Redacción Guayaquil
Universidad Espíritu Santo (UEES)
En el país existen unas 20 000 piezas de lona que se destinan para vallas publicitarias que las empresas usan temporalmente. ¿Pero qué sucede cuando el mensaje publicitario pierde vigencia? ¿Adónde van esos metros de lona compuesta por PVC y termoplástico que ya no son parte de ese anuncio? En el Ecuador, una buena parte de este material, que tarda cientos de años en degradarse, termina en botaderos de basura y por lo general no se reutiliza.
Esa realidad sensibilizó a Ivanna Terán y Hellen Arichábala, de 20 años de edad, estudiantes de Ingeniería en Gestión Ambiental en la Universidad Espíritu Santo (UEES), en Guayaquil; por eso, las alumnas se animaron a participar en un concurso para desarrollar una solución a esta problemática.
Comenzaron a trabajar en el proyecto desde julio y el 20 de noviembre, en una ceremonia en la que participó la Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú, las jóvenes ganaron el primer lugar del premio para el desarrollo sostenible Odebrecht, organizado por la Constructora Norberto Odebrecht, con su propuesta de gestión sostenible de los residuos plásticos producidos por la industria gráfica y publicitaria.
Su trabajo abarca reformas en las normativas de disposición de estos desechos, acopio apropiado y distribución, con el fin de que llegue a manos de artesanos para que usen este material como materia prima para elaborar accesorios.
Esta es la segunda edición del concurso que también se realiza en otros nueve países del mundo. Este año el certamen reunió 97 proyectos de más de 20 universidades de todo el país.
Las jóvenes fueron guiadas por el docente de la Escuela de Ciencias Ambientales, Juan Carlos Erazo, y esperan que su trabajo pueda ser ejecutado por Odebrecht. «La lona es un material que tarda mucho en biodegradarse, solo en cinco años comienza la degradación y el proceso tarda cientos de años», indica Hellen.
Como una de las fortalezas del plan, Ivanna menciona el enfoque legal. «Nos enfocamos en la inclusión de la entidad pública que maneja los desechos sólidos, a través de reajustes a las cláusulas de las ordenanzas municipales que rigen la disposición de estos desechos».
Es un proyecto con una metodología muy bien explicada. Fueron más allá de lo ecológico, se fijaron en el marco legal. Eso garantiza un escenario factible para llevarse a cabo, señala René Rodríguez, director de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UEES.
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