Etiqueta: valor

  • La responsabilidad social genera valor

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Tener un objetivo más allá de conseguir ganancias económicas y posicionarse como un actor dentro de la sociedad son las dos razones por las cuales expertos consideran clave que las compañías tengan una estrategia de responsabilidad social.

    Evangelina Gómez, directora ejecutiva del Consorcio Ecuatoriano de Responsabilidad Social, explica que se trata de un modelo de gestión de las empresas.

    “Se da cuando se toman en cuenta impactos económicos, sociales y ambientales. Obviamente, el concepto ha ido evolucionando y ya dejó de ser meramente acción social”.

    En el país no existe una estadística exacta de cuántas firmas cuentan con estrategias de responsabilidad social. Las organizaciones que más se dedican a esto son las grandes; sin embargo, los expertos aseguran que pueden existir pymes que cuentan con programas pero no los hacen públicos o no participan en análisis de mediciones.

    La consultora Deloitte, por ejemplo, desarrolló su Estudio de Tendencias de Sostenibilidad 2019, en el que encuestó a 105 empresas. Allí se determina que el 74% de las firmas ha hecho explícito su compromiso por la sostenibilidad; pero solo el 63% pudo identificar un claro lineamiento estratégico al enfoque del negocio y 34% logró observar un rendimiento económico entre la estrategia de desarrollo sostenible y la del negocio.

    Para que una estrategia genere valor a las empresas, explica Gómez, es importante que esta se desarrolle a través de una metodología en la que se analice qué se ha hecho y qué hace falta, tanto para la comunidad interna como para la externa.

    “Las firmas deben identificar cuáles son sus riesgos de operación y hacia allá dirigir sus estrategias. Es la única manera en la que se puede ver el retorno de la inversión que se hará.

    Si no se tiene mapeado, por ejemplo, el riesgo de descontento de la comunidad en cuanto a la operación, el día de mañana, si pasa algún imprevisto, es probable que esta llegue, incluso, a paralizar la firma. Debe ser un ganar-ganar.”

    Teojama, compañía de venta de equipos de transporte, centra sus proyectos de responsabilidad social en lo ambiental: gestiona la recolección, filtrado y almacenamiento de aceite usado de buses y camiones en todos sus talleres y agencias multimarca, para entregarlos a un gestor. Asimismo, impulsa iniciativas externas en el ámbito del transporte, educación, entre otros.

    Para esta firma, el contar con estas estrategias permite difundir sus valores corporativos.

    El trabajo de las empresas casa adentro es crucial

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Las estrategias de responsabilidad social deben iniciar por casa, es decir por los colaboradores. Así lo indica Wilson Araque, director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB).

    Esto no implica cumplir solo con los derechos que constan dentro de la Ley en materia laboral y de seguridad y salud ocupacional, sino con programas extras entre los que está la conciliación entre familia y empleo, teletrabajo, seguros, etc.

    Para empresas como Telefónica, la responsabilidad social que inicia en la propia corporación es clave. “Desarrollamos una continua campaña interna de conocimiento y fomento de temas como los Objetivos de Desarrollo Sostenibles en la que los explicamos y damos consejos para que los colaboradores los puedan poner en práctica en sus hogares”.

    Los programas de responsabilidad social que ponga en marcha una empresa deben partir de un diagnóstico que esta realice. Es importante arrancar de las necesidades del personal y luego extenderse a proveedores, clientes, comunidad, etc. En el caso de esta última, es importante que se revisen sus requerimientos y, de ser posible, apoyar para que cualquier carencia o problema se solucione.

    Telefónica tiene al menos cinco programas de sostenibilidad en favor de sus trabajadores que incluyen horarios flexibles, voluntariado, reducción del uso de plásticos de un solo uso, embajadores de la diversidad en las compañías, etc.

    Esta empresa considera que el contar con una estrategia de responsabilidad social le permite alcanzar prosperidad, eficiencia y rentabilidad a largo plazo. Por ello maneja un Plan global de negocios responsables que también incluye proyectos de sostenibilidad externos vinculados a educación, cultura digital, empleabilidad, entre otros.

    Para Evangelina Gómez, directora del Consorcio Ecuatoriano de Responsabilidad Social Empresarial, las empresas del futuro son aquellas gestoras de cambio. “Las firmas que no se acoplan a las transformaciones se van a quedar fuera del mercado. Consumidores como los mileniales y centeniales van a exigir altos estándares”.

