El Banco Mundial anunció la semana pasada que estaba deteniendo la publicación de su famoso ranking “Doing Business”, para investigar presuntas irregularidades en la recolección de los datos con los que clasifica anualmente el clima de negocios e inversión en los países, y que suscitaron una controversia por una baja en la calificación a Chile, durante el gobierno de Michelle Bachelet.
El organismo indicó quellevará a cabo una revisión sistemática de los cambios en los datos de los últimos cinco informes de Doing Business, y que auditores independientes investigarán la recopilación de datos y los procesos de revisión.
“La publicación del informe Doing Business se detendrá mientras realizamos nuestra evaluación”, indicó el banco. El estudio ha sido controvertido durante mucho tiempo porque clasifica a los países basándose en indicadores sobre cómo sus burocracias y regulaciones gubernamentales afectan -y a menudo limitan- su atractivo como destinos para la inversión empresarial.
El informe Doing Business más reciente, publicado en octubre de 2019, mostró que los países de A. Latina quedaron rezagados.
Si usted va a salir del país y quiere usar su tarjeta de crédito debe avisar al banco. Este procedimiento brinda seguridad al cliente.
Asobanca explica que la Resolución 771 de la Superintendencia de Bancos, del 30 de julio del 2018, determina que “para permitir transacciones desde el exterior por cualquier canal electrónico y tarjetas, las entidades controladas deben tener la notificación expresa del cliente a través de llamada telefónica, página web, presencial u otro canal, señalando el período y los países en los cuales realizará sus transacciones”.
César Andrade, subgerente de tarjetas de crédito de Banco General Rumiñahui, explica que en el caso de esta institución el usuario debe informar a un número determinado que va a salir de viaje. Deberá indicar los países que visitará, la fecha de inicio del viaje y la de retorno.
El directivo explica que por cada compra que la persona realice fuera del país le llegará una notificación a su correo electrónico. Recomienda siempre estar pendiente para evitar robos o clonación de las tarjetas.
La entidad tiene 58 000 tarjetas emitidas a escala nacional, de las cuales el 92% se pueden utilizar en cualquier país.
En Produbanco, por su parte, a través de la página web o la aplicación móvil del banco el cliente debe indicar las fechas de su salida de viaje, destino y contacto en Ecuador. Así lo indica Sebastián Quevedo, vicepresidente de Medios de Pago de la entidad.
“No es necesario activarla para poder realizar consumos en el extranjero, ya que son tarjetas de usointernacional. Lo ideal es que el cliente notifique de su salida para que cualquier transacción que pudiese resultar inusual alerte a los sistemas de monitoreo del banco. No existe tiempo de anticipación de la notificación; lo puede, incluso, realizar cuando ya se encuentre en el extranjero”, detalla.
La entidad también explica que existe una tarifa de USD 1,70 más impuestos por consumos en el exterior mayores a USD 100, hechos con tarjetas de crédito. Los dispositivos de esta institución pueden usarse en las redes de Visa o Mastercard a escala mundial.
Todas las tarjetas de esta entidad son internacionales. Lo mismo sucede en Banco Internacional con sus 115 000 tarjetas.
Dicha entidad explica que el cliente puede comunicarse por teléfono e indicar que el dispositivo se usará fuera del país, en qué naciones, fechas, el teléfono de alguna persona de contacto y su relación. Lo mismo se puede hacer a través de la banca en línea; deberá ingresar con usuario y clave y llenar un formulario.
Aunque la tarjeta siempre está activa, el banco recomienda dar aviso de la salida con 48 horas de anticipación. Asimismo, se pide no dar la tarjeta a desconocidos.
Hay un recargo de USD 1,90 (con IVA) cuando el cliente realiza compras mayores a USD 100. Bertha Romero, especialista en finanzas personales del programa de educación Tus Finanzas, explica que antes de cualquier notificación al banco el consumidor debe averiguar si su tarjeta sirve para realizar consumos en el exterior.
Se debe tomar en cuenta que el pago se hace al cambio oficial de ese momento en el país en el que se encuentre el tarjetahabiente.
Asimismo, el usuario debe saber que si supera el límite establecido por la Ley para compras internacionales tendrá que pagar el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD).
Carlos Licto, especialista en derecho tributario, recuerda que la Ley para el Equilibrio de las Finanzas Públicas establece que cuando se realicen compras en el exterior con tarjeta de crédito o debito quedan exentos del pago del ISD (5%) los consumos anuales equivalentes a USD 5 017,33; en adelante estarán gravados. Sin embargo, la semana pasada se supo que esta se derogó el pasado 9 de mayo a través de la Ley del Adulto Mayor.
Según la página de la Superintendencia de Bancos, la facturación de consumos en el exterior en enero fue de USD 158 millones.
Las entidades financieras solicitan al cliente que va a usar sus tarjetas de crédito que indique qué país visitará, las fechas de salida y retorno, etc. Esta medida garantiza seguridad para el consumidor que se desplaza por negocios o turismo. Ilustración: Ingimage
Los indicadores de inclusión financiera en Ecuador están muy por debajo de los de América Latina. Esa fue una de las conclusiones principales del estudio Diagnóstico y recomendaciones para promover la inclusión financiera en Ecuador que se presentó en Quito, en abril pasado.
