Etiqueta: biotecnologia

  • La industria de biotecnología se impulsa en el país

    Redacción Quito  (I)

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    Un proyecto de tesis de dos estudiantes de Biología de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), Roger Romero y Brandon Jaramillo, se consolidó en un emprendimiento con el que se busca impulsar a una industria apenas naciente en el país: la biotecnología.

    La investigación se propuso el desarrollo de los primeros prototipos de levadura con capacidad de producir ácidos grasos Omega 3, 6 y 9, de manera sustentable, explica Aminael Sánchez, profesor de Estadística Avanzada y Biotecnología de la UTPL, quien guió el proyecto universitario.

    El Omega 3, por ejemplo, se obtiene tradicionalmente del pescado para enriquecer otros productos alimenticios, por ser beneficioso para la salud. Sin embargo, detalla Sánchez, esto promueve la pesca intensiva y la degradación ambiental, además de ser costoso. “Para obtener una tonelada de Omega 3 se deben capturar seis toneladas de peces”.

    La levadura, en cambio, puede crecer en residuos agroindustriales, como la melaza de caña de azúcar, suero de leche y cáscara de arroz. Sin embargo, por si sola no produce omega; para conferirle esa capacidad, recurrieron a la ingeniería genética.

    Por lo general, los resultados de una investigación se quedan en una publicación científica. Pero el equipo de la UTPL dio el salto para transferirlos a la industria.

    El trabajo de grado fue presentado en el 2018. Luego de eso, pasaron a trabajar al Parque Científico y Tecnológico de la universidad lojana, con el respaldo de la incubadora de emprendimiento de la misma casa de estudio, Prendho.

    En diciembre del 2020 constituyeron la empresa SilicoChem. Sus socios son Aminael Sánchez, Roger Romero, Brandon Jaramillo y Juan Diego Palacios.

    La firma también ha contado con el apoyo de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) y de la Senescyt. El capital semilla es de USD 193 000.

    Además, está en la búsqueda de otros inversores “ángeles” y aceleradoras fuera de Ecuador, para lograr avanzar en el proceso productivo y lograr llevar sus productos hacia otros mercados, como Chile, Estados Unidos y Asia Pacífico, explica Palacios, a cargo de la operación internacional.

    Este proyecto fue una de las ideas seleccionadas por el programa Reinventa Ecuador, de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), con capacidad para reactivar la economía del país. Silicochem ahora es la base del ecosistema sectorial de biotecnología industrial.

    La compañía ya cuenta con la patente para producir Omega a partir de levaduras. Prevén comenzar a fabricar en mayo del 2021. En el primer año esperan fabricar cinco toneladas de Omega.

    Su objetivo es proveer a otras industrias que utilicen este insumo, hasta ahora importado, para dar valor agregado a sus productos: leche, bebidas basadas en extractos vegetales, fórmulas infantiles, alimento para camarones, etc.

    La iniciativa también se enmarca dentro de la llamada ‘economía circular’, al hacer uso de residuos agroindustriales, mediante la bioconversión en químicos de alto valor agregado, subraya Sánchez, quien detalla que el país produce 800 000 toneladas de desechos agroindustriales al año.

    Visión industrial
    Alcance. El ecosistema sectorial de biotecnología industrial prevé traer USD 3 100 millones a la economía en 10 años.

    En lo laboral. Esta nueva industria proyecta generar 1 025 puestos de trabajo en los primeros cinco años del ecosistema.

    Volúmenes. La producción de Omega a partir de levaduras puede reducir hasta en un 70% la importación de químicos de alto valor agregado, con la absorción de hasta el 40% de los residuos agroindustriales.

  • Divulgación científica, con alcance internacional

    Patricia González (I)  patriciag@elcomercio.com

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    Jessica Gordón, Verónica Sánchez y Patricio Orozco se conocieron en las aulas de la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe), donde cursaron juntos la carrera de Ingeniería en Biotecnología, de la que se titularon en 2012.

    Los tres continuaron su formación académica en el extranjero, lo que les permitió conocer de cerca la difusión y apoyo a las biociencias en otros países. En 2017, Gordón, Sánchez y Orozco fueron seleccionados como líderes en biotecnología en la Cumbre de Jóvenes Líderes en Biotecnología, celebrada en Chile.

    Tanto sus experiencias de posgrado en el extranjero, así como el reconocimiento de la Cumbre los motivó a dar impulso al desarrollo de las biociencias en Ecuador y Latinoamérica, mediante la divulgación científica y capacitación. Su área de enfoque es la biotecnología, disciplina que engloba a toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos, para la creación o modificación de productos o procesos con usos específicos.

    En mayo del 2018, los tres biotecnólogos constituyeron iD-Core Biotechnology. Su proyecto pionero fue iD-Speech: Divulgación Científica de Alto Impacto, que consiste en conferencias cortas semanales en biociencias.