    Empresas como Laboratorios Bagó explican que nacieron con la idea de ser responsables socialmente en ejes como lo ambiental, lo financiero y lo social. En este último sentido se aplica bien su lema de Ética al servicio de la salud. “Desde el 2017 decidimos liderar la mesa de trabajo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3. Desarrollamos un programa de educación para prevenir enfermedades del cerebro y el corazón”, dice la compañía. La firma tiene iniciativas como el programa “calidad de vida” que se sustenta en cinco pilares: salud, seguridad, vida/trabajo, familia y trascendencia.

    Camila Hernández, gerente de sostenibilidad de Deloitte, dice que si bien es cierto que las empresas ecuatorianas tienen un avance en madurez en cuando a responsabilidad social, el mayor porcentaje de dificultad para seguir avanzando es el desconocimiento técnico; seguido por el presupuesto.

    La empresa B tiene un propósito más allá de lo económico

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Existen compañías que, a más de generar recursos para sus accionistas, incorporan en sus estatutos otros tipos de objetivos, los hacen vinculantes de manea legal y al momento de adoptar decisiones toman en cuenta los intereses de las personas u organizaciones vinculadas con la firma (‘stakeholders’). Se trata de las empresas B.

    Estas forman parte de Sistema B, una organización global que está en más de 67 países. Facilita la creación de un ecosistema adecuado para compañías con propósito.

    Los ‘stakeholders’ de estas firmas son comunidad, trabajadores, medioambiente y clientes.

    Precisamente, las empresas B están motivadas por encontrar soluciones a problemáticas sociales y ambientales. “Se rompe con la idea de que para ser una compañía solo hay que ser rentable y que otras cosas son filantropía. Una empresa B incorpora en sus estatutos sus propósitos para ser evaluados por la herramienta electrónica Impacto B, en cinco grandes áreas”, explica José Ignacio Morejón, director ejecutivo de Sistema B Ecuador.

    Hoy, están certificadas 15 empresas del país como B y más de 150 han creado una evaluación. Las firmas deben alcanzar un puntaje mínimo de 80 puntos sobre 200 para alcanzar la meta; no todas lo logran.

    El modelo de negocio de las firmas certificadas genera impactos materiales positivos; estas empresas han sido validadas por un tercero bajo estándares internacionales. “Ahí está la diferencia entre una empresa con buena voluntad, buenas intenciones o buen marketing y una B”.

    Las compañías que ya están certificadas pertenecen a sectores como manufactura de derivados del cacao, ganadería, producción de flores para la exportación, alimentos, servicios, etc. A través de la evaluación las empresas pueden conocer si realmente tienen resultados en sus áreas de impacto; como parte de ese proceso se hacen auditorías de cumplimiento electrónicas.

    Una de las firmas certificadas es Pacari. Santiago Peralta, CEO de esta organización, explica que previo a certificarse estaban avanzados en el cumplimiento de diferentes propósitos de sostenibilidad. “La génesis de nuestra empresa era muy social, con miramiento en el tema ambiental, de equidad, etc. Cuando encontramos las empresas B nos dimos cuenta que por fin alguien se había tomado el tiempo de valorar, poner métricas, cuantificar lo que ya estábamos haciendo”.

    Otras empresas ajenas a Sistema B también han nacido con la idea de lograr impactos positivos en la sociedad. Una de ellas es Proyección Futura, cuyo propósito es modificar los hábitos en la generación y gestión de residuos con pilares como responsabilidad ambiental, economía circular, etc. La firma es un gestor ambiental con conocimientos sobre como instaurar lineamientos de buenas prácticas ambientales dentro de las organizaciones. “Nos hemos preocupado en ser una empresa con propósito, socialmente responsable”, indica Pablo Macías, director de la compañía.

    Teojama gestiona la recolección de aceite automotor como parte de sus estrategias. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Teojama gestiona la recolección de aceite automotor como parte de sus estrategias. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Celina Pagani-Tousignant: ‘Crear valor es una forma de pensar’

    Pedro Maldonado

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    Celina Pagani-Tousignant es una autoridad en temas de sostenibilidad y responsabilidad social empresarial. Asegura que las empresas sí pueden encontrar oportunidades de negocio haciéndole bien a la sociedad, al mismo tiempo.

    Cada vez más empresas trabajan y desarrollan programas de responsabilidad social para ser sostenibles. ¿Qué implica ser sostenible en el tiempo?

    En Ecuador y en muchos otros países existen grupos de empresas líderes que hace años que se han preocupado de este tema. Al principio tal vez se preocupaban más bien de manejar los impactos negativos (de sus actividades) en la sociedad o en el ambiente y le llamaban responsabilidad social empresarial o RSE; después se dieron cuenta de que el tema era parte del negocio y por eso se habló de sostenibilidad.

