Etiqueta: agro

  • Encadenamientos empresariales rurales para rentabilizar al agro

    Nicolás Abrew (O)  Ejecutivo principal de Comunicación en CAF

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    Tener un empleo estable y formal en el campo, sí es posible. Vivir dignamente de la agricultura familiar y tener un negocio rentable a partir de las abejas, también. Así lo demuestra el encadenamiento empresarial rural en el Chaco Boliviano, región en la que 40% de la población en el campo es extremadamente pobre y que hoy cuenta con casos de éxito con productos de valor agregado derivados de la apicultura.

    Un total de 342 productores apícolas de seis asociaciones han aprovechado el Centro de Innovación Productiva Apícola Promiel Monteagudo, para vender miel, propóleo, polen y cera; que se han convertido en productos de valor agregado como champú, jabón y velas bajo la marca Promiel.

    “Trabajamos en encadenamiento con la empresa y eso nos ha fortalecido para que nosotros podamos producir de forma segura y también tenemos un mercado seguro”, indicó Óscar Méndez, apicultor de la asociación Cadema.

    El beneficio de este encadenamiento también contempla formación técnica, administración y apoyo continuo a los apicultores, lo cual ha sido un incentivo para que aumenten su producción.

    Así como lo relata Primitiva García, apicultora de la asociación Cadema: “antes sabíamos sembrar maíz, maní, hasta a los chanchos nos sabíamos dedicar, sin embargo, no teníamos rentabilidad. Mientras que ahora con la apicultura sí la tenemos porque ya tenemos 20 cajas, 30 cajas, y ya da como para dedicarse”.

    “Este proyecto demuestra que las oportunidades que brinda tener una empresa ancla comprometida en el trabajo con pequeños productores, con condiciones para asegurar un mercado estable, es una virtud que permite consolidar cadenas que generan valor compartido”, dijo Andrés Oneto, ejecutivo principal del Sector Productivo de CAF -banco de desarrollo de América Latina-, quien ha liderado la consolidación de esta iniciativa junto con el Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo (SNV Bolivia).

    Ejemplos como este son los que se quieren replicar en toda la región. En Colombia la academia ha tomado la bandera de esta iniciativa con la propuesta de un “Gran acuerdo para el desarrollo integral del sector rural”, con el objetivo de impulsar la productividad, la competitividad, la generación de ingresos y la empleabilidad.

    Para esto se ha llevado a cabo un trabajo con sectores públicos y privados, encabezado por el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP), que ya cuenta con el compromiso del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. “Este acuerdo busca propiciar una política de Estado para fomentar el desarrollo del sector rural a largo plazo de forma sostenible y competitiva; que impulse la producción agropecuaria tanto para el consumo familiar como para la comercialización, con miras a consolidar un mercado nacional competitivo y a permitir encadenamientos productivos para insertar al país en las cadenas de valor global, definiendo el desarrollo integral del sector rural como un asunto de interés nacional”, se manifiesta en el documento de acuerdo para el desarrollo integral del sector rural.

    342 productores apícolas de seis asociaciones del Chaco Boliviano han aprovechado el Centro de Innovación Productiva Apícola Promiell.
    342 productores apícolas de seis asociaciones del Chaco Boliviano han aprovechado el Centro de Innovación Productiva Apícola Promiell.

    Encadenamientos de exportación
    Los avances del sector agroexportador del Perú son otro ejemplo que Colombia y los demás países de la región pueden replicar para impulsar la reactivación económica y la creación de fuentes de empleo para reducir la pobreza e informalidad, además del acceso a la seguridad social.

    En 2005, el 33% de la población económicamente activa (PEA) de Perú se encontraba en el sector agrícola, y en 2018 este porcentaje se situó en 25%; sin embargo, el crecimiento de la productividad laboral fue de 76%. Actualmente, hay un millón de puestos de trabajo en la agroexportación entre directos e indirectos, sin contar los empleos inducidos.

    La pandemia del covid-19 no solo es crisis, también representa oportunidades. Una de ellas será la reconfiguración de algunas cadenas de valor a nivel global y América Latina puede aprovechar este proceso de mayor regionalización de las cadenas de valor.

    Para lograrlo es fundamental abordar un proceso de integración decidido y definido, que tiene que partir de un diálogo público-privado mucho más potente para mejorar las instituciones políticas, las capacidades públicas y la integración regional; casos como el de Primitiva García en Bolivia, las alianzas público privadas en Colombia y los avances del sector rural en Perú son el mejor ejemplo de la hoja de ruta que se puede seguir.

    Ariel Padilla, apicultor de la Asociación Cadema, destaca el apoyo técnico para mejorar la producción local. Fotos cortesía de CAF Banco de Desarrollo de América Latina
    Ariel Padilla, apicultor de la Asociación Cadema, destaca el apoyo técnico para mejorar la producción local. Fotos cortesía de CAF Banco de Desarrollo de América Latina
  • Alexandra Moncada: ‘Las mujeres en el agro nos han enseñado de resiliencia’

    Patricia González

    La vinculación de Alexandra Moncada, directora ejecutiva de CARE Ecuador, con temas sociales tiene raíces familiares.

    Su padre, José Moncada, quien fue rector de la Universidad Central del Ecuador y formó parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas, se vinculó desde joven con los derechos laborales. Su madre, Cecilia Paredes, lo hizo en ámbitos de equidad, desde el Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, donde trabajó.

