Etiqueta: Universidad Tecnológica Equinoccial

  • El chocho dio pasó a una investigación en las aulas universitarias

    Pedro Maldonado

    Relacionadas

    En los laboratorios de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) el chocho se convirtió en el centro de una investigación. Un grupo de investigadores planteó una hipótesis: el consumo de chocho disminuye los niveles de azúcar en casos de diabetes tipo II.

    La investigación se cumplió en el Centro de Investigación Biomédica de la UTE se establecieron demostrar a nivel celular y molecular. Y luego de tres meses de trabajo en los laboratorios de la Universidad de Illinois en EE.UU., la respuesta es positiva.

    “Teníamos evidencia que demuestra que consumir chochos disminuye el azúcar en la sangre en pacientes con diabetes o prediabetes. Lo que no sabíamos era el mecanismo de acción y ese fue el objetivo de esta fase del estudio”, explica Manuel Baldeón, Director de Cenbio.

    Según un comunicado del centro de estudios, desde agosto a octubre de 2017, Érika Muñoz, investigadora del Centro, trabajó junto a Elvira de Mejía, una reconocida especialista en Ciencias de la Alimentación y Nutrición de la Universidad de Illinois, para analizar a esta leguminosa.

    La harina de chocho fue uno de los insumos utilizados en la investigación. La idea era determinar si el consumo frenaba la producción de glucosa.

    A través de una aproximación sistemática se evaluó a los fármacos que actualmente tratan la enfermedad y se enfocaron en los tres mecanismos de acción: inhibición de encimas para la disminución de glucosa, aumento de sensibilidad del transportador de insulina a nivel celular, e inhibición de gluconeogénesis (producción de glucosa).

    Los resultados fueron publicados en la revista ‘Journal of Functional Foods’ en abril de 2018. Como señala Baldeón, la investigación da luz sobre el tratamiento a pacientes con la enfermedad ya que, incluir este tipo de alimentos en su dieta más los medicamentos puede mejorar el estilo de vida y en el caso de personas sin la enfermedad, “sin duda, el consumo regular reducirá el riesgo”.

    En base a estudios internacionales, y basado en un revisión global a diciembre de 2018, se recomienda un consumo de 100 gramos (un puñado) de leguminosas (chochos, habas, fréjol) por día al menos tres veces a la semana para tener un efecto positivo.

    El Centro de Investigación Biomédica de la Universidad Tecnológica Equinoccial trabajó con la universidad de Illinois. Foto: Cortesía UTE
    El Centro de Investigación Biomédica de la Universidad Tecnológica Equinoccial trabajó con la universidad de Illinois. Foto: Cortesía UTE
  • En la UTE, el emprendedor traza un plan de vida

    Pedro Maldonado Redacción Quito / LÍDERES

    Emprender es importante, pero no es suficiente. En las aulas de la UTE también es necesario tener un plan de vida. Por eso, desde hace cerca de tres años, esta universidad incorporó a su pénsum la asignatura Proyecto de vida. Así lo cuenta José Julio Cevallos, rector del establecimiento, y lo confirman catedráticos y estudiantes. La máxima autoridad de este centro de estudios superiores cuenta que en las aulas es frecuente encontrarse con alumnos que tienen concepciones muy claras de lo que quieren ser y hacer de su vida. «Por eso, en la materia Proyecto de Vida se reflexiona sobre todo lo que el estudiante quiere hacer: sus actividades, sus anhelos, sus objetivos, su formación, etc.».

    Según Cevallos, se obtienen resultados favorables, porque hay chicos con ideas concretas y llegan a la universidad para aprovecharla como un mecanismo para concretar sus planes. Además, la UTE cuenta con la materia de emprendimiento en todas las carreras. «Allí se desarrolla el espíritu empresarial, surgen ideas de negocios».

    La misma universidad puede considerarse un caso de emprendimiento. Nació en Quito en 1970, como Instituto Tecnológico Equinoccial. En sus primeros años, apuntaba a formar profesionales en nuevas carreras, como ingeniería de petróleos, administración de empresas, decoración de interiores y hotelería.

    En la actualidad, cuenta con cerca de 1 300 docentes (el 60% tiene estudios de maestría y el 40% trabaja a tiempo completo). Son alrededor de 16 000 alumnos, que cursan estudios en modalidades presencial y a distancia.

    Además, tiene seis facultades: Ciencias de la Salud; Ciencias Sociales; Ciencias de la Ingeniería; Ciencias Económicas y Negocios; Arquitectura, arte y diseño; y Turismo, hotelería y gastronomía. En todas se apoya al emprendimiento.