    Esto no significa solo manejar impactos, sino también ver oportunidades de negocios y por eso hay que preocuparse de la sostenibilidad de la empresa en el tiempo. Entonces el concepto de sostenibilidad se usa más. Los cambios que suceden alrededor nuestro son tan disruptivos, las tecnologías y los avances de la inteligencia artificial están cambiando las fábricas, por lo que habrá un porcentaje de las nuevas generaciones que no va a encontrar empleo. ¿Qué vamos a hacer con eso?

    ¿Esto incidirá en el manejo empresarial?

    Claro, por un lado se reducirán costos porque usaremos robots en los procesos de producción. Pero por otro, en determinadas comunidades crecerá el desempleo, la violencia y la inseguridad. Eso puede afectar a la operación de la empresa. Las tecnologías están cambiando, la población está creciendo, la migración de país a país aumenta, hay centros urbanos cada vez más grandes, el consumo de recursos naturales crece y la economía circular, el reciclaje, surge con mucha fuerza.

    Las empresas, hasta ahora, han estado haciendo más de lo mismo y lo que se necesita o lo que se busca no es subir el techo o las metas, sino transformarse. Lo que se busca es que la gente cambie la forma de pensar y allí está la innovación de procesos, productos, servicios y modelos de negocios. Todo esto tiene que ir atado a la responsabilidad social empresarial, si no, no tiene sentido.

    ¿Hay una fórmula para innovar y ser sostenible a la vez?

    La gente busca herramientas prácticas. Michael Porter y su concepto de valor compartido es un punto de partida en el tema. A partir de sus propuestas desarrollé una metodología de nueve pasos que incluyen: entender las prioridades del negocio; saber las necesidades sociales de las que la empresa se va a adueñar para hacer algo al respecto; qué estrategia de valor compartido se va a usar; determinar aliados; entre otros.

    No olvidemos que muchas innovaciones no son rentables enseguida y hay que protegerlas. Allí viene la obligación de escalar esas ideas.

    La rentabilidad es algo intrínseco para una empresa y puede pasar que los empresarios no ven rentabilidad en temas de RSE…

    Exacto. Antes hablábamos de desarrollar un programa que generaba un ‘business case’ o la justificación de una inversión, pero ahora es muy diferente porque se trata de generar valor para la empresa y para la sociedad.

    El empresario entiende el concepto de crear valor. Si la empresa quiere crecer debe determinar cuáles son los mercados desatendidos y así se encuentra una oportunidad de negocio haciéndole bien a la sociedad. De esta manera ocurrirá que en esa comunidad la gente se va a educar, va a tener mejores servicios de salud, mejor calidad de vida. Esa es la parte social.

    Negocio y servicio a la comunidad…

    Así es, es un tema compartido. Ahora las empresas se fijan como meta que un porcentaje de su crecimiento tiene que venir de proyectos de valor compartido.

    ¿Esto es más fácil para las grandes empresas o para las pequeñas?

    Esto del valor compartido se ha dado más en compañías grandes. Es una forma de pensar y puede ser aplicable a una empresa más pequeña. Lo que pasa es que no hemos hecho la metodología para aplicar en pymes.

    Un empresario de una pyme es igual al de una empresa grande: los dos quieren competitividad para su negocio. Tal vez el programa para una pyme es más pequeño y la disponibilidad de recursos puede ser menor.

    En los últimos años se consolidó el concepto de Empresas B, emprendimientos sociales. ¿Cómo califica usted a este modelo?

    Me encantan, empezaron como pequeñas y crecieron. Ejemplos son Natura o Patagonia que ahora son empresas grandes, certificadas como empresas B. La compañía tiene que cambiar: el deber de la junta directiva es preocuparse del retorno de la inversión, entonces una empresa B le da poder a la junta directiva para asegurar el retorno económico, pero también el retorno social, ambiental. Esto es fantástico porque da más flexibilidad y libertad de acción.

    ¿Los consumidores qué papel juegan?

    Es un grupo al que siempre hay que consultar. Hace dos años se supo, tras un sondeo, que el 50% de los consumidores quiere pruebas de que una empresa sea en realidad sostenible y socialmente responsable. Además, el consumidor se fija en si una empresa es líder o es mala. Entonces hay que saber posicionarse.