    Alexandra es la segunda de cuatro hermanas. Es arquitecta, con especialización en Género, Gestión y Políticas Públicas, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Durante 15 años ejerció su profesión, a la par que fue conectándose con temas de índole social.

    Ha laborado para distintas organizaciones como la Cooperación Técnica Alemana GIZ, donde fue coordinadora de un programa de viviendas populares en Ecuador; Plan Internacional, una ONG que trabaja por los derechos de la niñez, y Catholic Relief Services (CRS), que brinda atención a migrantes y refugiados.

    Desde el 2017 ocupa la Dirección Ejecutiva de CARE Ecuador, una ONG que promueve los derechos de las mujeres y niñas.

    Emprendedoras

    “Las mujeres han mostrado una iniciativa enorme para los emprendimientos, sobre todo en proyectos que tienen como base el núcleo familiar y la comunidad Además, hay un desarrollo permanente de ideas vinculadas a la atención de otras mujeres. Pero las afectaciones del covid-19 son enormes, las empresas han sufrido mucho y las que más están cerrando son pequeñas empresas, que en muchos casos están lideradas por mujeres. Estos emprendimientos pueden adaptarse a los cambios de hoy con el aprendizaje de herramientas digitales, por ejemplo, para la venta en línea. Las mujeres tienen un alto nivel de resiliencia; hay que apoyarlas”.

    Resiliencia

    “Hay dos realidades. Por un lado, mujeres muy vinculadas al mercado informal de trabajo, como son las trabajadoras domésticas, que han perdido sus fuentes de ingreso, incluso por recortes de gastos de sus empleadores, que en algunos casos han perdido su trabajo. Por otro lado, están las mujeres que son parte de redes, las productoras agrícolas; ellas nos han enseñado que pueden adaptarse, se han atrevido a colocar sus productos en redes sociales, a pesar de que no todas lograron terminar su educación básica. Una política que debería generarse es que las madres que están a cargo de sus hijos en casa y que no cuentan con un ingreso fijo tengan una renta básica, porque muchas están sufriendo inseguridad alimentaria”.

    Aporte al desarrollo

    “Con 60 años en el país, el trabajo de CARE se ha enfocado en comunidades que viven en la pobreza. Hay un aporte sustancial a la economía del país. Atender la violencia es también combatir la pobreza. Durante la pandemia se ha dado apoyo a distintos grupos sociales, tanto a migrantes como a personas de comunidades de acogida. Se les ha apoyado con transferencias en efectivo, asistencia psicosocial y legal, y se las ha orientado sobre cómo atender a personas con covid. En los casos de personas que perdieron su empleo sin indemnización o que fueron desalojados de lugares que arrendaban y a mujeres que son víctimas de violencia de género, se les brinda información sobre la ruta de atención y servicios de protección que existen en cada localidad. Hemos entregado jabones y escudos faciales a las productoras agrícolas para que puedan seguir trabajando. Fideicomisos y empresas privadas nos han ayudado con donaciones”.

    Equidad en Ecuador

    “El covid-19 ha exacerbado las diferencias. Hicimos un estudio con CARE y ONU Mujeres que decía que las mujeres dedican tres veces más tiempo a cuidados del hogar, ahora con la pandemia la diferencia es de hasta cinco veces. La violencia de género está aumentando. En todas las crisis humanitarias se ha comprobado que al aumentar este tipo de tensiones, crece la violencia. Como CARE creemos que esto debe ser una oportunidad para volver a una realidad mejor, de mayor equidad, hay que combatir la violencia.

    Es la oportunidad para que los hombres empiecen a hacer cambios en su comportamiento. Con las próximas elecciones, hay que preguntarles a quienes quieran asumir funciones de gobierno qué van a hacer para combatir la inequidad, la pobreza. Hay que transformar la educación, apelando al cambio de conductas y
    roles tradicionales”.

    Alexandra Moncada es arquitecta, por la Universidad Central del Ecuador. Especialista en género, Gestión y Políticas Públicas
    Alexandra Moncada es arquitecta, por la Universidad Central del Ecuador. Especialista en género, Gestión y Políticas Públicas. Foto: Cortesía Alexandra Moncada
  • El agro, una fortaleza ecuatoriana

    MEMO DE LA SEMANA

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    La ratificación del acuerdo comercial con el Reino Unido se constituye en una nueva oportunidad para que la producción nacional pueda ampliar sus mercados e incrementar las exportaciones; algo tan necesario para fortalecer a la dolarización con la llegada de divisas.

    Similar al texto del convenio con la Unión Europea (UE), la producción agrícola nacional tiene muchas oportunidades para crecer en los países europeos, al igual que con el recientemente aprobado acuerdo con los países que integran la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés).

    La agroindustria es uno de los sectores con más potencial y en la producción de alimentos para la exportación está una de las mayores fortalezas. A partir de esta realidad, el gran desafío viene por el lado de cómo incrementar la productividad y la competitividad. Sin duda, uno de los aspectos clave tiene que ver con la investigación científica y la innovación tecnológica.

