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  • El trabajo con los comuneros se enfoca en el ambiente

    Marcel Bonilla

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    Un total de 120 estudiantes de la Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, se integran con las comunidades del norte de la provincia para apoyar en tareas escolares, concienciación ambiental, cuidado de las fuentes hídricas y la conservación de la Tierra.

    Los alumnos voluntarios de las distintas especialidades de la citada Universidad, participan dos veces por año en proyectos de apoyo a comuneros, previo a una preparación en la Unidad de vinculación con la comunidad de esa entidad de educación superior.

    Para realizar el trabajo, se eligen poblaciones donde existen asentamientos indígenas y afros, que de acuerdo con el mapa socioeconómico de Esmeraldas presentan debilidades en temas educativos, medioambientales, pobreza y oportunidades de trabajo.

    Actualmente la zona norte de la provincia es afectada por la acción de la minería ilegal, que produce contaminación de las fuentes hídricas, reflejándose en la salud de sus habitantes, dice Doris Añapa, una habitante de comunidad Cachi de Calle Mansa.

    Carlos Cortez es estudiante del noveno ciclo de la carrera de Enfermería, de la Universidad Católica de Esmeraldas, y durante una semana, en la comunidad afro de Timbiré, enseñó a 20 jóvenes cómo aplicar inyecciones, sueros y primeros auxilios.

    Con otros cinco de sus compañeros de la carrera, Cortez dio refuerzo escolar a 30 niños de la comunidad de Timbiré, que después de la escuela siembran cacao y plátano.

    Jacinto Fierro, integrante de la Oficina de Pastoral Social de la Universidad Católica, asegura que la integración ha permitido trabajar con los 28 centro chachis, que integran la Federación de Centros Chachis de Esmeraldas.

    Con organizaciones afros e indígenas como la Unión de Organizaciones Negras del Norte del Esmeraldas y la Organización del Pueblo Épera, se realizan capacitaciones sobre la conservación de la cultura ancestral.

    Con la ayuda de los estudiantes se trabajó en una consultoría para el fortalecimiento de capacidades de los actores locales de gobierno, sociedad civil y población general del norte de Esmeraldas, para el conocimiento, participación, protección y ejercicios de los derechos colectivos.

    “Entre los objetivos está mantener, desarrollar y fortalecer libremente su identidad, el sentido de pertenencia, las tradiciones ancestrales y las formas de organización social”, explica Daniela Ballesteros, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad.

    Los comuneros han sido motivados a conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, así como la participación del uso, usufructo, administración y conservación de los recursos renovables.

    Los estudiantes de lingüística, por su lado, ayudan a desarrollar los sistemas de educación bilingüe con criterios de calidad, desde la estimulación temprana, protección y desarrollo de los saberes ancestrales de esas comunidades.

    Dayanne Ortiz, de la comunidad Santa María de los Cayapas, y estudiantes de Ingeniería Ambiental, regresaron a la comunidad para explicar cómo conservar la Tierra y frenar la contaminación. “Esa es mi responsabilidad”, dice.

    Los estudiantes, de la mano de los profesores, se encargan de elaborar proyectos de acuerdo con las necesidades en la zona urbana y rural, para ofrecer atención durante su permanencia en las comunidades, que puede ser hasta dos semanas.

    Desde la Pastoral Social se trabaja en los llamados campamentos misión, donde se organizan cada semestre para realizar actividades de acompañamiento, que han permitido generar conciencia ambiental entre los habitantes de San Lorenzo y Eloy Alfaro.

    Los estudiantes también han recorrido las poblaciones ubicadas en río Cayapas, norte de la provincia, debido a la contaminación de los ríos, por la intervención de las empresas mineras.
    El trabajo se enfoca en hablar de la situación ambiental, y motivar actividades para evitar que se siga destruyendo el hábitat de muchas especies. “Hemos aprendido mucho más de la tierra y la importancia de su conservación”, dice Mauricio Nazareno, habitante la comunidad San Miguel. El objetivo del voluntariado estudiantil es fortalecer la conciencia.

    Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Dos etnias son parte de un estudio realizado por estudiantes de la Pucese

    Marcel Bonilla  (F)
    Contenido intercultural

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    Tres poblaciones de las nacionalidades Chachi y Épera fueron parte de un estudio exploratorio con estudiantes de esas etnias, que se educan en la Universidad Católica sede Esmeraldas (Pucese).

    El estudio de vida cotidiana con énfasis en educación y alimentación en las poblaciones indígenas se hizo en el río Cayapas, cantón Eloy Alfaro, norte de la provincia.
    Uno de los problemas detectados es la pérdida del idioma en la comunidad Chachi de Zapallo Grande, por la migración de su gente a la ciudad.

    Ahí los habitantes dicen que los niños cada vez hablan más el idioma Castellano que el Chapalachi, lengua de esa nacionalidad. “Esta es una preocupación de hace mucho tiempo”, señala Adolfo Chapiro, profesor de lingüística de la Universidad Católica, que enseña chapalachi a estudiante de todas las carreras universitaria.

    En cambio en Pichiyachu, otra de las poblaciones Chachi, no tienen esos problemas, porque las madres se encargan de que los niños aprendan a hablar en su idioma.

    El método es siempre dar órdenes y hablar todo el tiempo con ellos en Chapalachi; el resto se lo complementa en las unidades educativas bilingües que existen en la comunidad.
    Luis Añapa es profesor chachi y pese a que estudió en Esmeraldas, conserva su lengua materna, la que habla todo el tiempo en su casa con sus seis hijos.

    Una de las quejas de los habitantes de las poblaciones Chachi es el material didáctico que no está adaptado a su realidad. Una parte está en castellano y otra en su idioma. “Se necesita mejorar los textos porque necesitamos mantener nuestra lengua ancestral”, dijo Leonardo Tapuyo, un padre de familia de Zapallo Grande.

    En la parte de alimentación se detectaron problemas de malnutrición infantil. Los niños Chachi se alimentan de arroz, plátano y en ocasiones le añaden un presa de pollo o pescado.
    El consumo de frutas y agua es mínimo. El agua del río está contaminada por la actividad minera que se realiza en la zona, que deposita materiales pesados al afluente, según el estudio.

    Eduardo Rebolledo y Pedro Jiménez, catedráticos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica, realizaron análisis que determina que el agua del río Cayapas afecta a la piel de indígenas y afros.

    Sobre la alimentación de las nacionalidades Chachi y Épera, basada en la pesca, caza, recolección de producto y horticultura, se señala que ha disminuido significativamente porque ahora se compra en tiendas.

    En las comunidades chachis ha aumentado el consumo de alimentos procesados como galletas, dulces, gaseosas y demás bebidas azucaradas.

    De acuerdo con representantes del Subcentro de Salud en Zapallo Grande, se registran problemas de sobrepeso en población Chachi infantil, nada usual entre los miembros de esta nacionalidad.

    Del estudio participaron los antropólogos Roxana Posligua y David Domínguez, Richard Añapa (Chachi), estudiante de la escuela de Contabilidad.

    Además Yaneth Tapuyo (Épera), estudiante de enfermería, y Gloria Chiripua (Épera), estudiante de maestría en educación. Los Éperas de Santa Rosa conservan su alimentación de pescado y plátano.

    La iniciativa de trabajar en las poblaciones de Santa Rosa (Épera), Pichiyacu (Chachi) y Zapallo Grande (Chachi), partió de Unicef, que buscó apoyo en la Universidad para el estudio exploratorio. Unicef ayudó al financiamiento de los USD 40 000 que costó el trabajo que duró cuatro meses, y que está listo para su presentación con los resultados.