    Durante los primeros dos años, las charlas se llevaron a cabo presencialmente en la Universidad Técnica de Ambato, la Espe y la Universidad Politécnica Salesiana, en esta última con el liderazgo de Nicolás Grijalva. Al momento el iD-Speech está conformado por una red de 11 instituciones.

    Con la pandemia, las conferencias se han desarrollado de manera virtual, en el Facebook de la organización, lo que les ha permitido traspasar fronteras, con la participación de ponentes y asistentes internacionales. En promedio, cada evento en línea reúne a 250 espectadores.

    Uno de los ponentes internacionales invitados fue Alejandro Rojas, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile y quien lidera una investigación para generar anticuerpos neutralizantes contra el coronavirus SARS -CoV2, tema sobre el cual se centró su charla.

    “Ha sido interesante conocer de esta iniciativa, que se apoya en las redes sociales para la difusión científica, con lo cual han logrado dar un salto y ser visibilizados en la región. Esto genera interés en la comunidad científica y las nuevas generaciones que se quieran dedicar a las ciencias”, destaca Rojas.

    Jessica Gordón, Patricio Orozco y Verónica Sánchez, ingenieros en biotecnología y fundadores de la empresa iD-Core Biotechnology.
    Jessica Gordón, Patricio Orozco y Verónica Sánchez, ingenieros en biotecnología y fundadores de la empresa iD-Core Biotechnology.

    Luego de que se desarrollan las conferencias, un equipo de voluntarios de iD-Speech genera un resumen y material gráfico para su difusión en el blog Microbios. Juan Fernando Díaz lidera el área de redacción. La iniciativa reúne a ocho directores institucionales y 25 voluntarios en distintas áreas.

    La otra ala de iD-Core es la Escuela Continua de Biociencias, que promueve capacitaciones teórico-prácticas. Este proyecto se inició en 2019 con el aval de la Cámara de Comercio de Quito, donde se realizaron 11 capacitaciones. Este año desarrollaron la escuela virtual, que tuvo su primer taller en noviembre.

    Se han efectuado capacitaciones en diferentes temáticas: fotografía en biociencias, análisis forense, cultivo de tejidos vegetales, diseño de ‘primers’, y genotipificación y construcción de árboles filogenéticos.

    Este último taller, que se ha llevado a cabo de manera presencial y en línea, lo ha dictado Johanna Buitrón, investigadora. Para ella, la versión virtual, de ocho horas, fue más enriquecedora porque permitió más trabajo práctico por parte de los estudiantes. “Aprendieron a utilizar los software y algunos les han dado uso en sus áreas de trabajo”, comenta.

    Paula Toalombo, docente de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo e investigadora en el área de biología molecular, cursó el taller virtual de genotipificación y construcción de árboles filogenéticos. “Como docente, mi obligación es capacitarme constantemente y estar a la vanguardia con los avances en biotecnología”.

    Las capacitaciones tienen un costo de entre USD 30 y 150. La proyección de la empresa es que la Escuela les genere ganancias por al menos USD 15 000 al mes. Además, están en la búsqueda de auspiciantes para las charlas. A futuro, prevén hacer un gran evento anual de divulgación científica.

    En el 2019, la Escuela Continua de Biociencias de iD-Core Biotechnology realizó 11 capacitaciones presenciales, en la Cámara de Comercio de Quito. Foto: Cortesía iD-Core Biotechnology
    En el 2019, la Escuela Continua de Biociencias de iD-Core Biotechnology realizó 11 capacitaciones presenciales, en la Cámara de Comercio de Quito. Foto: Cortesía iD-Core Biotechnology
  • Las alianzas afianzan esta firma

    Patricia González  (I)
    patriciag@elcomercio.com

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    Los empresarios Andrés Dávalos y Milton Lupercio apostaron en 2011 a un mercado incipiente en Ecuador: la biotecnología aplicada al desarrollo de alimentos funcionales o ‘superalimentos’, con beneficios para la salud.

    “Creímos en las materias primas y en el conocimiento ancestral andinos. Las tendencias del mercado se estaban enfocando hacia el cuidado de la salud de manera natural”, recuerda Lupercio, gerente general.

    Dlip Industrial se fundó en 2011, pero el proceso de investigación y desarrollo tecnológico les demoró unos dos años, antes de empezar a comercializar. En 2013, se integraron como socios y a cargo del área comercial, José y Priscila Dávalos.

    Con la importación de tecnología danesa, comenzaron a desarrollar su primer producto: colágeno hidrolizado (en polvo) con enzimas naturales. “El beneficio del hidrolizado es que al romperse la cadena proteica, el producto se vuelve más asimilable”, explica el ejecutivo.

    Dlip también se ha especializado en otros procesos tecnológicos, como el secado por aspersión y microencapsulación, para la elaboración de sus diferentes productos, que en su mayoría son presentaciones en polvo.

