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  • TLC genera expectativas mesuradas en productores de carne sudamericanos

    Agencia AFP

    El ganado está listo para enviar a faena, pero Luis Marfurt recorre su campo en Uruguay por enésima vez: aunque planea en el aire un eventual TLC entre el Mercosur y la UE, los altos costos y el clima duro no le dejan margen de error.

    La temperatura supera por mucho los 30 grados. La sequía se ve en las pasturas y se respira en el aire del verano austral. Los animales, bien alimentados, a campo y en corrales, resisten gracias a la sombra de los árboles y agua en abundancia.

    “El negocio está apretado. (…) Los márgenes son muy ajustados y dependemos del clima”, explica este ganadero a la AFP en uno de sus campos en Colonia Cosmopolita, 135 km al oeste de Montevideo.

    Marfurt tiene 73 años. Comenzó con un pequeño tambo, una explotación lechera que él y su hermano heredaron de sus padres. Tenían 30 vacas y una superficie chica. Hoy producen 4 000 cabezas de ganado por año, y entre campo propio y arrendado controlan 1 500 hectáreas en las que crían ganado de carne para faena.

    Marfurt cuenta que sus hijos y sobrinos se volcaron a trabajar en el emprendimiento. “ Acá es todo familiar ” , resume con una sonrisa orgullosa.

    Expectativa y realismo 

    El establecimiento de los Marfurt es de tamaño medio en el Mercosur, que se apresta a firmar un demorado TLC con la Unión Europea (UE) en el cual el apartado cárnico es de los más sensibles.

    El productor uruguayo ve la iniciativa con buenos ojos. Pero, acostumbrado a los golpes del mercado, es realista y no se hace ilusiones. Asegura que si el TLC no se firma, se podrá subsistir apostando a los mercados actuales y otros que eventualmente puedan abrirse.

    El TLC “sin duda va a repercutir porque va a exigir mejor calidad de carne. La diferencia la podemos hacer por la calidad”, estima.

    “Lo que nos falta es que nos bajen un poco los costos, cosa que a veces ellos (los productores europeos) tienen; tienen subsidios, entonces es más fácil para ellos que para nosotros”, dice Marfurt.

    El criador cree que en su caso el potencial de crecimiento es de un 30 a 40%. El acuerdo Mercosur-UE podría incidir, tal vez, en 10 puntos. Pero si no se firma, no habrá decepción.

    “Hay muchos mercados” para la carne, y si alguno se “tranca”, “hay cómo volcar el remanente en otros”, asegura.

    ‘Un comercio millonario’ 

    El Mercosur (Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay) y la UE negocian desde 1999. Los dos bloques intercambiaron ofertas y 90% del comercio bilateral quedaría liberado. Carne y etanol son los puntos críticos.

    La propuesta europea habilita el ingreso de 70.000 toneladas anuales de carne bovina con arancel cero del Mercosur, cuyos cuatro socios están entre los 10 mayores exportadores del producto en el planeta, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. El temor de los ganaderos europeos es que estos competidores golpeen su negocio.

    Brasil, segundo exportador mundial, exportó 1,2 millones de toneladas de carne bovina y derivados por 5.000 millones de dólares en 2017. Argentina produjo 2,85 millones de toneladas, pero el 90,4% fue para su mercado interno. Uruguay, de apenas 3,4 millones de habitantes, es el séptimo exportador de carne de res, con 307.000 toneladas, 72% de su producción, y USD 1 530 millones en 2017, seguido por Paraguay.

    El acuerdo y la ‘Big Mac’ 

    Productores y frigoríficos tienen una visión contundente: si la oferta cárnica de la UE no mejora, el TLC tiene poca razón de ser.

    “Es muy difícil luchar cuando uno ve a algunos políticos irlandeses y algunos políticos franceses que en aras de quedar bien y tratar de mantener o conquistar a esos productores (agropecuarios), dicen cosas que no se ajustan a la verdad” , señaló a la AFP Daniel Belerati, vicepresidente del Foro Mercosur de la Carne, un organismo formado por productores y frigoríficos que asesora a los gobiernos del bloque en las negociaciones con la UE.

