Inversiones. Sin embargo, los empresarios creen que podría demorar un poco más.

    Actualmente, las partes están trabajando en seis temas: propiedad intelectual, servicios e inversiones, agrícola, comercio digital, acceso de mercados y laboral.

    Los técnicos hacen un diagnóstico de cómo han avanzado las políticas de lado y lado en cada área; también se presentan las preocupaciones en relación con cada tema. Estas pueden ser jurídicas, técnicas, operativas, entre otras.

    Estos procesos son previos a la continuación de las reuniones en el marco del Consejo y al inicio de una negociación formal de un acuerdo de tipo comercial.

    Con la Alianza del Pacífico se requiere, en primer lugar, concretar un acuerdo comercial con México. “Se debe dar. Hay incertidumbre porque todavía no se sabe qué política de comercio exterior va a adoptar México. Ellos se encuentran este momento más concentrados en temas internos que en integración económica. Están en reflexión”, indica David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito.

    Él explica, además, que para concretar acuerdos de ese tipo también son importantes reformas en el país. Por ejemplo, se espera que se desmonten impuestos como el de salida de divisas.

    Por otro lado, Ecuador también busca reforzar acuerdos que ya tiene vigentes, como con la Comunidad Andina de Naciones (CAN). De hecho, por los 50 años del Acuerdo de Cartagena, que se cumplirán el 26 de mayo, se hará el relanzamiento del bloque.

    Esta decisión parece poner fin a una espera de casi una década. Países como Colombia y Perú han presionado de manera permanente por la reingeniería del ente.

    El proceso, según el secretario general de la CAN, Jorge Pedraza, incluirá fortalecimiento de aspectos como el de la ciudadanía andina, comerciales, de interconexión, fitosanitarios, entre otros.

    Ecuador también busca reforzar sus exportaciones a países con los que, por ahora, solo mantiene acuerdos de alcance parcial. En esto trabaja la Cámara Ecuatoriana Internacional de Comercio e Integración. Milton Ortega, titular del gremio, explica que a Paraguay se pueden exportar bienes y servicios como software, tecnologías para la construcción, maquinaria industrial, etc. Con Uruguay se puede llegar a alianzas estratégicas con farmacéuticas.

    Con Honduras, El Salvador y Costa Rica se puede pensar en acuerdos de cooperación aduanera para desmonopolizar el tránsito por el canal de Panamá. “Empresas del Ecuador podrían llevar capital y productos semi­acabados a terminales en países como Honduras y El Salvador y de ese sitio a EE.UU.. Allí se pondría en centros de terminación de productos”, explica.

    El analista Luis Luna Osorio cree que con países como China debe pedirse un trato especial.

    Detalles

    Ecuador debe enfocarse en tener la mayor cantidad de acuerdos comerciales porque va a facilitar el intercambio, dice Miguel Ángel Puente, presidente de la Federación de Cámaras Binacionales del Ecuador (Fecabe).

    TIC. La siguiente reunión del Consejo se llevará cabo en Quito, según informó el Ministerio de la Producción el pasado 15 de noviembre. Estas citas se reactivaron el año anterior, luego de nueve años de para. Los equipos técnicos revisan los temas.

    El mejoramiento de la competitividad en toda la cadena exportadora, incluyendo los puertos, permitirá alcanzar más mercados. La apertura comercial es clave, según los empresarios. Foto: Archivo / LÍDERES
    El mejoramiento de la competitividad en toda la cadena exportadora, incluyendo los puertos, permitirá alcanzar más mercados. La apertura comercial es clave, según los empresarios. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Ellos rescataron los tejidos tradicionales

    Contenido intercultural

    Los ponchos hechos con fibras naturales de borrego son el producto estrella del taller de Nicolás Sinaluisa; también son las prendas que más se demandan. No sólo las piden los indígenas de Chimborazo, Cañar y Azuay, sino que también son muy solicitadas para los rodeos y desfiles por los chagras (hombres del campo).

    Los ponchos se manufacturan en telares manuales. Sinaluisa y las cuatro mujeres que trabajan con él se encargan de darle forma a los hilos de colores y los tejen hasta obtener un textil grueso, resistente al frío del páramo y a las tareas complicadas del campo.

