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  • Tour del chocolate, atractivo para el turista

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    La hostería El Quetzal de Mindo le ofrece al turista la posibilidad conocer cómo se elabora el chocolate, que se vende en este lugar.

    Lo hace vía el tour del chocolate, que dura cerca de una hora.

    El recorrido empieza en la entrada de la hostería, desde donde se puede percibir el olor a cacao y a chocolate. Durante el transcurso del tour, los guías turísticos le explican al visitante sobre el cultivo del cacao fino de aroma, el secado de la fruta y la fabricación del chocolate amargo y semi amargo.

    El tour se realiza cada hora, los siete días de la semana. Cada mes, el Quetzal recibe a 3 000 turistas, de estos 2000 realizan el tour, que está a cargo de siete guías. Tres de ellos, se dedican a atender a los clientes extranjeros.

    El turista estadounidense Ethan Brown hizo el recorrido del chocolate la semana anterior, con su familia, en la noche. En ese tour se cuentan las leyendas en torno a la elaboración del chocolate en 1800 y sobre cómo llegó el cacao al país. “Fue una muy buena experiencia”.

    José Meza es el propietario de El Quetzal de Mindo. Él recuerda que el negocio nació hace diez años, cuando retornó de EE.UU, tras vivir en el país americano por más de 40 años.

    Meza reconoce que entre sus planes no estaba incursionar en el turismo ni en la chocolatería. En ese terreno, ubicado en Mindo, quería construir una casa de descanso. Pero su esposa Bárbara Wilson empezó a elaborar postres y nació la idea de instalar una hostería con restaurante.

    A la par empezaron leer y ver videos sobre la fabricación de chocolate y empezaron a comprar a 40 productores de cacao unos 10 quintales para hacer chocolate.

    Las máquinas para triturar el cacao fueron diseñadas por Meza y fabricadas en Quito.
    Al principio, solo tenían cinco empleados para atender la hostería y el restaurante.

    Pero el producto empezó a gustarle a los clientes y por eso desde hace cinco años se empezó a hacer la ruta del chocolate.

    A la par se buscó la manera para elaborar otros productos como la cerveza artesanal. En la actualidad, realizan tres tipos. Dos con sabor a jengibre y otra con sabor a guayaba. En la planta y en la hostería, actualmente, trabajan 17 personas con contrato permanente y cinco proveedores.

    Además, elaboran chocolate y jengibre en polvo, miel y manteca de cacao, entre otros.
    También le han apuntado a los postres y comidas gourmet como los camarones glaseados con manteca de cacao o trozos pequeños de yuca frita, bañada en chocolate caliente.

    Todo el chocolate que se utiliza en el centro de hospedaje es elaborado en la fábrica artesanal.
    Para la construcción de la hostería, la familia Meza invirtió USD 200 000. Pero cuando se decidió abrir la fabrica se debió invertir otros USD 300 000 para maquinarias y utensilios.

    En ese lugar se fabrican al menos dos toneladas mensuales de chocolate para vender en polvo, también para hacer producto en barra combinado son macadamias y café, en trozos pequeños y también en manteca de cacao.

    Según Meza, desde el 2009 también se empezó a exportar a EE.UU la cascara, manteca y chocolate. “Nada se desperdicia. Con las cascaras del cacao se hace y con el jugo una especie de miel”.

    Anualmente se exportan entre dos y tres toneladas. Las ganancias que deja la fábrica son de al menos USD 10 000. Mientras que las exportaciones dejan alrededor de 40 000 mensuales.

    A El Quetzal de Mindo llegan  entre 100 y 150 clientes a diario para hacer el tour del chocolate. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    A El Quetzal de Mindo llegan entre 100 y 150 clientes a diario para hacer el tour del chocolate. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La fiesta Kasama atrae al turista nacional

    María Victoria Espinosa

    (F) Contenido intercultural

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    Los preparativos para la tradicional fiesta Kasama se iniciaron en las siete comunas tsáchilas.

    Para los nativos esta celebración, que coincide con el feriado de Semana Santa, es una oportunidad para reactivar la economía de sus aldeas.

    Según la Gobernación Tsáchila, se tiene previsto que al menos 4 000 turistas sean parte de las actividades turísticas del Kasama.

    El gobernador Javier Aguavil explica que la fiesta oficial se realizará del 29 al 31 de marzo, en la comuna Los Naranjos, ubicada a 27 km de Santo Domingo.

