Etiqueta: belleza

  • Los servicios de belleza a domicilio, en una aplicación

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    A finales de 2017, Diego Espín y su hermana idearon Beautify. Una aplicación bajo demanda (on-demand) que conecta a clientes con profesionales del cuidado corporal.

    El desarrollo fue un gran reto para el equipo, compuesto de cuatro personas, por hacerse enteramente en Ecuador. “Desarrollar una aplicación de estas características no es fácil. Se deben tomar en cuenta muchos factores que influyen en la experiencia de uso”, señala Espín, quien asegura que se ha construido la ‘app’ para que sea escalable y soporte una gran base de usuarios, de unos pocos miles hasta varios millones.

    Previo al lanzamiento oficial, se probó un prototipo con ayuda de familiares y amigos. Se corrigieron errores en la interfaz y salió al mercado en marzo de 2019.

    En el proyecto se invirtieron USD 250 000, dinero destinado a pagar desarrolladores y contratar los servicios en la nube Google y Amazon. Espín, CEO de la empresa, comenta que la aplicación es de gran ayuda para la mujer actual, pues esta tiene mucho trabajo y carece de tiempo para dirigirse a un centro de belleza. Según el directivo, esta es la razón que explica su rápido crecimiento.

    Actualmente Beautify cuenta con 7 000 descargas en Android y IOS; además, se han registrado 4 000 profesionales, de las que 800 ya se encuentran trabajando.

    Para trabajar en la aplicación es necesario pasar por un proceso de selección, en el que se verifican títulos profesionales, certificados, antecedentes, referencias y se realizan pruebas de aptitud.

    Lidia Moncayo es una de la profesionales Beautify. Ella cuenta con una experiencia de 12 años brindando servicios de belleza. En la aplicación ofrece manicura, pedicura, maquillaje y peluquería. “Estoy encantada con la aplicación. Me ha permitido compartir más tiempo con mi familia. Además, mi horario es muy flexible, puedo acordar los servicios que quiero. Gano lo mismo que en un centro de belleza, pero con menos esfuerzo”, asegura.

    La aplicación cuenta con una interfaz limpia y fácil de usar. La pantalla inicial permite seleccionar la ciudad, Quito o Guayaquil; luego elegir entre los distintos servicios agrupados por categorías: cabello, uñas, masaje, depilación o maquillaje. Finalmente, el usuario debe seleccionar el método de pago.

    Gabriela Edgerton usa los servicios de Beautify desde el lanzamiento de la ‘app’. Contrata regularmente los servicios para manos, pies, cabello, cutis o masajes. “En mi casa toda la familia usa la ‘app’. Su ventaja es que permite ahorrarse mucho tiempo. Además, su uso es muy sencillo y los servicios se hacen en la comodidad del hogar”, asegura.

    En Beautify existen dos categorías que agrupan a sus profesionales, estándar y premium. Esto se determina según la calificación que recibe la prestadora al final de cada servicio.

    Por ahora la empresa ha crecido con poca inversión en publicidad, pero para octubre de 2019 está programado el lanzamiento de una gran campaña de promoción.

    La actualización más reciente que ha recibido la aplicación son los códigos promocionales. Estos se comparten entre usuarios y permiten obtener descuentos en los servicios a domicilio.

    La pequeña empresa trabaja actualmente en la Comunidad Beautify, una iniciativa para brindar beneficios de capacitación y formación profesional a sus colaboradoras, a través de convenios con otras empresas.

    Para este año, su proyección de ingresos es de USD 200 000. La siguiente ciudad en la que empezará a funcionar Beautify es en Cuenca, a comienzos de 2020.

    Diego Espín, fundador y CEO de Beautify, junto al equipo de desarrollo de esta ‘app’ ecuatoriana. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Diego Espín, fundador y CEO de Beautify, junto al equipo de desarrollo de esta ‘app’ ecuatoriana. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Industrias Mushee lleva 30 años produciendo invisibles

    Carolina Enriquez

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    Como dice el refrán: en un minuto la vida puede cambiarle a cualquiera. Eso le pasó a José Salazar Cadena, dueño de Industrias Mushee, cuando tenía 17 años y no le quedó otra opción que convertirse en empresario siendo todavía adolescente.

    La historia de esta compañía se remonta a 1968, cuando comenzó a operar en un local en La Tola, en el centro histórico de Quito. Su creador fue José Salazar Araque.

    “Mi papá fue el que inició todo. Él tenía muchos inventos, pero vio que los invisibles tenían mucha acogida y no había un producto similar que llegara en esa época al país. Toda la producción era totalmente artesanal. Casi no se cambió hasta mi administración”, manifiesta Salazar Cadena.

    José hijo creció solo con su padre en la planta y siendo niño recibió una noticia que le impactó: su progenitor tenía cáncer. Enfrentó la enfermedad por casi 10 años, hasta su muerte en el 2003. Asumió la empresa sin conocimiento alguno de administración.

    Gracias a su intuición y a la guía de la secretaria de su padre de toda la vida, Mónica Navas, no solo mantuvo el negocio sino que lo desarrolló.

    Pasó de tener una sola presentación del producto -la caja regular antigua de 130 unidades – a otras nuevas a las que, por ejemplo, agregó otros colores, además del negro. Asimismo, la empresa dejó de pintar los invisibles y optó por la aplicación de un recubrimiento especial amigable con el medioambiente y la salud.

