Etiqueta: vinos

  • La oferta de vinos europeos evoluciona en Ecuador

    Ana Cristina Alvarado

    Relacionadas

    El fin de semana se llevó a cabo la cuarta edición de La Vendimia, en el Paseo San Francisco. Esta feria tiene el objetivo de dar a conocer las ofertas de vinos en Ecuador y democratizar su consumo. La siguiente edición se realizará a mediados de noviembre.

    Michael Rosillo, gerente comercial de Divino, la empresa organizadora del evento, cuenta que participaron más de 50 bodegas, cada una con dos o tres etiquetas. Hubo una gran variedad de cepas, tipos de guardas, entre otras variedades determinadas tanto por la cosecha como por la elaboración.

    La novedad de esta edición fue que desde la firma del acuerdo comercial con la Unión Europea, los vinos de ese continente tienen ahora una representación igual o mayor que los chilenos y argentinos, que tenían la mayoría de la oferta en Ecuador. En la Vendimia participaron vinos de origen portugués, español, francés, italiano y alemán.

    “Han llegado unas cavas interesantes”, dice Rosillo. Se refiere a los vinos espumosos españoles protegidos por su Denominación de Origen. Entre esas, nombra la gama Reina María Cristina, de la bodega Codorníu, que con 500 años de existencia es la empresa de vinos más antigua de España.

    El experto en vinos también asegura que han llegado al Ecuador ‘prossecos’ que llamarán la atención del consumidor por su historia y vanguardia. El ‘prosseco’ es un vino blanco italiano, generalmente espumante.

    La bodega Astoria es una de las marcas auspiciantes del Giro de Italia, la competencia ciclística en la que el ecuatoriano Richard Carapaz se está destacando. Astoria, explica Rosillo, es una casa que mantiene la tradición en cuanto a la cosecha y elaboración del vino, pero que se ha atrevido a renovar su imagen con el uso de un diseño gráfico contemporáneo.

    Los asistentes a la Vendimia también pudieron conocer marcas que tienen propuestas ideales para regalos, como el Gran Cuvée Rosé de Fantini, que tiene un cristal Swarovski en la botella.

    En esta edición de la feria, además, se lanzó el Club de la Vendimia. Tendrá tres niveles: Reserve, Grand Cru y Château. La membrecía fluctúa entre los USD 60 y USD 110. Los miembros recibirán cada mes una caja con un vino y productos y beneficios gastronómicos. “El vino no es un licor solo para tomar, sino para acompañar la comida. Con el Club queremos generar un conocimiento de maridaje”, concluye Rosillo.

    La cultura del vino crece con acuerdos comerciales y espacios enfocados en la cata y el maridaje.
    La cultura del vino crece con acuerdos comerciales y espacios enfocados en la cata y el maridaje.
  • Los vinos de altura de Bolivia, a la conquista del mercado mundial

    Agencia AFP

    Desde unos valles a más de 1800 metros de altitud, en el extremo sur de Bolivia, el aroma de los vinos de altura está despegando a la conquista de los mercados de ultramar y a seducir a sommeliers del mundo.

    Deslumbrada por el maridaje de un vino riesling con carne amazónica, quinua andina y hierbas exóticas, la sommelier Susan McCraith no esconde su sorpresa en un hotel cinco estrellas, junto a diez colegas del instituto Masters of Wine, mientras degusta un casi desconocido vino de altura.

    Este riesling “es bastante poderoso al paladar” , y esos sabores frutales “cargan el sabor del finish, y ese finish es largo, lo cual es una buena señal de un buen vino”, resume esta experta británica.

    Sin complejos 

    Aunque la viticultura en Bolivia es pequeña, con apenas 4 000 hectáreas, tiene mucha potencialidad, según especialistas.

    “No hay razón para sentirse inferiores a los hermanos mayores vecinos, Argentina y Chile”, dictamina el sommelier holandés Cees van Casteren, que llegó a Bolivia para recorrer la ruta del vino.

    Son, sobre todo, los tintos tannat los que concitan la atención, más aún cuando uno de ellos “obtuvo el segundo lugar con un vino que cuesta USD 50  frente a un vino francés de 150”, comenta Van Casteren.

    “No considero que sea necesario ir a Francia para degustar un buen vino. En Bolivia se fabrica un gran tannat”, afirma Van Casteren, que encabezó la misión de sommeliers que acaba de visitar este país cuyos caldos ganaron la denominación de origen Vino de Altura, reservada a los viñedos emplazados a entre 1 600 y 3 000 metros sobre el nivel del mar.

    Más que una anécdota 

    La industrialización del vino de altura tiene un toque anecdótico: comenzó cuando el empresario boliviano Julio Kholbert constató que el vino elaborado por el cura franciscano Pedro Pacciardi surtía un efecto benéfico para sus problemas gástricos.

    Así, en 1963, optó por elaborar su propio vino primero de manera artesanal y una década después, proyectarlo al mercado nacional e internacional.

