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  • Pequeños agricultores, en un supermercado virtual

    Redacción Quito

    redaccion@revistalideres.ec (I)

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    Un psicólogo, una comunicadora y un ingeniero agrónomo dieron paso a un emprendimiento agrícola con un concepto sustentable. Era el 2017 y Paúl Riera junto con su esposa Melanie Molina acababan de regresar al Ecuador luego de estudiar en España. A ellos se sumó Luis Basurto y fundaron Tierra Orgánica, una iniciativa pensada en ser una exportadora de frutos orgánicos. Su producto bandera fue la maracuyá, en principio.

    Las familias de la pareja conocen de cerca el mundo agrícola y ganadero. Por eso, Riera y Molina sabían que en el agro existen dificultades en las cadenas de valor, en los precios que se pagan por los bienes agrícolas, la falta de diferenciación y el escaso acompañamiento que reciben los agricultores ecuatorianos.

    Esa realidad dio paso al emprendimiento que nació en Santo Domingo de los Tsáchilas. La idea desde el principio fue trabajar con pequeños agricultores. El primer paso fue certificar como orgánicos a unos 10 agricultores, con la idea de exportar. “Además se promovió la capacitación y se aseguró la comercialización de los bienes que los campesinos producían en sus tierras”.

    Uno de los retos que enfrentaron los emprendedores fue modificar la mentalidad de los agricultores. “Cambiar su chip y generar confianza fue difícil. El campesino sufre lo que llamo el ‘síndrome de traición’, porque le han hecho daño y nunca le han cumplido las promesas”, dice Riera.

    Para enfrentar esto se enfocaron en asesoría técnica y así ofrecer productos de calidad con precios asequibles. Además, Tierra Orgánica participó el año pasado en ferias de frutas y verduras en Alemania y España. Allí se hicieron contactos, se entendió el negocio de la exportación. El resultado fue que la iniciativa exportó maracuyá el año pasado a Alemania.

    El emprendimiento, como otros, está evolucionando en medio de la actual emergencia sanitaria. Riera cuenta que al estar detenido el comercio exterior empezaron a pensar cómo comercializar la fruta a escala nacional. Así surgió la idea de un supermercado en línea. Esto garantiza la compra a los agricultores, que aparte de maracuyá también siembran pitahaya, naranja, toronjas, yuca, verde, maqueño, guineo, papaya, piña, entre otros.

    Esto permitió abrir la red del negocio y sumar agricultores que trabajan con modelos orgánicos (ahora son 60). Con esta variedad surgió hace ocho semanas el minimercado en línea.

    Una de las proveedoras es Estela Garzón, quien siembra maracuyá en El Carmen, Manabí.
    Esta agricultora dice que el enfoque orgánico de Tierra Orgánica es el elemento diferenciador.
    Esta mujer siembra y cosecha maracuyá en una hectárea. “Ellos se encargan de retirar el producto y pagan un buen precio”. Garzón también les vende yuca, limón y maduro. “Lo bueno es que El Carmen es una tierra bendecida para los agricultores”.

    Riera usa una frase para explicar esta modalidad: “coseche con un clic”. El cliente ingresa a la página web Tierraorganicaec.com, escoge los frutos y los recibe 72 horas después. En este sitio participan agricultores de Napo, Santo Domingo, Manabí, Cotopaxi. También hay ganaderos y pescadores que se han sumado a este supermercado en línea.

    En esta nueva fase del negocio uno de los desafíos ha sido el logístico: la entrega de los frutos a los clientes, de manera sencilla y sin demoras. Para esto usan software y herramientas tecnológicas que facilitan el proceso. Hoy se hacen 90 entregas semanales.

    Una de las primeras clientas de este canal virtual fue Juliana García, quien destaca la calidad de los productos y la cadena de valor del emprendimiento. “Conozco a Paúl y desde que nos comentó su iniciativa no dudé en apoyarlo. He visto como el negocio se ha adaptado a la actual situación. Cada semana han mejorado la plataforma, el servicio de entrega y las relaciones con los clientes”.

    Riera reconoce que es posible que el giro inicial del negocio, es decir la exportación, cambie de manera permanente mientras dure la pandemia. Por eso dice que los canales virtuales como su cuenta en Instagram (Tierraorganica_ec) son una opción
    válida para su negocio.

    Algunos de los pequeños agricultores que son proveedores de Tierra Orgánica durante una reunión de trabajo, en días pasados
    Algunos de los pequeños agricultores que son proveedores de Tierra Orgánica durante una reunión de trabajo, en días pasados. Foto: Cortesía
  • El mango del Chota se cosecha dos veces al año

    Redacción Sierra Norte (F)
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    La asociatividad es una de las estrategias que implementaron productores de mango en las provincias de Imbabura y Carchi.