    Ahora, por ejemplo, por los temas políticos de Estados Unidos, el consumidor quiere saber, por ejemplo, cuál es el tema que va a defender una compañía. Un ejemplo ocurre con empresas que anuncian la contratación de refugiados, por ejemplo.

    Esto se da luego de los problemas con refugiados que llegaban a Estados Unidos desde distintos países. Pasa lo mismo con temas como control de armas, diversidad y otros. Lo importante es que cada vez más CEO se pronuncian sobre estos temas.

    ¿Esto va a ocurrir en otros países?

    Se va a replicar. Recordemos que la situación política en Estados Unidos, en los últimos años, es turbulenta. Además no olvidemos que los mileniales y los centeniales quieren trabajar en empresas con propósitos y es la fuerza laboral más grande en estos momentos. Entonces atraer y retener a ese segmento cabe dentro de un programa de sostenibilidad.

    Hoja de vida

    Cargo. Es presidente y fundadora de Normisur International, empresa consultora internacional que se especializa en Responsabilidad Social Empresarial, Sostenibilidad, desarrollo de la fuerza laboral y entrenamiento ejecutivo. Su clientela incluye empresas en los EE.UU., Canadá, Latinoamérica y Asia.

    Formación. Nacida en Uruguay, tiene un MA en Psicología Clínica y es autora del libro ‘Rompiendo las reglas – asesorando minorías étnicas’ así como también de numerosos artículos. Celina tiene una certificación en Life Coaching de John F. Kennedy University y una certificación en Integral Coaching de New Ventures West, una escuela de coaching en San Francisco, California. Ofrece cursos y consultorías por la región.

    Celina Pagani- Tousignant es presidente y fundadora de Normisur International, empresa consultora internacional que se especializa en Responsabilidad Social Empresarial, Sostenibilidad, desarrollo de la fuerza laboral y entrenamiento ejecutivo. Foto: Patr
    Celina Pagani- Tousignant es presidente y fundadora de Normisur International, empresa consultora internacional que se especializa en Responsabilidad Social Empresarial, Sostenibilidad, desarrollo de la fuerza laboral y entrenamiento ejecutivo. Foto: Patricio Terán / LÌDERES
  • El valor agregado repunta en la industria local

    Redacciones Quito, Guayaquil y Cuenca

    Convertir cacao fino de aroma en barras de chocolate puro de exportación, confeccionar sombreros a mano, producir línea de baño con estándares exigidos en los mercados asiáticos, diseñar muebles con demanda en Europa, ofrecer servicios turísticos de alta calidad en la selva o en el páramo…

    Los ejemplos anteriores pueden aplicarse cuando se habla de dar valor agregado a un producto. Sin embargo, en el concepto más estricto, valor agregado se refiere al porcentaje de valor nacional que se incorpora a un producto elaborado o en un proceso productivo de una determinada empresa.

    Una definición similar la da Guido Caicedo, catedrático e investigador de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol): “Es lo que la empresa le agrega al insumo o a la materia prima que se utiliza en la elaboración de un producto o un servicio”. Y añade que el beneficiario es el cliente que consume ese producto o servicio.

    Para que una empresa ofrezca valor agregado, comenta Caicedo, necesita un análisis completo de su modelo de negocio. “No es algo solamente técnico, sino de análisis del entorno, de los insumos, del segmento al que se quiere llegar… Para esto se necesitan recursos, conocer procesos y tecnologías, contar con personal capacitado y ser eficiente”.

    Otra definición, empleada en la Comunidad Andina de Naciones y en la Asociación Latinoamericana de Integración, habla de una transformación sustancial de una materia prima. Pero para Richard Martínez, representante de la Cámara de Industrias y Producción, las dinámicas empresariales han cambiado y por eso no necesariamente tiene que haber una transformación sustancial para obtener valor agregado. “Hay varias formas de generarlo con un bien industrializado, con un servicio, un producto primario”.

    En el país los indicadores de valor agregado son favorables. Según datos del Banco Mundial, el valor agregado de la industria ecuatoriana, medido en función del PIB, fue del 41% en el 2011. Esto significó un repunte frente al 2010, cuando el valor agregado llegó al 38%.

    Los datos más recientes de la Encuesta de Manufactura y Minería (2009) señalan que los cinco sectores que generan más valor agregado en monto fueron la elaboración de alimentos y bebidas; la refinación de petróleo; la fabricación de productos químicos; la elaboración de otros minerales no metálicos; y la fabricación de productos de caucho y plástico.

