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  • La economía popular y solidaria busca mayor posicionamiento

    Redacción Quito y
    Redacción Sierra Centro

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    Pequeñas asociaciones productivas, cooperativas de ahorro y crédito, microempresarios, agricultores, bancos comunales, transportistas, etc. La lista de actores de la economía popular y solidaria (EPS) es extensa, lo que demuestra que en el Ecuador este sector se halla en evolución, en medio de retos y desafíos.

    Las cifras que maneja la Superin­tendencia de Economía Popular y Solidaria muestran el desempeño. En el sector financiero de la EPS los activos se han duplicado entre el 2012 y este año. En cuanto al número de socios, hoy en día ya se cuentan 6,4 millones.

    En el sector real también se registra una evolución favorable. Los activos, por ejemplo, han crecido hasta los 605 millones y el número de organizaciones pasó de
    5 750 en el 2012 a 13 027 hasta abril de este año (ver gráfico).

    El sector financiero de la EPS está integrado por las cooperativas de ahorro y crédito y mutualistas. Allí están entidades consolidadas y fuertes desde el punto de vista económico. Por eso la Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria las clasifica en cinco segmentos. Las más grandes tienen activos por más de USD 80 millones y las más pequeñas no superan el millón de dólares.

    De su parte, el sector real incluye básicamente asociaciones, cooperativas de transporte, cooperativas de vivienda, de servicios y de producción. “El eje es la redistribución de riqueza y la asociación. Sus miembros son dueños y trabajadores a la vez”, explica Lucía Calderón, presidenta de la Confederación Nacional de Cámaras Provinciales de la Economía Popular y Solidaria. Ambos sectores buscan mayor presencia.

    Para la titular de la Superintendencia, Margarita Hernández, las entidades de la EPS hoy en día son ya actores reconocidos y validados, fruto de un trabajo de un supervisor técnico. Las grandes cooperativas, por ejemplo, están obligadas a competir con los bancos. “Tienen que usar la normativa, los procedimientos adecuar su gestión y ser dignos competidores”.

    Hernández añade que en este desarrollo, las cooperativas deben respetar el derecho de los socios, cuidando el vínculo que se ha fortalecido durante años. “El único que puede permitir que la esencia se pierda es el socio”.

    Jardín Azuayo es una de las cooperativas de ahorro y crédito más grandes del Ecuador, con activos por USD 787 millones y 427 000 socios. Su titular, Juan Carlos Urgilés, destaca que la EPS es una realidad, un sistema económico alterno que convive con el sistema privado. Además, cree que se trata de un instrumento poderoso para incluir social y económicamente a las personas.

    Pero también hay debilidades. “Le falta una estructura que permita aprovechar todo el valor que genera. Ese valor extra se pierde, se diluye porque no se integran las cadenas productivas”. Otro punto flaco es la comprensión teórica y práctica sobre el tema. “Es necesario formar a personas con esas competencias, pero es complicado”, dice Urgilés.

    El vocero de Jardín Azuayo también advierte que el rápido crecimiento puede ser contraproducente, si no se lo sabe gestionar de manera técnica. Abrir una nueva oficina no es tan sencillo, dice, porque se requiere capacitar personal. “En nuestro caso recibimos
    3 600 nuevos socios cada mes, pero la formación solo llega a cerca de 4 000 al año. Es un problema de política pública que puede solucionarse con una metodología adecuada”.

    La vocera de la Superintendencia cree que ya es hora de dar mayor visibilidad a la actividad de los actores de la EPS. “El trabajo de regulación y control es el preámbulo para atar al sector financiero con el sector real de la economía popular y solidara”. Una de las acciones planificadas, explica Hernández, es aprovechar la ley económica urgente que está en la Asamblea y dejar claro el peso que tiene la EPS. “Hoy, la salud de la economía popular y solidaria es buena, pero puede ser mejor”.

    13 407 organizaciones, en el sector real

    Dentro del sector real de la economía popular y solidaria se contaban, hasta el 30 de abril pasado, 13 407 organizaciones. El segmento de producción es el que más abarca con el 53% del total.

    Luego están las de servicios (26%), transporte (14%) y vivienda, pesca, consumo y minería, con el 7% restante. Estas organizaciones se reparten, principalmente, en Tungurahua, Chimborazo, Cañar, El Oro y Loja, según un mapa de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.

    Las asociaciones están categorizadas por su capacidad de entrega de productos a supermercados, estandarización de procesos, manejo de finanzas y crédito. 45 asociaciones están registradas en Pastaza, 85 en Tungurahua, 86 en Chimborazo y 75 en Cotopaxi, dice el Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS).

    Diego Hidalgo es socio de la Asociación de Confecciones Hidalgo Hermanos de la parroquia Huambaló, en Tungurahua. Junto con sus ocho hermanos, dos cuñados y padres formó la empresa de confección de ropa en tela jean y deportiva en el 2015. Sus productos son parte del catálogo digital del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop).

    Hidalgo explica que recibió, de parte del IEPS, asesoramiento técnico y seguimiento durante un año para aprender y evitar desacuerdos entre socios. Luego “no hubo un seguimiento o acompañamiento para saber si estamos haciendo bien las cosas. Nos ofrecieron crédito y maquinaria para la empresa pero no las hubo”.