    Unos 13 agricultores decidieron, en el 2013, integrar la Asociación de Productores del Valle del Chota (Asoprovalle), para comercializar directamente la fruta.

    Al inicio vendían las cosechas en los mercados de la región. La mayoría de comerciantes creía que la fruta provenía de la Costa.

    Las primeras plantas de la variedad Tommy Atkins fueron sembradas hace más de dos décadas. El cultivo se fue propagando paulatinamente en las parcelas de estos productores, entre mestizos y afrodescendientes.

    El cultivo reemplazó a productos tradicionales de ciclo corto como el tomate riñón y fréjol, cuyos precios son muy fluctuantes.

    El cambio les permitió progresar, explica Marco León, gerente de la firma Asoprovalle.

    La planta es productiva tras un lustro de desarrollo. Arnulfo Armas, ingeniero agrónomo de profesión, está a punto de terminar su primera cosecha. Calcula que en total obtendrá 12 000 kilos.

    En su propiedad, situada en la zona baja de Pimampiro, sembró las matas del mango en 3 hectáreas. Optó por este cultivo porque asegura que en esta zona florece de mejor manera. Por eso, ahora prevé extender el cultivo en 5 hectáreas más.

    A diferencia del mango que se produce en el litoral y que genera una cosecha al año, en el caluroso valle norandino se recolecta el fruto en dos períodos. El primero va de diciembre a marzo y el otro de julio a septiembre. Se calcula que 300 hectáreas de esta variedad se sembraron en la zona.

    El agruparse les ha traído beneficios. Desde hace cuatro años provén de esta fruta, de pulpa naranja y piel roja, a la Corporación La Favorita. Cada semana cosechan unos 13 500 kilos.

    El mango Tommy Atkins del Chota también ha conquistado el mercado colombiano. En ese país le conocen como el mango Pastuso. En lo que va de este año han exportado 60 000 kilos.

    El último envío se hizo el lunes 23 de septiembre del 2019. Antes del embarque, técnicos de la Dirección Distrital de Agrocalidad Zona 1 hicieron una inspección sobre el estado fitosanitario de la fruta. No hubo ninguna novedad.

    La meta de Asoprovalle es posicionarse como una firma agroexportadora y ser parte de la transformación agrícola. Para ello, otro de los logros es la apertura de un centro de acopio, que está situado en el sector La Playa, de Ambuquí. Funciona desde mayo del 2018.

    La organización adquirió el terreno en USD 75 000. En la construcción de la infraestructura se invirtieron USD 114 000.

    El mayor monto es un aporte de los socios. Para ello, apelaron a un crédito en una entidad bancaria.

    En tanto, el Programa de Incentivos a las Iniciativas Productivas de la Prefectura de Imbabura les apoyó con USD 34 000.

    Por ahora, esperan que se haga realidad el ofrecimiento del Ministerio de Agricultura y Ganadería, para la instalación de un cuarto de refrigeración que facilitará y mejorará la cadena productiva. 

    Otros datos

    La organización alista el aumento de socios de 13 a 23. Se busca integrar los hijos de los miembros de Asoprovalle.

    La idea es que las nuevas generaciones tomen la posta en la producción y comercialización de la fruta.

    Cada caja tiene un peso de 27 kilogramos. Cada fruto puede pesar entre 400 y 600 gramos.

    El mango de la Sierra Norte también se envía a los mercados de la Costa.

    La fruta es la materia prima de emprendimientos que producen pulpa y jugos.

    Marco León, gerente de Asoprovalle, inspecciona un cargamento de mangos que tenía como destino los mercados de Colombia. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    Marco León, gerente de Asoprovalle, inspecciona un cargamento de mangos que tenía como destino los mercados de Colombia. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • La ONU lanzó la década de agricultura familiar

    Agencia EFE

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    La ONU inauguró la semana pasada la Década de la Agricultura Familiar, que durará hasta el 2028, con el objetivo de poner en práctica un plan de acción global que luche contra el hambre y la pobreza en las zonas rurales.

    El director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, subrayó en el acto de inauguración celebrado en Roma que “los agricultores familiares producen alimentos frescos y locales de manera sostenible”, una contribución clave para la lucha global contra el hambre y la obesidad.

    También indicó que durante los próximos diez años trabajarán con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y las alianzas de parlamentarios en los distintos países, con el fin de promover el plan de acción global.