    “Hemos pasado a la fabricación con máquinas. El señor Salazar Cadena aprendió muy rápido, pese a su edad. Conmigo conoció la parte administrativa y de logística. Es inteligente, como el fundador”, señala Navas.

    De hecho, Salazar Cadena es un autodidacta. Debido a la situación en la que asumió la compañía y a otras condiciones personales no pudo acabar la universidad, pero todo lo que sabe de manejo empresarial lo aprendió en los 15 años de manejo de Mushee.

    Desde los primeros años de esta empresa la venta de los productos se ha realizado a través de distribuidoras o entregando a peluquerías, locales de productos de belleza, academias, etc. Hasta ahora se mantiene ese esquema, pero también se incorporó la venta en cadenas de farmacias y retail.

    Por ejemplo, los productos se venden en la zona de perfumería de Megamaxi. Corporación Favorita explica que Mushee es su proveedor desde el 2013 y que son artículos ampliamente reconocidos en el mercado.

    Actualmente, esta empresa tiene unos 800 clientes en el país.

    Durante la administración anterior el producto solo se vendía en las principales ciudades del país, pero ahora llega, incluso, a la Amazonía. Salazar Cadena apunta, además, a la exportación. Considera que hay mercado en EE.UU., Brasil y países de la Comunidad Andina como Bolivia.

    Para ello el propietario ha hecho todos los trámites necesarios. Él considera que es el momento de la compañía para buscar mercados internacionales.

    Salazar Cadena comenta que sus productos son de calidad y que uno de los elementos que permitió la innovación fue la construcción de una planta y la modernización de la maquinaria.
    La empresa salió del local arrendado del centro en el 2010 y se mudó a un terreno propio en Conocoto, donde se construyó la nueva planta.

    Por otro lado, la tecnificación permitió incrementar la fabricación de menos de 200 invisibles por minuto por línea a 300, además que se automatizó el empacado. La industria tiene cinco líneas de producción.

    Actualmente, cuenta con nueve empleados. Su apoyo ha sido clave para el crecimiento de la compañía; incluso, algunos de ellos laboran desde el tiempo del fundador.

    El propietario actual de la industria también destaca la confianza que tienen sus clientes. Grace Arcos dice que lo que más le gusta del producto es la calidad con la que están hechos. “Son artículos que no vienen con defectos. Los comercializo en una distribuidora, llamada Grupo Comercial Viserco, que funciona en el Centro Histórico de Quito. Compro USD 100 al mes en temporada baja, pero cuando hay más actividad subo a unos trescientos”.

    Salazar Cadena destaca que su producto es conocido por diversas generaciones.

    La compañía busca seguir creciendo tanto a escala nacional como internacional. Su propietario, además, ha analizado la posibilidad de desarrollar otros productos a futuro.

    Las cifras

    USD 0,85 centavos es el precio de la caja tradicional de 130 unidades.

    USD 30 000 representó la última inversión. Se hizo hace seis meses. Esta se destinó a maquinaria, modificación de procesos y reducción de pérdidas.

    USD 400 000 fue la inversión que este empresario hizo en el terreno y la infraestructura de la fábrica.

    800 clientes tiene la empresa en la actualidad a escala nacional, entre pequeños negocios y grandes cadenas

    El gerente
    José Salazar Cadena

    La empresa representa mi segundo hogar. Yo me crié entre las máqui nas. Toda la vida ha sido para mi la fabricación de los invisibles, haciendo una compañía. La gente que trabaja acá es una familia, todos laboramos por un mismo objetivo. Cuando tenemos problemas entre todos tratamos de ayudarnos a resolverlos. Eso es fundamental, la gente con la que uno puede contar. O nos hacen crecer o nos hunden la banca.

    Una imagen de la producción de Industrias Mushee. El nombre de la empresa surgió por una palabra de cariño que decía el fundador con sus hijas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
    Una imagen de la producción de Industrias Mushee. El nombre de la empresa surgió por una palabra de cariño que decía el fundador con sus hijas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
  • El servicio de belleza es integral

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    El centro de belleza Pituca nació hace cinco años, en un pequeño local en la zona céntrica del cantón Santo Domingo.

    Gabriela Betancourt, propietaria del negocio, recuerda que su esposo Édgar Cumbillo le regaló USD 200 para que comprara esmaltes, acetona y utensilios para limpiar las uñas. Con esas herramientas y dos mesas pequeñas, Betancourt instaló un pequeño negocio de manicure y pedicure, en un local de la familia de su esposo. “Me apoyaron mucho. Mi suegro no me cobraba el arriendo y eso ya era una gran ayuda”.

    El negocio empezó promocionando diseños novedosos de animales, dibujos animados, flores, entre otros. Pero para que el emprendimiento tuviera más acogida debieron innovar. Así que las dos manicuristas aprendieron una técnica para hacer diseños con texturas diferentes.

    Una de esas fue la de las uñas caviar. Este estilo de decoración consiste en cubrir las uñas con pequeñas pelotitas que simulan al caviar. Son de diferentes tamaños y se adhieren a la uña con un pegamento especial.

    Juan Carlos Pérez para LIDERES
    Juan Carlos Pérez para LIDERES

    También hacían diseños con las uñas peluches, que tenían la textura suave de la felpa.
    Esos nuevos estilos, que se promocionaban en Facebook, hicieron que las clientas empezaran a llegar. Al año de la inauguración, ya no tenían espacio para atender a la clientela.

