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  • Ropa para la mujer y el hombre salasaka

    Modesto Moreta

    (F)  
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    Las habilidades en el hilado, el tejido y el bordado hicieron que una familia de la comunidad Salasaka, en Tungurahua, funde su emprendimiento.

    Con una inversión de USD 3 000 instalaron ‘Runa Fashion’, una boutique especializada en la confección y la venta de ropa para las mujeres y hombres de esta parroquia indígena.

    Con el dinero adquirieron mesas, perchas, materia prima (lana de ovino) y los maniquíes. También bisutería como aretes y washkas o collares. Este almacén funciona en el centro de este pueblo localizado en la vía Ambato-Baños, en Tungurahua.

    Los diseños estilizados con cierto toque juvenil, sin perder la esencia de su cultura, las impone Soledad Chanco especialista en diseñar estas prendas con novedosos, llamativos y coloridos bordados hechos a mano.

    El emprendimiento familiar cimentó sus bases el año pasado; cuando los cinco integrantes (padres e hijos) decidieron montar el negocio de las prendas. La idea fue porque sus integrantes son expertos en el tejido lishtas, bayetas, anacos o tres varas y media, y fajas para las mujeres, y para los hombres pantalón blanco, camisa blanca y el poncho color negro.

    Todos son hechos a mano en los tres telares de madera que José Chango, padre de Soledad, tiene en su taller localizado en la comunidad Wasalata. Pero también los taitas y mamas tienen su espacio es este local con prendas autóctonas y sin cambios.

    Chango dice que no había un lugar donde se comercialice la vestimenta salasaka. “No se teje porque son prendas difíciles de confeccionar porque es todo un proceso que inicia desde el esquilado de los ovinos, lavado, limpieza de la lana y el hilado”.

    La joven explica que la gente de su comunidad ahora cuenta con un lugar exclusivo donde puede encontrar sus prendas de verter que les identifican. Su hermana Magdalena administra el negocio.

    Las ventas de los anacos, lishtas, bayetas y otras prendas están creciendo por la calidad, los diseños de los bordados con colores llamativos, especialmente por los ejecutivos de las cooperativas de ahorro y crédito que les ayuda a estar elegantes y a la moda. “Antes no existía un sitio donde los indígenas puedan comprar y donde la atención sea en el idioma kichwa”, menciona Chango.

    Además, se diseñan las blusas de color negro adornadas con bordados del pavo real, flor de papa y la naturaleza. “Cada prenda que confeccionamos es única, nuestra producción no es en serie, por eso es una prenda especial”.

    Eso permitió que las ventas crezcan. En lo que va del año las ventas llegaron a USD 10 000. También comercializan sandalias elaboradas con finos tejidos.

    Francisco cuenta que su madre le enseñó a hilar desde pequeña con el wango (madero grueso donde se almacena la lana).

    Chango explica que para confeccionar dos anacos, de tres varas y media cada uno, tarda un año en hilar. “Para tejer la principal prenda de vestir de la mujer se necesitan cuatro ovillos de lana, todo este proceso hace que la prenda pueda costar USD 200. Una lishta USD 150, un poncho USD 400”.

    Hace tres meses realizaron una nueva inversión de USD 3 000 para mejorar el local comercial. Ahí también vende los telares elaborados en madera que son como un recuerdo para los turistas que visitan el local. “En este emprendimiento familiar trabajamos cinco personas”, comenta Chango.

    Luzmila Masaquiza es una de los clientes frecuentes de ‘Runa Fashion’ en el centro de Salasaka. Conoce a la familia Chango hace más de cinco años. Por recomendación de sus amigos y familiares llegué al taller de José en la comuna Wasalata. El trabajo que efectúan es de calidad. “El tejido fino y como una especie de motas pequeñas demuestra que es una prenda especial y fina. Lo importante es que es a bajo precio”.

    Antes no teníamos que buscar a quien comprar la ropa o nosotros mismo tejer, pero ahora tenemos esta boutique que mantiene la identidad del pueblo salasaka.

