Uno de los propósitos en los planes personales y familiares de Año Nuevo es cómo mejorar “la capacidad de resiliencia financiera”. Es decir, la forma rápida o lenta con la que una persona o una familia se recupera tras sufrir una caída fuerte, producto de una pérdida de empleo, reducción salarial o aumento del endeudamiento, debido al surgimiento de necesidades emergentes como las que aparecieron en los momentos difíciles de la crisis pandémica, por ejemplo quebrantos de salud a causa del covid-19 o de otra dolencia médica.
Esta propuesta toma fuerza en el momento que se la contextualiza -como argumento vivencial motivador de su impulso- con las experiencias pandémicas sentidas, en carne propia, por la mayoría de la población. En donde se pudo evidenciar que, desde la óptica de las resistencias financieras acumuladas, quienes lograron afrontar con mayor fuerza los efectos duros fueron las personas y familias que, antes de la crisis pandémica, vinieron construyendo, producto de la puesta en acción de un hábito actitudinal positivo: la cultura por el ahorro. Estos fondos que, como una especie de “sistema inmunológico financiero”, les ayudó a soportar los estragos sorpresivos de los momentos de iliquidez que paulatinamente fue generando el confinamiento obligado.
Frente a esta realidad, como un aprendizaje pandémico de cara a una preparación proactiva de lo que se viene en el 2021 y en años posteriores, aparece como prioritario que las familias, ahora sí, centren sus energías en acciones reales que contribuyan -como directriz clave de Año Nuevo- a la consecución de la meta familiar. Entre ellas, fortalecer anticipadamente la capacidad de resiliencia que, en última instancia, sea la que permita salir más rápido de alguna dificultad financiera. Porque, en el momento menos esperado, se puede activar alguna amenaza como lo ocurrido en el 2020, con las facturas gordas que fue pasando el covid-19 a las familias.
Entre las acciones, para lograr este objetivo se pueden resaltar las siguientes: seguir aprovechando, como producto del teletrabajo y teleeducación que se extenderá en buena parte del 2021, la posibilidad de generación de ahorros. Esto, como consecuencia de que las familias seguirán preparando, buena parte de sus alimentos en casa y además gastarán menos en movilidad, ya que la educación y el trabajo se hacían fuera de casa.
Además, otra acción es la relacionada con la definición -como política familiar interna- del destino de un 15% de los ingresos generados a crear un fondo de ahorro (predestinando de ese fondo, unos 5 puntos porcentuales, para uso exclusivo cuando aparecen de situaciones de emergencia).
Una tercera acción sería impulsar la creación de otras fuentes de ingresos familiares que, complementen a los que la familia ha venido percibiendo de forma ordinaria. En cuarto lugar, participación activa en programas de educación financiera; y quinta, como otra posible acción -que siempre se repite, es la eliminación de los llamados “gastos hormiga” que, a primera vista, parecen insignificantes, pero que cuando se los cuantifica a través de la suma acumulada -por ejemplo anual-, se puede ver la real dimensión de su impacto en la economía familiar.
Finalmente, todo lo que se acaba de proponer deberá ser ajustado y adaptado a la realidad del ingreso personal y familiar que, pensando en el 2021, deberán desarrollar habilidades de gestión del dinero para tiempos de una crisis sanitaria y socioeconómica que continuará propinando sendos coletazos.
Uno de los aprendizajes que dejó la pandemia en el 2020 es la necesidad de tener un fondo de ahorro. Imagen: www.freepik.es
Todos tenemos sueños y objetivos y la mayoría los sacamos a flote a principios de año. Sin embargo, las investigaciones apuntan a que solo una pequeña fracción de las personas logrará sus objetivos. Para ser exactos, solo un 8%.
En otra investigación se analizaron 31,5 millones de actividades de la red social para deportistas Strava, y se llegó a una sorprendente conclusión: El 12 de enero es el día en que la mayoría se da por vencido. ¡Tan solo 12 días después de haber comenzado!
En realidad, hay muchos factores a tomar en cuenta, pero la coherencia a lo largo del año es uno de los más importantes.
Lo bueno, es que medirlo a nivel personal puede ser relativamente fácil y aquí te dejo la receta: 1- Desarrolla tu visión, sueño u objetivos. 2- Define de manera aterrizada y detallada los hábitos, rutinas, tradiciones, comportamientos y creencias que necesitas para lograr ese objetivo. 3- Mídete a diario: ¿Estás siendo coherente entre lo que deseas y lo que crees, haces y las decisiones que tomas? De camino, es probable que tengas que decir que no para decir que sí, pero al final eso también es coherencia.