    Así que Betancourt obtuvo un crédito e instaló en su casa un nuevo centro de belleza, en el que invirtió USD 45 000.

    Se equipó la parte delantera de la vivienda con sillas especiales para hacer el manicure y pedicure. “Mi esposo fue plomero, carpintero, pintor y todo lo que necesité para que el local quedara lindo”, cuenta la mujer.

    En la nueva sucursal se implementaron novedosos servicios como un área para tratar el cabello y el rostro de las clientas.

    Luego fue necesario derrocar algunas paredes para construir dos habitaciones más en las que se instaló un centro de depilación y una área para tratamientos faciales y corporales.

    También se instaló una pequeña cafetería y una tienda de maquillaje, ropa y accesorios. La idea era que el cliente encontrara todos los servicios en Pituca.

    Juan Carlos Pérez para LIDERES
    Juan Carlos Pérez para LIDERES

    Para cumplir con la demanda de clientes, que aumentó de 30 a 60 al día, debieron contratar a 10 manicuristas, dos estilistas y una administradora.

    Con los trabajadores se empezó con una serie de capacitaciones en las que se reforzaron los conocimientos en el área de la belleza, y se enfatizó en la atención que se le debe brindar al cliente.

    Betancourt señaló que la mejor estrategia de publicidad en este tipo de negocios es la recomendación que dan los clientes con sus amigos y familiares. “Cuando se atiende a una persona, se debe tener en cuenta que a través de un buen servicio se puede captar a otros clientes o perderlos”.

    Liseth Pérez es clienta de Pituca desde hace dos años. La primera vez fue a Pituca para colocarse unas uñas acrílicas. “El diseño fue impecable y las uñas me duraron más de dos meses. Así que mis amigas quisieron probar y ahora vamos todas”.

    Juan Carlos Pérez para LIDERES
    Juan Carlos Pérez para LIDERES

    Betancourt cuenta que para mantener la cartera de clientes, trata de mejorar la atención con refrigerios y con mayor seguridad en los locales. Además debe estar actualizando constantemente las técnicas para el corte de cabello, peinados, manicure y pedicure, maquillaje, entre otras.

    Para este 2018, salieron nuevos apliques en pedrería y también el pintado de uñas. Por ejemplo, hay una nueva técnica, que da un efecto visual en el que las uñas parece que fueran espejos.

    Las mejores fechas para Pituca son San Valentín, Navidad. Año Nuevo y los feriados como Carnaval. Es esas épocas se deben reservar los turnos con anticipación. “Se entregan 50, pero vienen clientas sin turno y hacemos un esfuerzo para atenderlas”.

    Para San Valentín ya se han planeado nuevas estrategias de marketing en las redes sociales como descuentos, tutoriales, entre otros.

    Además se promocionan regalos para los enamorados, que pueden ser desde perfumes, maquillaje o una tarjeta para que sea canjeada por uno o varios servicios en el centro de belleza.

    En Pituca hay varios diseños y técnicas para la decoración de las uñas.Foto: Juan Carlos Pérez para LIDERES
    En Pituca hay varios diseños y técnicas para la decoración de las uñas.Foto: Juan Carlos Pérez para LIDERES
  • Productos de belleza y salud con responsabilidad social

    Redacción Quito

    Un descuido hizo a René Freire encontrarse con las propiedades benéficas de la manteca de Karité en un viaje a África; sin embargo, esta mujer emprendedora no sabía que esto le llevaría a arrancar con su propio negocio.

    Freire comenta que durante toda su vida había sufrido de alergias y otras afecciones a la piel, por lo que había tenido que gastar grandes sumas de dinero en cremas destinadas a estos cuidados. Así, al olvidarse sus productos en un viaje a África , le recomendaron usar la manteca de Karité, un producto orgánico con propiedades curativas.

    La emprendedora había trabajado en España durante 20 años y al regresar al Ecuador, se dio cuenta que no quería laborar para una empresa privada y que la única solución para salir adelante era fundar su propia empresa.

    René Freire decidió vender su casa en España para conseguir la inversión inicial de USD 28 000 para empezar con su emprendimiento Fremeé. Una empresa dedicada a la elaboración de cremas y cosméticos orgánicos a base de la manteca de Karité.

    Sin embargo, para que la empresa logre tener un mayor empuje, Freire decidió unir a su amiga de toda la vida y ex policía, Ximena Hernádez. Juntas, hace dos años, montaron un laboratorio para empezar a trabajar en las fórmulas y el proceso de investigación.

    Después de un año de pruebas e investigación, las dos socias lograron sacar los primeros productos de Fremeé. Sin embargo, las emprendedoras se encontraron con algunos obstáculos, como la falta de aceptación del uso de productos 100% orgánicos.

    Por este motivo, y sin renunciar al proyecto, Fremeé decidió aplicar esencias naturales para realizar cosméticos con menos porcentaje de Karité, pero con iguales propiedades benéficas de hidratación y regeneración para la piel.

    Según la fundadora del proyecto, René Freire, uno de los pilares más importantes que tiene este emprendimiento es el trabajar con responsabilidad social. Gracias a la ONG española con la que Freire ha laborado desde hace más de 20 años, ella logró hacer contactos para trabajar con asociaciones de mujeres en África, de quienes Fremeé exporta el Karité, materia prima de sus productos.

    Hoy en día, Fremeé produce una gran variedad de productos orgánicos con costos que oscilan entre 10 Y 30 dólares. En el catálogo de la empresa se encuentra una línea de productos para mujer, con aromas como mango y pera, y una línea para hombre con aromas como whiskey.

