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  • Gema Sacristán: ‘Ecuador ha marcado un hito en emisión’

    Redacción Quito, (I)

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    Gema Sacristán, directora de Negocios de BID Invest, se refiere a los bonos temáticos en el país y la región. 

    ¿Qué son los denominados bonos temáticos?
    Básicamente son bonos regulares; productos del mercado financiero de renta fija. Lo que diferencia a un bono temático de uno tradicional es que con los primeros, el dinero recaudado por la emisión va a un fin específico. Tenemos tres tipos de bonos temáticos, actualmente.

    ¿Cuáles?
    Verdes, sociales y sostenibles. Los primeros financian proyectos cada vez más relacionados con el cambio climático o que mitigan los efectos de esa situación. Los segundos se enfocan en programas de educación, salud , género, diversidad, inclusión financiera y vivienda. En los sostenibles el uso de los fondos puede ser tanto para proyectos verdes como sociales. En general, los bonos temáticos son instrumentos de deuda pública. El inversionista da una cantidad y deben estar dirigidos a financiar ciertos programas.

    ¿Cómo ha trabajado BID Invest con bonos temáticos?
    BID Invest, como sabe, es la entidad del grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que trabaja con el sector privado. Nuestro objetivo es contribuir al desarrollo sostenible de la región, en este caso de Ecuador, uniendo esfuerzos con nuestros clientes del sector privado. Para ello hemos tomado el liderazgo en la creación de esta clase de activos. De hecho, en los últimos años hemos financiado 16 operaciones en distintos países. Básicamente, lo hacemos de tres formas.

    ¿Cuáles son esas formas?
    Por un lado, damos productos financieros; por otro, asistencia técnica y tercero, contribuimos a la creación de conocimiento. En el primer caso ayudamos a nuestros clientes a estructurar estos bonos y, o bien les damos una garantía parcial, o los compramos nosotros parcial o totalmente. Somos inversionistas como en el caso de Banco Guayaquil, en Ecuador, donde estructuramos un bono por USD 20 millones y nosotros lo compramos.

    ¿Qué acciones aplican en cuanto a asistencia técnica?
    Ayudamos a nuestros clientes a hacer el marco conceptual que, básicamente, te dice para qué se pueden usar ciertos recursos y traemos una opinión de segundas partes. Eso es muy importante porque queremos que todas estas emisiones se hagan bajo los mejores estándares internacionales.

    En el país, ¿de qué se trata el proyecto con dicho banco?
    Es de inclusión financiera. Para entrega de créditos a micro, medianas y pequeñas empresas, denominadas mipymes.

    ¿Responde esto a la situación de que en Ecuador el desempleo se incrementó tras la pandemia y se busca potenciar los emprendimientos de sobrevivencia?
    Exacto. En Ecuador el 99% de las empresas son mipymes y dan trabajo a más del 60% de la población. Las micro son el 91%. Ecuador y, principalmente la región, están entre los más golpeados por el covid-19 y eso tiene un efecto peor en los más vulnerables. Ahí las microempresas son más impactadas. Hemos considerado apoyar a este sector, intentar paliar los efectos de la pandemia y mantener puestos de trabajo.

    ¿Cuál será el impacto del bono social del banco?
    Cinco años es el plazo del bono. Vamos a beneficiar a 26 000 micro y 1 700 pymes. Esperamos entregar 58 000 préstamos a las micro y
    27 300 a las pymes.

    ¿Desde hace cuánto tiempo se emiten bonos temáticos?
    Los bonos temáticos empezaron hace 10 con una primera emisión del Banco Europeo de Inversiones. En América Latina es realmente nuevo. El primero se entregó en Perú, con una empresa de energía. Ecuador, en particular, ha marcado un hito este año.
    ¿Por qué?
    Como país tiene el primer bono social en el mundo. Es la primera vez que una nación hace eso. Lo hizo con la garantía del BID, con la ayuda de nuestros colegas del sector público y fue para un proyecto de vivienda. Estamos viendo que hay mucho interés tanto del sector privado como del público.

    ¿Cuál es el interés de otros países de la región?
    El año pasado Chile emitió el primer bono verde de América Latina y el Caribe. México emitió este año el primer bono para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), primero en la región. Me parece bastante interesante esta parte del sector público.

    ¿Y en el privado?
    El pionero ha sido Brasil.

    Gema Sacristán, directora de Negocios de BID Invest.
    Gema Sacristán, directora de Negocios de BID Invest.
  • Bonos salariales sufrieron cambios

    Redacción Quito (I)

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    Se acerca diciembre y algunos trabajadores, generalmente de empresas grandes, esperan recibir el “bono navideño”, un incentivo salarial que ciertas compañías entregan anualmente. Pero es posible que un grupo de colaboradores no lo reciba este año o que, de recibirlo, sea de un monto menor al acostumbrado.

    De acuerdo con un estudio de la consultora Deloitte, el 42% de las firmas consultadas señaló que su esquema de remuneración variable se ha modificado debido a la situación actual. En el caso de los bonos anuales, un 50% lo eliminó, otras lo disminuyeron (14%) o difirieron el pago (7%).

    Xavier Verdesoto, CEO de Nexos Talent / EFH Ecuador, explica que la compleja situación económica que atraviesan el país y el mundo, debido a la pandemia, ha hecho que las organizaciones tengan que optimizar sus gastos, con ajustes en sus compensaciones laborales. Recuerda que muchas empresas paralizaron sus actividades durante los primeros meses de cuarentena.

    “Los trabajadores van a ver una reducción de sus ingresos, pero deben ser conscientes que están viviendo la sobrevivencia de las empresas para mantenerse en el mercado”, añade Verdesoto.

    Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting, señala que el impacto salarial para los trabajadores puede ser de hasta una caída del 30 o 40% de sus ingresos.