    Así buscan crear un entorno político propicio para fortalecer la agricultura familiar, apoyar a los jóvenes, fomentar la equidad de género, impulsar las organizaciones de dichos productores, mejorar su inclusión y resiliencia, lograr sostenibilidad e innovar a favor del desarrollo territorial, según los siete pilares de los que se compone el plan.

    El presidente del FIDA, Gilbert Houngbo, destacó que los 500 millones de pequeños agricultores que viven en el mundo son la “columna vertebral” de las economías rurales y los sistemas alimentarios a largo plazo, además de importantes generadores de empleo en el campo.

    “Este decenio llama a la comunidad internacional a aumentar los esfuerzos para un mundo sin pobreza ni hambre”, dos problemas que afectan especialmente a las poblaciones rurales de los países en desarrollo, afirmó.

    Theo De Jager, presidente de la Organización Mundial de Agricultores, criticó los obstáculos que siguen enfrentando los productores más pobres, incluyendo el dominio de las grandes corporaciones, las disputas comerciales, las barreras de los países ricos, la competencia desleal, el acaparamiento de tierras, los conflictos y el cambio climático.

    Desde el Foro Rural Mundial, su presidente, Martín Uriarte, instó a la elaboración de planes nacionales y a la asignación de presupuestos para mejorar la vida de los agricultores familiares, fortalecer los espacios de diálogo político y las organizaciones de productores, y supervisar el cumplimiento de las políticas.

    En el mundo existen más de 600 millones de explotaciones agrícolas, de las que más del 90% son gestionadas por una sola persona o familia y producen más del 80% de los alimentos.

    Los agricultores de la región

    Más de 60 millones de personas son agricultores familiares en Latinoamérica, un importante motor de la economía rural al que más le vale encontrar socios si no quiere quedarse estancado.

    Agruparse en organizaciones, cooperativas o asociaciones más amplias les da la posibilidad de defender sus derechos y desarrollarse con más ímpetu a esos campesinos protagonistas de la Década de la Agricultura Familiar.

    “Trabajamos autofinanciados. Con algunos aportes y voluntad luchamos por nuestra gente. ¿Quién va a hacer algo si nosotros no lo hacemos?”, plantea la paraguaya Florinda Silva, de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe.

    Silva saca adelante su finca de 20 hectáreas junto a su marido y uno de sus seis hijos, produciendo alimentos sobre todo para consumo propio, y desde hace dos décadas milita en organizaciones agrícolas, como hiciera su padre. Ella echa en falta políticas públicas que atiendan sus necesidades y comprendan que para ellos, los agricultores familiares, el campo es su vida.

    Los participantes de la conferencia celebrada en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, en Roma. Foto: EFE
    Los participantes de la conferencia celebrada en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, en Roma. Foto: EFE
  • Ecuador es el país de la CAN que menos creció durante el segundo trimestre

    Carolina Enriquez

    El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la Comunidad Andina (CAN) fue en el segundo trimestre de 2018 de 3,3%, respecto a similar periodo del 2017.

    La información la dio a conocer el organismo regional este 21 de diciembre del 2018.

    Según el Departamento de Estadística de la Secretaría General de la CAN, a escala de los países miembros, el crecimiento del PIB en el segundo trimestre de 2018 fue de 5,5% para el Perú; 4,4% para Bolivia; 2,5% para Colombia y 0,9% para Ecuador.

    Con relación al PIB de la Comunidad Andina por actividad económica, los mayores crecimientos en el segundo trimestre de 2018 se registraron en las áreas de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca con 7,1%; intermediación financiera con 5,1% y administración pública y defensa con 4,6%.

    Le siguen los rubros de manufacturas con 4,3%, hoteles y restaurantes con 3,8% y transporte, almacenamiento y comercio con 3,7% de crecimiento cada uno.

    Por otro lado, los menores crecimientos en el segundo trimestre de 2018 se registraron en el área de suministros de electricidad, gas y agua con una variación de 3,1% y en los rubros de la construcción y minería e hidrocarburos que disminuyeron en 1,2% y 2,7%, respectivamente.

    Con relación al PIB de la Comunidad Andina por tipo de gasto, en el segundo trimestre de 2018 el gasto de consumo final presentó un crecimiento de 4,0%; mientras que sus componentes, el gasto final de los hogares y el gasto del gobierno, registraron tasas de crecimiento de 3,9% y 4,3%, respectivamente, en comparación con los resultados del segundo trimestre de 2017.

    Por su parte, la formación bruta de capital registró también un incremento de 3,3%, manteniendo los resultados positivos del trimestre anterior; mientras que las exportaciones y las importaciones presentaron crecimientos de 3,8% y 6,2%, respectivamente.