    Los analistas coinciden en que el sector manufacturero es clave en la generación de valor agregado. Allí encajan actividades como la elaboración de alimentos y bebidas, fabricación de metales comunes, fabricación de muebles…

    Cifras de la Cámara de Industrias y Producción señalan que en el 2011, por ejemplo, los tres principales productos manufacturados de exportación fueron vehículos (USD 375 millones); tableros de madera (USD 231 millones); y textiles (USD 187 millones).

    Otro dato: la Organización Mundial de Comercio señala que los bienes industrializados de exportación del Ecuador registraron en el 2011 un crecimiento del 3,3% y llegaron a USD 2 031 millones.

    El consultor Geovanny Romero señala que para definir el valor agregado en un proceso productivo es importante identificar el flujo de valor; es decir, todas las actividades que realmente agregan valor (que hace que el cliente pague por el producto y/o servicio), que permiten que se cumpla o alcance el proceso productivo.

    Según Romero, el valor agregado con más demanda es aquel que presenta una nueva propuesta de valor. “Es el que soluciona un problema o cumple una necesidad del cliente”.

    Al respecto, Martínez anota que el consumidor actual no es el mismo de hace 10 años. Dice que tiene más poder adquisitivo, está más conectado y es más exigente. “Compra por Internet y por eso exige más calidad en el mercado. Eso obliga a que las empresas que quieran ser competitivas ofrezcan más valor agregado”.

    Sobre los índices de competitividad, el Foro Económico Mundial dio a conocer la semana pasada el Ranking de Competitividad Global 2012-2013. En este, Ecuador se ubica en el puesto 85 de 144 naciones. Este posicionamiento implica una mejora de 16 escaños respecto del ranking del 2011, que ubicó al país en el puesto 101.

    Más del informe:

  • Los procesos óptimos definen el valor agregado

    Aunque no existe una certificación especifica sobre valor agregado, sí existen normas para demostrar que una compañía sigue procesos adecuados. El Lean Manufacturing, por ejemplo, es parte de la excelencia operacional que identifica los procesos de las actividades que agregan valor, señala el consultor Geovanny Romero.

    La forma de lograr un proceso productivo con valor agregado es eliminar los ocho desperdicios que el Lean Manufacturing señala. Estos son: trans-porte, movimiento, inventario innecesario, espera, sobreprocesamiento, sobreproducción, defectos y habilidades no aprovechadas.

    La presidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias de Cuenca, Carola Ríos, dice que es difícil que una certificadora examine el valor agregado. No obstante, las normas del Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN) verifican los procesos por los que pasa el producto.

    Richard Martínez, de la Cámara de Industrias y Producción, con sede en Quito, indica que las normas Inen definen parámetros que deben cumplir los diferentes bienes. Sin embargo, estas normas no certifican como tal la existencia de valor agregado.

    Las normas de calidad definen un conjunto de características de un producto o de un servicio, agrega Martínez. Estas deben satisfacer las necesidades y expectativas presentes y anticiparse a las eventualidades futuras del usuario. Por esta razón, las empresas deben cumplir con ciertas normas, como las de Buenas Prácticas de Manufactura, que aseguran niveles de calidad para garantizar el reconocimiento de sus socios, clientes y otras empresas.

    Para Ríos, la certificación del valor agregado la otorga el cliente, quien paga por adquirir determinado bien o servicio. “Las empresas que dan valor a sus productos son competitivas”.

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    LOS PROTAGONISTAS

    • Roberto Maldonado
      Presidente Ejecutivo de Colineal, con sede en Cuenca

    ‘Tres claves: servicio, calidad y tecnología’

    Colineal oferta muebles para el hogar y tiene 24 tiendas a escala nacional y se ha expandido hacia Bogotá (Colombia), Lima (Perú) y Ciudad de Panamá (Panamá). Eso no lo hubiéramos logrado si no hubiésemos implementado valor agregado a nuestros productos.

    El diseño, la calidad y el servicio al cliente son nuestros pilares para posicionarnos en el mercado.

    Este año invertimos USD 2 millones en maquinaria robotizada que corta, talla y lima la madera para dar acabados perfectos y mejorar la productividad. Por ejemplo, el año pasado producíamos cinco comedores diarios y hoy son 50 en igual período.

    El valor agregado es un proceso continuo que, en nuestro caso, implica adquirir materias primas de calidad y estar a la vanguardia en diseños. También dar servicio de soporte al cliente, llevar los muebles hasta su casa y brindar asesoría. Nosotros construimos una relación con el cliente para convertirnos en su elección.