    Ahora que Ecuador quiere acelerar un eventual acuerdo con EE.UU. debe ser la oportunidad para sacar el máximo provecho a la agroindustria. Sector privado y público, a trabajar juntos.

    opinion columnistas editorial
    Ilustración: LÍDERES
  • Xavier Lazo: ‘El agro necesita crédito especializado’

    Pedro Maldonado

    (I) Editor del Semanario LÍDERES

    Xavier Lazo, ministro de Agricultura, habla sobre las dificultades que enfrenta el sector agropecuario y anuncia que se alista un registro nacional agropecuario. También analiza el reto del uso de la tecnología, así como el relevo generacional en el campo ecuatoriano.

    Hace tres semanas se prohibió la comercialización de suero de leche. ¿Qué se logrará con esa medida?

    La moratoria al suero de leche nos va a permitir ponernos de acuerdo y trazar un norte para el sector lácteo. Es un decisión difícil y la mayoría de ganaderos necesitaba esta decisión. No hay una sola solución para este tema La exportación es importante, así como los costos de energía y la comercialización.

    Esa situación dejó ver problemas en la producción y venta de la leche. ¿ Qué está pasando en ese y otros sectores agropecuarios?

    Muchos de los productos del sector agropecuario tienen problemas estructurales, problemas de competitividad que deben ser resueltos. No es justo que un país con vocación agropecuaria y con microclimas, diversidad y capital humano no sea capaz de ponerse de acuerdo y enrumbar al sector agropecuario. Hay muchos productos que no están siendo aprovechados. Productos sensibles como lácteos, arroz, azúcar palma, tienen que ser exportados no solo para sostener la dolarización sino porque es mandatorio mirar hacia otros mercados.

    ¿Qué tan complicado es lograr esto?

    Es complicado porque competimos en menores condiciones que los países vecinos, que pueden devaluar sus monedas. Podemos, a pesar de todo, hacerlo. Pero para esto se debe apoyar al productor con crédito especializado que no ha habido por más de 50 años. Algunas cosas han evolucionado en la parte forestal o cacao. Pero en general es muy difícil el acceso al crédito.

    ¿El acceso a crédito sería la primera dificultad?

    El primer problema es la comercialización. Luego están los altos costos de producción. Esto complica la tarea de competir no solo en lo local sino en el ámbito internacional. Competir con leche en polvo que viene de Nueva Zelanda o Argentina es muy complicado. El tema es la estructura de apoyo, es decir la plataforma en la que el agricultor tiene que pasar un viacrucis para desarrollarse.

    ¿Y cómo se está enfrentando esta situación? ¿Qué acciones se están ejecutando?

    Creo que no se ha priorizado al sector agropecuario y ahora estamos tratando de cambiar esa visión. Para desarrollar y planificar tenemos que conocernos y autodiagnosticarnos. Desde el 2000 no se ha hecho un censo agropecuario. Desde los años 50, con el primer censo agropecuario, ya debíamos haber tenido siete censos. Pero solo se han dado cuatro.

    ¿Va haber un nuevo censo agropecuario?

    Estamos activando el registro nacional agropecuario desde hace dos meses. Hemos identificado los fondos y la etapa preregistral dura unos cinco meses y este año arrancará el registro. Sistematizar la información nos tomará seis meses adicionales. Con ese diagnóstico completo sabremos si hemos crecido o disminuido. En el 2000 había 840 000 unidades de producción agropecuarias (UPA) y hoy necesitamos saber cómo está el uso del suelo. Los problemas de inundaciones siguen y se requiere una política pública para protección de cuencas hidrográficas. De lo contrario el productor pierde, se encarecen los productos y se pierde competitividad. Allí falta visión de largo plazo en la agricultura y la tecnología nos puede ayudar. Luego del registro agropecuario vendrá la cédula del agricultor. Hay que conocer los detalles de los productores, cuánta área tiene, sus necesidades de crédito, proyección, la situación de su familia…

    ¿Qué acciones concretas se han desarrollado para fortalecer a los pequeños y medianos agricultores?

    Estamos trabajando de la mano con la banca pública en crédito especializado. Tenemos que entender mejor lo importante que es el sector agropecuario, para el mercado local y para la exportación. Como no hay una buena cultura crediticia hay que dar herramientas para no afectar la liquidez del productor y que el repago de un préstamo sea de acuerdo al ciclo de producción. Esto también ayudará a combatir la informalidad.

    ¿Cuánto pesa la informalidad en la actividad agropecuaria?

    Pesa mucho y afecta la competitividad. Al no haber exportación hay presión sobre el precio. Además, un producto que no tiene a quién venderse va al mercado informal.

    ¿Qué otros sectores están afectados?

    El arrocero nos genera mucha preocupación, hay cifras importantes de contrabando y estamos por fijar un precio técnico, en base a una estructura de costos. Hay que exportar no menos de 85 000 toneladas métricas anuales. Hoy no pasamos de 40 000 o 50 000 toneladas métricas al año. Si subimos la productividad podemos exportar 150 000. Además, hay que trabajar para llegar no solo a Colombia, sino a otros mercados.

    ¿Cómo pesa la tecnología en el desarrollo agropecuario?