    La agricultura fue el rubro que más creció en la región. Foto: Archivo / LÍDERES
    La agricultura fue el rubro que más creció en la región. Foto: Archivo / LÍDERES
  • En la Amazonía hallaron el espacio para emprender

    Impaqto para Líderes (I)

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    “La energía mueve al mundo y todos la necesitamos para alcanzar nuestros sueños día a día”. La frase la repiten Juan David Gómez y Demetrio Santander los fundadores de Waykana, una marca que promueve el consumo de la planta de guayusa en innovadoras presentaciones y con varios beneficios.

    En la Amazonía ecuatoriana se encuentra la hoja de guayusa conocida como la planta con más cafeína del mundo. Es un energizante natural que puede despertar a cualquier persona sin la necesidad de consumir café.

    Los fundadores de Waykana cuentan que su empresa trabaja con comunidades kichwas en las cuales hay la oportunidad de innovar constantemente. La empresa exporta más del 90% de sus productos; posee una oficina en Houston, Texas y quiere abrir una oficina en Europa para alcanzar ese mercado.

    El objetivo es posicionar la guayusa en Ecuador como el mate en Uruguay para que los ecuatorianos se sientan orgullosos de sus propios productos.

    Waykana tiene varios proyectos con las comunidades que les provee de la materia prima. Uno de ellos se denomina “bancarización”. La idea es trabajar con los 150 agricultores que están en la selva y brindarles acceso a la banca, ya que con esto pueden tener acceso al crédito y a oportunidades de desarrollo.

    De esta manera, pueden recibir su sueldo a través de una cuenta bancaria generando una relación directa entre estos dos sectores al incrementar el impacto social mejorando la calidad de vida de sus agricultores.

    Los emprendedores sociales también buscan rescatar la cultura quichua mediante audiovisuales que reflejan cómo es el estilo de vida de estas comunidades y con un programa de voluntariado nacional e internacional para que las personas puedan ir a la selva y conocer más de esta región.

    La idea no se queda ahí. Juan David y Demetrio no descansan y siguen investigando sobre su producto estrella y buscan más nichos de mercado. Uno de estos es crear píldoras naturales de guayusa para dar más energía a las personas.

    El marketing es uno de los puntos que más se está reforzando en la actualidad, pero lo que más mueve e impulsa a los fundadores es preocuparse por el impacto social y ambiental. Por ejemplo, a nivel de agricultura se promueve la utilización de maquinaria que cuide el medioambiente y la hoja de la guayusa, así como el no uso de químicos ni fertilizantes.

    En la parte social se está implementando la agroforestería para que los productores tengan sus sembríos propios.

    Una historia sobre la tradición de las comunidades indígenas kichwas de la Amazonía dice que estas comunidades diariamente se despiertan muy temprano, antes del amanecer, y reúnen a todos en comunidad. Comparten un pilche o vasija con agua de guayusa, discuten las actividades que deben realizar y los sueños que han tenido la noche anterior.

    Según los emprendedores, la bebida tiene beneficios como la prevención de la oxidación de las moléculas del cuerpo hasta ayudar a mujeres con problemas de infertilidad. También tiene agentes antidiabéticos y provee energía equilibrada en el cuerpo.

    Juan David Gómez y Demetrio Santander son los fundadores de Waykana. Ellos trabajan con comunidades de la Amazonía.
    Juan David Gómez y Demetrio Santander son los fundadores de Waykana. Ellos trabajan con comunidades de la Amazonía. Foto: Impaqto
  • Agricultores y ganaderos de Australia se ‘mueren de sed’

    Agencia EFE

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    Europa no es la única que se ahoga. En las antípodas, una sequía de una violencia inusitada quema los cultivos australianos, diezma los rebaños y causa estragos en la economía de agricultores y ganaderos.

    La isla continente está habituada desde hace tiempo a los fuertes calores y sus habitantes desarrollaron una notable capacidad de resiliencia. Pero los episodios de sequía que viven actualmente algunas regiones del este de Australia son los peores en medio siglo.

    Las escasas lluvias que cayeron a principios de la semana aliviaron apenas las consecuencias de las altas temperaturas, que redujeron a polvo grandes extensiones de cultivos y de pastos.

    Ante la escasez de pienso, los ganaderos tienen que comprar grano o a hacer que les transporten heno desde otras regiones del país para alimentar a sus animales, lo que los obliga a gastar cada semana miles de dólares australianos.

    Algunos pasan horas alimentando a su ganado con la mano y otros se vieron obligados a sacrificar a los animales. “Los matan porque no quieren que sufran. Los sacrifican porque ya no pueden permitirse alimentarlos”, explica Tash Johnston, cofundadora de la asociación Drought Angels.