    Las compensaciones salariales suelen otorgarse en empresas grandes, generalmente multinacionales, con políticas salariales consolidadas. En cargos ejecutivos, lo común es que se entreguen anualmente; en mandos medios y operativos, de manera mensual y también se combina con incentivos trimestrales.

    En diciembre, las reciben principalmente los cargos medios y operativos, de áreas como comercial, producción, servicio al cliente y ahora, probablemente, se incluirán ‘delivery’ y comercio electrónico. Para niveles ejecutivos, aclara Estrada, lo común es esperar hasta febrero-marzo del siguiente año, una vez que se cerraron los estados financieros y se aprobaron por el Directorio.

    Según el estudio de Deloitte ‘Estrategia empresarial al retorno de las actividades’, en el que participaron 108 firmas, un 43% de las empresas que modificaron sus bonos anuales lo hicieron en todas las áreas; mientras tanto, otro 43% lo hizo en cargos ejecutivos.

    “La eliminación se dio en las empresas más afectadas por la crisis, como aviación, turismo y hotelería. Se ha modificado en consumo masivo, retail, construcción, etc.”, precisa el vocero de la consultora, quien aclara que en algunos casos el cambio significó incluso una mejora, en ciertos negocios que se han visto impactados positivamente en la crisis.

    Otro tipo de compensaciones como los subsidios también se eliminaron (50%) o redujeron (37%) en todas las áreas. Los subsidios más comunes son para transporte o alimentación.

    Lourdes Solís, trabajadora de una empresa de comercio electrónico, dejó de obtener USD 85 que recibía al mes como subsidio para alimentación y transporte, tomando en cuenta que desde que comenzó la pandemia se ha mantenido teletrabajando.

    Las comisiones en áreas comerciales, de cobranza y otras también han sufrido ajustes, como reducción de metas o cambio de política. En el caso de las horas extras, la mayoría de las empresas (76%) que hicieron modificaciones en sus remuneraciones variables dejaron de pagarlas, por cambios en sus jornadas.

    Para un trabajador de una empresa de logística aérea, que prefirió la reserva de su identidad, la eliminación de horas extras (entre nocturnas y fines de semana) representó una baja de USD 400 en sus ingresos mensuales.

    El CEO de Nexos Talent/EFH Ecuador señala que en la situación actual es importante aplicar otro tipo de compensaciones variables, como apoyo en la salud emocional, tanto a los trabajadores como a sus familiares, de tal forma de brindarles tranquilidad.

    Otro tipo de incentivos, añade, son las capacitaciones en línea, acorde con las necesidades actuales de la organización, las cuales ya han venido aplicando algunas empresas durante este año.

    Por otro lado, es posible compensar con otros subsidios a los trabajadores, como apoyarles en el financiamiento de Internet en el hogar o mejora del plan de conectividad, coinciden los expertos.

    El subsidio de equipos de bioseguridad y toma de pruebas rápidas para detección del covid-19 es otro tema que han contemplado muchas empresas en el contexto de la pandemia, aclara Estrada.

    Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, recuerda que la situación de las empresas continúa siendo compleja y que requerirán de más tiempo para estabilizarse. “Estoy seguro que buscarán la mejor opción para los empleados y el negocio, sin que esto implique nuevamente un hueco financiero”.

    50% de las compañías eliminó los bonos anuales dentro de su esquema de compensaciones laborales.

    Un sondeo señala que el 42% de 108 empresas consultadas modificó sus esquemas de remuneraciones variables por la situación actual. Un 50 de las compañías eliminó los bonos anuales dentro de su esquema de compensaciones laborales. Imagen: www.freepik.es
    Un sondeo señala que el 42% de 108 empresas consultadas modificó sus esquemas de remuneraciones variables por la situación actual. Un 50 de las compañías eliminó los bonos anuales dentro de su esquema de compensaciones laborales. Imagen: www.freepik.es
  • Bonos verdes mejoran la reputación de empresas

    Redacción Quito

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    Las finanzas sostenibles van ganando espacio en América Latina. Uno de sus instrumentos son los bonos verdes, tendencia a la que se sumó recientemente Ecuador con la primera emisión de este tipo en el mercado bursátil.  

    La Bolsa de Valores de Quito define a los bonos verdes como un instrumento de deuda de renta fija negociado en el mercado de valores, con dos particularidades: Los recursos deben estar destinados a actividades que contribuyan a la mitigación o adaptación al cambio climático y el destino de los mismos y su uso debe ser verificado por un tercer actor autorizado.

    Las emisiones de estos papeles, detalla la entidad en su Guía de bonos verdes y sociales para Ecuador, deben regirse por los Principios de Bonos Verdes, diseñados por el International Capital Markets Association (ICMA).

    Los recursos pueden destinarse a proyectos sobre energía renovable, transporte limpio, agricultura, manejo de desechos y aguas residuales, TICs, entre otras áreas con impacto en la sociedad.

    La primera emisión de bonos verdes en el país la realizó Banco Pichincha el pasado diciembre, por USD 150 millones. Los inversores fueron BID Invest (miembro del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo), Corporación Financiera Internacional y Proparco (Institución financiera de la Agencia Francesa de Desarrollo).

    Los fondos se destinaron a los Biocréditos que la entidad otorga para proyectos con beneficios ambientales medibles. “Con la emisión del bono verde se estima que en cinco años el banco llegue a desembolsar créditos verdes por un monto total aproximado de USD 600 millones”, señala Gema Sacristán, directora general de Negocios del BID Invest, entidad que brindó asistencia técnica en la estructuración del bono.

    Sacristán explica que la rentabilidad de estos instrumentos financieros se mide, al igual que en otros bonos, con base en el nivel de riesgo. El papel emitido por el Banco Pichincha tiene un plazo de cinco años y una tasa de rendimiento del 3,9%.