¿Por qué es importante que más gente acceda a las entidades bancarias o del sector financiero de popular y solidario (SFPS)? Debido a que, según el documento elaborado por la firma Marulanda & Consultores, de esta manera la población puede beneficiarse de servicios integrales como ahorro, crédito, seguros, pagos, transferencias, etc. Además, dinamiza el desarrollo económico, ayuda a reducir la informalidad y se convierte en una herramienta de lucha contra la pobreza.
En el 2017, según cifras de la encuesta Global Findex del Banco Mundial, el 51% de los adultos en Ecuador tenía una cuenta en el sistema financiero; en América Latina el 55%. En el país, solo 12% reportó haber tenido un crédito.
Ecuador supera a Colombia y Perú en lo que se refiere a cuentas por adulto, pero no en cuanto a préstamos. Bolivia y Chile están entre los países de la región en los que más adultos tienen cuentas y créditos en entidades financieras.
El estudio indica que hay adultos en el país que tienen varias cuentas y que puede haber una inactividad alta de estas; la percepción es que un 40% a 50% pueden estar en esta condición. Algunas se crean para recibir un crédito, pero no se vuelven a usar.
Lo que sí se destaca en el análisis es que Ecuador tiene una alta diversidad institucional: bancos (privados y públicos) y entidades del sector financiero popular y solidario (SFPS). Su existencia ofrece enormes oportunidades para promover la inclusión, según Beatriz Marulanda, asociada senior de la consultora que levantó el estudio de inclusión financiera.
Según la Asociación de Instituciones de Microfinanzas, que agrupa a Finca, DMiro, bancoDesarrollo, VisionFund y Solidario, en el país existen entre cuatro y cinco millones de personas que no son atendidas por el sistema financiero. Algunas de ellas acceden a financiamiento, por ejemplo, a través de la usura.
La agrupación está trabajando en una política integral de inclusión financiera que cubre promoción de productos y servicios adecuados, normativa, exigencias mínimas de metodologías de crédito, educación financiera, puntos de atención alternativos, etc.
Se debe tomar en cuenta los resultados positivos que arroja el estudio con relación a las posibilidades de los ciudadanos de acceder al sector financiero: red de sucursales, de cajeros, etc.
“Si a las sucursales del sistema bancario le sumamos las del sector cooperativo se refleja una buena penetración” , indica Marulanda. A pesar de ello, el país enfrenta un lento avance tanto en la oferta como en el uso de lo digital.
Por ejemplo, hay un bajo número de puntos disponibles en la economía para usar la tarjeta de débito para “hacer algo más que un simple retiro”. Es decir, hay sitios en los que el dispositivo no se puede usar. “Si eso sucede, el plástico se puede quedar en un cajón y no va a servir. Si los productos que las entidades ofrecen a los clientes no brindan la posibilidad de ser usados no generan beneficio”.
Eso, por ende, lleva a mayor uso del efectivo a escala nacional.
El estudio también cree que se deben aplicar más esfuerzos para impulsar el uso de medios electrónicos. José Ricaurte, vicepresidente de Banca Minorista de Produbanco, explica que “la cultura ecuatoriana se ha adaptado a un modelo de atención presencial por lo que es un reto implementar costumbres alineadas a la tecnología (…) estamos incluyendo cada vez nuevos canales de pago”.
Banco Solidario lanzó una página web que ofrece crédito por Internet de libre disponibilidad, renovación de otros tipos de crédito, etc. La entidad atiende a clientes con ingresos mensuales de entre USD 350 y 1000.
Bancos y cooperativas buscan más presencia
Personal de Banco Solidario atiende a dos clientes en su oficina matriz, en Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
Redacción Cuenca (I) redaccion@revistalideres.e
Los bancos privados y las cooperativas de ahorro y crédito del país aplican estrategias para llegar a más personas que no tienen acceso al sistema financiero.
El Banco Pichincha, por ejemplo, aplica un modelo de negocio para bancarizar a microempresarios y a la población más vulnerable.
Según el vicepresidente ejecutivo de Negocios, Ignacio Maldonado, el modelo tiene tres factores principales. El primero consiste en que su fuerza de ventas de campo, a través de metodologías de microcrédito, brinda soluciones a sus clientes y entrega productos y servicios financieros.
El segundo, agrega, es que los procesos, productos y el equipo humano están alineados con la misión, valores y modelo de gestión sostenible de la entidad. Finalmente, destaca la experiencia en el negocio y el conocimiento del sector microempresarial.
En el 2018, este banco dio USD 890 millones en créditos de microfinanzas, que financiaron necesidades de capital de trabajo y activos fijos para actividades comerciales, de servicio, productivas y agrícolas.
Banco Pichincha atiende al área rural de las 24 provincias con 1 000 ejecutivos de microfinanzas. Más del 30% de su cartera de microcrédito está destinada a clientes de ese sector.
Además, tiene la red de corresponsales no bancarios Mi Vecino, que llega a 9 000 puntos en el país. El 41% está en la zona rural. Su objetivo es reducir el tiempo y costo de desplazamiento del cliente.