    Esta situación se repite en varias regiones del estado de Nueva Gales del Sur, donde la agricultura da empleo a más de 77 000 personas y genera más de USD 11 125 millones cada año. Las condiciones también son difíciles en el estado de Queensland (norte) , cuyas autoridades afirman que la sequía afecta al 60% de las tierras.

    “Sería la primera vez en dos generaciones, desde los años 1930, en que no tuviéramos cosechas de otoño o de invierno” , reconoce Greg Stones, dueño de una granja cercana a Gunnedah, a cinco horas de la ruta al norte de Sídney.

    En respuesta a las dificultades financieras de sus agricultores, el gobierno anunció ayudas de emergencia por 190 millones de dólares australianos, que incluyen la entrega de dos paquetes de hasta 12 000 australianos.

    También se desbloqueó dinero para los servicios de ayuda psicológica, para apoyar a agricultores a que menudo viven muy aislados, ya que las autoridades temen un alza de los suicidios en los sitios.

    James Jackson, presidente de la federación de agricultores de Nueva Gales del Sur, saludó las medidas del gobierno, pero solicitó que se prolonguen en el tiempo.

    Para otros, llegan tarde y son insuficientes. “Todos los gurús del clima son incapaces de decirnos cuándo terminará la sequía”, dijo Col Barton, cuya familia tiene una granja en el este de Gunnedah.

    Los servicios meteorológicos australianos afirman que el fin del calvario no está cerca. Las ciudades también se enfrentan a esta escasez de lluvia.

    Murrurundi, 300 kilómetros al norte de Sídney, recibió menos de 170 milímetros de lluvia en lo que va del año y podría no tener agua potable en los próximos meses, por lo que hay restricciones.

    Los animales no encuentran suficiente comida en las áreas naturales. Los ganaderos se ven obligados a sacrificarlos para que no sufran. Foto: EFE
    Los animales no encuentran suficiente comida en las áreas naturales. Los ganaderos se ven obligados a sacrificarlos para que no sufran. Foto: EFE
  • Ocho agricultores que ya venden en el extranjero

    Cristina Marquez

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    Antes de convertirse en una asociación, los ocho agricultores que ahora forman parte de Tierra Sol comercializaban sus productos en el mercado nacional y obtenían poca rentabilidad. Hoy lideran una de las agrupaciones más prósperas y rentables del cantón La Maná, en Cotopaxi.

    Sus productos se comercializan, principalmente, en Rusia y China. Allí los plátanos ecuatorianos de tres variedades distintas tienen una alta acogida por su sabor y buena apariencia.

    “Decidimos asociarnos porque nuestras fincas eran muy poco rentables. Las bananeras grandes ya estaban en el mercado internacional y a nosotros nos tocaba venderles a los intermediarios”, cuenta Álex Cañas, directivo de la Asociación Tierra Sol.

    La primera meta de la organización fue la exportación directa. Sus productos ya tenían la calidad necesaria, pero hacía falta un mercado y los contactos con los compradores en el exterior.

    Cada socio invirtió USD 20 000 en la constitución de la empresa. El dinero no solo se usó en los trámites legales, necesarios para convertirse en exportadores, sino para viajar al extranjero.

    Los agricultores participaron en ruedas de negocios y enviaron muestras para que los compradores hicieran las pruebas; eso los catapultó internacionalmente. Hoy su fruta está entre las más recocidas dentro del mercado ruso.

    A pesar de que entre los ocho socios de la empresa suman 200 hectáreas de tierra, lo que los pone en desventaja frente a las grandes bananeras, tienen uno de los emprendimientos más prósperos de la zona tropical de Cotopaxi.

    Tierra Sol factura en promedio USD 300 000 anuales y comercializa unas 2000 cajas de banano cada semana. Toda la producción se envía por vía marítima a Rusia, sus mayores compradores, y a China en varias temporadas.

    Los socios mejoraron su calidad de vida solo unos meses después de organizarse, en el año 2010. “Vendíamos las cajas de plátano a USD 4, y debido a que no tenemos una gran extensión de tierra, producir ya no era rentable”, recuerda Paúl Peñaherrera.

    Una nueva variedad de plátano surgió en la Finca Zhortav, en Cotapaxi. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Una nueva variedad de plátano surgió en la Finca Zhortav, en Cotapaxi. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

    Cumplir con todos los parámetros requeridos por los compradores y con los trámites legales para convertirse en exportadores fue uno de los desafíos más fuertes que tuvieron que superar. Los socios y sus empleados aprendieron todo sobre el empaquetado perfecto para que su mercancía llegue en buenas condiciones y en el tiempo adecuado al exterior.