    Además, hace algunos meses, la empresa ha logrado comercializar sus productos en la cadena de supermercados Megamaxi. Las socias esperan a futuro, poder realizar convenios con asociaciones de mujeres ecuatorianas para poder utilizar materia prima nacional que beneficie a otras mujeres emprendedoras del pais.

    Esta empresa quiteña utiliza la manteca de Karité para elaborar cremas orgánicas para el cuidado de la piel. Foto:  Julio Estrella / LÍDERES
    Esta empresa quiteña utiliza la manteca de Karité para elaborar cremas orgánicas para el cuidado de la piel. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La belleza y la ayuda social marcan su camino

    Valeria Heredia

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    La belleza es el eje de los negocios y de la vida de Luisa Ramos. Con ella, esta migrante ecuatoriana educó a sus hijos, dio empleo a sus compatriotas y triunfó en un país ajeno y lejano a Ecuador.

    En 1988, esta oriunda de Azogues viajó a Estados Unidos para comenzar una nueva vida. Su objetivo, al igual que el de muchos ecuatorianos, fue el de conquistar el país norteamericano.
    El camino no fue fácil y estuvo lleno de obstáculos. El primero fue el viaje a EE.UU., por los riesgos de la emigración irregular. Cruzar la frontera a pie cargada a su primer hijo, Juan Carlos Ramos, que tenía dos años, o pagar a un extraño para que le ayude a pasar la frontera fue parte de las situaciones que vivió Ramos.

    El segundo gran desafío fue sostener a su familia y para ello buscó trabajo en lo que le gusta: la estética y la cosmetología.

    Su primer trabajo fue en Manhattan, en un gabinete de belleza, donde aprendió más sobre la industria de la cosmética.

    En ese espacio, además, se llenó de fuerzas para abrir su primer negocio: una sala de belleza, donde realizaba cortes y tintes de cabello, maquillaje, cuidado de la piel y otras tareas de belleza.

    En 1999 abrió su primer local. Fue un espacio sencillo, pero la comunidad de hispanos empezó a crecer y con ello su negocio.

    La acogida fue tal que abrió cuatro centros estéticos más en diferentes puntos de Long Island, una isla del estado de Nueva York.

    Como buena emprendedora, Ramos no se quedó solo con sus locales; al contrario apostó por una idea más atrevida: la elaboración de una línea de productos con su marca J. Ramos NY y Luisa’s Magic. Estos ayudan al cuidado del cabello, que es la especialidad de esta emprendedora y madre de tres hijos que siguen sus pasos y cuidan su negocio.

    Sus hijos Juan Carlos, Richard y Kimberly no solo ayudan a su madre en los gabinetes de belleza, sino que estudiaron profesiones similares a las de su mamá para juntos apoyar al crecimiento de este negocio familiar. Por ejemplo, su tercera hija estudió estética y belleza corporal, relata con entusiasmo Ramos, quien se considera una madre cariñosa.

    Emprender en tierra ajena requirió de una dedicación total de Ramos y de una visión de negocios única. Su tarea abrió las puertas a sus compatriotas y a latinoamericanos, que buscan una oportunidad en EE.UU.

    Ciudadanos de Ecuador, Guatemala, México, Puerto Rico, Colombia, Perú, Honduras, República Dominicana y estadounidenses han pasado por sus gabinetes. Ellos no solo trabajaron sino que aprendieron más sobre la industria de la belleza.

    “Es una alegría poder acoger a compatriotas en los locales y ayudarles a que se levanten”.
    El hermano de Ana María Caraballo, locutora y directora de una radio de EE.UU., trabajó junto a Ramos y fue una experiencia enriquecedora, explica la presentadora oriunda de Puerto Rico.

    Ella conoció a ‘doña Luisa’ -como le dice de cariño- en 1998 en un evento organizado por la radio. Desde ese momento, la considera como parte de su familia, porque es un ícono para la comunidad ecuatoriana y latinoamericana.

    “Es una tremenda persona y madre ejemplar. Todos aprendemos de su esfuerzo y ánimo”.
    Caraballo destaca la atención en cada uno de los locales de Ramos, donde se explica cada uno de los procedimientos estéticos que se realiza a los clientes.

    La locutora, además, recuerda con alegría que Ramos apoya en las colectas para los latinoamericanos que necesitan una mano en Estados Unidos.

    Luisa Ramos también es un ícono en su país y suma reconocimientos de quienes la conocen. Manuel Caizabanda, alcalde de Pelileo (Tungurahua), destaca el profesionalismo en el trabajo de esta máster en barbería, título que sacó en Nueva York.

    Para él, la mujer representa un ícono para los compatriotas que buscan una nueva tierra para emprender. “Luisa es un ejemplo para nosotros porque es una gran empresaria y ser humano”.

    Los planes de Ramos aún no acaban. Tiene más proyectos en mente y uno de ellos es exportar sus productos. Además, abrirá más peluquerías en EE.UU., en Ecuador y el resto de Latinoamérica. Ella ya armó su cronograma y se puso estas metas.

    Así que en 15 años cuando tenga 67 años espera cumplir estos sueños. No será difícil para una mujer como Ramos, quien saltó fronteras y estampó su marca en la hermosa Long Island.

    Para ella, quien es una amante del cebiche ecuatoriano, la clave del éxito es la unión y lo ha comprobado durante sus 30 años de lucha por su sueño americano.