El sector cooperativo, señala Juan Pablo Guerra, director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur, tiene 598 instituciones que atienden a 6,9 millones de socios. Estas entidades cuentan con 2 838 puntos de atención, que inciden en una mayor inclusión financiera.
De esta cantidad, 1 519 puntos están en zonas de alta ruralidad. “Las cooperativas siempre han buscado atender a los segmentos que requieren mayores oportunidades”.
Guerra dice que por cada dólar que las cooperativas reciben en depósitos, USD 1,65 son colocados en zonas de alta ruralidad. Es decir, se captan recursos de la zona urbana y se trasladan a la rural. “Con eso se generan más oportunidades”.
Él admite que hay temas pendientes para mejor la inclusión financiera. Entre otros, mejorar los servicios y la educación financiera y conocer más las necesidades de las personas.
La Cooperativa Andalucía incursionó en banca por Internet y están por lanzar su aplicación móvil. Además, tiene proyectos para generar mayor acceso a sus servicios en poblaciones no atendidas o con baja cobertura, señala Álex Carpio, subgerente de Tecnología y Operaciones.
Además, su personal visita zonas rurales donde no pueden instalar una oficina para atenderlas y abrieron agencias en Lago Agrio, Pedro Vicente Maldonado, Urcuquí y Cotacachi.
“Continuamente desarrollamos productos y servicios que facilitan el acceso a personas que no se encuentran bancarizadas mediante la optimización de requisitos en nuestros procesos, generación de facilidades en el acceso a créditos, flexibilización del manejo de sus recursos con diferentes tipos de cuentas de ahorro, ahorro normal, flexible y programado”, explica Carpio.
La cooperativa Jardín Azuayo tiene oficinas en zonas urbanas y rural del sur del Ecuador. Ecuador supera a Colombia y Perú en lo que se refiere a cuentas por adulto, según un estudio. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Desde el 1 de agosto del 2018 Juan Carlos Alvarez es el nuevo representante del Banco Mundial en Ecuador. Él reemplaza a Indu John-Abraham, quien ocupó el cargo durante los últimos cinco años.
Alvarez nació en Costa Rica, estudió derecho en la Universidad Autónoma de Centro América y tiene estudios de postgrado en derecho internacional en la American University en Washington. Antes de unirse al Banco Mundial trabajó para el sector público y privado en Costa Rica.
Inició su trabajo en el Banco Mundial en el 2000 como abogado de la vicepresidencia legal para América Latina y el Caribe, donde colaboró con Bolivia, Ecuador, Perú, Guatemala, México y Colombia. Desde el 2005 estuvo en las oficinas regionales de México, Nueva Delhi y Dubai.
“El nuevo funcionario apoyará el trabajo del equipo del Banco en Ecuador para implementar el actual portafolio de proyectos. Además, durante el próximo año y medio, en colaboración con el Gobierno, liderará la elaboración de la nueva estrategia de trabajo de la entidad en el país. La estrategia tendrá una duración de cuatro años y sus principales objetivos serán apoyar los esfuerzos para reducir la pobreza y fomentar un crecimiento económico sostenido e inclusivo”, indicó la institución.
El Banco Mundial financia ocho proyectos en Ecuador: cuatro se implementan con gobiernos locales y cuatro con el central. El financiamiento total asciende a USD 1 400 millones, que cubren áreas clave para el desarrollo tales como agua y saneamiento, transporte, educación y agricultura.
Adicionalmente, se proporciona asistencia técnica en nutrición, evaluación de la calidad de gasto, protección social, transporte, entre otros temas.
El Banco Mundial financia ocho proyectos en Ecuador: cuatro se implementan con gobiernos locales y cuatro con el central. Foto: Captura de pantalla
Petrona Tuglema y su esposo Antonio Carrillo viven en una comunidad distante de Colta, Chimborazo. Ellos se dedican a la crianza de cuyes y conejos para venderlos en los mercados de Cajabamba y Riobamba.
El negocio lo iniciaron ese mismo año, cuando obtuvieron un crédito de USD 500 para capitalizar su pequeño emprendimiento, sembrar pastos y construir cuyeras adecuadas para la crianza de esos animales, así minimizaron pérdidas y mejoraron la calidad de sus productos. Son clientes de Vision Fund desde el 2012
“Nuestra situación era muy difícil. Fuimos engañados por un coyotero y nos quedamos con una deuda altísima en el banco”, recuerda Carrillo, de 69 años.
Además, él y su esposa se quedaron a cargo de sus nietos, Bertha y Carlitos, desde que su hija falleció hace casi 10 años. La familia atravesaba por una crisis económica hasta que fueron contactados por la banca comunal de Vision Fund.
“La ayuda llegó por medio de los niños”, cuenta Petrona Tuglema. Los dos pequeños fueron patrocinados por World Vision, y el banco, que es uno de los brazos de ayuda de la ONG, les dio prioridad al recibir el crédito.
“A diferencia de la deuda que teníamos en el banco, esta fue más fácil de pagar. No nos pidieron tantos papeles y los intereses fueron muy flexibles”, dice Carrillo.