    Tenga en cuenta

    En el taller de José Chango, en Wasalata, se confeccionan ponchos, lishtas, bayetas, ponchos, blusas con contenido intercultural. El emprendimiento inició con una inversión de USD 3 000.

    Los artesanos permanecen entre 6 y hasta 8 horas diarias en el trabajo para diseñar cada una de sus creaciones, especialmente en los bordados. Están relacionados con la naturaleza.

    Los ríos, los chaquiñanes, la flor de maíz, las frutillas, las montañas, los animales andinos y las aves que son graficadas en las prendas de color blanco que visten con orgullo las niñas y las jóvenes.

    Magdalena y Soledad Chango son la administradoras y la diseñadora de los dibujos en las prendas autóctonas. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Magdalena y Soledad Chango son la administradoras y la diseñadora de los dibujos en las prendas autóctonas. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
  • La talabartería se niega a desaparecer en el país

    Red. Sierra Centro (F)
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    En el taller de Carlos Castañeda nada es moderno. Aún moldea el cuero y la suela con sus herramientas rudimentarias.

    Con precisión, da forma a las monturas y zamarros. Las heredó de su padre Fidel, quien también fue un talabartero reconocido en el cantón Píllaro, en Tungurahua.

    Alrededor del rústico taller, localizado en el centro de la ciudad, cuelgan las grandes alfombras de piel de borrego y de vacuno que crean un ambiente tradicional.

    Castañeda, de 65 años, se lamenta porque esta actividad pierde fuerza con el tiempo y porque todo se ha industrializado. Además, ninguno de sus tres hijos continúa la tradición familiar, a pesar de que en las haciendas se sigue requiriendo de sus servicios.

    Este experto artesano domina todo el proceso en la elaboración de estos objetos hechos a mano. La calidad de sus trabajos permitió que más chagras o vaqueros de Machachi, Quito, Ambato y otras ciudades llegaran para solicitar una montura bajo pedido. También sus trabajos han ido hacia EE.UU., Chile y Bolivia.

    Castañeda cuenta que la talabartería consiste en trabajar diversos artículos de cuero para caballerías, especialmente las monturas y los zamarros que son utilizados por los vaqueros de las grandes haciendas de la localidad.

    Y su local Talabartería Castañeda parece resistir el paso del tiempo. Al ingresar, el olor a cuero se riega en el ambiente.

    Recuerda que su abuelo Miguel aprendió este arte en el tiempo de Eloy Alfaro, que trajo al país a maestros de la albañilería, sastrería, herreros y talabarteros para que enseñen a la población. “Son alrededor de 100 años que hemos trabajado en conjunto con los herreros elaborando estas prendas”.

    Para Castañeda, ese negocio es su vida. Cada mañana se despierta a las 05:00 para continuar con la confección de las monturas, cuyo 90% es hecho a mano. Para dar forma a los grabados de media luna y otros utiliza una especie de cincel de acero, en donde están grabadas las figuras y con base en los golpes de un martillo estos quedan impregnados en la baqueta (suela).

    El color café lo da con un pigmento natural. En este arte, el trabajo de los herreros es importante, puesto que elaboran las argollas, los cinchos para sujetar los estribos. “Eso da resistencia a toda la estructuras y correas que van agarradas a la montura”, manifiesta Castañeda.

    La estructura de una montura se inicia con el fuste elaborado con madera, luego se cubre con un cuero crudo templado para que la estructura sea maciza y resistente, para cuando el jinete -que atrapa un toro- lo amarre a la montura. “Mi padre me enseñó a trabajar con responsabilidad en cada una de las obras, por eso la garantía en los trabajos es de 5 años”.

    La elaboración de una montura puede tardar hasta tres semanas. Lo que requiere es de días soleados para domar la baqueta o suela que es humedecida. El cosido, el pretal y las retrancas de la silla deben ser fuertes para cabalgar y al momento de arrear al ganado o al atrapar a una res.