    El trabajo social es parte de la vida de Ramos. Foto: Cortesía
    El trabajo social es parte de la vida de Ramos. Foto: Cortesía
  • Un local que resalta la belleza de la mujer en Quito

    Redacción QUITO  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Era la clásica joven de colegio que se maquillaba y lucía impecable en un día de clases común.

    Desde los 12 años, aproximadamente, Estefany Tejada comenzó a maquillarse y desarrolló una pasión que luego se convirtió en un arte. Incluso, cuando trabajaba en televisión, como productora y presentadora, ella misma solía ma­quillarse o ayudaba a retocar.

    Todo esto, sumado a una formación profesional, lo pone en práctica en su estudio de maquillaje, ubicado en el sector de La Carolina, en el norte de Quito. Allí ofrece talleres de automaquillaje -en grupo o personalizados-, servicio de peluquería, colocación de pestañas, entre otros servicios.

    Hace alrededor de cinco años Tejada viajó a Guadalajara (México). Allí tuvo su primera experiencia de capacitación profesional en maquillaje. “Entré a un curso de la academia Make Up Forever, y al inicio no era algo tan serio. Luego realmente me gustó”.

    La mujer continuó su formación. Sin embargo, la muerte de su madre, quien era su motor en estos temas, acabó con la magia.

    Le costó recuperarse, pero al entrar a trabajar en una radio se abrió la oportunidad para que dictara un curso de maquillaje. Sus primeras clientas fueron apenas tres personas, pero descubrió que eso era lo que quería hacer.

    El negocio como tal se constituyó en febrero del año pasado. Invirtió USD 700, que sirvieron para el alquiler del local, productos, mobiliario, adecuación, etc.

    En una primera etapa, los cursos solo se realizaban los fines de semana, que tienen alta demanda. El local se cerró en abril para un rediseño, que se hizo rápidamente y se reactivó el servicio.

    Poco a poco, el emprendimiento fue creciendo y se aumentó la cantidad de servicios, como peluquería (tintes, peinados…), maquillaje y peinado para novias, etc. Además, los talleres nunca pararon.

    La segunda inversión que hizo Tejada fue de USD 3 000 (con lo que generaba su negocio). Al pasarse al local de la zona de La Carolina, se invirtieron en total de USD 30 000. Logró recuperar la inversión y ahora ya tiene utilidad. “La idea es seguir ampliando y ofreciendo nuestro trabajo, al menos, en dos años”.

    A los talleres de maquillaje, que son el producto estrella, los define como una “experiencia”. No es una arreglada rápida, sino de un proceso en que a las mujeres se las recibe con cariño, se les ofrece un café y se crea un ambiente en que se pierde el miedo a maquillarse.

    Los cursos de automaquillaje, por ejemplo, se realizan o sábado o domingo y tienen un cupo máximo de 30 personas. Se extienden de 09:00 a 15:00 y allí se aprende sobre colores, forma de la cara, uso de brochas y pinceles, etc.

    Por otro lado están los cursos profesionales, que duran una semana, con 10 horas diarias. Las personas, incluso, aprenden cómo montar un negocio de este tipo y obtienen conocimientos gracias a expertos internacionales.

    También hay la oportunidad de contratar el servicio uno a uno, para que la persona reciba un servicio personalizado en el momento de aprender a maquillarse. Se puede acomodar los horarios, dependiendo de los requerimientos.

    “Siempre fue mi aspiración venir al curso, pero un domingo me gané un sorteo para un taller uno a uno. Quiero aprender a maquillarme porque lo que yo sé es muy básico, quiero estar más estilizada”, dice la clienta Pamela Zamora.

    Además de todo esto, quienes acuden al estudio de maquillaje también encuentran la posibilidad de que les realicen trenzas, mechas o viven la experiencia en ‘lashes spa’ o spa de pestañas.

    En este, la persona se acuesta en un ambiente con incienso, puede dormirse y al levantarse tiene sus pestañas arregladas.

    Tejada también ofrece asesorías corporativas en maquillaje, con el fin de generar la imagen esperada por la compañía. Los clientes, en general, también pueden solicitar diferentes asesorías.

    El estudio de maquillaje abre de 10:00 a 18:00, pero bajo cita también se puede acudir más temprano. Incluso, se puede solicitar el servicio desde las 04:00.

    Algunos datos

    El costo. El curso de automaquillaje tiene un valor de USD 75, mientras que los profesionales entre USD 900 y 1 500.

    Experiencia. La propietaria del negocio ha dictado talleres, incluso en Miami. Han participado personajes de la farándula nacionales y extranjeros.

    Empleo. El estudio de maquillaje ofrece trabajo a un total de siete personas.

    Formación. Cada fin de semana el negocio de esta emprendedora capacita a 60 mujeres.

    Actividades. Tejada dice que durante las horas del curso no se pierde el tiempo y se avanza en todos los temas.

    Estefany Tejada es la propietaria del estudio de maquillaje. Ella tiene formación profesional en su actividad. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Estefany Tejada es la propietaria del estudio de maquillaje. Ella tiene formación profesional en su actividad. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • El ‘beauty bar’ es belleza y elegancia

    Ana Cristina Alvarado

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    El ‘beauty bar’ no es el típico salón de belleza. Sí, son espacios en los que se ofrecen los servicios como peinado, manicure o depilación, pero se distinguen por ofrecer a las clientas espacios con mucha atención a la decoración interior y a la experiencia.

