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  • Rusia baja el precio del vodka y encarece los productos de primera necesidad

    Agencia EFE

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    El vodka es hoy un poco más barato en Rusia después de que el Gobierno rebajara el precio mínimo regulado de la bebida nacional, en medio de la grave crisis económica y una galopante inflación que han encarecido todos los productos de primera necesidad.

    «Con esta bajada quieren tranquilizar al pueblo. Intentan rebajar el descontento de la gente por la subida generalizada de otros productos. Porque este país, en realidad, es un país bebedor«, dijo a Efe Andréi, de poco más de 30 años.

    El mismo día en que el transporte público subía una media del 7% en Moscú, el precio mínimo de una botella de medio litro de vodka pasó de los 220 a los 185 rublos, una cantidad que equivale a menos de USD 3 o poco más de dos euros al cambio actual.

    La fuerte depreciación del rublo, que ha perdido más del 50 por ciento de su valor en los últimos meses, ha disparado los precios incluso para los productos básicos no importados y ha dejado al borde de la desesperación a las capas de población más desprotegidas.

    «Hay otros productos que deberían ser rebajados, como las medicinas o los alimentos«, se lamenta Irina Víktorovna, una jubilada que vive en Moscú, una de las ciudades más caras del mundo, con una pensión de poco más de 12 000 rublos (unos 150 euros al cambio actual).

    La medida, que entró en vigor este 1 de febrero, fue aprobada después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, se pronunciara en contra de subir el precio de la bebida alcohólica preferida por los rusos. Es la primera vez desde la adopción de un precio mínimo para el vodka que el Gobierno rebaja su cuantía y lo hace a pesar de que las dos últimas subidas fueron aplicadas hace menos de un año, en marzo y agosto de 2014.

    Las autoridades aseguran que quieren evitar que los consumidores recurran a los destilados caseros, a menudo muy peligrosos para la salud, ante la drástica disminución de su poder adquisitivo, mermado por una inflación que rozó el 10% en 2014.

    «En el interior del país, la gente bebe mucho. En las zonas rurales, la gente produce alcoholes caseros de mala calidad para no gastar sus pocos recursos en el vodka de fábrica», reconoce Andréi, que al igual que la mayoría de los hombres rusos apoya la rebaja. Irina, sin embargo, cree que la medida no es lo mejor que se podía haber hecho en las circunstancias actuales, con la economía del país dañada por la caída del precio del petróleo y las sanciones de Occidente a Moscú por su papel en la crisis de Ucrania.

    «Ahora que los ánimos en el país son tan depresivos, parece que nos dicen que hay que ahogar las penas», advierte esta jubilada, que recuerda varias campañas contra el consumo desmedido del alcohol lanzadas en tiempos soviéticos. Mucha agua ha caído desde la primera «ley seca» de la Historia de Rusia, impuesta en agosto de 1914 por el zar Nicolás II con el objetivo de dedicar la producción de alcohol a la cura de los heridos en la Primera Guerra Mundial.

    En aquel entonces, la media de consumo de alcohol en el país era de apenas 2,8 litros por persona y año. Un siglo después, Rusia es líder mundial en consumo de bebidas alcohólicas por habitante, con 18 litros anuales, según datos oficiales que reflejan, además, que más de dos millones de rusos sufren de alcoholismo.

    Un reciente estudio internacional publicado por la revista médica británica The Lancet advierte que una cuarta parte de la población masculina de Rusia muere antes de cumplir los 55 años, un dato que los científicos han achacado en gran medida al excesivo consumo del alcohol.

    Ni ésta ni otras advertencias le aguan los ánimos a Nicolás, que no oculta su regocijo por la «oportuna y sabia» medida del Gobierno ruso. «Siempre es bueno que bajen los precios», sentencia a la salida de un supermercado este moscovita que ronda los 55 años.

    Una cuarta parte de la población masculina de Rusia muere antes de cumplir los 55 años, un dato que los científicos han achacado en gran medida al excesivo consumo del alcohol. Foto: Sedat Suna/ EFE
    Una cuarta parte de la población masculina de Rusia muere antes de cumplir los 55 años, un dato que los científicos han achacado en gran medida al excesivo consumo del alcohol. Foto: Sedat Suna/ EFE
  • Vodka y ron también se producen en Ibarra

    Redacción Quito

    En noviembre del 2010, Santiago Jaramillo se propuso crear una marca de vodka nacional. Ocho meses después y con una inversión de unos USD 100 000, este emprendedor sacó a la venta Vodka Slava, producido en Ibarra.

    La planta para la producción y envasado de sus licores está ubicada a pocos kilómetros del Lago Yahuarcocha y unas 100 personas trabajan ahí.

    Jaramillo cuenta que su empresa, Josmartín S.A., importaba vinos desde Chile, desde el 2006; sin embargo, con la restricción a las importaciones, traer esos productos le resultaba muy costoso.

    Fue entonces cuando se puso en contacto con catadores, para definir el sabor que debía tener el buen vodka. Enseguida comenzó la elaboración del licor.

    “El producto tuvo una excelente acogida. Desde junio a diciembre del 2011, que se comercializó el producto, se vendieron 300 cajas de vodka, cada una con 12 botellas”, cuenta Jaramillo. En ese período registró USD 34 200 en ventas.

    Las botellas las trajo desde Chile, de la Cristalería Toro, ubica en Santiago. La agencia colombiana Aldasbrand se encargó del diseño de la marca.

    Cada botella contiene 750 mililitros de vodka triple destilado premium, con 40° de alcohol. “El vodka no debe tener sabor ni olor, por eso es el favorito para usar en la coctelería”, explica.

    Alentado por la buena acogida de su licor, Jaramillo decidió en agosto del 2011, sacar a la venta Ron Port Obelo. Un ron añejo con 38° de alcohol, fabricado en barricas de roble.

    Para este emprendimiento invirtió USD 80 000 adicionales. Las botellas de envasado las importa desde Francia, por su modelo delgado y alargado.

    Al igual que el Vodka Slava, cada botella de Ron Port Obelo contiene 750 mililitros. El diseño gráfico de la marca también fue elaborado en Colombia.

    Este licor, según su productor, tiene un sabor suave y dulce moderado, con un ligero aroma a vainilla. Desde su lanzamiento, hasta inicios de noviembre, Jaramillo vendió unas 1 100 cajas de ron, a un precio de USD 10 por botella.

    Esto le significó ingresos por cerca de USD 132 000 solo por las ventas de ron.

    Además, desde enero hasta la primera semana de noviembre, el empresario dice que se vendieron 800 cajas de vodka, registrando ventas por USD 91 200.

    Según Cristina Gallardo, gerenta general de Buenvin S. A., empresa encargada del aprovisionamiento de licores del Comisariato del Ejército, el producto se vende muy bien en la cadena. “Lo estamos vendiendo desde hace seis meses en los locales de la cadena. Tiene muy buena acogida por su calidad; además, tiene un precio muy accesible”.

    Lo mismo opina Susana Ruiz, de comerciales La Bola de Oro. Ella asegura que el producto se está posicionando bien en el mercado gracias su calidad y precio. “Es un producto que se vende bien y está ganando terreno en el mercado. La venta de licores nacionales se benefició mucho por la subida de los precios de los licores importados”.

    Los datos de ventas

    Puntos de venta. Vodka Slava y Ron Port Obelo se comercializan solo en Quito. En el 2013 se extenderá la venta en otras ciudades.
    El target. Aún no inicia una campaña de publicidad de estos licores. Su productor asegura que las bebidas se enfocan para consumidores desde los 25 años en adelante.