    Ángel Luis Hernández, catedrático de la Universidad Católica, quien participó del estudio, dice que con los datos recopilados se hará una ampliación del estudio por tres años, en donde se incluirá a los awá y afros del norte.

    Con esto se quiere proponer un trabajo en el que estudiantes aporten en temas de emprendimiento, alimentación y producción.

    El estudio de la Universidad Católica sede Esmeraldas  se enfocó en las nacionalidades Chachi y Érera que habitan el norte de Esmeraldas. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    El estudio de la Universidad Católica sede Esmeraldas se enfocó en las nacionalidades Chachi y Érera que habitan el norte de Esmeraldas. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Un algoritmo identificará los sonidos que emiten las ranas

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El reconocimiento de los sonidos de las ranas resultó atractivo para Daniela Pareja, exestudiante de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

    Ella, hace tres años en un almuerzo, le comentó a Damián Nicolalde, director del Laboratorio de la Facultad de Ingeniería, la idea de crear un sistema que identifique los sonidos de los anfibios a través de un dispositivo móvil.

    A partir de esta iniciativa, Nicolalde, como docente y director de Laboratorios de la Facultad de Ingeniería, se vinculó en el desarrollo de proyectos relacionados con Informática y Biología.

    En Ecuador, se reporta la existencia de 566 ranas. Este dato permitió tomar como un caso de estudio al Parque Nacional Yasuní, en donde se identifican actualmente unas 120 especies de ranas.

    Poner en marcha la propuesta requirió armar un equipo especializado. Damián Nicolalde, mentalizador, involucró en el proyecto a Andrés Estrella y Daniel Nicolalde, investigadores externos; Jean Camino y Jeanfranco Cisneros, estudiantes de Sistemas; Santiago Ron, director del Museo de Zoología QCAZ; y Daniela Pareja, exalumna de la PUCE y bióloga.

    La Universidad Católica convoca a los estudiantes y docentes, cada año, para que presenten proyectos de innovación que involucre a la comunidad. En diciembre del 2015, la Universidad aprobó el financiamiento para el proyecto. Este se empezó a trabajar unos 10 meses antes de presentarlo.

    La Dirección General Académica y la Dirección de Investigación de la Universidad asignaron un fondo inicial de USD 30 000.

    Este proyecto es interdisciplinario y multidisciplinario, menciona Nicolalde. Con esta innovación, interactúan líneas de investigación de ingeniería en electrónica, procesamiento digital de señales, ambiente y biología. Esta iniciativa identifica, en un primer momento, sonidos de anfibios. El algoritmo le dirá al usuario qué tipo de rana es la que suena. Más adelante, el docente dice que permitirán que la ciudadanía alimente la base de datos con nuevos sonidos grabados.

    La base de datos fue obtenida de dos formas. Los investigadores viajaron, en mayo del 2015, hasta el Parque Yasuní para tomar la muestra de sonidos de los anfibios. Actualmente tienen 60 sonidos grabados de ranas que habitan en esa Reserva. También, biólogos que viven en el Parque aportaron con la grabación de los sonidos; sin embargo, deben pasar por un filtro de limpieza.

    De esta manera, construyeron dos algoritmos. Uno previo que realiza la segmentación del sonido y otro, que posibilita el reconocimiento del sonido anfibio. Finalmente, este sonido pasa por un espacio de identificación que estima qué tipo de rana canta.

    El algoritmo conserva un fundamento matemático y clasificador estocástico. Están construidos con un software informático: se trata de MatLab. Según Nicolalde, este sistema reconoce actualmente 10 cantos de especies de ranas. “Obtuvimos la tasa de acierto del 96,34%”, añade el docente.

    El mentalizador del proyecto agrega que están en proceso nuevos algoritmos para estimar las poblaciones de las ranas, los cambios de la biodiversidad de los anfibios. Nicolalde sostiene que este sistema innovador reconoce al país como pionero en este software. “En Ecuador y Latinoamérica este algoritmo aún no está implementado”.