    En colágeno hidrolizado, la firma produce alrededor de 15 fórmulas enfocadas en la dieta para deportistas, a fortalecer los sistemas articular y óseo, y para tratamientos de belleza.
    QSI del Ecuador le provee de la principal materia prima: gelatina, importada de Brasil. Entre 40 y 50 toneladas al año, indica Stalin Cañizares, vendedor técnico de la proveedora.

    La empresa cuenta con un departamento de investigación, desarrollo e innovación, donde mejoran las fórmulas o crean nuevas.
    La empresa cuenta con un departamento de investigación, desarrollo e innovación, donde mejoran las fórmulas o crean nuevas.

    Sus otras líneas son sábila (en polvo), suplementos alimenticios con base en frutas y vegetales o de proteínas (para deportistas), multivitamínicos y quemadores de grasa (con té verde, garcinia cambogia y L-carnitina). Además, tiene suplementos en presentación líquida (tamaño de ‘shot’).

    Resiquim provee a la firma, químicos en diferentes fórmulas, como dextrosa monohidratada (endulzante) y polisorbato Tween 80 y Aerosil Q20100, para mejorar texturas. Estas materias primas provienen de China y Brasil. “Es un cliente con potencial, que ha ido creciendo”, comenta Andrés López, ejecutivo de cuentas de la importadora.

    Lupercio recalca que para la empresa hay dos temas fundamentales: el talento humano y sus proveedores. “La simbiosis de los dos garantiza un muy buen producto”. En Dlip laboran 40 personas, 22 de ellas en la planta, localizada en Cotopaxi.

    La compañía de biotecnología comercializa cerca de 30 productos bajo la marca paraguas Live. Se ubican en la cadena Supermaxi y en unos 2 000 puntos de las principales cadenas farmacéuticas del país. En el mercado nacional los representa la firma Dyvenpro (Grupo Difare).

    “En el afán de desarrollar marcas propias o de terceros vinculadas al bienestar, Dyvenpro vio en Dlip un aliado, que conoce muy bien el mercado de suplementos alimenticios”, explica Marcelo Merino, gerente de Consumo Masivo de esa firma.

    Otra de las líneas de negocio de la empresa es el desarrollo de marcas blancas, siendo Dyvenpro uno de sus clientes en esa área. Le desarrolla marcas como Bio Slim (quemador de grasa) y Julvent (colágeno).

    La multinacional Nature’s Sunshine es otra cliente de marca blanca. Para esta firma fabrican proteínas, colágeno, multivitamínicos, entre otros productos en polvo. Esto se logró luego de una visita de los ejecutivos de la empresa norteamericana y de una inspección técnica, en la que Dlip cumplió las exigencias de calidad y servicio, dice Xavier Tinajero, gerente para Ecuador y Colombia de Nature’s Sunshine. La empresa cuenta con certificaciones internacionales en inocuidad alimentaria.

    La empresa, que cerró en 2019 con una facturación de USD 1,5 millones, también es proveedora de materias primas de otras industrias. En sus diferentes líneas de negocios ha conseguido clientes en el mercado internacional (Bolivia, Guatemala, Colombia y Perú). El 60% de la producción se destina hacia la exportación.

    Desde el 2018 cuenta con un departamento de investigación, desarrollo e innovación. Gracias a ello, se reinventó en la pandemia para desarrollar productos adaptados a la demanda. Recientemente, la firma lanzó una línea de multivitamínicos para reforzamiento del sistema inmunológico y suplementos alimenticios, para el sistema respiratorio e inmunológico.

    Las cifras:
    2011 fue el año de fundación de la empresa Dlip.

    4 socios tiene la compañía de biotecnología.

    62 personas
     forman parte de su nómina, de las cuales 22 trabajan en la planta de producción.

    60% de la producción 
    anual se destina a la exportación. Sus clientes internacionales está en cuatro países de Latinoamérica.

    2 000 puntos
     de cadenas farmacéuticas del país venden sus productos. También están en Supermaxi.

    Milton Lupercio, gerente general
    Cuando Japón mando a confinamiento vi que lo que venía era serio. El 19 de marzo me reuní con todos y hablamos de la resiliencia y empezar a pensar diferente. Recientemente sacamos nuevos productos que desarrollamos en 90 días. Nos tocó reinventarrnos. Las empresas que superemos esto, que lleguemos a octubre del 2021, seremos más fuertes. Estamos aprendiendo a vivir con pocos recursos e innovar.

    Trabajadores de Dlip empacan los artículos en su planta de producción, localizada en Cotopaxi. El 60% de lo que elabora va para la exportación. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Trabajadores de Dlip empacan los artículos en su planta de producción, localizada en Cotopaxi. El 60% de lo que elabora va para la exportación. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Revista Líderes: Mira aquí la edición del 6 de abril del 2020

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    Revista Líderes presenta a sus lectores este lunes 6 de abril del 2020 un informe sobre las estrategias empresariales ante la crisis del nuevo coronavirus. Además, en Líderes Women, Emilia Vásquez, directora de Biotecnología en la UDLA, promueve a las mujeres para que ingresen en las ciencas y nunca dejarse intimidar. ¿Es importante la comunicación en crisis? Te contamos en la edición de hoy.