    “Antes en Yaruquíes y Cacha había muchos talleres de tejidos, la mayoría de familias subsistían de ese oficio, pero luego por la migración y la incursión de las grandes empresas textiles que ofrecen telas más baratas el oficio empezó a desaparecer”, cuenta Sinaluisa.
    Su padre, Segundo Sinaluisa, era uno de los artesanos más reconocidos de su comunidad natal, Santa Clara. Él tejía bayetas, ponchos y fajas en un telar de cintura.

    Sin embargo, falleció cuando Nicolás tenía sólo ocho años, por lo que no pudo aprender de él su arte. Pero le heredó todos los accesorios, telares y materias primas de su taller.
    A los 20 años, Nicolás se dedicaba a la construcción y, simultáneamente, aprendía sobre tejidos en un taller comunitario y en todas las capacitaciones que gestionó la fundación de los amigos de Wolfang Shaft, un párroco que impulsó la educación y la interculturalidad en Yaruquíes.

    Él también impulsó la apertura de un instituto que combina la educación académica con las actividades prácticas y el rescate de los saberes ancestrales en esa parroquia. Se trata de la Unidad Educativa Adolfo Kolping.

    Sinaluisa labora ahí como docente. Su función es enseñar a los niños y jóvenes el arte del tejido.

    El propósito es conservar el conocimiento del oficio antiguo que estaba cerca de desaparecer. También busca darles a los chicos opciones para que inicien sus emprendimientos en las comunidades y así detener la migración.

    Los niños aprenden desde las puntadas más básicas, ideales para elaborar pulseras y wangos, hasta el manejo de los telares de madera. Cuando se gradúan tienen la opción de laborar por temporadas en el taller de tejeduría.

    “Me encanta trabajar con los niños. Ellos quizás no están del todo conscientes, pero están rescatando una parte de la memoria histórica de las comunidades”.

    El taller funciona desde el 2002 y se mantiene a flote por medio de la autogestión. Los ingresos de la comercialización de las prendas originarias sirven para pagar los sueldos de los artesanos y para reinvertirse en el taller que lleva el nombre de Rosa Frey.

    Nicolás y su familia han invertido cerca de USD 15 000 en la adquisición de maquinarias para la manufactura de ropa deportiva y camisetas. El contrato más grande que obtuvieron fue en el 2009, cuando fabricaron 25 000 uniformes para los niños de las escuelas bilingües de toda la Sierra Centro.

    Eso les permitió renovar las maquinarias y pagar algunas deudas del taller. La inversión también abrió una nueva línea de negocio.

    Ellos ahora pueden fabricar cualquier tipo de ropa casual y deportiva, con un toque cultural.
    En el taller de tejidos se manufacturan ponchos, bufandas, ponchos femeninos, bayetas y todo tipo de prendas hechas con lana de borrego o con hilos sintéticos.

    Cada año ellos diseñan y fabrican los trajes de los personajes del Pawkar Raymi: la Mama Shalva y el Yaya Carnaval. La bayeta que este año usará la Mama Shalva es especial debido a que está tejida con una técnica característica de Cacha y por primera vez llevará el diseño de la chakana, que antes sólo usaban los varones.

    En el taller también se elaboran shygras de varios colores que tienen los mismos diseños que las fajas kawiñas puruhaes. Esos bolsos son apetecidos por los turistas.

    La mercadería se comercializa en el puesto 15 de la plaza artesanal del Tren, en Riobamba. También en ferias de tres provincias.

    Nicolás Sinaluisa y Carmen Sinaluisa trabajan en el taller de tejidos andinos. Ambos enseñan a los niños. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Nicolás Sinaluisa y Carmen Sinaluisa trabajan en el taller de tejidos andinos. Ambos enseñan a los niños. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • Productos no tradicionales con oportunidades de exportación

    Redacción Líderes

    Rodrigo Gómez de la Torre, titular de la Cámara de Agricultura, asegura que son más las oportunidades que las amenazas que podría traer un acuerdo comercial con EE.UU.