    Sin embargo, en las comunas turísticas como Chigüilpe, Otongo Mapalí y Colorados del Búa también se realizarán los rituales y ­actividades recreativas para recibir a los turistas.

    Abraham Calazacón, líder del centro cultural Mushily, señala que el Kasama es una de las festividades que más réditos deja a la nacionalidad. Eso debido a que los visitantes no solo realizan recorridos por los museos sino que también participan de los rituales típicos de la fiesta y eso representa más ingresos.

    En los otros feriados -agrega- los turistas gastan alrededor de USD 10 en la visita al museo, la alimentación y las artesanías. Pero en la fiesta Kasama también se realizan baños, limpias y rituales del florecimiento y la toma de la ayahuasca (bebida alucinógena). Estas actividades tienen un costo que oscila entre USD 15 y 30.

    Manuel Calazacón, guía del Museo Etnográfico Tsáchila, afirma que la organización de la fiesta Kasama se inicia luego del Carnaval. La primera actividad que se hace es una reunión para evaluar las fortalezas y debilidades del centro cultural. “Luego del Kasama, el Carnaval es uno de los feriados en los que más recibimos visitas. Ahí nos damos cuenta de las cosas que no le gustaron a los turistas y las mejoramos”.

    Una de las conclusiones de esa reunión era que se debía mejorar el aspecto de las cabañas, elaboradas con pambil y caña guadúa. Así que desde hace dos semanas se hicieron reparaciones y se construyó un nuevo templo ceremonial para los rituales.

    En las nuevas adecuaciones gastaron unos USD 1 000. Pero esperan triplicar esa cantidad los tres días de la celebración.

    En la comuna Los Naranjos, los nativos también se alistan para recibir a los turistas.

    Ahí la Prefectura de Santo Domingo invertirá USD 20 000 para la construcción de estands en caña guadúa, ampliación del escenario principal, movilización, promoción y difusión y también la adecuación del parqueadero y vías de acceso. En esa comuna se encuentra el centro cultural Masara Mudu, que será uno de los anfitriones del evento.

    Alejandro Aguavil, líder del Masara Mudu, indica que es la primera vez que se realizará la fiesta oficial en la comuna. Eso debido a que las vías de acceso a la comuna están dañadas. “Por el Kasama nos arreglaron la carretera”.

    Ahora -agrega- esperamos que esta sea una ventana para que los turistas conozcan la comuna.

    En Los Naranjos, los visitantes podrán hacer recorridos por el bosque Masara Mudu, que en tsa’fiki significa Laguna Sagrada del Tiburón. Los tsáchilas basaron el nombre en una leyenda que contaban sus ancestros sobre un pez que asesinaba a los tsáchilas que irrespetaban las leyes.

    Aguavil cuenta que durante la fiesta Kasama se harán recorridos nocturnos, en los que el turista podrá escuchar las leyendas y mitos de la nacionalidad.

    Además habrá una ceremonia nocturna dirigida por los curanderos más representativos de la etnia. Esta empezará con un ritual y la toma de brebajes chamánicos.

    Luego se hará una caminata por el bosque hasta llegar a la laguna, en la que los chamanes darán un baño a los pacientes para quitarles las malas energías.

    Los turistas podrán pernoctar en la comuna y degustar platos típicos, que tendrán un costo de entre USD 3 y USD 5.

    Según la Gobernación, habrá buses y rancheras que trasladarán a los turistas hacia la comuna.

    La fiesta

    Esta celebración se realiza desde hace 500 años con rituales, danzas y comida típica.
    Kasama en el idioma tsa´fiki significa nuevo amanecer. Con esta festividad los tsáchilas terminan un año, según su calendario nativo.

    La fiesta se popularizó hace 15 años, cuando los tsáchilas empezaron a permitir que los mestizos participaran de los rituales chamánicos.

    La celebración dura tres días. El primer día es de preparación e inauguración con un baile típico. El segundo para los rituales de la ayahuasca y el último día se utiliza para agradecer con danzas y rituales.