    Además de Kholbert, otras bodegas surgieron en el valle de Tarija, entre los 1 800 y 2 400 metros, todos con su peculiar sabor y aroma de altura.

    En 2017, Campos de Solana obtuvo la medalla de oro en el Concurso Internacional de Bruselas “con un vino de cepa petit verdot de 24 meses de guarda en barricas de roble francés”, según el gerente de la bodega, Pablo Granier.

    Un año antes, un tannat de esa bodega fue elegido como el mejor tinto de América del Sur y Central por la revista británica Decanter.

    Otra bodega, Aranjuez, pionera en la elaboración del tannat, logró en 2016 un galardón en Uruguay, país que puede considerarse una potencia en el cultivo de ese vino varietal.

    Desde valles ubicados a más de 1 800 metros sobre el nivel del mar en el sur de Bolivia, el aroma de los vinos está despegando para conquistar mercados en el extranjero. Foto: AFP
    Desde valles ubicados a más de 1 800 metros sobre el nivel del mar en el sur de Bolivia, el aroma de los vinos está despegando para conquistar mercados en el extranjero. Foto: AFP

    El singani 

    La “ruta del vino” boliviano, que bordea el valle central de Tarija, lleva también a un licor casi desconocido internacionalmente: el singani.

    De la mano del alemán Franz Kuhlmann se estableció comercialmente en 1930 la bodega de singani, un aguardiente de uva, la bebida emblemática de Bolivia.

    Premiada por el Congreso boliviano, la bodega Kuhlmann, además de su singani Los Parrales, que tiene como mercados a Alemania y Suiza, produce el primer vino espumante boliviano, Altosama, con cepas moscatel de Alejandría, cultivadas a más de 1 800 metros de altitud.

    Para elaborar el singani, el zumo de la vid es sometido a un proceso de destilación, en algunos casos triple.

    Debut mundial 

    El cineasta estadounidense Steven Soderbergh, director de “Traficc” y “Erin Brockovich” , sucumbió al sabor de un buen singani, al punto que encargó una línea exclusiva, Singani 63, a la bodega Casa Real.

    “Es un producto nacional que ha ganado un importante espacio en Estados Unidos con la ayuda de Soderbergh”, destaca Granier, que intenta conquistar el mercado internacional con ese producto.

    La exportación de Vinos de Altura bolivianos también es reciente. En 1998 la bodega Campos de Solana hizo envíos a Alemania y Estados Unidos, y posteriormente otras bodegas abrieron mercados a pequeña escala en Europa y Japón.

    Según datos de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en La Paz, las exportaciones globales de vino boliviano aumentaron 58,2% entre 2012 y 2017. Reino Unido es su principal comprador.

    Las bodegas producen en la actualidad diversos tintos, como tannat, cabernet sauvignon, malbec, barbera y merlot. En blanco destacan el riesling, franc colombard y chardonnay. Recientemente se puso a la venta el Rosé, así como bi y trivarietales de creciente demanda interna.

    Vista de barriles de vino en una bodega en Tarija, Bolivia . Foto: AFP
    Vista de barriles de vino en una bodega en Tarija, Bolivia . Foto: AFP
  • Chile amplía su carta de vinos al mundo

    Xavier Montero C. Enviado a Santiago (Chile) / LÍDERES

    Los vinos más selectos de Chile provienen de terrenos rocosos, áridos o situados en condiciones climáticas extremas. Son más de 125 000 hectáreas de parras viníferas, sembradas en hileras kilométricas que decoran montañas y valles aledaños a la cordillera de los Andes, al desierto de Atacama (en el norte), al océano Pacífico o los campos patagónicos; las que ubican a aquella nación entre los cinco más grandes exportadores de vino a escala mundial.

    La oficina de promoción de las exportaciones chilenas ProChile (con sede en Guayaquil) guió al equipo de LÍDERES en un recorrido por algunos sitios de la Ruta del Vino Chileno 2013. Las viñas Apaltagua, Pérez Cruz, Estampa, Valdivieso y Casa Silva mostraron sus procesos productivos y sus perspectivas de consumo tanto para la región como el mercado local. Hasta agosto de este año, según cifras del Banco Central, al país han llegado más de 1 600 toneladas de vino embotellado con sellos chilenos.

    Para Víctor Arce, enólogo asistente de la viña Pérez Cruz, ubicada a unos 100 km al sur de Santiago en el Valle del Maipo, las tendencias globales apuntan a vinos más fáciles de beber. Existen nichos que apuestan -indica Arce- por vinos de alta gama, con grados alcohólicos moderados y que reflejan el trabajo de los viticultores. Los cuidados de este tipo de vino industrial van desde las características de riego, las técnicas de cosecha, las especificidades de los procesos de vinificación, hasta el tratamiento que se le da en barricas y en el embotellado.

    Pérez Cruz presentó su oferta en la última Gala del Vino 2013, desarrollada por la Cofradía del Vino, a mediados de este mes -en Quito- con la intención de abrirse mercado con sus botellas de Carmenere, Cot, Syrah y Cabernet.

