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  • Esta firma transforma el acero

    Mayra Pacheco

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    Las rígidas láminas de acero se transforman en la empresa Beite B&T compañía limitada. Con esta materia prima se fabrican equipos para los sectores petrolero, hidroeléctrico y refinerías.

    En estos procesos, los operarios aplican normas y estándares internacionales: UOP, Asme y National Board. Se trata de equipos que demandan de una alta precisión, porque son parte de instalaciones complejas.

    Realizan separadores de fluido para obtener el petróleo, torres de destilación y columnas de procesos para refinerías, compuertas para hidroeléctricas, y otros, explica Eduardo Cisneros gerente general de esta firma.

    Para diseñar estos equipos se utiliza un software especial. En las pantallas de las computadoras, los ingenieros visualizan en tercera dimensión cómo quedarán estas enormes piezas y sus medidas a escala.

    Cisneros, quien impulsó esta empresa hace 20 años, está pendiente de los procesos. Conoce todas las etapas.

    Cuando este ingeniero mecánico, graduado en la Escuela Politécnica del Ejército, empezó con esta empresa realizaba planos para los equipos que se utilizan en camaroneras. Recuerda que usaba una computadora prestada. Luego, enviaba a construir las partes en otras empresas.

    En la fabricación de estos equipos se aplican normas y estándares internacionales. El diseño es computarizado. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO
    En la fabricación de estos equipos se aplican normas y estándares internacionales. El diseño es computarizado. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

    Los recursos que se generaban de la actividad realizaba le permitieron adquirir máquinas propias y montar una planta de producción de manera paulatina. La experiencia aportó también para que en el 2003 Beite B&T incursione en los sectores estratégicos.

    La materia prima que emplea para fabricar estos complejos equipos es importada desde Estados Unidos, Europa y Asia. Este material va cambiando de forma mientras los operarios sueldan cada una de las piezas.

    Durante el trabajo que realizan, el personal está atento, porque debe cumplir con exigente requerimientos.

    Wilson Paredes, supervisor de planta de Beite, menciona que la firma está en condiciones de producir equipos de alta calidad. “No es necesario comprar estas piezas en el extranjero”.

    Parte de los equipos elaborados por esta firma se encuentran en la Central de Procesamiento Tiputini (CPT), ubicada fuera del Parque Nacional Yasuní. En estas instalaciones se procesa el fluido que se extrae del bloque 43 ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini), en la provincia de Orellana.

    En una visita a la CPT, Álex Galárraga, gerente general de la empresa pública Petroamazonas, encargada de operar el ITT, destacó que actualmente empresas ecuatorianas construyan este tipo de equipos.

    Antes, generalmente estas enormes piezas eran importadas. Pero ahora Petroamazonas ha priorizado la industria nacional para el desarrollo del bloque 43, con un 87,5% de participación de empresas locales.

    Una de los últimos equipos que construyó Beite fue un separador de fluido con capacidad para procesar 180 000 barriles. Este es el más grande que se ha construido en esta empresa.

    Solo el recipiente -que permite separar el petróleo, del gas y del agua que se extrae de los pozos- tiene 3,60 metros de diámetro, 24 metros de largo. En total, el aparato completo supera las 150 toneladas. La fabricación de este demandó de ocho meses de trabajo. Incluso, concentró el 80% de los recursos de la empresa.

    Eduardo Cisneros, gerente de Beite B & T.  Foto: Roberto Peñafiel / LÍDERES
    Eduardo Cisneros, gerente de Beite B & T. Foto: Roberto Peñafiel / LÍDERES

    Finalmente, este separador fue entregado en las primeras semanas de este mes. Para su traslado se empleó una logística especial. El personal debía transportar este equipo por vía terrestre y fluvial. La entrega tomó alrededor de una semana.

    Esta nueva experiencia ha motivado a Cisneros. Él considera que si su empresa fue capaz de construir un equipo de estas características ahora podrá hacer dos o tres.

    Beite está en condiciones de ampliar su capacidad de producción con una nueva planta en la zona de industrial de Itulcachi. Incluso, asegura que tiene capacidad de exportación.

    Actualmente, la empresa construye separadores para el campo petrolero Armadillo y realiza el mantenimiento en una pieza en la Refinería La Libertad. Pero aparte también ha construido equipos para la hidroeléctrica Ocaña y otros proyectos. En cada uno de sus trabajos se asegura de que el resultado final sea perfecto. “Una sola fisura hace que un equipo no sea aceptado”, precisa Cisneros.