    • Eulalia Maldonado
      Gerenta de  Referee,  empresa textilera con oficinas en Cuenca

    ‘Para competir cuidamos cada detalle’

    En Referee, con sede en Cuenca, producimos ropa deportiva. La globalización y el acceso a la tecnología permite que el consumidor esté enterado de las tendencias de la moda y de los materiales, por lo que en nuestra empresa buscamos textiles de vanguardia como inhibidores de olores, control de humedad o con protección solar.

    De esta forma, el deportista obtiene un beneficio adicional. Aunque somos una empresa pequeña competimos con grandes marcas en la capital azuaya y nuestro objetivo es darnos a conocer en otras ciudades para abrir locales en otros mercados a escala nacional.

    Nuestra producción es computarizada para mantener los estándares en los diseños y mejorar la productividad. En Referee sabemos que el valor agregado abarca materiales de vanguardia, producción de calidad y brindar servicio al cliente. Otro servicio es la producción de uniformes deportivos para colegios del Azuay.

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    • Alberto Nácer
      Gerente comercial de Transmar Ecuador, filial de la norteamericana Transmar Group

    ‘Conocer al cliente es clave en los procesos’

    Transmar procesa el cacao y produce pasta y nibs (granos procesados) de cacao. Además de estos procesos industriales, damos valor al producto al realizar una selección de perfil de sabor según las necesidades de cada cliente. El proceso de selección de cacao por perfil sensorial lo convierte en una especialidad, en lugar de ser simplemente un commoditie.

    Respecto de la parte industrial, se procesa el producto teniendo en cuenta los requisitos físicos, químicos y los que tienen que ver con los sentidos del chocolatero. De esta manera se realiza un primer proceso, que de otra forma se realizaría en el país de destino.

    La aplicación de estos procesos de calidad es resultado de aprender a conocer a nuestros clientes, lo que nos ha permitido ofrecer productos que sean atractivos. Este valor agregado, además de generar un mejor precio de venta, ayuda a incrementar la confianza que el consumidor deposita en nosotros.

    • Francisco Mantilla
      Director Administrativo de Fundación Runa Amazon Guayusa

    ‘Mística y cultura se vende en la guayusa’

    El valor agregado de nuestro producto está en la historia de la guayusa. Es una planta amazónica nativa de la selva ecuatoriana. En las comunidades indígenas se la toma a las 04:00 ó 05:00 y se la consume en medio de un ritual. El jefe y los habitantes de la aldea comparten un momento antes de empezar a trabajar.

    Es una planta con cafeína y contiene teobromina, un estimulante que generalmente se encuentra en el chocolate, y L-teanina, un ácido glutámico análogo que

    se encuentra en el té verde que ha demostrado reducir la fatiga física y mental y combatir el estrés.

    Funciona como energizante y no tiene ningún químico. Lo importante del producto es la cadena de producción. Es una planta que crece en una zona de difícil acceso. Además, la negociación con las localidades es complicada, pero se realizó un convenio en el cuál se cancela un precio justo por la producción. Es una cadena en la cual todos ganan. El producto llega a EE.UU.

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    • Vinicio Reyes
      Gerente general y propietario de la firma Platayuc

    ‘Con certificaciones llegamos a Europa’

      Platayuc se dedica a la producción y exportación de productos de plátano y yuca. El valor agregado de la firma es el manejo adecuado de todo el proceso, desde la plantación hasta la entrega. Es importante el asesoramiento ofrecido a los productores, que va acompañado de asistencia técnica y provisión de insumos.

      Otro punto de gran relevancia es el estandarizar la producción. Esto se logra mediante la investigación de los suelos, el clima y las distintas variedades de plantas.

      Las certificaciones de calidad son otro fuerte de nuestra empresa. Por ejemplo, las plantas de Platayuc están certificadas para la producción de chifles orgánicos. Esto nos ha permitido llegar a mercados exigentes en Europa, como Francia, Alemania y Bélgica. La clave está en la transformación de la materia prima en un producto sofisticado para mercados que buscan una diferenciación en lo que consumen. No basta con ofrecer alimentos, sino ofrecer salud y calidad con ellos.

      • Alejandro Lecaro
        Propietario de la firma guayaquileña Ecua-Andino, que produce sombreros

      ‘La calidad y garantía son fundamentales’

      En sus 25 años de operación, Ecua-Andino ha aprendido que el valor agregado lo determinan los clientes. Hace unos 15 años nuestro valor agregado era entregar el producto en la mano del cliente extranjero. Hoy, en cambio, la diferenciación es lo más importante.