    Otra asociación es Maki Ruray Kuna. 11 mujeres son las encargadas de elaborar, comercializar y promocionar artesanías elaboradas a base de cáscara de naranja. Inés López es la representante legal y la encargada de gestionar la ayuda del IEPS. La asociación recibió capacitación, asesoramiento técnico y emprendimiento.

    López explica que las debilidades están en temas como exportaciones, licencias de envíos, asesoramiento para créditos y mejoramiento del producto artesanal. “No contamos con un diseñador artesanal que nos explique la iconografía del país”.

    Maki Ruray Kuna busca participar en la VI Feria de Artesanías del Mercosur que se realizará en Puerto Iguazú, Argentina, en octubre del 2018. Para eso necesitan crédito. “Nos indicaron de un asesor de Riobamba para realizar el préstamo en Ambato, pero ­todavía no tenemos respuesta”, se lamenta.

    Juan Pablo Guerra, presidente de la Asociación de Organismos de Integración del Sector Financiero Popular y Solidario, resalta que la EPS ha experimentado un período de fortalecimiento desde el 2011, cuando se aprobó la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria (EPS) y posteriormente, cuando se creó la Superintendencia, en el 2012.

    Según Guerra, el crecimiento de la cooperativa ecuatoriana es necesario y debe darse como respuesta a los cambios de la sociedad, por ejemplo, en el ámbito tecnológico y de facilidades para los socios. El cambio, no obstante, debe darse sin que las entidades pierdan su esencia, añade.

    Lucía Calderón, presidenta de la Confederación Nacional de Cámaras Provinciales de la Economía Popular y Solidaria, piensa distinto. “Sentimos que la economía popular y solidaria no es una prioridad mayor en temas como la contratación o compra pública, por ejemplo. Entonces, eso frena de cierto modo la actividad de los actores del sector real. Lo bueno es que estamos agremiados”.

    La Asociación de Confecciones Hidalgo Hermanos opera en la parroquia Huambaló, en Tungurahua. Es parte de la economía popular y solidaria. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    La Asociación de Confecciones Hidalgo Hermanos opera en la parroquia Huambaló, en Tungurahua. Es parte de la economía popular y solidaria. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Ecuador prevé ahorro de USD 500 millones anuales por plan austeridad

    Agencia EFE

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    El ministro de Economía y Finanzas, Carlos de la Torre, estimó que el país dejará de gastar alrededor de USD 500 millones anuales con el plan de austeridad aplicado ante la actual situación económica.

    «El decreto de austeridad nos permitiría un ahorro, o evitar gastos, por un monto que puede estar cercano a los 500 millones de dólares al año», aseguró este miércoles 20 de septiembre del 2017, en entrevista con radio Sonorama al valorar los primeros cálculos oficiales.

    A principios de mes, el presidente Lenín Moreno, emitió un decreto ejecutivo para reforzar la austeridad y la optimización del gasto público, que rebaja en un 10 % las remuneraciones de altos cargos y suspende el beneficio de «eficiencia» para los ejercicios fiscales 2017 y 2018.

    El decreto también elimina las vacantes en todas las instituciones del Estado y racionaliza el pago de viáticos por gastos de residencia.

    Regula, además, en el sector público los viajes al exterior, la movilización interna, la compra de billetes aéreos, prohíbe la compra de vehículos y la realización de eventos públicos y de capacitación en locales privados.

    Asimismo, dispone que las instituciones gubernamentales solo puedan contratar publicidad con la previa autorización de la Secretaría Nacional de Comunicación y reduce el personal asignado a la seguridad de las autoridades, entre otras medidas.

    Las disposiciones en el decreto se sumaron a otras que anunció Moreno en agosto y contemplaban la venta de uno de los dos aviones que usa la Presidencia para el desplazamiento de las máximas autoridades y de altos funcionarios.

    De la Torre indicó hoy que el Gobierno adoptará algunas «acciones económicas», ciertos «correctivos, afinamientos en diversos espacios» para afrontar la complicada situación del país, pero subrayó que no se prevé presentar un «paquetazo» como ocurría en el pasado.

    El ministro señaló que el Gobierno avanza con un programa «económico que es serio, creíble, responsable» y que elabora al momento su propuesta de presupuesto estatal para 2018 que confía en que esté lista para octubre venidero.

    En julio pasado, Moreno dijo que su país requerirá entre USD 8 000 y 10 000 millones anuales para solventar la deuda que heredó del pasado Ejecutivo, dirigido por su correligionario Rafael Correa.

    El ministro de Economía y Finanzas, Carlos de la Torre. Foto: Referencial del Sitio oficial del Ministerio
    El ministro de Economía y Finanzas, Carlos de la Torre. Foto: Referencial del Sitio oficial del Ministerio
  • El ahorro de tiempo y de dinero es la táctica de Fonsecarq & Tech

    Washington Benalcázar (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Mientras las edificaciones tradicionales se construyen ladrillo a ladrillo, la empresa Fonsecarq & Tech propone armarlas de pared a pared.

    Se trata de un tipo de vivienda industrializada, cuya planta está ubicada en Ibarra, en Imbabura.

    “No es la típica casa prefabricada. Nosotros ofrecemos soluciones habitacionales, con paredes y techo de hormigón armado y terminados de primera”. Así explica Óscar Fonseca, patriarca de este emprendimiento familiar, que lleva tres años en el mercado, con esta nueva tecnología.
    Los primeros 12 meses se dedicaron a investigar para encontrar un sistema que garantice reducir costos y tiempo en el momento de armar un inmueble.