    Atahualpa Chato es conocido como el último talabartero de la parroquia Ambatillo. Este artesano, que heredó esta profesión de su abuelo, domina todo el proceso de elaboración de esas artesanías hechas en cuero de res.

    Chato estuvo vinculado desde pequeño a los caballos y se interesó por el oficio que aprendió solo mirando. Luego fue a las páginas de Internet para conocer las técnicas que las perfeccionó.

    Antiguamente los vaqueros o chagras usaban las patas de venado como el soporte del látigo, pero este fue reemplazado por la madera de chonta. ““No está permitido cazar a los venados en el páramo y reemplacé por madera”.

    Carlos Castañeda se dedica a un oficio que ha estado en su familia por más de 100 años.  Teme que se pierda el conocimiento de la actividad. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
    Carlos Castañeda se dedica a un oficio que ha estado en su familia por más de 100 años. Teme que se pierda el conocimiento de la actividad. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
  • Un imán para los turistas en Tungurahua

    Redacción Sierra Centro

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    La comunidad de Guasalata se convirtió en el escenario perfecto para mostrar las artesanías, saberes, fiestas ancestrales, vestimenta y otras tradiciones que practica el pueblo Salasaka, de la provincia de Tungurahua.

    De esta forma, los turistas conocen la riqueza cultural a través de la convivencia y la práctica. De esa experiencia fueron parte un grupo de jubilados y promotores turísticos de Fráncfort (Alemania).

    Jorge Caizabanda recibió a los visitantes y les explicó la historia de uno de los cuatro pueblos de Tungurahua. Los turistas escucharon la charla en el patio de la casa de huéspedes. Se trata de una vivienda de techo de paja de un piso, cinco habitaciones y grandes ventanales. Es una casa que se adaptó para recibir a los viajeros que deseen pernoctar allí.

    Los tapices, sombreros y otras artesanías que elaboran en Salasaka se mostraron a los viajeros.

    Caizabanda junto a algunos de sus familiares y vecinos repartieron entre los turistas tortillas de maíz y habas cocinadas, una comida tradicional de esta comunidad. Les ayudó un intérprete.
    Los turistas europeos conocieron algunas actividades de los salasakas como el hilado, tejido y confección de tapices, el pisado del poncho y la preparación de tortillas de maíz. También, vieron de cerca como se realiza -desde la extracción del penco o cabuya- la bebida del tzawar mishki.

    Luego, los turistas de Fráncfort compartieron una tortilla de maíz acompañada de una taza de agua aromática. Según el operador turístico, Thomas Kold, las actividades preparadas por los salasakas cubrieron las expectativas de sus compatriotas. El empresario aseguró que invitarlos a ser parte de su forma de vida les permitió sentir una verdadera convivencia con el pueblo tungurahuense.

    “Es muy interesante como la tradición indígena sigue presente en el país. El turista de Alemania busca estas actividades y vamos a desarrollar paquetes donde la visita a ciudades patrimoniales esté compaginada con las de las culturas indígenas”, sostuvo Kold.

    Los salasakas subsisten de la producción agrícola, ganadera y artesanal. Una de las expresiones culturales que los identifica es el tejido de tapices y ponchos de diferentes motivos y diseños elaborados en telares manuales, los cuales relatan sus vivencias.

    La actividad agrícola es para su consumo y se la realiza en dos pisos ecológicos, el alto y bajo.
    El trabajo del tapiz salasaka se originó en el tiempo de los incas.

    Este tipo de producto, con el pasar de los años, se fue desarrollando hasta que, en la actualidad, se ha convertido en una de las artesanías más representativas el mundo andino.