    “La producción diferenciada que tiene Ecuador nos da grandes oportunidades (…) Podrían exportarse quesos. Hemos visto que allá se vende este producto lácteo fresco con receta ecuatoriana, lo que significa que hay un consumidor interesado allá”.

    Sin embargo, Daniel Legarda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), asegura que por cuestiones vinculadas a la fiebre aftosa, aunque Ecuador quedó libre de esa enfermedad, el país no puede enviar a EE.UU. lácteos frescos.

    “Falta que el país pase por un proceso de notificación, cumplir un último requisito, ciertas formalidades para que oficialmente se puede calificar a Ecuador como libre de aftosa”, comenta.

    Ecuador tiene interés, además, en vender leches saborizadas industrializadas, porque ya han pasado por la pasteurización, envasado UHT, entre otros procesos sanitarios. Sin embargo, Legarda explicó que hay cupos para el envío de estos productos en el mercado estadounidense y la asignación es, ahora, compleja.

    “A pesar que se ha solicitado (un cupo) no ha habido una respuesta al respecto. Es un tema que debe incluirse dentro del diálogo”, dijo.

    Para el dirigente del gremio agrícola, también puede haber oportunidades para el envío de productos no tradicionales como pitahaya, tomate de árbol, guaitambos, aguacate (no necesariamente la variedad hass), potenciar el envío de la uvilla, etc.

    Pero previo a eso, Fedexpor espera que dentro del TIC se pueda insistir en la inclusión de rosas, brócoli y atún dentro del SGP. El Gobierno anterior ya planteó esta posibilidad, pero todavía no ha tenido respuesta de EE.UU.

    “Se puede retomar ese análisis y ver una posibilidad mientras se concreta un acuerdo comercial porque sí hemos perdido mercado con EE.UU. en esos y otros productos, de manera sostenida en los últimos años”, manifestó.

    Una vez que inicien las negociaciones, por su parte, el directivo considera que deben tomarse como modelos para el proceso los acuerdos de Ecuador con la Unión Europea (UE) y de Colombia y Perú con los EE.UU.

    Estos últimos, por ejemplo, cuentan con cronogramas de desgravación por hasta 17 años en diferentes productos.

    El tomate de árbol es un producto que tiene alto potencial en el mercado de EE.UU. Ecuador busca  una posibilidad para que pueda ingresar. Foto: Archivo / LÍDERES
    El tomate de árbol es un producto que tiene alto potencial en el mercado de EE.UU. Ecuador busca una posibilidad para que pueda ingresar. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Ellos promueven snacks tradicionales

    Cristina Marquez

    La receta familiar de los Llanos Águila se convirtió en la base de su emprendimiento. Ellos ofrecen una variedad de snacks tradicionales como maíz tostado con panela, habas fritas o tostadas en tiesto y harinas de cereales.

    La empresa que fundaron se llama Llagui y sus productos se alistan para llegar a perchas de supermercados. Actualmente, se venden en ferias artesanales y tiendas de todo el país.
    El emprendimiento familiar se inició en la comunidad de Panchigua Alto, un pequeño poblado situado en la parroquia La Magdalena, en el cantón Chimbo.

    Allí Tula Águila y su esposo Ismael Llanos cultivan maíz, habas y cebada, al igual que la mayoría de la población de Bolívar. Ellos y las familias de sus cuatro hijos, tienen 15 cuadras de terrenos.

    Allí, en el campo, el maíz tostado de sal y de dulce es el refrigerio preferido desde hace varias generaciones. Pero la receta que Tula heredó de su abuela tiene un gusto especial según sus compradores.

    “Los productos siempre están frescos, tienen un sabor agradable y muy original ”, cuenta Erika Aroca, una de las clientes.

    Tula, de 54 años, cuenta que preparaba las golosinas como refrigerios para sus cuatro hijos. Pero cuando tuvo que costear los gastos universitarios de ellos, decidió enfundarlas y venderlas.

    Cuando el negocio se inició hace casi 16 años, Tula sólo preparaba maíz tostado endulzado con panela y lo comercializaba en oficinas de Guaranda y Chimbo.

    “A la gente le gustaba bastante. Teníamos una acogida muy buena e incluso nos solicitaban más productos”, cuenta la emprendedora.