El Gobierno central cierra el 2020 con cierto alivio en el manejo de las cuentas fiscales, a pesar de no haber logrado cubrir el déficit que acumuló este año, ocasionado -en gran parte-, por los efectos de la pandemia.
El segundo desembolso de USD 2 000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), como parte de los compromisos acordados con el organismo, permiten al Gobierno atender atrasos con sus proveedores y cumplir otras obligaciones fiscales.
La aprobación de una ley contra la corrupción facilitó la entrega de esos recursos y en la agenda inmediata de los compromisos asumidos por el país con el Fondo está la aprobación de reformas al Código Monetario y Financiero. El Ejecutivo tiene previsto, en enero, remitir el proyecto a la Asamblea Nacional.
Algo destacado por las autoridades del multilateral es que el país comienza a registrar síntomas de recuperación económica. Inicialmente, el FMI estimó una caída del PIB del 11% este año y ahora su previsión es que se contraiga en un 9%.
La reactivación económica es fundamental de cara al nuevo año y es indispensable ajustar la agenda pública en esa
En épocas de Black Friday,Navidad y Año Nuevo el consumidor está bombardeado por una serie de ofertas que, al oído, suenan como favorables por la facilidad de pago que representan; siendo las más usadas las denominadas ‘cuotitas’ y los conocidos períodos de gracia que, al final, bajo un ejercicio de “efecto facilitación del financiamiento”, buscan postergar los pagos por las deudas adquiridas, convirtiéndose, así, en esas tentaciones para el financiamiento de las compras de la temporada.
Sobre estas opciones de endeudamiento que, bien manejadas, no son malas, es importante que el comprador tome algunas precauciones para evitar, en el futuro inmediato, el aparecimiento de fuertes dolores de cabeza por deudas que, debido a la activación del efecto acumulación en el tiempo de los pagos diferidos, se pueden convertir en un serio escenario de sobreendeudamiento.
Esto, el primero de enero del nuevo año, es el causante de los estragos indeseables de lo que muchos lo han sentido como una especie de “chuchaqui financiero” de inicio de año; pasando, así, de la felicidad de las fiestas a las multidolencias que podrían afectar la tranquilidad personal y de toda la familia por una buena parte de los meses del año que empieza.
En el caso de las ‘cuotitas’, algo que se debe considerar es el cálculo previo, a la decisión a tomar, del interés financiero que, generalmente, está detrás de la facilidad de pago otorgada. Ya que, cuando se suman todas las ‘cuotitas’ de la compra a realizar -muchas de ellas a 12, 24, 36, etc. semanas, meses u otra unidad de tiempo-, resulta que el interés pagado es exorbitante frente a lo que hubiese sido, si se escogía otra forma de financiamiento. De ahí, la importancia de comparar varias opciones, antes de seleccionar el mecanismo de endeudamiento facilitador de los pagos futuros.
Por su parte, cuando se escoge la opción del “período de gracia” -a pesar de que la oferta de financiamiento puede ser sin intereses-, el peligro viene por el lado de que, los pagos, al no hacerse de manera inmediata se van acumulando.
Y, claro, si no se hacen los cálculos matemáticos respectivos del efecto acumulación de obligaciones que, al final, tiene un límite que es la capacidad de generación de ingresos mensuales de la persona o familia que escoge esta opción; simplemente, lo que se habrá generado es el punto de partida de un problema financiero, debido a la seria dificultad futura de cubrir, con los ingresos disponibles, las deudas contraídas.
Y, claro, el cóctel ‘cuotitas’ y período de gracia, se combina de tal forma que la persona y las familias terminan acumulando una carga financiera que, con valores, aparentemente, pequeñitos de los pagos a realizar, se vuelve difícil de cubrir, ya que, los USD 15 de un pago, más los 10 del otro, los 18 del siguiente y, así, sucesivamente, coinciden en fechas parecidas para su cobertura.
Es ahí cuando el estado situacional financiero revienta con todos los problemas que se generan en términos de disponibilidad de dinero y también de la paz que tanto necesitan las buenas relaciones familiares; más aún, ahora, en épocas de una pandemia que sigue en evolución.
