Memo de la semana: El escenario para los PHD

En las últimas semanas, el Gobierno ecuatoriano, a través de las autoridades educativas, colocó el tema de la formación de nuevos PhD en la agenda pública y privada. El objetivo, según han declarado funcionarios de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), y del Consejo de Educación Superior, es llegar a la excelencia académica.

Actualmente, desde el Ejecutivo se habla de destinar más de USD 300 millones para que los profesionales ecuatorianos estudien, mediante becas de la Senescyt, su PhD o Doctorado en universidades extranjeras. La meta es que ellos regresen al país y con su conocimiento eleven la calidad de investigación en los centros de educación superior.

Las intenciones son buenas. Así lo reconocen especialistas e investigadores vinculados con la Universidad ecuatoriana. Sin embargo, coinciden que no se puede mejorar la investigación por decreto y establecer plazos y números de PhD, a través de reglamentos y leyes. Académicos nacionales y extranjeros sostienen que el desarrollo de la investigación es un proceso para el que se requieren décadas.

La formación de un PhD toma entre cuatro y seis años. Implica, además de un sacrificio personal, una inversión del Estado, de universidades y entidades privadas, que auspician el estudio de un Doctorado. También es un tema de infraestructura, para que desarrollen sus investigaciones en Ecuador. Y esas condiciones aún no existen en el país.

Instituciones de prestigio mundial, como Harvard o Massachusetts Institute of Technology, por citar dos ejemplos, llegaron al nivel académico que tienen, con décadas de trabajo serio. Hay que aprender de los que más saben.

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