    Años más tarde, cuando su hija Ximena Llanos no conseguía trabajo a pesar de haberse graduado como ingeniera agrónoma, la familia se decidió a darle valor agregado a las golosinas tradicionales.

    “Pasábamos por una situación difícil. Yo pensé que cuando mi hija terminara la universidad yo podría dejar de trabajar, pero nadie le daba trabajo a causa de su discapacidad”, recuerda Tula.
    Sin embargo, Ximena recuerda su historia con positivismo. Fue ella la precursora de la empresa.

    Lo primero que hicieron fue contactar a los técnicos del Ministerio de Industrias y Productividad para solicitar asesoramiento. El primer intento de formar una asociación que involucrara a toda la comunidad fracasó, pero la familia decidió asociarse e iniciar una pequeña empresa.

    La pareja, sus cuatro hijos y sus esposos se organizaron para construir la planta de producción. Ellos obtuvieron un crédito de USD 25 000 en Ban Ecuador para iniciar el emprendimiento.

    Con el dinero compraron los materiales de construcción para la planta, mesas de acero, bandejas, y materiales para que uno de los socios construyera una máquina tostadora y una freidora.

    Allí la familia se turna para convertir los granos secos en deliciosos refrigerios. El proceso de producción se hace entre martes y jueves, y logran empacar unas 300 fundas cada semana.
    El producto estrella de la marca es el maíz tostado con panela. Un 70% del total de la producción corresponde a ese producto.

    “Empezamos el negocio preparando el tostado de dulce, pero lo primordial es que utilizamos el maíz que cosechamos en nuestras huertas”, dice Silvia Llanos.

    De hecho, parte del valor agregado que vuelve al producto especial es que se cosecha en las huertas familiares. No se siembra con ningún tipo de agroquímico y no contiene conservantes o saborizantes artificiales.

    “Para el proceso sólo utilizamos productos naturales. La panela la adquirimos de los cantones subtropicales y para sazonar los productos de sal usamos ajo y cebolla”, cuenta Tula.
    Los planes para la empresa familiar son grandes. Ahora trabajan en el empaquetado y negociaciones para entrar a dos redes de supermercados nacionales.

    La meta para el 2018 también es incrementar la producción para adquirir materias primas de otros agricultores de Panchigua alto.

    “No nos imaginábamos todo lo que podíamos lograr al organizarnos. Antes nos tocaba vender nuestro producto a intermediarios, hoy somos empresarios”, dice Ismael Llanos.

    Tula Águila, Silvia Llanos e Ismael Llanos son parte de la directiva de este emprendimiento familiar. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
    Tula Águila, Silvia Llanos e Ismael Llanos son parte de la directiva de este emprendimiento familiar. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
  • Un aliño hecho con plantas tradicionales

    Marcel Bonilla

    Contenido intercultural

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    Cuatro clases de aliños se preparan en Esmeraldas mediante la utilización de plantas tradicionales como la chillangua, orégano, albahaca y chirarán.

    La marca de aliños La Kosta recoge los secretos tradicionales de las prácticas gastronómicas ancestrales de la parroquia Tachina, de donde es originaria su propietaria Karol Valencia.

    Esta iniciativa parte de una receta tradicional que esta emprendedora aprendió desde niña y que hace dos años decidió ponerla en marcha con la ayuda del Ministerio de Industrias.

    A través de esa institución se logró obtener las notificaciones sanitarias, ser parte de procesos de posicionamiento de la marca del producto y presentarse en las ruedas de negocios.

    Los productos de la marca La Kosta están hechos para adobar mariscos y pescado, que son parte de la dieta en Esmeraldas. También para carnes blancas y rojas, con un sazonador parrillero, así como el chimichurri picante, elaborado a base de ají seco deshidratado.

    Estos son productos gourmet con un toque de ancestralidad, en el que se recoge antiguas costumbres de cocinar mediante el uso de sus propias plantas para condimentar el tapa’o de pescado.