    “La revisión policial a nuestros buques se hace sin cuidado y la mercadería se estropea, hemos recibido reclamos de nuestros compradores”, cuenta Cañas.

    Otra dificultad que han encontrado son las políticas aduaneras. “Si no hacemos envíos en una cantidad de tiempo nos toca renovar nuestra licencia de exportadores y esos papeles son costosos. Las empresas grandes no pagan eso”, cuenta el socio Paúl Peñaherrera. A pesar de los desafíos, la firma se abrió paso en Europa al registrar la importadora Latin Soul. Los asociados son sus dueños.

    Esta nueva empresa se dedicará a la comercialización del plátano ecuatoriano en varios países. Así, la rentabilidad será aún mayor porque las ventas serán directas.

    El producto estrella de Tierra Sol es el orito, que en el extranjero se conoce como ‘baby banana’. En países como Rusia y China, esta variedad es novedosa y por ello su demanda es bastante alta.

    Los socios también producen en sus propiedades plátano dominico, barraganete e, incluso, híbridos de estas variedades. En una de las fincas surgió una nueva, que se la estudió en el Iniap, la cual tiene dos filas de plátanos (regularmente, solo hay una).

    “Nuestro producto se caracteriza por su sabor y textura. Estas tierras son muy productivas y están al pie de la cordillera, eso hace que la calidad de nuestros plátanos sea superior”, dice Cañas.

    Extenderse en nuevos territorios no se encuentra entre los planes inmediatos de los socios. Sin embargo, ellos sí esperan crecer en ingresos cuando entre en actividad la comercializadora. Además, a largo plazo esperan exportar otros productos como guanábana y aguacate. En las fincas ya se hacen pruebas de calidad de estas frutas tropicales.

    Cifra

    2 000 Cajas exporta semanalmente Tierra Sol. Los compradores están en Rusia y China.

    El orito que se exporta a China y Rusia es el producto que más demandan los compradores de Terra Sol. La asociatividad les permitió acceder al mercado internacional, donde ganan más. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    El orito que se exporta a China y Rusia es el producto que más demandan los compradores de Terra Sol. La asociatividad les permitió acceder al mercado internacional, donde ganan más. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Maquinaria para ayudar en el campo a sus proveedores

    Carolina Enriquez

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    La capacitación y tecnificación de sus principales proveedores son los objetivos de PepsiCo Ecuador. Para ello, la compañía se planteó una estrategia de responsabilidad social empresarial basada en el desempeño con propósito, enfocado en tres pilares: producto, planeta y personas.

    Así lo asegura María José Carrión, supervisora de comunicaciones y asuntos corporativos de PepsiCo Ecuador. “Uno de los principales objetivos es que nuestros agricultores logren procesos eficientes y productos de calidad. Para ello, estamos comprometidos en capacitarlos a través de programas que proporcionan recursos y formación”, señala.

    Como parte de esta estrategia, PepsiCo facilitó a sus aliados mecanismos para acceder a la compra de maquinaria agrícola con precios preferenciales. Uno de los beneficiarios de este programa en el país es Pedro Ponce, propietario de la hacienda La Rioja, en la provincia de Cotopaxi.

    Él es uno de los proveedores de papa de PepsiCo en la Sierra desde hace 12 años. Considera que para mejorar la producción, reducir tiempos e incrementar la cosecha, la maquinaria es un elemento fundamental, junto con otros como semillas, fertilizantes y fumigación.

    Por ello celebra la adquisición de la cosechadora que adquirió con el programa. Asegura que con este equipo no se desperdicia producto, pues la máquina extrae la papa sin sobrantes. Cuenta que antes producía 150 quintales de papa al día, con 15 jornaleros. Con la máquina, y el mismo número de trabajadores, la cifra diaria subió a unos 700 quintales.

    La maquinaria que facilita PepsiCo es de la marca brasileña Watanabe, que está representada en Ecuador por Dimagro. Esta empresa, además, podrá ofrecer servicios de mantenimiento y repuestos de los equipos que necesite el agricultor en el país.

    En la actualidad, Ponce posee cerca de 40 hectáreas sembradas. Destina 90% de su producción para el uso de PepsiCo, el resto lo comercializa en el mercado local. La empresa trasnacional generó USD 63 000 millones en ingresos netos durante 2017, impulsados por un portafolio que incluye alimentos y bebidas como Frito-Lay, Gatorade, Pepsi-Cola, Quaker y Tropicana.