En las principales capitales del mundo se activan temporadas de descuentos por Navidad. En la foto, Londres. Foto: EFE
El 2020 ha sido un año digno de un profundo análisis en lo económico. En el 2020, el Ecuador ha ido enfrentado grandes obstáculos y problemas que, lejos de estar superados, han permitido identificar los caminos que debe recorrer el país si se quiere avanzar hacia un mejor futuro. En este sentido, la renegociación de la deuda y la apertura para la firma de nuevos tratados comerciales van en esa dirección.
Sin embargo, falta mucho por recorrer. El país necesita de una estrategia para generar oportunidades atractivas para el ingreso de capitales extranjeros de calidad. Necesitamos generar ventajas competitivas para competir con los países de la región y para ello es imprescindible eliminar impuestos que van en contra de estas necesidades, como por ejemplo el Impuesto de Salida de Divisas, pues este impuesto espanta al inversionista extranjero.
El 2020 debe ser visto como un año digno de análisis pues la propia pandemia nos permitió conocer de primera mano todas nuestras falencias y nos permitió también reconocer que el camino no se enmarca en la ideología sino en la practicidad y conveniencia.
El vicepresidente ejecutivo de la firma bananera Reybanpac, Vicente Wong Naranjo, explica los retos a los que se enfrentará el sector el próximo año y resalta su aporte a la economía. Reitera la necesidad de lograr acuerdos para empujar las exportaciones.
El último trimestre del año siempre es decisivo para el sector bananero, por la definición de contratos y fijación del precio de la caja de la fruta. ¿Cómo se están moviendo antes del cierre de año?
Estamos analizando cada situación por la que ha transitado el sector, como la caída de precios y la sobreoferta de fruta. Por ejemplo, este año no ha habido una temporada alta, producto de la pandemia. El mercado ‘spot’ o de venta emergente ha estado muy por debajo del precio mínimo de sustentación (PMS), que es de USD 6,40. En los últimos 16 años este escenario solo se ha presentado tres veces. La cantidad de oferta que existe en el mercado mundial también marca un escenario complejo. No solo Ecuador tiene picos de producción sino también Costa Rica, Guatemala y Colombia. Toda esa fruta la han tenido que procesar los mercados del Mediterráneo y de Oriente Medio y eso se ve reflejado en los precios.
¿Los cuellos de botella que hubo en los picos de la emergencia se han superado? Se han ido solucionando. Los gremios y las autoridades hicieron un buen trabajo al habilitar corredores logísticos para evitar paras en sectores prioritarios. Además, el hecho de haber pasado una paralización previa en octubre del 2019, por el paro nacional, nos sentó bases para saber cómo coordinar y atender de forma más ágil los inconvenientes que se pudieran presentar. El ausentismo fue disminuyendo a medida que fue bajando el pánico. Los departamentos de salud de las fincas fueron puntos claves para dar seguridad a los trabajadores.
En medio de la sobreoferta de fruta, ¿qué factores se considerarán para la fijación del precio de la caja para el 2021? Más que factores, la industria debe ajustarse a las nuevas realidades si queremos seguir compitiendo en otros mercados. Para lograrlo se necesita un precio que permita tener ventaja frente a otros países, porque ese valor es el que se transa en el exterior.
¿El sector exportador tiene propuestas para ese precio? Lo razonable sería que no se eleve el precio, pero lastimosamente casi nunca hay consenso entre productores y exportadores. La fijación del precio es un tema político, porque lo decide el ministro del ramo, en este caso Agricultura. Lo que hemos reiterado es que hay una nueva realidad y a eso debe ajustarse todo el sector.
Pero siempre ha existido una disyuntiva entre exportadores y productores, por el precio de la caja, ¿por qué? Porque siempre los exportadores tratamos de explicar que los precios deben ajustarse a lo que el mercado da.
Los productores rechazan la postura de grandes exportadoras, porque dicen no entender al pequeño bananero. Se deben analizar todas las aristas. Lo que se ha vivido este año no tiene comparación con el 2019. Se debe medir la realidad del mercado y la de todos los jugadores. Por ejemplo, cuáles ofrecieron más seguridades, cuáles cumplieron contratos y cuáles pagaron el precio mínimo de sustentación.
Entonces, el escenario es diferente al del año pasado… Totalmente diferente y eso es lo que se debe analizar de forma transversal en el sector porque somos una cadena.