    Jorge Caizabanda explicó a los visitantes europeos sobre la tradicional bebida del tzawar mishki, en una chacra. Foto: Fabián Maisanche / LÍDERES
    Jorge Caizabanda explicó a los visitantes europeos sobre la tradicional bebida del tzawar mishki, en una chacra. Foto: Fabián Maisanche / LÍDERES
  • Ministro de Finanzas se reunió con empresarios de Tungurahua

    Fabián Maisanche

    Los representantes de las Cámaras de Comercio, Producción, Pequeña Industria, Cooperativas de Ahorros y Crédito y otras sectores productivos de Tungurahua se reunieron con el ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, el miércoles 22 de noviembre del 2017. La charla se desarrolló en la Gobernación de Tungurahua.

    El propósito de la reunión fue conocer las inquietudes de los empresarios y explicarles las medidas económicas planteadas por el presidente de la República Lenín Moreno, y el proyecto de ley para Impulsar la Reactivación Económica, que se debate en el Pleno de la Asamblea Nacional.

    “Se está generando un paquete de incentivos importantes para las pequeñas y medias empresas que generan el 70% del empleo en el sector privado. Las em-presas grandes solo generan el 30% y se nos quiere posicionar la idea de que solo estas empresas son el sector privado pero las pequeñas y micros son mu-chas”, indicó de la Torre.

    El funcionario de la Cartera de Estado tiene planificado dictar una charla en el auditorio de la Universidad Técnica de Ambato en horas de la noche. El evento es parte de los actos conmemorativos de los 48 años de creación de la Facultad de Contabilidad y Auditoría. De la Torre explicará sobre la coyuntura económica del país.

    El propósito de la reunión fue conocer las inquietudes de los empresarios y explicarles las medidas económicas planteadas por el presidente de la República Lenín Moreno, y el proyecto de ley para Impulsar la Reactivación Económica, que se debate en el Ple
    El propósito de la reunión fue conocer las inquietudes de los empresarios y explicarles las medidas económicas planteadas por el presidente de la República Lenín Moreno, y el proyecto de ley para Impulsar la Reactivación Económica, que se debate en el Pleno de la Asamblea Nacional. Foto: LÍDERES
  • Nueva planta de producción se alista

    Modesto Moreta

    Invertir para ganar en momentos críticos y de crisis es la estrategia que impulsó a los ejecutivos de la Compañía Bioalimentar, en Tungurahua, a inyectar USD 7,5 millones para la construcción de una nueva planta de producción que estará equipada con tecnología de punta.

    La firma ambateña está por cumplir 50 años en la industria de alimentos para personas y animales. Los planes de crecimiento continúan, por eso la nueva planta se levantará en la vía Ambato-Pelileo y, según sus voceros, comenzará a operar en septiembre del próximo año.
    Bioalimentar tiene hoy en día el 13% del mercado nacional y la meta es alcanzar el 15%.

    Los números de la empresa señalan que las ventas anuales bordean los USD 70 millones y este año esperan cerrar con una facturación de 60 millones. “Si bien es cierto que vendemos menos, pero ganamos más, nos enfocamos a producir productos con más rentabilidad”, explica Édison Garzón, presidente ejecutivo de Bioalimentar.

    La estrategia de la empresa es convertirse en una de las industrias con el mayor portafolio de productos dirigidos a la alimentación humana y de animales en el Pacífico sur. En la actualidad la compañía elabora alrededor de 30 productos en las áreas de nutrición pecuaria, nutrición humana y nutrición de mascotas.

    En la producción pecuaria elabora balanceados para ganado vacuno, porcino, avícola, cuyes, conejos, piscícola y del camarón. Próximamente lanzará alimento para los caballos de raza.
    En la línea de alimentos para mascotas (gatos y perros) tiene las marcas Gatuco, Canimentos y Cani Preme. La última marca es la más reciente en el mercado y se presentó tras un estudio de mercado que duró un año y medio.

    La investigación determinó que se categorizan a las mascotas por el nivel de conocimiento que tiene el dueño sobre la nutrición de ella, por eso se creó Cani Light con buena demanda en el mercado.