    Portada de la Revista Líderes del lunes 6 de abril del 2020
    Portada de la Revista Líderes del lunes 6 de abril del 2020
  • Biotecnología y frutos andinos

    Evelyn Tapia

    Evelyn Tapia (I) redaccion@revistalideres.ec

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    En el cantón Pujilí, en Cotopaxi, unos siete obreros maniobran las máquinas que, gracias a procesos biotecnológicos, transforman mortiño, guayusa, piña, uvilla o maca, en polvos que serán parte de suplementos alimenticios para el mercado ecuatoriano y para exportar a México, Bolivia y Paraguay.

    Xavier Larreátegui cuenta que desde que estudiaba marketing en la universidad soñaba con crear un negocio en el que productos típicos del Ecuador se vendan fuera del país, pero no como materias primas, sino como productos con alto valor agregado.

    Tras casi ocho años de búsqueda de socios, financiamiento y de desarrollo de fórmulas, a finales del 2016 creó Andes Kinkuna.

    Su padre, Lauro Larreátegui ,y Orestes López, un PhD en biotecnología, son socios de este negocio que comenzó fabricando 1 000 productos mensuales y hoy llega a los 20 000.

    Andes Kinkuna facturó USD 1 millón en el 2018 y tiene tres ejes de negocio. El principal es su marca de suplementos alimenticios, Fakulti, que ocupa el 70% de su producción.

    López explica que los productos se fabrican con procesos biotecnológicos, que consisten en incrementar la biodisponibilidad y absorción de las sustancias de origen natural que tienen las materias primas. Desarrollar las fórmulas les tomó varios años y contaron con el apoyo de la Universidad Técnica de Ambato.

    Las Buenas Prácticas de Manufactura se aplican en cada uno de los productos en la empresa   Andes Kinkuna, en su planta de Pujilí. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Las Buenas Prácticas de Manufactura se aplican en cada uno de los productos en la empresa Andes Kinkuna, en su planta de Pujilí. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    Uno de los procesos más importantes se desarrolla dentro de un cilindro con capacidad de procesar 100 kilogramos por hora.

    En este cilindro, que se conoce como ‘spray driver’, se seca la materia prima y se la pulveriza, luego se mezcla con otros insumos en polvo.

    Otra área esencial es la destinada a la hidrólisis del colágeno, que es el producto estrella de la empresa.

    La hidrólisis es un proceso que tradicionalmente se hace con cambios bruscos de temperatura, en el que se introducen moléculas de agua.

    “Nosotros innovamos el proceso y tomamos un extracto de piña, que tiene una enzima que permite que el colágeno sea más hidrolizado, esto permite que el cuerpo lo absorbe mejor”, explica Larreátegui.

    La marca ofrece otros 10 tipos de productos, entre ellos, un suplemento que ayuda a prevenir la infecciones urinarias, a base de mortiño en polvo. Otro de sus suplementos permite estimular el metabolismo y reduce la retención de líquidos. Contiene extracto de piña y chitosán.

    Los productos se venden en farmacias de Corporación GPF, y en locales de Corporación Favorita.

    Marcela Cuñas, gerente financiera, destaca que la marca está reivindicando los productos tradicionales de la alimentación ecuatoriana en el país y dando a conocer su potencial en el mundo. “Estamos generando, además del valor agregado, una conciencia de que como país podemos desarrollar productos de primer nivel para el mercado internacional”.

    El segundo pilar de la empresa es la del servicio de maquila para otras marcas que se exportan a México, Paraguay y Bolivia desde el 2017.

    El tercer pilar comenzará este año, y es la exportación hacia Europa de ingredientes funcionales, como uvilla y mortiño microencapsulado, extracto de guayusa en polvo y el colágeno hidrolizado, que se usarán como materia prima para otros productos.

    Romel Tello es representante de la Asociación de productores de uvilla Asopruv, que desde Salcedo provee de unos 250 kilos mensuales de la fruta a este negocio. Él señala que la fruta es libre de químicos y destaca que los productores practican la técnica de rotación de cultivo para que la fruta sea de mejor calidad. “Desde que comenzamos a trabajar con ellos podemos tener mayor producción y más rentabilidad, el 75% de la producción es para Andes Kinkuna”, añade.

    Este año, la empresa comenzará a vender en EE.UU. dos de sus productos: el colágeno y un té antioxidante de guayusa y mortiño. Lo hará en Amazon y una tienda virtual propia:

    En octubre está previsto exportar ingredientes funcionales a Alemania, gracias a un programa de la Unión Europea y Corpei, que busca impulsar exportaciones de pymes.

    La empresa fue parte de esta iniciativa con el que lograron obtener la certificación HACCP y así contactaron con el programa alemán estatal Import Promotion Desk (IPD), que los seleccionó para comercializar sus productos en ese país.

    Las cifras

    600 mil dólares se requirieron como inversión inicial para emprender el negocio en el 2016. Este año esperan facturar USD 2,5 millones.