    El gran reto es que el agricultor use la tecnología, pero aterrizado a sus necesidades. Puede usarse la tecnología para control de enfermedades, por ejemplo. Pero primero hay que solucionar un gran problema estructural: no está asegurado el relevo generacional en el agro. Allí la tecnología debe enfocarse en el joven rural. El registro nacional agropecuario también involucrará a los jóvenes que están en colegios agropecuarios. Queremos que estos jóvenes emprendedores tengan la experiencia de asumir la responsabilidad de un crédito pequeño y sepan usar el financiamiento, que el tema de crédito sea parte de la malla curricular. Es un tema de política pública para asegurar el relevo generacional.

    A esto se suma la migración del campo a la ciudad…

    En la estructura productiva vemos con preocupación de que en 15 años se va a ver limitado el recambio generacional en el agro.

    ¿Los jóvenes mantienen el interés en el campo?

    Hay muchos emprendimientos, con gobiernos locales, cooperación internacional, entidades públicas. El reto es trabajar de la mano entre colegios agropecuarios y universidades en temas como el crédito para jóvenes, en su inclusión. Hace poco discutíamos de la posibilidad de que los jóvenes compren la tierra a su padre, con financiamiento.

    Allí juega el fenómeno social y cultural en el que muchos jóvenes tienen otras aspiraciones, distintas a las de sus padres. ¿Eso impacta en la agricultura?

    Así es. Estamos trabajando con el Ministerio de Industrias para apoyar los nuevos emprendimientos. Queremos ayudarles, mejorar su capacidades (…) Para eso se necesita trabajar en temas de inteligencia de mercado, como ocurre en Brasil.

    ¿Entonces hay mucho por hacer en Ecuador?

    Es extremadamente grande la tarea para ordenar el sector agropecuario del país.

    Hoja de vida

    Formación. Ingeniero agrónomo con licenciatura en ciencias agrícolas y manejo de recursos naturales de la Universidad Earth, de Costa Rica.

    Experiencia.   Experto en producción orgánica, comercio justo y manejo de recursos naturales; especialista en la producción de sistemas integrados de agricultura y forestales, basados en principios de sostenibilidad. Desarrollador del producto orgánico de la variedad ‘Uuru’, nominado al premio ‘Innovation Award’, Fruit Logistica, Berlín 2014.

    Cargo.  En la actualidad se desempeña como Ministro de Agricultura y Ganadería.

    Xavier Lazo, ministro de Agricultura. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
    Xavier Lazo, ministro de Agricultura. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
  • Los secretos del agro hacen este emprendimiento

    Bolívar Velasco

    (F) Contenido Intercultural

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    El emprendimiento Rancho Las Marías impulsa el valor agregado a la producción campestre de la parroquia Alluriquín, en Santo Domingo de los Tsáchilas.

    Esta zona rural produce 80 000 de los 200 000 litros de leche diarios que se generan en la provincia.

    Pero los dueños de las fincas solo venden el producto sin ningún tipo de agregado, por lo que Hernán Velásquez encontró en ello una oportunidad para sacarlo a flote a través de terminados.

    Lo hace desde hace siete años con la elaboración de queso, yogurt, mozarela, manjar, etc.

    En sus inicios compraba a los campesinos del lugar hasta 40 litros de leche al día, pero con los años incrementó su producción y también la demanda de la materia prima. En el momento adquiere 400 litros en el día para mantener la producción. Velásquez es oriundo de Loja y su esposa María Pincay de Manabí.

    Ambos han estado vinculados al agro durante años y eso les ha permitido relacionarse con personas de diferentes culturas con quienes aprendieron algunos de los secretos del tratamiento de la leche. Con los montuvios manabitas, por ejemplo, los pequeños empresarios comprendieron que la materia prima fresca garantiza la calidad y permanencia del producto, tanto en las perchas como cuando llega al consumidor final.

    Precisamente, este es uno de los aspectos que en Rancho Las Marías tratan de cuidar para llegar a más clientes. Sucede principalmente con los copitos de queso, el producto estrella de este emprendimiento familiar.

    Este artículo se debe consumir en un día, por eso se lo comercializa en el día a día con ventas directas en las calles de Santo Domingo y en tiendas de consumo masivo.

    El copito de queso es una mezcla de mozarela que en su interior lleva mermelada de guayaba, piña, chocolate o manjar.

    En el 2011, con el inicio del emprendimiento, la familia Velásquez Pincay lo preparaba en la cocina de su casa. Habían observado un producto similar en Colombia, pero ellos decidieron mejorar la receta agregándole un aderezo.

    El comienzo para ellos fue un reto, aunque previamente habían realizado un sondeo para tener una idea de la aceptación.

    La primera inversión significó un costo de USD 100 fruto de los ahorros propios de la familia.

    Ahora, la inversión ya asciende a los USD 50 000 entre maquinaria, registro de los productos ante los organismos sanitarios, entre otros. Los productos de Rancho Las Marías son identificados por el público gracias a las ventas directas que realiza su propietario Hernán Velásquez.

    Para dar a conocer sus productos, en un principio, sacó al mercado unos pequeños carritos en los que los llevaba puerta a puerta .

    De esa forma explicaba a sus clientes la composición de cada uno y los animaba a probarlos en degustaciones que improvisaba en cualquier punto donde se estacionaba con su personal.

    Al momento, el queso, yogurt, mozarela, manjar ya no se comercializaba en esos pequeños puntos de distribución móviles.