      En nuestro negocio es fundamental la calidad y el diseño. Detrás de cada sombrero hay un proceso largo. Involucra un equipo de diseñadores locales y extranjeros. Este proceso debe garantizar un producto que se diferencie y se destaque entre otras marcas.

      No se trata de agregar un detalle aleatoriamente que haga, en superficie, diferente al producto. Se trata de entender de colores, formas, texturas, gustos… Esto permite anticipar y proponer una tendencia en el mundo de la moda. Esto es valorado por los clientes de Ecua-Andino en el Ecuador tanto como en el resto del mundo. Ya no se venden únicamente accesorios de moda, sino también un respaldo de calidad y garantía.

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      Más información:


      • El valor de la confianza

        Álvaro Andrés Cuéllar. Portafolio de Colombia (GDA)

        Que la confianza tiene un enorme valor económico se ve reflejado en la forma como la crisis griega tiene a la UE, ad portas de una crisis, con la falta de confianza de la UE en que Grecia podrá cumplir, y de los mercados financieros en que la UE podrá proteger a los bancos (franceses y alemanes) del impacto de su ‘default’ y a otras economías (España e Italia) del contagio.

        ¿Cuánto vale la confianza en que un agente (país) cumpla sus compromisos? Las primas de riesgo, las enormes erogaciones del Banco Central Europeo y de los gobiernos, y las transacciones en default swaps nos dan una idea. Pero consideremos otro aspecto de ese valor, en conexión con discusiones recientes sobre la innovación. ¿Cuál puede ser ese valor para las condiciones que hacen posible esta, en particular, y el desarrollo, en general? Ni este último ni la primera son posibles en condiciones de un funcionamiento social en el que la erosión de la confiabilidad-confianza minan la base de capital humano, social e institucional, cuya acumulación los hacen posibles.

        Una sociedad en la que la palabra no compromete y en la que no se responde verbalmente por las propias conductas padece de una destrucción del sentido ético del lenguaje, que tiene un impacto devastador sobre el funcionamiento social, convirtiéndolo en una destrucción permanente de capital social.

      • StartUps: ‘La versatilidad es un valor del emprendedor’

        Redacción Quito

        Los emprendedores nos enfocamos en la búsqueda de soluciones a las problemáticas sociales que, en muchos casos, no se limitan a una frontera. El encerrar dentro de un límite territorial a una idea de negocios puede reducir nocivamente las capacidades y talentos reales del visionario empresarial.

        En el 2011 me mudé de mi natal Montevideo (Uruguay) a Buenos Aires, en Argentina, pues mi idea de negocios ganó los fondos de la iniciativa Wayra (USD 50 000) que impulsa emprendimientos relacionados con el desarrollo de las Tecnologías de la Información.

        El rubro me permitió edificar los pilares para esta idea que archivé en mi computador hace algunos años: Familysum, una red social para usar exclusivamente con la familia. En ella cada participante puede conectarse rápidamente con sus seres queridos y así compartir fotos, videos, estructurar el árbol genealógico e incluso fomentar sus propios valores morales…

        Partimos de una necesidad real: las redes sociales no integran a todos los miembros del hogar. Los jóvenes, por ejemplo, no quieren compartir su perfil de Facebook con sus padres. Ellos por su lado están preocupados por la falta de seguridad y confidencialidad de los datos que sus chicos ‘postean’. Familysum es un espacio virtual para forjar esos vínculos.

        Pero toda idea requiere de una estrategia que le permita monetizar en un corto plazo. Si no se la tiene, es posible que tengan que pasar por momentos de inestabilidad. Familysum es una red social que comercializa espacios virtuales para las empresas. Ellas cuentan con la certeza de quién es su público y les permite supersegmentar su oferta de productos.

        Si se está forjando un emprendimiento de cualquier tipo es recomendable buscar herramientas en la web como ‘The business model canvas’ que es una guía para identificar los actores, las oportunidades y las estrategias del futuro negocio.

        Actualmente, las herramientas ‘on line’ están al alcance para crear un plan que llegue a competir en cualquier programa de fondos concursables o de inversionistas. Aquí unos ejemplos: MailChimp permite crear campañas vía correo electrónico; Uservoice te permite recabar las opiniones de los usuarios que visitan un sitio web; eGain te contacta con personas relacionadas al sector de ejecución…

        Las tecnologías de la información son un mercado altamente potencial en la región. No todos los negocios pueden utilizar el Facebook, no todos el Twitter, etc. Es más, se debería pensar si la empresa requiere un sitio web o únicamente una aplicación para teléfonos inteligentes.