    En junio de este año, presentarán oficialmente los resultados del proyecto en Brasil. El docente dice que se entrenará al algoritmo para reconocer las 566 especies de anfibios. “La idea de este proyecto es ambiciosa”, enfatiza.

    Este algoritmo podrá visualizarse en el sitio Fauna web Ecuador, segundo proyecto en ejecución que complementará al estudio. Pablo Almeida y Vanesa Soria, alumnos de Sistemas, se encargan de la página. Ellos realizan la integración de Fauna Web con la colección de las especies; y de una actualización dinámica del portal.

    Almeida comenta que la web se innovará a partir del estudio de campo de los estudiantes y biólogos. Fauna web Ecuador durante el 2015 reflejó 660 000 usuarios. Ecuador, Colombia, Perú, EE.UU., México, España y Brasil son los países con más visitas.

    Nicolalde estima que a finales del 2017 estará actualizada la web con el algoritmo que reconoce los sonidos de las ranas. En el 2018, desarrollarán una aplicación móvil para integrar la identificación de los sonidos de los anfibios.

    OTROS PROYECTOS

    Convocatoria. La PUCE convoca una vez al año a los estudiantes que presenten proyectos de innovación e investigación.

    PUCE APP. La Dirección de Informática lanza este semestre una aplicación móvil, que permitirá a los universitarios solventar sus requerimientos dentro de la institución.

    Vinculación. La PUCE involucra a la comunidad en proyectos como Consultorio Jurídico y donación de equipos útiles.

    Los estudiantes de la PUCE se preparan en las aulas para la presentación de proyectos de innovación tecnológica y biológica. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Los estudiantes de la PUCE se preparan en las aulas para la presentación de proyectos de innovación tecnológica y biológica. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • La iniciativa emprendedora se muestra a la colectividad

    Marcel Bonilla (I)
    Redacción Esmeraldas
    redaccion@revistalideres.ec

    Un grupo de 200 estudiantes de la Pontificia Universidad Católica, sede Esmeraldas (Pucese), presentó sus 21 iniciativas de negocios como parte del proceso de integración con la comunidad en la provincia.

    A través de la Unidad de Emprendimientos se exhibieron proyectos en la III Feria de ideas de negocios, que se organiza desde hace tres años, con la participación de los universitarios.

    Los estudiantes de la Escuela de Ingeniería en Sistemas mostraron un innovador método denominada Water Life, diseñado para controlar el abastecimiento de agua potable, aun cuando las personas no estén sus domicilios.

    Piero Palacios, de la carrera de Ingeniería en Sistemas, quien es uno de los integrantes del proyecto, explica que el dispositivo se encarga de mostrar en la red de agua potable, cuando hay el servicio, y llena automáticamente los recipientes sin que se riegue.

    Esta propuesta innovadora controla la cantidad de líquido, si se almacena en los aljibes (cisternas), y a través de una pequeña pantalla muestra los porcentajes de agua consumida. La instalación del sistema tiene un costo promedio de USD 100.

    Por medio de las propuestas, los estudiantes deben determinar que el producto y/o servicio será competitivo para alcanzar una posición importante en su mercado. Además, deben explicar su motivación para impulsar el desarrollo de su idea y las tendencias positivas de crecimiento.

    La institución de educación superior fomenta los emprendimientos en todas las carreras a través de una determinada materia, con el apoyo docente.

    Desde esa óptica se trabajan las iniciativas y luego se seleccionan las mejores para ponerlas en los proyectos. Quienes ganen reciben apoyo técnico de la Universidad para fortalecerlos y participar en el banco de ideas.

    Una de esas propuestas de negocios es Soproted, conformada por estudiantes, y que se dedica a la comercialización de servicios informáticos. También, una iniciativa para la elaboración de material didáctico para las escuelas se hace desde la Universidad con el apoyo de los profesores. “Las ideas surgieron tras darles la visión a los estudiantes”, expresa Roxana Benítez, de la Unidad de Emprendimiento de la Pucese.