    En este año esta empresa cerrará con una facturación de USD 6,5 millones. Para el próximo año esperan duplicar esta cifra, porque habrá nuevas inversiones en el sector petrolero.

    Cifras 
    15 años de experiencia tiene esta firma construyendo separadores de fluido para el sector
    petrolero.

    22 000 metros cuadrados es la extensión a la que se puede expandir esta empresa. Para eso cuenta con un espacio en la zona industrial de Itulcachi.

    120 personas trabajaron en la fabricación del separador de 180 000 barriles de capacidad de procesamiento.

    200 mil toneladas de acero importa esta empresa cada año.

    El gerente
    Eduardo Cisneros 

    Fabricamos equipos con las mayores especificaciones técnicas. Cumplimos estándares internacionales en los procesos de soldadura, armado, pintura y otros. Estos aparatos tienen un alto valor agregado, porque representan ingeniería, mano de obra. No se trata de un producto primario. Nosotros compramos acero y entregamos una máquina de procesos. Por esto, ahora la meta de esta empresa es abrirse mercado en el exterior.

    La planta de producción de esta empresa está ubicada en el sector de Calderón, en Quito. Para fabricar estos equipos se usa acero importado. Foto: Roberto Peñafiel / LÍDERES
    La planta de producción de esta empresa está ubicada en el sector de Calderón, en Quito. Para fabricar estos equipos se usa acero importado. Foto: Roberto Peñafiel / LÍDERES
  • Empresa china transforma el excremento de panda en pañuelos de papel

    Agencia AFP

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    Una empresa china ha demostrado buen olfato para los negocios: la Qianwei Fengsheng Paper Company utilizará las fibras en los excrementos del panda gigante para fabricar papel higiénico, servilletas y otros productos domésticos, anunció un medio estatal chino.

    Esta papelera, con sede en la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, se asoció con el Centro Chino para la Conservación y la Investigación del Panda Gigante para reciclar las heces y los restos de alimentos de este animal.

    Los productos se comercializarán pronto en China bajo una gama bautizada “caca de panda” y decorada con una entrañable cara de este gran mamífero de pelaje negro y blanco.

    “Tratarán los desechos en nuestro lugar”, celebró un investigador del centro, Huang Yan, citado por el diario local Chengdu Business Daily.

    Los 10 kg de excrementos generados cada día por un panda adulto son ricos en fibras, ya que el animal se alimenta exclusivamente de tallos de bambú, explicó este empleado a la agencia oficial Xinhua.

    Una empresa china ha demostrado buen olfato para los negocios: la Qianwei Fengsheng Paper Company utilizará las fibras en los excrementos del panda gigante para fabricar papel higiénico, servilletas y otros productos domésticos, anunció un medio estatal c
    Una empresa china ha demostrado buen olfato para los negocios: la Qianwei Fengsheng Paper Company utilizará las fibras en los excrementos del panda gigante para fabricar papel higiénico, servilletas y otros productos domésticos, anunció un medio estatal chino. Foto: AFP

    Además, el panda produce unos 50 kg de desechos alimentarios cada día, por las cortezas que escupe tras la masticación.

    La fabricación de papel a partir del bambú necesita eliminar primero la fructosa para extraer las fibras. Este proceso tiene lugar naturalmente en el aparato digestivo del panda, explica Yang Chaolin, presidente de la empresa papelera, citado por Xinhua.

    Una vez hervida, pasteurizada y transformada en papel, la substancia será analizada para garantizar la ausencia de bacterias.

    Una caja de pañuelos de papel “caca de panda” se venderá por USD 5 mucho más cara que un producto convencional.

    “Los pandas tienen lo que quieren y nosotros también”, resume Yang. “Todo el mundo sale ganando”.

    Un panda come en el Jardín Zoológico del Bosque de Shenyang en Shenyang, provincia nororiental de Liaoning, China, el 20 de diciembre de 2017. Foto: AFP
    Un panda come en el Jardín Zoológico del Bosque de Shenyang en Shenyang, provincia nororiental de Liaoning, China, el 20 de diciembre de 2017. Foto: AFP
    La Qianwei Fengsheng Paper Company, en la provincia de Sichuan, se asoció con el Centro de Conservación e Investigación de Gigantes para reciclar excremento de los animales. Foto: AFP
    La Qianwei Fengsheng Paper Company, en la provincia de Sichuan, se asoció con el Centro de Conservación e Investigación de Gigantes para reciclar excremento de los animales. Foto: AFP
  • El concepto de oficina se transforma para dar paso a comunidades globales

    Agencia EFE

    Las oficinas del siglo XXI están en plena transformación de la mano de comunidades globales integradas mediante aplicaciones que son la llave a nuevas oportunidades de negocio, según la mayor empresa mundial de espacios laborales compartidos o «coworking».