    La tercera línea de la firma, para la alimentación humana, es la de la marca de huevos Bio.
    Garzón cuenta que la nueva infraestructura de Bioalimentar será financiada con un crédito de USD 3 750 000 y el porcentaje restante con fondos propios. “Nos hemos ajustado con todos nuestros colaboradores para salir adelante en la crisis y lo hemos logrado con su apoyo. Este es un momento para crecer”, detalla el principal directivo de la firma.

    La meta de la compañía, hasta el 2020, es posicionarse en el mercado nacional e internacional, ganar mercado y aplicar sistemas que prioricen la eficiencia y la rentabilidad financiera.
    Por eso trabajan en la capacitación de la mano de obra y los distribuidores a escala nacional en temas de conocimiento tecnológico. “Nuestro valor agregado es la multiplicación del conocimiento de todos nuestros colaboradores”, asegura Garzón.

    El ejecutivo aspira que con la firma del tratado comercial con la Unión Europea aparezcan más oportunidades para la exportación puesto que tiene certificaciones como las normas ISO 22000:2005, GlobalGap CFM1 en 2013 y otras.

    Según el empresario existen mercados que demandan los productos de Bioalimentar. “Tenemos la mira centrada en Centroamérica, algunos países de Sudamérica y en la Comunidad Europea con productos con un valor agregado como la proteína de los peces que son valorados en esos mercados”.

    Las utilidades que genera anualmente la empresa se invertirán en la tecnificación de la empresa hasta el 2020. Otra de las fortalezas de Bioalimentar es mantener una red de distribuidores que son técnicos veterinarios, quienes visitan y asesoran a los productores del país. A escala nacional cuenta con más de 300 distribuidores.

    La distribuidora Biomentos Galápagos trabaja con la firma hace 14 años. Gloria Meneses, su gerenta, explica que las ventas se incrementaron en las islas por la demanda de productores de pollos y de cerdos. “La calidad del producto hace que exista más rentabilidad en poco tiempo para los productores en Galápagos”.

    Asimismo, el asesoramiento de los técnicos de Bioalimentar es importante. Ellos dictan talleres para mejorar la producción.

    Las bodegas donde se almacena la producción de Bioalimentar, antes de su comercialización. La planta de producción está en Ambato. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
    Las bodegas donde se almacena la producción de Bioalimentar, antes de su comercialización. La planta de producción está en Ambato. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
  • Tungurahua cuenta con una incubadora de empresas respaldado por el Senescyt

    Modesto Moreta

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    La Corporación para el Desarrollo de Ambato (Corpoambato) recibió la acreditación para trabajar en la incubación de empresas hoy, jueves 23 de julio del 2015. René Ramírez, secretario de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt) entregó el documento a Luis Amoroso, alcalde de Ambato. El acto se desarrolló en el Salón Tungurahua del Gobierno Provincial.

    Corpoambato es la primera incubadora de la Sierra Centro que podría acoger proyectos de todo el Ecuador. Esta se sumará a las 14 ya calificadas en el país. René Ramírez, secretario de la Senescyt, explicó que al momento tienen un banco de ideas de proyectos que posteriormente podrían ser financiados por el Gobierno con la entrega de un capital semilla de USD 50 000 y ocupará un espacio para su desarrollo durante dos años y entrar al mercado.

    Para ello recibirán asesoría técnica, tecnológica y económica con la idea de generar empleo. “Es un éxito tenemos 3 500 proyectos y esperamos más. Cada uno será evaluado por 300 consultores externos y aprobados para darles el apoyo requerido que puede ser desde los USD 5 000 1 millón”, aseguró Ramírez.

    Explicó que las empresas que inviertan en ciencia y tecnología reducirá el pago del impuesto a la renta. Se estima hasta el 2018, una inversión tributaria de USD 100 millones. “En este proyecto las universidades deben jugar un papel importante para que cada tesis genere conocimiento o innovación a través del desarrollo tecnológico. Deben convertirse en un semillero de innovación científica y productiva”.