    Las ventas se hacen bajo pedidos directos y en el establecimiento que el emprendimiento abrió en el kilómetro 80 de la vía Alóag- Santo Domingo, sector el Paraíso. El producto incluso ya está en las perchas de tres supermercados de Santo Domingo y en tres panaderías.

    Otros datos

    Promoción. Las degustaciones en las ruedas de negocios catapultaron a la expansión del negocio cuyos productos ya se encuentran en supermercados.

    Portafolio. El número de clientes fijos del emprendimiento lega a 2500 entre grandes tiendas de abastos y pequeñas redes de distribución en Quito y Guayaquil.

    Innovación . Ocho nuevos productos elaborados a base de queso y dulces cuentan con el registro sanitario, el semáforo de información nutricional, entre otros.

    El emprendimiento Rancho Las Marías cuenta con un local en el kilómetro 80 de la Alóag-Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez  para LÍDERES
    El emprendimiento Rancho Las Marías cuenta con un local en el kilómetro 80 de la Alóag-Santo Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Lidera una firma familiar que cree en el agro

    Redacción Quito

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    Una refrigeradora con 200 cocos que el propio Kevin Barcia peló fue el inicio de una empresa agroindustrial. Era el 6 de diciembre de 2004 y Quito celebraba otro aniversario de su fundación. Mientras la gente disfrutaba, Barcia volvía a emprender.

    Este manabita ya había saboreado el éxito, pero también el fracaso. A inicios del 2004 Barcia se radicó en Quito luego de una experiencia que marcó su vida como empresario. Un año antes tuvo su primer negocio formal junto con un socio de Costa Rica. Los dos habían terminado sus estudios en la Universidad Earth, en Costa Rica, y se convirtieron en proveedores de Whole Foods Market, una de las mayores cadenas de comida gourmet en EE.UU.

    Barcia y su socio entregaban a la firma tres productos: chifles, panela orgánica y salsas picantes. Su presencia en la cadena se dio por contactos que tenían en la universidad, especializada en estudios agrícolas. Barcia conseguía los chifles y la panela en Ecuador y su contraparte hacía lo mismo con las salsas en Costa Rica.

    Los primeros meses fueron un sueño, según dice este empresario. “Estábamos felices en un principio porque nuestros productos tenían una visibilidad mayor. Pero luego pasamos a ser un proveedor más, la posición de los productos ya no era la misma en los supermercados. Y el negocio cerró”. La sociedad terminó mal, cuenta el CEO de Ecopacific.

    Barcia quedó con una deuda de USD 35 000 y se había convertido en padre. “Fue un colapso empresarial que marcó mi vida. Quebré, pero aprendí. Estar en Whole Foods Market fue un sueño cumplido. Pero tenía que tomar decisiones: o me quedaba en el fracaso o continuaba”, dice lleno de ánimo este joven empresario que creció entre cultivos de plátano y limones en las afueras de Portoviejo.

    En esas circunstancias Barcia le apuntó a un nuevo emprendimiento. Él sabía que el quiteño era consumidor de jugo de coco, cuando visitaba las playas de Esmeraldas. Así que decidió ofrecer la bebida en la capital del Ecuador. En principio vendía la fruta pelada a marisquerías. Él mismo entregaba cocos en su vehículo. Así fue ganando clientes y sumando ingresos que le permitieron cubrir gastos y pagar deudas del pasado.

    Barcia, hoy esposo y padre de cuatro niños, decidió innovar y lanzó la bebida Coco Freeze, con la que entró a minimercados y cadenas de autoservicio. Ese fue uno de los primeros productos de lo que hoy es Ecopacific (ver nota inferior). En su crecimiento este practicante de crossfit, que se levanta todos los días a las 05:00, contó con el apoyo de su padre, Javier Barcia Mendoza, un agricultor y empresario manabita.

    Bárbara Purtschert, ejecutiva de una empresa del sector de alimentos, conoce al CEO de Ecopacific desde hace cinco años. Ella lo considera un empresario sencillo. “Es altamente motivado para concretar todo aquello que se propone. Es una persona que cuestiona mucho y no se conforma fácilmente, ya que para él siempre habrá algo en qué mejorar”.

    Purtschert añade que Barcia es persistente y que lleva en la sangre la innovación. “Busca siempre desarrollar productos novedosos, diferentes y originales, busca ofrecer experiencias nuevas a sus clientes”, cuenta la ejecutiva.

    En la empresa que dirige este manabita que gusta de pasar el fin de semana en familia, uno de sus colaboradores más cercanos es Jorge Vasco. Él lo describe como un empresario muy exitoso que se preocupa por su equipo de trabajo. “Siempre le dedica tiempo a sus liderados para que estén bien”.

    Según Vasco, una de las ventajas que tiene su jefe es que conoce muy bien el negocio. “Empezó desde abajo y eso ha hecho que sepa toda la cadena del negocio”. Vasco añade que Barcia analiza todo al detalle, que domina el tema de los números y se enfoca en la parte comercial de la empresa.

    La jornada de trabajo es bastante movida. Siempre está pendiente de cómo avanza el negocio, así como de nuevas tendencias alimenticias. Reconoce que ya no va al campo tanto como quisiera, pero se preocupa de la calidad y la innovación en sus productos. “Un innovador debe acostumbrarse a equivocarse, es parte de su día a día. Pero equivocarse pronto y con el menos gasto posible”, dice desde su escritorio en su oficina amplia y sencilla.