¿Cuáles son los nuevos desafíos con los que tendrá que lidiar el sector en el 2021? El Pacto Verde o ‘Green Deal’ que se impulsa desde la Unión Europea es un reto enorme que impactará al país porque limitará el número de fincas que realmente podrán hacer envíos a ese mercado. Desde el 2019 se ha venido trabajando en los Límites Máximos de Residuos (LMR) como parte de ese pacto. La industria ha cambiado y Europa es muestra de ello. Es algo que vino para quedarse.
¿El país está listo para atender esas nuevas exigencias? Lo estamos, pero significa un gran cambio que debe estar dispuesto a hacer el sector. Sobre todo, para quienes tienen a la UE entre sus principales mercados. En la pandemia, los que tenían ubicada su fruta en este destino se mantuvieron estables. Ese es un gran punto para considerar. Sin embargo, Ecuador tiene una tendencia un poco facilista y cuando las cosas se ponen complicadas en un mercado se migra a otro.
¿La normativa verde es del todo clara para el sector? Parte y parte. Hay desconocimiento y utopía porque si se quiere tener fruta que se produzca en ambientes ecológicos debería revisarse una serie de especificaciones que ellos exigen. Por ejemplo, para enviar una fruta limpia y verde, tal y como solicitan, se utilizan ciertos agroquímicos o productos en poscosecha que ahora están siendo normados con los LMR. Hay una contradicción entre lo que buscan como objetivo y lo que realmente ocurre en la producción. No debe existir una desconexión en ese sentido. Es un programa que se enfoca en garantizar lo que se pone en la mesa, pero se han olvidado de la finca.
¿Cuál será el impacto? En costos, sobre todo, por las certificaciones para poder ingresar a la UE que estarían en el orden de USD 1,68. Estos valores difícilmente el mercado los podrá reconocer con el panorama actual. Es una situación complicada porque si no se hacen adaptaciones puede significar pérdidas de divisas, empleos, problemas innumerables en cuanto a costos y restricciones.
¿La sobreoferta también es un reto para el próximo año? Por supuesto. No solo Ecuador ha crecido a pasos agigantados sino varios países de la región que, con un hectareaje menor, tienen más productividad. Hay nuevos jugadores en el mercado que no se los tenía antes. México y Guatemala son ejemplos. Además, un punto que le quita ventaja a Ecuador frente a sus competidores es que varios de ellos tienen TLC.
Han sido reiterativos como sector en la apertura con países asiáticos, ¿por qué? Porque es la única posibilidad de reducir los aranceles que se imponen y ganar más presencia en esos mercados. Estas economías son las que más rápido se van a reactivar en la pospandemia y es necesario tener las herramientas para crecer. Con China, Japón y Corea, por citar, tenemos aranceles que están entre el 10 y 20%.
El acuerdo con EFTA está a punto de entrar en vigor. ¿Qué oportunidades representa? Es una buena oportunidad. Es necesario tener como país la mayor cantidad de destinos; más aún ahora, que existe una sobreoferta. ¿Cómo cerrarán el 2020? Somos optimistas y se espera un crecimiento, a pesar de la situación económica mundial. Pero la pandemia aún no ha terminado y puede haber un rebrote.
Su hoja de vida Formación. Economista por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
Experiencia. Vicepresidente Ejecutivo de la empresa Reybanpac, fundada en 1977.
Participación gremial. Ocupó el cargo de presidente del Directorio de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei) y fue presidente del Directorio de la Cámara de Comercio Ecuatoriano–Rusa. Actualmente es miembro del Directorio de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador y vicepresidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano – China.
Vicente Wong Naranjo, vicepresidente ejecutivo de la firma bananera Reybanpac. Foto: cortesía
Uno de cada tres adultos en Ecuador inició un negocio en 2019; es decir, 3,6 millones. La proporción casi no ha variado frente al 2017, que fue el último año que se hizo el estudio en el país.
Esto se desprende del reporte Monitor de Emprendimiento Global (GEM, por sus siglas en inglés) del 2019. La presentación de los resultados estuvo a cargo de Espae, la Escuela de Negocios de la Escuela Politécnica del Litoral.