    Al evento asistieron emprendedores y empresarios. Fernando Naranjo, prefecto de Tungurahua, mencionó que la creación de la incubadora de proyectos fortalece las acciones que la provincia las aplica hace 14 años atrás. “Corpoambato es una organización creada por el Municipio local y que trabaja en promover el desarrollo empresarial de la provincia apoyando a los pequeños emprendimientos”.

    Para Naranjo la idea de generar tecnología propia y que impulsa el Gobierno ayudará en un futuro al progreso y desarrollo del país. La iniciativa también fue destacada por Galo Naranjo, rector de la Universidad Técnica de Ambato (UTA).

    Recalcó que el mayor número de emprendedores del país está en Tungurahua y que importante es generar espacios donde este grupo de un salto cualitativo hacia la innovación a través de grandes procesos.

    Destacó que la UTA fue una de las primeras en implementar en las mallas curriculares para que todas las carreras la cátedra de emprendimientos y gestión de proyectos.

    René Ramírez, secretario de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt), presidió el acto de la acreditación en Tungurahua. Foto: Archivo
    René Ramírez, secretario de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt), presidió el acto de la acreditación en Tungurahua. Foto: Archivo
  • Huambaló alista la Feria del Mueble 2015

    Modesto Moreta

    En Huambaló, 9 600 de los 16 000 habitantes de la zona está vinculado con los 180 talleres y 60 almacenes donde se fabrican y se venden muebles de todo tipo. Ellos participarán del 5 al 28 de junio, en la Feria del Mueble Huambaló 2015.

    El evento comercial busca reactivar la economía de la población, promocionar los atractivos turísticos y la producción agrícola de esta parroquia del cantón Pelileo, en Tungurahua.

    Juan Carlos Villegas, coordinador del evento, dijo que desde este año se desarrollarán dos ferias anuales. La primera en junio y la segunda en diciembre. “Este nuevo mecanismo de ferias de exponer en nuestros propios locales dio éxito en diciembre del año pasado. Logramos atraer a los clientes de todo el país”.

    Para Villegas, Huambaló está ratificada como la vitrina más grande del mueble en el país, debido a que más de 60 almacenes que se levantan en la parroquia ofrecerán su amplia variedad de muebles, elaborados con los mejores materiales, diseños innovadores y exclusivos, y a precios de fabricante.

    El año pasado, este sector incrementó sus ventas en un 100%. Según Villegas en el 2013 las ventas llegaron a USD 1,5 millones, pero con la realización de la feria subió a cerca de USD 4 millones anuales.

    Eloy Gamboa hace 14 años se dedica a fabricar muebles. Es oriundo de Baños llegó a la parroquia tras ser evacuado en 1999 con la reactivación del volcán Tungurahua y porque su esposa es de Huambaló. “La feria ayudó a reactivar la economía de los fabricantes, puesto que da empleo a más de 8 000 personas”.

    En mayo del 2014, al menos 25 de los artesanos del mueble presentaron su propia marca: ‘Huambaló es muebles’. De acuerdo con Ana María Rodríguez, de muebles María Elena, la idea fue unir a los productores calificados y crear el Comité de Promoción y Regulación de tratamiento posventa de los productos de la parroquia.Los almacenes integrados al grupo muestran un sello que es visible para los clientes.

    Orlando Mena, organizador del grupo, explica que el objetivo de asociarse es tener la Cámara de Comercio y Producción de Muebles.

    La Feria del Mueble Huambaló 2015 será del 5 al 28 de junio. Foto: Archivo/El Comercio
    La Feria del Mueble Huambaló 2015 será del 5 al 28 de junio. Foto: Archivo/El Comercio
  • Con asociatividad su pulpa va hasta París

    Mónica Orozco / Redacción Quito

    Gracias a una alianza con una firma francesa especializada en comercio justo, la empresa ambateña Planhofa logró poner sus productos (jugos y mermeladas) en perchas europeas.

    Acceder a mercados externos es una vieja aspiración de pequeños y medianos agricultores de Tungurahua. Las importaciones de fruta comenzaron a restar sus ingresos, por lo que el sector se convenció de que la única forma de competir era agregarle valor agregado a sus productos.