    Strawbeauty abrió hace un mes en la av. Coruña y Whymper, en Quito. Al entrar, el ambiente invita a relajarse y a pasar un buen momento entre mujeres. El papel tapiz y los muebles son de suaves tonos. Las flores y otros detalles apelan al placer visual.

    Las clientas reciben una bebida durante su estancia. Pueden pedir vino, agua aromática, café, entre otras. De ahí viene el nombre de ‘beauty bar’. El objetivo es brindar una experiencia en la que la cliente se sienta mimada y bien atendida.

    Strawbeauty también ofrece otros beneficios. Es ‘pet friendly’, así que las clientas pueden ir acompañadas de sus mascotas. “No solo recibimos perros chiquitos. También han llegado razas grandes y no hemos tenido problemas. Ahora las mascotas son más educadas y están acostumbradas a acompañar a sus dueñas”, dice Alisson Hidalgo, la gerenta del ‘beauty bar’.
    Este espacio tiene ‘gift cards’ y también se presta para organizar eventos. Hidalgo cuenta que han preparado sorpresas para novias, en las que el novio deja un ramo de flores, una tarjeta y paga por una tarde de belleza.

    En Strawbeauty se realizan manicuras en uñas naturales y en uñas artificiales: acrílicas, gel y otras variaciones. También se ofrece depilación con hilo para áreas como las cejas y con cera para extensiones más grandes. En el área de la peluquería se ofrecen peinados y también se realiza maquillaje profesional.

    En Guayaquil hay mayor oferta de ‘beauty bars’ y uno de los primeros en abrir fue Viviana Muñoz Beauty Studio, hace tres años. Muñoz es maquilladora y cosmetóloga profesional. Hace cinco años trabajaba en su estudio de maquillaje, pero decidió expandir su negocio para que sus clientas tengan acceso a diferentes servicios en un solo espacio.

    La sofisticación caracteriza a este salón ubicado en la calle principal de Entreríos, en Samborondón. La decoración es ecléctica, fusiona las formas vintage con los tonos y materiales modernos. La paleta de la decoración también está entre pasteles que ayudan a que las clientas se relajen mientras disfrutan de los servicios.

    En Viviana Muñoz Beauty Studio, las clientas también reciben una bebida a su llegada. La música es otro factor que crea un ambiente de relajación.

    En este espacio se realizan manicuras, pedicure, maquillaje para eventos sociales y peluquería. En esta área se ofrecen cortes, color y peinados. Han adquirido equipos como secadores que no suenen tanto, para no perturbar la experiencia.

    Además, hay una cabina de spa donde se hace la depilación con hilo y con cera, tratamientos faciales y mascarillas.

    “Viviana Muñoz Estudio es un lugar amigable para mascotas y también para niñas”, asegura la directora del ‘beauty bar’. Explica que las madres son bienvenidas con sus pequeñas, quienes mientras esperan pueden ser mimadas con maquillaje, peinado o manicura a juego con el de su madre.

    El Beauty Bar Strabeauty. Foto: Armando Prado / LIDERES
    El Beauty Bar Strabeauty. Foto: Armando Prado / LIDERES
  • Los reinados de belleza exhiben sus confecciones

    José Luis Rosales

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    Ñusta del Inti Raymi (Reina de la Fiesta del Sol, en español). Ese es el nombre de la propuesta del traje étnico para el próximo concurso Miss Ecuador, que presentó Israel Peláez Castro.

    El diseñador ibarreño, de 27 años de edad, aspira que su boceto sea aprobado por los organizadores del certamen, para ponerse a cortar, coser y bordar.

    Su propuesta está inspirada en la colorida ropa de las mujeres indígenas de la comunidad de Zuleta, en Imbabura.

    El creativo prefiere mantener en reserva los detalles. Lo que se sabe de su trabajo es que es un diseñador que siempre sorprende.

    Hace tres años abrió la tienda: Diosas, trajes típicos y de fantasía, que funciona en Ibarra. Ahí tiene una variedad de atuendos inspirados en los diferentes pueblos ancestrales de la Sierra norte.

    El gusto por la tela satén, lentejuelas de colores, piedras y espejos, Peláez lo heredó de su madre, Silvia Castro, propietaria de una tienda de disfraces.

    “Como hijo mayor siempre acompañaba a mi mamá a comprar materiales con los que confeccionaba los trajes de fantasía”.

    El diseño de ropa era una pasión aún más fuerte que las carreras de mecatrónica y arquitectura, que las dejó en el camino. Ahora espera el título de licenciado en producción de vestuario, por la Pontificia Universidad Católica de Ibarra.

    Anteriormente ha incursionado en la elaboración de trajes étnicos para certámenes de belleza.
    Quizá el más importante fue el atuendo inspirado en la cultura afro del valle del Chota, ganador del Concurso Nacional del Folclore 2015, que se realizó en El Oro.

    Esa vez, Ana Reyna, exsoberana de Ibarra, superó con la elegante vestimenta a representantes de 15 provincias del país.

    En su trayectoria también está la confección del vestuario para el grupo de danza de la Puce-si. El proyecto también está inspirado en la comuna de Zuleta. Además, este trabajo teórico y práctico le sirvió como plataforma académica, con miras a obtener el título.

    Incursionó en el mundo de la moda gracias a un crédito de USD 3 000. Con ello compró materia prima y equipó la tienda, en donde una docena de maniquíes exhiben su creatividad. La mayoría lleva bordadas varias figuras precolombinas.