    “La última oferta en materia de carne fue de 70.000 toneladas. Estamos hablando de algo que es el 0,1% de lo que son los dos bloques (en producción y consumo), y estamos hablando de sacarle los aranceles a eso. Es absolutamente ridículo decir que una producción puede ser cuestionada por el ingreso de 70.000 toneladas que hoy pagan 4,03 euros por kg y que pasen a pagar cero euro; que eso va a desbalancear un mercado de 500 millones de personas”, enfatizó.

    La oferta de la UE es de “138 gramos per cápita por año. Esa es la oferta. Para hablar con claridad, es lo mismo que comer una ‘Big Mac’”, y “eso es una tomadura de pelo. No se puede ofrecer una hamburguesa por año”.

    “Si la UE no mejora el tema de la carne y del etanol para Brasil este acuerdo está seriamente cuestionado”, remató.

    Los animales, bien alimentados, a campo y en corrales, resisten gracias a la sombra de los árboles y agua en abundancia. Foto: Archivo / LÍDERES
    Los animales, bien alimentados, a campo y en corrales, resisten gracias a la sombra de los árboles y agua en abundancia. Foto: Archivo / LÍDERES
  • El Congreso de EE.UU. concede la vía rápida a Obama para tratados comerciales

    Agencia EFE

    El Senado aprobó este miércoles (24 de junio) la legislación que autoriza al presidente estadounidense, Barack Obama, a tramitar tratados comerciales por la llamada «vía rápida«, que permitiría avanzar con menos obstáculos a acuerdos como el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP).

    La cámara alta decidió con 60 votos a favor y 38 en contra extender los poderes de la Presidencia para negociar tratados comerciales internacionales, con lo que, tras haber recibido el sí de la Cámara de Representantes, solo queda que sea rubricado por Obama.

    La ley de Promoción del Comercio (TPA, por su sigla en inglés) permitirá a la Casa Blanca presentar al Legislativo acuerdos comerciales sin que el Congreso pueda enmendar detalles o utilizar minorías de bloqueo.

    La vigencia de esta autorización se prolongará hasta 2018 y podrá extenderse hasta 2021, con lo que tiene implicaciones más allá del fin de la presidencia de Obama.

    Para conseguir la aprobación de esta ley, Obama contó con el inusual apoyo de los republicanos y tuvo que negociar para rebajar la oposición de la bancada demócrata, que no ve con buenos ojos la manera en que se está negociando el TPP.

    «El poder de una buena idea, independiente de dónde provenga, puede superar los bloqueos», indicó el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, en un comunicado.
    La aprobación de la «vía rápida» es clave para que avancen sin grandes contratiempos la aprobación del TPP y las negociaciones para un Tratado de Comercio e Inversiones con la Unión Europea (UE), que cuenta con fuerte oposición a ambas orillas del Atlántico.

    Estas es una importante victoria legislativa para Obama, que durante las últimas semanas había luchado por conseguir el apoyo de legisladores de su propio partido, como la congresista Nancy Pelosi, que se habían opuesto al acuerdo. 

    El presidente Barack Obama podrá negociar tratados comerciales internacionales. Foto: AFP
    El presidente Barack Obama podrá negociar tratados comerciales internacionales. Foto: AFP
  • Los tratados de libre comercio dividen a los demócratas en Estados Unidos

    Agencia EFE

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    La nueva legislación presentada esta semana en el Congreso de EE.UU. para acelerar los tratados de libre comercio internacional ha abierto una nueva brecha entre los demócratas, una discusión en la que los más progresistas se oponen de manera frontal mientras otros toman posturas cercanas a los republicanos.