    “Lo interesante es que es una inversión que garantiza el uso de fondos y por ende ofrece beneficios ambientales medibles, lo cual genera rentabilidad medioambiental e impacto en el desarrollo. Esto a su vez genera confianza a los inversores y al mercado”, añade la vocera de BID Invest.

    ¿Cuál es el valor agregado para una empresa emisora de bonos verdes?

    Mónica Torresano  Melo, profesora IDE Business School y presidenta de SostenIR – Fábrica de la Sostenibilidad, señala algunos beneficios: Contribuir al desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático, mejorar la reputación de la organización, generar fuentes novedosas de financiamiento, contar con inversores y socios con visiones compartidas, y fortalecer la cultura de la organización en temas de sostenibilidad.

    Los bonos verdes forman parte de los llamados bonos temáticos, que incluyen también sociales y sostenibles. La directora de Negocios del BID Invest adelantó que para este año esperan apoyar en la estructuración e inversión en un bono social de género y otro bono social de inclusión financiera con dos actores del sector financiero del país. El organismo ha invertido en 10 bonos temáticos en América Latina y el Caribe, por un valor de USD 800 millones.

    La primera emisión de bonos verdes en el país la realizó Banco Pichincha el pasado diciembre, por USD 150 millones. Foto: Cortesía
    La primera emisión de bonos verdes en el país la realizó Banco Pichincha el pasado diciembre, por USD 150 millones. Foto: Cortesía
  • Bonos y monetización, opciones para conseguir recursos el 2020

    Redacción Quito

    (I)

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    El futuro del acuerdo económico número 19 entre Ecuador y el Fondo Monetario Internacional (FMI) es incierto.

    El Gobierno ya ha conseguido el 91% del financiamiento esperado este año de varias fuentes, pero si el acuerdo con el FMI se llegara a romper, en el 2020 y 2021 el país requerirá llenar el vacío que dejará el multilateral, que había acordado entregar USD 2 806 millones en esos dos años. Como parte del acuerdo, otros seis multilaterales acordaron también entregar recursos. En total, el país espera hasta el 2021 USD 10 200 millones de este tipo de prestamistas.

    Hay dos factores que explican la incertidumbre en torno al acuerdo. Primero, que el Ejecutivo tenía que presentar una reforma laboral y tributaria, como parte de los compromisos adquiridos con el ente y este proceso ha tardado.

    El viernes 18 de octubre del 2019, el Ejecutivo finalmente presentó un proyecto de reforma tributaria, que es clave para la aprobación del Presupuesto 2020. La reforma laboral todavía se discute con gremios.

    El segundo factor es que el Gobierno dio marcha atrás en la eliminación del subsidio a los combustibles, medida con la que se esperaba alcanzar una de las metas fiscales del programa con el FMI: la reducción del déficit en el presupuesto.

    El vocero del multilateral, Gerry Rice, ratificó la intención del ente de continuar con el acuerdo que firmó Ecuador, pero el Ejecutivo aún no decide qué hará con los subsidios a los combustibles.

    Desde marzo, el FMI ha entregado USD 901,61 millones y quedan pendientes para este año USD 514 millones. Estos desembolsos pendientes se harán efectivos si Ecuador pasa las dos revisiones de metas trimestrales acordadas.

    La emisión de USD 2 000 millones en bonos en septiembre dio holgura a la caja fiscal para lo que queda del año, pero aun así, “lo primero que debe analizar el Gobierno en torno al financiamiento es conservar el acuerdo”, explica Daniel Baquero, analista de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).

    Baquero añade que romper el acuerdo afectará a la imagen del país ante los mercados.
    Mauricio Pozo, exministro de Finanzas, considera que hay que dialogar con el Fondo sobre ajustes en las fechas pactadas para llegar a las metas, “pero deben continuar con el programa para poner orden en las finanzas públicas”.

    Si el país diera por terminado el acuerdo con el Fondo, una alternativa para obtener esos recursos es la emisión de deuda en bonos en los mercados internacionales, pero a tasas de interés más altas que las alcanzadas con multilaterales que no pasan del 5%.

    Baquero señala que la percepción del país se podría ver afectada y eso incidiría en las condiciones de financiamiento a las que accedería Ecuador en el mercado de bonos. Con las condiciones actuales, si Ecuador emite deuda en bonos el interés estaría por encima del 10%, dependiendo del plazo .

    Los bonos han sido de los instrumentos más usados por el Gobierno de Lenín Moreno. En su administración se han colocado USD 10 500 millones a tasas de entre 7,85% y 10,75%, a plazos de entre 5 y 10 años.

    Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, dice que una alternativa de financiamiento en la que podría enfocarse el Gobierno en los próximos dos años es la monetización de activos, que consiste en ceder la administración de activos del Estado al sector privado, también propone enfocarse en las alianzas público privadas.

    Este año el Fisco presupuestó USD 1 000 millones por monetización de activos, pero no se concretó ningún proceso.

    Alternativas como préstamos con China o préstamos a bancos como Goldman Sachs con el oro de la reserva del Banco Central (BCE) como garantía no son recomendables, acota Ortiz.

    Con el Gobierno chino, dice, los plazos de pago suelen ser muy cortos y las condiciones no siempre beneficiosas para el deudor. Los préstamos con oro, en cambio, no estarían en línea con la intención del Gobierno de dotar de independencia al BCE.

    La imagen externa del Ecuador genera dudas

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    El pasado 1 de octubre, el riesgo país se ubicó en 684 puntos. Ese día el presidente de la República, Lenín Moreno, anunció una serie de medidas económicas para reducir el déficit fiscal y apuntalar la dolarización.