    En el sector de Priorato, en el norte de la urbe, se fabrican los módulos. Para ello, se usa concreto reforzado con mallas de hierro, en moldes que dan forma a las futuras paredes, de 10 cm de grosor. Cada plancha mide 2,35 metros de alto por 3 o 4 m de ancho.

    El tamaño de los muros, que luego se ensamblan como un rompecabezas, también marca la diferencia de otros prefabricados, que utilizan módulos de 1 por 1 metro y materiales como metal y madera.

    La solución habitacional con mayor demanda que ofrece Fonsecarq & Tech es una de 22 piezas, que se arman en una superficie de 60 m². Con la ayuda de una grúa, se colocan las paredes sobre una plataforma de concreto, que tiene previamente instaladas las redes hidráulicas y eléctricas.

    Otra diferencia con las técnicas tradicionales de construcción es que no se necesita de muchos obreros para edificar cada casa.

    La empresa trabaja con un especialista en soldar piezas de metal y un ayudante. Ellos dirigen al operador de la grúa, para que coloque las planchas en el lugar exacto.

    Luego se fijan en anclajes de hierro, que se atraviesan con barras de metal. Finalmente, las paredes quedan soldadas y empernadas.

    Lucila Carabalí es una de los últimos clientes de este emprendimiento imbabureño.
    Quedó sorprendida porque solo en dos días los técnicos ensamblaron su casa, de 60 m². El inmueble está compuesto por sala-comedor, cocina, baño completo, dormitorio máster con baño, un segundo dormitorio y un estudio.

    Confiesa que se inclinó por este sistema, porque es asequible a su presupuesto. Ella adquirió su vivienda en USD 21 600.

    “Es una casa básica e ideal para una familia de cinco miembros”, señala la arquitecta Carolina Fonseca, representante técnica de la constructora imbabureña.

    Pero aclara que hay otras tipologías, de acuerdo con las necesidades y presupuestos de las personas. Todas distan mucho de los USD 70 000 u 80 000 que cuestan en promedio las casas familiares en el mercado local.

    La especialista, que es heredera de las técnicas de los prefabricados que iniciaron su abuelo y su padre, comenta que la empresa ha desarrollado también una vivienda básica, de interés social. Se trata de casas de 42 m², con todos los acabados, cuyos costos bordean los USD 17 000.

    La firma Fonsecarq & Tech está en capacidad de producir dos casas al día. Para ello cuenta con un equipo de ocho personas.

    Sin embargo, pueden multiplicar la producción instalando plantas en otras urbes, de acuerdo con la demanda, asegura el ingeniero Jaime Aguas, miembro del equipo técnico de la firma.
    Uno de los objetivos de esta empresa es demostrar que las casas prefabricadas bien hechas suben la autoestima de las familias.

    Óscar Fonseca (i),  Jaime Aguas,  Carolina y  Óscar Fonseca,  miembros de la firma que conquista el mercado. Fotos: Francisco Espinoza/para LÍDERES
    Óscar Fonseca (i), Jaime Aguas, Carolina y Óscar Fonseca, miembros de la firma que conquista el mercado. Fotos: Francisco Espinoza/para LÍDERES
  • Lenín Moreno recibió propuestas de cooperativas de ahorro y crédito

    Redacción Líderes

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    Los representantes del sector financiero Popular y Solidario se reunieron ayer, jueves 17 de agosto de 2017, con el presidente Lenín Moreno, con el fin de presentar propuestas para promover el crecimiento del sector a través de la inversión social.

    En la cita los voceros del sector plantearon cuatro propuestas. Pidieron un incremento de inversión para el desarrollo local mediante la promoción de empleo e inclusión económica; la reactivación del crédito de vivienda; y la consolidación de la institucionalidad de cooperativas de ahorro y crédito mediante la adecuación del Código Orgánico Monetario y Financiero.

    Una cuarta propuesta fue que se fortalezca el sistema popular y solidario a través de la vinculación a medios de pago electrónico.

    Moreno destacó la importancia del diálogo con los actores del sector de las cooperativas de ahorro y crédito, pues representan el 12% del Producto Interno Bruto (PIB). “El sector de la Economía Popular y Solidaria para nosotros tiene una importancia fundamental”.

    En el diálogo estuvo presente Kléver Mejía, superintendente de Economía Popular y Solidaria; Juan Pablo Guerra, presidente de la Asociación de Organismos de Integración del Sector Financiero Popular y Solidario (Asofipse), así como representantes de otras organizaciones que pertenecen a Asofipse.

    Esta agrupación está integrada por organizaciones del sector financiero popular y solidario que representan al 90% de depositantes del sector cooperativo.

    Juan Pablo Guerra, presidente de Asofipse, destacó que las cooperativas de ahorro y crédito tienen más de 6 millones de socios, «aportado en los últimos años al crecimiento y estabilidad de la economía del país».

    El sector tiene actualmente una participación del 65% en el sector rural, captando al año USD 8,3 millones en depósitos, según la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria.

    El sector cooperativo popular y solidario capta en promedio unos USD 8,3 millones en depósitos. Foto: Cortesía
    El sector cooperativo popular y solidario capta en promedio unos USD 8,3 millones en depósitos. Foto: Cortesía
  • El sector plantea nuevas normas para el desarrollo

    Redacción Cuenca

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    La normativa que permite a las cooperativas de ahorro y crédito emitir y operar tarjetas de crédito es uno de los principales cambios regulatorios que se aplicaron para estas instituciones financieras del Ecuador. Desde octubre pasado, la Juventud Ecuatoriana Progresista (JEP) fue la pionera con este servicio.