    Esta iniciativa recoge secretos tradicionales de las prácticas gastronómicas ancestrales de Tachina. Foto: Marcel Bonilla/ LÍDERES
    Esta iniciativa recoge secretos tradicionales de las prácticas gastronómicas ancestrales de Tachina. Foto: Marcel Bonilla/ LÍDERES

    Las plantas, base de la materia prima, se cosechan en la parroquia Tachina, una población rural de Esmeraldas dedicada ancestralmente al cultivo en pequeños huertos familiares.

    Valencia explica que la propuesta surgió como parte de un emprendimiento de asados; allí condimentaba con sus propios aliños que gustaba a sus clientes.

    Después de dejar el negocio de asados se dedicó a dar vida a su receta de aliños con plantas con asesorías técnicas hasta conseguir el aval de la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa), hasta implementar un área donde funciona su negocio.

    La inversión realizada en los últimos tres años supera los USD 8 000. El dinero sirvió para la construcción de un área donde se preparan los aliños, elaboración de etiquetas, compra de recipientes de vidrio, máquinas para el envasado al vacío y en saché.

    La producción mensual es de 400 unidades de 250 gramos, y tiene un costo de USD 3,75. Su comercialización se realiza en las tiendas de Esmeraldas y dos más en valle de Los Chillos, al oriente de Quito, donde ya tiene mercado.

    La duración de los productos es de seis meses en frascos de vidrio y saché. “Esta es una muy buena alternativa para la cocina esmeraldeña y del país con aliños naturales”, señala Gabriela Zambrano, directora del Ministerio de Industrias en Esmeraldas.

    Desde hace un mes empezó la elaboración de un plan de negocios con la ayuda de la Dirección de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas, que aporta con USD 3 400 en el levantamiento de la información, que permite abrirle un mayor mercado.

    Con el plan se bajarán los costos de producción. Por ahora son altos debido a que no se produce en grandes cantidades. El plan permitirá mejorar la producción y llegar hacia otros mercados.

    Raúl Quintero, técnico de fomento productivo de la Prefectura, explica que trabajan en el posicionamiento de la marca, mejorar su presentación, bajar de costo, empaque y optimización del proceso de producción.

    Mientras dure la investigación se harán planes de mejoras para la sostenibilidad del emprendimiento y aumentar el volumen de producción. Karol Valencia dice que dar valor agregado a la producción de plantas que se produce en el recinto El Tigre de Tachina-Esmeraldas permitirá a las familias conservar la tradición de seguir sembrando chillangua, chirarán y albahaca.

    Karol Valencia es la creadora de los aliños que llevan la marca La Kosta. Foto: Marcel Bonilla/ LÍDERES
    Karol Valencia es la creadora de los aliños que llevan la marca La Kosta. Foto: Marcel Bonilla/ LÍDERES
  • Los juegos tradicionales se niegan a desaparecer

    Mayra Pacheco

    Los juegos tradicionales regresan a recuperar su espacio. En esta época en que los niños recurren a las tabletas o celulares para entretenerse, Divertimentos trae de vuelta siete opciones para jugar como en los viejos tiempos.

    Desde hace tres años, los trompos, yoyos, canicas, perinolas, macatetas, baleros y zumbambicos son, otra vez, una alternativa para jugar como antes, menciona Diego González, propietario del producto Divertimentos, que se embala en su empresa Artilugios.

    Estos juguetes que evocan recuerdos en muchos adultos vienen en dos presentaciones. Dentro de una caja de cartón se encuentran tres o cuatro de estos objetos, según la colección.

    Con Divertimentos, González pretende recuperar estos juegos tradicionales que fueron parte de su niñez y de otros adultos más. El propósito es que las personas incluyan estos entre sus juegos de mesa y vuelvan a compartir su tiempo con la familia, dice este empresario de 48 años. Además, aspira que las nuevas generaciones conozcan y aprendan su uso.

    Para quienes esta oferta les resulte extraña, en la caja se incluye un manual. Este contiene una reseña histórica y se explica cómo jugar con ellos. Las indicaciones están en español e inglés.

    La mayoría de los juguetes de Divertimentos está diseñada en madera o en acrílico. Son hechos artesanalmente, en un 80%. Todos son totalmente funcionales, pero también sirven como un elemento decorativo o de colección.