Para la recolección de datos del informe, que se realiza en 54 países, se hicieron dos cuestionarios. El primero se aplicó a unos 2 063 adultos y el segundo a 37 expertos. Virginia Lasio, directora de GEM Ecuador, explicó que el año pasado el 78% de la población adulta consideraba que tenía las habilidades para emprendery el 35,8%, menos que el promedio en la región, tenía miedo al fracaso.
En Ecuador una parte importante de la población tiene altas intenciones de emprender. Uno de los principales indicadores del GEM es la tasa de Actividad Emprendedora Temprana (TEA), que incluye a todas las personas adultas que están en el proceso de comenzar un negocio o han iniciado uno que no sobrepasa el umbral de 42 meses. Este año la TEA de Ecuador fue 36,2%.
“En 2019, Ecuador presentó una TEA de 36,2%, superior a la de 2017 que fue de 29,6%”. El cambio se dio porque hay más personas, emprendedoras nacientes, tomando acciones para poner en marcha un negocio, que aún no está en funcionamiento.
En el país la mayor cantidad de emprendedoras son mujeres y la mayoría se encuentra en la zona urbana. Más de la mitad de las personas que desarrollan negocios tienen menos de 35 años y son gente con mejor formación.
En cuanto a los sectores en los que se emprende en el país, el principal es el comercio.
Emprendimiento y covid-19 Este año, Espae también presento datos de otra encuesta que se realizó a propósito de la pandemia. Se consultó a 150 dueños de negocios y seis expertos.
Tasa de actividad emprendedora temprana
37 participantes indicaron haber cerrado sus negocios durante los meses de la crisis. “Los 113 restantes representan a negocios pequeños o medianos de diferentes sectores de la economía, teniendo mayor representatividad los emprendimientos del sector de información y comunicaciones (22%)”, detalla el informe.
Xavier Ordeñana, decano de Espae y miembro de GEM Ecuador, indicó que la situación del país es compleja y que una recuperación real, a niveles de 2016, se podrá alcanzar en aproximadamente cinco años. Cree que en adelante habrá más personas que busquen emprender por necesidad.
Ante el difícil momento hay organizaciones que, apenas comenzó la pandemia, decidieron ayudar a impulsar negocios. Una de ellas fue Épico, empresa pública de emprendimiento e innovación del Municipio de Guayaquil.
Por ejemplo, articuló la mesa de trabajo ‘Guayaquil se levanta’. En ese sentido se lanzaron proyectos como una plataforma de comercio electrónico, en la que se registraron 1 500 emprendedores; capacitación en bioseguridad, etc.
Bianca Dáger, gerenta general de la firma, explicó que el 94% de los hogares de esa ciudad enfrentó una alteración de sus ingresos tras la crisis. El 65% de las personas que perdieron su empleo ve el emprendimiento como una fuente más cercana de ingresos.
Agregó que en este tiempo hubo un fuerte aceleramiento digital.
Ante ello, existen grandes oportunidades para todos los que quieran emprender y usar el comercio electrónico. Detalló que previo al covid-19, menos de USD 80 millones se vendían en este segmento a la semana en Ecuador, pero ahora son USD 500 millones; para finalizar el año esta área representará el 2% del Producto Interno Bruto.
Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship y profesora de IAE Business School, agregó que también hay grandes oportunidades en áreas como telemedicina, trabajo remoto, asistencia sicológica, cuidado de las personas, energía, etc.
El informe Cifras. El emprendimiento por necesidad corresponde al 32,3% de los encuestados .
Visión. Diego Chang, co fundador de la marca de ropa Indie, explica que actualmente los emprendedores enfrentan la reducción de la demanda como consecuencia de la pandemia. Previo a ello, sin embargo, la economía ya estaba golpeada.
Proyectos. Dáger explicó que Épico lanzó el plan de acción para emprendimientos para la ciudad de Guayaquil.
Más de la mitad de las personas que desarrollan negocios tienen menos de 35 años y son gente con mejor formación. Foto: https://www.freepik.es/
Los seres humanos estamos rodeados de convencionalismos. Los códigos morales, las normas de convivencia social, las leyes y principios jurídicos, se basan en convenciones; de ahí su carácter relativo.
Concretamente, el año nuevo, pese a ser una referencia convencional del tiempo, tiene un impacto decisivo en la conducta individual y colectiva.
Los sujetos se hacen toda clase de expectativas, se prometen a sí mismos (y también a los demás) todo cuanto el desbordamiento emocional les permite. Ocurre una suerte de metamorfosis, lo imposible; todo en virtud de que el tiempo convencional marca un nuevo comienzo.