    28 empleados forman parte de esta empresa. Además, generan alrededor de 100 empleos indirectos a través de las asociaciones que les proveen materias primas.

    20 000 unidades al mes se elaboran en la planta ubicada en Pujilí. Actualmente la planta está el 30% de su capacidad y puede incrementarse.

    El 70% de la producción de la empresa es para los productos de su marca Fakulti. Este año comenzarán a exportara Europa y a EE.UU. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    El 70% de la producción de la empresa es para los productos de su marca Fakulti. Este año comenzarán a exportara Europa y a EE.UU. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Xavier Larreátegui exporta frutos de los Andes con alto valor agregado

    Redacción Líderes

    Evelyn Tapia (I)

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    En el cantón Pujilí, en Cotopaxi, unos siete obreros maniobran las máquinas que, gracias a procesos biotecnológicos, transforman mortiño, guayusa, piña, uvilla o maca, en polvos que serán parte de suplementos alimenticios para el mercado ecuatoriano y para exportar a México, Bolivia y Paraguay.

    Xavier Larreátegui cuenta que desde que estudiaba marketing en la universidad soñaba con crear un negocio en el que productos típicos del Ecuador se vendan fuera del país, pero no como materias primas, sino como productos con alto valor agregado.

    Tras casi ocho años de búsqueda de socios, financiamiento y de desarrollo de fórmulas, a finales del 2016 creó Andes Kinkuna.

    Su padre, Lauro Larreátegui ,y Orestes López, un Doctor en Ciencias de la Ingeniería de los Procesos Biotecnológicos, son socios de este negocio que comenzó fabricando 1 000 productos mensuales y hoy llega a los 20 000.

    Andes Kinkuna facturó USD 1 millón en el 2018 y tiene tres ejes de negocio. El principal es su marca de suplementos alimenticios, Fakulti, que ocupa el 70% de su producción.

    López explica que los productos se fabrican con procesos biotecnológicos, que consisten en incrementar la biodisponibilidad y absorción de las sustancias de origen natural que tienen las materias primas. Desarrollar las fórmulas les tomó varios años. Actualmente cuentan con un convenio con la Universidad Técnica de Ambato para que los estudiantes hagan practicas preprofesionales y tesis, lo cual les permite acceder a trabajar en Andes Kinkuna.

    El 70% de la producción de la empresa se destina a los productos de su marca de suplementos alimenticios Fakulti. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    El 70% de la producción de la empresa se destina a los productos de su marca de suplementos alimenticios Fakulti. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    Uno de los procesos más importantes se desarrolla dentro de un cilindro con capacidad de procesar 100 kilogramos por hora.

    En este cilindro, que se conoce como ‘spray dryer’, se seca la materia prima y se la pulveriza, luego se mezcla con otros insumos en polvo.

    Otra área esencial es la destinada a la hidrólisis del colágeno, que es el producto estrella de la empresa.

    La hidrólisis es un proceso que tradicionalmente se hace con cambios bruscos de temperatura, en el que se introducen moléculas de agua.

    “Nosotros innovamos el proceso y tomamos un extracto de piña, que tiene una enzima que permite que el colágeno sea más hidrolizado, esto permite que el cuerpo lo absorbe mejor”, explica Larreátegui.

    La marca ofrece otros 10 tipos de productos, entre ellos, un suplemento que ayuda a prevenir la infecciones urinarias, a base de mortiño en polvo. Otro de sus suplementos permite estimular el metabolismo y reduce la retención de líquidos. Contiene extracto de piña y chitosán.

    Los productos se venden en farmacias de Corporación GPF, y en locales de Corporación Favorita.

    Marcela Cuñas, gerente financiera, destaca que la marca está reivindicando los productos tradicionales de la alimentación ecuatoriana en el país y dando a conocer su potencial en el mundo. “Estamos generando, además del valor agregado, una conciencia de que como país podemos desarrollar productos de primer nivel para el mercado internacional”.

    Proceso de envasado de los productos de Andes Kinkuna. A partir de este 2019, la empresa planea exportar sus productos a Estados Unidos y Europa. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Proceso de envasado de los productos de Andes Kinkuna. A partir de este 2019, la empresa planea exportar sus productos a Estados Unidos y Europa. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    El segundo pilar de la empresa es la del servicio de maquila para otras marcas que se exportan a México, Paraguay y Bolivia desde el 2017.

    El tercer pilar comenzará este año, y es la exportación hacia Europa de ingredientes funcionales, como uvilla y mortiño microencapsulado, extracto de guayusa en polvo y el colágeno hidrolizado, que se usarán como materia prima para otros productos.

    Romel Tello es representante de la Asociación de productores de uvilla Asopruv, que desde Salcedo provee de unos 250 kilos mensuales de la fruta a este negocio. Él señala que la fruta es libre de químicos y destaca que los productores practican la técnica de rotación de cultivo para que la fruta sea de mejor calidad. “Desde que comenzamos a trabajar con ellos podemos tener mayor producción y más rentabilidad, el 75% de la producción es para Andes Kinkuna”, añade.