    Una semana después, el 8 de octubre, cuando las protestas contra las medidas aumentaban, el riesgo país llegó a 777 puntos. Para el 14 de octubre, un día luego de que se derogara el Decreto que eliminaba subsidios a los combustibles, el indicador fue de 744 puntos y el pasado miércoles 16 de octubre, el riesgo país llegó a los 823 puntos, el nivel más alto en lo que va del año.

    Fueron días intensos y eso se reflejó en este indicador que muestra la confianza que tienen los inversionistas en Ecuador.

    ¿Qué imagen deja el Ecuador luego de la derogatoria del Decreto que eliminaba los subsidios a los combustibles? Para Todd Martínez, analista de Fitch Ratings, la agencia de calificación crediticia con sede en Nueva York y Londres, los acontecimientos de las últimas semanas representan un tropiezo para la consolidación fiscal en Ecuador, “lo cual no es un mero pedido del Fondo Monetario sino algo crucial para la economía en el largo plazo”.

    Martínez añade que este episodio no cambia la visión que tiene la calificadora sobre el Gobierno ecuatoriano, ya que muestra su conciencia y compromiso de la necesidad de reducir el déficit fiscal, “pero sí refuerza nuestra visión de un contexto social y político muy desafiante para lograrlo”.

    El futuro, según Martínez, es retador, dado que ahora el Gobierno tiene el desafío de elaborar un nuevo paquete fiscal “y hay más incertidumbre en cuanto a su capacidad de lograrlo. No está claro todavía si hay un buen plan B, en qué consistirá, si rendirá un ahorro fiscal similar y si el capital político del Gobierno para lograrlo ha sido afectado por la turbulencia de las últimas semanas”.

    Para Adrián Ordóñez, country manager de la firma de seguros crediticios Coface, lo ocurrido en las dos primeras semanas de octubre dejan una imagen absolutamente negativa, desde todo punto de vista. “Lo que hemos perdido, más allá de la paz en los días de las protestas, es la imagen internacional a todo nivel”.

    Para Ordóñez, lo que se vio es muy lamentable y eso afecta a la presentación del país. “Eso se refleja en el riesgo país y ahora se necesita un plan de reconstrucción de la imagen del país”.

    Otro criterio es el de José Xavier Orellana, socio de BizBroker. Él asegura que lo primero que están haciendo las calificadoras de riesgo es mirar los números del país “y los números no nos favorecen, lo que significa que existe este momento una mirada negativa hacia el Ecuador en los mercados internacionales”.

    Orellana coincide con Ordóñez en el sentido de que es urgente una promoción favorable sobre Ecuador en el extranjero.

    En Fitch Ratings tienen su propia sugerencia para que Ecuador mejore su imagen ante los inversionistas. Martínez considera que la imagen del país, igual que la calificación de riesgo soberano, depende no solamente del gobierno de turno sino de todos su actores. “Tiene que haber progreso en un programa de reformas para lograr una economía más dinámica y una situación fiscal más sostenible, y que este programa cuente con apoyo desde la sociedad y sistema político, para que no se descarrile con cada ciclo electoral. Es algo difícil y no pretendemos saber la receta mágica”.

    El pasado 30 de septiembre, el presidente Lenín Moreno analizó con sus ministros las medidas económicas que se presentaron un día después, entre ellas la eliminación de subsidios. Foto: cortesía Presidencia de la República
    El pasado 30 de septiembre, el presidente Lenín Moreno analizó con sus ministros las medidas económicas que se presentaron un día después, entre ellas la eliminación de subsidios. Foto: cortesía Presidencia de la República
  • Santiago Mosquera: ‘El 2020 será aún más complicado’

    Pedro Maldonado

    (I) Editor del Semanario LÍDERES

    Santiago Mosquera, director de Business School de la Universidad San Francisco de Quito, analiza la reciente emisión de bonos, el trabajo de las autoridades económicas y los retos que tiene el país con los vencimientos de bonos durante la próxima década.

    El país acaba de hacer una nueva emisión de bonos la semana pasada. ¿Cómo se mueve el tablero económico con este hecho?

    Esto es parte de un proceso en el cual el Gobierno busca encontrar fuentes de financiamiento adecuadas. Estamos hablando de necesidades por unos USD 8 000 millones que el Gobierno necesita levantar en el 2019. Para ello se buscan fuentes tradicionales, así como poco convencionales. A fines del 2018 se esperaba un desembolso de China atado a temas de inversión, pero este no se ha materializado en su totalidad. En los últimos 10 años el país, a finales o inicios de año, siempre ha recibido desembolsos importantes, sea con emisiones de bonos o crédito de un organismo o de China. Eso se esperaba ahora, pero no se dio y Ecuador necesita recursos líquidos en enero para empezar la ejecución del Presupuesto 2019. Ante la falta de recursos, el Gobierno quiere financiar las necesidades y esta es la primera colocación.

    ¿Qué esperaba el mercado?

    El mercado creo que sobredimensionó el anuncio hecho por el FMI durante la cumbre de Davos, en donde Lenín Moreno se reunió con Christine Lagarde. Yo no me emocioné tanto con el comunicado emitido por el Fondo Monetario. Es muy específico y trata de no atribuir nada que no sea real. Allí se dijo que las relaciones con Ecuador se han fortalecido y que el FMI ofrece asistencia técnica al Ecuador.

    Y el Gobierno, por su parte, mantiene el discurso de apertura a que el FMI acompañe el plan económico

    Es correcto y en ese escenario hay que leer entre líneas. Sí hubo una apreciación de los bonos de Ecuador, pero no fueron los únicos. La mayoría de países emergentes tuvo una apreciación de sus bonos. En ese escenario se dio la emisión. El mercado, por su parte, estaba a la espera de algún anuncio con el FMI y pensaba que Ecuador iba a posponer cualquier búsqueda de financiamiento directamente en el mercado.