    Al momento de elaborar estos juguetes se toma como referencia los diseños hechos por González, quien es diseñador gráfico. Con base a estos, la fabricación se realiza en Promadart, ubicada en Carapungo, en el norte de Quito.

    Ahí se transforma los pedazos de ciprés, pino y otras variedades de madera en juguetes. Byron Ortiz, propietario de este taller, comenta que los materiales que se emplean son resistentes para que los trompos, por ejemplo, soporten las caídas y los baleros, los golpes repetitivos.

    Además, se busca que tengan un buen acabado. La entrega se hace bajo pedido.Actualmente, las dos colecciones de Divertimentos se encuentran a la venta en Fybeca y Juguetón. Más adelante, González tiene previsto abrirse mercado en la Librería Española. En estos lugares el precio final promedio de cada caja de juego es de USD 17.

    La presencia de Divertimentos en estas tiendas responde, en parte, a la medida del Gobierno de incluir productos nacionales en las jugueterías, desde el 2014. Pero también pesa su calidad.

    Norma Holguín, gerente de Operaciones de Juguetón, recuerda que en esta cadena se consideró a los mejores. “Divertimentos es un producto de calidad, que es nuevo en el mercado, tiene un buen precio e imagen”.

    Juguetón compra unas 300 unidades al año para ofrecerlas en los 25 locales a escala nacional.
    Aparte de estos espacios, Divertimentos ha estado presente en tiendas artesanales, en ferias como: Texturas, Colores y Sabores, en Quito; y en el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (Cidap), en Cuenca, entre otras.

    Diego González, propietario de la empresa Artilugios, sacó al mercado  juegos tradicionales bajo el nombre de Divertimentos. Hay dos paquetes. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Diego González, propietario de la empresa Artilugios, sacó al mercado juegos tradicionales bajo el nombre de Divertimentos. Hay dos paquetes. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • En su taller rescata los juegos tradicionales de Quito

    Redacción Quito  (F)   Contenido intercultural

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    Trozos de madera, herramientas, tornos son parte de los materiales que se encuentran en el taller de Jorge Rivadeneira, de 86 años de edad.

    En la calle Rocafuerte, ubicada en el centro de Quito, se encuentra Rivadeneira, este artesano muestra el trompo que lleva en su bolsillo y lo hace bailar de formas diferentes, cada vez que recibe a un cliente o turista.

    Su taller se llama Tecni-torno y se dedica a la elaboración y moldeado de figuras de madera a detalle. Desde los 12 años Rivadeneira empezó a utilizar el torno y otras herramientas para darle forma y moldear la madera.

    Él recuerda que los primeros trompos los hacía en un torno manual de su padre. Con su hermano mayor se turnaban para empujar el torno. Una vez terminado el juguete los hermanos salían a vender los trompos a sus compañeros en la escuela.

    Ahora, casi ocho décadas después, Rivadeneira es conocido como el Señor Macizo, porque el material con el que elabora los trompos y otros productos son hechos con maderas resistentes como pujín, roble, chanul, guayacán blanco y negro, entre otras.

    El artesano aclara que el trompo siempre ha sido elaborado con madera. “Los trompos de plástico no son los tradicionales y no bailan igual”, asegura.

    El proceso de creación inicia con la selección de madera, luego se pasa al modelado del trozo de madera en un torno con la ayuda de una punta. Finalmente los lija y los pinta con líneas negras. La identificación del trompo macizo es el ‘sombrero’ que tiene el juguete en su parte superior.

    Además de la elaboración de este juego tradicional el emprendedor también enseña a sus clientes a hacer bailar el trompo.

    Rivadeneira cuenta que conoce alrededor de 40 formas diferentes de hacerlo: en la mano, en su cabeza, en una cuchara, como el teleférico, entre otras.

    Por varios años el trompo ha sido uno de los juegos representativos de Quito, es por eso que varias personas lo compran para llevar a sus hijos o seres queridos en el exterior. Algunas personas se llevan a España , Italia o Estados Unidos.