    Una vez que la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria entregó la autorización, esta cooperativa azuaya, que es considerada como la más grande del país por su nivel de activos, entrega a sus socios las tarjetas internacionales Visa y Mastercard.

    La Cooperativa JEP tiene tres presentaciones. La primera es la denominada Clásica, que tiene un cupo límite de hasta USD 1 000. La Oro hasta USD 5 000 y la Signature hasta 20 000.

    Según el director ejecutivo de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), Juan Pablo Guerra, es uno de los logros más relevantes para este sector y, en la actualidad, ya hay otras instituciones que realizan el proceso de calificación para también ofrecer este servicio a sus socios.

    Guerra dice que las cooperativas no solo deben tener la voluntad de hacerlo sino, fundamentalmente, demostrar que cuentan con las condiciones técnicas e institucionales para emitir una tarjeta de crédito. “La Superintendencia de Economía Popular y Solidaria garantiza el correcto funcionamiento de este servicio”.

    Por otro lado, Guerra señala que a través de la Asociación de Organismos de Integración del sector Financiero Popular y Solidario han entregado propuestas de normativas para mejorar la regulación del sector y consolidar su crecimiento.

    Entre otras, destaca, las políticas para el financiamiento de la vivienda de interés público. Además, entraron en vigencia las reformas para el fondo de liquidez del sector popular y solidario y una norma para el sostenimiento de las cooperativas relacionado con la constitución de las provisiones de los activos de riesgo.

    Para el sector también rigen regulaciones que permiten analizar y canalizar las políticas de inversión del seguro de depósitos y gestión del riesgo del crédito.

    “Estos lineamientos tienen el objetivo de motivar la prudencia financiera y, sobre todo, la calidad de las instituciones”, dice Guerra.

    Para el representante cooperativo, eso no representa que la totalidad de las expectativas del sector se hayan cumplido porque hay tareas pendientes. Según él, han planteado propuestas para la capitalización del sector y el manejo de la prudencia financiera en términos de la entrega de información, “que fueron presentados a la Presidencia de la República”.

    También, quieren tener más participación del sector popular y solidario dentro de las negociaciones que hace el Estado. Por ejemplo, plantearon la necesidad de que las inversiones que el Estado hace comúnmente en el sector tradicional también puedan ser canalizadas a través del sector popular y solidario.

    Entre otras, Guerra menciona la cancelación de los sueldos a los servidores públicos y el pago del bono de desarrollo humano. “Son propuestas específicas porque el sector se encuentra listo y preparado para asumir esos desafíos”.

    La Cooperativa Juventud Ecuatoriana Progresista emite y opera tarjetas de crédito desde el año pasado. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
    La Cooperativa Juventud Ecuatoriana Progresista emite y opera tarjetas de crédito desde el año pasado. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
  • Estas lavadoras se enfocan en el ahorro y en el ambiente

    Stives Reyes

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    La marca multinacional mexicana Mabe, que diseña, produce y distribuye electrodomésticos lanzó al mercado una nueva generación de lavadoras con las cuales le apuesta al ahorro del agua y el cuidado del medioambiente.

    Conscientes que en estos momentos existe preocupación a nivel mundial por la preservación del líquido vital y el desperdicio al lavar las prendas, Mabe diseñó las lavadoras ‘Aqua Saver Green’, las cuales permiten ahorrar hasta un 76% de agua por cada lavada.

    Según sus creadores, lavar un año con este producto equivaldría al agua que una persona se tomaría en 60 años “constituyéndose así en un gran aporte a la preservación y cuidado del ambiente”.

    Otto Icaza, gerente general de Mabe en Ecuador, indica que estas nuevas lavadoras se distribuyen en el país desde fines del año pasado en varias cadenas de electrodomésticos a nivel nacional. Sus precios van desde los USD 280 dependiendo del tamaño.

    Para Adriana Chávez, jefa de compras de productos de línea blanca de almacenes Sukasa y Todohogar, estos artefactos han tenido bastante acogida en el país por el ahorro que le brindan al consumidor. “Cada vez más los clientes buscan productos que consuma menos agua y luz para contribuir con su economía”.

    Cada semana Chávez realiza pedidos a Mabe para reponer las lavadoras que los clientes compran. Dice que la aceptación de la marca también ocurre por los diferentes modelos y tamaños que ofrecen. “Tienen desde 16 hasta más kilogramos de capacidad lo cual hacen que lleguen a más mercados”.

    Según Icaza, con estos productos la compañía le apuesta al país porque ve una oportunidad de crecer en ventas. Uno de los objetivos es que la marca sea reconocida ahora en la línea de lavado como lo es en refrigeración o cocina.

    En el 2016, Mabe cerró en el país con el 100% de su presupuesto establecido de ventas, de USD 60 millones; para este año espera un crecimiento de alrededor del 26% con respecto al 2016.

    Para lograr este objetivo, la firma cuyos artefactos son elaborados en Saltillo (México) apunta a tener más innovaciones en cada uno de sus productos. A nivel local han incorporado un nuevo personal de trabajo en lo comercial, mercadeo y finanzas.