        El aspecto más grande a tomar en cuenta para forjar un negocio es el capital humano. Un emprendedor ‘le acierta’ cuando su idea permite a sus colaboradores alcanzar sus sueños. Uno de mis desarrolladores trabaja desde Indonesia y el otro desde Perú. Pese a que otras empresas les ofrecen mejores salarios, debido a la escasez regional de talentos, ellos cumplen sus sueños siendo parte de este equipo.

        La versatilidad debe considerarse un valor nato del emprendedor. Las condiciones del mercado están dadas para que, con un buen ‘speech’ (resumen concreto de la idea de negocios) que no supere los cinco minutos en exponerse, se consiga el visto bueno de redes de ángeles inversores, como la desarrollada por la firma Startups Ventures, en Quito y que cuenta con un panel de 15 inversores dispuestos a tomar riesgos”

      • En Uzhupud, el turismo vivencial es su valor agregado

        Ivanna Zauzich Redacción Cuenca / LÍDERES

        Uzhupud significa pampa de ají, en quichua y cañari, dos lenguas indígenas. Este es el nombre que recibe una hacienda turística ubicada en 10 hectáreas en el cantón Paute (provincia del Azuay). Allí, los huéspedes pueden recoger huevos de gallina, ordeñar vacas y tomar su leche, cosechar hortalizas y frutas orgánicas. También hay piscina, sauna, turco, discoteca con karaoke, entre otras atracciones. En el 2012 su facturación bordeó los USD 940 000.

        La historia de este centro turístico se remonta a 1870, cuando la familia Vintimilla Muñoz compró este terreno donde se cultivaba ají. A ese lugar lo convirtieron en un espacio recreativo, en el que también se sembró caña de azúcar, papa, manzana, toronja, mandarina, etc. Cornelio Vintimilla usó esos cultivos, entre 1949 y 1969, para producir licores como: vodka, gin, whisky, brandy… que fueron comercializados con patentes de marcas de Francia, Rusia…, recuerda la gerenta General de Uzhupud, Claudia Vázquez.

        En el 2004, los herederos de esta familia convirtieron su legado en la Hostería Uzhupud, para mostrar al turista cómo se vivía en antaño. En ese año, la facturación bordeó USD 515 000 y trabajaban 35 personas. Siete años después, los propietarios invirtieron USD 1,5 millones en la remodelación para mejorar su infraestructura. En la actualidad cuenta con 62 habitaciones con baño privado, canchas deportivas, un centro de convenciones para 250 personas, restaurante, bar, cafetería, entre otras atracciones.

        Para Mariano Proaño, uno de sus clientes, Uzhupud presta un servicio notable y diferente a otros sitios de alojamiento en el sur del país. «Los colaboradores comprenden lo que es servicio al cliente y no dejan detalles al azar. Es admirable la organización y buena actitud».

        Una de las fortalezas de Uzhupud, dice su gerente de Operaciones, Fernando Castro, son los eventos corporativos. Pueden ser almuerzos, talleres de ocho horas o durante el fin de semana. Para María Augusta Romero, del área de Marketing y Organización de Eventos de Importadora Tomebamba (Cuenca), este es un lugar recomendado para citas empresariales. Hace tres semanas, recuerda Romero, se realizó un encuentro de Toyota del Ecuador. «El servicio, la puntualidad y la comida fueron excelentes y se preocuparon por cada detalle».

        Ese testimonio tiene sentido al ver que del total de los ingresos de esta empresa, el 60% representa la atención al segmento corporativo, explica Castro. Los eventos más comunes son talleres de capacitación, presentación de productos, convenciones de ventas. Asimismo, se realizan eventos sociales, con la atención de los 41 colaboradores.

        La gastronomía es un eje clave en Uzhupud, que oferta comida tradicional cuencana e internacional. Para Carolina Méndez, una clienta del restaurante, la comida es deliciosa y existe un servicio personalizado. Esta cuencana destaca los jardines, naturaleza, árboles frutales y animales de granja que «desconectan al turista del ruido de la ciudad».

        Claudia Vázquez señala que una de las estrategias este año fue abrir la casa Destino Uzhupud en el Centro de Cuenca. También tiene servicio de transporte para llevar a los clientes a la hostería desde Cuenca a Paute y de regreso.

        Las instalaciones

        La decoración. El concepto de decoración en la hacienda es hotel boutique. Hay suites de lujo con cocina y sala.

        Otros servicios.  En el establecimiento se ofrece hidromasaje, sauna, masajes, baño de vapor; además de canchas de tenis, fútbol y voleibol.