    Otra de las características del vino chileno, a decir de Marcela Chandía, gerenta de enología de la Viña Estampa, es la personalidad que cada enólogo imprime en cada botella. Esta casa vitivinícola se dedica al ‘Assemblage’, una técnica de combinar dos o más cepas para aportar sus mejores características a un solo vino. Estampa elabora y comercializa 85 000 cajas de vino al año, en 25 países.

    En el 2012, Chile exportó 750 000 metros cúbicos de vino al mundo. Ecuador importó USD 8 millones en ese año, un 34% más que en el 2011.

    La oferta y demanda

    El comensal ecuatoriano. Los ejecutivos de la Viña Casa Silva, ubicada en el Valle de Colchagua (140 km al suroeste de Santiago), indican que su vino carmenere Doña Dominga es uno de los que más demanda local tiene. Aquella firma ha comercializado más de 38 000 cajas en varias cadenas de autoservicios junto con sus líneas de cepas premium, en los dos últimos años.

    Tendencia regional. La proyección de las casas vitivinícolas de Chile es desarrollar vinos blancos para diferentes públicos. Según el Banco Central del Ecuador en el 2012 se importaron cuatro toneladas de vinos espumantes.

  • Colombia en la mira de vinícolas

    El incremento en el consumo de vino por parte de los colombianos está haciendo que cada vez más firmas quieran profundizar su relación con el país. Es el caso de la chilena Undurraga y de la argentina Salentein, que están de visita para promover sus productos.

    Según explica Ana María Ihen, gerente de Categoría en Undurraga, existe una gran oportunidad para incrementar el consumo de vinos espumantes, pues, aunque tradicionalmente se asocian con épocas festivas, también es posible crear otras ocasiones de consumo. «Colombia es uno de nuestros socios principales. En Chile pasaba lo mismo con este tipo de productos, pero en seis años logramos incrementar su participación al 18%», señala la vocera.

    Por su parte, Gustavo Bauzá, Wine Manager de Salentein, dice que el crecimiento del mercado e interés de los consumidores colombianos es evidente.

    Isidoro Esquenazi, gerente de Mercadeo de Pedro Domecq, comenta que, aunque el incremento en el consumo es bueno, los productos importados retan la supervivencia de los hechos en Colombia. Por esta razón, la firma ha invertido en los últimos años para mejorar los empaques de sus vinos y ser más competitiva frente a la competencia extranjera. «Los importadores han hecho una gran labor. El hecho de comprar vinos de un país que se dedica a esta actividad les da cierta confianza», aseguró.

    El consumo per cápita anual de vino en el mercado local aún no supera el litro; y alrededor del 75% o de lo que se compra es extranjero. Este año, la feria Expovinos tiene previsto vender 1 500 millones de pesos, unos USD 790 000.

  • Italia manda en el ranking de los productores de vino

    El Mercurio de Chile Grupo de Diario América (GDA)

    Un aumento del 2% en la producción le permitió a Chile mantenerse como el sexto mayor productor de vino a escala mundial. De acuerdo con los resultados del ranking elaborado por la Organización Internacio­nal de la Viña y el Vino (OIV), el país produjo 12,8 millones de hectolitros durante el 2013. Dicha cantidad es superior en 300 000 hectolitros a los registrado el año previo (12,5 millones). Un dato es que Chile se posicionó por segundo año consecutivo en el sexto lugar.

    Este año, no obstante, hubo modificaciones importantes en el top ten. Es así como China -desplazado por Argentina de la quinta posición- retrocedió a la octava plaza, luego de que su producción cayera a 11,7 millones de hectolitros; el país trasandino produjo 14,9 millones (representó un alza del 27%).

    Italia se mantuvo a la cabeza mundial entre los productores, con 44,9 millones de hectolitros y un alza del 2%, aunque lo más llamativo del informe fue el segundo puesto que recayó este año en España. Este país adelantó a Francia, gracias a un fuerte incremento del 37% respecto del 2012, hasta 42,7 millones de hectolitros.

    El auge de España se relaciona con una vendimia récord (fueron 50,6 millones de hectolitros, si se suman al vino el jugo y el mosto), que tuvo como corolario la no vinificación de un volumen nunca alcanzado de 7,9 millones de hectolitros, frente a los 56 millones habitualmente, señaló la OIV.

    En Francia, en tanto, la producción registró un alza de 2%, a 42 millones. A mucha distancia del cuarto, con 22 millones (7%), se ubicó EE.UU.

    Tras Chile, Australia y China, quedaron Sudáfrica con casi 11 millones de hectolitros (4%); Alemania, con 8,3 millones (-8%); Portugal, con 6,7 millones (7%); Rumania, 4,3 millones (29%) y Grecia, 3,7 millones (19%).

    14,9 millones de hectolitros fue la producción argentina de vino el 2013.