    Este año, la empresa comenzará a vender en EE.UU. dos de sus productos: el colágeno y un té antioxidante de guayusa y mortiño. Lo hará en Amazon y una tienda virtual propia:
    En octubre está previsto exportar ingredientes funcionales a Alemania, gracias a un programa de la Unión Europea y Corpei, que busca impulsar exportaciones de pymes.

    La empresa fue parte de esta iniciativa con el que lograron obtener la certificación HACCP y así contactaron con el programa alemán estatal Import Promotion Desk (IPD), que los seleccionó para comercializar sus productos en ese país.

    Xavier Larreátegui es el fundador de Andes Kinkuna, empresa ecuatoriana que elabora suplementos alimenticios. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Xavier Larreátegui es el fundador de Andes Kinkuna, empresa ecuatoriana que elabora suplementos alimenticios. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Suplementos de exportación

    Diana Serrano

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    La alta tecnología es la base de una empresa ecuatoriana que tiene su planta de producción en Pujilí, Cotopaxi. En medio de un valle, se cumplen dos procesos que pueden sonar extraños, pero que permiten que Andes Kinkuna gane presencia en mercados nacionales e internacionales.

    Allí, cada día, la empresa hidroliza y microencapsula mortiño, uvilla, maca, quinua y otros alimentos propios del país.

    A través de la hidrólisis, se separan los componentes de los alimentos y se conservan los que tienen mayores nutrientes. En cambio, con el proceso de microen­capsulación se condensan las propiedades del producto para impedir que se pierdan.

    Estos procesos químicos son el valor extra de esta empresa, fundada el 2015, por Xavier Larreátegui, un apasionado por la química con estudios en marketing.

    La empresa surgió como un “acto de rebeldía” para que el país se convierta en productor y no solo en proveedor de materia prima para elaborar suplementos nutricionales, como colágeno o proteína, con insumos locales.

    Hace una década, Larreátegui fue socio y gerente general de la empresa Dlip, dedicada a la producción biotecnológica.

    Con esta experiencia, en mayo del 2015 inició Andes Kinkuna. Fue un trabajo arduo de año y medio, para comenzar con el proceso de producción. La inversión inicial fue de USD 2,5 millones.

    Actualmente, esta industria produce dos líneas de insumos: nutracéuticos y alimenticios.
    Dentro de los primeros se encuentran los suplementos nutricionales, bajo la marca Fakulti.
    En cuanto a alimenticios, la empresa produce tés energizantes y complementos para el desayuno, como el concentrado de mortiño, que sirve para hacer batidos.

    Estos productos se comercializan en los autoservicios de Corporación GPF, desde hace seis meses, y en los supermercados de Corporación Favorita, hace dos meses. Los costos van desde los USD 9 y los nutracéuticos se venden bajo la norma de suplementos nutricionales, vigente en el país desde el año pasado.

    Según Gabriela Ponce, subgerenta de Desarrollo de Nuevas Soluciones y Bazar de GPF, el producto tiene gran aceptación. “Los consumidores buscan ofertas nuevas con componentes naturales. Esta es una gran opción con formatos de presentaciones distintas y a precios asequibles”.

    Para conseguir la materia prima, la empresa tiene convenios con productores agrícolas. La piña, con la cual se hidroliza el colágeno, viene de Quevedo, la guayusa del Oriente y determinados frutos son de la Sierra.

    José Sacatoro es líder de una comunidad de 100 familias de la zona de Sigchos, que se dedica a la producción de chochos y mortiño. De este último producto, señala que entrega a la empresa alrededor de 400 kilos por mes.

    Para esta comunidad ha sido muy importante el impulso de la producción del fruto andino, ya que antes solo se lo comercializaba en octubre, para la elaboración de la colada morada.

    La recuperación del cultivo también ha contribuido con el medioambiente, ya que el arbusto de mortiño es un captador natural de agua lluvia.

    La investigación nutricional para la generación de nuevos productos está a cargo de la Universidad Técnica de Ambato, centro con el que la empresa tiene un convenio para que los estudiantes realicen sus pasantías en la fábrica, a la vez que se forman y aportan con sus conocimientos.

    Cuando surgió Andes Kinkuna, su propietario se puso como objetivo llevar sus productos a mercados internacionales. Y ya lo cumplió. En mayo del año pasado, la empresa envió un cargamento de colágeno hidrolizado a México, con aval del Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Pro Ecuador). Desde entonces, se exporta un contenedor cada dos meses, lo que representa un ingreso anual aproximado de USD 1 millón.

    El objetivo para este año es aumentar las frecuencias de esas exportaciones e iniciar el comercio al mercado estadounidense y la Unión Europea, con tres productos: colágeno hidrolizado con piña, concentrado de proteína vegana con granos andinos y té energizante de guayusa y mortiños, indicó Larreátegui.