A 30 minutos de allí, en Guamote, viven José Urquizo y su familia. En el 2012, ellos también accedieron a un crédito de Vision Fund para iniciar una fábrica de quesos que se llama Muchuk Mikuy. Generan dos fuentes de trabajo adicionales a la familia y benefician indirectamente a unas 350 familias que les proveen de los 1 700 litros de leche que requieren para producir 400 quesos diarios.
La administradora e impulsora de la empresa familiar es Gladys Urquizo, de 22 años. Ella se educó patrocinada por World Vision, se graduó con las mejores calificaciones y se hizo acreedora a una beca para estudiar su carrera universitaria en la Universidad San Francisco de Quito. “Escogí estudiar auditoría porque es lo que ahora le hace falta a nuestro negocio, un manejo administrativo técnico”.
Ellos obtuvieron crédito de Vision Fund y adquirieron los equipos básicos para producir los quesos, y con los siguientes mejoraron la pequeña planta de producción que instalaron en su casa, hoy incluso cuentan con un caldero industrial, tanques de enfriamiento, y otros equipos.
José Luis Ochoa Gamboa, director de Vision Fund en Ecuador, explica que el trabajo de la entidad se enfoca en capacitar a microempresarios para un adecuado negocio. “Trabajamos en inclusión financiera, que es un tema clave en la productividad”. La entidad busca negocios con al menos seis meses en el mercado, añade Gamboa.
También pone atención en temas de salud, desarrollo productivo y empleabilidad.
En Ecuador, la mayoría de cliente está en el campo y el 65% son mujeres. En la actualidad la organización cuenta con 17 oficinas ubicadas en la Sierra y Costa ecuatoriana, a través de las cuales ha permitido atender a más de 56 000 clientes con una cartera de USD 50 millones. El trabajo del 2017 ha permitido generar impacto social en 68 000 niños y niñas.
Las operaciones de esta entidad se enfocan hoy en día en provincias del norte del país como Esmeraldas, Carchi e Imbabura. Pero también llegan a Manabí, Tungurahua, Bolívar, Cotopaxi, Chimborazo, Los Ríos y Bolívar.
La fábrica de quesos Muchuk Mikuy está en Guamote. Foto: Gleda Giacometti / LÍDERES
“Si tuviera que dibujar con líneas cómo ha sido mi vida haría varios trazos con intersecciones y no una recta”. Esa descripción la da Paula Suárez, una economista quiteña que ahora trabaja en el Banco Mundial (BM), en Washington.
Ella considera que la vida está atravesada por diferentes aristas, por ello no se considera una profesional de la economía “pura”. En su trabajo, por ejemplo, incluir en los análisis cuestiones sociales y ambientales es fundamental.
Estos dos temas están vinculados con sus primeros recuerdos de la infancia. En las sobremesas de la casa siempre se hacía alusión a las conquistas sociales, el desarrollo del movimiento indígena, la salud ciudadana, entre otras.
En esas charlas familiares conoció, a través de su abuela paterna, que su bisabuelo fue Pablo Arturo Suárez, reconocido médico ecuatoriano que contribuyó a esta rama, en el siglo XX.
Se casó con un ecuatoriano y tiene dos hijas; viven en Washington. Fotos: Cortesía Paula Suárez
Suárez creció como una esponja, absorbiendo todos los conocimientos y experiencias que podía. Incluso, durante su último año de colegio, que lo cursó en EE.UU., aprendió inglés, lo que le permitió, más adelante, alcanzar diferentes logros en su vida.
María José Bahamonde, gerenta Financiera de Exopoflores y amiga de Suárez desde los 14 años, la describe como una mujer que siempre piensa en el bienestar de los demás. Además, considera que es muy analítica y que para tomar decisiones siempre tiene en cuenta la mayor cantidad de argumentos.
Eso, precisamente, fue lo que hizo para decidir qué estudiar. Le gustaba de todo, pero se inscribió en la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica. “Cuando estaba en la fila para pagar me di cuenta que no era lo mío y me regresé a la casa. Tuve el apoyo de mis padres para esta decisión”.
Sin embargo, no podía quedarse sin hacer nada y gracias a sus conocimientos de inglés comenzó a trabajar de recepcionista en el Swissôtel. Ahí, de nuevo, le gustaban otras cosas como la hotelería y los negocios; pero apareció la oportunidad de estudiar la licenciatura Multilingüe en Negocios y Relaciones Internacionales.
Sin embargo, la carrera exigía conocimientos de francés. Por ello viajó a Francia un año, trabajó como niñera y aprendió el idioma.
Los estudios siempre han sido importantes para Paula Suárez. Foto: Cortesía Paula Suárez
Al volver, comenzó la carrera pero al mismo tiempo comenzó a participar en proyectos sociales. Fue en ese momento cuando la luz apareció al final del túnel.
Dejó lo que estaba haciendo y en 1998 empezó a estudiar Economía, donde “su corazón sonrió y fue feliz en esos años de estudio”. Fue la mejor egresada y su desempeño permitió que sus profesores, incluso, le ofrecieran empleo.