    Para Barcia, el Ecuador es un país de emprendedores. El problema, añade, es que muchas veces las iniciativas se quedan a la mitad del camino. “La clave para que un negocio sea sostenible en el tiempo es la perseverancia”.

    Ahora, este ejecutivo continúa con planes para la empresa que dirige. Las alianzas con otras compañías están entre los planes de este empresario.

    Una empresa familiar agroindustrial

    Ecopacific mantiene un crecimiento constante. Esto es posible según explica Kevin Barcia a tres factores: la innovación permanente, el trabajo en equipo y un protocolo familiar que establece responsabilidades.

    La empresa, bajo el nombre Ecopacific, arrancó en el 2008. Barcia, su padre y sus dos hermanos son los cuatro socios de esta compañía que evoluciona pendiente de las demandas del mercado. “El protocolo familiar permitió que todos pensemos como empresa y, como consecuencia, aumente el portafolio de productos”.

    La firma tiene tres líneas: los jugos; los hortilistos; y la fruta fresca empacada o a granel. La más dinámica es la primera explica Barcia. Además la empresa ha presentado hasta la fecha 182 productos y para el próximo año espera presentar 84 más.

    En el principio no todo funcionaba como ahora. Barcia explica que en el primer año, de cada 10 nuevos productos que presentaba la empresa, 1 o 2 funcionaban. “Hoy la efectividad de los procesos de innovación es del 75%, una cifra que nos llena de felicidad”.

    Bajo esa filosofía la empresa espera tener ingresos por USD 15 millones este año y así recuperarse del 2016, cuando las ventas bajaron a cerca de USD 14 millones.

    Ecopacific cuenta en la actualidad con 240 empleados y cerca de 150 proveedores repartidos en Manabí, Chimborazo, Imbabura, la Amazonía.

    La planta de producción ocupa cerca de 5 000 metros cuadrados de construcción y está ubicada en Amaguaña, al este de Quito .

    Este graduado de la Universidad Earth es el CEO de Ecopacific. Tiene 36 años y sabe que al éxito solo se llega luego de equivocarse y aprender. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Este graduado de la Universidad Earth es el CEO de Ecopacific. Tiene 36 años y sabe que al éxito solo se llega luego de equivocarse y aprender. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Deshidratados de exportación

    Patricia González

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    La deshidratación de frutas es uno de los procesos de conservación más antiguos. Pero, en Ecuador, un país donde hay frutas frescas durante todo el año, esta técnica era poco utilizada hasta hace un par de décadas.

    A Édgar Narváez, ingeniero agrónomo, le llegó la inquietud por conocer sobre este mecanismo a través de su tesis de grado, una investigación sobre el cultivo de la uvilla en el país y la deshidratación de esta fruta.

    Su interés por conocer cómo ocurría este proceso de conservación en el resto de las frutas y la escasa oferta en el mercado de empresas que se dedicaran a ello, a pesar de que si se importaban frutas deshidratas al país, lo motivaron a conformar una compañía que comercializara alimentos deshidratados.

    Fue así como en el año 2000 nació Agroapoyo, empresa que Narváez fundó junto a su hermana María del Carmen, ingeniera comercial.

    En un comienzo, deshidrataban uvilla, frutilla y piña. Para entonces comercializaban sus productos en tiendas pequeñas. Pero trabajar al detalle no funcionó muy bien, porque los productos deshidratados aún eran novedosos en el país y se vendían poco.

    A los pocos años los hermanos decidieron entrar al mercado industrial, vendiendo sus productos a empresas de gran tamaño como Schullo, Corporación Superior y Confiteca. Sus productos deshidratados se convirtieron en ingredientes de barras energéticas, granolas, chocolates, etc.

    “Nuestro lema es ser el ingrediente diferenciador, el que va a distinguir el consumidor final”, comenta María Isabel González, subgerenta de Agroapoyo.

    La empresa provee de uvillas, bananos, frutillas y piñas deshidratados a Cereales Andinos, como complemento de sus cereales. “Son un gran aporte porque en las frutas deshidratadas encontramos azúcares, minerales y vitaminas. Adicionalmente, está el sabor de cada una de estas frutas”, subraya Iván Tapia, gerente general de la compañía.

    Agroapoyo procesa en su planta industrial, ubicada en Puembo, más de 20 productos, entre frutas y vegetales. La materia prima la provee 100 compañías locales.

    Una vez que se recibe la materia prima, se procede al lavado, pesado y selección. La preparación varía en cada producto.

    En el caso de la manzana, el primer paso es el descorazonado. Posteriormente se procede a pelarlas y picarlas en trozos, cubos o rodajas. Se deshidratan en hornos a una temperatura promedio de 60 °C. Luego se dejan enfriar para finalmente ser empacadas.

    Agroapoyo utiliza manzanas pequeñas, que no suelen encontrarse en el mercado. “No importa tanto el aspecto, pero sí la calidad”, aclara la subgerenta.

    La producción de la planta es de 2 500 kilogramos de alimentos deshidratados por mes. El 60% de la producción se exporta a Estados Unidos, República Checa, España, Italia y Suecia.
    González explica que para poder exportar fue muy importante certificar sus productos. Hoy cuentan con la certificación HACCP, que garantiza la inocuidad alimentaria, es decir, que son alimentos aptos para su consumo.