    Con esta idea, en 1988 abrió sus puertas Planhofa, cuyo principal accionista (51%) es la Unión de Pequeños y Medianos Agricultores de Tungurahua (Unapemat), compuesta por 400 productores. Pero el proceso tardó más de lo esperado. Aunque la planta siempre se pensó como una procesadora de alimentos, por más de una década solo entregó producto fresco al mercado nacional.

    Entre 1996 y el 2000 recibió el apoyo financiero que le permitió modernizar la planta y dar el salto industrial para el procesamiento de mermeladas, pulpas y jugos de frutas. El apoyo consistió en inyección de capital de dos ONG (Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio y Eclof); se sumó un aporte del Gobierno de Italia, a través de la ONG Cisp, para la compra de equipos por USD 150 000 y un capital adicional de trabajo, explica Homero Medina, gerente de Planhofa.

    Hoy la empresa factura más de USD 1,2 millones anuales y coloca su producción, con la marca Frisco, en los supermercados Santa María, Tía y otros. Nestlé, Alpina y otras industrias también son sus clientes. El mayor crecimiento en ventas se dio desde el 2009, con un aumento del 12% y 15% por año.

    La venta al exterior fue un proceso más complejo, reconoce Medina, por la falta de capacitación en exportación y complejos trámites.

    A inicios del 2011, una alianza con la empresa francesa Ethiquable facilitó la comercialización en el exterior. Esta firma fue creada en el 2003 con el fin de vender, en los supermercados de Francia, productos de pequeños agricultores de países como Ecuador, Perú, Bolivia, etc.

    A través de Ethiquable, Planhofa envió a ese país 20 000 kilos de pulpa congelada de guayaba en el 2011, esto fue un 4% de su producción anual (que oscila entre 500 000 y 600 000 kilos al año).

    En el 2012 envió 15 000 frascos de mermeladas. En este proyecto se usaron piña, papaya y otras frutas que se cultivan entre plantaciones de café y cacao orgánico de Loja y El Oro, que se vendían sin valor agregado, dice Nicolás Eberhart, ejecutivo de Ethiquable en América Latina, compañía con presencia en 4 000 supermercados de Francia.

    A la par, inició un programa piloto entre ambas firmas para cultivar y procesar mora orgánica con productores de Planhofa, dice Eberhart. Este año se prevé enviar 10 000 kilos de esta pulpa.

    El compromiso es que Ethiquable pague un precio en condiciones de comercio justo. “Respetamos un precio mínimo, aun cuando este supere al del mercado. Y damos un premio si es producto orgánico”, acota Eberhart.

    El agricultor Noe Aldaz entrega durazno a Planhofa desde hace cinco años. “Es una buena opción porque la fruta extranjera nos quita espacio en el mercado local”. De Planhofa recibe USD 600 al año, pero cree que si no se exporta masivamente no mejorará su ingreso.

    Las demoras en la obtención de permisos han sido uno de los problemas, dice Medina. “Quisimos enviar naranja orgánica, tuvimos la fruta, pero retrasos en la obtención de permisos de importación de azúcar orgánica, que no hay en el país, hizo que se perdiera la producción”, explica el representante de Planhofa.

    El producto

    La oferta. La firma tiene 28 empleados en planta y envió mermeladas de a Francia: guayaba, piña y maracuyá; naranja y limón; papaya y maracuyá.

    Otro proyecto. Importar limón orgánico de Perú para procesarlo en Planhofa está en sus planes. Enviará 50 000 kilos de jugo de esta fruta este año.

    Sabores.  Las pulpas de guayaba y mora adquiridas por Ethiquable se mezclan con otras frutas para producir jugos 100% naturales y venderlos en Francia. Una de las mezclas, que se procesa en el país europeo, es guayaba y banano.