    Según la directiva de la compañía, Ponce no será el único beneficiario del programa. La intención es replicarlo entre los otros agricultores con los que trabaja en las provincias de Carchi y Cotopaxi.

    Son 25 los campesinos que proveen cinco materias primas a la firma: papa, maíz, yuca, plátano y maduro. La papa es la principal, pues la empresa adquiere unas
    10 000 toneladas al año.

    Los equipos que se otorgarán a los productores son sembradoras, que les permitirán trabajar simultáneamente en dos surcos; aporcadoras, que interviene en el proceso de fertilización, fumigación y levante de la tierra. Además, podrán acceder a la compra de cosechadoras de alce hidráulico de dos surcos, también de la marca Watanabe.

    Datos

    Tres equipos agrícolas podrá adquirir con facilidades de pago el productor: sembradora, aporcadora y cosechadora.

    Unos 700 quintales de papa al día puede cosechar el agricultor con la maquinaria adecuada
    10 000 toneladas de papa al año adquiere PepsiCo como materia prima.

    USD 63 000 millones generó PepsiCo en el 2017.

    Pedro Ponce (centro) es el primer beneficiado con el acceso a maquinaria para reducir tiempos de cosecha. Foto:  Cortesía PepsiCo
    Pedro Ponce (centro) es el primer beneficiado con el acceso a maquinaria para reducir tiempos de cosecha. Foto: Cortesía PepsiCo
  • La tuna atrae a más agricultores

    Cristina Márquez (I) 
    redaccion@revistalideres.ec 

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    Producir tunas no requiere de una gran cantidad de agua ni terreno húmedo. Los sitios arenosos y desérticos de Guano, en el norte de Chimborazo, son ideales para la producción de esa fruta.

    La buena aceptación en el mercado local es otro factor que motiva cada vez a más agricultores que optaron por reemplazar la siembra de bosques madereros o maíz por tunas. En el mercado Mayorista de Riobamba, 100 frutas pueden llegar a costar entre USD 20 y USD 35, dependiendo de la temporada y la variedad.

    Las tunas blancas, rojas y amarillas, todas nativas de la región andina, tienen sabores distintos, pero comparten las mismas propiedades nutricionales.

    “Son excelentes para reducir el colesterol, además son un energético natural. Eso atrae a los deportistas y a todos quienes buscan cuidar su cuerpo”, cuenta Héctor Hernández, un agricultor de Guano.

    Él sembró siete hectáreas de las tres variedades de tunas. En la cosecha, que se da entre septiembre y julio, Hernández recoge 80 cajas cada semana y las vende a comerciantes minoristas; ellos, a su vez, las ofertan en las calles céntricas de Riobamba.

    Antes de la siembra de tunas, Hernández tenía un bosque de eucaliptos. Pero los ingresos bajos que generaba le animaron a invertir USD 30 000 de un préstamo en la preparación de su terreno para el novedoso cultivo.

    Elizabeth Torres es una de las mujeres que siembran y cosechan esta fruta para darle valor agregado. Foto:  Glenda Giacometti / LÍDERES
    Elizabeth Torres es una de las mujeres que siembran y cosechan esta fruta para darle valor agregado. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

    “La gente las consume como golosinas. Notamos que antes no las compraban porque las cáscaras tienen espinos pequeños y es incómodo pelarlas, así que decidimos darles valor agregado y ofrecerlas ya listas para el consumo”, cuenta María Tene.

    Ella es una de las 32 mujeres dedicadas a la venta de frutas en Riobamba. Ellas dicen que la temporada de tunas sostiene su economía durante cuatro meses.

    “Es muy rentable y el mercado va en aumento”, opina María Agualsaca, otra comerciante.
    En las zonas secas de Guano y otras tres parroquias de ese cantón, ubicado a 10 minutos de Riobamba, hay 72 hectáreas sembradas con tunas. Antes tenían cultivo de maíz, pastos para el ganado y bosques madereros.

    “El problema de producir otros cultivos aquí es la calidad del suelo, que está erosionado porque años atrás la gente no cuidó del páramo”, cuenta Byron Lara, técnico del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Chimborazo.

    Según él, el sobrepastoreo y el avance de la frontera agrícola a los 3 600 metros de altitud, causó daños en el suelo, por lo que producir otros vegetales es complicado. Pero el cultivo de tuna se adaptó fácilmente a las condiciones climáticas y a las sequías.

    Además, los nopales son plantas fáciles de manejar y no requieren de riego constante. “La forma y composición de las hojas permite que la planta conserve la poca agua que recibe”, dice Leonardo Márquez, ingeniero agrónomo.

    El único cuidado que requieren las plantas son podas periódicas para obtener frutas de mayor tamaño y calidad. Eso permite que los agricultores también puedan desempeñarse en otras actividades como la ganadería.