    «Construimos comunidades, el secreto de WeWork es que creamos comunidad», explica en entrevista a EFE Patricio Fuks, director general de WeWork Latinoamérica, una red global con 238 edificios en 56 ciudades del mundo.

    La compañía, creada en Nueva York por Adam Neumann en 2010, supo leer una tendencia de transformación de los espacios dedicados al trabajo.

    «Los millenials, desde que se levantan, quieren vivir esa experiencia de estar contentos, de disfrutar lo que hacen, de tener pasión, de ir contentos a la oficina, de conocer gente», afirma Fuks.

    Este emprendedor vendió un negocio hotelero próspero con presencia en 18 países de la región para integrar el equipo directivo de un emporio global con edificios en China, Japón, India, Israel y Australia y ahora con varias aperturas que amplían la red que ya tenían en Colombia, México y Perú.

    La apuesta de esta compañía se inclina hacia generar «coworking» o espacios colaborativos, donde por un precio módico se puede gozar de múltiples beneficios.

    «Hay cada vez más emprendedores en el mundo. Se dice que el 40 por ciento de la fuerza laboral van a ser emprendedores dentro de tres o cuatro años», detalla Fuks, cuyo empuje ha llevado a la compañía a abrir hasta tres edificios en un mismo día, dos en Ciudad de México y uno en Bogotá.

    Agrega que las personas «tienen acceso al mejor edificio que se pueda tener en la ciudad pagando una membrecía muy básica, unos 4.000 pesos aquí en México (210 dólares), donde van a tener internet, seguridad», relata Fuks.

    Sus sedes se encuentran operando al 80 o 90% de capacidad en Latinoamérica. La red incluye siete edificios en Ciudad de México, dos en Buenos Aires, tres en Río de Janeiro, cuatro en Sao Paulo, dos en Bogotá y uno en Lima.

    La empresa WeWork, con un valor global de unos 26.000 millones de dólares, logra crear redes donde existe un intercambio constante entre los miembros.

    «Al conocerse la gente resulta que el que tiene una idea puede conocer a otro que tiene un fondo que justo busca invertir. Un abogado que busca un cliente, un cliente que busca un abogado, la gente se conecta y empiezan a surgir relaciones comerciales, de amistades, de lo que se te ocurra», narra el emprendedor argentino.

    La integración se logra a través de equipos de comunidad en cada edificio que organizan eventos que van desde «happy hours» hasta charlas, clases de yoga o cursos sobre herramientas de comunicación.

    Al tener una estructura global, logran hacer plausible la opción de que un emprendedor tenga oficinas disponibles en cada ciudad que visite.

    «La integración local en edificios crece a nivel mundial a través de la aplicación, ya que en México, en este edificio de (la calle Miguel de) Cervantes, estás conectado con los miembros de WeWork en Londres, en Shanghai, en Buenos Aires, y al ser miembro WeWork, eres miembro de una misma red», especifica.

    Fuks calcula que el 70% de los miembros ya hicieron negocios entre sí. Los eventos crecen con la fuerza que lo hacen las redes colaborativas.

    «Hacemos eventos como hicimos en Londres hace poco donde llevamos durante cuatro días a 3.000 empleados y 3.000 miembros. Cuatro días en donde se habló de cultura, de las historias de cada uno; cuatro días de fiesta» en los que incluso «vinieron grupos a tocar», explica Fuks, cuyo secreto de liderazgo es crear equipos de trabajo fuertes y dedicados.

    La expansión ha sido meteórica con 31 edificios en Latinoamérica en un año. Los próximos pasos incluyen aperturas en Santiago, Medellín (Colombia) y Monterrey y Guadalajara (México). E

    Vista de la sala de reuniones en la nueva oficina de Google en el edificio de correos de Zurich, Suiza. Foto: EFE
    Vista de la sala de reuniones en la nueva oficina de Google en el edificio de correos de Zurich, Suiza. Foto: EFE
  • Celso Peña transforma a los metales en herramientas de vida

    Xavier Montero

    Las manos de Celso Peña recorren el mesón con mucha destreza. En su fábrica, ubicada en Conocoto (suroriente de Quito), coloca tornillos y los sujeta uno a uno; así, la muleta va tomando forma.