    Los productos también están certificados con BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y Kosher, lo que garantiza que son aptos para personas de la religión judía. Algunos de los productos, como el mango y el banano, cuentan con certificaciones orgánicas.

    Uno de sus clientes locales es la empresa Schullo, compañía a la que provee desde hace al menos cinco años con la corteza de naranja deshidratada, como ingrediente para las granolas. “Somos muy exigentes, trabajamos con productos de muy buena calidad y ellos cumplen con ese requisito”, señala Patricio Guagalongo, responsable de compra de Schullo.

    En 2016, Agroapoyo facturó USD 740 000, lo que representó un crecimiento en relación a 2015, cuando facturó USD 630 000.

    La empresa comenzará este año con la venta directa. Para julio está prevista la inauguración de un local comercial en el Paseo San Francisco, en Cumbayá, donde lanzarán su marca al detal Yumi. La instalación del local requirió una inversión de USD 20 000.

    La tienda de la empresa contará con una línea de productos deshidratados al granel, con snacks de alimentos para niños, productos para repostería y gastronomía, así como salsas y dips a base de frutas y vegetales.

    La producción mensual de la planta es de 2 500 kilogramos de frutas y vegetales deshidratados.  El portafolio está conformado por cerca de 20 productos. Fotos: Diego Pallero /LÍDERES
    La producción mensual de la planta es de 2 500 kilogramos de frutas y vegetales deshidratados. El portafolio está conformado por cerca de 20 productos. Fotos: Diego Pallero /LÍDERES
  • Empresarios y académicos hablaron del agro en un foro

    Redacción Guayaquil

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    La Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) de Guayaquil, fue la sede del Foro Agricultura como Potenciador de la Actividad Económica del Ecuador, que se realizó el pasado 30 de enero. El evento tuvo como ponentes a directivos de gremios agrícolas, empresarios del sector agroindustrial, y académicos.

    En el foro, organizado por la consultora Simbioti-K, se habló sobre la situación del banano, cacao, palma, maíz y arroz.

    Javier Chon, presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador
    expuso sobre una preocupación actual: el continuo contrabando de la gramínea desde Perú.

    Luis Fernando Osorio, director académico de la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano se refirió en su charla a la educación como “pilar fundamental para impulsar la agricultura de América Latina”. El directivo auguró que habrá un incremento en la demanda de vegetales, porque a su criterio la gente está cada día más consciente de su salud.

    La Escuela Zamorano tiene en sus aulas a 1 867 ecuatorianos.

    Alberto Dahik, director del Centro de Estudios Económicos para el Desarrollo
    , de la UEES habló de los rendimientos del cultivo del banano en Centroamérica y dejó dos preguntas ¿Por qué el país no logra eso? ¿Qué pasaría con la economía si llegamos a las 2 500 cajas por ha, y no con las 1 800 cajas?

    La U. de Especialidades Espíritu Santo fue la sede de un foro agrícola, donde se habló de banano, maíz, arroz.
    La U. de Especialidades Espíritu Santo fue la sede de un foro agrícola, donde se habló de banano, maíz, arroz.
  • En el agro se aplican los saberes ancestrales

    Redacción Sierra Norte

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    Para los indígenas kichwas, el pasado 21 de diciembre inició el Kapak Raymi (Fiesta de la Sabiduría, en español). El ciclo se extiende hasta marzo próximo, explica Shayri Quimbo, estudioso de esta cultura originaria.

    La festividad andina coincide con el ciclo agrícola del maíz. “Desde este mes los sembradíos, que fueron plantados en septiembre, empiezan a crecer hasta alcanzar la maduración”.
    Para campesinas como Zoila Sandoval, de la comuna de Zuleta situada en el suroriente de Ibarra, esta es una época para arrancar la maleza que se cría entres los plantíos. Comenta que su abuelo, Federico Alvear, le explicaba que entre la naturaleza y +el hombre hay un nexo permanente.

    Se trata de una creencia parecida a la que tiene Delia Caguano, presidenta nacional del Consejo Ciudadano Sectorial del Ministerio de Agricultura (Magap).

    Caguano, oriunda de Chimborazo, asegura que en las comunidades hay sabiduría que debería ser compartida. Ese, precisamente, fue el objetivo del Encuentro de Saberes Ancestrales, que se realizó el 8 de diciembre pasado, en Cotacachi, Imbabura. La iniciativa nació desde las mujeres del Consejo Ciudadano Sectorial y la Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi (Unorcac).

    Líderes kichwas expusieron temas de la cosmovisión andina, como las fiestas del calendario andino, el calendario lunar en las prácticas agrarias y la cosmogonía de los pueblos ancestrales, entre otros.

    Alfonso Morales, líder de la Unorcac, comentaba que antes los padres recomendaban no trabajar los domingo ni los lunes; tampoco sembrar, porque las semillas se comerían los pájaros.

    También, explicó que en un esfuerzo por reencontrarse con los saberes ancestrales, la Unorcac elabora un calendario lunar cada año. La idea es que las nuevas generaciones recuperen los conocimientos sobre fases ideales para la preparación de la tierra, siembra y cosecha. En el encuentro, en el que participaron varios pueblos, se resaltó la práctica de guardar las semillas como una estrategia de seguridad alimentaria.