    Una de las propuestas que llamó la atención en la última feria realizada en la primera quincena de agosto fue el ‘Cuir de Poisson’, que implica la utilización de la piel de pescado para elaborar carteras, prendas de vestir y billeteras, luego de un proceso químico.

    Morelia Prado, alumna de la carrera de Comercio Exterior, explica que con los huesos de pescado se elabora collares y aretes con las escamas. Su grupo ha recibido el apoyo de la Unidad de Emprendimiento sobre cómo elaborar un plan de negocios, cómo presentar el emprendimiento y exponerlo.

    Por ahora, la producción de bolsos es mínima, porque se está vendiendo la idea entre personas interesadas para expandirse en el mercado en la ciudad y luego en el país. “La consistencia de los bolsos y demás accesorios de la piel de pescado es suave y no tiene ningún olor a marisco”, explica Gabriela Mera, proponente.

    En este caso, los costos de producción son reducidos, porque la materia prima obtienen sin costo en el Puerto Artesanal Pesquero de Esmeraldas (Papes). Esta es una forma de utilizar una parte del pescado que no se desecha.

    Esmey Hinojosa, que es parte del equipo, explica que para empezar el negocio se necesita un capital de USD 5 000, que puede ser obtenido a través de un crédito con la banca estatal, o ejecutarse con el apoyo directo de organizaciones no gubernamentales. El asesoramiento técnico lo entrega la Universidad.

    Los estudiantes de la Escuela de Administración de Empresas que aprovecharon la cosecha de muyuyos (producto pegajoso) en la ciudad, propusieron la creación del Muyugel, que permite un mejor peinado. Sofía Ayoví fue una de las personas que probó la iniciativa de los estudiantes, utilizando el gel en su peinado.

    “Estas ideas deben ser potenciadas con la entrega de capitales que fomente la creación de pequeñas microempresas, para empezar a conquistar los mercados”, señala. Para la estudiante María Dorado, estos emprendimientos son viables y con un poco de apoyo estarán en mercado local y nacional.

    Los estudiantes desarrollan sus emprendimientos, tras la realización de encuestas en determinados sectores de la ciudad de Esmeraldas. Allí identifican las necesidades, luego se proponen alternativas que se plasma en proyectos y luego se ejecutan.

    El proceso

    El diagnóstico. Los catedráticos analizan con los estudiantes las problemáticas de la ciudad para plantear soluciones. Por ejemplo, la inseguridad en las viviendas, en donde se trabaja en sistemas de alarmas controladas desde un ‘smartphone’.

    La selección. En cada idea se califica el factor innovador, factibilidad de ejecución y potencial del mercado.

    Universidad Católica de Esmeraldas
    La feria de emprendimientos de la Universidad Católica de Esmeraldas es parte del proceso de vinculación con la comunidad. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Con su aporte buscan afianzar un emprendimiento de biojoyas

    Redacción Guayaquil

    Los desechos de la piel de pescado son la materia prima que seis emprendedoras de Puerto López (Manabí) usan para elaborar biojoyas artesanales.

    Una de ellas es Mónica López, quien conoce esta técnica hace unos dos años y es parte de un proyecto de microemprendimiento que surgió de una iniciativa gubernamental.

    En octubre del año pasado, las emprendedoras recibieron capacitaciones y asesoramiento por parte de estudiantes del octavo ciclo de la carrera de Ingeniería en Desarrollo de Negocios Bilingüe-Emprendedores, de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG).

    Nueve alumnos de la materia de Consultoría Comunitaria dictaron talleres enfocados en finanzas, estrategias de ventas, producción y costos. Luego de analizar la viabilidad del proyecto, lo bautizaron como Qara.

    Como parte de esta iniciativa, los estudiantes elaboraron un catálogo con el objetivo de que este se convierta en una carta de presentación para los clientes.