Así fue como llegó al Gobierno. Trabajó en el Ministerio de Finanzas como consultora o técnica, en las administraciones de Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio. Durante el Régimen de Rafael Correa fue asesora en el Ministerio de Energía.
Este trabajo lo desarrollaba por espacios de tiempo determinados, a la par que estudiaba. Pero ella creía que todo estaba sucediendo demasiado rápido en su vida y fue cuando decidió no graduarse en el tiempo que debía sino ir a estudiar en la escuela de Economía de la Universidad de Passau, en Alemania. Volvió a Ecuador y en el 2003, finalmente, se graduó.
Mientras trabajaba, entre el Gobierno y el sector privado, se dio cuenta que a escala de Estado era difícil una redistribución de los recursos sociales porque el Presupuesto ya estaba comprometido y no solo se necesita de la economía, sino que también debe aplicarse tecnología, política y gestión.
Agotada, física y emocionalmente, decidió estudiar un posgrado. Aplicó a Harvard, la aceptaron, estudió y obtuvo su máster en Desarrollo Económico y Administración Pública. Pero el fin de esta época no significó una despedida de EE.UU. Se casó con un ecuatoriano que desarrolla un proyecto en ese país y se fue a vivir a Washington. Allí, gracias a los contactos que obtuvo durante su paso por el Gobierno, conoció de una vacante en el Banco Mundial (BM), a la que accedió hace ya ocho años.
Allí ha desempeñado diferentes actividades, incluso como oficial de Programas de la oficina del Presidente de la entidad. Ahora, es economista asistente especial del Director Sénior y jefa de despacho. “Hoy estoy trabajando en una intersección”, entre la gestión pública y la aplicación de beneficios para el desarrollo de las naciones.
Melanie Walker, asesora sénior del presidente del Banco y exjefa de Suárez, la describe como una persona extraordinaria. Mientras que Leonardo Intriago, uno de sus amigos en la universidad destaca su coherencia entre las ideas que expresa y cómo actúa en cada momento. “Es una persona solidaria, que actúa con bondad”.
Los datos
Actividades. A los 26 años ya participaba en reuniones de Gabinete. Es miembro de una red global multidisciplinaria que se llama Transformation Thinkers y otra que se llama Global Diplomacy Lab, espacios de encuentro.
Familia. Para casarse el sacerdote le pidió miles de dólares horas antes de la boda. Se negó y se casó en una ceremonia celebrada por unos tíos.
Un banco que busca reducir la pobreza
El Grupo Banco Mundial es una asociación en la que cinco instituciones trabajan para reducir la pobreza y generar prosperidad compartida en los países en desarrollo. Está conformado por 189 países miembros; con personal de más de 170 países y oficinas en más de 130 lugares.
Su misión, según su página web, es reducir al 3% el porcentaje de las personas que viven con menos de USD 1,90 al día en el mundo a más tardar en 2030 y fomentar el aumento de los ingresos del 40% más pobre de la población en todos los países.
La entidad está integrada por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, la Asociación Internacional de Fomento, la Corporación Financiera Internacional, el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones.
Paula Suárez explica que entre 2016 y 2017 la institución desarrolló un proyecto, para ponerlo en marcha intra muros, que se llama Agile. “Pensamos cómo aplicar en el banco la misma reforma institucional que se hace en los países. Cómo ser una institución que trabaja mejor, que es menos burocrática, donde la gente trabaja feliz y donde aplicamos el desarrollo de manera más flexible y adaptativa”.
Agile, dice Suárez, tiene intersecciones al igual que su vida. En su carrera en el banco la ecuatoriana también se ha desempeñado entre la política, la economía y la gestión. Otro de los proyectos en los que ha trabajado es ver cómo un país puede utilizar la información que tiene en su sistema y aplicarla para el desarrollo.
Paula Suárez ha impulsado varios programas en el Banco Mundial. Fotos: Cortesía Paula Suárez
El Gerente General deBanco Pichincha, Fernando Pozo Crespo, renunció a su cargo. Así lo informó la entidad financiera en un comunicado emitido el lunes, 15 de enero del 2018. Pozo presentó su renuncia voluntaria ante el Directorio del banco para dedicarse a nuevos retos profesionales luego de 23 años de trabajo en la entidad que tenía, hasta septiembre del 2017, activos por USD 10 071 millones, equivalentes al 27,4% del sistema bancario.
Pozo se vinculó a Pichincha como Vicepresidente de Finanzas, cargo que desempeñó hasta 2001 cuando asumió la Gerencia General. “Desde entonces ha liderado una significativa etapa de cambios para la organización”, señala el comunicado.
Banco Pichincha agradeció a Pozo por estas más de dos décadas de gestión y liderazgo. En forma paralela, el Directorio de la entidad resolvió encargar la Gerencia General a Santiago Bayas Paredes, Vicepresidente Ejecutivo de Finanzas y Riesgos del Banco, hasta que la Junta General de Accionistas decida el nombramiento definitivo en su próxima reunión.