    Para el consumo local, el gerente desea ampliar la línea de alimentos e impulsar su consumo en la dieta diaria.

    Cifras

    1 planta está en funcionamiento actualmente. La segunda está en proceso de construcción y la tercera estará lista en el 2019.

    150 000 dólares factura al mes la empresa cuya planta está en Pujilí.

    6 contenedores aproximadamente se espera exportar al año a México.

    2 líneas de productos se comercializan en autoservicios del país.

    3 productos tienen potencial de exportación a EE.UU y a la UE, en este año.

    El Gerente

    Xavier Larreátegui  

    La idea de esta empresa surgió cuando estaba en la universidad. Estudié Marketing, pero me gustaba también la química. En conversaciones con mi familia, siempre surgía el hecho de que se importaban productos hechos con materias primas ecuatorianas. Me preguntaba ¿por qué no hacerlos aquí? A finales del 2014, vi la necesidad de crear una empresa no solo para producir sino también para exportar y en mayo del 2015 nació Andes Kinkuna.

    El colágeno de Andes Kinkuna se distingue por ser hidrolizado con piña. Decenas de toneladas de la fruta llegan a la planta y son procesadas diariamente. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    El colágeno de Andes Kinkuna se distingue por ser hidrolizado con piña. Decenas de toneladas de la fruta llegan a la planta y son procesadas diariamente. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La biotecnología es el valor que ofrece este centro

    José Luis Rosales  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El generar productos con alto valor agregado es lo que promueve el Centro Ecuatoriano de Biotecnología y Ambiente (CEBA), que se creó en el 2009.

    Este organismo, formado por 18 profesionales de diversas áreas, enfoca su labor al desarrollo de tecnologías para aprovechar la biodiversidad del país. Así explica su director ejecutivo, Julio Pineda. Este PhD, de 49 años, señala que este nuevo tipo de economía se sustenta en tres pilares: la ­mi­crobiología, bioquímica y biotecnología.

    “A partir del manejo de microorganismos y otras materias primas se puede producir miles de productos, más que el petróleo”. Éstos pueden aplicarse en la industria de alimentos, fármacos, biofármacos, bioplásticos, biotextiles, entre otros.

    Desde hace dos años, a raíz de que 12 de los 18 investigadores empezaron a retornar al país, tras cursar estudios de doctorado en el exterior, definieron un plan con enfoque empresarial para aprovechar toda su capacidad científica.

    Para ello, el 2017 recibieron ­asistencia técnica de la Universidad Católica de Oriente, de Colombia, para crear empresas a partir del desarrollo tecnológico. Así surgió la firma Biodiversity, que busca explorar varias líneas de productos con biotecnología en agricultura, alimentos, salud, ambiente e industria.

    Una de las fortalezas de este grupo de científicos nacionales es trabajar bajo la metodología de escalado industrial. La idea es que antes de que un producto salga al mercado pase por las etapas de laboratorio, banco, piloto, semindustrial e industrial. Este último incluye el diseño, instalación y montaje de una planta.

    Así identifican productos de esta bioeconomía que están en el mercado. Luego, realizan ingeniería inversa, hacen un estudio de patentes y por último analizan la posibilidad de fabricarlos.

    La marca nacional ha desarrollado productos como el Biosintato, una fórmula basada en aminoácidos que funciona como un antiestrés para una planta vegetal.

    Igualmente, el Biotensor que es un plaguicida de alto poder, que se obtiene del jugo de cabuya. Por lo pronto, se comercializan en pequeñas cantidades porque tramitan el registro de Agrocalidad.

    Otra iniciativa es una planta piloto para la producción de células filamentosas, que fueron extraídas de la parroquia de Lita, en Ibarra. Esta zona, en el noroc­cidente de Imbabura, es rica en una variedad en hongos comes­tibles y plantas medicinales.

    La célula, que previamente fue reproducida y domesticada, posee un 21% de proteína. Pineda explica que eso permite reemplazar a la carne. Además, destaca que contiene la molécula beta-glucan, que fortalece el sistema inmunológico. En el momento, producen
    1 000 bandejas de este hongo comestible nutriceútico, que tiene dos presentaciones: blanca y rosada. Los 100 gramos cuestan USD 1.

    A la par, están desarrollando 22 productos. Uno de ellos es con Asochacra, de la comunidad de Pijal, en Otavalo. Desde hace cuatro años, la organización que aglutina a 15 socios cultiva uvillas. Hoy produce entre 1 000 a 1 500 toneladas a la semana.

    El CEBA está investigando a la planta para sacar productos de alta calidad, explica Sergio Imbaquingo, líder de la organización. Están elaborando licor y sirope de los frutos de la uvilla.

    Otros Datos

    Otro plan en marcha es la extracción del quitosano de la cáscara del camarón. Está en prueba piloto y servirá para fortalecer el sistema inmunológico de las plantas.