    Conocido como «fast track» (vía rápida) o Ley de Promoción del Comercio, el proyecto legislativo impulsado por miembros de ambos partidos pretende facilitar y acelerar el proceso de los acuerdos, de manera que si el presidente Barack Obama cumple unos parámetros preestablecidos por el Congreso, los tratados no puedan ser enmendados por el Legislativo, sólo aprobados o rechazados.

    El objetivo fundamental del texto, que en principio tendría una validez de tres años, sería lograr de manera más expedita la entrada en vigor del conocido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que involucra a once países de América Latina y Asia Central en el que sería el mayor acuerdo comercial de EE.UU. desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá (TLCAN).

    El mandatario, quien solía alinearse también en contra de este tipo de tratados de libre comercio, ahora es un ferviente defensor de estas políticas, y ya ha tenido varios encontronazos con los miembros más a la izquierda de su partido a la hora de discutir el procedimiento.

    Probablemente la más beligerante sea la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, una de las voces más a la izquierda entre los demócratas y que muchos reclaman como próxima candidata a la Presidencia del país en 2016, aunque ella se niega a presentarse.

    Warren, respaldada por los sindicatos y otros grupos afines, argumenta que las políticas que plantea el presidente beneficiarán a los grandes negocios estadounidenses, pero afectarán irremediablemente a los trabajadores. «Amo a Elizabeth. Somos aliados en toda una serie de cuestiones. Pero se equivoca en esto», dijo Obama esta semana tras las críticas de la senadora, quien replicó enseguida desde su cuenta de Twitter. «Por qué no puede el pueblo estadounidense leer el acuerdo?», cuestionó la senadora.

    El líder de la minoría demócrata del Senado, Harry Reid, ya ha dejado claro que Obama no contará tampoco con su respaldo. Preguntado esta semana por si apoyaría la legislación para acelerar los tratados, Reid fue meridiano: «no podrían encontrar a otra persona a quien hacerle esta pregunta que esté más en contra sobre este tema que yo. Nunca he apoyado, en mis 33 años en el Congreso, un tratado de libre comercio».

    La diferencias demócratas sobre la vía rápida en tratados de comercio ha provocado una situación casi inédita: que Obama tenga en los republicanos, que aseguran contar con los votos suficientes -a excepción de los ultraconservadores-, sus mayores aliados en este asunto.

    Pero el presidente de EE.UU. jura que tanto el TPP como el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) que está negociando con la Unión Europea no caerán en los errores del pasado, y garantiza que serán efectivos y contendrán líneas de protección para los trabajadores.

    «Obama está tratando de conseguir apoyo de otros demócratas, por eso dice que el TPP y el TTIP son los tratados comerciales más progresistas de la historia. Quiere además renegociar el TLCAN a través del TPP, ya que México y Canadá forman parte de los países negociadores», explicó a Efe Bryan Riley, analista sobre política comercial de la Fundación Heritage.

    El mandatario estadounidense planea incluir disposiciones relativas al cuidado medioambiental o a los derechos humanos con el objetivo de limar asperezas en su bancada pero, según agrega Riley, estas pueden ser concebidas por los republicanos como nuevas barreras para el libre intercambio.

    El cambio de parecer de Obama sobre este tipo de negociaciones -añade- radica en la necesidad de que EE.UU. «no se quede atrás» mientras Europa y China impulsan el comercio internacional y encuentran nuevos lugares para ganar terreno en el extranjero.

    Riley coincide con Joshua Meltzer, experto en la misma materia del centro de estudios Brookings, en que el TPA facilita las negociaciones con los países involucrados en los acuerdos, y agrega que «la globalización y el desarrollo de la economía en la región Asia Pacífico ocurrirá independientemente de que el Congreso apruebe o no el TPA».

    Según los cálculos de los analistas, Estados Unidos obtendría unas ganancias de unos USD 77 000 millones anuales con el TPP, pero Meltzer reconoce que pese a los beneficios macroeconómicos, la legislación sigue siendo controvertida en el Congreso.