    Eso era lo que se esperaba…

    Eso era lo lógico. Se pensaba que si tenemos que levantar recursos y estamos en un proceso con el Fondo, entonces esperemos el programa con el Fondo, hagamos el anuncio y luego vamos a los mercados. Estos últimos deberían ver con mejores ojos el programa económico al tener el visto bueno del Fondo Monetario.

    Ahora, ¿todo ese escenario se mueve?

    Conseguir solo 1 000 millones a una tasa alta sugiere que las conversaciones con el Fondo continúan y que no vamos a tener nada en el corto plazo.

    ¿Un acuerdo no está tan cerca como se pensaba?

    No está tan cerca. El Ministro de Finanzas, de hecho, señaló que no habrá ningún tipo de anuncio en los próximos días, lo que puede ser semanas o meses. Entonces las necesidades de financiamiento siguen siendo muy altas y el costo de financiamiento está también más alto. Aún tenemos unos 7 000 millones por delante.

    La emisión tiene una tasa alta, pero las autoridades defienden lo hecho…

    Ante la situación en la que está el Ecuador reconozco el esfuerzo del Gobierno, está dando señales claras. Los resultados aún no se ven en todas las cuentas, pero se nota el deseo de consolidar las cuentas fiscales. Creo que el mercado también reconoce ese esfuerzo, pero para salir adelante el Ecuador no tiene otra alternativa que continuar financiándose, acudir a nuevo endeudamiento. Como dijo Augusto de la Torre: es un tema de endeudarse para corregir, no para posponer. Yo creo que Ecuador se está endeudando para corregir los excesos de los 10 años anteriores.

    ¿Se puede esperar una nueva emisión en el primer semestre de este año?

    Todo depende del apetito o de la respuesta de los mercados. Con esta reciente emisión de bonos la demanda no fue tan grande, se habla de una demanda por 2 500 millones de dólares, pero solo se asignaron 1 000 millones. Entonces cuando un gobierno anuncia y da una cifra sobre rentabilidad, los inversionistas demandan una tasa de rentabilidad menor o mayor y en este caso el gobierno fijó la tasa en 10,75%. Entonces, en adelante no creo que haya apetito de parte de inversionistas para tomar más deuda del Ecuador (…) Hemos visto que cada vez hay menos interés de inversionistas en deuda del Ecuador y esto se mide por el monto total demandado ante un ofrecimiento de deuda. En el 2014, al volver a los mercados tras el ‘default’, el monto total demandado fue ocho veces más que el monto ofertado. En la emisión de ahora hablamos de 2,5 veces el monto ofertado.

    El Ministro de Finanzas señaló a inicios de año que los retos económicos van hasta más allá del 2020, con el inicio de los vencimientos de los bonos. ¿Qué se puede esperar una vez que se deban cumplir esos pagos?

    Lo ideal es que el Gobierno diseñe una estrategia de manejo de pasivos, con lo que se intente reestructurar la deuda para ofrecer a los tenedores de deuda la posibilidad de realizar un canje por deuda de un plazo mayor. Tiene que ser un canje amigable sin obligar a los inversionistas, porque si ellos tienen alguna pérdida en términos de valor presente de su deuda, eso va a ser marcado por las calificadoras de riesgo como un ‘default’. Lo idea sería hacer manejo de pasivos, hacer emisiones en las cuales se permita al inversionista entregar sus bonos que vencen a partir de 2020 y que ellos estén dispuestos a recibir bonos a un plazo mayor. Para hacer esto, la probabilidad de éxito requiere que el FMI esté involucrado. No es requisito sine qua non, pero la probabilidad de éxito es más alta si tenemos un programa económico con el Fondo.

    ¿Esto pone más presión al Gobierno?

    Aquí siempre vivimos pensando en lo urgente antes que en lo importante. Lo importante debe ser competitividad, crecimiento, inversión extranjera… Pero seguimos viviendo para saber cómo cerramos el 2019. Todos los años, en febrero, tenemos esa discusión y cuando se acerca diciembre no conseguimos el financiamiento. Pero a la vuelta de la esquina, en enero del 2020, estaremos a tres meses del pago de USD 2 200 millones con los bonos 2020.

    Seguimos de deuda en deuda…

    Lo que está haciendo el Gobierno es razonable. Sin embargo, el gobierno enfrenta un perfil de vencimientos bastante complicado y demandante. Son muchos vencimientos concentrados en los próximos diez años. Y el primero es en marzo del año próximo. Para llegar a ese momento deberíamos haber buscado y encontrado financiamiento pare el 2019. Los inversionistas ya están pensando en el bono del 2020. Este año ya es complicado, pero a partir del 2020 será aun más. Mi opinión es que el Estado ya no puede hacerlo solo, va a necesitar alguien adicional que reafirme y verifique los compromisos. Ese alguien tiene que venir del FMI.

    Hoja de vida

    Cargo.  En la actualidad es el director de Business School de la Universidad San Francisco de Quito. También es director del programa de MBA de la misma universidad.
    Formación. Estudió Economía en la PUCE. Tiene un PhD de Fordhman University, en EE.UU.
    Experiencia.  Fue economista Senior de IHS Global Insight, en EE.UU., donde elaboraba análisis económico de países como Argentina, Colombia, México, Costa Rica, Ecuador. También trabajó para Fitch Ratings, una firma especializada en servicios de información Financiera. En Ecuador fue jefe de investigación de Analytica Investments.

    Santiago Mosquera es director de Business School de la Universidad San Francisco de Quito. Foto: Vicente Costales  / LÍDERES
    Santiago Mosquera es director de Business School de la Universidad San Francisco de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Los bonos verdes son un nuevo producto bursátil en Ecuador

    Redacción Quito

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    El mercado de valores ecuatoriano cuenta con un nuevo producto bursátil. Se trata de los bonos verdes.