    La estabilización a varias temperaturas de la chicha de jora es otro de sus logros. Ahora la bebida se comercializa bajo la marca Sara Mama.

    Bionatura es la revista del CEBA. Se trata de una publicación trimestral, con textos en español e inglés, que publica trabajos inéditos de investigación en ciencias biológicas.

    El Centro Ecuatoriano de Biotecnología y Ambiente tiene su base de operaciones en Ibarra. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    El Centro Ecuatoriano de Biotecnología y Ambiente tiene su base de operaciones en Ibarra. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • Los proyectos se dirigen hacia el desarrollo de los negocios

    Redacción Guayaquil

    En el Centro de Investigaciones Biotecnológicas de la Espol se desarrollan procesos que permiten el aprovechamiento de desechos y excedentes agrícolas. Cuando las investigaciones se llevan a la práctica se crean productos.

    Por ejemplo, estudiantes de la carrera de Licenciatura en Nutrición e Ingeniería en Alimentos elaboraron barras nutritivas con base en los desechos de maíz, arroz, soya, banano y cacao de la Costa ecuatoriana. El proyecto ganó el primer lugar en el concurso Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible.

    Boris Ramos, coordinador de la carrera de Ingeniería en Electrónica y Telecomunicaciones, comenta que los proyectos se ejecutan en los niveles de pregrado y posgrado. Algunos destacados por los estudiantes de tercer nivel es el desarrollo de sistemas de comunicación inalámbricos, que incluye el sistema estándar de Tv digital adoptado por el país. «La investigación es importante para impulsar la tecnología y por ende nuevas oportunidades de emprender».

    La Espol también dirige sus investigaciones a los mejoramientos de procesos y sistemas. Por ejemplo, cuando se evidenció la falta de seguridad de los pacientes que ingresan a los centros médicos se desarrollaron las Normas que garanticen la seguridad de los pacientes en las áreas médicas. «Con el laboratorio de Electrónica Médica se ha venido trabajando en crear, modificar o actualizar estas normas», comenta Miguel Yapur, decano de la Facultad de Electricidad y Computación. Estas normas serán evaluadas por el Ministerio de Salud Pública.

    Para incentivar el emprendimiento la Espol constituyó en el 2008 el Club de Emprendedores que tiene como objetivo crear iniciativas, además del área empresarial, en lo social, cultural…

    La Espol tiene un plan prioritario de investigación hasta el 2020. Este plan se enfoca en 6 líneas de trabajo: Agricultura y Producción Animal; Clima y Ambiente; Educación y Comunicación; Energías Alternativas y Renovables; Manejo Ambiental; y, Tecnología Industrial.

    Uno de los objetivos de la institución guayaquileña es que las investigaciones sean rentables, de manera que la indagación científica y académica puedan sostenerse por sí solas. Para ello aspira a patentar y comercializar sus principales productos, tecnologías e innovaciones que están perfeccionadas.

  • La Biotecnología se afianza en la investigación universitaria

    Redacción Guayaquil

    Los proyectos e investigaciones que realiza el Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador (CIBE) de la Escuela Superior Politécnica del Ecuador (Espol) apuntan, principalmente, a mejorar la agricultura.

    Esther Peralta, directora del CIBE, explica que las investigaciones se desarrollan con el objetivo de aumentar la calidad de los productos e identificar posibles enfermedades del café, banano, maíz, arroz… Los proyectos del CIBE pasan por una fase denominada Biodescubrimiento. Ahí se desarrollan nuevos organismos que pueden tener una utilidad biotecnológica novedosa y ser usados para la obtención de bioproductos. Estos son el biodiésel y bietanol, ambos desarrollados por la Espol.

    Además, existen proyectos de cultivo de tejido en el café que apunta a identificar procesos para mejorar su calidad y resistencia frente a diversos ambientes.

    Byron Moyano, investigador de técnicas agrícolas del CIBE, destaca la investigación realizada por su equipo sobre una posible fórmula para el control de la plaga del caracol manzana que ataca a las plantaciones de arroz y otra para la sigatoka negra que ataca a las hojas de las plantaciones de banano.

    En el primer trimestre del próximo año ambos productos estarán desarrollados y listos para la comercialización.

    En el CIBE 43 profesionales y estudiantes hacen investigaciones en seis áreas: Fitopatología y Microbiología; Biología Molecular; Cultivo de Tejidos; Bioproductos; Tecnología Agrícola; y Bioestadística-Bioinformática.

    El presupuesto anual de este centro es de USD 1 millón y es financiado por la Espol. Sin embargo, la cantidad asignada no es suficiente y varias investigaciones se financian con convocatorias de organismos internacionales a las que aplican.

    En septiembre, la International Foundation For Science de Suecia premió tres proyectos que el CIBE presentó en un concurso. Estos estudios fueron acerca de la mosca blanca, multiplicación in vitro del mortiño y el último sobre enfermedades virales transmitidas por las semillas en las islas Galápagos.43 profesionales y estudiantes realizan investigaciones en el CIBE.