    Al igual que su progenitora, es partidario de emplear materiales de buena calidad. Por eso, la materia prima como las plumas de avestruz, pato o de faisán las trae desde Estados Unidos.

    Pero, no es lo único en que coinciden. En la vivienda familiar se acondicionó el almacén de disfraces y la tienda Diosas, trajes típicos y de fantasía, así como el taller de confección.

    Este último está equipado con 12 máquinas de corte, confección y de bordado. Sin embargo, el diseñador, aclara, que la elaboración de los vestidos es manual, por lo que en cada uno emplean entre uno y dos meses de trabajo. Por eso, los trajes solo se alquilan.

    Carla Cárdenas, esposa de Peláez, le apoya en el oficio. Es enfermera de profesión, pero en sus tiempos libres colabora en la confección de los trajes.

    Estos han vestido a candidatas de diferentes reinados de varias localidades de Imbabura, Pichincha, Carchi y Esmeraldas.

    Por ahora, Israel Peláez espera que sus diseños suban al máximo concurso de belleza del país.

    Más datos
    Los costos.  La elaboración de cada vestido puede llegar a valer unos USD 2 000. Todo depende del diseño.
    El servicio.  El precio por el alquiler de los trajes oscila entre USD 80 y 250. Tiene varias etnias del país.
    Otra líneas. Son los trajes de fantasía. Uno de los diseños que ha elaborado son las que usan las bailarinas de samba.
    Otra faceta.  El diseñador también tiene pasión por la danza. Dirige el grupo Ayllu Sisari (Floreciendo en Familia).

    En el sur de Ibarra, Israel Peláez, tiene su taller donde diseña, confecciona y atiende a sus clientes. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    En el sur de Ibarra, Israel Peláez, tiene su taller donde diseña, confecciona y atiende a sus clientes. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • A invertir en higiene y belleza

    Washington Paspuel

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    La industria de los cosméticos en el país tuvo un año de crecimiento desigual. Hubo empresas a las que les fue mejor que a otras, según voceros del sector.

    La producción de cosméticos llegó a los USD 54 millones en el 2014, con una proyección de USD 65 millones para el 2015, según datos del Ministerio de Industrias y Productividad.

    Aunque la industria carece de cifras actualizadas sobre su desempeño en el 2016, sus actores consideran que fue un año en el que las ventas despegaron, lo que les permitió, en muchos casos, realizar inversiones o retomar las postergadas.

    El ecuatoriano es un buen consumidor de cosméticos. Según la Asociación Ecuatoriana de Empresas de Productos Cosméticos, de Higiene y Absorbentes (Procosméticos), 98 de cada 100 hogares del país tienen al menos cinco productos cosméticos. Uno de esos productos son los destinados al cuidado, protección y nutrición de la piel y el cabello.

    La industria del cuidado de la piel, un segmento del sector cosmético, ha sabido renovarse y seguir las nuevas tendencias mundiales. Es el caso de Laboratorios Luque , una empresa familiar nacida en Guayaquil hace 67 con la oferta de recetas personalizadas bajo el esquema de fórmulas magistrales. La firma mantiene esa identidad, pero con el tiempo evolucionó hacia la oferta de productos dermocosméticos. “El año pasado sacamos productos nuevos y este también prevemos hacerlo”, dice Luis Vidal, jefe de Marketing de esta empresa.

    La ventas de esta compañía crecieron un 12% en el 2016, mientras que en diciembre llegaron a un 46% más de las registradas en el mismo mes del 2015. Mariela Jaramillo, gerente de la firma, considera que la restricción a las importaciones de cosméticos y sus componentes le permitió al fabricante nacional ganar espacio. “El ecuatoriano está aprendiendo a apreciar el cosmético nacional, le está perdiendo el miedo. Debido a la restricción de las importaciones, en el caso de nuestra marca nos hemos visto beneficiados”.

    En el 2014 el sector de los cosméticos firmó un convenio con el Ministerio de la Producción para impulsar la fabricación del producto nacional, a través de una reducción progresiva de las importaciones. Ese año , la Cartera de Estado acordó con cuatro grandes empresas del sector, con plantas de fabricación en el país, el incremento de su producción desde el 2015.

    El trato alcanzado y firmado por Procosméticos implicaba el compromiso de que la industria redujera sus importaciones un 25%. El compromiso incluía el uso de un 100% de alcohol local. Este producto se utiliza en la elaboración de fragancias, por ejemplo.

    Yanbal Ecuador fue una de las empresas que firmó el acuerdo. La multinacional lanzó en agosto del año pasado una nueva fragancia para hombre, de fabricación nacional. La empresa colocó ese mismo mes 80 000 unidades de su nueva oferta en las perchas. Las fragancias representan el 45% de sus ingresos en el país, .

    La importación de cosméticos fue además gravada con salvaguardias desde marzo del 2015.
    Ese mismo año las importaciones en dos de las subpartidas que agrupan a la mayoría de productos cosméticos y sus componentes llegaron a USD 387 millones, mientras que las exportaciones fueron de USD 32,5 millones. El año pasado, entre enero y octubre, las importaciones llegaron a los USD 98,7 millones; los envíos al exterior sumaron en el mismo periodo USD 18,5 millones.