    En Mabe Ecuador laboran cerca de 500 trabajadores. Además, tiene una planta en el norte de Guayaquil donde se elaboran cocinas de gas y de inducción. Estas son vendidas en el mercado local y también se exportan a más de 25 países en el mundo.

    Mientras que en lo internacional la firma cuenta con un nuevo socio desde el año pasado, la compañía china Haier, la cual compró el 48% de acciones de la empresa mexicana que estaban en posesión de General Electric (GE).

    Según Icaza, esto va a traer mayores beneficios para el mercado ecuatoriano. “Se están combinando estrategias para sacar productos de última generación con precios muy cómodos”, señaló.

    Otto Icaza es el gerente general de Mabe en el país. Espera tener este año un crecimiento cercano al 26%. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Otto Icaza es el gerente general de Mabe en el país. Espera tener este año un crecimiento cercano al 26%. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Sebastián Salinas: ‘La innovación social ahorra al Estado’

    Sebastián Angulo

    (I)
    Redacción Quito. LíDERES

    Sebastián Salinas, cofundador de Balloon Chile, un proyecto que busca fomentar y desarrollar el emprendimiento en comunidades a través del traspaso de herramientas y metodologías de innovación, explica los alcances y beneficios del programa.

    ¿Qué significa ser un emprendedor social?

    Es -ojalá- poder vivir de algo que tú harías gratis. Poder vivir realmente de tu pasión. Hacer algo que realmente te dé sentido y que no sea trabajar para alguien que ya tiene prácticamente todo, sino trabajar para mejorar el mundo. Los emprendedores sociales son muy poco indiferentes. Vemos todas las catástrofes que suceden y no podemos andar por el mundo diciendo no me compete. El emprendedor social se quiere hacer cargo de una parte del problema.

    ¿Cómo nació su proyecto?

    En el 2011 tuve la oportunidad de ir a África. Conocí a unos ingleses por un blog de negocios, quienes tenían un orfanato en Kenia y daban soluciones asistencialistas. Yo les conté que había trabajado con comunidades indígenas en Chile -con los mapuches- y me dijeron cómo lo hiciste. Me invitaron: “queremos que vengas a generar trabajo en Kenia”. Yo me fui a trabajar con 100 jóvenes keniatas en el desarrollo de negocios. Antes ya había hecho voluntariado, había trabajado fabricando casas con techo, pero nunca había visto un impacto tan grande de desarrollar negocios con los emprendedores. Hicimos un experimento: pusimos USD 500 en el mejor proyecto y a los ocho meses el proyecto estaba dando trabajo. Eso me cambió la vida, hubo un impacto social muy fuerte y dije ¿por qué no vendemos esto? ¿Por qué no vendemos la experiencia de generar líderes sociales a través del desarrollo de negocios en una comunidad? Que los jóvenes paguen para vivir esta experiencia que yo viví .

    ¿Cómo tomaron en Chile su propuesta? Un país más pragmático en temas de negocios.

    Uno nunca es profeta en su propia tierra. Al volver de Kenia pensé que el proyecto iba a funcionar muy bien porque Chile tiene un ecosistema de emprendimiento muy robusto. Durante dos años postulé para 14 fondos públicos y privados y las 14 veces me dijeron que no. Nadie te va a pagar por trabajar, por hacer voluntariado. Tu idea no sirve. Corfo -que es la institución más importante- me mandó una carta diciendo que mi propuesta no era rentable. Ahora somos caso de éxito de Corfo. En principio no hubo apoyo en Chile por un tema cultural.

    ¿Qué casos emblemáticos se han desarrollado a través de Balloon?

    La última iniciativa que ganó es de una señora que habitaba una vivienda social, donde las casas en su mayoría usaban bolsas de basura para cubrirse de la lluvia. Ella se dio cuenta de que las carpas para camión podrían funcionar para la vivienda social. Hicimos dos viviendas y las cubrimos con estas lonas y no se mojaban. Con USD 65 podíamos cubrir toda una vivienda social. Es un proyecto de alto impacto social. Otro caso: Jonathan Maturana, un orfebre, creó una joyería para hombres. Como el hombre no sabe comprar joyas, que casi siempre son regalos para sus esposas, creó productos para diferentes ocasiones.

    ¿Con cuántos emprendedores han trabajado?

    Hemos trabajado con 1 650 emprendedores a lo largo de Latinoamérica. Alrededor de 1 200 son de Chile, los otros son de México, Argentina y Venezuela.

    ¿Han pensado trabajar en Ecuador?

    Hemos tenido una serie de reuniones para ver si podemos hacer el programa Balloon en las comunidades de la Costa, por el tema del terremoto del 16 de abril pasado. Ahora estamos viendo el financiamiento y el entorno social y logístico.

    ¿Cuáles son las necesidades más comunes en las comunidades de la región?

    Primero las comunidades no tienen a quién vender sus productos y nosotros tenemos proyectos que le dan esa salida. Segundo, la diferenciación, vamos a una comunidad y todos venden exactamente lo mismo. En temas de turismo, hay comunidades que no están preparadas para las normas de turismo comunitario. No saben calcular costos; cuando ellos calculan los precios pueden ser muy baratos y generan pérdidas, etc.

    ¿Cómo conseguir que las empresas y autoridades apoyen a las iniciativas sociales en un entorno donde prima la rentabilidad?

    Nosotros cuando valorizamos un emprendimiento o una empresa lo hacemos por el ahorro fiscal. Por cuánta plata le ahorramos al Estado por trabajar con cada uno de los emprendedores. Si tú les muestras números concretos de ahorro apuestan por la idea. Esa es una tendencia muy fuerte, los bonos de impacto social. Nuestro trabajo siempre es público-privado: la empresa con los gobiernos regionales.

    ¿La empresa privada busca involucrarse con estos proyectos como parte de su plan de responsabilidad social empresarial (RSE)?

    Ahora la RSE es casi una licencia para operar. Es cómo yo pago esto para que las comunidades no me molesten mientras yo sigo extrayendo los minerales. No hacemos eso. Hablamos de la RSI: una responsabilidad social de impacto, que es que las empresas se involucran directamente con las comunidades y más que nada queremos que sean empresas responsables.

    ¿Cuál es la importancia de la innovación social en el actual contexto regional?

    Nos estamos dando cuenta de que la fuerza del mercado sí permite resolver los problemas sociales o medioambientales. Nos estamos dando cuenta que sí se puede ganar dinero y vivir bien, pero teniendo un impacto social muy importante. Así nacen estas nuevas formas de hacer negocios que son las empresas b, que son empresas sustentables en sí mismo, pero las utilidades están por debajo de los impactos sociales o medioambientales. A través de la fuerza del mercado tu puedes hacer un cambio real, no solo a nivel local sino mundial.

    ¿A quién le ha costado más entender sobre emprendimiento social?

    Yo creo que la empresa. El gobierno lo entiende más. Cuando tú le muestras un programa que funciona lo entiende. La empresa es más complicado, como te decía deber ver como un valor y no como filantropía o campaña de marketing.

    Hoja de vida

    Reconocimientos. Considerado uno de los 100 líderes jóvenes de Chile, en el 2015, por la revista Sábado de diario El Mercurio.

    Estudios. Licenciado, Ciencias Sociales con mención en Administración de Empresas por la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. Tiene una maestría en innovación y emprendimiento de la misma universidad.

    Otros proyectos. Director de Emprediem, una empresa B dedicada a democratizar el emprendimiento y la innovación.

    Trabajo en Kenia. En el 2011 fundó con otros colegas Balloon Kenia, con el objetivo de derrotar a la pobreza a través de la creación de empleo. Esta iniciativa sirvió para fundar Balloon Chile en el 2013.

    Sebastián Salinas, cofundador de Balloon Chile. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Sebastián Salinas, cofundador de Balloon Chile. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Sí se puede ahorrar en época de crisis

    Gabriela Coba

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    Actualmente el Ecuador está pasando un momento difícil, económicamente hablando. Según el Fondo Monetario Internacional la economía del país caerá un 4,5% en el 2016. Eso debido a varios factores como el precio del petróleo, la crisis mundial y el terremoto del 16 de abril. Por motivo de este último en el país se han tomado varias medidas económicas.

    Desde el 1 de julio se inició con el aporte solidario, además el 2 de junio se incrementó 2 puntos en el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Por estas razones son varios los ecuatorianos que se han planteando economizar al momento de comprar, pero ¿cómo hacerlo de manera inteligente?

    Patricia Calle, coordinadora del Programa de Educación Financiera de Mutualista Pichincha nos da algunos consejos para ahorrar en tiempo de crisis.

    1.- Diferenciar entre necesidad y deseo

    Al momento de querer compra algo se debe establecer si eso es una necesidad o un deseo. Si se determina que es lo primero, evidentemente hay que adquirirlo. Pero, si es un deseo Patricia Calle recomienda aplazar su compra.

    Necesidades son alimentos, trasporte, educación. Mientras que un deseo son golosinas, algunos artículos tecnológicos o cosas no indispensables, explica Calle.

    2.- Elaborar un presupuesto

    Antes de salir a hacer compras se debe hacer una lista de lo que se va a comprar, para no divagar al momento de esta en la tienda y adquirir cosas que no se necesitaban. “Es recomendable que cuando se hacen compras del hogar se pague basándose en un presupuesto, en una lista”, dice Patricia. Es importante que el monto que se establece no varíe, tratar de ajustarse a el lo máximo posible.

    3.- Cambiar los hábitos de compra

    Salir de compras debe ser una actividad para adquirir aquello que hace falta. No se deben hacer compras por paseo o para eliminar estrés, ya que puede ser contraproducente. Al ir al centro comercial el fin de semana con la familia puede significar gastar dinero en cosas que no estaban planificadas y por lo tanto tener que recortar el presupuesto de otras cosas o actividades.

    Patricia además dice que dentro de los hábitos de compra que se deben tener para ahorrar está el “aprender a ubicar los días de promociones”.

    4.- Aprovechar las ofertas

    Las porciones pueden ser grandes aliadas de los ahorradores si se las sabe manejar. Para constatar que la oferta sea real se debe comparar el precio anterior, en facturas de días previos, o comparar entre locales. Además, la coordinadora del Programa de Educación Financiera dice que “no se debe compra las cosas solo porque están en oferta”.

  • Se ejercitan con tecnología ponible y pueden ahorrar en el seguro de salud

    Agencia AFP

    Si hacen una vuelta a la manzana o dentro de la oficina seis veces al día se ahorrarán USD 1,50 del costo de su seguro de salud. Si intensifican esas actividades un poco alcanzarán un ahorro anual de USD 1 400.

    ¿Cómo? Vistiendo ropa especial que monitoriza cada paso que da, sus niveles de intensidad y otros indicadores de actividad física.