Pozo se vinculó a Pichincha como Vicepresidente de Finanzas, cargo que desempeñó hasta 2001 cuando asumió la Gerencia General. Foto. Archivo / LÍDERES
El Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador tuvo un crecimiento interanual de 3,8 % con relación al tercer trimestre de 2016 y de 0,9 % con respecto al segundo trimestre de este año, informó este martes 2 de enero del 2018, el Banco Central.
El PIB en valores corrientes alcanzó los 25.834 millones de dólares en el tercer trimestre de 2017, mientras que el PIB en valores constantes se ubicó en 17.893 millones de dólares, según los datos del Banco Central, dirigido por Verónica Artola.
El resultado de 3,8 % de crecimiento de la economía refleja una evolución positiva tanto del sector no petrolero como del petrolero, indicó y apuntó que por cuarto trimestre consecutivo, el sector no petrolero exhibió un desempeño favorable, registrando una variación de 3,6 % anual, que también estuvo acompañado por un dinamismo en el sector petrolero, que creció en 2,2 %.
Según el Banco, el gasto de consumo final de los hogares registró un crecimiento interanual de 5,3 %, lo que para Artola responde al dinamismo observado en el crédito canalizado tanto para consumo como para actividades productivas, el mayor nivel de las remesas y el ingreso de recursos provenientes del turismo.
Por su parte, el gasto de consumo final del Gobierno presentó un aumento de 4,8 %, mientras que las exportaciones de bienes y servicios, y la formación bruta de capital fijo disminuyeron en 0,5 % y 2,3 % respectivamente.
Tras reiterar que economía ecuatoriana creció en 1,5 % en 2017, Artola dijo que el «factor más importante» del crecimiento registrado, «es el del consumo de los hogares».
«Este Gobierno, desde que empezó (mayo 2017), lo que buscó fue transparencia, confianza en los resultados económicos para que la gente pueda ir generando lo que estamos viendo ya: un mayor crecimiento del consumo de los hogares», dijo al destacar en el caso la importancia de la circulación del crédito.
Por otro lado, de acuerdo a los datos del Banco Central, las importaciones de bienes y servicios se incrementaron en 8,8 % con respecto a igual trimestre del año anterior, como consecuencia de la eliminación de las salvaguardias, según el Banco Central, que destacó el aumento de las importaciones de bienes de capital en 64,6 %, bienes de consumo en 45,2 % y materias primas en 20,9 %.
Los datos del Banco Central en temas comerciales señalan que en el tercer trimestre de 2017, el valor de las exportaciones no petroleras experimentaron un aumento del 6,6 % con respecto al mismo período de 2016, al pasar de USD 2 750,7 milloness a 2.931,7 millones.
Las ventas de banano crecieron en 7,3 %, las de camarón en 11,7 % y las de cacao y elaborados en 14,9 %, indicó.
Paralelamente, el valor de las exportaciones petroleras también mostró un alza de 14,1 % respecto a similar trimestre de 2016, al pasar de 1.484,5 millones de dólares a 1.693,7 millones de dólares, explicado principalmente por un mayor precio promedio del barril de petróleo, que se incrementó de 37 a 43,5 dólares por barril.
En otras cifras de la economía, el Banco Central precisó que el flujo de inversión extranjera directa (IED) totalizó USD 134,4 millones y NuevaZelanda se constituyó en el país con mayor inversión con USD 34,3 millones, seguido por Holanda (32,3 millones), China (16,5 millones), Panamá (13,9 millones) y Chile (12,3 millones), entre otros.
El resultado de 3,8 % de crecimiento de la economía refleja una evolución positiva tanto del sector no petrolero como del petrolero. Foto: Flickr dell portal del BCE
El mecanismo conocido como dinero electrónico (e-money) permite cargar y descargar dinero desde una cuenta que se puede crear en un teléfono celular en menos de 10 minutos. Para usarlo, no se necesita tener Internet ni una cuenta tradicional en una institución financiera. En Ecuador, desde el 2014 hasta octubre de este años se han movido USD 53 millones en transacciones con este medio de pago.
Este año, las 680 cooperativas que forman parte del sistema financiero de la Economía Popular y Solidaria ecuatoriano asumirán, junto con la banca privada y pública, el reto de administrar este sistema, que hasta ahora es exclusivo del Banco Central del Ecuador.
Las cooperativas llegan con miras a contribuir al plan económico del Gobierno, de que el uso del efectivo en el Ecuador se reduzca hasta en USD 1 600 millones, en los dos próximos años, y de alcanzar al 61% de la población no bancarizada del país.
Para lograr este segundo objetivo, el Central decidió ceder al sector cooperativo la plataforma en la que ha venido manejando el dinero electrónico desde el 2014, en la que invirtió unos 3,7 millones.
Verónica Artola, gerenta del Banco Central, explica que mientras la banca privada creará su propia plataforma que estaría lista a inicios del 2018, las entidades de la Economía Popular y Solidaria podrán conectarse a la del Central sin pagar por su uso.