    Para Daniel Silva, uno de los clientes, es importarte que se rescaten las tradiciones y que se siga difundiendo los juegos tradicionales. “No he visto más lugares que elaboren trompos iguales a estos, los precios son asequibles”.

    Por otro lado, Andrea Sánchez piensa que es importante rescatar los juegos tradicionales “para poder compartir con nuestros hijos y enseñarles nuestras habilidades”.

    Tecni-torno ofrece una variedad de tamaños de trompos: existen desde los miniatura hasta los de 16 centímetros.

    De igual forma los costos varían según el tamaño y el tipo de detalles. Los pequeños están desde los USD 3 y los más trabajados pueden costar 85.

    Además de la elaboración de trompos, Rivadeneira crea otros juegos tradicionales a base de madera como por ejemplo: baleros, perinolas, entre otros juegos.

    También, brinda demostración del baile del trompo a los turistas, en cumpleaños y eventos artísticos. El costo aproximado de una presentación de este artesano una hora bordea los USD 100.

    El fuerte de Jorge Rivadeneira es la elaboración de trompos de madera  y cacho de toro. Su local está ubicado en el sector de San Roque. Foto: Christian Tapia / LÍDERES
    El fuerte de Jorge Rivadeneira es la elaboración de trompos de madera y cacho de toro. Su local está ubicado en el sector de San Roque. Foto: Christian Tapia / LÍDERES
  • Con las rosquitas tradicionales llega a tres provincias

    Washington Paspuel (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    El primer cheque que los esposos Marlene Navas y Marco Antonio Tobar recibieron por su primera venta en una cadena de supermercados de Guayaquil fue de unos 300 sucres. Corría el año 1978. Esa cantidad fue el resultado de la entrega de 30 fundas de pan integral a dos locales de la cadena de supermercados Mi Comisariato, del Grupo El Rosado.

    Así nació un acuerdo de ventas que se mantiene hasta la actualidad, y que permitió el despegue de la empresa familiar que los esposos Navas Tobar bautizaron como Pica Pan. Se trata de un negocio que se concentra en la producción y comercialización de rosquitas artesanales, disponibles en dos sabores: natural y cebolla.

    Alcanzar ventas de 10 000 fundas de 30 rosquitas, cada una, al mes, no fue un camino fácil, para este negocio que emplea a 10 personas, ocho de ellas encargadas de la elaboración de los bocadillos hechos de harina. “Hemos ido creciendo en la producción a la par del crecimiento de los locales, donde vendemos nuestras rosquitas. Ahora entregamos a los locales de la cadena en todo Guayaquil, y también en las provincias de Santa Elena y Manabí”, menciona Tobar, un marino mercante jubilado.

    La producción de las rosquitas artesanales creció exponencialmente cuando el matrimonio adquirió un nuevo equipo hace tres años: de 4 000 fundas al mes, pasaron a las actuales
    10 000.

    La elaboración de las rosquitas es el resultado de un proceso de adaptación del negocio. Sus creadores iniciaron en el centro de Guayaquil hace más de 35 años con la elaboración de pan integral y de soya, que lo vendían en un restaurante naturista bajo su administración. El producto gustó y tuvo pedidos de Mi Comisariato.

    “El fundador del supermercado era nuestro cliente. Un día, su secretaria nos llamó para que le lleváramos nuestro producto. El primer pedido fue de 30 fundas para sus dos locales en la ciudad”, recuerda Navas.

    El supermercado incorporó después su propia línea de panadería en sus locales, pero mantuvo los pedidos de las rosquitas artesanales de Pica Pan.

    Los creadores del producto añadieron posteriormente el sabor de cebolla a su versión natural de la rosquita, por recomendación de uno de sus antiguos empleados, quien conocía del proceso de elaboración. Resultó una buena idea. Actualmente, el 30% de las ventas corresponde a la rosquita con sabor a cebolla, que se incorpora directamente dentro de la masa. “El sabor a cebolla tiene buena aceptación, porque es natural, no se trata de un saborizante”, dice Tobar. Pica Pan también probó con el sabor a tocino, pero lo dejó temporalmente de lado debido a que su elaboración, según los propietarios, todavía les resulta costosa por la materia prima.