    El modelo educativo de la UTE se centra, según sus autoridades, en formar un ser humano dispuesto a aprender siempre y que pueda a resolver sus problemas por sí mismo. Se trabaja en la mentalidad de salir adelante y que la responsabilidad con la sociedad es dar trabajo a los que lo necesitan.

    Uno de los puntos más altos de esta entidad es la investigación. Entre el 2010 y el 2012, por ejemplo, la UTE sumó 24 publicaciones en revistas especializadas en investigación, a escala internacional.

    Rodrigo Gallegos, director de Investigación y Transferencia de Tecnología, señala que el objetivo es superar lo logrado y conseguir que toda la base de profesores empiece a publicar en revistas especializadas. El catedrático añade que en este proceso existe una vinculación con el emprendimiento. «A partir de la investigación científica se genera innovación y desarrollo. A esto se suma el análisis de mercados, para determinar si las ideas pueden convertirse en productos. Si los productos funcionan, pasamos a la transferencia tecnológica. Y todo este proceso puede generar venta de patentes, transferencia de conocimientos y generación de empresas de base tecnológica».

    Gallegos añade que toda investigación surge de las necesidades reales de las comunidades. «Investigamos para el desarrollo y solución de problemas reales».

    La investigación

    Los estudiantes.  Los alumnos se involucran en las investigaciones, según su nivel de estudios. Ayudan desde el levantamiento de información hasta el procesamiento de datos. También, desarrollan trabajos de investigación que les sirven para titularse.

    Las prioridades.  A la hora de investigar, los objetivos básicos de la UTE son: la biodiversidad, las TIC y la investigación formativa.

    El interés por publicar. La acogida por la investigación ha ido de menos a más. La primera convocatoria (2007-2008) tuvo 16 proyectos. Pero el año pasado fueron 65 proyectos presentados y que ahora están en pleno desarrollo.

  • Las ideas surgen en ambiente, mecatrónica, comunicaión…

    En las instalaciones de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) el ritmo diario es intenso. En el edificio de la calle Rumipamba, en el norte de Quito, los pasillos resultan en momentos estrechos mientras los alumnos y los profesores caminan al inicio de la jornada y durante los cambios de horas.

    En el campus de la av. Occidental (norte), el ambiente es más tranquilo, pero al recorrer sus edificios se advierte un ritmo de trabajo con energía. Entre los alumnos que estudian allí, existe interés por aprender y por emprender.

    Así lo demuestra Adrián Granja, estudiante de Ingeniería Mecatrónica, cuando habla de sus ideas. Una de las más recientes es una suerte de sistema para detectar tumores. En una caja de herramientas lleva un cráneo de plástico con el que explica los alcances y avances de su proyecto. «La mecatrónica es una mezcla de ingenierías, lo que nos permite hacer cualquier automatización para diferentes industrias. Eso muestra que es una carrera con futuro y que existe un campo ­ laboral muy grande para crecer».

    El tema ambiental es otra de las áreas a las que apuntan los alumnos del establecimiento. Yuliana Aguayo y Darío Morán, están conscientes de que los estudios ambientales constituyen una oportunidad para emprender.

    Aguayo cuenta que con sus compañeros trabaja en un programa de aprovechamiento de aguas grises de hogares y casas en construcción. Este proyecto tiene reconocimientos en Guatemala y Perú. Por eso, esta joven está segura de que existe un buen futuro profesional. Aguayo y Morán añaden que el apoyo de los profesores es crucial para salir adelante con sus ideas y planes.

    Una opinión similar la tienen Leonardo Guerra y Adriana Asanza, de las facultades de Arquitectura y Ciencias Sociales. Para ellos, la posibilidad de emprender desde las aulas permite ampliar los conocimientos y saber cómo está el mercado. Guerra ya tuvo un emprendimiento vinculado con la arquitectura con sus compañeros de aula. «Funcionó un tiempo, pero tuvimos que cerrarlo por los distintos intereses de cada uno».

    Asanza cuenta que ha organizado eventos para saber qué hacer en el mundo real. «En las aulas competimos entre nosotros con ideas y proyectos».

    Las autoridades están conscientes de las necesidades de los jóvenes que quieren emprender. Lourdes Armendáriz, vicerrectora académica, sostiene que en las aulas se privilegia lo académico, pero sin perder de vista las experiencias para enfrentar retos y saber desenvolverse en el mundo profesional y empresarial.

    Armendáriz explica que la UTE concibe al estudiante como un líder, un generador de ideas. «Hoy, el mundo necesita emprendedores, jóvenes que no se queden conformes con lo que recibe en clases, sino que genere ideas».

    65 proyectos de investigación se registraron el año pasado en la universidad