Esto será posible apenas se modifique el artículo 94 del Código Orgánico Monetario y Financiero, en el que se establece que el dinero electrónico es privativo del Banco Central. Édgar Peñaherrera, gerente de Icored, gremio que agrupa a unas 37 cooperativas, explica que en el sector de la Economía Popular y Solidaria hay interés de sumarse a la iniciativa, pero esto se irá dando de manera gradual. Las primeras en sumarse -indica- serían las cooperativas del primer segmento, es decir, las que tienen activos superiores a USD 80 millones. “La idea es que las casi 700 cooperativas se integren paulatinamente, para darles a los usuarios este servicio. Esperamos que a fin de año, las 25 cooperativas de este segmento estén conectadas”.
Llegar a los no bancarizados
En países de África Subsahariana, el uso de moneda electrónica data del 2003 y desde entonces ha contribuido a impulsar al alza en cifras de inclusión financiera en los países en vías de desarrollo. En esta zona, su administración está a cargo de entidades privadas, como en la mayoría de países que usan dinero electrónico.
Según un informe del Banco Mundial, entre el 2011 y el 2014 el porcentaje de adultos que tenía una cuenta pasó del 51 % al 62% en los países en vías de desarrollo. “En particular, las cuentas de dinero móvil en África al sur del Sahara están ayudando a ampliar e intensificar rápidamente el acceso a los servicios financieros”, dice el estudio.
En el Ecuador, el sistema entró a funcionar en el 2014, a cargo del ente regulador, el Banco Central. Sin embargo, luego de tres años de su entrada en vigencia, no se cumplieron las metas proyectadas y el nuevo Gobierno decidió cambiar de estrategia. El Central se había propuesto que el dinero electrónico tenga unas 700 000 cuentas hasta el 2015, pero hasta agosto del 2017 solo se habían abierto alrededor 360 000.
Según datos del Banco Central, la mayoría de transacciones con dinero electrónico se realizó en Quito y en Guayaquil. Del monto total de USD 53 millones de operaciones registradas desde el 2014, las que se han efectuado en cooperativas alcanzaron hasta agosto USD 2 millones.
De ahí que el 29 de agosto, el presidente Lenín Moreno dio el visto bueno para que el manejo de este medio de pago deje de estar en manos del Central y pase a ser administrado por la banca privada, la banca pública y por las cooperativas del Sector Financiero Popular y Solidario.
De cara a este nuevo escenario, la meta principal para las cooperativas es lograr que en los sectores rurales -una población en la que hay una menor penetración de la tecnología- los medios de pago digitales como el dinero electrónico e incluso las tarjetas de débito se comiencen a usar con más frecuencia, dice Marín Bautista, gerente de Financoop, una cooperativa de segundo piso que agrupa a 117 entidades.
Este segmento del sistema financiero deberá lograr enganchar con este mecanismo a las poblaciones de zonas rurales, en donde las cooperativas tienen su nicho de clientes. “El comportamiento del uso de mecanismos electrónicos en zonas rurales es incipiente. Hay que invertir en educación financiera. Sabemos que el uso de tarjetas y dinero virtual está concentrado en Quito, Guayaquil y Cuenca. En las otras áreas periféricas, el uso es muy menor”, señala Saeteros.
Pero aunque la penetración de las tecnologías es menor que las áreas urbanas, según datos de la última encuesta de Uso de Tecnología en el Ecuador, del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), el uso de celular en áreas rurales ha ido en aumento en los últimos cinco años. En el 2012, el 36% de la población rural dijo tener un celular activado, y en el 2016, creció a un 44,5%.
Este escenario alienta al sector cooperativo a apostar por la digitalización con el uso del dinero electrónico y otros medios.
Marisela Flores, jefa de operaciones de la Cooperativa Atuntaqui, cuenta que a pesar de que la acogida del dinero electrónico no fue alta, como se esperaba, en esta institución apuestan a lo digital.
Flores indica que este año se sumaron al plan piloto Billetera Electrónica, de Financoop, que consiste en la implementación de un aplicativo que permitirá a los clientes usar, desde un celular, todos los servicios que ofrecen las cooperativas (ver página 13).
Cooperativas con experiencia en ‘e-money’
Las cuentas de dinero electrónico que están en la plataforma del Banco Central pasarán a ser administradas por las cooperativas que voluntariamente quieran conectar al sistema, cuando se haya reformado el artículo 94 del Código Orgánico Monetario y Financiero, en el que se establece que la emisión de dinero electrónico es privativa del Central.
El Gobierno nacional espera que esta modificación se realice antes de que termine el 2017 y cuando esto suceda, cada usuario decidirá a qué cooperativa desea que se traspase su cuenta.
Pero esto no significa que el ‘e-money’ sea ajeno en el sector de la Economía Popular y Solidaria.
En el 2014, cuando el dinero electrónico estaba en su fase piloto, ocho cooperativas se sumaron al proyecto: Guamote, Juventud Ecuatoriana Progresista, Cooprogreso, Comercio Limitada, 23 de Julio, Caja de Comercio de Ambato, 29 de Octubre y Santa Rosa. Lo hicieron en calidad de “macroagentes”.
Los macroagentes son las entidades en las que se pueden hacer cargas y descargas de dinero electrónico, en vista de que el Banco Central no cuenta con ventanillas de atención al público. Otras entidades que son macroagentes son supermercados y farmacias, por ejemplo. Hay unos 5 000 establecimientos.