    Según Morales, en Cotacachi se rescató 12 especies de maíz de las 29 que hay en el Ecuador gracias a las prácticas milenarias. Una de ellas que no está desligada de la actividad agrícola, en la tradición kichwa, es realizar rituales de agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra, en español).

    Narciza Pupiales, nativa de San Clemente, Ibarra, tiene una especie de altar en honor a la naturaleza en el medio de su huerto. Con una vela, flores y semillas realiza las ofrendas. El investigador Ramti Chuma asegura que cuando entierran las semillas, se hace un homenaje a los abuelos.

    Mujeres de la comunidad de  Pucará, en A. Ante, siembran semillas que pasaron una noche bajo la Luna. Foto: Francisco Flores para LÍDERES
    Mujeres de la comunidad de Pucará, en A. Ante, siembran semillas que pasaron una noche bajo la Luna. Foto: Francisco Flores para LÍDERES
  • Un agro vulnerable ante cambios climáticos este 2016

    Evelyn Tapia

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    Los agricultores del Litoral están preocupados por el escenario que les espera este 2016. El impacto del Fenómeno de El Niño en los sembríos, así como los factores que inciden en la prosperidad o colapso del agro fueron algunos de los temas que se abordaron este jueves 28 de enero del 2016, en la ronda de análisis que organizó el Grupo de Diálogo Rural-Ecuador (GDR-Ecuador), en el Parque Empresarial Colón, en Guayaquil.

    Ney Barrionuevo, director del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, dirigió el conversatorio al que asistieron representantes de sectores como el arrocero, bananero y ganadero. “No se trata de ver el Fenómeno de El Niño solo de este año, sino comprender que es un fenómeno que acontece cada década. Hay cultivos que caminan en estos eventos climáticos, pero entre comillas, como el arroz que se siembra en zonas altas. Lo importante es estar preparados desde antes de que llegue el fenómeno”, comentó.

    En la reunión todavía había discrepancias sobre si el Fenómeno de El Niño ya se está dando, o si los cambios en el comportamiento del clima obedecen al calentamiento global. Sin embargo, los agricultores coincidían en que el sector está en una situación vulnerable ante eventos climáticos.

    Uno de los temas en discusión fue la baja productividad en cultivos, que se suele asociar con la falta de tecnología e innovación. “El problema que es que los campesinos no tienen buenos niveles de educación, muchos de ellos cursaron solo la primaria y así es difícil llegar o esperar que adapten tecnología para tener mejor producción. Otro problema es que no hay generaciones nuevas que se quieran hacer cargo del sector agrícola”, mencionó Eitel Lozano Peña, presidente de la Corporación Nacional de Arroceros.

    Juan González, presidente de la Asociación de la Industria de Protección de Cultivos y Salud Anima (Apcsa), resaltó que el país debe alcanzar una agricultura sostenible para no hundirse en medio de crisis económicas y en problemas climáticos. “No podemos concebir una agricultura con buena productividad, costos por el piso y con irresponsabilidad ambiental tremenda”, dijo.

    En su intervención, Barrionuevo explicó que de cara al 2016, los agricultores enfrentan varios factores que pueden incidir en la prosperidad o colapso del sector. En el tema ambiental, el cambio climático, las lluvias por el Fenómeno de El Niño, sumado a la erosión del suelo y deforestación, conjugan un problema ante el que los agricultores, pequeños y medianos, no están preparados.

    “Tenemos una alta tasa de deforestación, 60 000 hectáreas se deforestan cada año. La erosión y pérdida de fertilidad del suelo, hay un deterioro causado por el ser humana, recordemos que a más humedad y calor hay más plagas”, señaló.

    En el tema comercial, Barrionuevo indicó que el sector es vulnerable por el contrabando, la falta de acuerdos comerciales con socios estratégicos como China y Estados Unidos, y la escasa inversión extranjera en el agro. En ese sentido, Javier Chon, presidente de Corporación de Industriales Arroceros (Corpcom), explicó que es fundamental que los agricultores apunten al valor agregado, para no depender de las alzas y caídas de precios. “Los productos con valor agregado no sufren por estas alzas y bajas de precio, pero no hay educación entre los campesinos para lograr esta diferenciación. Por ejemplo, en Paraguay se paga USD 2,5 por la libra de arroz orgánico, a eso debemos apuntar”.

    Algunos agricultores criticaron que para desarrollar cultivos orgánicos, es necesario que exista una demanda doméstica consciente de que es más costoso producir alimentos orgánicos. “Si uno ofrece papa orgánica por USD 1 y la otra papa está a 0,50, la gente prefiere esa”, dijo uno de los asistentes.

    María José Castillo, docente investigadora en temas agrícolas de la Escuela Politécnica del Litoral, (Espol), indicó que es necesario que se articule un diálogo entre el sector privado, el público y la academia, para poner sobre la mesa soluciones viables ante el impacto del clima en los cultivos.

    El Grupo de Diálogo Rural-Ecuador (GDR-Ecuador) inició una ronda de análisis y conversaciones del impacto del Fenómeno de El Niño en los sembríos. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
    El Grupo de Diálogo Rural-Ecuador (GDR-Ecuador) inició una ronda de análisis y conversaciones del impacto del Fenómeno de El Niño en los sembríos. Foto: Enrique Pesantes / Líderes