    Con este medio de financiamiento, las empresas ecuatorianas pueden obtener recursos para sus proyectos sostenibles.

    La Bolsa de Valores de Quito (BVQ) indica que un bono verde tiene la misma estructura financiera y legal que un bono corporativo tradicional, con dos diferencias fundamentales. La primera es que los recursos captados por este medio se deben destinar a actividades o proyectos que contribuyan a la mitigación o a la adaptación al cambio climático.

    La segunda diferencia es que el bono debe ser certificado como verde por un verificador externo, dando así seguridad al inversionista sobre la contribución sobre el cambio climático de la empresa.

    Este tipo de financiamiento se lanzó en el mercado internacional en el 2008 y el primer emisor fue el Banco Mundial. El desarrollo ha sido exponencial, llegando a emitirse bonos verdes por USD 163 OOO millones al cierre de 2017 emitidos por todo tipo de instituciones.

    Las Casas de Valores adscritas a la BVQ están capacitadas y listas para asesorar a empresas (públicas y privadas) interesadas en utilizar este método de financiamiento. La BVQ recuerda que las casas de valores son las únicas autorizadas por la Superintendencia de Compañías, Valores, y Seguros para brindar asesoría sobre la estructuración de productos del mercado de valores.

    Las Casas de Valores adscritas a la BVQ están capacitadas y listas para asesorar a empresas (públicas y privadas) interesadas en utilizar este método de financiamiento. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Las Casas de Valores adscritas a la BVQ están capacitadas y listas para asesorar a empresas (públicas y privadas) interesadas en utilizar este método de financiamiento. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Los trabajadores ya no aprecian solo el dinero

    Redacción Quito

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    El dinero es uno de los factores que genera mayor entusiasmo entre los empleados, pero no es el único elemento que puede ayudar a mantener un equipo motivado, eficaz y comprometido.

    Según un artículo de EAE Bussines School, existen incentivos no económicos que, si se proveen de forma adecuada, ayudan a mejorar el ambiente y la productividad en el entorno laboral.

    La experta en Recursos Humanos, María Elena González, denomina a los incentivos como el “salario emocional” y destaca su importancia dentro del mundo laboral, por procurar el bienestar de los colaboradores.

    Entre los beneficios que el texto universitario detalla, está la opción de dar espacios a los empleados para equilibrar su vida familiar con el trabajo.

    Dentro del programa Calidad de Vida que lleva acabo la firma farmacéutica Bagó, cada año, los hijos o padres de los colaboradores realizan recorridos en la empresa para conocer el trabajo que realizan sus familiares. Según María Isabel González, gerenta de Recursos Humanos, estos tours permiten fusionar valores familiares y empresariales, como el compañerismo, trabajo en equipo, entre otros.

    Permitir a los empleados que hagan viajes, en vez de que vaya el jefe, es otro buen incentivo. También se pueden ofrecer capacitaciones fuera de la ciudad donde se ubica la empresa.
    Esos momentos de salir de la rutina, permiten a los colaboradores relajarse y recargar energía para continuar con sus obligaciones, dice González.

    Si el problema es la falta de dinero para implementar beneficios como viajes, se puede pensar en opciones menos costosas.

    Una de ellas es dar tiempo libre extra a los empleados. Un día adicional sumado a las vacaciones cuesta muy poco dinero y a ellos les sentará muy bien.

    Otras opciones baratas, pero efectivas son los momentos de esparcimiento dentro de la oficina.
    Desde hace un año, Produbanco ha implementado un gimnasio institucional; por un pago simbólico, los trabajadores pueden usarlo en su tiempo libre.

    También, para las madres trabajadoras cuenta con una sala de lactancia. Según Eduardo Lafebre, vicepresidente de Gente, estas iniciativas han aumentado la motivación de los colaboradores.

    La Navidad es ideal para ofrecer algún presente al equipo de trabajo.
    Elegir el regalo correcto puede ser un poco difícil, por lo cual algunas organizaciones usan catálogos de recompensas en línea. Según expertos en recursos humanos, el empleado gana puntos por tareas específicas, los que luego puede “canjear” para comprar lo que le guste.
    Valorar las ideas y opiniones de los trabajadores es fundamental. La empresa de vehículos Casabaca tiene un programa llamado Círculos de calidad, en el cual aportan con ideas para mejorar procesos laborales.

    Según Sylvia Zavala, gerenta de Áreas de Apoyo, este año se recibieron 1 000 aportes, y algunos ya se están implementando. A esto se suman incentivos para el desarrollo profesional.

    Las empresas también pueden costear la totalidad o una parte de un curso, taller o hasta maestrías.

    Más allá del tipo de beneficios que se ofrezcan, María Elena González señala que lo más importante es el mensaje que se transmite a los trabajadores: “Eres importante para la empresa y queremos que estés bien y feliz”.

    Los incentivos laborales generan mayor rentabilidad e incrementan la productividad de los trabajadores, quienes harán su mejor esfuerzo para ser eficientes y permanecer en la organización.

    Según el blog de RR.HH. Edenred, la implementación de un programa de incentivos, puede mejorar en un 44% la productividad de los empleados. También, son el motivo por el cual los mejores miembros de la organización deciden permanecer en ella. Si una empresa fomenta el bienestar de sus colaboradores, esto es apreciado por aspirantes y fortalece la reputación de la organización.

    Además, puede reducir el favoritismo real o percibido, al recompensar por igual a los empleados por sus acciones o su antigüedad.

    Un “gracias” o “buen trabajo” por parte de un superior puede hacer que una persona se sienta segura y orgullosa de lo que hace.

    Para la implementación de un paquete de incentivos, lo primero es la decisión y convicción de la empresa, dice González.

    Posterior a ello, se deben definir políticas y planes de acción, que sean sostenibles en el tiempo.