    La proliferación de las tunas incluso promovió la creación de nuevos emprendimientos.
    La Corporación de Productores Granjero Guaneño, por ejemplo, surgió por el auge de las tunas.

    A la agrupación están afiliadas 60 familias de 11 comunidades de Guano. Ellos se han vuelto especialistas en el manejo de esta planta que hace una década tenía poco valor comercial y crecía silvestre entre las malezas.

    En un inicio ellos comercializaban las frutas. Pero cuando se asociaron se capacitaron para también elaborar productos con las hojas y las frutas de las plantas.

    Hoy cuentan con una planta de producción equipada para elaborar la mermelada, licor y un tónico revitalizante.

    La bebida se empaca en elegantes botellas de vidrio y tiene un sabor dulce y un aroma delicado, es ideal para acompañar postres y carnes rojas. Para elaborarlo se usan las tunas más maduras y se deja fermentar por tres meses. Cada botella cuesta USD 6.

    Los productos ya cuentan con una notificación sanitaria y pronto tendrán oficialmente un registro. Actualmente, los productores los comercializan en las ferias artesanales que organiza el Gobierno Provincial, pero este año la meta es ingresar a las perchas de los supermercados.

    “Hemos hecho pruebas de mercado, y estamos contentos por la buena aceptación que tuvimos con nuestros vinos y la mermelada de tuna. Se nos terminó apenas la pusimos a la venta”, cuenta Gerardo Vizuete, presidente de la Asociación.

    Un agricultor carga un envase plástico lleno de tunas, en uno de los sembríos que existen en Guano (Chimborazo). Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Un agricultor carga un envase plástico lleno de tunas, en uno de los sembríos que existen en Guano (Chimborazo). Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Joven latina crea una app para prevenir las muertes de agricultores por calor

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    Una joven latina de California creó una aplicación para relojes inteligentes que busca reducir la mortalidad de los trabajadores agrícolas por insolación al proporcionarles alertas cuando las temperaturas en los campos son excesivas, informó hoy 16 de noviembre Latina Legacy Foundation.

    «Calor» es el nombre de esta aplicación creada por Faith Florez, una joven de 17 años natural de la ciudad californiana de Shafter y procedente de una familia de agricultores de la zona.

    Su iniciativa pretende prevenir los efectos del sofocante calor en los campos como el del Valle Central de California, una situación que a Florez le afecta de cerca: su bisabuela falleció a causa de las malas condiciones en los campos, «aún vigentes hoy en día», según la joven.

    En Estados Unidos, al menos cuatro trabajadores agrícolas mueren al año debido a afecciones provocadas por el calor, unos datos que evidencian la necesidad de concienciación de los peligros de trabajar con temperaturas superiores a los 95 grados Fahrenheit (35 grados centígrados).

    Esta es la temperatura límite -avalada legalmente- a partir de la cual las alertas de «Calor» se activan para que los trabajadores se retiren a la sombra para descansar y beber agua.

    Asimismo, la aplicación incluye vídeos, artículos y cuestionarios para formar a los trabajadores sobre su propia seguridad laboral, y también dispone de un sistema GPS para localizar al agricultor en caso de emergencia, informó Latina Legacy Foundation, que patrocina el proyecto.

    Como parte del programa piloto, en verano de 2018, granjeros y contratistas de California han acordado entregar relojes Apple a los trabajadores agrícolas al iniciar la cosecha.

    A pesar del coste de suministrar estos relojes inteligentes, Florez cree que los granjeros se beneficiarán de reducciones en las primas de los seguros gracias al menor riesgo a los que se verán expuestos sus empleados.

    Tras un año de reuniones con granjeros, contratistas, agricultores y reguladores estatales, Florez busca ahora la financiación necesaria a través de una campaña de «crowdsourcing» (sistema de microaportaciones porque el que múltiples y pequeños inversores financian un proyecto creativo a cambio de las más diversas retribuciones) en «Start Some Good».

    Su objetivo es convertir la actual aplicación web en una aplicación para Apple Watch.
    El proyecto confía en reunir 60.000 dólares mediante donaciones para que «trabajar y tener salud no sean antónimos».

    la aplicación incluye vídeos, artículos y cuestionarios para formar a los trabajadores sobre su propia seguridad laboral, y también dispone de un sistema GPS para localizar al agricultor en caso de emergencia
    la aplicación incluye vídeos, artículos y cuestionarios para formar a los trabajadores sobre su propia seguridad laboral, y también dispone de un sistema GPS para localizar al agricultor en caso de emergencia.