    Las experiencias anteriores demuestran que este tipo de tratados afectan sobremanera a los empleos en el sector manufacturero, explica, y será complicado convencer a aquellos, que como Reid o Warren, no lo ven con buenos ojos. 

    Bernie Sanders presentó un documento para retrasar la acción del Comité de Finanzas del Senado en la vía rápida el proyecto Trans-Pacífico de Asociación. Foto: AFP
    Bernie Sanders presentó un documento para retrasar la acción del Comité de Finanzas del Senado en la vía rápida el proyecto Trans-Pacífico de Asociación. Foto: AFP
  • La anulación de 59 tratados, bajo análisis

    La Nación (GDA)

    El Congreso argentino estudia la posibilidad de anular los 59 tratados bilaterales de inversión que el país ha suscrito y que establecen al Centro Internacional de Arreglos y Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial como la instancia arbitral entre el Estado y las multinacionales.

    A la fecha, Argentina enfrenta 42 demandas ante el Ciadi de empresas que exigen indemnizaciones por unos USD 65 000 millones, y en cinco de esos casos, en los que se han emitido fallos finales contra Argentina, el Gobierno no las acató ni pagó dichas indemnizaciones.

    Además, se plantea retirar al país de dicha institución, pues ésta favorece a los tenedores de bonos que no aceptaron la oferta del Gobierno para reestructurar esas deudas, y los voceros gubernamentales opinan que las disputas entre empresas extranjeras y el Gobierno deben dirimirse en juzgados nacionales o en un Centro Regional de Disputas, como el que propone Ecuador que se establezca en Suramérica.

    En respuesta, EE.UU. anunció la suspensión temporal para Argentina del Sistema Generalizado de Preferencias que exonera del pago de aranceles las mercancías de países en vía de desarrollo.

    En octubre pasado, autoridades judiciales retuvieron en Ghana al barco escuela argentino Libertad, en atención a la demanda que entabló American Task Force Argentina (Atfa), entidad que ayuda a los inversionistas a recuperar los dineros que perdieron, por la cesación de pagos de Argentina en el 2001.

    Los tribunales calcularon en USD 1 300 millones el monto que el país debe pagar a los demandantes, y, aunque se dijo que el barco estaba protegido de incautación -porque contenía equipos militares-, una corte comercial rechazó este argumento y lo mantuvo anclado hasta el pago de una fianza de USD 20 millones. En años recientes, Tango, el avión presidencial argentino, también sufrió una incautación similar.

    Simultáneamente, Panamá ha notificado a la OMC la petición de consultas con Argentina por supuesta discriminación comercial; y la UE, EE. UU., Japón, México y Colombia han planteado consultas en relación con las mencionadas restricciones al comercio.

    Más controversias Quejas del FMI.   Otro litigio es la reclamación del FMI por la calidad de las cifras macroeconómicas argentinas, y al finalizar el 2012, la directora gerente, Christine Lagarde, remitió un informe al Directorio Ejecutivo, el cual será analizado en el transcurso de este año. La certificación de la cifras por el FMI es condición del Club de París, para negociar con las autoridades gauchas.

    En el ámbito interno.  El juez federal civil y comercial Horacio Alfonso dictaminó, en diciembre pasado, la constitucionalidad del artículo 161 de la Ley de Medios. A través de este se obliga a los grupos mediáticos a deshacerse de las licencias de radio y televisión.

  • Los agricultores han sido los damnificados

    Redacción Quito

    Impactos

    Realizar una conclusión determinante sobre el impacto de los tratados de libre comercio en los países vecinos es complejo. La evaluación se la puede hacer desde varias aristas: económica, comercial, ambiental, social, laboral…

    Pero sí hay un común denominador entre quienes han analizado el proceso en México, Perú, Chile y Colombia: los efectos en el agro. En el primer caso, donde ya se lleva 20 años de apertura comercial, las visiones son contrapuestas. Si bien en un inicio, los analistas mexicanos criticaron -y aún lo hacen- sobre los efectos negativos en el campo, hay también quienes defienden el proceso.