    Los incentivos no económicos o salario emocional son muy valorados por los colaboradores. Su implementación no requiere de gran inversión. Foto:  Ingimage
    Los incentivos no económicos o salario emocional son muy valorados por los colaboradores. Su implementación no requiere de gran inversión. Foto: Ingimage
  • Nueva emisión de USD 1 000 millones en bonos ecuatorianos

    Redacción Líderes

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    El Ministro de Finanzas, Patricio Rivera, informó hoy, 10 de enero del 2017, que Ecuador emitió USD 1 000 millones de bonos soberanos en el mercado internacional de capitales.

    Según un comunicado del Ministerio de Finanzas, la emisión es a una tasa de 9,125% y con plazo con vencimiento al 13 de diciembre de 2026.

    Según la entidad, el proceso de negociación de esta emisión se desarrolló de manera exitosa porque atrajo más de USD 2 200 millones de demanda por los bonos ecuatorianos.

    Rivera señaló que “hay señales palpables de recuperación económica del país que son percibidas por los inversionistas y que han servido para que se ratifique su respaldo a nuestra economía, a través del interés por adquirir los bonos ofertados”.

    El funcionario aseguró que los recursos de esta colocación son de desembolso inmediato y con los mismos se financiará la inversión pública que impulsa el desarrollo nacional.

    El proceso de negociación de esta emisión se desarrolló de manera exitosa. Foto: Referencial
    El proceso de negociación de esta emisión se desarrolló de manera exitosa. Foto: Referencial
  • CAF colocó sus primeros ‘bonos de agua’ en el mercado japonés

    Agencia EFE

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    El Banco de Desarrollo de América Latina ha colocado sus primeros «bonos de agua» en el mercado japonés y los USD 102 millones obtenidos financiarán proyectos de abastecimiento, saneamiento, tratamiento de aguas residuales y riego en Latinoamérica y el Caribe, informó hoy 6 de enero del 2016 la entidad.

    Esta fue su primera colocación temática de bonos, que fueron adquiridos por «inversionistas minoristas» de Japón, indicó en un comunicado la institución financiera multilateral que tiene su sede central en Caracas.

    Los bonos tienen un plazo de cuatro años y se emitieron en dos monedas diferentes: 590 millones en Rands Sudafricanos (ZAR) y 192 millones en liras turcas, con un cupón de 9 y 10,73 por ciento anual, respectivamente.

    Fue una emisión de bonos «histórica para CAF» debido a que va dirigida «a una temática específica: el financiamiento de proyectos de agua», destacó el presidente ejecutivo de la entidad, Enrique García.

    Además, señaló que la misma «llega en un momento crucial para América Latina y el Caribe, toda vez que estamos padeciendo los efectos del cambio climático y necesitamos recursos para financiar proyectos sostenibles que impulsen el desarrollo».

    El desarrollo del sector del agua es una de las prioridades de CAF en apoyo a los 19 países miembros, a los que entregó USD 4 300 millones entre 2010 y 2014, el 9% del total de sus aprobaciones en ese lapso, para financiar diversos proyectos y asistencia técnica.

    Constituida en 1970 y conformada en la actualidad por 19 países (España, Portugal y 17 naciones de América Latina y el Caribe), CAF -que también asocia a 14 bancos privados- es una de las principales fuentes de financiación multilateral para la región.

    Este tipo de bonos brinda la oportunidad a los japoneses, agregó García, «de apoyar la visión y la estrategia» para el acceso a los servicios de agua potable y de saneamiento, «siguiendo los principios de la gestión integrada de recursos hídricos».

    García resaltó a Efe el mes pasado que el medioambiente es un tema «clave» y América Latina «puede ser un factor decisivo en ayudar a que los acuerdos relacionados con la cumbre del clima de París «se hagan realidad».

    En 2015 la institución financiera multilateral invertió más de USD 12 000 millones en programas de infraestructura económica y social, apoyo a los sectores productivos, a la iniciativa privada, a la pequeña y mediana empresa, la microempresa y el comercio, destacó el presidente.

    Los recursos obtenidos por los 'bonos del agua' servirán para el saneamiento, tratamiento de aguas residuales y riego en Latinoamérica y el Caribe. Foto: EFE
    Los recursos obtenidos por los ‘bonos del agua’ servirán para el saneamiento, tratamiento de aguas residuales y riego en Latinoamérica y el Caribe. Foto: EFE
  • La vivienda social trae oportunidades

    Pedro Maldonado

    La Ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda, María de los Ángeles Duarte, habla sobre los bonos entregados por el Estado. También se refiere a los planes para promover vivienda de interés social y al momento que atraviesa el sector de la construcción.

    ¿Cómo evoluciona la entrega de los bonos de vivienda?

    Antes de que empiece este Gobierno existía un subsidio para la gente más pobre, para darles un incentivo para que construyan su vivienda. Fue un proyecto diseñado por el BID y estos organismos internacionales tratan a los pobres como que merecen lo mínimo. Lo que en realidad sucedía era que no se podía terminar la casa por la pobreza endémica, en la que no hay capacidad de ahorro.

    Cuando empezó el Gobierno en el 2007 hicimos un análisis minucioso para dar un incentivo para que, al menos, las personas con bono terminaran sus casas. Desde el 2007 hasta septiembre de este año se han entregado unos 68 162 bonos de vivienda urbana por USD 219,6 millones. También hemos entregado bonos de vivienda rural, por el programa Manuela Espejo, por reasentamientos… Desde el 2007 se han entregado 336 520 bonos por
    USD 1 375 millones.

    ¿Se puede detallar cuánto se entregó este año y cuánto se calcula para el 2016?