    Los tsáchilas se alistan para recibir a los turistas con danzas, música, artesanías y rituales chamánicos. Foto: LÍDERES
    Los tsáchilas se alistan para recibir a los turistas con danzas, música, artesanías y rituales chamánicos. Foto: LÍDERES
  • El turista conoce la cultura afro a través de artesanías

    Redacción Esmeraldas (F)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Dos muñecas afros elaboradas con cerámica adornan la vitrina del negocio de Ligia Abonía, una afroesmeraldeña dedicada a elaborar artesanías con temática de esa etnia.

    Una réplica de marimba hecha de pambil y una canoa cargada de frutas muestran la abundancia de los productos que se cosechan en las comunidades afro del norte de Esmeraldas. También se pueden apreciar pulseras hechas con conchas y coco, aretes de semillas, réplicas de marimberos, comuneros, bomberos y mujeres cantoras.

    Abonía lleva en este negocio 15 años, pero desde hace uno empezó con un trabajo mucho más formal. Obtuvo los permisos que entregan las autoridades para la comercialización de artículos.

    En el Ministerio de Industrias ha recibido capacitación sobre cómo proyectar sus ventas, presentación de productos y elaboración de presupuestos.

    Otros emprendedores también se han beneficiado, ya que estos proceso son parte de un proyecto de desarrollo artesanal que nació con el objetivo de mostrar la cultura del pueblo afro, a través de réplicas hechas con cerámica y madera, en un centro artesanal.

    De esa manera los artesanos de la ciudad se agruparon para acopiar la producción y luego venderla en un sitio donde los turistas concurran cuando estén en a Esmeraldas o Atacames. Abonía la exhibe en Multiplaza Mall.

    Para Martha Prías los detalles en la elaboración de las artesanías afro garantizan su compra. Desde hace un año es clienta de Abonía.

    La representante del Ministerio de Industrias en Esmeraldas, Gabriela Zambrano, explica que ese negocio es parte del programa denominado ‘Esmeraldas Innova’.

    A través de esta iniciativa se impulsa el trabajo que realizan los emprendedores, a los que se les guía para que regularicen su situación y puedan poner su producción en otros mercados con una mejor presentación.

    Hermenegildo Rodríguez, parte de los emprendedores de la cultura afro, señala que ellos empezaron con un capital de 25 millones de sucres (USD 1 000 en la actualidad). Luego fueron mejorando la inversión con capital propio hasta tener una base de cerca de 8 000.

    Él es antropólogo de profesión y uno de los activistas en la defensa de los derechos del pueblo afro, por eso le es fácil explicar a los turistas sobre el origen de su etnia, mientras los recibe en su tienda.

    Uno de los proveedores de las artesanías que venden en diferentes locales es es Jorge Ayala. Abastece con la mitad de la producción que necesitan para que las tiendas permanezcan llenas.

    En su taller trabajan dos personas más, que ayudan a elaborar un promedio de 50 piezas grandes y 50 pequeñas durante la semana,. Entre ellas están muñecas para adornar la sala, marimberos, etc.

    María Fernanda Chérrez es una de las impulsadoras que apoya a la difusión de las artesanías afros en el centro artesanal. “El proyecto de desarrollo artesanal ha sido una experiencia importante porque nos ha dado la oportunidad a mucha gente para conocer más de la cultura afroesmeraldeña”.

    La proyección del negocio es vender el producto en otros mercados del país a través de ferias artesanales y caravanas culturales.

    Ligia Abonía muestra algunas de las muñecas de cerámica que representan a mujeres de la cultura afro,  en el centro comercial Multiplaza. Foto. Marcel Bonilla / LÍDERES
    Ligia Abonía muestra algunas de las muñecas de cerámica que representan a mujeres de la cultura afro, en el centro comercial Multiplaza. Foto. Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La oferta para el turista se diversifica

    Marcel Bonilla 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Los hoteleros del sur de la provincia de Esmeraldas trabajan en el mejoramiento de sus ofertas turísticas para hacer más atractivo el turismo de playa, no solo en temporadas altas sino todo el año.

    Una de las primeras acciones tomadas es planificar las actividades en función del calendario anual de feriados. En este plan participan representantes de los municipios de Atacames y Muisne, asociaciones y prestadores de servicios turísticos.

    Desde la Cámara Provincial de Turismo, liderada por Carlos Acosta, se han planteado mesas de trabajo en temas como la reactivación económica. La propuesta abarca no solo el turismo de playa, que es el más conocido, sino también el de aventura.