    Así es el nuevo producto de seguros promocionado por UnitedHealthcare, la segunda compañía aseguradora médica de los Estados Unidos, y uno de los tantos programas para incentivar la actividad física y reducir los costos en seguros de trabajadores y empleadores.

    “Uno de nuestros mayores desafíos es saber cómo incentivar y motivar a las personas a ser responsables sobre su propia salud y bienestar”, dijo Steve Beecy, de UnitedHealthcare.

    El dispositivo se llama Trio Tracker, y cuenta con tecnología de Qualcomm, “una innovadora”.

    A lo largo y ancho de Estados Unidos, crece entre los empleadores el uso de tecnología “ saludable ” que motive a sus funcionarios a llevar una vida más sana.

    Aunque los programas saludables no son nuevos, esta tecnología de seguimiento los ha perfeccionado como métodos de medición más precisos y han automatizado las actualizaciones capaces de verificar la actividad física.

    Una encuesta entre más de 200 grandes empleadores de la National Business Group on Health, descubrió que el 37% utilizaron en 2015 estos dispositivos de seguimiento de actividad, en tanto que otro 37% planea empezar a usarla en los próximos años.

    “Hay un fuerte interés (en utilizar esta tecnología) por el impacto a largo plazo que tiene en los costos de salud para el empleador”, comentó Scott Marcotte, del departamento de Recursos Humanos de Xerox, empresa que participó en la investigación.

    Fabricantes como Fitbit y Jawbone han multiplicado sus esfuerzos para ser parte de los programas de salud de las empresas. De hecho, una de las ofertas más grandes anunciadas el año pasado fue la del gigante minorista Target, que ofreció gratis o con descuento los dispositivos Fitbit para empresas con más de 300 000 empleados.

    ‘Plata por salud’

    Como incentivo extra, Target anunció que permitiría a los equipos de empleados que superen la media de pasos realizados al día, a recolectar más de un millón de dólares para donar a organizaciones sin fines de lucro locales.

    Esta estrategia de brindar incentivos financieros para actividades saludables es conocida en la industria como ‘gamification’. Jimmy Fleming, del grupo consultor Healthy Wage, dijo que estos incentivos económicos hacen la diferencia en la promoción de conductas saludables.

    “Tenemos muchos clientes que quieren subsidiar el programa para hacerlo gratuito, pero es menos efectivo”, dijo Fleming. 

    Uno de los programas del servicio de salud de la compañía Vitality Group provee un reloj Apple a USD 25, apenas una fracción del costo en tiendas minoristas. Sin embargo, el empleado debe “pagar” el reloj cumpliendo con una rutina física e idas al gimnasio todos los meses.

    Invasión de privacidad 

    No obstante, surge la duda sobre la posibilidad de recolectar datos privados que estos nuevos programas permiten a los aseguradores.

    Aunque tanto empleadores como aseguradores estadounidenses deben cumplir una normativa que indica que a los datos de salud solo pueden tener acceso los trabajadores, los detractores siguen preocupados.

    “La tecnología está superando las protecciones legales vigentes”, comentó Bradley Shear, un abogado de Washington especializado en normativa de privacidad.

    “Aunque algunos programas de salud y la información recabada están protegidos por la ley federal de privacidad, hay otros que no”, agregó.

    Un informe publicado este año por el laboratorio de ciudadanía de la Universidad de Toronto advierte de posibles problemas, como por ejemplo casos de violación y de reclamos de daños en los que se utilizó la información del seguimiento de actividad física.

    “Nos preocupa que las radios de los dispositivos de seguimiento físico puedan ser usado para controlar los movimientos de sus usuarios”, indica el informe.

    Por su parte, la consultora en tecnología Barbara Duck, quien escribe sobre privacidad en la salud en un blog, dijo que los incentivos financieros no valen la pena.

    “Esto no se trata de hacerte más sano en el largo plazo, esto se trata de recolectar la mayor cantidad de información que se pueda vender y de ponerte un precio”, dijo.

    La venta de dispositivos de alta tecnología ponibles aumentó un 200% en los últimos tres meses del 2015, alcanzando los 21 millones de unidades, según la última encuesta IDC.

    Otras investigaciones indican que al menos el 20% de los estadounidenses utiliza un dispositivo de seguimiento físico.

    “Uno de los principales desafíos de estos programas es que los que más tienden a utilizarlos, y por más tiempo, no forman parte del público objetivo con problemas crónicos de salud”, acotó Lynne Dunbrack, analista de IDC.

  • Luis Pástor: La capacidad para ahorrar es limitada

    Pedro Maldonado

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    Luis Pástor es Gerente de Advance Consultora analiza los resultados de un sondeo realizado por esta firma, que se enfoca en los ingresos de los ecuatorianos y la posibilidad que tienen de ahorrar. Asegura que el escenario actual es complicado, pero no es una catástrofe.

    Advance Consultora acaba de presentar los resultados de un sondeo sobre los ingresos de los ecuatorianos. Allí se detalla si esos ingresos alcanzan y si permiten ahorrar.
    ¿Por qué realizar un sondeo con esas características?

    En esta coyuntura, en la que se habla de crisis a diario, uno de los temas más relevantes es el ingreso de una familia y ver cómo sus integrantes perciben esta situación. Entonces, elaboramos un estudio coyuntural en noviembre pasado, con 1 200 encuestas en Quito, Guayaquil y Cuenca. Los resultados nos permiten entender qué piensa la gente, ahora que la palabra de moda es crisis.