    Para el 2016 se planifica entregar USD 47 millones en subsidios. Va a existir una gran cantidad de bonos para promoción inmobiliaria, mediante un plan que lo diseñamos a inicios de este año. Es un incentivo para comprar vivienda propia y calculamos colocar unos 1 500 bonos inmobiliarios.

    ¿En qué consiste este bono inmobiliario?

    El bono inmobiliario permite a los más pobres acceder a crédito para vivienda cuyo valor esté entre USD 15 000 y 40 000. La empresa privada solo se dirige al déficit habitacional de los segmentos medio y alto, con casas de más de 70 000 dólares. Con nuestros bonos e inversiones se redujo el hacinamiento, pero no se redujo el déficit. Entonces, se diseñó el bono para llegar al estrato al que llamamos de vivienda social y prioritaria. La vivienda social es de hasta 40 000 dólares y la prioritaria de entre 40 000 a 70 000.

    ¿Por qué se sigue con bonos y por qué no se aplican otras políticas que no generen dependencia de ciertos segmentos de la población?

    A eso voy. Hasta ahora se han entregado recursos a las áreas urbano marginal y rural, pero no en ciudadelas formales. Hemos entregado recursos a aquellas personas que no pueden pagar lo que cuesta una casa en una ciudadela formal. Lo que pasa es que con el sueldo básico se puede acceder a un crédito máximo de 18 000 y ¿dónde se puede construir una casa de ese valor? Hay promotores para ese segmento de vivienda, pero en zonas muy alejadas.

    Lo que nos interesa es que la oferta de vivienda sea con todos los servicios. Seguimos con programas sociales, pero nos estamos concentrando en incentivar a las personas pobres que pueden bancarizarse, que cuenten con seguro social. Ahora el esfuerzo va dirigido a aquellas personas que pueden pagar un crédito para tener una vivienda de mejor calidad.

    ¿Se apunta entonces a un sector formal frente a un sector marginal?

    Así es. Gracias a que hay más afiliados a la seguridad social, como pasa con las empleadas domésticas, choferes, etc., creció el segmento y tenemos la posibilidad de que los 1,8 millones de nuevos afiliados puedan acceder a crédito para vivienda. Lo malo es que una persona con el sueldo básico puede obtener USD 18 000 y allí hace falta el bono.

    ¿Cuál es la tendencia este momento entre aquellos bonos que se entregan para vivienda marginal y formal?

    Antes se daba el 80% al sector urbano, rural y marginal y 20% al formal. Ahora eso cambiará.

    ¿Cómo se incentivará al promotor para que participe en los programas de vivienda de interés social?

    El promotor inmobiliario antes se dedicaba a un segmento que no le daba problemas (los estratos socioeconómicos medio y alto). El promotor sabe que su nuevo ‘target’ es la gente que no tiene casa; entonces, tiene que destinar sus esfuerzos al segmento de vivienda social y prioritaria.

    Este plan llega en un momento de una economía complicada, con desaceleración y recortes de inversión. ¿Qué expectativas tenían cuando se empezó con el plan y qué expectativas tienen ahora?

    La desaceleración económica que ustedes la llaman es simplemente la baja del petróleo y la reducción de inversiones públicas que hacía el Estado en años pasados. Eso ocupaba mano de obra de los constructores, pero eso va a bajar porque disminuyó el precio del petróleo, así de fácil.

    Hasta que estén las hidroeléctricas y se consoliden los planes del Gobierno para tener recursos propios y no estar atados al petróleo, el inmobiliario es el mejor sector porque siempre dependió de sí mismo. La caída del crudo no ha influenciado en nuestros planes de vivienda, lo que sí influyó fue el temor que grupos políticos generaron con la ley de plusvalía. Eso sí afectó a las ventas que se pararon, pero ya se superó, ahora seguimos trabajando y aprobando proyectos de vivienda social.

    Pero, ¿existe la previsión del Banco Central, que indica que la construcción no crecería o decrecería este año?

    Depende qué tipo de construcción. Tenemos que dividir y obviamente si hay menos recursos para carreteras u hospitales, habrá menos crecimiento en ese tipo de construcción. Pero en la construcción privada se mantiene y volvió su ascensión.

    ¿Cómo avanza la colocación de créditos para vivienda de interés publico? Entre enero y agosto de este año se colocaron USD 5 millones en créditos de vivienda de interés público, cuando la meta era colocar USD 80 millones en 90 días.

    Eso tuvo mucho que ver con el tema político (NDLR: las protestas contra las leyes de herencia y plusvalía), que asustó al sector inmobiliario. Dentro de nuestro proyecto, para que el sector inmobiliario se incentive se le dio una tasa preferencial, se le dieron posibilidades de acceder a bonos. Pero con los dos meses de protestas se hizo daño al sector privado, se paralizó el plan y se estancó.

    ¿Cuánto se calcula entregar este año en créditos para viviendas de interés público?

    Tenemos calculado entregar entre 12 000 y 15 000 viviendas de interés social, a un promedio de USD 40 000 por vivienda.

    ¿Para el próximo año hay alguna previsión teniendo en cuenta la situación económica en la que se halla el país?

    Creo que el próximo año en lo inmobiliario va a ser muy bueno. Es un año electoral y eso incentiva al sector inmobiliario por las ofertas. La vivienda de interés social se va a mantener o crecer. Los planes se están reactivando, existen promotores con proyectos aprobados. Es una oportunidad para el país y, en especial, para que las personas más pobres accedan a una vivienda.

    Nacida en 1963, es arquitecta graduada en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en donde adicionalmente obtuvo o el título de Máster en Administración de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, con el aval de la Universidad Politécnica de Madr
    Nacida en 1963, es arquitecta graduada en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; en donde adicionalmente obtuvo o el título de Máster en Administración de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, con el aval de la Universidad Politécnica de Madrid. Foto: Paúl Rivas/ LÍDERES.