Los actos rituales orientados a marcar hitos temporales, el fraccionamiento del tiempo, perviven en el inconsciente colectivo. La idea del nuevo comienzo, del eterno retorno; la recuperación del estado primigenio, el renacimiento, forman parte de las culturas tradicionales de todo el planeta.
Se ‘quema’ el tiempo viejo, se usa el poder purificador del fuego, entonces se resurge de las cenizas, como el ave fénix.
Esa nueva condición anímica ayuda a muchas personas a establecer un antes y un después para sí mismas; cuentan con las energías y el entusiasmo necesarios para recomenzar.
Entonces, ¿por qué no proponerse empezar con un nuevo trabajo? ¿Por qué no dejar atrás la seguridad de lo habitual y renacer como el sol de cada mañana?
Pero el pensamiento mágico asociado con la idea del renacimiento puede llevar a algunos sujetos a creer que bastará con lanzar el pedido al universo, con un deseo vehemente, para que la cosa se cumpla.
Ciertamente, el nuevo comienzo del tiempo puede ser usado como una fuerza propulsora; sin embargo, sostener, mantener los ideales, las metas, exige de la fuerza de la voluntad, de carácter, de disciplina, de compromiso.
Un nuevo trabajo, ¡por qué no! ¿Qué hay, entonces, de una buena hoja de presentación profesional? ¿Qué del enfoque de lo que realmente se quiere hacer? ¿Cómo va la lista de empresas de interés? ¿Algún avance en el entrenamiento de cómo manejar las entrevistas de trabajo?
No nada hay peor que volverse esclavo de las promesas. Si usted siente que las promesas laborales para el 2019 están fuera de proporción, o demasiado pobres reescriba lo que piensa pedirle al año nuevo. En ese proceso, conviene que diferencie entre objetividad y pesimismo, entre soñar y divagar; entre osadía y temeridad. Entre prudencia y falta de arrojo.
Existen condiciones internas y externas para la concreción de las metas del año nuevo. Hallar el punto justo entre conocimiento e intuición; entre actividad y reposo, entre trabajo y familia. Autoeducarse, no solo en lo académico, sino en el extenso campo del conocimiento humano. Mantenerse vinculado a círculos profesionales afines.
Cada uno de estos aspectos deben ser considerados antes de la cuenta regresiva. Visualice, entonces, con todo sus fuerzas, cómo quiere a su nueva empresa, a sus nuevos jefes. Ah, y no se olvide del nuevo salario.
El encanto, los colores y los diseños de las flores se convirtieron en la pauta para la pareja de esposos que decidió incursionar con su marca de rosas preservadas al mercado nacional.
Bárbara Salazar y Andrés Fuseau crearon la marca Belle Fleur Ecuador, en mayo de 2017.
En este negocio se elaboran rosas eternizadas. Estas flores preservadas se entregan al público en una caja forrada a mano, con estilos personalizados. “La idea es crear diseños florales sobrios, elegantes y de calidad con un toque de sentido de moda y tendencias de colores”, comenta Salazar.
Belle Fleur ofrece al público más de 15 diseños de cuerina para la decoración de las cajas. La emprendedora asegura que este material es libre de crueldad animal.
El tiempo de duración de la flor es de, aproximadamente, un año, considerando que puede tener un lapso más extenso de vida, según el diseño de la rosa y el cuidado.
La marca permite al cliente diseñar su propio arreglo floral: combinación de colores a su elección y una dedicatoria agregada en la cuerina de la caja. Se puede incluir en el recuerdo detalles como chocolates u otros objetos.
La tienda realiza sus ventas, únicamente, a través de Internet. En bellefleurecuador.com se ofertan los productos de la firma, así como vía redes sociales.
Las rosas preservadas de la marca han llegado a todo el país. De igual manera, el negocio ha recibido pedidos de visitantes que desean llevar sus productos como obsequios para sus familiares.
El negocio mantiene convenios con Servientrega y SendMe (Guayaquil). Estas empresas se encargan de la distribución directa del producto.
Inicialmente, Belle Fleur recibió asesoría de TypoStudio y Sideralsoft. Estas organizaciones se encargaron de la creación de la página web y de la publicidad de la marca en el mercado local. Actualmente, el encargado del marketing es Fuseau.