    El negocio familiar busca invertir en nueva maquinaria, para duplicar su producción. Actualmente, los esposos gestionan un crédito con la Corporación Financiera Nacional, que les permitiría también optimizar la distribución del producto. De momento, dos personas se ocupan de la distribución de las rosquitas a los locales de la cadena de supermercados.

    Paralelamente, están en conversaciones con otra cadena nacional de supermercados, para colocar su producto en esas perchas.

    “Es un muy buen producto, con una alta rotación en las perchas”, afirma Berenice Castro, jefa del área de Panificación de uno de los locales donde Pica Pan se expende en Guayaquil.

    Este año Pica Pan prevé rediseñar el logotipo del producto, como resultado de la buena acogida en las ferias en las que se lo ha promocionado. Aunque las fundas incluyen el detalle del valor nutricional, sus creadores ahora prevén que vaya impreso.

    Emprendedores rosquitas
    Los esposos Marlene Navas (foto) y Marco Antonio Tobar están al frente del negocio familiar ubicado en Guayaquil, desde hace más de tres décadas. Su producto viene en dos sabores. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES
  • Los cultivos tradicionales tienen mayor peso agrícola

    Los cultivos permanentes, transitorios y los suelos en descanso para la actividad agrícola ocupan 2,3 millones de hectáreas en el país. De este total, las mayores áreas cultivadas corresponden a la caña de azúcar, banano y palma africana, en el caso de los permanentes. Arroz, maíz duro y tomate riñón, en el caso de los transitorios. Esta información corresponde a la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac) elaborada por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC).

    Así mismo, entre las provincias que tienen mayor superficie están Manabí con 1,1 millones de hectáreas (ha), Guayas (785 148 ha) y Los Ríos (529 701 ha). Entre las provincias con mediana superficie están Pichincha con 378 040 ha y El Oro con 338 299 ha.

    Para Manuel Navia, socio de Agrícola Nácaro de Guayaquil, es inexplicable lo que ocurre en el país. Dice que por un lado se tiene un buen sistema financiero, un sistema vial adecuado, sistema de rentas estructurado, pero poco se ha avanzado con la agricultura. Navia cita el caso reciente en que pese a los excedentes en la producción de maíz, se importaron grandes cantidades del producto, generando pérdidas en los agricultores.

    El problema se agrava al no contar con insumos baratos, o legislación adecuada para fomentar la producción, agrega Navia. “Creo que esto representa un retroceso en la producción. Comparando el crecimiento agrícola con Colombia y con Perú tenemos 50 años de atraso”.

    Nácaro es una agrícola que produce abono orgánico mediante lombricultura, se dedica a la producción de leche, forraje, entre otras actividades productivas.

    Xavier Cárdenas es gerente de Agrosoft, una empresa dedicada a la tecnología de la información agrícola. Dice que no ve un panorama favorable en el caso de los cultivos extensivos como el banano. “Durante 15 años hemos trabajado en una agricultura extensiva. Con altos gastos en maquinaria, logística e insumos para mantenerlos. Pero somos los que menos productividad tenemos en relación a los productores de banano de la Región”.

    Cárdenas con frecuencia viaja a Centroamérica y dice que el caso es crítico. “Costa Rica tiene 40 000 hectáreas de banano y es el segundo productor mundial. Ecuador tiene más de 200 000 ha y casi la mitad de la productividad de ese país”.

    Para este especialista en banano, sus previsiones se están cumpliendo. Entre estas que el país dejará de producir al menos 50 000 ha en los próximos cinco años. “Hoy existe una sobreproducción pero con bajísima productividad y altos costos. En Guatemala, la caja de USD 3,5 es negocio aquí con un precio de USD 5,5, el productor pasa dificultades”.

    Roberto Mollison es miembro de la Asociación Ecuatoriana de Productores de Teca y Maderas Tropicales. Afirma que en el caso del banano, mango y otros commodities, están muy atados a los precios y mercado externo. Por este motivo, comenta que la producción de madera presenta alternativas. “La teca es a largo plazo. Se puede dejar a cosechar dos años y esperar que el precio mejore”. En el cacao sí han bajado los precios y en el banano también. En la madera están estables.