Desde el 2014, se han incorporando 110 cooperativas como macroagentes, según el BCE. La Cooperativa Juventud Ecuatoriana Progresista (JEP) es la que más ha transaccionado hasta la fecha con este medio de pago.
No obstante, los movimientos han sido modestos. Desde el 2015, se han movido USD 2 millones en dinero electrónico, de los cuales casi USD 1,3 millones corresponde a movimientos del 2017.
Santiago Gualotuña, coordinador general de la Cooperativa Luz del Valle, uno de los macroagentes de dinero electrónico, cuenta que hasta agosto solo se habían realizado 338 transacciones con este medio de pago.
Para Gualotuña, la transaccionalidad ha sido baja debido a dos factores. “Se requerían receptores de ese dinero, la gente hacía cargas, ¿pero en dónde iba a usar ese dinero para consumirlo? Otro tema es que algunos agentes no se interesaban porque hubo una campaña de desprestigio al sistema y la gente estaba temerosa de sumarse”, dice.
No obstante, Gualotuña considera que es tiempo de que las cooperativas fortalezcan el flanco digital, en el que la banca les lleva ventaja. El dinero electrónico es una oportunidad, pero hay otras iniciativas privadas.
Por ejemplo, está el plan de la cooperativa de segundo piso Financoop, que está desarrollando el sistema Billetera Electrónica, con una inversión de USD 200 000. El programa está en su fase piloto, con cuatro cooperativas: Luz del Valle, Riobamba, San Francisco y Atuntaqui.
Marisela Flores, jefa de operaciones de la Cooperativa Atuntaqui, explica que el sistema permitirá a los clientes usar todos los servicios financieros desde el celular. En noviembre empezarán a difundirlo entre sus clientes.
“La apertura de la cuenta tendrá un costo mínimo, que se pagará una sola vez. “La conexión no es un enchufe inmediato, es progresivo. Esperamos que el próximo año podamos tener 50 cooperativas y en el 2019, unas 150”, añade Marín Bautista, gerente de Financoop.
La Economía Popular y Solidaria asume el reto de alcanzar a la población no bancarizada del Ecuador, con la implementación de mecanismos digitales como el dinero electrónico y ‘apps’. Foto: Ingimage
La Superintendencia de Bancos autorizó a Diners Club para que se convierta a Banco Diners Club del Ecuador, especializado en el segmento de consumo.
A través de una resolución del 30 de mayo del 2017, el organismo de control dio paso a la conversión de sociedad financiera a banco, para dar cumplimiento a lo que dispone el Código Monetario y Financiero.
El Código ya no contempla la figura de sociedades financieras, por lo que este tipo de entidades debieron iniciar procesos de conversión, fusión o liquidación.
El mapa bancario se reacomoda a las disposiciones establecidas en el Código, aprobado en septiembre del 2014. Con esta disposición el número de bancos en el país pasará de 23 a 24. La resolución de la ‘Súper’ de Bancos, además, añade que el capital autorizado del Banco Diners Club es de USD 200 millones.
Además, la resolución da 30 días a los accionistas del Banco Diners Club que posean propiedadpatrimonial con influencia que a su vez posean acciones de la misma calidad en otra entidadbancaria, constituyan un fideicomiso para que aporten las acciones que mantengan en ambas entidades. Esto, para que se enajenen las acciones de cualquiera de las dos entidades que se vendan primero.
Todo ello para cumplir lo que se dispuso en la Ley Orgánica para la Reestructuración de las Deudas de la Banca Pública y Banca Cerrada, que fue publicada en el Registro Oficial el martes 18 de abril del 2017.
También se dispone que esta conversión sea registrada al margen de la escritura pública de constitución de Diners Club del Ecuador, ante el Notario Segundo del cantón Quito. Esto hecho, dispone la Superintendencia, deberá informarse a través de uno de los periódicos de circulación nacional.
En su informe de calificación de riesgos –elaborado por la firma BankWatchRatings– se menciona que la Superintendencia mediante un oficio del 19 de enero del 2017, otorgó un plazo de 90 días para que Diners culmine con el proceso de conversión hacia banco especializado en crédito de consumo, debido a que la entidad remitió la documentación necesaria al ente de control.
En mayo del año pasado, AntonioAcosta, presidente de BancoPichincha, en entrevista con este Diario, señaló que DinersClub se convertirá en un banco digital.
Diners Club surgió en el Ecuador en 1968 y se enfoca en el nicho de crédito de consumo, mediante la colocación de tarjetas de crédito emitidas bajo la franquicia TheDinersClubInternacional. La franquicia nació en EE.UU. en los años 40, cuando un importante hombre de negocios, FrankMcNamara, no pudo pagar la factura de la cena porque había olvidado su billetera.
Aunque su acompañante pagó, decidió que jamás viviría una situación tan incómoda y junto a otros socios creó lo que hoy es Diners. En Ecuador, como en otros países, su uso empezó entre restaurantes, lo que explica su nombre “club de los comensales” (por su traducción al español); luego se amplió a más segmentos de consumo.
Vista frontal del edificio donde funciona Diners Club en el norte de Quito. Foto: Archivo / LÍDERES