Del manejo, de la parte creativa, artística, diseño de producto y fotografía de los arreglos florales se encarga Salazar.
La pareja de emprendedores asegura que mantiene tres tipos de clientes: los de ocasión, para eventos sociales; los que buscan decorar hogares u oficinas y los corporativos, que solicitan diseños con el logo de su empresa plasmado en la caja.
Las rosas con las que se elaboran los productos provienen de florícolas en diferentes provincias y algunos sitios extranjeros.
Belle Fleur tiene, también, arreglos de rosas simétricos, es decir, en empaques con formas geométricas. Sus productos tienen nombres franceses: La Bisou, La Jolie, La Mini, La Petite, La Midi, La Grand, La Carré y La Maxime.
El precio depende de la cantidad de rosas que se requiera. Los costos van desde USD 20 por un rosa preservada (La Bisou), hasta USD 250 las 49 flores eternizadas (La Maxime).
De la misma manera, la marca utiliza tres tamaños diferentes de flores: minirosa, rosa estándar y rosa gigante. Los colores varían entre arcoíris y metalizados.
Esta empresa también comercializa rosas preservadas de jardín y orquídeas eternizadas.
Los clientes de Belle Fleur pueden entregar a los emprendedores sus propias macetas o bases a su elección para que en el negocio de decoración realicen los arreglos florales con los botones. Siempre se usa producto preservado.
La microempresa requirió una inversión inicial, entre materia prima, diseño de marca, adecuación y publicidad de, aproximadamente, USD 15 000.
Los ingresos mensuales del negocio oscilan entre USD 4 000 y 5 000. Las ventas se incrementan en fechas festivas en febrero, mayo y diciembre. En esa época los montos mensuales alcanzan hasta USD 10 000.
A pesar de que el negocio se mantiene en el mercado desde hace menos de un año, los ingresos y las ventas suben cada mes.
Andrea González es una de las clientes de Belle Fleur. Ella solicitó el pasado mayo dos arreglos florales de 36 rosas preservadas. “El diseño de las cajas y los colores vivos de las flores son un obsequio perfecto para cumpleaños y día de la madre”, manifiesta de forma entusiasmada.
Bárbara Salazar exhibe algunos diseños de su línea de productos florales, en su taller ubicado en Cumbayá.
Foto: LÍDERES
Desde fiestas en la playa, hasta los más espectaculares shows de juegos pirotécnicos se pueden vivir el 31 de diciembre en ciudades como Río de Janeiro, Nueva York, Berlín y Londres.
En la ciudad brasileña el verano austral obliga a que las celebraciones se realicen en los exteriores. Las calles se llenan de un ambiente festivo, pero el epicentro será la playa de Copacabana, donde cada año se realizan conciertos gratuitos y fiestas masivas. Desde barcos situados frente a la playa se lanzarán unas 20 toneladas de fuegos artificiales, iluminando la primera madrugada del 2018.
En Nueva York ya es una tradición el lanzamiento de una bola gigante en el Times Square, anunciando la llegada del nuevo año. Esta ciudad está en pleno invierno, por lo que es recomendado llevar ropa térmica.
En Berlín, la capital alemana, la fiesta más grande toma lugar en la histórica Puerta de Brandeburgo. En esta ciudad también hay shows de juegos pirotécnicos.
Otra alternativa en Europa es Londres, donde de acuerdo a CN Traveller, existen múltiples opciones para festejar. Habrá una fiesta formal en el hotel de lujo The Ritz y otra, totalmente contraria a los trajes y corbatines, llamada Prohibition Party. La organización anunciará la locación en los últimos días de diciembre.
Nueva York: El invierno no ha sido impedimento para que esta ciudad estadounidense festeje cada año a lo grande, tanto la Navidad, como año nuevo.
Río de Janeiro
Copacabana es la playa que ha acogido fiestas históricas, como la del Mundial o de los Juegos Olímpicos. En fin de año, la celebración no es diferente.
Berlín
La capital alemana se enciende con juegos de luces, fuegos artificiales y conciertos multitudinarios que invitan a los visitantes a celebrar.
Londres
Un show de juegos pirotécnicos se realiza cada año en esta ciudad. Desde el puente Lambeth o el barrio Vauxhall se puede ver los fuegos de forma gratuita.
El invierno no ha sido impedimento para que Nueva York festeje cada año. Foto: Agencias