    ¿Qué respuesta obtuvieron? ¿Qué está pensando la gente?

    Si hacemos un análisis por grupos de edad, tenemos segmentos que dicen que les alcanza mejor que otros. En el grupo comprendido entre los 20 y los 30 años, por ejemplo, nos dicen que sus ingresos les alcanzan y les permiten ahorrar; esto pasa, porque mucha de esta gente aún no tiene hijos y tiene capacidad de ahorro. Pero a partir de los 30 años en adelante va cayendo esa posibilidad de ahorrar. El segmento que menos posibilidad de ahorro tiene, según la encuesta, es la población de 61 a 70 años, probablemente por estar jubilados y ya no ser personas activas económicamente. Entonces, podemos decir que mientras más edad tiene la población disminuye la posibilidad de ahorro.

    ¿La encuesta también analiza si a esas personas les alcanza sus ingresos?
    Si hacemos una media de todos los segmentos por edades, podemos decir que a la mitad de los consultados lo que ganan les alcanza con lo justo.

    ¿Eso es bueno o malo?

    Digamos que se llega a un punto de equilibrio en el hogar. Con lo que ganan se cubren los gastos, pero no se tiene capacidad de ahorro y si la persona se descuida y se endeuda, no va a tener capacidad de pago. Entonces, sin capacidad de ahorro, la persona no se puede endeudar; además, si las personas se endeudan, van a tener problemas para pagar.

    Más allá de los datos y las cifras que arroja el sondeo, ¿cómo se pueden interpretar los resultados de su encuesta?

    El tema está en ver cómo está la distribución de la riqueza. En la encuesta se ve que los estratos más populares siguen siendo más vulnerables, con menor capacidad de ahorro. Ellos pueden ser los más afectados en una coyuntura como la que está atravesando el Ecuador.

    Muchos de sus integrantes pertenecen a la clase obrera, que, a veces, cuando las empresas hacen recortes, son los primeros en ser despedidos. Si pensamos en una empresa en época de crisis yo diría que se despiden más a obreros que a ejecutivos. A esto hay que sumar la percepción de una posible inestabilidad laboral, que puedan sentir las personas en la actual situación. Hay que agregar que a este segmento socioeconómico, sus ingresos les alcanza con lo justo, según los resultados del sondeo.

    ¿Se puede sostener que los obreros de una empresa son los más propensos a salir de una compañía durante los tiempos de crisis?

    Es un supuesto, pero razonado. Por ejemplo, en una panificadora que vendía 1 000 panes al día y que, por la crisis, sus ventas bajan a 500 panes, los primeros despidos estarán en quienes amasan el pan; porque, si la gente deja de comprar, también baja la elaboración. Pero sí se mantendrá el puesto de la persona que cobra en la caja, porque alguien debe cobrar, así las ventas disminuyan. Normalmente suele suceder así; no digo que solo sea ese segmento el afectado por los recortes de personal, pero es el más propenso.

    Otro dato del sondeo señala que la mayoría de la población cree que su situación económica se ha estancado, aunque muy pocos -menos del 5%- dicen que empeoró.

    La gente siente que no ha mejorado su situación económica y tampoco su capacidad de ahorro, que es limitada. Al estancarse no ha mejorado y vive con lo justo.

    ¿Qué sensación queda luego de presentar el estudio?

    La sensación es que este año y el próximo hay que ser prudentes en las acciones que desarrollan las empresas, pero tampoco es un escenario catastróficamente malo. No es un ‘apaguemos las luces y vámonos’. Más bien, se puede leer como que la situación económica no se percibe muy bien, pero tampoco es un desastre, al punto de cerrar los negocios. Las empresas están siendo prudentes y hacen ajustes, pero tratan de no caer en un círculo vicioso de pesimismo. Actúan así, porque si a la contracción de ventas se suma un factor de insatisfacción con el servicio o producto ofertado, la situación se complicaría aún más para los negocios. Hemos visto que las empresas están trabajando con el equipo que quedó, usando tiempo para capacitarse y tratando de mantener la motivación en sus colaboradores.

    Los grandes empresarios hablan hoy en día de ‘crisis peores’ en años pasados, que han sido superadas. ¿Qué pasa con el pequeño y con microempresario?

    Los micros y pequeños empresarios deben tener como espejo a las empresas grandes. Las pequeñas empresas dicen, por lo general, que no pueden hacer lo mismo que una grande, con décadas en el mercado, pero el espejo que pueden ver es que esas compañías siguen allí, pese a las crisis. Un empresario, pequeño o grande, debe ser perseverante y no caer en el miedo a la crisis.

    ¿Y en el caso de las personas comunes, la ‘gente de a pie’?

    La ciudadanía es sabia y sabe que en estos tiempos debe ser más cuidadosa en sus finanzas personales y restringirse en algunos temas. En la bonanza, las vacaciones eran de 10 días, ahora son de menos días y se viaja a lugares más cercanos y económicos. Además, el ‘ciudadano de a pie’ sabe que en crisis se regresa a lo básico. Se cambia la leche vitaminizada por la leche normal. Así se van ajustando poco a poco los patrones de consumo. La gente es cada vez más consciente de la situación y sabe cuándo ajustarse. Los ecuatorianos son creativos y saben ajustarse el cinturón.

    Fotos: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Fotos: Xavier Caivinagua para LÍDERES