    En este local, los sonidos metálicos del trabajo en aluminio empezaron en octubre de 1982, cuando Peña, tras asimilar su condición de no vidente, decidió emprender en una industria metalmecánica y elaborar bastones para no videntes. Ahora, Linordec, su emprendimiento, es una firma que emplea a 13 personas y que en el 2011 alcanzó USD 110 000 en ventas.

    La ceguera de Peña llegó tras un accidente de tránsito en 1972. Nueve años tardó en tomar la decisión de ingresar al Instituto Nacional de Ciegos (INCE). Allí, algunos hechos lo “marcaron”.

    En 1981 tomó su primer bastón para no videntes: “Una varilla pesada y grotesca, que parecía anunciar a kilómetros el paso lento de un ciego”. De allí el reto: utilizar los conocimientos que adquirió de su padre Luis Humberto, quien hacía camas y muebles hospitalarios como sustento para sus 10 hermanos.

    Entonces desarrolló el Tedico (un torno termodinámico – conformador) que le permitiría hacer bastones plegables ligeros y resistentes. Su máquina fue ovacionada en el 2007, en México DF durante el I Seminario de organizaciones productoras y distribuidoras de materiales para ciegos de América Latina, un evento de la Unión Latinoamericana de Ciegos.

    “El bastón otorga una independencia valiosísima al no vidente. El ingenio de Celso ha mejorado la condición de vida de miles de ciegos”, opina Luis Narváez, presidente de la Asociación de Ciegos del Ecuador y quien conoció a Peña hace 40 años, mientras estaban en un hospital capitalino pues él también perdió la vista.

    Peña siente las manillas de su reloj y prefiere describir su emprendimiento en su almacén (centro-norte de Quito) y retirarse del taller. Mientras estuvo allí, armó 10 muletas en menos de una hora. Se retira el mandil, abotona su leva y sube presuroso las escaleras. En el automóvil, escucha la versión en audio del texto ‘Alma de liderazgo’ de Deepak Chopra.

    Antes de llegar a su local comercial narra otra anécdota que le ocurrió en 1981. Una cicatriz, que se confunde en el ceño de este quiteño de 60 años y padre de Diana y María Fernanda, es su evidencia de un atropellamiento. “Mi familia se molestaba mucho cuando salía a buscar trabajo”, cuenta Peña y añade que hace tres décadas, las empresas le ofrecían sueldos a razón de que no haga nada, como una dádiva. Aquello le indignaba y por eso se propuso “ser un ciego diferente”.

    Muestra de ello son los reconocimientos nacionales que ha recibido como el Mérito Laboral del Ministerio de Relaciones Laborales (2007); la medalla al mérito artesanal Sumag Maki, de la Cámara Artesanal de Pichincha en el 2008; el Rumiñahui de Oro, del Ilustre Municipio de Quito (2009), por el desarrollo de una silla caminadora que beneficia a pacientes con parálisis cerebral, entre otros.

    Betty Vásquez lo conoce desde hace siete años. Ella recalca su tenacidad y sentido del humor. “A veces la desconfianza suele invadirlo. Eso es comprensible, pues hubo gente que intentó afectarlo en los negocios. El es muy bondadoso”.

    Peña cruza el portón de vidrio de su almacén y saluda con Janeth, a quien en el 2006 pidió matrimonio y recibió el ‘sí’ solo dos semanas después. Sus dos anteriores relaciones no pudieron conformarse como hogares. Johanna, una paciente de 7 años, con problemas de movilidad, le espera adentro del local.

    El emprendedor se mueve en medio de sillas de ruedas y camas hospitalarias. “Tú vas a llegar hasta donde te lo propongas”, es el consejo para la niña, quien parece no entender que Peña no la puede mirar.

    “Muy pocas personas reparan en su condición de ciego”, dice Luis Del Buey, quien lo conoce desde hace 12 años y añade que es buen bailarín y cantante en las reuniones sociales. Erick Campoverde lo conoció hace más de 20 años cuando llegó a ofrecerle sus productos. “Es un empresario respetado y un gran amigo”.

    Peña toma una regleta para escritura en Braille y un punzón de los que fabrica. La puerta suena, acaba de llegar otro cliente.