    Roberto Salinas, analista económico, explica que nadie niega que el campo mexicano vive una pobreza inaceptable. Pero no por causa del libre comercio. «El atraso de nuestro sector agropecuario es previo a la apertura y al TLC y su situación sería peor sin ese tratado».

    Sin embargo, más allá de este análisis, México tuvo que desarrollar sistemas de compensaciones a los agricultores, para disminuir los efectos negativos. Es algo que Perú también lo desarrolló desde el 2006, para protegerse de los impactos.

    Y es algo que ahora los agricultores colombianos exigen. Por ello, según Juan Carlos Martínez, quien analizó la problemática para Diario El Tiempo, un año después de firmarse el TLC con EE.UU., las exportaciones hacia Colombia en productos agrícolas aumentaron 81% mientras que las de Colombia hacia ese país no han tenido un crecimiento significativo. «La agroindustria colombiana no ha tenido el despliegue esperado viéndose amenazada por importaciones con menores costos de producción».

  • La OMC en manos de un latinoamericano

    EFE,

    El brasileño Roberto Carvalho de Azevedo, el nuevo director de la Organización Mundial del Comercio (OMC) elegido la semana pasada, es un respetado diplomático, conocedor profundo de esta institución multilateral. A sus 55 años tiene una experiencia de más dos décadas en asuntos económicos y comerciales.

    El mismo basó su campaña como candidato a dirigir la OMC en su profundo conocimiento de la organización, de sus mecanismos, potencialidades y, sobre todo, de los delicados equilibrios de poder en su interior. Desde el 2008 es el representante de Brasil ante el organismo con sede en Ginebra, función con la que se ha ganado la reputación de ser un negociador experimentado y fiable, así como un «creador de consenso».

    El propio Azevedo ha dicho en varias ocasiones que el principal reto de quien asumiera la dirección de la organización -y que sería una de sus prioridades si resultaba elegido- será desbloquear las negociaciones de la Ronda de Desarrollo de Doha, lanzadas en el 2001 y estancadas desde mediados del 2008.

    Azevedo ha participado en gran parte de las conferencias ministeriales -máximo órgano de decisión- de la OMC desde el inicio de la Ronda de Doha.

    Durante sus casi 50 visitas a diversos países para reunir apoyos a su candidatura aseguró conocer a fondo los problemas de la institución y estar capacitado para contribuir a su solución. Incluso su último oponente para dirigir la OMC, el mexicano Herminio Blanco, reconoció las cualidades de Azevedo como conocedor del comercio y de la OMC.

    Una de las propuestas del brasileño fue facilitar el acceso a la organización de los países que aún no son miembros para que todas las regiones geográficas participen en el sistema multilateral de comercio internacional, especialmente los países árabes, la mitad de los cuales no pertenecen al organismo.

    Sus detractores decían que sus principales atractivos para ser elegido eran su juventud y carisma, pero incidían en su falta de experiencia en los niveles más altos de la gestión pública.

    Azevedo cuenta con una larga experiencia profesional: se incorporó el servicio exterior de Brasil en 1984 y trabajó en las embajadas de su país en Washington y Montevideo. Fue responsable adjunto para Asuntos Económicos en el Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1995 y 1997 y luego fue enviado a Ginebra, donde asumió diferentes responsabilidades en las misiones diplomáticas ante la sede europea de la ONU y otros organismos internacionales, incluida la OMC.

    En el 2001 participó en la creación de la Coordinación General de Contenciosos de la Itamaraty, como se conoce a la Cancillería brasileña, que dirigió por cuatro años. Ahí tuvo que lidiar con disputas comerciales, como la entablada por Brasil contra EE.UU. por sus subsidios al algodón o contra la UE por las ayudas a la exportación de azúcar. De perfil técnico, ha sido una figura clave en los tratados comerciales que ha negociado.