  • 100 productores de calzado en una feria

    El Centro de Exposiciones Quito fue la sede de la Feria del Calzado, organizada por la Cámara del Calzado de Tungurahua (Caltu), la semana pasada. En la inauguración, Lilia Villavicencio, presidenta de Caltu, destacó la importancia de las políticas de gobierno para incentivar el crecimiento de la industria de zapatos.

    En el 2009, el Gobierno aplicó salvaguardias cambiarias y por balanza de pagos para frenar las importaciones de zapatos e incentivar e impulsar la producción. Un año más tarde estas se deshabilitaron para comenzar la aplicación de un arancel mixto que se encuentra todavía en vigencia.

    Luis Muñoz, subsecretario de Pequeñas y Medianas Empresas del Ministerio de Industrias, indicó que la producción aumentó de 15 millones en el 2007 a 30 millones el año pasado.

    Fernando Loja, propietario de Lofac Industria de Calzado quien actualmente produce 700 000 pares de zapatos en relación a los 300 000 que fabricaba anteriormente, confirma el crecimiento.

    Israel Herrera, gerente de la firma Capriana, declaró un aumento en su producción de entre 200 y 300 pares, mientras que antes elaboraba entre 500 y 600 pares semanales.

    Zapatos de tacón, ‘flats’, deportivos, mocasines, etc., formaron parte de los productos en la exposición. El calzado no se vendió individualmente, solo se concretaron negocios al por mayor.

    El evento reunió a 100 productores nacionales y extranjeros. En el sitio también se ofertaron insumos y otros productos elaborados con cuero como carteras.

    El Ministerio de Industrias muestra en sus cifras que las exportaciones crecieron de 10 millones de pares a 12 millones entre el 2007 y el 2012.

  • ‘El cuero y lo textil tendrían su especialización’

    Galo Naranjo. Rector de la UTA

    En este momento se efectúan los estudios para la creación se seis nuevas carreras en ingeniería. Se prevé que las promociones de profesionales sean limitadas con la idea de no saturar el mercado laboral, como ocurre hoy con especialidades como abogacía, periodismo… Proponemos formar a ingenieros industriales, con especialización en cuero y calzado. La propuesta es responder el aparato productivo de Tungurahua y el país. En la provincia se encuentran 2 500 de los 5 000 talleres y empresas medianas, grandes y pequeñas del país, dedicadas a la producción de calzado.

    En la provincia se producen 12 de los 14 millones de pares de zapatos anuales y que abastecen el mercado local e internacional. Por eso, se realizaron acercamientos con la Cámara de Calzado, con la finalidad de crear programas de tercer nivel, como la ingeniería industrial en cuero y calzado. Es necesario preparar estos especialistas para responder las necesidades del sector productivo.

    Se coordina con el eje empleo del Gobierno Provincial de Tungurahua, para provocar la innovación en la calidad de los productos, con novedosos diseños de impacto a escala mundial.

    Otra especialidad que creará la UTA es la Ingeniería Industrial con énfasis en textiles. En la provincia hay más de 3 200 talleres que generan más de 9 600 empleos. La mayoría de la mano de obra no es calificada o tecnificada. Uno de estos sectores es el cantón Pelileo, con la industria del jean. En otros hay tejidos como en Salasaca y en Quero.

    Para el funcionamiento de dos de las seis nuevas carreras contaremos con catedráticos especializados. Se planifica que máximo haya tres a cuatro promociones de ingenieros. En la actualidad, todas las especialidades de la UTA están sujetas a un proceso de rediseño curricular. La Senescyt y Ceaaces están trabajando en una serie de eventos de capacitación para trabajar con nuevas matrices.

    Se trabajó en cuatro talleres de capacitación, pero aún falta uno. Eso ayudará a definir las carreras. Por pedido de la Senescyt la UTA en la actualidad es el eje de los diseños curriculares de la región central del país. Estamos colaborando con las universidades técnica del Norte, de Esmeraldas, Guayaquil y otras. Hay un equipo sólido para avanzar en este proceso. Las autoridades esperan que las dos carreras inicien el próximo semestre.