    En Atacames, por ejemplo, ya funcionan operadoras turísticas como Ludos, que promueve una ruta para observar aves y realizar turismo de aventura. La ruta inicia en Mompiche y se adentra a la reserva Mache-Chindul, donde se puede observar monos aulladores, aves y reptiles.

    Además se navega por las islas de Bolívar, Júpiter y Portete, con una parada en el centro de interpretación de Bolívar; allí los turistas saborean un cebiche de concha extraída del manglar por las concheras de la zona.

    El costo de este recorrido que comprende una noche y dos días, tiene un costo de USD 60. “Esta es una de las alternativas puesta en marcha por el sector privado”, dice Carlos Acostas, presidente de la Cámara Provincial de Turismo.

    De acuerdo con Pedro Santiestevan, coordinador zonal del Ministerio de Turismo, esa cartera de Estado trabaja en una propuesta para crear la ruta de las haciendas, aprovechando las que están entre Atacames y Muisne.

    Con esta alternativa los turistas no solo vendrán a las playas del sur de Esmeraldas, sino que conocerán de cerca lo que se hace en las haciendas que están en la ruta de Spondylus, disfrutando del ambiente natural.

    La propuesta abarca a los hoteleros de Esmeraldas con una ruta fluvial desde el malecón de Tachina para visitar las 241 hectáreas de refugio de vida silvestre, que están en el estuario del río Esmeraldas.

    Desde allí se pasa al patio de comidas del Puerto Artesanal Pesquero y se termina en el malecón de Las Palmas, en el que el visitante puede degustar de la gastronomía ancestral esmeraldeña.

    Para Atacames se ha propuesto el Festival Kumany, que propone reunir a todas las etnias como los Awá, Épera, Chachi, todos los años, para mostrar la interculturalidad de Esmeraldas.
    La intención es que se promuevan visitas a poblaciones como Playa de Oro y San Miguel, donde se han construido cabañas ecológicas con apoyo internacional, para el descanso de quienes aman el turismo ecológico.

    A la propuesta de un turismo más activo se han sumado cuatro hoteleros de Mompiche, cuatro de Tonsupa, dos de Las Peñas y cuatro hoteles de Esmeraldas. “Se necesita de todos para potenciar el turismo”, asegura Delia Guashpa, empresaria hotelera.

    El alcalde de Muisne, Jorge Tello y el de Atacames, Byron Aparicio, creen que la reactivación turística irá de la mano con el sector privado, que pide mejoramiento de los accesos a las playas y seguridad.

    Según la Cámara de Turismo de Atacames, hasta antes del desastre ocasionado por el terremoto de abril del 2016, la provincia de Esmeraldas tenía un promedio de visitas anuales de unas 150 000 personas sumando las temporadas altas y los feriados.

    Sara Moyano, presidenta de la Cámara de Turismo de Atacames, dice que con la propuesta de turismo permanente se aspira a mejorar los niveles de visitas anualmente y dinamizar la economía del sector que ha sido golpeado en los últimos dos años.

    Moyano informa que la propuesta de reactivación del sector turístico de Esmeraldas será presentada al nuevo ministro de Turismo Enrique Ponce de León Román, conjuntamente con los dueños de los más de 400 hoteles de Atacames.

    Las playas de Tonsupa están entre los principales atractivos para los visitantes que llegan a Esmeraldas. Reciben turistas de la costa y la sierra. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Las playas de Tonsupa están entre los principales atractivos para los visitantes que llegan a Esmeraldas. Reciben turistas de la costa y la sierra. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Esta bisutería étnica de Otavalo cautiva al turista

    José Luis Rosales

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    Aunque nunca le interesó aprender cómo se elaboraban las hualcas (collares, en español), para Verónica Campo esta actividad se convirtió en su oficio.

    Ha dedicado los últimos seis de sus 29 años a diseñar y confeccionar los elegantes colgantes típicos, que son elementos infaltables en el atuendo de la mujer kichwa.

    Ella pertenece a la segunda generación de su familia dedicada a esta tarea. Comenta que heredó la habilidad de su madre, Zoila Tixicuro, para unir los mullos de vidrios bañados en oro. Es la única de seis hermanos en continuar con esta tradición manual.

    Campo creció en medio de una costumbre en la que antes las damas indígenas mostraban su poder económico y prestigio en el grueso de estas gargantillas.

    Sin embargo, hoy las jóvenes prefieren los collares más delgados, a diferencia de las matronas mayores. Incluso, eso le ha permitido fusionar en un mismo colgante los dorados mullos con corales, muranos o cristales. Todo depende del gusto del cliente, asegura.

    Los nuevos modelos tienen buena acogida, comenta Cristian Yaselga, esposo de Campo. Él resalta la destreza y el esmero que pone para elaborar cada colgante.
    Una sarta de cuatro filas de mullos gruesos cuesta USD 90. Los más delgados, en cambio, 60.

    También hace pulseras con mullos rojos o corales finos, que las damas portan en las muñecas. Antes, para las mujeres esta no era una prenda decorativa sino que les permitía tener fuerzas en sus manos para trabajar la tierra. Así dice la tradición.

    El emprendimiento al que bautizaron como Aly Maky (Buena Mano) también les impulsó a retornar al país. Cuando recién se casaron, la pareja viajó a Venezuela y a México a probar suerte, con la venta de artesanías. “Decidimos volver para trabajar y creo que nos ha ido mejor”.

    En Otavalo los locales de ropa y de artesanías indígenas cautivan el interés de los turistas. Kristi Mahoney, de Estados Unidos, no resistió probarse uno de los finos collares que confecciona Campo. Con un español con acento inglés aseguró que le gustaba mucho.

    La artesana comenta que este tipo de bisutería cautiva más a los extranjeros. Por eso, decidió instalar su local en el Mercado Centenario o más conocido como la Plaza de los Ponchos, ubicado en el centro de la ciudad de Otavalo.

    Sus trabajos también los promociona en ferias de Quito, Cuenca, Guaranda, Riobamba y Manta. En esta última urbe participa en una exposición periódica que promueve la Dirección Municipal de Turismo de esa urbe por el arribo de cruceros. La temporada inició en octubre del año pasado y concluirá en abril próximo.

    Con un tono de orgullo, la diseñadora de bisutería étnica comenta que también tiene pedidos de estas joyas de Francia, Italia, Bélgica y Estados Unidos.

    La artesana ha puesto a prueba su habilidad con la confección de colgantes que usan mujeres del pueblo kichwa Saraguro, que habitan en el sur del país. Son brillantes, con mullos de diversos colores, que cuelgan desde el cuello hasta el pecho.

    Aly Maky también tiene una línea de productos textiles. Ofrece sacos, bolsos, cobijas y cojines, que son elaborados por Yaselga. Este artesano otavaleño recuerda este emprendimiento lo inició con USD 2 000. Los recursos provinieron de sus ahorros.

    En Otavalo, Verónica Campo diseña una variedad de collares   y manillas que ofrece en ferias como la de la Plaza de los Ponchos. Foto: Francisco Espinoza para LIDERES
    En Otavalo, Verónica Campo diseña una variedad de collares
    y manillas que ofrece en ferias como la de la Plaza de los Ponchos. Foto: Francisco Espinoza para LIDERES
  • El estilo ecológico atrae al turista

    Redacción Sto. Domingo (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El nombre Zaracay resalta en el jardín de uno de los hoteles de mayor trayectoria en Santo Domingo. La edificación se fundó en 1960, cuando la capital de los tsáchilas era apenas una parroquia.

    Hoy, la infraestructura del hotel Zaracay luce renovada. Las cabañas y habitaciones de pambil y caña guadúa fueron reemplazadas por cemento y recubiertas con madera, para que no se perdiera la esencia del negocio turístico: relax y confort ecológico.

    La remodelación se inició en el 2011, cuando cambió de propietario. Milton Torres compró el hotel a la familia Pérez Chiriboga. “La infraestructura había cumplido la vida útil. Debimos reconstruir varios espacios”, señala Torres.

    Allí se invirtieron alrededor de USD 2 millones en la remodelación. Se inició con la recepción; para ello, se importaron pisos en porcelanato y las paredes fueron reemplazadas por ventanales de vidrio, que permiten observar el jardín, una pileta y las palmas.

    En ese lugar antes había chozas para almacenar los productos de limpieza, que se ocupan en el hotel. Los primeros dueños las construyeron cuando todavía el terreno, de 220 hectáreas, era una hacienda llamada El Rocío, en 1953. Allí se alojaron los primeros huéspedes, que eran amigos de la familia Pérez. “Los allegados visitaban el lugar y recorrían las plantaciones de flores y frutas tropicales. Por eso, nació la idea de un hotel en el que se pueda compartir con la naturaleza”, afirma el historiador Juan Vivanco.

    Pero esas cabañas no dejaban observar el paisaje verde desde la recepción a los cerca de 60 huéspedes que a diario visitan las instalaciones. Por eso fueron trasladadas a otros espacios. En la actualidad el hotel de cuatro estrellas ocupa 280 hectáreas.

    Otra de las modificaciones que Torres implementó fue un salón de eventos y amplió el cupo de parqueo de 100 a 200 vehículos.

    Lizardo Suárez, presidente de la Cámara Provincial de Turismo en Santo Domingo de los Tsáchilas, asegura que los años de experiencia (55 años) y las instalaciones con apariencia ecológica han permitido que el hotel sea reconocido en el extranjero. “Es un hotel de primera categoría. Con servicios de lujo. Pero a la vez, brinda al turista un ambiente rústico propio de las construcciones de la nacionalidad tsáchila”.

    Al hotel Zaracay llegan huéspedes de la Sierra, Costa y Amazonía para hacer turismo o negocios. También lo hacen turistas desde Estados Unidos, Suiza, España, entre otros países.

    Además, en el hotel Zaracay se realizan eventos como capacitaciones, fiestas, reuniones de negocios, encuentros políticos, entre otros. Según Torres, de la facturación anual que es de USD 1 millón, el 40% se recauda por los eventos que efectúan marcas o empresas locales y nacionales.

    El Gerente asegura que la acogida se debe a que tienen equipos de audio y video de alta tecnología y los ambientes espaciosos permiten privacidad y a la vez que los grupos realicen desde dinámicas hasta presentaciones de candidatas a reina, etcétera. Los precios para grupos dependen de la cantidad y el tipo de servicio que escojan como por ejemplo alimentación, hospedaje, animación.

    El empresario Rogelio Zúñiga afirma que para cerrar negocios del sector agrícola escoge a Santo Domingo, porque es el punto neutro entre la Costa y la Sierra. “Mis socios de las dos regiones se hospedan en el hotel Zaracay por la seguridad y la comodidad en las instalaciones”, dice. Al mes, se realizan hasta 40 eventos en los cinco salones del hotel.

    Para el 2016 se implementarán alianzas con operadoras turísticas internacionales: se armarán paquetes ecológicos y culturales.

    La gestión

    Fanny Uribe

    La experiencia y la innovación nos han permitido posicionarnos en el mercado. Apostar por el turismo ecológico no es fácil; por eso es importante diversificarnos. De esa forma no limitamos nuestros servicios. Administro el hotel desde hace 26 años. He visto su crecimiento y me siento orgullosa de trabajar en un lugar que es parte de la historia de Santo Domingo. Además, ayudamos a fundaciones como Operación Sonrisa. La labor social nos motiva y da un valor agregado a nuestro trabajo.

    Hotel Zaracay
    El empresario y palmicultor Milton Torres adquirió el hotel hace cuatro años. Las ganancias las ha invertido en remodelaciones con estilo ecológico y elegancia. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • Columbus Travel Group: en 17 años multiplicó su oferta para el turista

    Redacción Quito

    Ecuador fue el destino que eligió el noruego Kjetil Haugan para crear y desarrollar un negocio que se enfoca en los servicios educativos y de turismo.

    Este empresario llegó al país en 1995. USD 5 000 de inversión, al cambio de la época, le sirvieron para crear la escuela de español Simón Bolívar, en Quito, la primera empresa de las que hoy conforman Columbus Travel Group. Hoy, la escuela de español tiene su sede en Cuenca.

    Estudiantes de Noruega, EE.UU., Inglaterra, Alemania… que estudiaban español también querían viajar por el país. Haugan detectó esa necesidad y montó la agencia de viajes Columbus Travel; su principal destino fue Galápagos.

    Luisa Córdova, vicepresidenta de la firma, cuenta que la agencia despegó hace una década con el crecimiento de la penetración de Internet. Las ventas ‘on line’ se incrementaron en 10 años y hoy representan un 70% de los ingresos de la firma.

    A la escuela de español y a la agencia se sumó hace siete años, la fundación Bolívar Education, que incorpora a 120 voluntarios extranjeros que ayudan en guarderías, hospitales y rescate de animales.

    El crecimiento se apuntaló con la incorporación de Haugan Cruises, en el 2004. Al principio el servicio se ofrecía con tres cruceros de lujo que hasta el 2010 transportaron a 2 000 turistas a Galápagos. Hoy la flota es de dos cruceros, que son administrados por familias galapagueñas.

    Actualmente, del total de clientes de las tres actividades comerciales del Columbus Travel Group, el 55% son estadounidenses (ver gráfico). Además, la firma trabaja con 42 agencias a nivel mundial que solicitan sus servicios. 140 colaboradores en total apoyan al grupo.

    Las instalaciones de la empresa están ubicadas en el sector de La Mariscal, (Quito) en unas remodeladas oficinas, en las que se invirtieron USD 80 000 para remodelarlas.

    El servicio turístico no paró. Hace cuatros años el grupo construyó el hotel Palmazul en San Clemente, Manabí (Palmazul) con una inversión de USD 1,5 millones. Hospeda a unos 3 500 huéspedes por año. Un spa, un restaurante, eventos sociales son parte de su oferta.

    La promoción incluye 26 sitios web propios; el monitoreo de redes sociales es otra estrategia que lleva adelante el área de marketing que tiene un presupuesto de USD 500 000 anuales. Según Washington Del Pino, gerente del área, el 90 % de publicidad está en canales digitales.

    El Hotel Hilton Colón Guayaquil mantiene una alianza con el grupo. Raquel Moreno, directora de ventas del hotel menciona que mediante el convenio recibe unos 250 huéspedes cada año.

    Otra de las iniciativas del grupo es La Selva Jungle Lodge, ubicado en El Coca y que opera desde octubre del año pasado. Una extensión de 24 hectáreas permite a los visitantes recorrer la selva con guías especializados. USD 2 millones se destinaron a este proyecto. Este año el grupo también piensa extender su mercado con servicios e instalaciones en Perú.

    LA INSIGNIA

    La clave es trabajar con compañerismo

    Elena GuachamÍn / gerenta de ventas

    Mi trabajo en la mañana se inicia con la motivación a mi equipo de ventas. Dar un buen servicio con permanente contacto con el cliente es lo más satisfactorio para mí. Trabajo hace siete años en Columbus Travel Group; lo más importante en esta empresa es que se valora al talento humano y eso hace que nos interesemos al 100% en nuestro rendimiento.
    Las ventas en línea están en crecimiento, por lo que día a día tenemos que vincular a nuestros trabajadores con las herramientas electrónicas para entregar un servicio completo. Esto se logra con la cooperación de todos los colaboradores del grupo. La paciencia, tolerancia, responsabilidad y camaradería son vitales a la hora de conformar una empresa. Trato de dar buen ejemplo en todas la tareas que desempeño desde que me incorporé.

  • Colombia invita al turista con la magia de García Márquez

    REDACCIÓN QUITO redaccion@revistalideres.ec

    El eslogan «El riesgo es que te quieras quedar», que surgió en el 2007, ha sido reemplazado por una nueva frase que engancha a Colombia con esa realidad inverosímil que inspiró a Gabriel García Márquez.

    La promoción turística del país vecino ahora lleva la frase «Colombia es realismo mágico» y pretende alcanzar los cuatro millones de visitantes anuales hasta el 2014. La apuesta es vender experiencias únicas e inolvidables, como las que narró el Nobel de Literatura.

    El año pasado, Colombia recibió casi dos millones de visitas. Dentro de esta cifra, Ecuador se consolidó como el cuarto país emisor de turistas. 120 000 ecuatorianos se dejaron seducir por la oferta turística del país vecino, según Proexport.

    Por eso la nueva campaña de turismo también apunta a Ecuador. El objetivo es vender a los operadores de turismo nuevos destinos como el Pacífico colombiano, la región de los Llanos, la selva amazónica y otros destinos menos conocidos en el mercado ecuatoriano.

    «Queremos oxigenar el destino, que no sea solo sol y playa o el todo incluido», explicó Adriana Gutiérrez, representante de Proexport en Ecuador, durante la presentación de la campaña en Quito.

    La nueva estrategia turística de Colombia va de la mano de la nueva marca país: «La respuesta es Colombia». Esta reemplaza a «Colombia es pasión».