    Inés Carrasco, profesora de la materia, explica que el objetivo de esta actividad es generar un aporte a la comunidad y hacer que las posibles ideas de emprendimiento se conviertan en negocios viables. La capacitación incluyó un plan de mejora que busca optimizar los diseños, calidad y acabado del producto.

    Con ello colaboró la estudiante Tatiana Loor. Ella asesoró a las emprendedoras para que estas puedan apostar por nuevos diseños, colores y dimensiones de collares y aretes. «Evidenciamos que aunque el producto es bueno, la ausencia de variados modelos era un inconveniente para mejorar las ventas», cuenta.

    Para la elaboración de estas biojoyas se usa la piel de peces como el róbalo, dorado, corvina, tilapia y sardina. López explica que, por ejemplo, de la piel de una tilapia se pueden obtener hasta siete pares de aretes. El proceso de producción de cinturones, carteras o fosforeras son piezas más elaboradas, que puede tomar hasta dos meses crearlas. La piel de pescado pasa por un proceso de lavado, un curtido vegetal y tinturado. Este proceso elimina cualquier olor.18 modelos de joyas son parte del catálogo de Qara

  • Más ideas de negocios salen de las aulas universitarias

    Redacción Quito

    Entre los estudiantes hay un optimismo por el involucramiento de las autoridades de la Universidad Católica del Ecuador, para acompañar los procesos de aprendizaje y de generación de ideas de emprendimiento en cada una de las facultades.

    Gabriela Proaño, presidenta de la Asociación de Escuela de la Facultad de Economía, resalta todo el cambio que ha dado la relación estudiantes-autoridades. «Ellos se están involucrando en todas las actividades que los estudiantes realizan. A través de las asociaciones se da una comunicación, una participación y un apoyo de las autoridades muy fuerte»: Casa adentro, esta Asociación trabaja en dos aspectos, principalmente. El uno es la capacitación continua a los estudiantes, a través de conferencias, seminarios, conservatorios, etc., sobre temas de interés nacional. Últimamente, por ejemplo, se ha discutido mucho sobre los cambios en la matriz productiva, un proyecto que impulsa el Ejecutivo.

    El segundo aspecto es la vinculación de los estudiantes con la colectividad. Los alumnos, al tener que cumplir con determinadas horas de acción social durante su carrera, son nutridos con guías y líneas básicas para generar emprendimientos, junto con las comunidades a las cuales asisten a brindar su apoyo.

    «Recientemente conversamos con un economista del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, que nos dio un mapa sobre los sectores prioritarios que tienen necesidades. Ahí es donde enfocamos nuestros esfuerzos para crear emprendimientos», señala Proaño.

    Alejandro Andrade, presidente de la Asociación de Escuela de Administración, coincide en que el respaldo que ha brindado la Universidad a las propuestas de los estudiantes ha sido importante.

    En esta Facultad se realiza cada final de semestre ‘La semana del emprendimiento’, donde los alumnos de primero, tercero y quinto semestres exponen públicamente sus ideas de negocios, creación de nuevos productos e, incluso, nuevas campañas publicitarias.

    Las empresas que asisten a mirar estas propuestas analizan la viabilidad de cada uno de los proyectos. Si lo son, entonces se concreta la posibilidad de obtener financiamiento para plasmar dicha idea.

    «Es como si se tratara de una especie de concurso interno. Además de que es un trabajo para la carrera también puede servir para poner en marcha un negocio real», comenta Andrade.

    Por otro lado, la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica (PUCE) maneja un presupuesto anual para apoyar los mejores emprendimientos que pueden ya salir al mercado. Con ello, se trata de garantizar que las ideas no queden en las aulas.

    «Nuestra universidad se caracteriza por ser inclusiva. Las asociaciones somos el nexo entre los estudiantes y la universidad», puntualiza el representante.