    El sector de los cosméticos se aglutina en cuatro segmentos o grupos: las preparaciones de belleza, preparaciones capilares, perfumes y aguas de tocador, y artículos de higiene personal y afeitado. Muchas empresas elaboran productos específicos para determinados segmentos o nichos de mercado, mientras que otras abarcan casi toda la gama de la oferta de cosméticos.

    La compañía farmacéutica Rocnarf, que lleva 40 años en el mercado de los medicamentos, creó en el 2009 su línea Cresens, de productos dermocosméticos. Desde entonces, la compañía guayaquileña ha ido incrementando su oferta de productos en el segmento, con la creación de diferente líneas para el cuidado y nutrición de la dermis.

    Francisco Cordero, gerente Rocnarf, considera que la dermocosmética es un área que no deja de crecer en el Ecuador. Menciona que ha mutado desde la simple oferta de maquillajes, hasta la especialización con la incorporación de nuevas tecnologías y el descubrimiento de nuevos ingredientes y activos.

    Para este empresario del sector, actualmente cada vez más los productos para la piel demandan de un mayor desarrollo, que suelen demandar muchos estudios clínicos antes de salir al mercado. En el 2014, la compañía extendió su presencia en el mercado dermocosmético nacional con la creación de una nueva línea destinada al cuidado y nutrición de la piel de la mujer. La línea, bautizada como Biofemme, se oferta como una alternativa al producto importado, pero a un menor precio.

    La compañía invirtió USD 600 000 en la nueva línea, y para este año prevé la incorporación de nuevos productos bajo la misma oferta del cuidado de la piel.

    Las ventas en Labotorios Luque, que fabrica productos para el cuidado de la piel y el cabello, crecieron un 12% en el 2016. La compañía familiar espera seguir invirtiendo este año.  Fotos: Joffre Flores y archivo /LÍDERES
    Las ventas en Labotorios Luque, que fabrica productos para el cuidado de la piel y el cabello, crecieron un 12% en el 2016. La compañía familiar espera seguir invirtiendo este año. Fotos: Joffre Flores y archivo /LÍDERES
  • Liz Spa cada año ofrece nuevas técnicas de belleza a sus clientes

    María Victoria Espinosa

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    Los videos con tips de belleza en las redes sociales han sido la herramienta para que Génesis Parreño consiga nueva clientela en el centro integral Liz Spa.

    El emprendimiento cumplió en mayo pasado seis años. Desde entonces ofrece tratamientos de belleza como reducción de medidas corporales, rejuvenecimiento facial, bronceado, masajes hidratantes y relajantes, entre otras.

    Parreño señala que sus dos tácticas para destacarse en el mundo de la belleza es la innovación de equipos y la capacitación constante del personal.

    El equipamiento, en el que ha invertido USD 200 000, se exportó de Argentina. En ese país, Parreño se ha especializado en cosmeatría y cada año actualiza sus conocimientos en academias de Córdoba y Buenos Aires. “Es importante estar de la mano con la tecnología. Pero que sean los expertos quienes nos enseñen como utilizar las máquinas y las técnicas adecuadas para cada tipo de piel y según resultado que desea obtener el paciente”, señaló.

    Este año ofrecen tres nuevos servicios como la criolipolasis, que es un tratamiento no invasivo para eliminar la grasa corporal a través de una máquina fría.

    El tratamiento spider, en cambio, elimina las varices. “Se usan agujas muy pequeñas, esterilizadas y desechables, que no afectan a los tejidos porque solo tocan la piel. El pulso que produce la coagulación térmica de las venas, ayuda a la desaparición inmediata sin dejar cicatrices en la piel“.

    Además tienen una cámara de solarium para el bronceado, que es utilizada por las clientas, especialmente, en la época playera como el feriado de carnaval.

    Entre los tratamientos faciales, que más acogida tienen en Liz Spa esta el plasma rico en plaquetas, que promueve la regeneración celular y rejuvenece la piel.

    Otra estrategia es ofrecer cada semana nuevas promociones como descuentos, combos o dos tratamientos por el precio de uno.

    Parreño señala que cada año debe traer nuevas técnicas a Santo Domingo. “En un curso en Argentina, que hice poco, me enseñaron un técnica de relajación con música electrónica”.

    Para implementar este tratamiento desestresante, Parreño debió remodelar el spa. En una habitación incorporó en las paredes parlantes. La idea del masaje es que a través del ritmo de la canción se vaya realizando en masaje. “Es una técnica agradable tanto para el cliente como para el masajista. Ya se práctica en Colombia, Brasil y Argentina con éxito”.

    También se implementará el servicio de peluquería, en las próximas semanas. Mercy García, administradora de Liz Spa, señala que buscan que las clientas encuentren todo en un solo lugar. De esa forma, se trabaja integralmente y se puede controlar mejor los efectos del tratamiento.

    Karla Rivas es cliente de Liz Spa hace tres años. Ella asegura que una de las garantías de que el tratamiento va a funcionar es que Parreño lo ha utilizado en ella primero. “Tiene un cuerpo perfecto sin necesidad de cirugías y ya es madre. Esa es una motivación”.

    Parreño señala que luego de dar a luz a su hijo aumentó 20 kilos. Pero en cuestión de seis meses los eliminó. “Complementé los tratamientos con una dieta y ejercicio, que es lo que siempre recomendamos a los pacientes”.

    Este negocio cuenta en la actualidad con 12 empleados que atienden a los clientes. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    Este negocio cuenta en la actualidad con 12 empleados que atienden a los clientes. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES